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Loba castaña por Verdadero98

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Notas del fanfic:

Hola, saludo a aquellos que se pasan a leer este fic Shiznat :3


Sera una historia corta, de la cual ya tengo todos los capítulos listos en mi computadora; razón  por la cual no interferira con las actualizaciones de mis otros fics XD


Ojala disfruten de la lectura.

LOBA CASTAÑA


CAPÍTULO 1


Nos persiguen hasta prácticamente llevarnos al borde del exterminio; inventan mil y un formas de difamar nuestros nombres y sangre; convirtiendo a todo lo ajeno a ustedes, en historias y cuentos narrados a los niños para asustarles. Díganme entonces… ¿son reales o paranoias de una mente? Porque por mi parte puedo decir soy completamente real, tan real como el constante latir que les mantiene con vida.


El pelaje que recubre mis poros es igual de verdadero que la carne sobre tus huesos; las garras de mis dedos son inocentes al lado de las armas que empuñas para atacarme; los colmillos nacientes en mi dentadura no son más letales que la ponzoña habitante en tu lengua.


A mí no me quieran engañar, tampoco intente desaparecerme mediante palabras, pues, sin importar cuanta ignorancia produzcan, aquí seguiremos, aquí seguiré.


Vivo por querer vivir.


Vives por mera obligación.


Ocultar a los niños de nosotros por contar con colmillos y garras…


O…


¿Ocultarlos de ustedes? Por poseer mentiras y artimañas.


Vuelve a pensar en lo que dije antes y contesta


¿Aún me consideras irreal?




Caminaba teniendo un panorama borroso; mis ojos ya no ofrecían vista confiable ni mis pies pasos seguros. Trastabillaban mis rodillas al intentar coordinar adecuadamente las piernas, si, definitivamente, el amargo fin tocaba a mi puerta decidido a que le abriese. El camino pedregoso que pisaba en desconocido momento se convirtió en la mojada tierra de un ordinario patio; al ir sin calzado el lodo se metía entre mis dedos y se entremezclaba con la sangre que iba bajando por los débiles tobillos.


Al respirar bajo la gélida lluvia podría jurar ver mi vida escapar cuando visualizaba mi aliento contra las millones de gotas, subiendo en débil vapor blanquecino. Con el cabello totalmente empapado pegándose a mi descubierta y herida espalda; sintiendo como pulsaba la carne y deseando no tener que ver como la sangre se coagularía.


Sencillamente, dar otro paso en tales condiciones sería un milagro que el cielo claramente no habría de concederme. Pare, dando lugar a que mis dedos se enterrasen en la mojada tierra de ese solitario patio, en el cual, los dueños tendrían la desagradable sorpresa de encontrar mi inerte cuerpo. Voltee la mirada al manto nocturno, buscando poder avistar a mi bella luna que esa noche hubo de abandonarme a mi suerte. Quise sonreír amargamente más mis facciones estaban demasiado agotadas para ello. También quise aspirar profundamente, algo que, de igual forma tampoco me podría ser concedido por la gravedad de mi estado. Mínimamente, sería una muerte sin delirios de por medio por lo que el marcharme con dignidad aún era posible.


Apreté los dientes cuando ya no soporte estar de pie y caí incapaz de protegerme del golpe, incapaz de cuidarme, de consolarme, de cualquier cosa. Para mi desgracia, el terminar de desangrarme aun sería un proceso tardado siendo que solo deseaba todo terminase ya. Contra el lodo, aplastada por la lluvia en temblores de frío, cerré los ojos dado que únicamente para eso me quedaban fuerzas. De forma incierta para agotados sentidos, pareciendo así algo más próximo a un delirio de último momento, escuche los pasos de alguien encaminándose en mi dirección. ¿Venían a asegurarse de mi muerte? Felicidades, estaban a punto de contemplarle en primera fila.


Abrí los ojos confundida, harta, cansada de que ni siquiera me fuese a dejar fallecer "tranquilamente". O sorpresa la que me lleve al toparme con un par de ojos dueños de claro color verde, profunda mirada con pupilas semejantes a abismos sin fondo. Se acercó despreocupadamente, dándole igual que bajo sus pies la sangre que se drenaba de mi cuerpo hacia una nada agradable mescla con el lodo. El ligero movimiento producido por mi respiración dejaba en claro todo.


Era peor de lo que imaginaba, pues ahí, hincándose cerca de mí se encontraba un ser que por naturaleza era mi enemigo; siendo en muchos aspectos todo lo contrario a mi especie y en tantos otros semejante. Pero valla, fuese madre naturaleza o quien fuese, yo no podría dar pelea. Se me entrecerraban los ojos, la lluvia me hacía pesadas las pestañas pero aun así vi como frunció el ceño evidenciando descontento. –Estúpidos humanos-. Fueron exactamente sus palabras dadas en tono despreciativo e inclusive molesto. No tardo en rápidamente quedar también empapada por la lluvia.


Acerco las manos, por lo que pude ver, sin pensarse en nada lo que estaba por hacer. Quejido salió de mis labios cuando coloco las manos entorno a mi cuerpo, metiéndoles por debajo del ensangrentado lodo para poder alzarme en brazos. Pulso la herida de mi espalda en lamento mudo por la carne desgarrada. Era consiente pero no podía evitar las lágrimas me brotasen juntándose con las gotas de lluvia en mis mejillas; el dolor era demasiado. –No te hare daño- Fiarme de las palabras de una desconocida que bien podría portar mi guadaña. Intente respirar con mayor regularidad y resulto en un dolor incalculable e indescriptible. Sin siquiera enterarme de ello, cerré los ojos.


Pesadillas en las cuales hombres iracundos portaban instrumentos de plata y sin piedad o compasión me atacaban pese jamás haberles hecho el más mínimo daño. El detalle con que los veía era tremendamente horroroso puesto que no eran meras pesadillas, tales imágenes pertenecían a mis recuerdos. La memoria de mis padres siendo desmembrados por falsas acusaciones, por la ignorancia y egoísmos de los infelices humanos capaces de todo a la hora de saciar su sed de sangre.


Entre agitadas respiraciones y jadeos exhaustos, sintiendo las gotas de sudor frio resbalarme por la parte trasera de cuello y espalda, con miedo a lo que mi olfato dictaminaba; desperté estando en una cama ajena a cualquier memoria. Esos abismales ojos verdes ausentes.


-¿Por qué haz traído a esa cosa aquí?-. A ciencia cierta que ese comentario era absolutamente dedicado a mí. Apreté la mandíbula suprimiendo la pésima sensación que me embargaba desde la vendada espalda; no es así lo quisiera pero, concentrándome en esa área aun podía sentir exactamente cada desgarro de piel y carne. También mis brazos poseían vendajes impecables que a primera vista se notaba colocaron gráciles manos dotadas del don de la elegancia. La habitación completamente cerrada, alejada de cualquier rayo de sol, encerrando el aroma del sueño de dicho espacio.


-Porque así lo quise hacer-. La misma voz que me había dicho "No te hare daño". Volví a caer desmayada, víctima de la ausencia de energía, de fuerza, de alimento.


Sentir una mirada clavada directamente sobre mí, una mirada carente de penas o vergüenzas, fue la forma en que mi cuerpo envió una alerta para despertarme por segunda vez. Sentada en una silla al lado de la cama, con el pecho recargado contra el respaldo y brazos cruzados sobre este; los cabellos cobaltos le caían por sobre los hombros que mantenían posee rígida y aun así con aire de elegancia. El aroma impregnado en la habitación indudablemente era el suyo. –Hola, ¿Cómo estás?-. Un saludo tan absurdamente casual para una situación como aquella, que, término por sacarme una sonrisa.


-Hola, me encuentro mejor-. Correspondí el saludo, de quererme muerta ya lo estaría.


-¿Cómo te llamas Lycan?-. Otra forma de referirse a mí no encontró más que la de remarcar mi especie en una pregunta. El tic tac de un lejano reloj llego mis oídos por lo que supuse que a los suyos también. –Soy Natsuki Kuga, gusto en conocerte-. Al hablar, por reflejo de su especie exponía los colmillos en un tipo de advertencia que posiblemente incluso ella misma ignoraba, sus colmillos lucían tan filosos que probablemente con solo acercar un dedo te cortarías peligrando en desangrarte. Curioso, muy curioso y particular conocer a una vampiresa que no deseaba rajarme la garganta y seguidamente desmembrarme.


-Shizuru Fujino-. Incluso hablar resultaba doloroso, recordando que también me habían herido la garganta en medio de aquel infierno personal. ¿Por qué tanta crueldad? ¿Si me querían muerta no bastaba con sencillamente asesinarme? ¿Por qué esmerarse en infringir tanto daño? –Agradezco mucho la ayuda pero… ¿a qué se ha debido?-. Alce un poco la parte superior del cuerpo, apoyándome en los antebrazos y esperando por una respuesta.


-Los vampiros que tengo por compañeros aseguran que solo busco una mascota-. Escalofrió bajo por toda mi columna vertebral, obligando a cada poro a exaltarse por dicho comentario. Mascota de vampiros. Antes había escuchado de casos en los cuales los lycan terminaban ya ni siquiera como sirvientes o esclavos, si no que como mascotas. –Ya me canse de repetirles que simplemente me pareció lo correcto-. Desconcierto, definitivamente desconcierto absoluto me lleno hasta la medula. ¿Lo correcto? –Creo que tenemos suficiente con la destrucción masiva causada por los humanos, como, para además masacrarnos entre nosotros-. Aprecie la seriedad con que Natsuki expreso su opinión. Era verdad, suficiente con esos constantes ataques a nosotros por cuenta de un enloquecido bando.


-Creo que tus compañeros quieren matarme-. Herida si, desorientada también pero aun así podía detectar la presencia de dos vampiros fuera de la habitación. Golpeteo el respaldo de la silla con sus dedos, pensativa y frunciendo un poco el ceño en gesto que admito me pareció sensual.


-Creo que más bien temen que intentes matarme tú a mi Shizuru-. Negué con la cabeza sin poder evitar poner una expresión que decía en letras mayúsculas: ¿ENSERIO? ¡NO PODRIA!. En mi estado sería como querer enfrentar a un oso siendo solo un gusano; además, ¿Por qué atacar a la mano compasiva que me ayudo? El ser una lycan no me convertía mágicamente en una salvaje sin escrúpulos. Agradecimiento a quien se debiese, y, se lo debía a Natsuki Kuga. –Lose, no tiene sentido que lo digan-. Ahora fue ella quien negó con la cabeza.


–Por cierto, creo que esos hombres aun te están buscando-. Por lo que pude ver eso le disgusto. ¡Maldición! Seguramente al no haber encontrado mi cuerpo en algún abandonado sitio del pueblo dieron por hecho que por cosa del destino logre sobrevivir y me buscaban para "terminar" su trabajo. –Puedes quedarte aquí un tiempo, si gustas-.


-Gracias-. No había otra palabra para decirle que fuese más adecuada que esa.


-De nada-. La profundidad de su voz era placentera para mis oídos.

Notas finales:

Lose, muy corto pero veanlo como que es de facil digestión (?)  XD 


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