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UN INTENTO DE HISTORIA por ANGEL_USUEGUI_SHINDOU

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UN INTENTO DE HISTORIA???


BY ANGEL USUEGUI SHINDOU.


 


 


“Su corazón es un laúd colgado; apenas lo tocan, resuena”


De Beranger.


 


 


Hacía tiempo ya, que yo trabajaba para él…había soportado de todo…toda clase de injusticias…todo…todo por amor a él, sí, lo amaba profundamente, tanto que me sentía incapaz de poder oponerme a sus deseos…todo cuanto me pedía le era dado y es que solo bastaba con una palabra suya, para que yo…yo cayera arrodillado; y es que a decir verdad, él no era muy expresivo, con reservas dejaba que le mirarán e incluso que le hablarán, ya miles de chicas habían caído a sus pies debido a su aunque fría, encantadora mirada, pues poseía un color de ojos no muy visto por la región…dorado, dorado como las espigas del trigo y como la luminosidad del sol…yo era muy feliz, pues aun a pesar de  las injusticias que cometía con mi persona, como les decía, yo le amaba…pero fue entonces que me insulto…me humillo de la peor manera, me degrado ante una sociedad que nada perdona y eso…eso si que no lo toleré, todo cuanto amaba de él se esfumo y solo quedo un dejo de rencor…fue entonces que juré vengarme. Pero bueno, dada mi naturaleza, pues nunca pensé en cumplir aquel pensamiento y menos contra aquel que era dueño de mis pensamientos y sueños…así que lo dejé. A la larga yo debía vengarme; eso era absolutamente definitivo-pero pues como digo, mi alma de naturaleza fiel y pura, excluía cualquier peligro de aquella propuesta formulada-. Yo no solo debía castigar, sino que castigaría impunemente…de tal manera, que él no debía darse cuenta.


 


Y así sucedió, mi príncipe de mirada dorada y cabellos de oro no tenía duda alguna de mi benevolencia, ni de mis palabras, ni de mis acciones Según mi costumbre, cada mañana le sonreía como siempre, le llevaba el desayuno y procuraba su bienestar, pues aun después de lo que había pasado, seguía siendo mi amado…aunque no por eso le perdonaría aquel insulto tan bajo. No solo con mi sonrisa le transmitía mi amor, sino también le estaba transmitiendo mi satisfacción.


 


Este mi amado príncipe, al igual que todos los hombres habidos en la tierra, tenía un punto débil y yo, la persona que le admiraba, le amaba y que más tiempo permanecía a su lado lo sabía; él era un hombre respetable y temible, todos le admiraban y no había mujer que se le resistiese; experto en lo que a vinos se refiere…sabía de joyas como ningún otro y eso tenía impresionado tanto a ingleses como a austriacos ( he de mencionar que prestigiado era, por ser uno de los hombres más poderosos en cuanto a comercio de vinos y joyas se refiere…comerciaba con ingleses, austriaco, italianos y franceses). Era sabio en cuanto a valorar pinturas se refería…en general, era un experto para todo, supongo que eso fue lo que causo que mi amor se lo entregue a él. Debo decir que yo no me diferenciaba mucho de él…incluso el mismo me tenía como un buen conocedor y eso era algo que me halagaba infinitamente…pero bueno, esto es todo en cuanto a él.


 


Una noche, al oscurecer, decidí dar un paseo para divertirme un poco, dado el hecho de que había tenido montones de trabajo y se celebraba la fiesta de otoño como todos los años, pero cuál sería mi sorpresa al ver que mi amado de ojos dorados estaba justo frente mío. Me emocione en sobre manera al poderle ver en todo su esplendor y disfrazado de caballero medieval, atuendo que por cierto, lo hacía ver terriblemente atractivo. Me apresuré entonces a estrecharle la mano y saludarle.


 


-Hola!! Querido amigo mío (pues aun a pesar de su carácter frío, me permitía llamarle así, supongo que debido al tiempo de conocerle) me alegra tanto encontrarle en la mejor ocasión!!¡¡parece que el día de hoy esta de muy buen humor!!- me atreví a decir dado el hecho de que mantenía una sonrisa en su rostro…y esas sonrisas eran muy difíciles de ver- me he encontrado esta noche con una botella de buen licor… vodka amantillada de los mismos alpes holandeses- mencione entusiasmado al ver el rostro de mi amado, pues dado que era experto en licor, le encantaría saber que aquel vino tan valioso y difícil de obtener, se encontraba a muy poco de su alcance.


 


-¿Cómo?- pregunto incrédulo, pues simplemente ese vino no se conseguía en casi ningún lado-¡ es ¡imposible!


 


-Por supuesto, tengo mis dudas-repliqué- y he sido tan torpe que he pagado el importe sin antes consultarle a usted, no le había encontrado y no quise perder tan importante ocasión.


 


-Me parece imposible que hayas podido encontrar tan raro vino en está insignificante celebración- comento con su ya característica frialdad y arrogancia, pero la cuál me encantaba.


 


-Ea, vamos!- le dije, mientras tomaba su mano, una mano  tan calida y suave, que ganas me daban de besarla y acariciarla.


 


-¿A dónde?- pregunto desconcertado.


-A la bodega de usted-le conteste.


 


-De acuerdo- menciono.


 


-Esta usted seguro??- comente al ver como su piel se tornaba chinita, dado el fuerte viento que ese día hacía, quise abalanzarme y abrazarlo, pero dadas las circunstancias me era imposible- las bodegas están insoportablemente húmedas y cubiertas de moho.


 


- No importa, vamos que el frío no me hace nada- era grandioso ver como podía entusiasmarse tanto y cambiar su fría actitud por una más serena.


 


Y así hablando, mi gentil rubio me tomo del brazo. Que emoción sentí en aquel momento, como si todo lo demás desapareciera y solo quedáramos él y yo.


 


Entramos en la lujoso mansión de aquel mi dulce amor, no había ningún criado, pues todos estaban festejando, así que tome dos candelabros, le di uno a mi ángel de ojos dorados y otro, me lo quedé yo…le guíe con la mayor complacencia a través de una fila de habitaciones que conformaban aquel esplendido lugar, hasta el vestíbulo  que conducía a las cuevas…si, las cuevas eran las bodegas en donde tan recelosamente mi rubio mandaba guardar el vino. Baje primero que él una enorme y tortuosa escalera, recomendándole que tuviera cuidado al bajar, pues las escaleras estaban resbalosas. Después de un largo rato, llegamos al fin a los últimos peldaños, y nos hallamos juntos, sobre el húmedo pavimento de las catacumbas.


 


El andar de mi rubio era vacilante, seguro dado el hecho de que tenía miedo y quizás un poco de frío.


 


-¿Dónde se supone que me lleva?- pregunto desconcertado, pues no le había explicado que el vino del que yo le hablaba estaba ahí.


 


-He guardado el vino que esta noche adquirí en esté lugar- contesté- pero el lugar en donde lo guarde aun esta lejos.


 


Repentinamente comenzó a toser, seguramente se debía al penetrante olor a humedad y a alcohol…o quizás ya había cogido un buen catarro debido al frío.


 


-Venga, será mejor que nos vayamos- mencione preocupado- vamonos de aquí, que su salud es preciada para mí. – conteste del todo preocupado.


 


-¡Basta!- contesto- la tos no es nada. Esto no me matará. No me moriré por un constipado.


 


-Es verdad, es verdad- repliqué- pero es que simplemente no soportaría el que usted enfermará todo por acompañar a alguien inútil como lo soy yo-la verdad me afligía en gran medida su estado de salud.


 


-Estás preocupado por mí??- me pregunto, tomando mi rostro con sus tersas manos.


 


-Como no estarlo- repliqué- si usted es alguien muy preciado para mí.


 


-Pues he de decirte- cada vez sus caricias eran más placenteras- que tu a mi me gustas desde hace tiempo- susurro en mi oído- y es que el simple hecho de mirar tus hermosos cabellos rosados y esos ojos violetas…me hace sentir algo indescriptible…


 


-Yo…- pero no pude continuar ya que sus labios se posaron en los míos…en un beso calido y placentero.


 


-Calla y siente- fue la orden que me dio.


 


Mis ojos se abrieron desmesuradamente, cuando se abrió la bragueta de su pantalón y saco su largo y hermoso pene…fue en ese momento en el que mi excitación aumento.


 


Mi pene iba creciendo rápidamente, y la de mi hermoso rubio también. Simplemente no podía creer que su pene fuera aun más grande que el mío, pero sonreí gustoso ante el hecho de pensar en el placer que experimentaría.


Sin decir ninguna palabra se abalanzo sobre mí y comenzó a besarme apasionadamente, besaba mi cuello, mis orejas... Mi excitación era cada vez mayor, notaba como mi pene  estaba empujando con fuerza el pantalón deseando salir, fue entonces que mi amado rubio de mirada dorada pareció leerme el pensamiento porque acto seguido me bajo el pantalón y tras besar mi pene  por encima de los calzoncillos me la sacó, me acaricio los testículos suavemente, y comenzó a lamerme como nadie lo había hecho nunca antes, bueno y es que no era para menos, después de todo está sería mi primera vez. Paro de repente, se levanto y se saco su pene, el cuál ya goteaba con líquido preseminal en la punta.


 


Vaya que estaba haciendo realidad uno de mis sueños más preciados, estaba pensando en ello cuando repentinamente Empujó mi cabeza hacia abajo y comencé a besar su pene,  chupé,  lamí, la saboreé a la vez que él empujaba mi cabeza. Note como le daba una convulsión, señal de que se iba a correr, y sin poder aguantar mas, lanzó un gemido de placer, y llenó mi boca de su leche, que me tragué sin dejar escapar ni una gota. Se colocó detrás de mí, y de un solo empujón me metió su prominente miembro…sentí un dolor intenso, pero lo soporte…era un vaivén delicioso… sin duda alguna, a pesar del dolor me sentía muy feliz.


 


 


-Deténgase!!- grite desesperado, ante el hecho de que el final estaba cerca- me voy a correr!!


 


-Agu…Aguanta- me dijo entrecortadamente- ya me falta poco.


 


Hice lo que me pedía, pero cada vez se tornaba más difícil, la sensación no se iba, por el contrario era tal que sentía una gran desesperación…fue en ese momento que pude sentir como terminaba dentro de mí y me bañaba con su semen…no pude resistir más y lanzando un grito me corrí junto con él.


 


Después de un rato Nos pusimos los pantalones y primero uno y después como si nada hubiese pasado continuamos con nuestro camino por aquellas catacumbas.


 


-Ya casi llegamos??- me pregunto rompiendo así el silencio que se había formado.


 


-Si, ya falta poco- pero fue entonces que me percaté de que su piel se había tornado más pálida de lo que ya era y que su tos era más frecuente- tome- le extendí un pequeño frasco.


 


-¿Qué es esto?- pregunto examinando dicho frasco


 


-Es un poco de vino, seguro que con esto se mejora y su cuerpo se calienta un poco.


 


-Otra vez??- dijo con una sonrisa seductora y llena de tintes picaros.


-No…no lo decía con esa intención- me sonroje del todo ante su comentario, cuantas ganas tenía de que me abrazará y besará nuevamente como minutos antes lo había hecho.


 


-Sabias que te vez muy lindo cuando te sonrojas…además…- pero no pudo continuar, ya que un ataque de tos se lo evito y provoco que el frasco que le había dado cayera al suelo, rompiéndose en el acto.


 


-Esta usted bien??- pregunte alarmado, ya que mi amado príncipe había caído al suelo.


 


-Me…me siento mal- fue lo que dijo, y yo sin poder evitarlo lo acune entre mis brazos.


 


-No se preocupe, que pronto lo sacaré de aquí-


 


-No, estoy seguro que pronto se me pasará, además no puedo hacer que pierdas dinero en vano, quiero ver si esa botella de buen vino está en tus manos- menciono al tiempo que se levantaba y comenzaba a caminar una vez más.


 


-Pero…- comente pero me interrumpió.


 


-No hay pero que valga, vamos.


 


Caminamos silenciosamente. Pasamos bajo una fila de arcadas muy bajas, siempre descendiendo…la verdad era que ya me había cansado y es que todo lo había inventado, no había dicho vino, todo esto había sido para poder estar a su lado; sin embargo, cada vez descendíamos más, y después de dar unos pasos más llegamos a una cripta más profunda donde la impureza del aire enrojecía nuestras antorchas.


 


En el fondo de está cripta se descubría otra menos espaciosa. Sus muros estaban revestidos de cuerpos humanos, apilados n las cuevas unos encima de otros. Una de las paredes de aquella cripta había quedado descubierto  y en el cuál se podía apreciar un nicho, que más o menos tenía cuatro pis de profundidad.


 


Mi hermoso rubio trato de ver las profundidades de aquel lugar con su antorcha, pero fue inútil su intento, la luz debilitada no le permitía ver el fondo.


 


-Vamos- me dijo- será mejor que entremos.


 


-Pero…- susurre temeroso, pues nunca me había gustado la oscuridad..y menos una tal como aquella.


 


-No tengas miedo, que yo estaré a tu lado.


 


Pero fue entonces que una de las paredes de aquel lugar comenzó a desgajarse, haciendo que en pocos segundos mi rubio y yo quedáramos separados, él en aquel lugar de profundidades inmensas y yo…yo a unos cuantos metros de la distancia.


 


-Eiri!!!- grite desesperado para que pudiera escucharme.


 


-Ayúdame!!- fue la respuesta que obtuve…comencé a escarbar desesperadamente para poder sacar a mi dulce rubio de mirada felina, pero en mi intento otro de los muros cayó.


 


Grite una y otra vez, pero sin recibir respuesta…me odiaba y fue entonces que repentinamente algo a mi mente vino…si me había vengado aun si haberlo querido, pues tal y como lo había pensado antes mi amado rubio  merecía un castigo, pero nunca antes mi alma hubiera pensado que el castigo no lo podría yo, sino el divino, pero al parecer mi amado rubio no era el único castigado, más bien el que más había perdido era yo…pues jamás volvería a ver a aquel de mirada fría y hermosa sonrisa.


 


- Maldición!!!- dije mientras derramaba lagrimas amargamente…no sabía que hacer, fue entonces que lo único que pensé fue en tomar aquel veneno que siempre cargaba conmigo…lo tomé y después de unos minutos ya nada más pensé.


 


Pero cual había sido mi desgracia que para cuando desperté, me encontraba recostado en un lecho cómodo y caliente.


 


-Ha estado a punto de morir-me dijo un hombre regordete.


 


-Me hubiera dejado- mencione secamente- pues nada ya tiene sentido sin mi amado.


 


-Don Usuegui ha muerto pero a usted ha heredado todo cuanto poseía y en él testamento dice: “TODO CUANTO POSEO ES PARA AQUEL A QUIEN SIEMPRE HE AMADO, QUE POR COBARDIA NUNCA PUDE DECIRLE LO QUE MI CORAZ”N SENTÍA…A TI QUE SIEMPRE ME HAS ACOMPA—ADO FIEL A TODO Y ANTE TODOS…MI AMOR ES TUYO PARA SIEMPRE SHUICHI”


No pude evitar que unas lágrimas cayeran por mi mejilla…y es que quien se hubiera imaginado que aquel hombre de imponente figura me había amado tan intensamente como yo a él.


 


No pude resistirlo más y en una arranque de tristeza grite lo más fuerte que mis pulmones dieron- EIRI!!!!!!!!!!!!!!!!


 


-Baka, despierta- menciono el rubio escritor mientras zarandeaba al pelirrosa.


 


-Eiri, Eiri, no te vayas, no me dejes solo, te amo- mencionaba entre sueños, mientras lagrimas rodaban por sus mejilla.


 


-Vamos Shuu, despierta- dijo el rubio mientras lo acunaba en sus brazos.


 


-Eiri- lo abrazo fuertemente temiendo que en cualquier momento el escritor se alejará de su lado- he tenido una pesadilla y no quiero perderte.


 


-Vamos, no te preocupes ha sido solo un sueño- lo beso mientras lo acostaba nuevamente- duerme por favor que mañana ambos tnemos trabajo.


 


-Si, te amo Eiri.


 


-Buenas noches baka


 


-Vaya si que todo fue tan real, pero me pregunto porque habré soñado tal cosa- susurro para sí- en fin será mejor que me duerma- y diciendo esto cerro sus ojos dejándose llevar una vez más por un sueño profundo.


 


Mientras tanto afuera del departamento del rubio un par de personas miraban atentas a aquella habitación en la que descansaba el pelirrosa.


 


-Crees que se repita otra vez lo que paso con nosotros- pregunto un chico de cabellos rosados.


 


-Ojala no, no quisiera que mi reencarnación muera sin haberle dicho a ese chico cuanto lo ama tal y como lo hice yo, que no te dije lo que sentía.


 


-Pues yo espero que Shuichi sea más consiente, nunca creí que fuera a ser tan alocado e hiperactivo- sonrió


-Pues tú no te quedabas atrás- menciono el rubio.


 


-Vamos, no digas eso Eiri, que sabes que lo hacía porque te amo.


 


-Y yo también te amo…pero mejor que te parece si te lo demuestro como aquel día en el que morí.


 


-Que cosas dices- menciono el pelirrosa sonrojado.


 


-Y porque no…


 


 


FIN


 


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