-Ryoma, ten – dijo Nanjiro, lanzándole una pelota al niño que tenía en frente y a las justas sostenía una raqueta de su tamaño.
El niño tratando de alcanzar la pelota se cae…
-Señor, señor… - decía un médico tratando de despertar al Samurái Nanjiro, que se encontraba durmiendo en uno de los sillones de la sala de espera de un hospital, con una sonrisa en su rostro.
-Que, que, ¿qué pasa? – dijo desperezándose y sentándose correctamente.
-Ya salieron los resultados de su hijo, y quisiera hablar en privado con usted.
Nanjiro, inmediatamente se puso serio y siguió al doctor.
-Mi hijo, ¿se encuentra bien? ¿Tuvo alguna lesión permanente? ¿Podrá seguir jugando Tenis? – preguntaba preocupado el padre.
Entraron a la oficina del médico y tomaron asiento.
-Su hijo se encuentra bien, no tuvo ninguna lesión permanente, y podrá seguir jugando Tenis, pero no como lo hizo siempre.
-¿Qué quiere decir? – dijo incómodo el padre.
-En la partida de nacimiento de su hijo indica que el menor es hombre, pero según los análisis que le realizamos, él es un Doncel.
-Ryoma, ten – dijo Nanjiro, lanzándole una pelota al niño que tenía en frente y a las justas sostenía una raqueta de su tamaño.
El niño tratando de alcanzar la pelota se cae.
-Vamos niño, tu puedes, otra vez - dijo lanzándole otra pelota al pequeño que acababa de ponerse de pie y mostraba una mirada de diversión y desafío.
-Cariño, ¿no crees que es suficiente? – preguntaba Rinko, esposa de Nanjiro.
-Mujer, ¿no crees que este niño, llegará más lejos que yo?
Rinko se sorprendió, y en ese momento entendió por qué su esposo se había retirado del mundo profesional.
-Padre – dijo Ryoma al ver al susodicho entrar a su habitación de hospital.
Nanjiro se acercó y lo abrazó, sorprendiendo al menor.
-Ryoma, ¿quieres un nuevo reto? - lo había pensado desde que terminó de hablar con el doctor.
Al no recibir ninguna respuesta, y sólo ver la expresión confusa de su hijo, continuó.
-Quiero regresar a Japón, hace mucho que no estoy ahí – al ver la cara un poco molesta de su hijo – Verás que haya encontraras muy buenos jugadores – “Y mayores oportunidades también”, pensó. – Será todo un reto que comiences desde cero, en otro país, otra cultura…
-¿Es por eso? O ¿simplemente extrañas tu tierra natal?
-Jajajajajaja… - “Este niño”, pensó el padre –. Esta decidido entonces, partiremos a Japón cuanto antes.
-Ryoma, ten – dijo Nanjiro, lanzándole una pelota al niño que tenía en frente y a las justas sostenía una raqueta de su tamaño.
El niño tratando de alcanzar la pelota se cae.
-Vamos niño, tu puedes, otra vez - dijo lanzándole otra pelota al pequeño que acababa de ponerse de pie y mostraba una mirada de diversión y desafío.
-Cariño, ¿no crees que es suficiente? – preguntaba Rinko, esposa de Nanjiro.
-Mujer, ¿no crees que este niño, llegará más lejos que yo?
Rinko se sorprendió, y en ese momento entendió por qué su esposo se había retirado del mundo profesional.
-Si cariño, el llegará muy lejos – respondió abrazándolo.
-Será un prodigio, Rinko - contestó lanzándole una nueva pelota al pequeño –. Yo me encargaré de hacerle alcanzar la cima. Después de todo, es mi único hijo y como varón, será el mejor jugador de Tenis del mundo.
-Si mi vida – susurró Rinko, sabiendo que su esposo, no dejó que le hicieran las pruebas necesarias para corroborar que el niño era varón o un doncel -. Pero, si él fuese doncel…
-En este país, no tendría futuro, es por eso que no dejé que le realizaran esas pruebas. Mientras sea posible, el jugará y disfrutara del mundo del tenis profesional, como un niño.
Rinko lo abrazó aún más fuerte.
-Si llega el tiempo en que sean necesarias esas pruebas, y Ryoma resulta ser doncel, regresaremos a Japón; tendrá más oportunidades y destacara desde ahí. Como sus padres, debemos estar siempre con él.
Rinko soltó lágrimas de alegría y tristeza a la vez.
-Gracias.
Cuando Nanjiro le comunicó la noticia a su esposa, ella se quedó paralizada.
-Iremos a Japón, como lo dije esa vez.
-Mi niño – susurró Rinko.
-Estará bien, seguirá jugando el tenis que tanto adora.
-¿Él lo sabe? – pregunto dudosa.
-Aún no, y será mejor que no se lo digamos, no hasta que estemos seguros que jugando Tenis, se pueda hacer daño, porque si se lo arrebatamos ahora.
-No volverá a ser el mismo de siempre.
-Será nuestro secreto.
Su esposa sonrió, se abrazaron y cuando llegó Ryoma de la escuela, comenzaron a alistar las maletas para partir rumbo a Japón.