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Tú... Eres mio... por SebbyPhantomhive

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Notas del fanfic:

Será un fic corto... *_* gracias por el interes 

Todo parece en esta mañana en el paraíso, me asomo  a la ventana de mi habitación y sé que me espera un radiante día, imaginando que tendré la visita de alguna chica bonita me presto a tomar un baño, el agua moja mi cuerpo poco a poco, entonces recuerdo algo muy vergonzoso que pasó allí mismo hace unas semanas, molesto refunfuño y lo que parecía ser un baño relajante me estresa más, prefiero salir de prisa, en lugar de seguir recordando tonterías.

-Buenos días Hakutaku sama... Le escucho saludar a Momotaro mientras prepara una efusión de hierbas, muy al contrario de mí él se toma todo muy en serio, le respondo el saludo mientras busco que comer.

-Hoy está de mal humor, al parecer. Me dice con un suspiro, sigo buscando que comer y me dispongo a responderle.

-¿Por qué dices eso? Cuestiono con una sonrisa forzada,

-Su sonrisa falsa lo delata... ¿Otra vez tuvo un mal sueño? Me cuestiona dudoso le niego con la cabeza a su pregunta,

-¿Recordó algo? Preguntaba mirándome fijamente, yo desvié la mirada y ciertamente acertó en lo que había causado mi malhumor.

-Me pregunto que habrá recordado... ¿Será un amor?... Dijo él con una sonrisa traviesa yo chasquee mi lengua y decidí ignorarlo.

-Saldré a recoger unas hierbas,- Le hablé mientras salía de mi pequeña casa, como me desagradaba el que lo demás notaran mis emociones, ¿era tan evidente que me molestaba recordarlo?, con ese coraje decidí caminar un poco, pero sin duda era un bello día y la brisa fresca me ayudaba a aclarar mis ideas, que por ahora estaban tan alborotadas, el motivo tenia era la fastidiosa presencia demoniaca de un ser que aborrecía recordar, pero por más que trataba de olvidarlo más parecía recordarlo,

Flashback

-Hueles tan bien al amanecer- Me susurraba Hoozuki mientras su olfato repasaba mi cuello provocando que mi cuerpo se estremeciera, toda la noche me había estremecido y aun así todavía no me acostumbraba a sentir su aliento rozar mi piel, sus manos me acariciaban mientras nuestros cuerpos desnudos se apegaban cada vez más bajo mis sabanas manchadas que nos cubrían ahora, esta sensación que me recorría era algo  que ninguna mujer me brindó y era irónico que me la regalara ese idiota que suponía odiar, no era el primer amanecer que nos sorprendía juntos pero ya nos habíamos acostumbrado de algún modo, me sentía feliz de tenerlo a mi lado aunque no lo expresara en palabras el parecía entenderlo.

-Hakutaku-sama… ¿Está ahí?- Escuchaba a Momotaro llamarme fuera de mi habitación, sentí al demonio que me abrazaba taparme la nariz con su mano y callarme con un brusco beso, sintiendo que el aire me faltaba poco a poco, escuchaba a mi ayudante preguntar si estaba bien, seguramente escuchaba mi agitación, con odio miraba a Hoozuki él se complacía de ver esa mirada en mis ojos, me irritaba que se burlara de mí en esa forma y comencé a retorcerme para soltarme de su estúpido agarre, así que con agresividad lo pateaba y trataba de golpearlo, pero él era más ágil suponía que un demonio sádico como él podía pelearse con medio infierno y salir bien librado, fue cuando desprevenido agarré una parte sensible de su anatomía masculina hizo un gesto raro, ¿le dolió o lo excitó? No sabría decir, pero no me soltó y ya el aire me faltaba que empecé a ver todo borroso, me moría y el aun parecía complaciente reírse de mi desgracia, cuando perdía el conocimiento el me soltó y dulcemente me regalaba un beso suave dándome aire,

-Eres idiota… ¿quieres matarme?- Le grité alterado cuando ya estaba algo recuperado además no era que iba a morir por eso pero un poco de melodrama alegraba la mañana.

-Hoozuki-san ¿Está ahí? ¿Verdad?- Dijo Momotaro con un tono de resignación, avergonzado no le respondí y me dispuse a levantarme de la cama antes que a ese sádico se le ocurra de nuevo querer matarme.

-Bien… les prepararé el desayuno… no tarden…- Advertía él y parecía alejarse, yo buscaba ropa limpia que ponerme.

-Oye… estás muy delgado…- Dijo el demonio que también buscaba su ropa por la habitación, yo de reojo le miré y ciertamente ese demonio me gustaba, su cuerpo era escultural y sensual, mordiendo mis labios disimulaba no mirarlo.

-Perdóname por no tener un cuerpo como el tuyo- Le dije con sarcasmo poniéndome mi ropa interior y el hacía lo mismo sentado al filo de la cama,

-¿Me estas halagando, flacucho?- Cuestionó jactancioso y burlón mirándome fijamente, sabía que aunque mi cuerpo era algo delgado y por demás extraño, a él le gustaba porque me miraba deseoso.

-No soy flacucho…- Le refuté con molestia pero sentí como el tan rápido ya estaba detrás de mí, abrazándome cariñoso.

-No te da miedo que te lastime-Murmuré mientras sentía como nuevamente mi ser entero se estremecía en ese abrazo, y lo decía por mi columna que brotaba un poco por mi naturaleza divina.

-Tú no me lastimarías… Además sentir un poco de dolor es bueno de vez en cuando- Me susurraba al oído mientras se apegaba más a mí, sentía como las puntas de mi columna parecían enterrarse en su piel, este no se quejaba solo me tocaba, ese toque que me enloquecía, fue cuando él me volteó y nuestros rostros quedaron uno frente al otro, nos abrazamos y aunque me moría por decirle que lo amaba no se lo dije, entonces supe que el que tampoco lo diría, preferimos callar y unir nuestros labios tímidos en un profundo beso.

Fin del flashback

Pensar en eso ahora era ilógico, y no sabía porque seguía pensando en aquello que ocurrió meses atrás, parecía tan real el recuerdo que daba la impresión de algo ocurrido hace minutos, saber que eso no volvería a ocurrir me dolía al principio pero me acostumbre a su ausencia en mis madrugadas, en los días que pasábamos juntos en mi casa simplemente cuando él me venía a observar trabajar, o conversar de tonterías del pasado, en esos paseos que discutíamos sin parar, no era como si lo extrañaba pero me sentía tan vacío ahora, y saber que fui yo quien lo alejó de mí, todo por el miedo de que supiera que era mi todo, mi vida, mi amor… Aun recuerdo su rostro cuando le dije que no lo quería cerca de mí por supuestas tonterías que inventé, noté como su mirada entristeció por milésimas de segundos luego su furia y orgullo surgió, me gritó algunas cosas ofensivas pero callado yo me alejé con el corazón destrozado, era una bestia divina que había vivido libre por milenios, que temía ser atada por el amor, no quería encadenarme a ese sentimiento, quería ser libre, pero fue mi decisión y no podía retractarme mostrando vulnerabilidad ante él, quien también orgulloso tampoco me rogaría, desde ese día no volvió a aparecerse y si nos veíamos éramos completos extraños, fue doloroso al principio y Momotaro me regañaba muchas veces diciendo que no fuera orgulloso, que debía regresar con él, algo que ignoré.

-¡Que suertuda es esa chica!- Murmuraban dos lindas señoritas que conversaban mientras se dirigían a mi humilde morada a comprar alguna medicina seguramente.

-Ustedes son las que son muy afortunadas el día de hoy- Les dije coquetamente acercándome a ellas, quienes se miraron entre sí,  y con mala cara me ignoraron.

-Como te estaba diciendo- Dijo una de ellas alzando la voz para ignorarme, pero yo tratando de olvidar a mi demonio jugaba al galán con las mujeres aunque no me gustaran, las seguí aun cuando no me querían cerca, entramos a mi casa y me disponía a atenderlas con amabilidad.

-¿afortunada? A mí me daría como miedo estar con alguien así- Dijo la otra cuando entraban, comencé a mostrar interés de esa conversación.

-¿puedo preguntar de quien hablan? ¿Quién les causa tanto interés?- Les pregunté ya curioso, y ellas que parecían estar gustosas de dar información parecían responderme mientras Momotaro también se unía a la conversación.

-¿No lo saben?- Dijo la chica con aire de intriga, los dos negamos con la cabeza.

-Anoche el ayudante de Enma-sama se comprometió con una hermosa mujer demonio.- Me contaba una de ellas y esas palabras resonaron en mi mente junto con los momentos que pasamos juntos, me paralicé y mi ayudante me miró con tristeza.

 

Él era mío y lo dejé ir… Soy una bestia divinamente idiota… pensaba y me alejé de ellos en silencio, por algún motivo sentía que no debía dejarlo ir y mucho menos casarse con alguien más que no era yo, tenía que hacer eso de una boda para que me diera cuenta de cuanto lo amaba. 

Notas finales:

gracias por haber leido

el proximo capitulo con el punto de vista de Hoozuki 

agradeceria sus reviews 

besos :*


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