Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Lo que fuimos alguna vez por Yuuki Hachiken

[Reviews - 6]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Primer Oneshot de "La era de la brecha".

Notas del capitulo:

Hola!

Este es mi primer oneshot, va vinculado a la historia "La era de la brecha", realmente fue genial escribir esto ya que bueno... tuve total libertad para expresar una historia auto concluyente, originalmente el fic iba a empezar con esta historia pero preferi tomar otro rumbo, de igual forma ahora podran leerla.

 

Este oneshot tambien es un regalo de cumpleaños para RM64, quien es un lector que deja reviews muy divertidas y ademas su fic es genial, recomiendo leerlo.

 

Pd: Para no perder la costumbre, aqui una imagen del cap.

http://i.imgur.com/VAXLZYM.jpg

Otro noche más donde me despierto sintiendo que soy observado, enciendo la vieja lámpara que tengo a mi lado, tomo asiento en mi cama y comienzo instintivamente a frotar mi cabello.

-          Sera posible que… - Digo en voz alta dándome cuenta de que mis palabras retumban en toda la casa, estaba solo de nuevo, otra vez papá decidió irse a beber y quizás cuando lo volveré a ver de nuevo, la última vez se demoró casi 2 semanas en volver, es mejor si no está la verdad pensé.

Me levanto y comienzo a merodear en mi habitación sin razón aparente, mi cabeza volvía a ser víctima de esa psicosis nocturna que había empezado ya hace unas semanas, no había razón aparente, simplemente sentía que algo no estaba bien conmigo.

Mi cuarto, no, mejor dicho la casa entera eran casi escombros, casi no parecía que una vez esta casa fue hermosa, cuando vivía mamá éramos el prototipo de familia feliz ideal, pero un día sin razón aparente desapareció, nos abandonó a papá y a mi… ¿En qué fallamos?, quizás nunca lo sabré.

Me acerco a la ventana y pudo ver mi reflejo en el vidrio, soy un chico bajito para mi edad de 10 años, mi piel es blanca, mi cabello es rubio y además podía ver que era algo fuerte, intentaba creer que tenía ciertos músculos, pero para mí desgracia eso era imposible, mi mirada se desvió hacia la calle y pude notar algo raro en ella, por un segundo pude verlo y podía jurar que no era víctima del sueño, había un chico, quizás de mi edad caminando por la calle y podía ver que había algunas figuras extrañas consigo, el chico parecía huir, al girar y darse cuenta al igual que yo de aquello…

Cerré rápidamente las cortinas de mi ventana y me agache rápidamente como si esas cosas pudieran haberme visto, espero unos minutos y no escuche nada, di un leve suspiro y espere que aquel chico lograra huir de esas cosas, no quisiera estar en su situación, me acerque a mi dura cama y me dispuse a dormir, algo que parecía imposible luego de aquello que vi.

“Corre chico de cabello negro, espero que aquellas cosas no te atrapen” – Pensé antes de caer presa del sueño.

Al día siguiente.

Me encontraba listo para empezar mi día, siempre suelo ser el primero en estar listo para llegar a clases pero…

-          ¿Hola? – Digo esperando una respuesta en mi casa que parece algo vacía.

Avanzo por las habitaciones de mi casa, esquivando algunas botellas que seguramente dejo mi padre de nuevo, la casa apesta de nuevo a alcohol y solo podía significar algo…

-          ¿Papá? – Lo digo con la voz temblorosa, sabía que si estaba aquí no podía asistir a clases, deseaba con todas mis fuerzas de que no estuviera aquí… por favor dame un respiro.

Di un paso en la habitación que llevaba a la cocina y lo vi, tirado a un lado del oasis de la cocina, casi pareciendo un cadáver, ante mis ojos estaba mi padre con la ropa totalmente destrozada de nuevo, seguramente había peleado con alguien o se lo hizo el mismo, emanaba un horrible olor a alcohol que hacia presencia en toda la casa, me quite mi maletín y me dispuse a ayudarle.

-          ¿Papá estas bien? – Mencione con un tono preocupado, a pesar de que había cambiado mucho con el abandono de mi mamá, seguía siendo mi padre.

Logre sentarlo apoyándolo en la pared de la cocina, parecía no tener ni una pizca de vida pero seguía respirando, pensé por un momento en buscar ayuda pero esta situación ya se había presentado antes, Papá tenía la costumbre de beber sin medirse… intente decirle de lo que estaba haciendo pero lo único que gane fueron repetidas golpizas, cada una más violenta que la anterior, mi cuerpo incluso era el mayor testimonio de eso, desde moretones a cicatrices y quemaduras.

Comienzo a ver la hora en mi viejo reloj y me doy cuenta de que ya no podía alcanzar al autobús, quizás no pueda asistir a la primera clase, pero quedaban las siguientes, mis pensamientos fueron interrumpidos cuando fui tomado abruptamente por el cuello, podía ver sus ojos llenos de ira, era mi padre quien se había despertado de forma violenta, abrió su boca y casi como si fuera un rugido con su aliento apestoso dijo.

-          ¡¿Dónde está el desayuno?! – No aflojaba ni un segundo su agarre, me estaba quedando sin aire y el dolor se apoderaba de mi cuerpo, mi vista se nublaba pero todo acabo cuando fui lanzado hacia el suelo. - ¡No tengo todo el puto día, muévete! – Dijo mientras me pateaba mi pierna, mi uniforme estaba totalmente sucio y con algo de sangre que brotaba de mi nariz.

Tome aire lo más rápido que me permitían mis pulmones, sin levantar mi vista intente retomar mi postura pero podía ver como mi nariz seguía goteando sangre, con mi brazo limpie mi nariz y logre levantarme tambaleando, sabía que si me demoraba más de lo que su limitada tolerancia podía soportar, recibiría una peor que esta…

No había casi nada en la nevera de la casa, papá tenía la costumbre de derrochar el dinero que había conseguido en su trabajo, aunque cueste creerlo viendo su estado actual, era un abogado de una firma muy reconocida, pero ahora se perdió cada vez más en cosas que ni yo entendía completamente.

Lo único que pude hacer fue una carne asada con mucho alcohol como si fuera una salsa, algo que a el le gustaba, no me gustaba para nada el olor pero si eso podía hacer que fuera a la escuela, alejándome de todos estos problemas y de el… valdría la pena; lleve la comida a la vieja mesa donde él se encontraba, todavía con esa apariencia destruida y decaída pero que solo cambiaba a un estado de cólera al verme.

-          Esto sabe a mierda… - Dijo mientras masticaba la carne.

-          N… no había mas nada en la cocina… - Mencione en voz baja, sin darme cuenta el plato impacto en mi rostro, dejando mi cara empapada de ese horrible olor a alcohol.

-          ¡Ya me tienes harto con tu incompetencia! – Se lanzó ferozmente a mí poniendo su ante brazo sobre mi cuello, estaba empujando muy fuerte, con su otra mano comenzó a rasgar mi uniforme y sus ásperas manos tocaban mi cuerpo.

-          D…Detente, P…papá – Me faltaban las palabras y el aire, mis ojos se cristalizaban cada vez más y mis pensamientos se nublaban.

-          Cállate Peter, ¡solo decir tu nombre me causa asco! – Dijo con toda furia mientras mi cuerpo cedía, podía sentir como ahora su mano había alcanzado mi ropa interior y comenzaba a romperla… yo….

Todo se hizo oscuro para mí, sentía un frio total en mi cuerpo pero podía sentir que estaba vivo, ¿Dónde estoy?, porque todo se ve tan raro… ¿Por qué todo a mi alrededor se siente tan artificial?, sigo sin poder ubicarme y mi cabeza cada vez dolía mas, como si palpitara.

Abro mis ojos y estoy rodeado de gente muy extraña, nunca las había visto antes, intento levantarme pero soy rápidamente detenido por una señora mayor, ella me sonreía y pude notar que estaba en una sala de un hospital, el olor a alcohol y su presente color blanco me daba la razón, me encontraba vestido como si estuviera internado en el lugar… ¿Qué paso?

-          Hola Peter, ¿te sientes bien? – Dijo aquella señora que tenía una edad avanzada.

-          ¿Dónde estoy? – Pregunte algo preocupado, lo último que recuerdo eran la mirada furiosa de mi padre – t…tengo que irme. – Intente levantarme pero un dolor punzante vino de mi nuca.

-          No te muevas Peter, ahora estas seriamente lastimado pero no dejaremos que eso ocurra de nuevo. – Menciono otra mujer que parecía ser una oficial de policía – Tu padre no volverá a abusar de ti.

-          Sarah… - La mujer mayor codeo a la oficial de policía.

-          Discúlpame no quería sonar insensible – Al decir eso la oficial me quede dormido de nuevo.

 

- 2 días después-

Luego de pasar dos días en el hospital recuperándome y la mayoría del tiempo dormido, fui llevado a una casa que parecía algo antigua pero estaba en buenas condiciones, tenía un estilo algo victoriano, un estilo que recordaba de los libros de arte de la escuela, durante esos días que estuve en el hospital pregunte por mi padre pero solo obtuve negativas y además evitaban el tema, decían que estaría bien pero yo no me siento tan seguro, instintivamente se volvió un tic nervioso tocar mi cuello, a pesar de que era regañado cada vez que hacia eso.

Cruzamos la puerta de la casa y pude ver a niños de distintas edades corriendo y hablando de un lugar a otro, el lugar contagiaba felicidad por doquier.

-          Acompáñame a mi oficina – Menciono aquella señora de edad que seguía llevando mis cosas, a pesar de que yo le dije que no debía hacerlo, ella insistió diciendo que yo debía descansar por mis heridas.

-          Está bien… - Dije algo apenado ante la situación, podía desviar mi atención mientras avanzaba por el lugar, había una gran cantidad de niños jugando en la parte trasera de la casa, de cierta forma este lugar parecía una escuela pero algo más íntima.

Llegamos a la oficina de la señora y pude notar que estaba llena de fotografías de niños, parecían muy alegres y además se podía ver que tenía una amplia cantidad de premios en su pared, no me di cuenta cuanto había inclinado mi asiento para intentar ver que decían los premios.

-          Son premios por educación y por mi labor como directora en esta institución. – Menciono la señora con una sonrisa en su rostro – Este lugar es mi orgullo, es el renombrado “Hogar infantil forjador”.

-          ¿“Hogar Infantil Forjador”? – Pregunte algo apenado ya que no tenía idea de ese sitio.

-          Este lugar hace mucho tiempo, en una época de guerra, se necesitaba mano de obra y este lugar servía como refugio, para aquellos niños que por cualquier motivo construían tanques o ayudaban en las fábricas, sinceramente me alegro de que esas prácticas estén erradicadas. – La mujer se veía orgulloso de los logros que tenía en este lugar, apretó un botón y llamo a alguien – Frey, ¿puedes venir a mi oficina ahora mismo?

Esperamos un rato y rápidamente un chico que se me hacía algo familiar cruzo la puerta, estaba con unos audífonos en su cuello, su piel blanca, cabello negro bastante desordenado que le quedaba algo bien, ropa que parecía muy cómoda predominando el color verde y sus pantalones jeans de color negro, el chico tenía unos lentes de color negro que cubrían sus ojos.

Él se sentó al lado mío de una forma muy natural, viéndome de reojo bajando sus lentes un poco regalándome a veces una sonrisa.

-          Frey, estas aquí porque… - La mujer fue interrumpida por el muchacho quien tomó la palabra sin pedir permiso.

-          Yo no tuve nada que ver con la gelatina en la camisa de Thomas. – Dijo Frey sorprendiéndonos a ambos, sobre todo a la directora quien se llevó la mano a la frente y parecía algo ofuscada. – ¿N...No estoy aquí por eso?

-          Él es Peter, será tu nuevo compañero de habitación, espero que él no pida un cambio de habitación al día siguiente – Le advirtió al final la señora.

-          No lo hagas ver como si yo fuera el problema… - Frey se veía algo apenado y tomo mis cosas mientras se levantaba – Vamos, te enseñare tu nuevo hogar.

Seguí a aquel chico por los pasillos, el saludaba de forma muy familiar a los demás niños que había y estos parecían quererlo mucho también, aunque cuando vimos pasar a un chico mayor quien estaba sin camisa y cubierto de una especie de gelatina purpura, me hizo señas para que avanzáramos de forma sigilosa por los pasillos.

Al final llegamos a su habitación, “3308” decía, a pesar de que el lugar no era tan grande tenía una numeración algo extraña, tomo mi mano sorprendiéndome un poco y cruzamos la puerta, era una habitación bastante colorida y algo amplia, ciertamente era más grande que aquella que tenía en mi casa, me pregunto cómo estará papá, ¿abra comido ya?

Mis pensamientos fueron interrumpidos por Frey quien saltaba sobre una cama mientras reía.

-          Esta será tu cama, espero que este ya suave para ti – Dejo de saltar y simplemente se sentó en la otra cama.

-          Gracias… - Dije mientras desempacaba mis cosas, pude sentir como Frey me observaba con curiosidad en todo momento.

-          Entonces, ¿Peter?, ¿qué te trajo a este lugar? – Pregunto de forma algo animada – No seas tímido, si me respondes yo te diré también porque estoy aquí.

Me sentía algo nervioso por este sitio, a pesar de que no era algo malo y todos estaban siendo muy amables conmigo… me sentía un poco mal, mi cabeza comenzó a dar vueltas y sentía que iba a caer.

-          ¿Peter? – Pregunto Frey quien estaba a mi espalda y se acercó un poco, quizás al verme algo mal. - ¿Estas bien?

Perdí un poco mi equilibrio y caí de cara en la cama, me sentía bastante avergonzado porque comenzaba a llorar, imagines de lo ocurrido con mi padre volvían a mi cabeza y no paraban.

-          ¿Quieres que busque ayuda? – Pregunto Frey algo preocupado.

-          No… no quiero volver a ese sitio… - Dije sin pensarlo, ¿A que me refería?

-          Está bien… - Frey se alejó un poco y pude escuchar como tomaba asiento en su cama.

Pasaron unas horas y seguía tirado en la cama, extrañamente era algo suave, me pregunto si Frey sigue observándome pero no escucho que hace algo, giro lentamente a ver qué hace y al parecer se quedó dormido, lo veo y apenas puedo creer lo que mis ojos alcanzan a ver, está abrazando una almohada y parece que tiene un lindo sueño.

De cierta forma me siento atraído hacia este chico pero, no tengo idea de porque, porque mi pecho comienza a acelerarse al verlo acostado y abrazando esa almohada, cierro mis ojos e intento pensar en otra cosa, pero al hacerlo solo intento remplazar aquella almohada conmigo en mi imaginación, me estoy volviendo un idiota.

Una alarma sonó en la habitación y Frey se despertó casi como un robot.

-          Ok, ¡es hora de empezar! – Dijo Frey totalmente animado, se levantó y se fue de la habitación llevando consigo su maletín.

En menos de lo que me di cuenta, estaba solo y no me quedo de otra que congeniar con las demás personas que estaban en la casa, había chicos de todos los tipos, aunque todos ellos hablaban como tema central de sus conversaciones a Frey, realmente no sabían a donde iba todas las tardes pero siempre se referían a él con buenos comentarios, también como el único capaz de enfrentarse a Thomas, me comentaron que tenía un temperamento fuerte y que además solía discutir mucho con la directora.

A la hora de la cena todavía no había señal de Frey, mi mente comenzó a divagar, de cierta forma sentía que lo había visto antes pero no sé dónde…

-          Oye chico nuevo, ¿todavía tienes hambre? – Menciono aquel chico llamado Thomas, era un poco mayor que todos los chicos presentes, unos 14 años podía deducir, su cabello era de color castaño pero casi rojo, su piel blanca aunque se podía ver que le daba mucho el sol y su ropa era muy casual, casi parecía una pijama - ¿me estas oyendo?

-          Ah… estoy bien gracias – Mencione mientras seguía comiendo, la comida era muy deliciosa y bastante hogareña.

-          ¿Sabes dónde está frey? – Pregunto de forma algo enojado

-          No tengo idea, estaba dormido  - Dije dudando un poco, si vi que salió de la habitación pero no supe nada más.

-          Ese chico realmente es un problema – Thomas se veía bastante enojado – No entiendo porque siempre hace lo que se le da la gana.

-          No digas eso de Frey… - Menciono un niño pequeño, quizás tenía unos 7 años

-          Cierto, no digas nada malo de él, tonto ogro – El chico que estaba a su lado también defendía a Frey.

Luego del asalto de lanzamiento de comida que recibió Thomas y posteriormente un regaño que recibimos todos por parte de la directora, ella estaba asombrada por lo que había pasado, al parecer nunca antes había ocurrido un incidente de este tipo, donde los demás se levantaran en contra de Thomas.

Ya en mi habitación, seguía estando solo, no sé por qué pero me encontraba sentado en la cama de Frey, la cama dibujaba su forma y su almohada se veía muy usada, de su lado de la habitación tenía muchos dibujos en su pared, además de muchos recortes de revistas en ella, ¿Cuánto tiempo abra pasado aquí?, intente leer algunos artículos que se encontraban en la pared, la mayoría abordaba temas paranormal y avistamientos de fantasmas de todo tipo.

-          ¿Qué estás haciendo? – Frey había abierto la puerta y se veía algo sorprendido por lo que hacía, avanzo hacia la habitación y  cerró la puerta detrás de él.

-          S…solo me dio curiosidad – Dije algo apenado.

-          ¿Te interesan estos temas? – Frey tenía una sonrisa en su rostro algo… ¿picara?

-          No bueno… no lo sé. – Sentía que algo atrapaba mi corazón, estaba poniéndome nervioso.

Frey se acercó más a mí, quien estaba sobre la cama y comencé a retroceder, chocándome contra la pared que admiraba hace un rato, Frey me miro a los ojos y se acercó lo suficiente para poder sentir su aliento en mi rostro.

-          Esta noche lo averiguaras, espero que no la pases tan mal – Su expresión seria cambio mostrándome una sonrisa.

Sin decir nada logre escapar por un lado de la cama, sentía mi cara totalmente roja y como si fuera a explotar por el calor, sentía que no debía verlo pero al girarme pude verlo simplemente quitándose su ropa de espalda, no sé porque mis ojos no podían dejar de seguir lo que él hacía, me di un golpe suave en mi mejilla y me lance enojado a dormir, ¿Pero porque estoy enojado?, no tengo idea.

Al pasar la noche sentía repentinamente un extraño frio que me levanto, intente acomodarme varias veces en la cama intentando guardar mi calor corporal, acercando las piernas a mi pecho y abrazándolas, pero nada parecía funcionar, escuche algo de movimiento en la habitación, quizás Frey tampoco podía dormir, me cubrí con la manta como si fuera un capullo y en la oscuridad total intente buscar el encendedor de la luz, pero no tenía idea de donde estaba, buscando en la pared con mis manos, al final logre dar con ella y la habitación se ilumino.

Sentí que me iba a desmayar, ver a dos figuras oscuras de color purpura que parecían verme con esos ojos de flama de color blanca, frote mis ojos rápidamente y desaparecieron, ¿había sido mi imaginación?, de nuevo me sentía inquieto y víctima del pánico.

-          Los viste y sigues aquí – Menciono Frey quien estaba acostado de lado en la cama observándome – no tengo idea de donde vienen pero sé que solo me observan.

Apague la luz detrás de mí y no pude evitarlo, no podía irme ni tampoco podía quedarme solo en mi cama, me acosté con Frey sin decirle nada, no podía ver su expresión, espero que no esté enojado pero… tengo mucho sueño.

- 1 año después -

Ya había pasado 1 año desde mi estadía en este lugar, en todo este tiempo jamás me di cuenta que era un lugar de adopción en sí, repetidas veces intentaron adoptarme pero algo me hacía quedarme, jamás volví a saber sobre mi padre y de cierta forma es mejor de esa forma, ya con 11 años de edad se volvió una extraña costumbre dormir en las noches con Frey, curiosamente me di cuenta que era 1 año menor que yo y eso despertó algo en mí, algo que no se había mostrado antes, tenía una necesidad de protegerlo, sabía que él me ocultaba algo pero no me había atrevido a preguntarle.

En todo ese tiempo compartimos muchas cosas, aprendí cuál era su color favorito, su comida favorita, parecía no tenerle miedo a nadie, a pesar de que discutía mucho con Thomas, se podía apreciar como ambos se querían mucho a su manera, yo en cambio me sentía confundido y además intrigado, ¿A dónde se va todos los días? Y ¿a qué se refería aquel día cuando dijo que esas cosas le observaban?, hoy tome la decisión de seguirle, aunque pusiera en riesgo mi record como el compañero más duradero que él ha tenido.

Mis pensamientos fueron interrumpidos cuando él se lanzó hacia mí desde su cama como si fuera una plancha voladora, apenas tenía su ropa interior, hace un rato nos despertamos y estábamos dispuestos a tomar los turnos del baño, algo que no ha cambiado en ese año es que sigo… poniéndome nervioso al verlo con poca ropa.

-          Hey Peter, ¡hoy es una fecha especial! – Dijo con una gran sonrisa en su rostro mientras me daba golpecitos suaves en mi pecho- Ya llevas 1 año aquí, feliz aniversario.

-          Gracias compañero – Le devolvía el gesto dándole algunos puñitos suaves, era normal para nosotros a veces jugar a las peleas pero ahora intentaba contenerme, él estaba casi desnudo y lo observaba de reojo.

-          ¿Qué tanto me ves? – Frey noto que lo veía y me puse bastante sonrojado ante eso – Ah, ya entiendo.

Frey tomo mi camisa y la levanto de golpe, quitándomela  y dejándome totalmente expuesto, el tiempo había curado mis heridas y yo parecía un chico totalmente sano.

-          Ahora estamos quedando iguales, solo queda… - Frey se dio la vuelta dejándome su trasero casi en la cara y comenzó a bajarme mis pantalones – esto está dando problemas, no demoro.

No podía articular palabras, sentía que toda mi sangre se estaba concentrando en una parte que Frey vería de primera mano y me sentía muerto de vergüenza, lo peor es que mis manos se estaban guiando casi solas hacia sus glúteos, ¿Por qué estoy sintiendo esto por mi amigo?, no lo sé, mi cabeza está dando vueltas.

-          ¡Ya se podemos ir hoy al cine si quieres! – Dijo en voz alta mi amigo pero su voz fue interrumpida por mi culpa. - …Peter me estas…

Comencé a tocar sus suaves nalgas como si fueran la cosa más interesante del mundo, pero me detuve cuando se giró a verme algo enojado.

-          Oye… - Frey se veía bastante sonrojado - ¿No estarás intentando aquello que vimos?, tu sabes, lo de las revistas de Thomas.

Mi mente se trasladó a hace unos 3 meses atrás cuando nos escabullimos en la habitación de Thomas, a pesar de que me negué ya que me parecía ridícula la idea de que el escondía un tesoro, aunque la actitud de Thomas a veces se veía muy relajada y algo agotado cuando se quedaba durante horas en su habitación, al final lo que encontramos fueron unas revistas donde había un montón de mujeres desnudas y haciendo cosas con unos hombres algo musculosos… extrañamente para los dos, algo se puso duro en nuestros pantalones y al final de eso tuvimos que salir huyendo porque Frey se sentía muy alarmado por lo que nos pasaba, durante unos días seguíamos entrando secretamente y la situación se repetía, al cabo de un rato esa sensación desaparecía pero dolía mientras estaba de esa forma, no podía decirle a Frey que también me pasaba eso cuando lo veía desnudo.

-          Peter, ¿me estas ignorando? – Frey se encontraba a 3 cm de mi rostro, viéndome directamente a los ojos – ¿Si estabas pensando en eso?

-          ¡No!, ¿porque lo dices? – Dije moviendo mi rostro hacia otro lado

-          Es que entonces… ¿porque siento que algo está tocando mi pecho? – Dijo Frey con esa sonrisa pícara.

Pude suponer que se refería a la erección que ahora se había vuelto más fuerte, todo gracias al contacto superficial con Frey, ¿me estas probando?

-          ¿Quieres… averiguarlo? – Estaba totalmente apenado pero me atreví a decir eso

-          Bueno seguramente te duele, ¿sería mejor frotarlo no crees? – Su mirada picara se manifestaba cada vez más, la verdad cuando él se iba por algún motivo y terminaba en su cama… ¡No soy un pervertido!, eso comenzaba a pasar de nuevo y solo podía calmarlo frotándolo, ¿Pero el cuándo aprendió eso?

Frey tomo mi silencio como un sí, bajo mi ropa interior que era un bóxer de color blanco desde el elástico, a diferencia del suyo que era uno de color azul oscuro, al llegar a mis rodillas se detuvo y bajo su mano hasta mi pene que estaba algo duro, jugando lentamente con el sin dejar de verme, me sentía muy atrapado.

-          ¿Qué debería hacer ahora? – Dijo susurrándome al oído.

-          Frey donde… - Apretó un poco y cuando intente decirle algo puso un dedo en mi boca con su otra mano.

En eso pudimos escuchar unos golpes en la puerta, me sentí totalmente paralizado, ¿Qué pasaría si alguien nos encuentra en esta situación?, seguramente nos separarían de habitación o peor aun, seriamos expulsados de este sitio.

-          Chicos, ya está libre la ducha, apúrense – Era Thomas quien estaba al otro lado de la puerta.

-          ¿Qué quieres que le diga? – Frey se acercó a mi pecho y puso su oreja en el para escuchar mis latidos – estas muy agitado.

-          ¡Y…Ya vamos ahorita! – Le grite con la voz algo entrecortada.

En el silencio total pude escuchar como los pasos de afuera cada vez más se alejaban y de nuevo la soledad nos invadió, Frey no dejaba de jugar con mi miembro incluso cuando estaba Thomas al otro lado de la puerta.

-          Yo también necesito ayuda – Tomo mi mano y la metía dentro de su ropa interior, también estaba duro, aunque teníamos una diferencia de 1 año de edad no había diferencia en nuestros tamaños – Oye Peter… - Frey se veía muy cansado, el sudor comenzaba a hacer presencia en ambos, estábamos moviendo nuestras manos rápidamente y en un momento nuestras erecciones se juntaron, haciendo que nos sobresaltáramos.

-          ¿Que fue eso? – Pregunto algo sorprendido y además estaba agitado.

-          No lo sé… se sintió bien… - Nos quedamos pensando un rato y al final Frey se bajó también la ropa interior y se acostó sobre mí, juntando nuestras erecciones y tomando mi mano para que la tocáramos juntos.

-          Solo supongo que de esta forma se sentirá mejor para ambos… - Dijo Frey mientras guiaba el movimiento de nuestras manos – ¡E…esto es demasiado!

Al movernos apenas un poco más pudimos sentir como nos agotamos totalmente, pero en mi caso algo salió de mi pene, era realmente frio y había manchado nuestras manos, ¿Qué es esto?, parecen unas gotas de color transparente y casi blanco.

Frey se encontraba tan cansado que ni siquiera se cuestionó que era eso, normalmente haría un montón de preguntas pero en cambio seguía acostado sobre mi pecho, podía sentir su respiración y el latido de su corazón… esto era como un sueño para mí.

Luego de un rato recordé las palabras de Thomas, vestí un poco a Frey con sus boxers quien seguía demasiado cansado como para hacerlo el mismo, intentaba controlar mi impulso de repetir aquello que hicimos y tomándolo del hombro comenzamos a ir al baño, en un punto Frey incluso dijo que lo dejara abandonado a mitad del camino como si fuéramos dos soldados en un campo de guerra, ciertamente el sabia como robarme una sonrisa.

-          Gracias por ser mi compañero, Peter – Susurro cuando abrimos la puerta del baño, por suerte no había nadie cerca aunque a él parecía no importarle.

-          N…no, gracias a ti… - Lo único que pude responder fue eso, no sé qué habría pasado conmigo si no hubiera tenido su compañía.

Tomar un baño juntos se hizo menos incomodo ya que ambos habíamos agotado ya nuestras energía hace un rato, además de que nos conocíamos un poco mejor, bromeábamos un poco incluso del tema aunque evitábamos hablar mucho directamente de ello, el baño daba un eco que hacía que pudiera escucharse en casi toda la casa.

Apenas logramos vestirnos, nos fuimos sin desayunar ya que Frey tenía la idea de “festejar el aniversario de mi mejor compañero” según él, por lo cual dijo que todo el día seria su responsabilidad, yo simplemente me sentía muerto de la vergüenza ya que me estaba llevando de la mano, ¿Por qué me siento nervioso por esto si antes estábamos haciendo aquello?

Tomamos el autobús y nuestras conversaciones se reducían al programa de tv que ambos veíamos junto a Thomas, aunque él se molestaba porque le quitábamos horas de “privacidad” como él decía, el programa que veíamos se llamaba “Taurina Omega”, se trataba sobre las aventuras de unos chicos que investigaban la aparición de unas criaturas en una ciudad futurista, realmente divertido y el opening… bueno digamos que ese era el motivo por el cual terminábamos afuera de la habitación de Thomas, siempre decía que hacíamos mucho ruido y le sacábamos de quicio mientras le pedíamos que cantara con nosotros.

Llegamos al centro comercial que estaba cerca y descendimos por el bus, el lugar era grandísimo y además estaba lleno de gente, el día era cálido y parecía de lo mejor; La brisa, el aroma del lugar y la iluminación, a pesar de que era muy común que a veces viniera a este sitio con Frey sentía que este día era realmente especial.

Frey siguió tomando de la mano y llegamos a un café donde el me invito una crepes, yo pedí unas de jamón y el pidió lo mismo, por un momento me preocupe durante todas estas veces, como podíamos costearnos esto pero el simplemente me decía que nos relajáramos.

-          Sabes, hoy quería contarte algo que debí haberte dicho hace mucho tiempo – dijo el mientras jugaba un poco con el envase de la miel.

-          ¿Qué cosa? – Me encontraba muy interesado por aquello que decía.

-          Yo antes de llegar a la institución de la abuela, simplemente vivía en la calle a mi suerte, nunca conocí a mis padres y un día me di cuenta de algo. – Frey parecía darle poca importancia a eso que me dijo pero yo me encontraba muy sorprendido, ¿quién podría abandonar a alguien como él? – Soy increíblemente suertudo y sé que muchas personas que me rodean no son conscientes de que algo está mal, no sé si me entiendes.

-          No, no entiendo realmente. – fui interrumpido por la señorita que traía nuestras crepes, regalándonos una sonrisa y dejando lo que pedimos en nuestra mesa – Gracias.

-          Felicitaciones chicos, son los clientes número 1000 de nuestro café, como regalo tendrán estos tickets gratis para el cine y además tendrán un desayuno gratis durante todo un año en este establecimiento. – La señorita dejo incluso una bolsa llena de cosas en nuestra mesa, Frey no se veía nada sorprendido en cambio yo estaba con la boca casi abierta por la sorpresa.

-          Gracias señorita, hoy incluso es el cumpleaños de mi amigo – Frey puso su sonrisa pícara, había mentido y ahora yo…

Luego de terminar de comer y una celebración de cumpleaños por parte de todos los miembros de la tienda donde incluso nos regalaron otra ronda de crepes, me encontraba totalmente avergonzado mientras caminaba a su lado, Frey incluso tenia puesto todavía el gorrito de cumpleaños mientras tarareaba la canción de cumpleaños.

-          Ya para con eso, no tenías que decir que era mi cumpleaños – Dije haciendo un puchero aunque el seguía riéndose.

-          Te dije que tengo mucha suerte, es tan raro que… - Se acercó a mi oído y susurro – no tenía nada de dinero listo y mira lo que obtuvimos.

-          Simplemente fue un golpe de suerte, tonto. – Ciertamente fue raro lo que había pasado pero seguía creyendo que era un golpe de suerte.

-          Bueno, te lo demostrare – Frey se separó de mí y comenzó a correr hacia la esquina del balcón donde un pabellón del centro comercial estaba cerrado, al parecer había una construcción, no estará pensando en… - Espero no morir Peter. – Sonrió tranquilamente y se lanzó por el balcón, mi corazón se detuvo y rápidamente me apresure a verlo, esperando que no le hubiera pasado nada.

-          … ¿Frey? – Tuve dudas sobre si mirar desde el balcón al suelo, seguro no termino bien pero… si algo le paso debía ayudarle por suerte cuando tuve el valor para observar el resultado, mis ojos no podían creerlo, él estaba de cabeza totalmente recto en el aire, a nada menos de un pequeño espacio del suelo. - ¿Pero qué…?

-          ¡Te dije que algo no está bien! – Frey se acomodó y quedo totalmente parado en el suelo – este es una parte de mi secreto, Peter.

Baje al piso donde estaba Frey y lo pude ver sentado en una banca, estaba como si nada le hubiera pasado pero aun así, comencé a ver si tenía algún hueso roto, simplemente teniendo como resultado su risa.

-          Te dije que estoy bien – Dijo sonriéndome – además de lo que acabas de ver, algunas personas, aquellos que no tienen ese brillo en su interior, me ven como si fuera el centro del universo o simplemente como si fuera el protagonista de un todo.

-          ¿Brillo en su interior? – No entendía muy bien a que se refería.

-          Tú lo tienes, puedes estar tranquilo, de esa forma sé que cualquier cosa que me digas sea buena o desagradable, es algo sincero y es algo que tú eliges – Frey se notaba algo decaído y un poco triste – me hubiera sentido mal si solo… me quisieras porque no lo quieras.

No pude decirle nada en ese momento, simplemente tenía mi cabeza llena de interrogantes, ¿Qué estaba ocurriendo en este mundo?, desde hace un tiempo sospechaba que aquel chico que vi hace 1 año en mi ventana era Frey, además de que aquellas criaturas que siempre aparecen al pie de nuestras camas en las noches, eran idénticas a las que lo perseguían, ¿ahora Frey me dice todo esto?, algo no está bien.

-          Entonces… ¿puedes decir cualquier cosa y se cumplirá? – Pregunte con curiosidad mientras caminábamos, ahora era yo quien tomaba la mano de Frey ya que el parecía perder su sonrisa.

-          No funciona de esa forma. – Dijo en voz baja – durante todo este tiempo, incluso desde antes de conocerte, iba por toda la ciudad investigando quien tenía aquella luz y quién no, además de que intente crear situaciones ridículas solo para ver que alcance tenía mi suerte. – menciono eso ultimo cortándose un poco.

-          ¿Cómo qué tipo de cosas absurdas? – Pregunte muy intrigado

-          Soy bueno….fui durante un tiempo… - Se acercó a mí y me susurro al oído, cuando escuche lo que me dijo no me lo creí, era imposible.

-          Tienes que estar bromeando… - Lo veía y él se mostraba muy apenado – demuéstralo.

Luego de convencerlo me llevo a unos casilleros que había en el centro comercial, se podían alquilar durante un tiempo y podías almacenar distintos tipos de cosas, el número de su casillero era el “3308”, de nuevo ese número, al igual que nuestra habitación.

Al abrir el casillero pude apreciar que tenía muchas bolsas y cajas se encontraba totalmente organizado, Frey saco algunas cosas de su caja, ropa y algunas cosas más que lleno tan rápido en su maletín que apenas me di cuenta, cerro de nuevo el casillero que convenientemente tenia cerradura magnética.

Lo espere afuera del baño, al parecer se estaba cambiando y me pregunte, ¿será cierto que de verdad el fuera…?

-          Ya estoy listo… - Dijo desde adentro de una de las cabinas del baño – luego te arrepentirás del caos que cause esto… - se escuchaba algo enojado.

Cruce la puerta del baño y lo vi de pies a cabeza, tenía unos tenis negros con blanco, pantalón vaquero algo rasgado y además una camisa que decía “21th Century boy”, totalmente negra y solo con las letras de color blanco, su cabello era de otro color, parecía de un tono casi rozando con el color gris y además estaba peinado totalmente de forma muy elegante, tenía unos lentes de aviador y su expresión seguía algo enojada, realmente no se parecía para nada a Frey.

-          Wow… si es por lo que pareces si, te pareces mucho al famoso cantante misterioso de la ciudad, “Fyre” – Debo admitir que era fan de sus canciones aunque sus presentaciones se limitaban a sus videos subidos en internet o presentaciones espontaneas en bares, a pesar de eso el cantante tenía fama internacional y rechazaba cualquier propuesta de disqueras – Tienes que demostrarme que cantas bien.

-          Sígueme – Me tomo de la mano y Salimos algo apurados, seguro quería que nadie le viera, entramos a un bar con karaoke abierto y rápidamente subió al escenario, colándose a unas chicas de secundaria, parecían enojadas al principio pero al verlo comenzaron a mandar mensajes rápidos en sus teléfonos y tomaban algunas fotografías. – ¡Espero que luego de esto quedes contento! – Grito Frey por el micrófono haciendo incluso el ruido molesto que suelen hacer los micrófonos a veces.

En el karaoke encontró la canción que buscaba “Addictive” y comenzó a cantarla aunque se veía algo nervioso, pero fue en ese momento como si se transformara, su voz era perfecta y las chicas rápidamente comenzaron a cantar con él, después de un rato comenzó a llegar más gente, ¿Cómo era posible que la voz se propagara tan rápido?,  lo curioso es que no despegaba los ojos de mi mientras cantaba, podía sentir incluso a veces como me apuntaba con el dedo, aunque muchas chicas del lugar decían ser la afortunada.

Cuando termino la canción todas las personas pedían otra, en cambio el parecía solo atento a mí, como el lugar se llenaba cada vez más la gente que era más grande que yo me aplastaba un poco, al parecer Frey pudo ver eso y dio por terminada la función, por suerte, irónicamente, las luces del lugar se apagaron totalmente y pude sentir como alguien tomo de mi mano, llevándome afuera del lugar, era mi amigo Frey quien me metió rapidamente al baño donde antes él se había cambiado.

-          Sí que eras el – mencione totalmente emocionado, todavía seguía impactado de la presentación que había hecho – no sabía que cantabas tan bien.

-          Baja la voz y… creo que eso es por mi suerte, dudo mucho que alguien como yo tenga ese talento por mérito propio – Frey comenzó a cambiarse al frente mío sin ningún pudor, llevado seguramente por la emoción – vigila la puerta, lo último que quiero es que me vea alguien más desnudo.

-          Está bien – Me apoye en la puerta mientras apreciaba como se cambiaba – ¿entonces me estás diciendo que hice aquello con “Fyre”?

Frey se quitó su pantalón y me lo tiro en la cara, lo lamento por mi amigo pero tenía que hacerle esa broma, luego de hacer eso se acercó hacia los lavamanos, metió su cabeza en el agua dejándola de color gris y recobrando su color natural.

-          Considérate afortunado entonces – Dijo Frey totalmente mojado y mientras se ponían sus pantalones normales, de cierta forma se veía bastante lindo tal y como estaba.- De nuevo me andas viendo raro…

-          Sí, soy afortunado. – Le sonreí causándole un sonrojo en su rostro que se hizo muy presente.

-          Vámonos ya al cine que se nos hace tarde – Frey ya se había cambiado totalmente y con el cabello todavía húmedo – debo dejar esto en el casillero de camino.

Ya era un poco después de la hora del almuerzo y luego de dejar las cosas en el casillero de Frey, nos dirigimos al cine, quizás era muy temprano pero a mí no me molestaba en lo absoluto, caminamos uno al lado del otro, al parecer Frey estaba pensando en algo pero no me decía que, normalmente cuando está en silencio es cuando suele pensar más.

-          ¿y porque decidiste, ser aquello? – Me refería a lo de ser “Fyre”, por suerte el capto a que me refería.

-          El lugar donde nos quedamos no se sostiene solo, normalmente solía hacer donativos anónimos. – Dijo Frey con total normalidad – sé que no todos tienen la misma suerte.

-          Eso es bastante noble – Realmente me sentía con suerte de haberlo conocido, pero me sentí algo perturbado ante el sentimiento de que alguien nos observaba.

No pasó nada, quizás era simple paranoia pero por un momento podía sentir que una mirada familiar, llegamos al cine y entramos a ver “Taurina Omega: The movie”, la película ya tenía 1 semana en estreno y creí que nunca podía verla.

Frey uso el ticket que nos dieron y pudimos pedir un montón de comida, tan bien gracias a la suerte que el tenia pudimos tener los mejores asientos que nos permitía el lugar, parecían sofás con mucho espacio.

Nos sentamos y pudimos apreciar la película como nunca, tenía emoción, drama e incluso algo de tristeza, para completar todo un final que abría a la siguiente temporada de la serie, en el clímax de la película me sentí bastante nervioso pero mi amigo acerco más a mí, me sentía totalmente seguro cerca de él, durante la película, el protagonista sufrió un ataque de un villano que lo superaba y su amigo que siempre era defendido se atrevió a atacar, dándose cuenta que podía ser alguien fuerte, alguien que podía ganar donde el protagonista no podía y ambos hicieron una dupla grandiosa.

Observe a Frey quien estaba muy atento a la película, sin pensarlo mucho le robe un beso bastante rápido, el dejo de prestarle atención a la película y me dijo algo que no escuche muy bien, la película transcurrió con naturalidad y salimos muy eufóricos del lugar.

Quizás aquel beso que le di fue algo apresurado pero no me arrepiento de nada, era algo que quería hacer y por ser caprichoso dudo que algo malo ocurra, ya eran las 4 pm cuando salimos, la película era más larga de lo que creímos, Frey me dijo que iría al baño, quizás no debió beber tantas gaseosas de uva pero bueno, supongo que esa inocencia es parte de lo que me gusta de mi amigo.

De la nada alguien me tomo del brazo y me jalaba con mucha fuerza, levante mi vista y luego de analizarlo un poco lo note, tenía la figura de un vagabundo pero era… mi padre.

-          ¡Pequeño pedazo de mierda! – Me lanzo hacia un auto y la gente alrededor comenzaba a murmurar, algunos incluso parecían estar llamando a la policía pero aquel que se hacía llamar mi padre les apunto con un revolver. - ¡Suelten todos esa mierda! – grito a todo pulmón.

Las personas obedecieron las órdenes del lunático vagabundo y este volvió a poner su arma sobre mi cabeza.

-          ¿Por qué volviste? – Alcance a decir de forma decidida, sorprendiendo un poco a mi “padre” – estoy feliz ahora, lárgate.

-          ¿Ahora me respondes de esa forma? – Me golpeo con el arma haciendo que algo de sangre saliera de mi boca y me sintiera mi cabeza vibrar por el golpe- ¡Pídeme perdón basura!

-          No, púdrete. – Apreté mis puños fuertemente, no volvería a ser aquel niño sumiso que se dejaba golpear por ese idiota, el siguió golpeándome pero yo pensaba en Frey, gracias por darme esos buenos momentos… te amo - ¡Te dije que te fueras al demonio!

Lance fuertemente un golpe a su rostro, se escuchó un disparo y sentí un dolor punzante en mi hombro, no me importo, seguí avanzando y golpeándolo, no quería voltear a ver mi herida pero aquel hombre se aprovechó de eso y apretó con fuerza ese punto, logro hacerme sentir un dolor agudo y se apartó de mí, lanzándome al suelo.

Mi vista se nublo, sentía cada vez más frio y la gente me rodeaba, pero al final ya no me siento observado.

- 1 día después -

De nuevo me encontraba en el hospital, aunque esta vez me encontraba solo, ¿Dónde estaba Frey?, fue lo único que pensé de manera instintiva, buscaba la forma de pedir atención pero parecía no haber nadie, me levante de mi cama con mucho cuidado, mi hombro estaba vendado y tenía algo para apoyar mi brazo, como si me lo hubiera roto.

Avance por los pasillos que estaban totalmente abandonados, me sentía solo, camino sin rumbo por la calle pero todo parece poblado de una extraña soledad, no había ningún ruido, cuando llegue a la salida del hospital lo vi avanzando hacia mí, era Frey… tenía algo raro, al acercarme un poco más lo vi, sus manos y su ropa estaban manchadas por sangre.

-          Ya no te va a molestar nunca más… - Dijo Frey, su voz sonaba muy cansada.

Antes de dar un paso más dentro del hospital, cayó desmayado.

- 3 días después –

La oscuridad seguía reinando en la ciudad, era como si el tiempo se hubiera detenido, no me despegue ni un segundo de Frey quien seguía inconsciente, logre llevarlo dentro y cubrirlo realmente me siento alarmado por lo que podía ocurrir con nosotros, todo era muy raro, revisando un poco lo que llevaba Frey encima tenía una libreta con diferentes apuntes, entre ellos algo llamado “La singularidad de nuestra realidad, por Frey”, en esta libreta explicaba que todo parecía girar en torno a él, además de que las personas que no poseían aquella luz en su interior que el parecía notar, lo siguiente me helo la sangre…”Aquellas personas que poseen aquella luz, además de no girar en torno a mí, tienen la capacidad de lastimarme y herirme directamente”, seguí leyendo de forma desesperada, pero el lodo había en las páginas evitaba que pudiera seguir consiguiendo algo de información, algunas páginas tenían como título “Aquellos observadores”, “Los límites de lo ridículo”, “El chico que se ha manifestado en mis sueños, el otro yo”, “La figura del tiempo” y por último, “Aquellos 4 que siempre me regañan”.

Los títulos me confundían y no encontraba sentido en ellas, Frey por favor despierta.

- 1 día después-

La ciudad volvió a la normalidad, la gente volvió de golpe y las enfermeras que había me regañaban por haberme escapado, según ellas, cuando vieron a Frey tirado en el suelo le brindaron primeros auxilios, después de un rato me informaron que solo tenía agotamiento, guarde silencio sobre lo que paso en esos días, esos días donde la oscuridad reinaba junto con la ausencia de todas las personas.

-          ¿Por qué esa cara? – Era Thomas quien estaba al pie de la puerta – Vamos, tu estas más lastimado que él y estas mucho más preocupado – Se sentó a mi lado.

-          Si te lo cuento no me lo creerías. – Dije algo preocupado.

-          Sabes, yo fui el primer compañero de habitación de Frey. – Me sorprendió mucho esa declaración – tu desplazaste mi record como el compañero más duradero, yo apenas llegue a 1 mes; seguro viste a aquellas figuras.

-          Si, las vi y… mucho más. – Dije tomando algo más de confianza, no me esperaba que el supiera de eso también. –No sé qué hacer Thomas, no sé cómo puedo ayudarle.

-          Simplemente sigue haciendo el trabajo que has hecho hasta hora, por algo has durado tanto – Dijo animándome y sacándome una sonrisa – realmente eres alguien valiente.

Pasamos el día junto hablando y charlando un rato, todavía quedarme en observación en el hospital por lo cual sin Frey, realmente no tenía a nadie más con quien charlar, Thomas era una compañía más que genial, por un momento los problemas no me invadían y los pensamientos de lo ocurrido con mi padre eran superados por la imagen de Frey cubierto en sangre…

-          Sé que han estado revisando mis revistas – Dijo Thomas repentinamente – pequeños pervertidos…

-          …No fue idea mía – Mencione de forma algo apresurada.

La tarde pasa algo rápida y la noche eventualmente llego, Thomas tuvo que volver de nuevo a casa, a pesar de que él quería pasar la noche con nosotros, realmente era una buena persona.

Ya en la noche fui despertado por alguien, al abrir mis ojos pude ver a Frey, se encontraba muy triste, simplemente hizo una señal para que le dejara espacio en mi camilla y pudiera dormir conmigo, lo hice a pesar de que sentía mucho miedo y tenía una gran cantidad de preguntas, a veces es mejor guardar silencio ante la adversidad, decía la abuela de la casa donde nos quedamos y ciertamente este era uno de esos momentos, Frey abrazo el brazo que no me dolía y podía sentir mi pecho húmedo, siento que mi amigo está pasando por algo muy fuerte, si yo puedo hacer algo por él, es estar aquí.

- 1 día después-

Me dieron de alta en el hospital al igual que a Frey, la abuela vino a recogernos y llegamos al hogar, todos los chicos estaban preocupados y habían enviado a Thomas el día de ayer, Frey seguía estando decaído y para sorpresa de todos se encerró en la habitación, fui el único que logro pasar ya que tenía una llave también.

-          Oye… sé que no estás bien pero todos estaban preocupados por ti – Dije en voz baja.

-          En esta casa, la abuela, Thomas, tu y yo somos los únicos que tienen esa luz… - Frey menciono eso algo dolido – los demás solo lo hacen por lo que te conté…

-          Thomas fue a visitarnos, no porque ellos le mandaran si no porque quería, además esos chicos te quieren y tú compartiste con ellos, no es justo que los tomes a menos – Dije algo enfadado.

-          ¿Estás enojado porque se la verdad? – Menciono sin mirarme – sé que todo está mal…

-          ¿¡Quieres ya parar con eso!? – Levante la voz acercándome - ¡si todo está mal simplemente sigamos adelante!

-          … no quiero hablar ahora…. Buenas noches… - Era de día pero igual me ignoro.

Sabía que si no hacía algo en este punto ese estado de depresión que tenía seguiría, me acerque a él y me senté sobre su espalda, el parecía carecer de cualquier rastro de molestia, por lo cual con mi brazo que no me dolía apoye mi codo sobre su espalda, hice varios giros hasta que finalmente reacciono, quizás un poco más exagerado de lo que esperaba, se levantó quito un poco y caí de lleno en su cama, me dolía un poco el hombro por el movimiento brusco pero al darme cuenta, él estaba preocupado por mi estado, me acosté en la cama y nos quedamos viendo un rato como si el tiempo no pasara.

-          Me besaste en el cine – Dijo de nuevo dibujando aquella sonrisa en su rostro que ya conocía.

-          Si lo hice, ¿tienes algún reclamo? – Mi respuesta lo tomo por sorpresa al parecer – Me invitaste a una cita y eso es lo que obtienes en una cita.

-          No era una cita… creo – Acaso… ¿estaba nervioso?, esa expresión me gusta mucho quizás debería…

-          ¿Por qué estas nervioso? – Creo que es un buen momento para apoyarme en esa expresión. - ¿no te gusto mi beso?

-          B…Bueno si… me gusto… es que era mi primer beso – Dijo totalmente sonrojado y nervioso, ¿Por qué esta vez es diferente a las anteriores?

-          Entonces eres libre de hacerlo cuando quieras, incluso ahora. – Creo que su cara va a explotar de lo roja que esta – tú también fuiste mi primer beso.

Se acercó hacia mi casi como si se lo hubiera ordenado y comenzó a besarme tímidamente, decidí abrir mi boca para darle vía libre a su lengua, no creí que esto… se sintiera tan bien, no sé cuánto rato llevamos haciendo esto pero fue lo suficiente como para que casi nos ahogáramos por falta de aire, realmente éramos un par de novatos en esto.

-          Oye Peter, ¿nosotros que somos? – Dijo algo tímido y sentado a mi lado.

-          ¿A qué te refieres? – Tengo una idea de lo que quiere decir pero no estoy totalmente seguro.

-          Somos… ¿algo como un novio y una novia?, como en la tv… - Este chico no sé si roza con lo tierno o con lo tonto. - ¡no te estoy llamando niña! – Dijo bastante apresurado.

-          Mmm… ¿Qué importa que seamos?, si quieres que te abrace lo hare, si quieres un beso no veo el problema, y si quieres hacer aquello que hicimos… tampoco veo el problema – Estaba decidido en lo que decía. – aunque lo del abrazo será difícil ya que estoy lastimado.

-          Bueno… entonces yo puedo ayudarte con eso, ¿tú no puedes hacerlo solo verdad? – Frey comenzó a bajar mis pantalones y mi ropa interior – Peter…. Me gustas mucho.

Se acercó a mí y volvió a besarme de esa forma uniendo nuestras lenguas torpemente, su cara seguía muy roja pero ya no parecía tan nerviosa, luego comenzó a subirme mi camisa y…. demonios porque está lamiéndome de esa forma, tengo muchas cosquillas…

-          Yo no necesito nada más que a ti, eres mi mayor golpe de suerte… - ¿Por qué está diciendo tantas tonterías? – además…

Apretó un poco mi pecho, tocando concretamente mis pezones como si fueran botones, mierda… mi cuerpo se siente cada vez más caliente.

-          No te muevas bruscamente, déjame a mí. – Dice eso de una forma algo cínica cuando sabe que estoy lastimado del hombro y me toco en esa zona, continuo lamiéndome mientras bajaba por mi abdomen, cada vez siento más cosquillas pero rápidamente se van cuando me sorprende con algún leve mordisco.

Intento mantenerme callado, pero cada vez me cuesta más controlarme para no moverme, es una tarea demasiado difícil, ahora apenas podía ver a Frey de reojo, se estaba acercando a mí…

-          En la revista aparecía una chica haciendo esto… me pregunto si… - Frey inmediatamente metió mi pene en su boca y se sentía demasiado húmeda, además de cálida, no podía aguantar…

-          ¡Ve más despacio! – Le dije tapando mi rostro, estaba muerto de vergüenza.

-          Perosh sim – Dijo antes de sacarse mi miembro de su boca – pero si apenas lo metí en mi boca. – me miro de forma extrañada.

Quizás nunca pueda borrar esa imagen de mi memoria, mi amigo se veía demasiado lindo haciéndome eso, aunque tenía algunos movimientos torpes, comenzó a explorar cada vez más, tocando a veces mis testículos con su mano, era una mezcla demasiado buena, no sé cuánto más poder aguantar.

-          ¡Hey para para eso duele! – Frey metió uno de sus dedos en mi trasero, haciéndome sentir una sensación punzante.

-          Pero la revista decía que… - Se revisó su mano un segundo, hizo un gesto como si hubiera resuelto el problema y comenzó a buscar algo entre sus cosas – necesitamos algo que ayude a que no duela.

-          Frey, a mí no me gusta esto. – dije rápidamente para que abandonara su idea.

-          Pero… mira como estas… - Frey hizo referencia a mi entrepierna, estaba tan excitado que dolía – ya creo que puse suficiente.

Frey tenía casi todos sus dedos brillantes, al parecer había usado algo de aceite de bebe que consiguió hace unos días para un experimento, ahora me preocupo porque está entrando de nuevo ese dedo pero esta vez, la única incomodidad es que se siente frio dentro de mí.

-          Aquí van otros 2 – Frey no se midió para nada y ahora tenía tres de sus dedos dentro de mí.

-          ¿¡Es que acaso me quieres partir en dos!? – le dije eufóricamente en el tono de voz más bajo que podía.

-          Ok los sacare… - Mi amigo intento sacar los dedos, pero el roce con mi interior causo algo que no espere hacer nunca por esto que ocurría.

-          Ah…. – Oh demonios que hice…

-          Eso… ¿fue un gemido? – Dijo Frey bastante curioso, negué con mi cabeza rápidamente no quiero que… - Entonces si no lo fue esto… - Movió de nuevo sus dedos hacia dentro y se escapó de nuevo otro gemido, mi amigo sonrió y volvió a hacerlo más rápido.

-          Frey… Ah… No detente… ugh – Mis gemidos parecían alentarlo y el utilizo su otra mano para tocarme en mi entrepierna, su mano estaba fría y viscosa, se había pasado demasiado con aquel líquido.

-          Peter, en la revista decía que debo estar dentro de ti. – Frey se bajó sus pantalones y podía ver como su pene casi salía rebotando - ¿puedo?

-          …Hazlo… - Dije ya llevado totalmente por esas sensaciones.

Frey tomo su pene y se acercó a mi trasero algo nervioso, podía sentir como entraba lentamente y haciéndose espacio en mi interior, era muy distinto a la sensación que me causaban sus dedos, podía sentir el calor de su miembro dentro de mí, demonios, se me escapo otro gemido, Frey pareció perdido mientras empujaba cada vez más, hasta que finalmente pude sentir que no hubo más movimiento hacia dentro, pienso que pudo ser peor si mi interior no estuviera viscoso gracias a su idea.

-          Se siente genial dentro de ti… - Frey comenzó a embestir un poco, al principio me dolía demasiado pero ese dolor se fue transformando en uno que disfrutaba, fue algo lento pero… cambio su posición a una donde levanto mi pierna y siguió empujando cada vez más. – ¿No… te duele verdad?

-          Sigue… - Con mi brazo libre tome uno de las manos de Frey y las puse sobre mi cintura– úsalas de apoyo.

Mi amigo fue obediente y las uso para embestir aún más, esta vez fue más rápido y más fuerte, no sé qué me está pasando, ¿ahora le estoy dando ideas también para que siga con esto?, debe ser porque también lo estoy disfrutando, no tengo tiempo para pensar bien.

-          No puedo más… - Dijo Frey sin parar su penetración – creo que algo va a salir.

-          Yo… yo también – Sentía que algo decencia hasta mi miembro quien se chocaba con el pecho de Frey, se sentía muy bien esa sensación pero… creo que voy a explotar.

-          Me gustas – Dijo repentinamente Frey – desde que te vi… no quiero separarme de ti.

Un líquido cálido nos cubrió a ambos, concretamente dentro de mí había mucho, y Frey estaba rodeado del mío, no podía dejar de temblar y respirar fuertemente.

Nos quedamos agotados y posteriormente dormidos, el tiempo pasó como un suspiro, Frey y Yo seguimos haciendo aquellas cosas, pero más que nada nuestra relación se fortaleció, todavía tenía ciertas dudas sobre mi amigo y ciertamente el tiempo le dio la razón, algo malo ocurría en este mundo.

- 1 Año después-

Nos habíamos escabullido de nuevo en la habitación de Thomas, veíamos animadamente lo que había en su computadora portátil, intentábamos contener nuestras risas pero no podíamos evitar seguir comentando.

-          Jajajaja ¡no puedo creer que lea algo como esto! – Reía fuertemente Frey conteniéndose la risa.

Fuimos interrumpidos por el sonido del azote de la puerta, ante nosotros se encontraba un adolecente bastante enojado.

-          ¡Oigan idiotas! – Thomas había abierto la puerta de golpe y se acercó rápidamente hacia nosotros casi lanzándosenos encima - ¡porque andan leyendo mis doujins!

-          Porque queremos tonto. – Le contesto Frey de forma algo altanera y poniéndose de pie sobre la cama – además ahora Peter y yo te patearemos el trasero.

Con la paciencia ya desbordada Thomas se lanzó hacia Frey atrapándolo gracias a que casi se cae de la cama, el mayor se encontraba sobre Frey y yo no sabía qué hacer.

-          Peter no te quedes parado, ¡ayúdame! – Dijo Frey antes de ser callado por Thomas quien le hacía cosquillas fuertemente.

-          Te enseñare a no tocar mis cosas de una buena vez… - Thomas seguía aplicándole aquella tortura y Frey parecía estar a punto de llorar de la risa.

Para sorpresa de los dos me lance sobre la espalda de Thomas y le hice cosquillas en su cuello, lanzo una fuerte carcajada, Frey se repuso y se lanzó al abdomen de nuestro adversario, al final los tres terminando siendo una pila humana sobre la cama.

-          Thomas ya tienes 16 años y sigues jugando con los niños, eso es algo tierno. – La directora estaba en la puerta, al parecer había pasado mientras llevaba correo en sus manos. – Pero no hagan desastres, ni se imaginan cuanta paciencia tengo.

Nuestra conversación fue interrumpida por un ruido muy fuerte que vino desde afuera, los niños que estaban jugando afuera entraron rápidamente, no se entendía que decían ya que todos hablaban al mismo tiempo, parecían muy asustados.

-          ¡ORDEN! – Dijo la directora haciendo que todos guardaran silencio, se acercó a la ventana y su cara palideció. – Quédense dentro niños.

Nos quedamos junto con los niños pero el silencio fue interrumpido por un grito, Thomas salió y nos ordenó que nos quedáramos pero al final salimos detrás de él, dejando a los otros niños escondidos en el sótano.

Lo que mis ojos apreciaron fue el cielo como si fuera una tormenta y a la directora tirada en el patio, Frey fue el primero en avanzar, yo en cambio buscaba a Thomas con la mirada.

-          Hola, venimos por Frey. – Menciono una voz lúgubre.

Al parecer era el único que escuchaba esa voz, venia concretamente de detrás de mí, me gire violentamente y lo vi, era un niño con un uniforme escolar que tenía un cabello de color azul turquesa.

-          ¿Quién eres? – Dije algo enfurecido por la situación, ese chico no parecía nada confiable y era bastante sospecho.

-          Puedes llamarme, aquel que creo esta realidad, este pozo de almas – El chico me apunto con su mano y me hizo arrodillarme rápidamente con una fuerza que no entendía – Para ti, soy tu señor Alv.

Las dos figuras que “observaban” a Frey se hicieron visible y lo atraparon, mi amigo intentaba patear y liberarse pero aquellas cosas lo superaban en fuerza y en número, no podía moverme, decir nada, apenas sentía mi respiración y mi corazón palpitando muy fuerte.

-          ¡Suéltalo ya mocoso de mierda! – Thomas había aparecido con una pala y golpeo en la cara a aquel niño, pero algo no estaba bien, la pala se rompió y revelo ante nosotros, el rostro del niño ensombrecido pero por el sonido metálico…

-          ¿Por qué me dañas mi bello disfraz? – Dijo aquel que se hacía llamar Alv – Quería hacer esta experiencia menos traumática para todos.

Al igual que yo Thomas se mantuvo congelado en el suelo, ese niño nos tenía totalmente dominados, dio saltitos de un lugar a otro mofándose en nuestras caras, luego desvió su atención hacia Frey.

-          Saben, para este chico quizás sean sus amigos, su familia y su amor. – Dijo eso ultimo observándome – pero la realidad es que ustedes pequeñas almas son solo combustible para él, a lo largo de los años él ha ido consumido sin darse cuenta todas las almas que yo puse en este lugar, absorbiendo toda su luz y destrozando sus recuerdos, sus sueños y el futuro que una vez desearon.

El niño sombrío se acercó a Frey y este solo le gritaba que lo liberara, que le hiciera a el lo que quisiera pero que nos dejara libre, Alv dibujo una sonrisa en su rostro y al final acepto.

-          Ustedes ya no existen, ¿pero dicen que las personas viven en el recuerdo no? – Alv acerco sus manos al rostro de Frey, esquivando algunos mordisco que este le lanzo que se detuvieron con un golpe que este le propino, haciendo un sonido metálico, la cabeza de mi amigo brotaba líquido vital pero él seguía intentando defenderse– Diles adiós Frey, le entregare un lienzo en blanco a Hans.

Inmediatamente todo se hizo oscuro, las figuras no estaban, Frey y aquel niño tampoco, la oscuridad era total y extrañamente Thomas, la abuela y yo brillábamos dibujando nuestra silueta en la penumbra, estábamos destruidos moralmente… yo más que nada seguía llorando por impotencia a lo ocurrido.

Si nos manteníamos juntos podíamos apreciar que era como si la luz misma se hubiera ido del lugar, todavía existía un mundo y logramos entrar a la casa, al abrir el sótano podíamos escuchar las voces de los niños llorando por el terror, pero ellos no brillaban, Frey tenía la razón hace un año.

Paso el tiempo, no sé cuantos meses, aun nos manteníamos juntos pero lentamente el tiempo para todos parecía no pasar, solo encontraba el entretenimiento lanzando golpes al aire, pretendiendo hacerme más fuerte, Thomas estaba conmigo todo ese tiempo y escuchaba atentamente todas las historias que le contaba, incluso él tenía muchas nuevas, a veces se veían otras luces en la oscuridad corriendo de un lugar a otro, pero cada día veíamos menos.

A pesar de que seguíamos juntos, sentíamos que cada vez teníamos menos miembros, eventualmente de las tres luces que había en nuestro grupo, la abuela se apagó, todos lloramos mucho ese día pero debíamos mantenernos unidos, ella siempre nos mantuvo con ánimo…

¿Frey estas bien?, ¿de verdad me olvidaste?, siempre pensaba eso pero sabía que por cada día que pasaba, mis esperanzas se perdía, mi mente se ocupaba analizando lo ocurrido, ese chico llamado Alv, las dos figuras y aquel infame llamado Hans… que tenía a la persona que más amaba como si fuera un lienzo en blanco, seguramente para manipularlo y llenarlo con mentiras.

Eventualmente Thomas y yo dejamos de escuchar las voces de los niños… no sabemos si se separaron o desaparecieron, estábamos frustrados…

En la oscuridad llego un relámpago de Luz y rápidamente avanzamos a ella, veíamos como algunas luces a la lejanía se acercaban, en esa grieta que parecía sostenerse en medio de toda esa oscuridad, podía sentir a Frey de cierta forma, no sé si mis pensamientos o incluso mi cuerpo mismo me estaba engañando, pero sabía que era él.

-          Ve, él te está esperando. – Dijo Thomas apoyando su mano en mi hombro.

-          No… te quedarías totalmente solo… - No quería dejarlo abandonado en la oscuridad.

Thomas se acercó, me dio un fuerte abrazo y me empujó hacia aquella grieta de luz, un reflejo salió de mí y lo tome de la mano jalándolo un poco hacia dentro, pero no pude recordar más.

Solo como si hubiera sido un segundo cerrando mis ojos… lo vi… era el, Frey… se veía bastante enojado pero era el… sin pensarlo me lance hacia el abrazándolo con mucha fuerza, aunque sentía que algo había cambiado en nosotros, el parecía extrañado de verme y yo…

Esta vez no te dejare ir.

Notas finales:

Espero que disfrutaran leyendolo y dejo la puerta abierta para preguntar que tal les parecio con un review.

Tambien si quieren sugerir un oneshot sobre alguno de los personajes del fic, las sugerencias son bien recibidas.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).