Tres Segundos.
Prólogo.
A primera vista.
Young Bae caminó con rapidez, intentaba pasar desapercibido en ese local de café. Sabía que no debería andar deliberadamente en las calles, pero su madre le llamó para que se tomaran un café, a ella nunca le diría que no.
Desde que debutó con su grupo había tenido poco tiempo para su madre y además salir no era tan fácil como antes, así que debía aprovechas los pocos minutos que tenía con ella.
Young Bae era alguien muy alegre y relajado. Casi siempre mantenía la calma ante las situaciones difíciles y procuraba analizar todo antes de tomar decisiones. Se podía decir del moreno que era alguien muy amable y comprensivo, pero en caso que lo sacaran de quicio tenía un carácter bien escondido.
-Caminas tan rápido que me dejas atrás –Sintió un empujoncito y se puso a reír.
-No era mi intención, señora Dong –el moreno le sonrió. La mujer también lo hizo. –Ya sabes que debo salir pronto de aquí.
-Tengo un hijo tan ocupado –Ella paró de caminar y le sonrió. –Espero verte más seguido.
-Lo intentaré, mamá –Ella se despidió y salió primero mientras él la despedía.
Él se le quedó mirando unos minutos con una sonrisa brillante en su rostro cuando se dio cuenta que todavía sostenía en sus manos la bufanda de su madre. Se percató de esto y entonces agitó su paso hacia la puerta para alcanzarla y devolvérselo.
Abrió la puerta del local con rapidez, pero a la hora de salir terminó chocando con algo y solamente abrió los ojos cuando estuvo de rodillas en el suelo. Vio varios papeles en el suelo. Se sintió torpe porque ni siquiera se percató de que podría venir alguien entrando cuando llegó y salió corriendo. Comenzó a recoger los papeles, vio unas manos muy blancas moviéndose en busca de los papeles también, le parecieron manos muy delicadas.
Subió su vista la persona y creyó que justo en ese momento el tiempo comenzó a detenerse. Su piel era muy blanca, bueno, nunca tanto como la harina, pero claramente era más pálido que él. Su cabello era negro algo alborotado, sus ojos eran lo más precioso que alguna vez pudo ver, eran demasiado brillantes para que él los mirara por más de un segundo y, aunque se notaba que no había dormido un poco, eso los hacía más expresivos todavía. Su nariz era perfectamente definida y sus labios… eran perfectos. Su corazón latió tan fuerte como para salírsele del pecho.
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Tres malditos segundos le bastaron para saber que estaba enamorado. Irrevocablemente enamorado.
Young Bae le quedó mirando, más él no le miró. Porque sí, era un él. No un ella.
-Lo siento… -Su voz fue más suave de lo normal. El chico delante de él hizo una reverencia con su rostro y simplemente se puso de pie.
-No te preocupes –Apenas habló y entonces siguió su camino adentrándose en la cafetería.
Young Bae estaba en estado de Shock total. Se giró y lo vio caminar hasta una de las mesas alejadas. Tuvo de ir hasta allá, pero parecería un psicópata loco, y más si le decía que estaba enamorado de él. Miró su mano casi decaído.
-Oh –No había entregado la bufanda. Pero para ese entonces su madre también había desaparecido por completo.
Si apenas habían pasado tres segundos y ya todo su mundo parecía dar vueltas. Negó con su cabeza y se encaminó a su auto, era mejor llegar luego antes de que Ji Yong se enojara por la tardanza.
Entró a YG lentamente. Para cuando estuvo en la sala de prácticas sólo su líder estaba ahí y este le miraba de forma rara ya que el moreno venía en las nubes. Parecía estar en otro planeta, su rostro estaba perdido en cualquier parte de la galaxia.
-¡Tierra llamando a Bae, su mejor amigo le habla! –El moreno reaccionó y miró a su amigo.
-Lo siento, traigo mi mente en la luna.
-Me di cuenta.
Ambos se rieron y entonces el moreno se sentó en el sofá, Ji Yong se sentó frente a la computadora, estaba arreglando algunas del nuevo álbum de Big Bang. Young Bae volvió a cerrar sus ojos y recordar cada parte del rostro de aquel chico. Pestañas largas, cabello negro, ojos negros, nariz fina, labios perfectos, piel muy blanca…
-Espero que estés pensando en el comeback –El moreno abrió sus ojos, su amigo le miraba con los brazos cruzados y con una ceja alzada. Traía una sonrisa burlona en el rostro, le estaba leyendo la meten, Young Bae lo sabía.
-¿Es posible enamorarse a primera vista de una persona que viste menos de cinco segundos?
Ji Yong soltó un suspiro y se puso de pie.
-Estás jodido –Ambos se rieron.
-Creo que sí.
-Lo peor de enamorarse a primera vista es saber que no lo volverás a ver a menos que el destino este de tu parte –Young Bae suspiró.
-Era precioso, Ji Yong –Ji miró a su amigo, parecía absorto en sus pensamientos. Sonrió.
-Debe serlo para que te tenga así.
-¡Chicos! –Daesung entró en compañía de su Hyung mayor.
-¿Vienen juntos? –Ji Yong preguntó.
-Nos encontramos en la entrada.
-¿Empezamos los ensayos o qué? –Daesung se rió también.
Los cuatro comenzaron a ensayar para las próximas presentaciones de su nuevo álbum, debían practicar un poco las coreografías y las canciones. Se rieron bastante ante las ocurrencias de Seung Hyun y los retos de Ji Yong porque este se lo tomara en serio. Young Bae había logrado mantenerse al menos diez minutos sin pensar en aquel rostro perfecto, el resto del tiempo pensaba una y otra vez en cada facción para no olvidarlo.
Cuando ya estuvieron cansados se sentaron en el suelo a conversar un poco. De pronto la puerta de la sala se abrió dejando ver al presidente Yang. Todos se pusieron de pie y entonces cinco chicos entraron con él. Todos miraron curiosos.
Young Bae pensó que el corazón se le salía del pecho de nuevo y que el tiempo volvía a detenerse cuando miró el rostro perfecto frente a él. Sintió que su cuerpo sudaba, algo raro, porque antes ya estaba sudado, pero ahora sentía como si corrientes de agua pasaran por él.
-Chicos, quiero presentarles a sus Dongsaengs –YG sonrió, todos guardaron silencio. –Desde hoy están en la compañía y formaran un grupo para debutar pronto.
-¡Eso es genial! –Daesung sonrió emocionado mientras hacia una reverencia, los chicos respondieron haciendo lo mismo.
-Cuiden de ellos y ayúdenles un poco.
-Claro que lo haremos –Ji Yong sonrió.
Después de que ellos se presentaran, Young Bae todavía no decía nada, parecía ensimismado en su mundo nuevamente. Los menores se acercaron a saludar respetuosamente a sus mayores. Bae apenas saludó, se sintió mareado.
-Es un gusto conocerte –Young Bae subió su rostro. ¿El destino sí estaba de su parte? Cruzó su mirada con esos ojos negros, se sintió estúpidamente nervioso. El chico sonrió, al parecer ni siquiera se había dado cuenta que había tropezado con él hace un par de horas atrás. –Mi nombre es Lee Seung Hyun.
-Oh… -Bae pensó en su mente que ese era el nombre perfecto para alguien tan perfecto como él. ¿En qué estaba pensando? Al parecer, sólo incoherencias. –Soy Dong Young Bae. El gusto es mío.
-Claro que sé quién eres –El chico sonrió y entonces caminó alejándose un poco de él.
Por alguna extraña razón Young Bae no pudo retenerse y lo tomó del brazo. El chico le miró asombrado sin decir nada. Young Bae quiso decir muchas cosas. Claramente no podía decir que lo amaba, eso no sonaría coherente. Mucho menos normal.
-¡Mi Ri! –De pronto Ji Yong abrazó al chico por los hombres. Young Bae le quedó mirando. -¿Ves que te dije que entrarías? ¡Tienes talento de sobra!
-Me alegro de seguir tu consejo, Hyung –El moreno se preguntó desde cuándo se conocían, cómo y de dónde. Soltó lentamente el brazo del menor.
-Oh, ¿ya se presentaron? –Ji Yong sonrió y miró al Bae y luego al menor. -¡Seungri, tienes ante tus ojos a mi mejor amigo! Trátalo bien.
El moreno no sabía cómo tomarse eso.
-Además –Agregó su mejor amigo. –Cuándo necesites ayuda, acude a él. Es el mejor entre los mejores en lo que es canto. Yo no puedo ayudarte mucho con eso. Él es el mejor. No dudes en preguntarle.
El menor miró a Bae. Este simplemente hizo una sonrisa leve. Ji Yong parecía muy cercano a él. Él parecía muy cercano a su mejor amigo. De alguna manera, le hubiera gustado que eso no fuera así. Ji Yong parecía interesado, pero el menor parecía estar algo incómodo solamente. Como si no le gustara la sobre atención que le ponía su Hyung. Si no supiera que su mejor amigo le gustaba tanto cierta persona, habría pensado que le gustaba su nuevo "Amor ideal"
-Lo tendré en cuenta –Seungri miró al moreno fijamente. Young Bae le devolvió la mirada y entonces el menor le sonrió.
Bae pensó que su corazón dejaba de latir.
Le gustaba demasiado.
El menor se alejó dejando a Ji Yong que hablara solo. Pronunció un “Hyung, me mareas” y entonces se fue. Ji Yong sólo hizo un puchero viéndolo irse.
Young Bae todavía sonreía.
Young Bae todavía sentía su corazón en paro.
Young Bae estaba irremediablemente enamorado.