Por que definitivamente su actuar y sus ultimas acciones hacia con Haku eran un boleto sin regreso al infierno… eso lo sabia, no había salvación, escapatoria, opción… y sinceramente no pensaba huir de su castigo.
Lo tenia bien merecido, había sido un verdadero hijo de puta al manchar la belleza de Haku con su horrible perversión.
Haku era puro, hermoso, muy bueno para su propio bien… y el había acabado con todo eso.
Cuando kakashi lo puso a lado del cadáver de su único compañero por los últimos 10 años se dio cuenta de algo…
De algo tan doloroso y horrible que quiso gritar pero las heridas por las que se le estaba yendo la vida se lo impidieron.
Amaba a Haku… no solo por ser hermoso, si no por su lealtad, su fidelidad, su aura, su inocencia, por haber sido el único que le había querido y le había entendido.
Que había aceptado sus demonios.
Toco el rostro sucio, palido y frio del chico que dio su vida por el. La nieve comenzaba a caer en ambos cuerpos y paradójicamente un copo de nieve cayo en los ojos de la bella criatura que yacia muerta frente a el y se derrito con el calor residual para rodar como si fuera una lagrima propia.
Haku estaba llorando, el mismo clima lo decía y el lo único que deseaba era permanecer a su lado por toda la eternidad.
El crujido que escucho y el frio que comenzó a sentir definitivamente eran las cadenas de las puertas del infierno que le estaban recibiendo de par en par.
Sonrio con locura, si el infierno era lo que se merecia con gusto lo aceptaba, el haber vivido con un angel durante tantos años era algo que se merecia esa penitencia y mas.
Por extraño que pareciera el inferno no era abrasadoramente caliente como se lo había imaginado, no había dolor, ni olor a azufre, tampoco escuchaba el grito de los condenados como el.
Una suavidad y una calidez confortante en su cabeza le hicieron darse cuenta que estaba dormido en las piernas de alguien.
Cuando abrió los ojos su boca hizo lo mismo hasta el limite de sus mandíbulas.
Haku… su hermoso Haku estaba ahí, sentado en el suelo junto a el, permitiendo que sus piernas fueran utilizadas como almohadas.
Quería decir tantas cosas pero nada salía de su boca.
Las lagrimas se aglomeraron en sus ojos pero rehusaron a escurrirse mas alla.
El joven pelinegro descansaba su cabeza sobre su propio pecho, se había dormido en esa horrible posición, como garza, sus largos cabellos negros le acariciaban el rostro, Zabusa se deleito con el suave aroma que desprendia y con lentitud estiro la mano temblorosa para acariciar la suave y blanca mejilla.
Suspiro con alivio cuando el bello joven no desaparecio… y contuvo el aliento cuando abrió con somnolencia sus ojos para verle fijamente.
-Zabusa…- la hermosa sonrisa hizo que el mayor inevitablemente le sonriera de manera torcida. No estaba acostumbrado a aquel gesto y esperaba que el joven no se espantara por intentar hacerlo.
Haku acaricio su rostro y se inclino mas hacia en frente para recargar su frente con la otra.
-que alegría… me alegra mucho que nuestro creador me hubiera escuchado-
Las lagrimas de Haku escurrían por sus mejillas, su pequeña nariz y morían en el rostro de Zabusa que no podía entender que es lo que había pasado.
-me querían separar de ti…- sollozo el menor mientras se incorporaba y permitia que Zabusa hiciera lo mismo –querian alejarnos por toda la eternidad y no podía permitir eso… por que tu… tu eres lo mas importante para mi… sabes que me puedes usar como mas te plazca… que soy tuyo hasta que te quieras deshacer de mi… que…-
El menor guardo silencio cuando el otro tapo su boca.
-haku… ¿Qué hiciste? ¿Dónde estamos?...-
Al notar que Haku no le podía responder puesto que seguía cubriéndole la boca aflojo su agarre brusco.
-estamos en el limbo… por siempre… solos tu y yo.. –
Y Zabusa sintió que una cubetada de agua helada caia en el…
El limbo… donde las almas vagaban por toda la eternidad, no reencarnaban, estaban perdidas para siempre.
El definitivamente se merecia un lugar asi, el infierno mismo ¿pero Haku? Estaba seguro que en cuanto el chico murió se había convertido en un bello angel.
-¿hice mal en querer desear estar aquí contigo por siempre?... ¿acaso me tome una atribución al pensar que tu deseo era el mismo?... no quería estar en ese lugar hermoso sin ti a mi lado… y no me dejaban ir al infierno contigo… esta era mi única opción… ¿te hice enfadar?-
El mayor estaba a punto de estallar en ira… ¿haku había renunciado a la paz eterna por el? ¿habia elegido vagar por toda la eternidad sin descanso en el olvido con el…?
Al parecer sus pecados habían aumentado considerablemente.
-haku… tu debiste dejarme ir al…-
No fue capaz de terminar lo que tenia pensado por que un rostro pequeño, y unos delicalos labios se posaron en los suyos.
Tan maravilloso… la suavidad del menor, su pequeño tamaño, su suave fragancia, su timidez, todo contrastaba tanto con el.
Devolvió la caricia y sujeto el rostro del menor para profundizar un poco mas la caricia.
Si Haku asi lo deseaba, si aquello era lo que Haku quería ¿Quién demonios era el para oponerse?
-Zabusa…- el que gimieran tu nombre era algo definitivamente hermoso… un Haku sonrojado, emocionado de recibir su primer beso y con falta de aire también lo era.
Sonrio agradecido y se limito a enredar sus brazos de un hombre maduro en la esbelta cintura del joven.
-esta bien… si eso es lo que quieres… estare contigo para siempre… por toda la eternidad…-
-es lo que quiero…-
Susurro el menor sonriendo como solo el podía hacerlo para Zabusa e inclinándose para un beso mas.
Toda la eternidad con su persona mas importante.
Toda la eternidad con la primera persona que lo había notado en el mundo.
Toda la eternidad con …
Una casa pequeña comenzó a tomar corporeidad frente a ellos, Zabusa se puso de pie, abrazandolo protectoramente y guiándolo al interior de esta.
-aun que estamos solos creo que… un lugar comodo para estar contigo es lo único que puedo ofrecerte
Y haku no podía ser mas feliz en ese momento.