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The Never por Iratxe

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Notas del fanfic:

Bueno, esta pequeña historia forma parte del proyecto por el décimo aniversario de Sadie, así que aquí está mi aportación. 

 

Nombre de la pintura: El caúcaso

Autor: Iván Aivazovski

Y el año que me tocó fue el último, 2014, es por eso que me basé en GANGSTA, o en mi percepción de ese álbum. Especialmente The never; os dejo la traducción (propia) en la que me apoyé:

 

http://tamashii-no-kyoku.blogspot.com.es/2014/12/sadie-never.html

Estar deprimido es como encontrarte en medio de un barranco helado; un cañón... Profundo...amplio...Donde solo estás tú. Pero al mismo tiempo todo es tan grande que te supera, y no tienes ni la más remota idea de cómo salir de ahí...



Algunas personas acaban en este lugar después de una experiencia traumática, y otras, como yo, viven aquí toda su vida, sin saber muy bien por qué la cosas te afectan de forma distinta en comparación a la gente normal... Tu vida es un sube y baja de emociones, y te tranquilizas pensando que es cosas de las hormonas, y que cuando tu adolescencia termine todo se calmará...



Pero eso no ocurre. Sigues por la misma línea...pasan los años, la gente, las situaciones...y sigues atascado en el mismo paraje...Solo...



Por supuesto, no es que estés solo de forma literal, solo figurada...figurada por tu mente. Tienes amigos que se preocupan por ti pero...ya que eres el primero en negarte su ayuda...simplemente dejan de intentar dártela... Tus amigos pasan a ser conocidos...y así sucesivamente, cada vez que alguien nuevo aparece en tu vida.



Es algo triste, pero te acabas resignando a que todo pase de esa forma. Ocultas “esos sentimientos de tristeza” en un rincón pequeñito, y jamás los muestras a nadie, aun cuando estás a punto de romperte. Esperas, llegas a casa y te quiebras sobre el suelo, y el llanto no cesa...almohadas empapadas, muñecas vendadas, incapaz de seguir viviendo, pero a la vez aterrado por dar el siguiente paso... Atrapado de nuevo, en medio de ambas opciones, aunque ninguna parecía que fuera a satisfacerme.



Y así había sido desde que tenía memoria. Los ataques de ansiedad iban y venían, nunca había tenido valor para consultar a un especialista, tenía bastantes problemas como para que alguien intentara “analizármelos”. Simplemente intentaba pasar desapercibido, hacía bien mi trabajo y me descargaba como podía...



Descargarme...supongo que esa fue la razón por la que me interesé en la música. Cuando cantas...hasta el punto en el que tu voz se desgarra...todas las cargas parecen aligerarse por un instante...



Y luego...está él.



Mizuki. Cuando Aki y yo estábamos formando nuestro nuevo proyecto, y lo vi...sabía que tenía que ser él. No había nadie más que pudiera ser nuestro guitarrista. Traía un aura...distinta a nosotros dos. Aki siempre tan callado y misterioso y yo...bueno, tengo mis cosas. Pero Mizuki siempre parecía contento y alegre...siempre... Entraba en cualquier lugar e iluminaba toda la estancia, supongo que siempre tuve envidia de él por eso. Sonriendo...



Feliz. La palabra era feliz. Tenía aquella “llave” que yo no conocía. Siempre guardé ese tipo de respeto por él, aquel que “era más sabio”, de alguna forma. Hasta que...un día...vi la otra parte de aquel ser etéreo que parecía irrompible...



–¿Mi...Mizuki?–



Se había quedado en la sala, aun cuando todos nos habíamos ido, alegando que quería trabajar un poco más; pero se me había olvidado la cartera y volví a por ella...Estaba llorando.



–Ah...Mao...–se secó las lágrimas rápidamente con el borde de su jersey–¿Qué ocurre?–



Jamás, en los diez años que llevábamos conociéndonos, lo había visto llorar.



–Se me...ha olvidado la cartera.–



–Qué despistado eres...–se rió



Incluso así...seguía sonriendo...cómo podía...



–¿Qué te pasa...?–



–¿Ah? No es nada en serio...todo está bien.–



–Pero estás llorando.–me senté a su lado, aunque no sabía si había hecho bien



–De verdad no es necesario que te preocupes...–



–Tú siempre te preocupas por todos, si necesitas hablar...–



–Es una tontería de las mías, te va a parecer eso si te lo cuento...–

 

–Te escucho.–



–Bueno...últimamente no he estado recibiendo...buenos comentarios de los fans sobre...mi aspecto...ya sabes que he ganado algo de peso...–



Sí, pero no se le notaba. Aunque se estaba esforzando mucho por perderlo y estaba haciendo dieta, ciertamente.



–¿Te preocupa eso?–



–Bueno...yo no...me veo bien nunca y si...los demás dejan de verme bien...–su sonrisa se tornó triste esta vez, y algo dentro de mí se movió



“No, no, si Mizuki se pone triste significa que no queda ni una pizca de felicidad en el mundo”



–Pero tú estás bien...–



–¿De verdad crees eso, Mao?–me miró directamente a los ojos, con las mejillas empapadas



–Claro no...no es algo importante...–



–Quizá para ti no...–



Y en ese momento, sentí algo distinto. Por primera vez no era el resto del mundo el que no le daba importancia a mis sentimientos...sino al revés...Mizuki tenía su propia lucha interna, la cual yo no entendía. Pero ver ese otro lado...me hizo comprender más de lo que nunca había hecho.



–Yo pienso en...cosas parecidas...a veces...–



–¿Ah?–



Y quizá no fuera el mejor momento ni lugar, porque él era el que estaba triste, pero me abrí. Hablé sin parar, le conté que me sentía inservible, que no era capaz de expresarme, que pensaba que no tenía ningún lugar en el mundo, que me autolesionaba, que deseaba morir, pero no me atrevía... Todo. Nunca en mis treinta y cinco años de vida había hablado tanto de mí mismo. Lo hice por tanto tiempo que cuando acabé mi lengua se sentía seca...pero mis mejillas ahora estaban mojadas como las suyas...



–Anda que...algo tan triste dentro un tío tan pequeñito.–me abrazó, y yo también lo hice



Sentí una calidez que...no había sentido antes...o más bien...que necesitaba... Era el tipo de abrazo que uno quiere cuando se encuentra mal, cuando siente que no puede más...



–Mizuki...–



–Oh, dios, no me digas que te gusto. Lo que les faltaba a las fans.–



–Cállate. Si tú tienes novio.–



–¿De dónde te has sacado eso?–



–Me lo dijo Tsurugi.–



–Pues está mal informado. Llevo tres meses soltero.–



–Ah...vaya.–



–Pero tranquilo, eso lo llevo bien, nos seguimos hablando. Quiero a alguien diferente para la próxima vez...–volvió a sonreír como siempre



Y así giramos el tema de conversación hasta llegar a asuntos más felices. Hablamos del futuro, hablamos de la vida... Nos pasamos la noche entera en nuestra sala, a pesar de las amonestaciones del vigilante nocturno, nos quedamos allí hasta el amanecer...



–Oye...Mizuki...–



–Dime.–



–Creo que...me siento bien...–me apoyé en la ventana, observando los primeros rayos de sol filtrándose entre los rascacielos



–¿Sí?–



–Sí...me siento más...relajado ahora...Creo que...hay algo bueno que puedo hacer...–



–¿El qué?–



–Quiero que empecemos a trabajar en el nuevo álbum...desde otro punto de vista...–



–¿Mm?–



–Ya sabes...cómo esto...quiero decir...nosotros...estamos...tristes...pero...eso no significa que...estemos solos, ¿verdad?–me giré a mirarlo



–¿Esa es la moraleja de hoy?–



–En parte...siempre tendré...días de esos...es algo que...jamás superaré...porque forma parte de mí...y tú tampoco estarás nunca contento del todo contigo mismo...pero... Seguimos aquí. Tú y yo. Estamos vivos... Eso es lo que...quiero transmitir...–



–Algo como que...no debes olvidar por lo que has pasado pero... ¿debes seguir hacia adelante? Aunque vaya a...haber cosas tristes también...–



–Se te da mejor ponerlo en palabras que a mí.–



–Es que no lo sabes pero yo iba a ser el vocalista y sustituirte, Aki me lo dijo.–



–¿Aahh?–



–Que es broma idiota.–



–Ah...–suspiré aliviado



–¡¿Tú de qué te alegras?!–



–De nada de nada...–



Para cuando nos dimos cuenta eran las nueve y el resto de nuestros compañeros entraban por la puerta...



–Uy, ¿y vosotros qué hacéis aquí? ¡Y con la misma ropa de ayer! ¡Aki, han pasado la noche juntos, haz algo que se desmadran!–



–Hemos estado haciendo bebés.–Mizuki me abrazó por detrás–MiniMaos y MiniMizukis.–



Aki se sentó en su sitio, prefirió no prestar atención a nada de lo que hacíamos, y yo me reí, por primera vez en mucho tiempo me reí. Como si no tuviera nada de lo que preocuparme...como si...mis fantasmas...se sintieran más ligeros ahora. 

Notas finales:

Y hasta aquí. No voy a mentir estoy de lo más descontenta con este minific pero no se me ocurría nada y tenía que subirlo y bufff......

 

NI SIQUIERA SE HAN LIADO. Pero no quería forzar eso, no queria un fic de porno sin argumento porque ese no es para mí el espíritu de Gangsta.

 

Mao lleva triste diez años. Diez. He traducido toda la discografía de Sadie y doy fe de que jamás ha escrito canciones con mensaje positivo como las de este álbum. Él solía simplemente decir que su tristeza era demasiada y que la solución era morir. En Gangsta ve un final, una solución, las canciones son un acto de superación en sí mismas, o al menos esa es mi visión. Aunque no haya podido compartirla como me hubiera gustado -.-


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