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Reminiscencia por Driadel Rumsfeld

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Notas del fanfic:

Hace ya mucho que tenía ganas de subir un AU SouRin, y este lo he venido trabajando durante algunas semanas. Como podrán notar el fanfic está ambientado en el Japón feudal, pero además los personajes están basados en las razas del manga y anime "Sex Pistols" por lo que para aquellos que no lo conozcan, les dejaré un pequeño diccionario general para que sepan a qué me quiero referir con algunas cosas si es que no han leído dicho manga. 

 

***

 

La clase Madararui es una especie de humanos que han evolucionado a partir de seres distintos al mono y cuya diferencia con estos es que están conscientes y conservan su lado salvaje, además de que tanto hombres como mujeres pueden concebir hijos. No obstante, cada vez son más escasos.

 

Kogen o Apariencia espiritual: El kogen es el alma de los animales que caracterizan a cada Madararui, el cual aparece sobre el físico del cuerpo humano, aunque, también, se utiliza la palabra “espíritu”; sin embargo el término correcto es Alma.

 

***

 

Aclarado esto, espero que disfruten del fanfic. 

Los personajes de Free! y Free!ES no me pertenecen por supuesto. 

Notas del capitulo:

Las primeras palabras siempre son difíciles, aun más para quienes no estaban dispuestos a soportarse, a creer en la presencia del contrario. 

Cada vez que Sousuke cerraba los ojos, tenía el mismo sueño, desde hace más de diez años:

 

El aroma de los árboles de Sakura saturaba el ambiente con una dulce y suave fragancia. El azabache podía ver como por todos lados a su alrededor los árboles dejaban ir sus pétalos bajo la fuerza de la fresca brisa de primavera. Pero si aquél espectáculo resultaba por demás encantador, cuando sus ojos repararon en la figura de un muchacho bajo uno de aquellos mantos de color rosa, definitivamente pensó que debía tratarse del hijo de algún antiguo dios festejando la belleza de aquella vista.

Sousuke se quedó en silencio observando a aquél niño de cabellos pelirrojos, dejando que los latidos de su corazón fueran la única música que acompañara tal momento.

El Hanami se acababa de convertir en algo más que solo dar vueltas entre los árboles y tontear a su paso.

 

El movimiento de la carreta hizo que Sousuke se despertara, frunciendo levemente los labios por el pequeño dolor de cabeza que parecía estar comenzando a amanecer en el medio de su sien ¿Alguien sabría lo que significaba tener el mismo sueño una y otra vez? Porque podía recordar a la perfección cada detalle del mismo: el aroma de las flores de cerezo, el murmullo de la gente a su alrededor, los pasos apresurados de varios niños corriendo en busca de algún tipo de diversión, su propio aburrimiento al no hallar nada que robara particularmente su atención...sí, podía recordar todo de aquél momento, y aun así no era capaz de recordar el rostro de aquél niño de rojiza melena que se había quedado mirando de forma embobaba por aquellos años. "Pero recuerdo una sonrisa" pensó el azabache mientras se masajeaba la sien; claro que incluso al estar tan seguro de lo mismo, no podía distinguir aquél gesto en el rostro de ese muchacho.

—Tch. —Sousuke apenas si se quejo, porque sabía que debía comportarse y además...

—¿Todo bien, amo Sousuke? —Uno de los empleados de la familia que cuidaban de él no pasó por alto el gesto de molestia del príncipe, girándose hacia él para mirarle con evidente preocupación.

Era por eso mismo que debía cuidar el cómo se expresaba, porque odiaba llamar la atención de quienes le rodeaban, le disgustaba ser el centro de atención. Que siempre estuvieran tan atentos a lo que hacía o cómo se comportaba.

—Estoy bien, no es nada. —El muchacho de oscuros cabellos, y que apenas había cumplido ya la mayoría de edad, llevó la vista hacia un pequeño espacio de forma cuadrada que había a un costado de la carreta, mismo que cumplía su función como ventana y que le permitía, por ese mismo momento, ver apenas unas cuantas casas y un puñado de gente corriendo de aquí para allá.

 

¿Qué había hecho de su vida hasta ahora? Solo era alguien que creía saber lo que era vivir, alguien que se había lanzado a la aventura en su adolescencia solo para descubrir que el exterior a veces podía ser cruel con quienes trataban de obtener esos raros tesoros ocultos que el mundo escondía bajo sus faldas. Y aún así, teniendo apenas una probada de lo que era vivir a su modo, su destino era el comprometerse para mantener en alto el orgullo de su familia, para traer algo de felicidad a su madre enferma. Claro que aunque amaba a su madre, no creía que tal razón tuviera algo de validez para casarse, porque después de todo, Sousuke nunca se había puesto a pensar en convertirse en la cabeza de su propia familia.

 

—Ya casi llegamos. —Anunció desde adelante el cochero, dándole al azabache otra buena razón para alimentar su dolor de cabeza.

 

Hace apenas unos días atrás había sido informado de la llegada a edad de casarse del hijo mayor de una conocida familia de la capital, sin embargo, la noticia que más rápido se había esparcido era el que su madre estaba dispuesta a darlo en matrimonio ya fuera a una mujer o un hombre, porque el chico poseía un encanto tal, que bien podría unirse al harem de su majestad sin nada que envidiarle a las otras doncellas, pero claro, al parecer la principal razón de la mujer para buscarle prontamente a su hijo alguien con quien casarse, era que se trataba de una de las pocas familias de sirenas en Japón y necesitaban con urgencia el conservar su linaje. Aquél debía ser un secreto que seguramente habían guardado hasta que el muchacho estuviera en edad de contraer nupcias. Aunque bueno, para él sería difícil procrear ¿no?

Sousuke no podía comprender el porqué su padre se interesaba tanto en que fuera a conocer a aquella persona y podía suponer que sería de cualquier forma algo problemático, porque al fin y al cabo, otro de los rumores decía que aquél rechazaba a todos quienes hasta ahora se le habían propuesto, incluso a un grupo de príncipes al igual que él.

¿Qué oportunidad tenía con alguien que llamaba de tal manera la atención? "Problemático" era la única palabra que resonaba por su cabeza en ese momento.

 

—Solo será una gran pérdida de tiempo. —Aun así el azabache ordenó sus ropas, preparándose para el momento en que anunciaran la llegada a la residencia Matsuoka, lugar en el que ya no esperaba pasar más que un par de minutos, porque estaba seguro de que no dejaría que nadie le hiciera sentir menos; no por nada su clan era una de las más respetadas familias de nekomatas de todo Japón. Tenía un orgullo que mantener y no dejaría que ninguna rara sirena viniera a pisotearlo.  

 

El encuentro

 

Si había algo que Rin odiaba de su vida, era el hecho de tener que casarse a la fuerza, solo para poder conservar un linaje que se reducía a tan solo un puñado de sirenas en todo el mundo. Y claro que estas eran codiciadas, después de todo se les consideraba la máxima evolución de la especie humana, criaturas con extraños poderes que sobrepasaban todo lo conocido por el hombre, un status que rozaba lo "divino". Pero ser codiciado no le permitía lo que él más anhelaba: ser libre.

Hasta ahora había conseguido escapar de los interesados que se habían acercado hasta su madre para ofrecerle una vida "digna". Pero la mujer estaba comenzando a impacientarse al ver que nadie agradaba a su hijo, y Rin sabía que pronto no le quedaría de otra más que aceptar uno de aquellos tantos compromisos que le eran ofertados...antes de que su madre decidiera acordar un nacimiento como lo había hecho con su hermana menor. Y aunque Gou se había tomado bien el concederle un hijo al hermano mayor de los príncipes Mikoshiba, él no estaba muy seguro de querer ese mismo destino. Rin aspiraba a algo mucho más significativo, mucho más allá de los simples cuidados y el afecto que el traer un bebé al mundo pudieran significar. Rin quería amor verdadero, pero para alguien en su situación, quizá fuera aspirar a demasiado y pensarlo de esa forma dolía, así como el tan solo imaginar que podría decepcionar a su madre si se llegaba a enterar de su verdadero deseo. No quería ser llamado "egoísta" por la mujer que le había criado prácticamente sola luego de que su padre muriese tras salir al mar a enfrentar a los enemigos de su majestad.

 

Hoy era otro de esos días en los que Rin tenía que recibir a algunos comensales que esperaban tener algo de conversación de su parte, esos sujetos esperaban conocerle un poco, aunque quedaba a la vista el que Rin no estuviera muy de acuerdo con abrirse fácilmente a aquellos. Su madre esta vez no estaba disponible para ser quien llevara la conversación, así que todo quedaría en sus manos y agradeció que a esa altura del día solo se tratara de una persona.

 

—Su nombre es Sousuke, creo que viene desde el sur. Sus padres son conocidos mercaderes de telas y otros artículos traídos directamente de oriente. —Mencionó la muchacha que se encargaba de vestir al pelirrojo.

 

—No me importa de donde venga, si tiene o no un título de príncipe o qué es lo que hacen sus padres. Al final, todos resultan estar interesados solo en una cosa. —Y eso era el lograr procrear un bebé, que si no resultaría completamente sirena, al menos si lo sería en mitad. Rin lo decía con algo de pesar, pero no dejaba que se notara en su rostro y es que todo lo que se podía apreciar, era una expresión algo molesta, pero que pretendía ser lo más serena que su poco control sobre sí mismo le permitiese.

 

El último lazo rojizo estuvo en su lugar, cayendo por entre sus cabellos, acompañando las exquisitas ropas del príncipe destinado a ofrecer su vida a alguien más incluso si no habían sentimientos de por medio. Rin se puso de pie justo para cuando otra de las ayudantes de su madre entró en la pequeña habitación. En cuanto Rin observó a aquella, notó que bajo sus ojos había un particular rubor.

 

—Él le espera en la sala de recepción. —La muchacha rió con un particular encanto, lo que hizo que Rin enarcara una ceja, preguntándose si aquél tipo era alguna especie de comediante o uno de aquellos estirados que se creía el mayor premio de Japón.

 

El pelirrojo no mencionó nada luego de que comenzara a moverse en dirección hacia la recepción. Quería tiempo para aclarar sus ideas y para el hacerse una idea de cómo guiaría la conversación. Quizá pudiera intentar hacer algo de amistad con ese hombre, aunque todo dependería de la personalidad de aquél. De cualquier modo, no debía pretender encariñarse de quien solo aspiraba al premio mayor de su raza.

 

Sousuke por su parte, se acomodo mejor sobre el tatami, intentando perder la vista en los hermosos decorados de flores que había acomodados alrededor de la habitación. No estaba seguro de querer permanecer allí solo para ser rechazado, pero estaba seguro de que si no lo intentaba, se quedaría con la duda acerca de aquella particular familia de sirenas. Sin embargo, como rara vez le pasaba, sus pensamientos se detuvieron por acción de alguien que no mencionó palabra alguna al entrar en la habitación.

 

Los orbes turquesa de Sousuke se abrieron con evidente sorpresa al notar la presencia ajena, pero no era porque le hubiese tomado por sorpresa, sino porque con el correr de los segundos y la plena vista que tenía de aquél, no podía menos que impresionarse con el atractivo que aquél poseía.

 

Vestido con ricas telas en colores cálidos y con los cabellos recogidos en una pequeña parte con algunos broches de flores y largas cintas, Rin observó con algo de mesura al contrario, esperando por hacerse una idea en general de aquél, aunque no pudo evitar el notar un electrizante color de ojos que parecía prácticamente querer devorarle cada vez que se fijaba en él ¿Sería igual que el resto? ¿Tendría que repetir lo mismo de los días anteriores? —Bienvenido a nuestro hogar y gracias por presentarte. —Rin hizo una ligera reverencia hacia el otro antes de volver a levantar la vista para observarle con cierto fastidio. Odiaba esa rutina. —Mi nombre es Rin. Siento mucho que mi madre no esté presente como estaba acordado, pero le han surgido algunos contratiempos. —Extraños contratiempos por lo demás.

 

Sousuke no tuvo reparos en responder a la reverencia del contrario, aunque aun no podía terminar de prestar atención a cada detalle del contrario ¿Qué era aquella aura que emanaba de él?

Como una suave ola, el muchacho pelirrojo parecía mecer la atmósfera de la habitación a su gusto, aunque eso también significaba que podía sentir sin problemas el fastidio que emanaba particularmente de su expresión. —No, gracias a ti por recibirme. Estoy seguro de que podrías haberte negado cómodamente a mi visita. —Oh bien, aquello era un poco irónico de su parte, pero no podía evitar el hacerle saber al muchacho que había escuchado curiosos rumores acerca de él y su relación con otros fallidos pretendientes. —Mi nombre es Sousuke Yamazaki. —El azabache ladeó la mirada hacia ambos costados de donde se encontraba, señalándole de tal forma al contrario los múltiples regalos que había traído para él. —Y estos son algunos de los obsequios que he escogido para ti. —Sousuke afiló su vista, porque llegaba a la parte central de su visita, su ofrecimiento de compromiso: —Estoy seguro que está de más el irme con rodeos, por lo que lo diré de una sola vez. Me gustaría que aceptaras de esta forma el comprometerte conmigo.

 

Y allí iba de nuevo. Rin sintió como su expresión se descompuso, sin embargo -y para su sorpresa- antes de que siquiera pudiera decir algo, el azabache volvió a hablar, saliéndose completamente de cualquier diálogo plenamente estudiado.

 

—No creas que estoy dispuesto a ser rechazado como el resto. No estoy ni un poco seguro no valer un poco de tu atención. Sin embargo, estaremos de acuerdo si ambos admitimos que este encuentro no es por nuestra propia voluntad. —Sousuke frunció levemente el ceño, aunque se notaba más bien cansado. —¿Está bien si solo charlamos por un instante? No espero una respuesta inmediata. —Esta vez sus ojos se volvieron completamente sobre el pelirrojo, enseñándole que estaba descubriendo un interés por él, algo que se manifestaba además por su inclinación a mantener un mayor intercambio de palabras.

 

Sorprendido por esto, Rin guardó silencio durante un momento, dándole vueltas al desconcierto en el que el azabache le estaba enterrando poco a poco.

¿Por qué le observaba de esa forma? Parecía sentirse prácticamente desnudo bajo el peso de aquellos orbes turquesa de imponente brillo.

—Uh. Está bien. —El pelirrojo se sintió tonto al dudar en su respuesta, pero pronto se halló tomando asiento frente a Sousuke. —Aun así sabes que esto podría no cambiar nada acerca de mi respuesta ¿no? —Debía estar seguro de que el azabache sabía a lo que estaba exponiéndose, porque el lograr que charlaran un poco más no era para nada igual a una victoria.

 

El azabache no dudó al sonreír con una confianza tal, que descolocó por completo al pelirrojo. —Por supuesto que lo sé. No espero que aceptes tan fácil mi propuesta, pero no estoy dispuesto a rendirme tan pronto. —Las pupilas de Sousuke se dibujaron como las de los gatos, finas y amenazantes, con la fiereza de la realeza felina. —¿Sabes algo sobre los nekomatas, Rin? —Para este momento no le interesaba irse con más vueltas, estaba interesado y quería saber más del contrario, pero primero le dejaría conocer un poco de sí mismo, lo tentaría y esperaría que aquella fuera su mejor opción para comenzar. —Somos criaturas muy orgullosas, odiamos que jueguen con nosotros. —Pero a pesar de que aquello pudiese sonar como una llamada de atención para el contrario, era ahora que estaba llegando al punto importante de aquella parte de la conversación. —Sin embargo cuando algo nos interesa, somos capaces de dejar nuestro orgullo de lado por proteger lo que consideramos nuestro. Podemos llegar a ser muy persuasivos si lo deseamos... —Sousuke entrecerró los ojos mientras observaba aun al ajeno. —...y aun así no se cómo tentarte, seguramente debe ser verdad aquello que decían mis padres, acerca de la pureza de las sirenas.

 

Pero Sousuke no se quedó de brazos cruzados y su cuerpo comenzó a mutar dejando a la vista su apariencia espiritual, aquella que poseía la perfecta imagen de una enorme y fornida pantera negra, misma que no tardó en mostrar los dientes hacia el pelirrojo.

 

Rin abrió los ojos con sorpresa. En su vida había visto a una criatura tan imponente como aquella, pero de entre todo lo que caracterizaba la apariencia espiritual del ajeno, habían sido sus ojos aquello que le arrastraba hacia el suelo, sabiéndose ante el poderío de una raza destinada a la grandeza.

Los hombros de Rin se encontraron contra el piso con la sorpresa de una situación inesperada expresada en su rostro; sus manos temblaron sobre la fría superficie. La imponente criatura avanzó en su dirección, congelándole en aquél mismo lugar, obligándole a permanecer en su sitio mientras las patas del felino se hacían lugar sobre su cuerpo, orillándole sin escape aparente.

Los orbes rojizos de Rin buscaron observar a aquellos turquesa del contrario, pero para cuando los encontró, pareció ver a través de ellos al mismo muchacho que momentos atrás había estado sentado en frente suyo.

 

"¿Me temes?"

 

La voz en la cabeza de Rin no era otra más que la voz de Sousuke, misma que le hizo erizarse de los pies a la cabeza. Pero no, aquello no tenía nada que ver con si temerle o no, y es que era más que justo que se encontrara sorprendido por la actitud del azabache. El pelirrojo no quería ceder ante tal demostración de supremacía y fue por eso que sus brazos terminaron estirándose en dirección hacia el rostro del animal frente a él, acariciando con las palmas sobre las mejillas oscuras de la criatura, con gentileza.

 

—No te temo. Pero sin duda me has sorprendido. Después de todo te has salido de todo protocolo con esto. —"Mira que arrastrar a tu posible futuro prometido hacia el piso" pensó el pelirrojo, dándose cuenta de sus palabras al poco tiempo de haberlas pronunciado.

Mierda.

¿Estaba pensando tan solo en la posibilidad de aceptar?

Eso hizo que frunciera el ceño con fastidio, no evitando mostrarlo también en palabras: —Eres peligroso, Sousuke Yamazaki.

 

Ante eso la pantera pareció bufar, acercando su rostro lo suficiente para que uno se pudiera ver reflejado en los ojos del otro.

 

"Y tú eres un particular hallazgo, Rin Matsuoka."

 

Otra vez la voz remeció el interior del pelirrojo. Pero esa sería la última vez que el azabache hablara así, porque pronto volvió a tomar su forma humana, encontrándose esta vez con sus brazos uno a cada lado del cuerpo del contrario, cerrándole el paso, aunque Rin ya no tenía para entonces ninguna intención de moverse de allí...o no al menos por el momento.

 

Rin enarcó una ceja, con una expresión que se podría definir como divertida. —¿Esta es tu forma de pedirme compromiso?

 

—Esta es UNA forma de pedirte compromiso. —Sousuke respondió a aquella mirada con una media sonrisa. —¿Por qué? ¿Quieres que lo intente de nuevo con alguna otra?

 

Rin sintió por primera vez algo de curiosidad por un pretendiente. Y quizá no lo aceptaría de una sola vez, pero si quería saber más de aquél y esperaba que aquél no se tomara su atención de una mala forma. —Siempre y cuando respetes esta vez mi espacio personal. —No iba a quedarse sin responder a la pregunta del ajeno, y de alguna forma sabía, que Sousuke tampoco le dejaría quedarse con la última palabra.

 

Sousuke por su parte dudó por un segundo. No podía evitarlo. Al estar tan cerca había sentido un particular aroma presente en el muchacho, una esencia que le calmaba y atraía, algo que le hacía preguntarse si no estaba verdaderamente en presencia de uno de los hijos de Susanoo*. Aun así decidió alejarse del muchacho, volviendo poco a poco al mismo lugar que había ocupado antes, aunque -como Rin había supuesto antes- no se quedó sin mencionar algo en respuesta a lo dicho por el contrario. —No creo que sea algo muy difícil de cumplir ahora que tengo un poco de tu atención. —Sousuke que enfatizó una expresión tranquila, pronto sonrió levemente hacia el contrario.

 

De alguna forma aquél mismo aroma que emanaba del pelirrojo, parecía traerle recuerdos a Sousuke, recuerdos que provenían de un sueño que se había repetido noche tras noche.

¿Qué le depararía el seguir en presencia de ese muchacho?

Notas finales:

Y pues espero que les haya gustado

Saludos~


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