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Run away por Topo

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Notas del capitulo:

Espero que todas mis maldiciones a la jodida pagina dejen que despues del cuarto intento pueda subir el condenado shot.

Si lo hice, pues, ¡a leer!Espero que todas mis maldiciones a la jodida pagina dejen que despues del cuarto intento pueda subir el condenado shot.

Si lo hice, pues, ¡a leer!



Un par de libros de cálculo, unos lápices y una calculadora desparramados en la mesa, un cuaderno de notas que rezaba en la última página “Kim&Zhang”, unas hojas arrancadas con frustración y lanzadas a un repleto cubo de papeles hechos una bola, un caos en un pequeño apartamento rentado.

Sobre la desarreglada cama, había un cuerpo tendido, inmóvil, iluminado débilmente por los mortecinos rayos del sol que se ocultaba.

Tez blanca, adquiriendo la palidez de la muerte, labios rosas perdiendo su fascinante color gradualmente, profundos cortes en las muñecas manando un preciado líquido escarlata, pulmones dejando de funcionar, corazón dejando de bombear el importante líquido vital y deteniéndose al final.

Había muerto.

Minutos después, un impulso desconocido sacudió el cuerpo inerte, y como algo irreal, el órgano encargado latió con fuerza, mientras los profundos surcos en las muñecas curaban a una velocidad pasmosa.

Y como si se tratara de una pesadilla, los ojos se abrieron de golpe, de par en par.

Había despertado.

Despidiendo destellos rojizos contra los rayos del sol, estaba inocentemente una navaja, afilada cuidadosamente y manchada, y su fulgor se comparaba con el de la mirada escarlata del monstruo que recién despertaba.

Nadie sabría lo que había pasado allí adentro, tras las puertas de un simple apartamento más, como los cientos de apartamentos de estudiantes universitarios de Seul.

~*~

Una figura solitaria caminaba arrastrando patéticamente los pies por el asfalto.

Yixing estaba desconsolado, derrotado.

Apenas horas atrás presenció como se llevaban a Kyungsoo, y el recuerdo de su rostro, su miedo, la impotencia y la resignación lo hicieron llorar un poco mas de frustración.

Kai se lo llevó, y ya no podía hacer nada contra eso. Llegó muy tarde.

El chino se arrastro hasta un parquecillo desierto, derrumbándose en una de las bancas, mirando al cielo. Se mordió el labio. Obligándose a no llorar por su fracaso y seguir adelante.

La luna menguante y las titilantes estrellas le calmaron un poco, y dejó de lado momentáneamente su frustración, concentrándose en ver el cielo estrellado y disfrutar el silencio de la noche.

-Hey, ¿estás perdido? -una voz a su lado le hizo dar un respingo. Yixing se agarró el pecho con una mano y miró con los ojos muy abiertos al chico que se hallaba sentado a su lado, sonriendo y mirando al cielo también- ¿Estas bien?

Yixing se preguntó como se sento a su lado sin que él mismo se percatara, e hizo un intento de risa que solo quedó en un vergonzoso gorgoteo.

A su lado, el chico de piel clara y pelo oscuro se removió, pero en ningún momento sus ojos abandonaron el cielo.

-Parecías triste. Si quieres, puedes desahogarte conmigo. No voy a juzgarte. Por cierto, soy Suho. ¿Y tu?

-Yixing. -el chino se sumió en un silencio corto, debatiéndose entre contarle y quedarse callado.

Dudó. Era un desconocido, después de todo. Podía quedar como un auténtico loco si le contaba. ¿Pero qué iba a perder? Nada. El chico era un simple desconocido. Tampoco era como si volviera a verlo después de contarle.

Y se encontró a si mismo desgranándole su historia desde el comienzo, corrigiéndose a sí mismo cuando se le escapaba alguna expresión en mandarín y consultándole el equivalente en coreano al silencioso chico.

Los ojos de Yixing iban del cielo a su acompañante mientras contaba, y el desconocido nunca dejó de mirar al cielo, y se limitaba a asentir serio y ayudarle con las expresiones que le consultaba.

-Parece una locura, ¿verdad? -concluyó, sin mirar al oyente, adivinando la respuesta que le daría.

-La verdad es que no. -la respuesta apacible descolocó a Yixing, quien miró a Suho con los ojos muy abiertos por la sorpresa. - Mi historia también suena de locos. Es un alivio saber que puedo contarla a alguien sin que me tachen de loco. -sonrió imperceptiblemente- ¿Quieres que te la cuente?

Yixing lo miró, descolocado, y asintió lentamente.

Hubo un rojizo relámpago fugaz que el chino creyó ver en los ojos de Suho cuando sus pupilas se enfocaron por milésimas de segundo en los suyos, antes de empezar a hablar. Yixing tuvo que concentrarse en escucharle y desechó en seguida su hipótesis, convenciéndose de que el encuentro con Kai le había afectado y estaba imaginando cosas.

-Vengo de un lugar muy lejano. -empezó el chico con calma- Estuve en la universidad, pero eso es irrelevante. Lo importante es un chico que esta en ella. -Yixing sonrió. Una historia de amor, era obvio. No tenia nada de loco- El fue hecho para mí. Amaba el tono del acento mandarín, su baile perfecto, su preocupación por los demás. No me atrevía a hablarle, así que siempre estuve solo.

-Espera, espera. -lo interrumpió, confuso- ¿No tenías amigos? -preguntó.

-No. Tener amigos no es de utilidad. No me importaba. Yo era irrelevante, como una de las sombras que caminan por el campus sin que nadie las note.- contesto con un gesto de indiferencia con la mano, y Yixing suspiró. No le gustaba que las personas estuvieran solas. Suho continuó.- Una tarde, quise acercarme a el y lo abordé cuando lo encontré en su casillero. Pero apenas me notó. Me dedicó una de las maravillosas sonrisas que le dedicaba a todos, y luego se marchó con prisas, con un montón de libros en los brazos. Creo que no escuchó lo que le dije.

Yixing tuvo un deja vù. No sabia por qué, pero se le habían pasado las ganas de escucharlo. Se sentía incomodo. Solo quería ir a casa y dormir.

Suho hizo una pausa, como adivinando la molestia de Yixing. El chino se obligó a relajarse y escuchar.

-¿Y que paso después? -Yixing vio un asomo de sonrisa en los labios de Suho, y se sintió inquieto.

-Decidí dejar de ser una sombra mas para el. Tenía que dejar de ser tan patético y tener el valor de mirarlo a la cara. Ese día, al llegar de clases, tomé una navaja, y me corté las muñecas. -terminó, y el leve sonido estrangulado de horror de Yixing fue la única respuesta.- Eso es todo. Junmyeon murió.

Yixing no entendía. Había algo ahí que no encajaba. Algo faltaba, algo sobraba. Y como una bola de demolición, un recuerdo le golpeó tan fuerte que casi lo obliga a gritar.

Estaba retrasado 15 minutos para la clase de Historia. El profesor le regañaría y quizá no lo dejaría entrar a su clase. Caminaba con prisas. No recordaba donde había puesto la larguísima redacción del profesor Yang. Corrió a su casillero y casi muere de alivio cuando lo encontró allí. Le pareció escuchar a alguien hablarle cuando cargaba con los libros y el manuscrito, y se disculpó con una sonrisa antes de casi correr a clases. El regaño del profesor sería monumental. Y lo fue. El desalmado disfrutó dándole un regaño frente al resto de las miradas burlescas y compasivas de sus compañeros de clase.

Pero no pensó en ningún momento en esa persona que lo abordó junto a su casillero. Hasta ahora.

Yixing quedo inmóvil y palideció, mientras su cabeza empezaba a atar cabos sueltos.

Suho le había contado su historia. Había sonado tan dependiente del chico que le gustaba como... como Jongin lo era con Kyungsoo.

El destello rojizo que vio momentáneamente en los ojos de Suho, tan parecido al que vio en los de Kai.

Suho solo mirando al cielo, sin mirarlo.

Ese atisbo de sonrisa que solo lo hizo sentirse inquieto.

Las ganas de ir a esconderse a casa.

Suho. Suho le contó que se cortó las muñecas. Pero Suho no murió. Suho dijo que Junmyeon murió.

Yixing era bailarín, y estaba en el club de baile de la facultad. Le sonreía a todos por igual, incluso si tenía un mal día. Nunca pudo dominar el coreano como Luhan o Yifan, y siempre se le notaba el marcado acento por más que se esforzara. No. Coincidencia.

No, no era posible.

Lo era.

A Suho no le importaba tener amigos, y a Jongin tampoco.

Junmyeon y Suho. Junmyeon había muerto. Suho contaba su historia como si la hubiera vivido, pero sin sentirla realmente.

Sus ojos se abrieron de golpe y el horror llego a él, paralizándolo.

Ojala todo fuera una película barata. Pero no lo era.

Suho al fin giró el rostro hacia el, sonriendo. Su sonrisa era una sonrisa irónica, burlesca. Sus ojos destellaban rojizos contra la oscuridad que les rodeaba.

-No te equivocabas del todo cuando le comentaste esa vez al ojos de lechuza que Jongin era peligroso. Solo, que no especificaste quién era realmente el peligroso. Jongin era inofensivo. Junmyeon, por desgracia, también. -sonrió con sorna, y Yixing reaccionó cuando lo vio tomar su mano y lamer extrañamente en su muñeca.

-¡No! ¡Aléjate! -gritó el chino, recuperando su mano de un tirón y echando a correr.

Miro hacia atrás y se sorprendió al ver que Suho solo caminaba en su dirección, con las manos metidas en los bolsillos de su chaqueta y una sonrisa macabra plasmada en el rostro.

Cerro los ojos un segundo y volvió a fijarse en su camino, acelerando.

Su muñeca se sentía adormecida, acalambrada, y la sensación empezó a propagarse de manera progresiva hasta que dejó de sentir el brazo.

Alarmado, aceleró aun más. La sensación de adormecimiento empezaba a ocupar su tórax, dificultándole la respiración. Jadeó en busca de aire, doblando por una esquina y deteniéndose un momento.

Sus piernas empezaban a adormecerse también, y sus ojos buscaron la mano que Suho había tomado hacia pocos minutos. Lo había drogado, de eso estaba seguro. Pero no sabía con qué. No recordaba ninguna aguja atravesando su piel, ni nada parecido. Solo el contacto de la lengua del extraterrestre.

La saliva anormalmente brillante en su muñeca y sus venas exageradamente marcadas bajo la saliva fue la única respuesta que necesitó.

Gimió desesperado y se apoyó en la pared, recostando la espalda pues sus piernas no parecían soportar su peso. Tomó varias bocanadas de aire, resbalando un poco contra la pared hasta que quedó sentado. Sus párpados pesaban como plomo, y le costaba mantenerlos abiertos. Todo su cuerpo podía sentir la brisa nocturna, pero se negaba a obedecer los impulsos que el cerebro enviaba.

Ya entendía por que Kyungsoo no podía defenderse, por que obedecía sin protestar, por que parecía estar drogado. El lametón era fatal.

Los pasos sosegados le hicieron perder la esperanza. Suho dobló la esquina con calma, y sonrió cuando lo vio allí, indefenso. Se acuclilló ante el chico que luchaba por mantener los ojos abiertos y una mirada acusadora en ellos, y su sonrisa se ensanchó.

-No te resistas. No puedes hacer nada. -acunó su mejilla con una de sus manos, y Yixing sintió ganas de escupirle en la cara.

Impotente, vio a Suho ladearle la cabeza con suavidad, dejando una porción de cuello al descubierto.

Suho parecía decidir cual vaso sanguíneo elegir, mientras hacía a un lado el cuello de la camisa del chino. Yixing vio impotente cuando se inclinó hacia él, y su aliento caliente chocó contra su piel, erizándola de inmediato.

-No... -un gorgoteo ahogado logró salir de entre las cuerdas vocales del chino, quien parecía estar a punto de llorar.

Suho sonrió con malicia y desnudó sus caninos, enterrándolos profundamente en la arteria principal.

Yixing abrió mucho los ojos. Sintió el dolor lacerante extenderse velozmente por todo su cuerpo, y gritó hasta que todo se puso blanco ante él y no supo nada más.

 

Notas finales:

¿Alguna duda o aporte?


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