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Talk show por Niji_Takagawa

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Notas del fanfic:

Buenas noches mis queridos lectores~ sé que la última vez les dije que estaba trabajando en un proyecto nuevo, sin embargo no me pude resistir a escribir este one-shot, producto de algunas alucinaciones mías. La pareja la descubrirán al leer un poco.

Notas del capitulo:

Sin más que decir, además de lo dicho en las notas anteriores, lean y disfruten:

Viajar a los Estados Unidos de América ya no resultaba ninguna novedad para quien representaba uno de los mayores ídolos musicales de Japón, y posiblemente de toda Asia, no sólo siendo parte de la aclamada L’Arc~en~Ciel, sino también como líder, y vocalista por supuesto, de VAMPS, después de todo, el nombre que por años se había dedicado a forjar dentro de la industria musical de su país, brillaba por sí solo, sin la necesidad de ser parte de una banda para que todos supieran de quién se trataba. Por ello, las últimas horas se había limitado a enfocar su visión en la ventanilla junto a la que se encontraba sentado, ensimismado en sus múltiples pensamientos, como hacía en cada ocasión que abandonaba su país, con el propósito de dar conciertos en una nación diferente, en esa ocasión, una tan lejana de su propia tierra, que poco le faltó para dirigirse al otro lado del mundo, sin exagerar, a pesar de que su impaciencia era una de las características más marcadas de su personalidad, demoniaca para unos, angelical para otros, así era Hyde Takarai, toda una contradicción que vivía dentro de una misma entidad, ¿sería ése el motivo de la selección de ese nombre, luego de darse cuenta del problema que podía representar para él seguirse haciendo llamar Hide? Ese tipo de confusiones era algo que debía evitar a toda costa si deseaba que su propia luz, opacara a otras, y lo había conseguido, no sólo gracias al misterio que el nombre elegido encerraba, sino por su talento, como escritor e intérprete.

–¿Hyde? ¿En qué tanto piensas? –Repentinamente, una voz tuvo que hacerle volver de golpe a la realidad, el guitarrista que hasta entonces había estado sentado en un silencio absoluto a su lado, por alguna razón, esta vez sintió que era oportuno el hecho de preguntarle qué le ocurría, sin saber que realmente deseaba no hablar al respecto.

–En nada Kaz, no te preocupes tanto por mí, sabes que me suelo quedar así con frecuencia, no hay nada qué temer –respondió el más bajo con una voz casi mecánica que, de no ser porque ciertamente le conocía bastante bien el guitarrista habría insistido, después de todo, por supuesto que le pasaba algo, y era que en ningún momento deseó salir de su país realmente, por alguna razón no le entusiasmaba como en otras ocasiones, y de no ser por el compromiso al que su mánager los había atado, no se hallaría en ese avión con rumbo a un lugar sumamente alejado de su hogar.

–Está bien, te creeré…–una sonrisa repentina se dibujó en los labios del mayor, una bastante misteriosa, para tratarse del siempre transparente y tranquilo Kaz, pero que no fue vista por nadie, por lo tanto, así no recibiría ningún tipo de pregunta de parte del más bajo– lo que sí puedo notar, es que luces algo cansado.

–Hoy no tuve ganas de dormir a pesar del largo camino, por alguna razón, solamente deseaba contemplar las nubes alrededor, debe ser por eso que me veo cansado, sin embargo no siento tanto cansancio como podría esperarse… ¿es extraño?

–Sólo un poco, pero los dos sabemos Hyde, que el concepto de normalidad que define a tu persona difiere mucho de lo que otros podrían considerar como tal.

–Eso es cierto…–dicho aquello hizo una pausa, pues inevitablemente sintió la terrible necesidad de estirarse en su asiento, extendiendo las piernas y alzando por completo los brazos, por encima del respaldo de su mullido asiento, el cual irremediablemente se reclinó hacia atrás un par de centímetros debido a la fuerza con que era empujado por el cuerpo de su ocupante– por cierto, ya casi llegamos verdad, honestamente ya estoy ansioso de poder ver algo más que nubes, y lejanos reflejos azules del océano.

–Según el piloto, en diez minutos más volaremos sobre Los Ángeles, después de eso, la rutina de aterrizaje que ya conoces bien.

Por parte del pequeño pelinegro sólo recibió un corto asentimiento de cabeza como toda respuesta, pues éste había regresado a su posición, apoyado en la ventana, con la mirada clavada en la vista que se podía apreciar desde ese punto del avión, y con una expresión de serenidad, bastante cansada, pero por extraño que le parecía, lucía muy tranquilo. Después de todo, Hyde no se caracterizaba por transmitir ese tipo de calma, sino por lo hiperactivo que era, por el hecho de que se le dificultaba quedarse quieto y en silencio tantas horas. Durante los casi exactos diez minutos que les habían anunciado que quedaban de vuelo, más los que fueron necesarios para aterrizar, ninguno de los dos dijo nada más y se dedicaron a analizar sus pensamientos, por lo que fue hasta que aquella ave metálica que los transportaba a través del océano se detuvo completamente sobre la pista de aterrizaje que le correspondía, desde la gran capital nipona, hasta la soleada y concurrida ciudad de Los Ángeles, California, una vez más, estaban llegando a América. Lo primero que hicieron al bajar del avión, fue definitivamente colocarse sus gafas de sol, además de quitarse las chaquetas, pues el calor hacía insoportable la idea de usarlas. Para su fortuna el sitio estaba despejado, qué excelente idea había sido adelantar su llegada a los Estados Unidos, y llegar del modo más discreto posible, pues de esa manera no había fans alocados alrededor, y podían simplemente recorrer las instalaciones del aeropuerto en completa calma, sin miedo a que los fans se les echaran encima, y sin la imperiosa necesidad de correr.

Con esa misma tranquilidad llegaron finalmente a la salida, donde un auto esperaba especialmente por ellos, para llevarles al lujoso hotel en donde los músicos solían hospedarse cada vez que se encontraban en esa ciudad, de manera que una vez que arribaron, y que el vehículo se detuvo, bajaron inmediatamente, ya estaban cansados de encontrarse encerrados en una cabina metálica, sólo viendo a su alrededor todo aquello que parecía desplazarse, cuando en realidad eran ellos los que se hallaban en movimiento. Por ese motivo, encontrarse por fin en el interior de una habitación tan lujosa y cómoda, fue toda una bendición para los cinco hombres que acababan de finalizar un largo viaje intercontinental, y lo mejor de haber adelantado su viaje, era que tenían varias horas disponibles para descansar y reponer fuerzas, en un lecho de verdad cómodo e invitante, mucho más que el asiento reclinado de un avión, por más primera clase en que éste se encontrara.

Para todos fue lo mismo, prácticamente apenas tocaron la cama, y se quedaron muy profundamente dormidos, Jin y Arimatsu en una habitación, Ju-ken y Kaz en otra, y finalmente, Hyde en una para él solo, pero nadie se quejaba de ello, pues sabiendo lo caprichoso que era el vocalista, además de lo malhumorado que podía mostrarse si no le daban lo que deseaba. Akuma, cuántos méritos habría tenido que hacer para, desde niño, ganarse semejante apodo, pero estaban completamente de acuerdo en que le quedaba a la perfección, muchas veces habían alterado ese sobrenombre, llamándolo demonio de bolsillo con el propósito de buscar un poco de humor a la personalidad tan explosiva, y sí, demoniaca de su líder, pero a pesar de ese esfuerzo, era evidente que aquello no tenía nada de humorístico en realidad. Sin embargo todos tenían motivos para sentirse tranquilos en ese instante, pues ciertos planes que involucraban a su vocalista les aseguraban que éste tendría un humor inmejorable, no sólo durante su estancia en ese país, sino por mucho más tiempo, todo dependía del alcance del éxito que tuvieran.

Los cinco músicos estaban enterados de que al día siguiente de su llegada a América tenían programada una entrevista en uno de los talk shows más populares del país, de manera que llegaron al estudio televisivo con una hora de anticipación, pues como ya sabían, la rutina antes de hacer su aparición frente a las cámaras incluía el peinado, maquillaje, cambio de vestuario, etcétera, factores que debían ser considerados para poder estar preparados a tiempo. El programa comenzó de forma cotidiana, nada que pareciera fuera de lo común, pues siguieron al pie de la letra, el protocolo que siempre se había seguido en cada emisión, un segmento dedicado a preguntar sobre la vida profesional de los músicos, para que los televidentes que no les conocían comenzaran a hacerlo a través de la descripción de su trabajo y la parte de su carrera como banda, pues habían dejado claro que cada uno de los integrantes de VAMPS tenía proyectos anteriores que seguían atendiendo en paralelo. Después de eso, llegó el segmento musical, donde tuvieron la oportunidad de tocar dos canciones, parte de su álbum más reciente por supuesto, para que así sus espectadores tuvieran la oportunidad de oír su música, y no solamente escucharles hablar de ella. Al final de su estadía en el set del programa, comenzaron a hablar de asuntos más personales, aunque no demasiado, pues su mánager se había encargado de llegar a un acuerdo con respecto a qué tipo de temas podían, y cuáles no podían mencionar, especialmente con el vocalista, quien resultaba un hombre bastante hermético en lo que respectaba a temas de su vida íntima, y que teniendo en cuenta la personalidad cambiante de éste, no estaba seguro de cuál sería su reacción ante ciertos temas. No obstante, se acercaban al final, y con ello, a ese tema que tanto ansiaba el resto de los músicos, pues estaban seguros de que con la sorpresa que tenían preparada para su líder, éste estaría a punto de morir de emoción ahí mismo.

–Y díganos señor Hyde, dentro de la música occidental, qué exponente opina que es el mejor –sí, finalmente la presentadora estaba llegando al punto culminante de esa entrevista.

–Pienso que muchos destacan, ninguno desmerece su esfuerzo y talento, cada uno es excelente a su manera, tanto Estados Unidos como Europa tienen excelentes bandas que yo admiro, pero quizás, teniendo en cuenta el lugar en el que estamos, podría escoger a un máximo exponente norteamericano. Para ninguno de mis fans es secreto que admiro muchísimo a Marilyn Manson, es uno de mis mayores ídolos musicales de todos los tiempos –bingo, el vocalista acababa de dar la respuesta que los presentes se esperaban, habían diseñado las preguntas cuidadosamente, buscando así poder predecir, al menos en ese caso, la respuesta del líder de VAMPS.

–Hyde siempre ha expresado públicamente su admiración hacia él, por eso, como él decía, hasta sus fans están enterados al respecto –intervino repentinamente el bajista, a quien el aludido miró de reojo, con un ligero dejo de confusión en su mirada, pues no comprendía por qué abordaban ese tema con tanta insistencia.

–¡Genial! Es perfecto que lo haya aceptado tan abiertamente Hyde, porque le hemos una sorpresa especial para usted –agregó otro de los conductores del programa, con la sonrisa amable que en ningún momento se había borrado de sus labios, y bajo la expresión de sorpresa del músico japonés.

Antes de que cualquiera pudiera decir algo más, dieron paso a un video dedicado al antes mencionado cantante estadounidense, Marilyn Manson, incluyendo escenas de algunos de sus videos más conocidos, seguidos de escenas de los conciertos que The Zombies dieron en Inglaterra algunos años atrás. Después de que Sakura, el segundo baterista de L’Arc~en~Ciel saliera de la banda, tras su arresto por posesión de drogas, los tres miembros restantes viajaron a Inglaterra, bajo las especulaciones de que lo hacían con el propósito de huir del escándalo, y una vez allí, aquél fue el nombre que adoptaron para dar algunos conciertos por el país, realizando diversos covers de bandas occidentales, incluyendo por supuesto, a Marilyn Manson, como símbolo de la admiración que Hyde sentía por él. Mientras el video era reproducido, él miró la gran pantalla que se hallaba en la parte trasera del set, completamente entretenido en ello, aunque no comprendía muy bien el porqué de ese video, aunque su respuesta estaba a punto de llegar por medio de sus propios pies, pues por uno de los costados del set entró una alta figura, vestida de negro completamente, caminando con algo de sigilo para poder acercarse al más bajo por la espalda, aprovechando que éste miraba aún la pantalla, y no se dio cuenta de nada, ya que el público tampoco dijo nada, ni emitió ningún sonido, pues deseaban ver la expresión de completa sorpresa que sabían que su ídolo demostraría al darse cuenta. Y no estaban equivocados, pues apenas terminó el video, el más bajo se enderezó en su lugar, siendo la alta e imponente figura del cantante lo primero que visualizó, mostrando esta vez todo un poema de emociones en su rostro, después de todo, cómo reaccionar si enfrente suyo se encontraba uno de sus ídolos, uno que nunca antes pensó tener la oportunidad de conocer, le veía tan lejano e inalcanzable, que ahora que estaba ahí, no sabía qué más hacer, temiendo que si se movía o hablaba, despertaría de un sueño.

–¡Parece que el señor Hyde está demasiado conmocionado! –Exclamó nuevamente la presentadora con una sonrisa de satisfacción, misma que prevaleció en los labios de todos los organizadores de tal sorpresa, después de todo, la expresión del vocalista incluyó un dejo de nervios al notar cómo el más alto tomaba asiento a su lado.

–¿No tienes nada qué decir líder-sama? –Cuestionó un muy divertido baterista, que como el resto de sus compañeros, observó al más bajo con una sonrisa casi incrédula, después de todo, qué tan seguido podía verse al ególatra, caprichoso y vanidoso Hyde con esa expresión de fangirl a punto de gritar de la emoción.

–¡No sé qué puedo decir! –Sí, a pesar de no demostrarlo casi nunca, Hyde tenía una faceta sumamente tímida, dependiendo de las circunstancias, y encontrándose frente a uno de los hombres que más admiraba, sintiéndose todo un fanboy, debía calificar como situación que ameritaba mostrar su timidez.

–Bueno hace tan sólo un par de minutos estaba divulgando con toda la seguridad del mundo lo mucho que admira al señor Manson.

–Oh eso nunca lo negaría, además ésa es la razón de que ahora lo hayan traído…

–Le agradezco mucho su admiración hacia mi persona, Hyde –hasta ese momento no había podido observar al cantante menor con detalle, pero ahora que se encontraba sentado a su lado, muy cerca, tuvo la oportunidad de contemplarle mejor, hecho que le hizo dibujar en sus labios una sonrisa ladina, pero no dijo nada al respecto, o por lo menos no todavía, pues al notar lo tímido que se comportaba, solamente haría muy evidente cualquier insinuación de su parte.

–¡A usted gracias por su música! Aunque honestamente no es lo único que admiro de usted…

–Cuéntenos Hyde, qué más admira de Marilyn –comentó uno de los conductores, con bastante ánimo, pues ahora que parecía haber disminuido la tensión de la sorpresa, la conversación podía fluir nuevamente.

–Pues bueno, la verdad yo opino que cuando un artista es verdadero, transmite algo, no sólo a través de su arte, sino también de su forma de hablar, de expresar sus ideas, y algo que admiro mucho de Marilyn es que no teme expresar sus ideas, a pesar de que difieran de las que tiene la mayoría, tiene ideas propias que, a mi parecer, habrían de ser una inspiración en lugar de un motivo para satanizarlo, además de una guía para reflexionar en ciertas cosas que la humanidad ha hecho y hace, y que él sólo se ha encargado de señalar…no sé si me expliqué como es debido pero ésa es la idea en general –al terminar de hablar, se percibieron diversos sonidos casi enternecidos de parte del público, pues su ídolo acababa de pronunciar un gran y conmovedor discurso que dejaba muy claro que, quien era su ídolo, lo era por asuntos que traspasaban la admiración musical. Sin embargo aquellos sonidos hicieron que el músico japonés se ruborizara inmediatamente, de manera que ahora se sentía mucho más apenado.

–Teniendo en cuenta las cosas maravillosas que ha dicho de mí, ha demostrado que también es todo un artista, Hyde –respondió un muy maravillado Marilyn, después de todo, no todos los días un ícono de la música como él igualmente lo era, hablaba ese tipo de maravillas de su persona, y en realidad le emocionaba bastante, además de conmoverlo de sobremanera, a pesar de su apariencia de hombre rudo y serio, en su interior guardaba una faceta sumamente sensible.

–¡Para terminar! –Exclamó la conductora completamente emocionada por la escena que acababan de presenciar– el señor Manson ha accedido a dedicar todo este día a conocer a Hyde, tendrán tiempo de convivir como buen ídolo y fan, esperamos que nuestro regalo le haya gustado señor Hyde, muchas gracias por haber estado aquí con nosotros…eso lo decía dirigiéndome a toda la banda por supuesto, así que por favor, ¡un aplauso para VAMPS! –Nuevamente una exclamación que pedía una calurosa y amable despedida para el grupo de músicos.

–Ha sido un verdadero placer para mí, y dado el regalo que me han dado, soy yo el que les agradece, también por el habernos invitado –el primero en responder aquello fue el líder, quien, como una costumbre de su país que no podía dejar de lado, realizó una reverencia, a pesar de estar sentado aún, y la cual fue imitada por sus colegas, para después igualmente despedirse de forma amable y animada de los conductores y del público.

Después de ello, el sexto invitado especial se despidió del mismo modo que la banda japonesa lo hizo, justo antes de que los tres conductores del programa lo hicieran, para así cerrar completamente con el programa, terminando la transmisión. Fue una completa lástima que la cámara no lograra captar el sonrojo intenso que coloreó en ese momento el rostro del pequeño pelinegro, pues una vez que todos se pusieron de pie, caminaron por el pasillo que los sacaba del estudio, pero ahora que no había nadie más mirando, el alto cantante se dio cuenta de que ya no tenía por qué ser tan mesurado, y caminó peligrosamente cerca del más bajo, provocando ocasionales roces de su mano, fuera sobre la mano ajena, o el costado de su cuerpo, hecho que no hacía más que aumentar el nerviosismo del líder de VAMPS. Sin embargo, ninguno dijo nada al respecto, y una vez en el camerino, simplemente se dedicaron a tomar unos minutos para relajarse, rehidratarse, y hacer planes para el resto de la tarde, planes que por supuesto no incluían a su vocalista, pues la otra mitad de la sorpresa incluía dejar que se fuera con su ídolo, a pasar una tarde juntos, y así se conocieran mejor, después de todo, cruzar un par de palabras en un programa de televisión no era algo que se considerara como una charla de verdad.

Aquello era casi un sueño para Hyde, ¿cómo describir la emoción que sentía ante la idea de pasar todo un día con un hombre que admiraba tanto? Estaba demasiado emocionado, ahora podía comprender lo que Yasu y Daigo sintieron la primera vez que se conocieron, y también entendió que no exageraban con las descripciones que le dieron acerca de la manera en que se sentían cuando lo tenían cerca, pues en ese momento estaba experimentando lo mismo. Su corazón casi salía de su pecho en el momento que el mayor le sugirió ir a su casa, pues estando ahí estarían a salvo de los medios, y tendrían privacidad para conversar cómodamente. No pudo hacer más que aceptar la propuesta completamente gustoso, obteniendo una enigmática, pero muy seductora sonrisa de parte del contrario, expresión que nuevamente le hacía sonrojar, pero no dijo más, y tan sólo tomó sus cosas antes de seguirle fuera del estudio, con rumbo al estacionamiento del edificio, donde inmediatamente lo guió hasta un auto deportivo de color negro, evidentemente, de su propiedad. Estando dentro del vehículo prefirieron no hablar demasiado, y sólo se relajaron con la música que inundaba el interior del coche, mirando el camino de forma atenta en todo momento, para poder quedarse inmersos en la atmósfera tranquila que se podía sentir en medio de los dos. Hyde estaba sumamente nervioso, más que nunca en su vida, sí, incluso la sensación de haber pisado un escenario por primera vez fue mínima a comparación de lo que su estómago experimentaba en ese momento, como si en cualquier momento se fuera a salir de su cuerpo, pues además del sólo hecho de encontrarse en el mismo vehículo que aquella imponente presencia del más alto, no pudo dejar de notar la sonrisa ladina que adornaba esos labios pintados de un tenue color rojo, y un brillo inexplicablemente magnético en sus oscuros ojos delineados de negro.

De esa manera silente, llegaron a la residencia del mayor de los dos cantantes, quien no tardó en estacionar el coche, bajando inmediatamente para, prácticamente, correr al otro lado y abrir la puerta del copiloto, en un gesto caballeroso que provocó que un nuevo sonrojo coloreara las mejillas de su pequeño acompañante. Le ofreció después su brazo, y sin perder más tiempo, aseguró el coche con la alarma que éste tenía instalada, para así guiar a su invitado hasta el interior de su casa, provocando con ello una reacción de genuina sorpresa de parte del menor, pues quedó fascinado con el decorado de la casa, observando todo con detalle. Ya en ocasiones anteriores había tratado de imaginarse cómo sería el hogar de aquel hombre a quien consideraba su gran ídolo musical, pero la realidad sin duda alguna superaba cualquier imagen mental que pudo haber fabricado su mente, y por ello, estaba maravillado con aquel sitio tan lleno en cada rincón, de aquel hombre que tanto admiraba, y que contemplaba con una sonrisa, misteriosa pero enternecida la manera que recorría parte de su hogar cual niño en una juguetería. Por ello, y para comenzar a instalar en la casa, y entre ellos dos, una atmósfera más cómoda y de confianza, le ofreció al menor que tomara asiento mientras él iba por algo de tomar, vino rojo, ¿posiblemente una coincidencia? Después de todo, ése igualmente era el favorito del vocalista de VAMPS, por lo que de inmediato aceptó la copa que el más alto le ofrecía, notando inmediatamente que en definitiva, sí era algo que tenían en común, después de todo, al leer en la botella el nombre del vino, irremediablemente se dio cuenta de que era uno de sus favoritos.

–Y cuéntame Hyde, cómo es Japón, me parece que es uno de los pocos países que me falta por conocer pero…temo perderme, teniendo en cuenta que no sé japonés, ¿crees que si fuera, podrías ser mi guía? –El más bajo de los dos en ningún momento se dio cuenta de cuándo fue que el contrario había comenzado a tutearlo, hablándole con tanta familiaridad, y no era que aquello le molestaba, pero lo ponía sumamente nervioso, y si a eso le sumaba los efectos tan evidentes del licor que ahora corría por sus venas, sus sonrojos se volvían más intensos.

–Por supuesto, yo estaría encantado de ser tu guía –pero en qué estaba pensando, con semejante respuesta tan desabrida…además, igualmente qué pensaba el mayor, había estado en Alemania sin saber alemán, en Rusia sin saber ruso, ¿por qué ahora le preocupaba eso? Sí, aquello era únicamente una excusa para tomar las riendas de la conversación a donde él deseaba, y el estado en creciente alcoholización en el que se hallaba no podía exigirle a su cerebro la suficiente atención y destreza para no dejarse envolver por los juegos mentales de ese hombre que, si alcanzaba un estado lo suficientemente vulnerable, sería peligroso– ¿aunque no sería más simple contratar los servicios de un traductor?

–Quizás, pero apuesto a que no hay ningún traductor que te llegue a los talones en tu sensualidad –nuevamente un comentario de ese tipo, pronunciado como si fuera lo más casual del mundo, sin ningún tipo de pudor en quien lo había dicho, pero sí en quien lo había recibido– qué pasa, ¿te sorprende eso? Pero si deben mencionarte lo bello y sensual que eres, todo el tiempo.

–Pero nunca alguien como tú…–al mismo tiempo que respondía, apenas con un hilo de voz, agachó la mirada hacia su copa, como si de repente se hubiera convertido en el objeto más interesante del mundo– no deberías decirme esas cosas de esa manera, pareciera que te has dado a la firme tarea de…apenarme…

–¿Sería tan extraño? Es que te ves de lo más adorable cuando estás así de sonrojado y…honestamente me gustaría verte así de lindo, todo el tiempo –tras dejar su copa vacía sobre la mesa de centro frente a ellos, giró un poco la cabeza para poder verle mejor, a pesar de que tuviera la cabeza agachada, pero como, a pesar de su insistente mirada éste no cedía y volteaba de nuevo, simplemente dirigió una de sus manos al mentón del más bajo, alzando y girando su cabeza– no escondas ese rostro hermoso.

–¡Que no me digas esas cosas! –Exclamó, evidentemente con toda la vergüenza del mundo, dejando igualmente la copa en la mesa, para así llevar ambas manos a cubrir su propio rostro– o explotaré…–su situación era inexplicable para sí mismo, él, que siempre se había caracterizado por ser todo un seductor experto, que sabía cómo usar todas sus armas a su favor para conseguir que cualquiera cayera en sus redes, ahora se encontraba como un tierno adolescente acorralado, sonrojado, avergonzado, y con su cerebro tan mareado que apenas y podía hacerle hablar, sin pronunciar muchas incoherencias.

–Ya te dije, que no debería extrañarte que te diga eso, con lo hermoso que eres, no logro entender por qué te afecta tanto escuchar algo que deben decirte con frecuencia, no tiene sentido –él sabía muy bien los motivos de sus reacciones, pero como todo un seductor, igual de experto que el menor, sabía cómo no parecer demasiado culpable de los efectos de sus palabras, para así hacerle sonrojar cada vez más– ¿te puedo contar un secreto? –Por un par de segundos, miró fijamente al menor, en espera de una respuesta, la cual llegó a través de un simple asentimiento de cabeza, por lo que de inmediato prosiguió– como buen fan mío, debiste enterarte de toda la situación que pasé con Yoshiki cuando lo conocí…yo, dije que él era simplemente hermoso, más que una mujer, y que sin duda sería su pareja, puesto que es muy sexy…pero cuando dije eso, no te conocía a ti, y créeme…esa inocencia y lo adorable que eres cuando te sonrojas, te da algo…especial –mientras pronunciaba cada una de sus palabras, poco a poco se fue acercando más al menor, sobre el sofá, recorriéndose un poco de lugar hasta verlo con tan sólo unos centímetros de distancia, sí, el más bajo le fascinaba, lo había dejado encantado desde el primer momento que lo vio y con cada cosa que descubría de él, cada reacción, cada gesto, le gustaba más, y por qué negarlo, si su honestidad sin límites era una de las mayores características de su persona.

–Y-yo…–cómo responder ante eso, qué podía decirle, si además de admirarle tanto como músico, siempre había estado fascinado con el físico del cantante, cómo negar que él era su mayor fantasía, una que jamás había pensado en hacer realidad, dado que nunca había visto la posibilidad de conocerle, como algo real, pensando que toda su admiración se quedaría simplemente en eso, porque nunca iba a poder estar cerca de él, pero ahora, que lo tenía a sólo unos centímetros de su rostro, qué podía pensar o decir– me siento halagado pero…

–Estás muy nervioso nada más, pero parece ser normal en ti… ¿sueles ser muy tímido primor? –El corazón del pequeño vocalista dio un repentino vuelco, le había llamado primor, y la mano libre del mayor se había deslizado hasta su cintura, por lo que no pudo evitar que un intenso rubor se instalara en sus mejillas una vez más.

–No…a veces, nada más…–nuevamente un susurro apenas pudo escaparse de sus labios temblorosos, mientras que observaba al mayor incluso un poco más cerca de su propio rostro.

–Hyde…en algún punto de nuestra conversación mencionaste ser muy bueno dando masajes, y yo me siento bastante tenso… ¿crees que podrías darme uno? –Si el más bajo aceptaba, sabía que lo tendría exactamente donde quería, y si no, igualmente sabía que no le costaría nada de trabajo convencerlo, por lo que miró al aludido con una sonrisa que buscaba demostrar la mayor inocencia del mundo, a pesar de estar guardando detrás, intenciones que no revelaría, hasta estar en el sitio adecuado.

–¿Un masaje…? –Tenía que pensarlo antes de responder, la idea de todo aquello que debía ser implicado en un masaje de pronto se agolpó en su cabeza, provocándole un pudor que hacía tanto tiempo, creía perdido, después de todo, era inevitable imaginar la espalda desnuda del mayor, frente a él, mientras sus manos la recorrían de arriba abajo, pensó en cómo podría negarse a semejante fantasía hecha realidad…pero al mismo tiempo, cómo podría aceptar hacerlo, si le daba vergüenza hasta el simple hecho de mirarle a los ojos, pero de alguna manera, sus fantasías fueron mucho más poderosas que el pudor que le quedaba– bueno…de acuerdo…

Bingo, el primer paso estaba dado finalmente, por lo que el alto cantante solamente tuvo que contener su euforia, manteniéndose tranquilo para no espantar al más bajo, a quien le ofreció una de sus manos, y fue hasta que la tomó, que se puso de pie con él, caminando juntos hasta su habitación. Una vez dentro, se limitó a cerrar la puerta de inmediato, dirigiéndose a uno de los burós que reposaban a los lados de la cama, y del pequeño cajón extrajo una botellita de aceite de rosas y sándalo, para así posicionarla esta vez entre las manos de su pequeño colega, quien por un momento se dedicó a analizar la botella, aparentemente. No obstante, antes de que pudiera reaccionar, del modo que fuera, Marilyn ya había comenzado a deshacerse, no sólo de su chaqueta, sino también de su camisa, dejando así su torso completamente desnudo ante la vista de Hyde, quien se quedó sin palabras, pues aún en aquel mutismo extremo, pudo notar cómo le miraba fijamente, acomodándose boca abajo sobre la cama, cruzando los brazos debajo de su cabeza.

–Anda Hyde, ven, estoy completamente listo, estoy literalmente en tus manos –una vez más esa sonrisa misteriosa se hacía presente, manteniendo al, ligeramente más joven, con una expresión confundida, pues por más que se esforzara en adivinar qué era lo que pasaba por la mente del ajeno, simplemente no podía comprender nada. Por ello simplemente se limitó a sentarse en la cama, justo a un lado del mayor, y en sólo unos segundos ya tenía ambas manos aceitadas adecuadamente, para iniciar con el masaje, primeramente sobre los hombros ajenos– no te pongas tímido pequeño Hyde, me puedes tocar todo lo que necesites…y desees, yo no opondré resistencia a nada –reiteradamente esos dobles sentidos que le hacían estremecer sin remedio, y que a pesar de lo contrariado que eso le hacía sentir, era algo que no podía ignorar, pero al menos trató de mostrarse un poco más seguro, si el mayor deseaba ese tipo de juegos, él también era un experto, a pesar de no haberlo aparentado aún.

Por ello, después de haber recibido lo que pareció una directa invitación a tocarlo por completo, se levantó de la cama, y bajo la estupefacta mirada del mayor, subió a ésta nuevamente, esta vez de rodillas, para poder alcanzar a sentarse sobre las caderas del mayor, desde donde continuaría con el masaje, sin decirle nada, sólo dejó que sus manos trabajaran sobre los hombros, cuello, espalda y costados del tenso cantante, quien tampoco dijo nada, y tan como ya había expresado antes, se limitó a dejarse hacer por aquellas manos, pequeñas en tamaño, pero bastante expertas, o eso es lo que le hacían sentir con cada roce sobre su cálida piel. Conforme los roces sobre su cuerpo aumentaban, una sonrisa de plena satisfacción se dibujó en sus labios, pues era un hecho que el plan estaba teniendo mejores resultados de los que pensó, ¿sería que finalmente aquel bello chico dejaría de lado su timidez y se entregaría a todos sus deseos? A veces le era inevitable tener ese tipo de pensamientos egoístas, pero si lo analizaba con cuidado, no eran del todo egoístas, pues él no sería el único que saliera beneficiado del pequeño juego que tenía en mente, y que había puesto en marcha desde el momento en que abandonaron el set de grabación del programa. Decidió que era momento de dejar de pensar demasiado en su siguiente movimiento, y se guió por sus instintos, girándose sobre sí mismo, logrando ver de frente al menor, quien por supuesto, seguía sentado sobre su cadera, pero esta vez, en la parte delantera.

–Q-qué haces…–musitó apenas al momento que pudo verle de frente, pues aquella sí que era una posición comprometedora, más aún cuando las largas manos del mayor se posicionaron sobre sus rodillas, para así comenzar a deslizarse, recorriendo todo el largo de sus bien torneados muslos.

–Ya no voy a contenerme, Hyde…me gustas, desde el instante en que te vi en el set, me fascinaste…había visto fotos tuyas con anterioridad, pues comencé a investigar sobre ti desde el día en que me invitaron al programa, pero tu belleza así, en persona, me rebasó…no tienes idea de cuánto te deseo, y por ello, si no tienes objeción alguna, esta noche vas a ser mío.

Era toda una costumbre del excéntrico cantante, decir todo lo que sentía y deseaba, del modo en que lo sentía y pensaba, sin detenerse a analizar las consecuencias, o la manera en que todo era dicho, le gustaba ser directo, sin rodeos de ningún tipo, sin adornar verdades sólo para que no fueran recibidas tan de golpe, después de todo, de un modo u otro, el mensaje que quería transmitir sería el mismo. Ya se esperaba la reacción tan sorprendida del bajo vocal, quien le miró incrédulo, sonrojado a más no poder, sólo mirando de reojo aquellas manos que poco a poco subían hasta alcanzar los costados de su cadera, al mismo tiempo que el mayor se incorporaba en su lugar, y una vez que quedó sentado, logró inclinarse sobre él, apoderándose inmediatamente de sus labios, en un beso profundo y apasionado al cual, el menor de los dos no pudo negarse a corresponder del modo en que esos labios le exigían. Conforme el beso se hacía más profundo, y las caricias avanzaban hasta su espalda, el músico japonés se fue relajando, e incluso se sintió lo suficientemente confiado para dirigir las manos a la espalda ajena, percibiendo cómo las manos ajenas se dirigían a deshacer uno a uno los botones de su camisa, hasta conseguir despojarlo de aquella prenda, después de todo, de esa manera quedaban en igualdad de condiciones.

En menos de un segundo, y antes de darse cuenta de lo que ocurría, el menor fue quien esta vez quedó recostado sobre la cama, dejando a su espalda reposar sobre la suavidad de las sábanas de seda negra que cubrían aquel mullido colchón. Ahora se sentía convencido, aquello no era un simple sueño, su más grande fantasía de verdad se estaba cumpliendo, la gama de sensaciones que eran ocasionadas por las manos inquietas y los labios traviesos del cantante era indescriptible, le causaban un placer infinito, casi irreal, como si le llevaran a otro mundo. El sonrojo de sus mejillas no se borraba por nada, a pesar de sentirse más relajado y confiado, después de todo, el placer de su cuerpo alteraba bastante su respiración, haciéndole jadear con fuerza, sentía que se ahogaba, que el calor del momento terminaría por hacerle fundirse con aquel cuerpo que se hallaba sobre él, terminando de desnudarlo con la agilidad que la evidente experiencia que poseía el dueño de aquellas tibias manos que recorrían su cuerpo, cada centímetro de piel que era descubierto era atendido inmediatamente. Por un segundo, abrió la boca para hablar, pero el dedo índice derecho del ajeno, que se posó sobre sus labios, le indicó que no era necesario decir nada, después de todo, en un momento como ése, qué podía decirse, las palabas simplemente sobraban, y al más alto sólo le bastó una profunda mirada para hacérselo entender.

Fue cuestión de minutos para que la ropa que les quedaba terminara de abandonar sus cuerpos, alcanzando de inmediato algún punto del suelo de la oscura habitación, permitiendo que de esa manera ambos quedaran completamente expuestos, uno de ellos, a merced de los deseos del otro, aunque eso no quería decir que no estuviera disfrutando de la situación, del erótico momento que compartían, y por el contrario, se dedicaba a observarle fijamente, bastante ansioso ante la idea de lo que seguiría en seguida, pues habiéndose deshecho de todo aquello que les estorbaba para permitir que sus cuerpos terminaran de descubrirse, y pasados sólo unos segundos, de unirse como tanto lo deseaban, formando uno solo. El más bajo inmediatamente rodeó con ambas piernas, las caderas del contrario, consiguiendo aún más cercanía entre ambos cuerpos, a tal punto que era difícil descifrar dónde terminaba uno y comenzaba el otro. Gemidos de placer, jadeos desesperados, susurros de completa excitación suplicando por más, los rechinidos de la cama que los sostenía a ambos eran los únicos sonidos que inundaban aquella habitación, sumida en un calor cada vez más asfixiante. Si hubiera habido un color que describiera aquel sitio, habría sido un rojo intenso, tanto como el color de las llamas que consumen todo a su paso, del mismo modo que la pasión de los dos los consumía cada vez más, a cada segundo que pasaba. Una y otra vez se giraron sobre el colchón, intercambiando de posiciones, a momentos el más bajo quedaba arriba, sentado nuevamente sobre las caderas contrarias, mientras el dueño de éstas lo miraba con un pecaminoso deleite, pues debido a la posición podía observar mejor la manera en que salía, y entraba nuevamente el cuerpo ajeno, aunque no por ello disfrutaba menos de estar encima, pues de esa manera lograba moverse con mayor firmeza y velocidad, más aún cuando sintió que el final estaba cada vez más cerca para los dos. Tan sólo unos minutos comprobó que tenía razón, pues con sólo algunas embestidas más, terminaron simultáneamente, él dentro del cuerpo del pequeño líder de VAMPS, y él, en medio de los cuerpos de los dos, de un modo un tanto brusco, pues aquel orgasmo había sido alcanzado de forma ansiosa, con movimientos fuertes, bruscos y profundos, con los cuales simplemente acabaron agotados, jadeando sumamente agitados, al mismo tiempo que se miraban el uno al otro, con la sonrisa más satisfecha que pudieron haber dibujado sus labios, los cuales se unieron en un último beso apasionado, al mismo tiempo que volvían a separar sus cuerpos, para que así el mayor pudiera acomodarse a su lado, girando al menor hasta que hiciera lo mismo y así, poder abrazarlo por la espalda.

En ese momento ninguno dijo nada, sus miradas fueron suficiente comunicación para los dos, después de todo, en esa mirada que se dedicaron antes de acomodarse para dormir, se incluía un agradecimiento, igual que esas palabras que demostraban lo mucho que lo habían disfrutado, y por ello, estando abrazados de ese modo, cayeron dormidos inmediatamente, de una manera tan profunda, que terminó por amanecer sin que ninguno se diera cuenta, y sin que despertaran, a pesar de que desde la sala de estar, el celular del más bajo sonaba con insistencia. Y aunque en algún momento logró percibir el sonido débilmente, no se movió de su lugar, sonriendo de nuevo de manera satisfecha, después de todo, aquel viaje al que tanto se había negado a ir, le había traído el mejor regalo que cualquier fanboy podía recibir.

Notas finales:

Espero que les haya gustado, sé que no es una pareja nada usual, no se ha visto antes (o eso creo yo) pero se me ocurrió en un curioso momento de inspiración, ¿qué les pareció? Espero que me dejen sus impresiones en sus reviews, yo sigo trabajando en los proyectos que mencioné antes, pero más adelante sabrán más de mí, los quiero a todos, y muchas gracias por leer, nos leemos la próxima vez, hasta entonces, dulces lunas ♥


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