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LA FIESTA DE CARNAVAL por nurikosan

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Es la hora de la cena en casa de los hermanos Kido. Cuando ambos están sentados a la mesa y dando cuenta de la misma Ikki saca un tema que ha estado quemándole toda la tarde.

- Shun, mira lo que hemos recibido – le tiende una bonita tarjeta de invitación- Es una invitación del mismísimo Patriarca para que vayamos a la fiesta de Carnaval que van a celebrar en el Santuario.

- ¿Una fiesta?  - pregunta cogiendo la tarjeta para leerla atentamente- Es muy amable Shion pero no podemos aceptarla.

- ¿Por qué no? ¿Tienes algún plan mejor? ¿No te apetece ver a nuestros viejos amigos de nuevo?

- Claro que me apetece, pero en esa fecha tengo que empezar a preparar exámenes…

- ¡Oh vamos hermanito! ¡Solo será un fin de semana! Podemos salir el viernes cuando acabes tus clases y estaremos allí a la hora de dormir. Al día siguiente sábado la fiesta y el domingo por la tarde volvemos a casa para dormir en nuestras camas.

- Pero Ikki yo debo estudiar… si quieres puedes ir tú solo…

- ¿Ir yo solo? ¿Sin ti? Naaaa, sería muy aburrido. Vamos Shun, llevas todo el curso con excelentes notas, te mereces un descanso… un fin de semana no es mucho tiempo… Vamos hermanito, di que iremos… ¿si?

Shun le mira seriamente para al cabo de unos minutos romper a reír asintiendo con la cabeza.

- Esta bien, tú ganas como siempre. Cuando quieres sabes ser el hermano mayor más zalamero del mundo y bien sabes que cuando te pones así no puedo negarte nada. Iremos a la fiesta, pero el domingo tenemos que estar de vuelta.

- De acuerdo. Llamare a Shion para confirmarle nuestra asistencia y que me diga si hay algún tema concreto para los disfraces o podemos ir de lo que queramos.

Sin terminar de cenar se abalanza sobre el teléfono y llama al Santuario. Cuando vuelve a sentarse lo hace completamente feliz.

- Me ha confirmado que Yhoga, Seiya y Shiryu también irán. Será fantástico, otra vez los cinco juntos después de tanto tiempo… - se queda pensativo unos minutos hasta que la voz de su hermano le hace volver a la realidad al preguntarle por los disfraces- ¿Los disfraces? Dice que podemos ir de lo que queramos, que tenemos carta blanca.

- Eso es estupendo. ¿De que te vas a disfrazar hermano?

- No se… siempre he querido llevar un uniforme de guardia imperial ruso, con esas chaquetas rojas colgando sobre un hombro y un largo sable a la cintura… ¿Y tú Shun?

- Yo quiero ir de pirata sanguinario con parche incluido.

- ¿De pirata? Nunca lo hubiera imaginado.

- ¿Ah no? ¿Y de que me imaginabas si puede saberse?

- De algo más delicado, más sensible… te veo más como un personaje de la corte del rey Sol francés, puños y cuellos de encajes, pañuelo graciosamente cogido entre los dedos mientras absorbes un poco de rapé, traje de seda…

- ¿Esa es la imagen que doy? ¿La de un petimetre emperifollado?

- No te enfades, pero eres tan sensible a la belleza, tan delicado, tan dulce… que compréndelo, verte de sanguinario tigre del mar no te pega, es chocante.

- ¿Y por que es chocante que yo vaya de pirata y no lo es que tú vayas de oficial ruso?

- Bueno, yo soy apuesto, hermoso, orgulloso, valiente…

- Jajajajaja, orgulloso si que eres hermano, eso nadie te lo puede negar.

Ambos terminan la cena entre alegres risas para recoger todo y acostarse hasta el día siguiente.

Han pasado varias semanas y ha llegado el día de coger el avión para Grecia. Ikki va a la universidad a recoger a Shun con una maleta donde llevan impecablemente doblados los trajes que han alquilado para la fiesta y su ropa interior. Rápidamente se dirigen al aeropuerto y en cuestión de tres horas se plantan en Atenas donde cogen un taxi hacia el Santuario. Una vez allí son recibidos por Mu que los conduce a sus habitaciones en el palacio de Shion.

- Ya estamos aquí – murmura Ikki asomándose por la ventana mientras Shun saca los trajes de la maleta y los cuelga en el armario- ¿Habrá llegado Yhoga?

- Creo que ya se porque te has disfrazado tan apuestamente. Quieres impresionar a Yhoga.

- No digas tonterías hermanito. Yo no quiero impresionar a ese pato de hielo.

- ¡Oh si, claro que quieres! Desde que hemos llegado no paras de mirar a todas partes buscándolo y has preguntado a Mu en varias ocasiones por su llegada.

- Yo no he hecho semejante cosa.

- Si que lo has hecho. Ikki, ¿por qué no le dices abiertamente lo que sientes por él?

El Fénix se sienta en la cama junto a su hermano y coge las manos de este entre las suyas.

- ¿No te importa Shun? ¿De verdad no te importa que tu hermano mayor este enamorado de otro hombre? No quiero avergonzarte ante tus amigos y sobre todo que tú no te avergüences de mí.

Shun se suelta de sus manos y le da un fuerte empujón tumbándole en la cama para sentarse de un salto sobre su abdomen.

- No vuelvas a decir eso nunca más. Eres mi hermano mayor, me has cuidado desde que era un bebe, me has salvado la vida en muchas ocasiones demostrándome tu amor hacia mi. Ikki, yo solo quiero que seas feliz y si para ello necesitas a Yhoga te prometo que yo mismo iré a buscarle y lo traeré atado con un precioso lazo rojo como regalo para ti. ¿Has entendido?

- Me parece haber entendido que si no me decido a declararle mi amor lo harás tú por mí, ¿me equivoco?

- En efecto, no te equivocas. Has entendido perfectamente.

- De acuerdo hermanito, te prometo que mañana en la fiesta lo haré. Y ahora te agradecería que te quitaras de encima mi estómago, ya no eres un niño y pesas bastante. Además es hora de dormir.

- Muy bien Ikki, pero recuerda tu promesa. Mañana quiero que Yhoga vuelva a casa con nosotros y se instale en tu habitación.

- ¿Y si me rechaza?

- ¿Rechazarte? No digas tonterías, puedo ser inocente pero no tonto. En más de una ocasión he visto como te miraba, como suspiraba cuando pasabas cerca de él, como se las apañaba para estar a tu lado en todas las batallas… no hermano, no te rechazara. Al contrario se lanzara abiertamente a tus brazos.

- Eso espero Shun o de lo contrario haré el ridículo más espantoso de toda mi vida.

Ambos se desnudan en silencio y se meten en sus respectivas camas para dormir hasta el día siguiente.

El sábado el ruido de los preparativos para la fiesta los despierta a media mañana. Ikki es el primero en saltar de la cama y asomarse a la ventana, para ver a unos obreros montar rápidamente una plataforma para una orquesta, a un ejército de jardineros dirigidos por Afrodita arreglar y decorar el jardín, por otro lado varios hombres se ocupan de colocar los fuegos artificiales, y de repente una cabellera rubia brillando bajo el sol atrae sus ojos. Se empina sobre el alfeizar de la ventana para ver mejor y comprueba con gran alegría por su parte que efectivamente se trata de Yhoga. Rápidamente se viste y sale corriendo para alcanzarle y saludarle con un afectuoso abrazo que es gratamente correspondido por el chico ruso.

Mientras Shun se ha levantado y esta observando a su hermano sentado en el alfeizar de la ventana con una gran sonrisa en su rostro cuando alguien repara en él.

- Hola Shun – le saludan- Me alegro de verte. ¿Qué tal estas?

- ¡Milo! – responde con sorpresa al ver de quien se trata- ¿Quieres subir mientras me doy una ducha y me visto? Así podrás ponerme al día de todo lo que haya ocurrido aquí. Por lo que veo se han formado algunas parejas estables.

El Escorpión asiente y desaparece en el interior del palacio para en unos minutos estar en la habitación contemplando a Shun con una gran sonrisa y una extraña mirada en sus ojos. Se acerca a él y lo estrecha entre sus brazos efusivamente.

- Has cambiado, pareces más maduro. ¿Sigues estudiando?

- No solo sigo estudiando, sino que ahora debería estar haciéndolo pero Ikki se empeñó en venir y no pude negarme. Además me hace feliz verle a él tan radiante junto a Yhoga. Ojala se decidan esta noche a unirse y dejarse de tonterías. Son el uno para el otro.

- Si que lo son. Aunque algunos de nosotros pensábamos que tu hermano acabaría con Shaka.

- Pues os equivocasteis por entero. Siéntate mientras me ducho, no tardare mucho.

Shun entra al baño dejando la puerta entreabierta para poder escuchar a Milo a través del agua de la ducha. Por su parte el dorado se acomoda en la cama de forma que puede ver el cuerpo del muchacho perfectamente reflejado en el espejo del baño. Un cuerpo que lo deja sin respiración durante unos minutos por lo perfecto que es.

- Milo, dime quienes se han emparejado – grita desde la ducha.

- Pues tenemos a Shion con Dokho, a Mu con Shaka y Afrodita con DM.

- ¿Nada más tres parejas? ¿Y que pasa con Camus y contigo?

- No pasa nada niño. Nunca ha habido nada entre él y yo salvo pura amistad. Nuestros corazones están ocupados por otros caballeros.

- ¿Y se puede saber quienes son?

- En el caso de Camus es Saga.

- ¿Saga y Camus? ¿Hablas en serio? – pregunta totalmente asombrado saliendo del baño con una pequeña toalla atada a la cintura.- Nunca lo hubiera imaginado, son totalmente opuestos… claro que dicen que los polos opuestos se atraen. ¿Y en el tuyo? ¿Quién ocupa tu corazón Milo?

- Mi corazón lo ocupa alguien muy especial, alguien que nunca puede sentir nada por mí, soy demasiado frívolo para él, además apostaría mi cabeza a que nunca ha pensado en mí de ese modo y si me apuras mucho de ningún otro.

- No deberías hablar así. Nunca se sabe que se oculta en el corazón de los demás. Te digo lo mismo que a mi hermano, aprovecha esta noche y declarate a tu amado, seguro que te llevas una gran sorpresa.

- Lo único que podría llevarme es un sonoro bofetón – responde sonriendo sin apartar los ojos de la espalda y el trasero desnudo de Shun mientras se viste lentamente.

- Eso no lo sabrás hasta que lo hayas hecho. Prométeme que lo harás, prométeme que esta noche te declararas.

- De acuerdo niño. Lo haré. Esta noche aún a riesgo de ser abofeteado en público desnudare mi corazón al que es su dueño desde hace tanto tiempo.

- Estupendo – contesta volviéndose hacia él ya totalmente vestido- Y ahora Milo ¿querrías indicarme donde puedo desayunar? Tengo un hambre de lobos.

- Eso esta hecho. La cocina esta repleta, podrás elegir lo que gustes. Sígueme.

Shun se coge a su brazo y con una encantadora sonrisa camina junto a él hasta la cocina donde se prepara él mismo un plato de cereales y algunas piezas de fruta. Luego salen a ver como avanzan los preparativos de la fiesta, están un rato observando a los músicos preparar los atriles con las partituras y ensayar las piezas que tocarán a la noche, así como el levantamiento de una enorme carpa bajo la cual montan un par de largas mesas. Una para la comida y otra para la bebida. En esta última están colocando las botellas de toda clase de alcoholes existentes y unos grifos de cerveza bien fría.

- Parece que Shion ha pensado en todo. Será una gran fiesta.

- Si, no ha descuidado absolutamente ningún detalle. Shun, ¿de qué iras disfrazado?

- De un sanguinario pirata, con parche en el ojo incluido y una cimitarra manchada de sangre dispuesto a cortar cabezas. ¿Y tú Milo? ¿De que te vestirás esta noche?

Mientras espera su respuesta le clava la mirada en los ojos quedándose por unos minutos atrapado en ellos y acariciando dulcemente el brazo del cual esta agarrado.

- Aún no lo se, estoy dudando entre varios – responde el dorado sacando al muchacho de su ensimismamiento.

- ¿Quieres que te ayude a elegirlo? Puedes probártelos para mí…

- No, quiero que sea una sorpresa.

- Esta bien. Pero te prometo que estaré muy atento para descubrirte rápidamente.

- Hmmmm, puede que no me reconozcas tan fácilmente.

- ¡Claro que lo haré! Eres totalmente inconfundible para mí, ya lo verás.

- De acuerdo, pero si no lo lograras me darás una prenda y si es al revés seré yo quien te de lo que desees. ¿De acuerdo?

- De acuerdo, trato hecho. ¡Oh mira! Son Seiya y Shiryu, iré a saludarlos hace mucho que no se nada de ellos.  Nos vemos en la noche Milo.

Se despide del dorado con un beso en la mejilla de este y sale corriendo en la dirección de sus viejos compañeros para meterse en medio y agarrarlos de un brazo a cada uno. Milo se queda acariciándose la mejilla donde le ha besado sonriendo y con la mirada fija en el chico hasta que desaparece de su vista.

Mientras Ikki se las apaña para encontrar un solitario lugar entre tanto barullo y por fin declararse a Yhoga con temblorosa voz.  Durante unos minutos el rubio no dice nada asimilando las palabras que ha escuchado para al cabo de los mismos lanzarse al cuello del Fénix y besarle apasionadamente hasta quedarse sin aire.

- Supongo que esto significa que me correspondes – le dice entre besos y caricias.

- Si, y no pienso dejarte volar en solitario nunca más – responde Yhoga.

- ¿Vendrás a vivir con nosotros, patito?

- Tenlo por seguro. Mañana os acompañare en el mismo avión.

- ¿Y cómo es eso? – pregunta asombrado Ikki.

- Bueno, digamos que ya me canse de esperar y decidí que si no dabas tu el paso lo haría yo en la fiesta.

- ¿Y si te hubiera rechazado?

- Me habrías roto el corazón y hubiera devuelto el billete.

Ambos estallan en risas acariciándose mutuamente y besándose hasta quedar totalmente saciados. Cogidos por la cintura se meten en el palacio de Shion para encerrarse en la habitación de Yhoga y no salir hasta la hora de la fiesta.

Shun pasa el resto del día con sus dos camaradas de luchas, recordando viejos tiempos y hablando de su vida en común, pues ambos son pareja desde hace algún tiempo. Comen juntos y al atardecer se despiden para preparar sus disfraces.

Cuando llega el momento de la fiesta todos se reúnen en el jardín bajo un cielo totalmente cuajado de estrellas y una hermosa luna llena que parece querer brillar solo para ellos. La música suena dulcemente por todos los rincones, el embriagante aroma de las flores de Afrodita lo invade todo, y cada cinco minutos un estallido de color inunda el cielo en caprichosas formas que se diluyen lentamente dejando apenas unos débiles rastros de blanquecino humo.

Ikki y Yhoga están rodeados por un numeroso grupo de caballeros que les felicitan alegre y ruidosamente por su unión. Shiryu y Seiya están bailando estrechamente abrazados y besándose de vez en cuando. Shun esta apoyado en una columna de adorno con un combinado de zumos buscando a alguien con la vista. Escudriña uno a uno los rostros que pasan por delante de él, escucha atentamente las voces a su alrededor tratando de reconocer a una en particular. De repente alguien le golpea suavemente en el hombro por detrás. Al girarse ve a un  hombre alto y totalmente enmascarado.

- Hola – saluda alzando su vaso- ¿Quién se esconde tras esa pavorosa máscara?

Por toda respuesta recibe una graciosa inclinación y una invitación a bailar a través de un brazo gentilmente extendido hacia la zona preparada para ello.

Sonriendo deja el vaso en el suelo y acepta la invitación cogiéndose de ese brazo. En unos minutos están girando al ritmo de la música. Poco a poco todos se separan dejándoles solos, admirando la belleza de sus movimientos y la agilidad de sus pies que parecen no tocar el suelo. Cuando la música cesa un coro de aplausos les sorprende haciendo que Shun se ruborice y termine por esconderse tras su misterioso acompañante. Este vuelve a cogerle por la cintura y con un movimiento de cabeza a la orquesta comienzan a girar nuevamente al ritmo de un romántico vals.

- Bailas maravillosamente bien – susurra el muchacho entre giro y giro.

- Eso es porque tengo la pareja adecuada – responde el enmascarado.

- Aún no me has dicho quien eres.

- ¿Tanto te importa saberlo?

- Bueno, no es que me importe mucho, pero me gustaría saberlo…

- No pienses en ello, solo escucha la música y déjate llevar por ella.

Andrómeda asiente en silencio dejándose llevar por el desconocido durante un par de horas más en las que no paran de bailar una pieza tras otra: vals, polca, tango…

- Vayamos a comer algo – propone el desconocido cuando terminan de bailar- debemos recuperar fuerzas.

- De acuerdo… - contesta Shun cogiéndole de la mano y corriendo hacia la mesa de la comida- ¿Qué te apetece?

- ¿Me dejas escoger a mí?

- Claro, adelante.

- Veamos… caviar, champán, pato en salsa de mandarina, pastel de lubina y para postre tarta de chocolate blanco regada con chocolate negro caliente. ¿Te parece bien mi precioso niño?

- Si… todo tiene un aspecto maravilloso – contesta tímidamente a causa de las últimas palabras del desconocido.

- En ese caso, sígueme. Se de un lugar ideal para comer sin que nos molesten.

Shun sigue al misterioso hombre que lleva la bandeja con los platos hasta un laberinto formado por altos setos. Se queda parado en el arco de entrada dudando si entrar o no.

- ¿Tienes miedo Shun? – pregunta el enmascarado volviéndose hacia él- Te prometo que no te haré nada que tú no desees. Vamos sígueme, te gustara…

El chico le sigue hasta el centro del mismo donde hay una fuente de la que mana un delicioso aguamiel y un encantador banco de columpio.

- Ven, siéntate a mi lado. Será más fácil comer si estamos juntos ¿no crees amado Shun?

- ¿Amado? – pregunta retrocediendo nerviosamente- ¿Por qué me dices eso? Yo no te conozco, además te diré que mi corazón ya tiene dueño. Así que no sigas por ese camino…

- ¿Y quien es su dueño? – pregunta el hombre dejando la bandeja en el asiento y acercándose a él.

- Eso no te incumbe.

- Yo creo que sí me incumbe… Shun te amo, te amo desde hace tanto tiempo que ya ni lo recuerdo… te deseo tanto…

Le coge por la cintura atrayéndole hacia él e introduce su mano por la camisa del asustado niño hasta detenerla sobre su corazón.

- Tu corazón late muy deprisa… ¿Por qué Shun? ¿Por miedo? ¿Por deseo? ¿O quizás por amor?

- Por ninguna de esas tres cosas – dice tratando de soltarse sin lograrlo- Suéltame… no tiene ningún derecho a tocarme así…

El hombre desliza la mano suavemente por su torso deteniéndose en el borde el pantalón unos segundos para desabrocharlo, abriéndose paso en su interior hasta el cálido miembro del chico.

- Delicioso  - murmura mirándole a través de los huecos y oscuros ojos de su mascara.

- No… por favor no lo hagas… basta… no quiero…

- ¿Por qué no quieres que siga niño?

- Por que tú no eres él…- gime asustado.

- ¿Quién no soy? Vamos. Dímelo… dime quien debería ser…

- Milo… tú no eres Milo – se cubre el rostro avergonzado tratando de ocultar las lágrimas de vergüenza que amenazan con brotar de sus tristes ojos- El es el único al que podría entregarme… él es el dueño de mi corazón…

El enmascarado le tiende en el suelo y le sujeta las manos por encima de la cabeza inmovilizándole de ese modo. Desabrocha uno a uno los botones de la camisa y separa ambas partes dejando al descubierto su torso, agitado por la rápida respiración y cubierto de pequeñas perlas de sudor. A continuación le baja los pantalones hasta las rodillas para quedarse en silencio contemplando el desnudo y hermoso cuerpo de Shun.

- No… no me hagas nada… no quiero que mi primera vez sea así… por favor…dijiste que no me harías nada que yo no quisiera…

- Tranquilo Shun… siempre cumplo mis promesas mi amor.

Le suelta lentamente y se quita la mascara ante sus asustados ojos arrojándola lejos de él para clavar sus ojos en los del asombrado muchacho que no puede dar crédito a lo que ve.

- ¡TU! – grita golpeándole con los puños cerrados- ¿Por qué has tenido que hacerme algo así? ¿Por qué me has asustado de este modo?

- Lo siento mucho mi amor – se disculpa sin hacer nada por impedir sus golpes- Quería estar seguro de tus sentimientos.

- ¿Y no podías haberme preguntado simplemente? ¿Tenías que montar todo este númerito?

- Shun, lo lamento de verdad. Pero ya sabes como soy. Nunca voy por el camino fácil. Soy un escorpión, tienes que aceptarme como soy niño.

Andrómeda se queda quieto con la cabeza gacha limpiándose las lágrimas de sus mejillas para al cabo de unos segundos levantar la mirada hacia Milo.

- Ya sabes lo que siento por ti pero yo aún no se que sientes realmente por mí.

- Amor Shun. Un amor tan grande que no me cabe en el pecho. Un amor que me quema como el fuego de un volcán, un amor que me hace pensar continuamente en ti... Shun ¿quieres ser mi pareja hasta el final de los tiempos?

- ¿Hasta el final de los tiempos Milo? ¿Estas seguro?

- Si Shun, lo estoy. Quiero vivir junto a ti hasta que me llegue el final que los dioses me hayan decretado.

- Acepto Milo… pero prométeme una cosa: nunca más vuelvas a hacerme algo como esto. Me has asustado mucho. Ya me veía violado por un desconocido.

- Te lo prometo mi niño, nunca más bromas tan pesadas. Y ahora, recuerda que me debes una prenda.

- ¿Una prenda? – pregunta volviendo a tumbarse en la hierba y sonriendo seductoramente- ¿Y por qué habría de darte una prenda, mi adorado escorpión dorado?

- Por que – responde este echándose a su lado- esa fue la apuesta que hicimos. No me has reconocido bajo mi disfraz y debes pagarme.

- Tienes razón, debo pagar. Pero antes dime ¿de qué vas disfrazado?

- ¿Has visto la película de Amadeus?

- Ooohhh, es cierto. Vas como el padre de Mozart. Solo a ti se te podía ocurrir usar semejante disfraz.

- Tenía que cubrir todo mi cuerpo. Y ahora ¿qué prenda vas a darme ni niño amado?

- Hmmmmm, no se… déjame pensar… Ya se ¿quieres hacerme el amor?

- Jajajajajajjaj, será todo un placer… todo un placer.

Milo le desnuda del todo para luego hacer lo mismo consigo mismo y empieza a acariciar a Shun lentamente por todo el cuerpo, cubriéndole de besos y susurrando dulces palabras de amor a su oído. Deja un húmedo camino hasta su miembro para comenzar a lamerle al tiempo que juega con sus genitales.

- Milo… me gusta… aaahhhh…

Shun levanta sus caderas inconscientemente, hunde sus dedos en su azulada mata de cabello y presiona hacia abajo pidiendo de ese modo más.

El escorpión obedece metiéndose ese ansiado miembro en su boca y devorarlo ávidamente hasta conseguir su preciado néctar. Néctar que derrama en la virgen entrada de su niño y que utiliza para lubricarle y dilatarle con sus dedos muy cuidadosamente.

- Relajadamente Shun… te dolerá menos si lo haces… siento que la primera vez tenga que ser así…

Cuando considera que esta listo se coloca entre sus piernas y comienza a penetrarle muy despacio, parando en cada movimiento, besándole y diciéndole cuanto le ama.

- Duele mucho… pero sigue… no pares ahora… - susurra Shun mirándole con sus ojos llenos de dolor y de amor.

- Mi Shun… te prometo que te haré gozar como nunca has imaginado… solo aguanta un poco más mi valiente niño…

Poco a poco logra abrirse paso por el interior del niño hasta llegar al final. Se queda quieto unos minutos dándole tiempo a acostumbrarse a su invasión y comienza a moverse muy suavemente.

Shun le abraza fuertemente, cerrando los ojos y hundiendo los dedos en su espalda. Los gemidos de dolor brotan de su garganta entrecortadamente. Su cuerpo esta tenso y brillante por el sudor que ahora lo cubre por completo. Pero al cabo de un rato y sin darse apenas cuenta, sus dedos se relajan, sus piernas rodean la cintura de Milo, sus caderas se adaptan al ritmo del dorado torpemente y sus gemidos se convierten en suspiros y jadeos de placer.

Milo es consciente de ese cambio y acelera su movimiento progresivamente, sujetándole firmemente pero con delicadeza de las caderas y bebiendo hasta saciarse de su boca.  Desliza una de sus manos al miembro de Shun y le acaricia a la misma velocidad con la que le posee hasta que siente como explota en ella y baña su abdomen. En un par de minutos más y gritando el nombre de su niño estalla en su interior, llenándole con su calor y cayendo sobre él para recobrar el aliento sin salir de su interior.

Shun le abraza con manos temblorosas, respirando entrecortadamente y sin fuerzas para hablar, solo atina a besarle con todo su amor reflejado en sus ojos y en sus labios.

Ambos permanecen totalmente quietos y en silencio recobrándose de su primer acto de amor y de pasión durante un buen rato. Al cabo del mismo Milo sale de su interior muy cuidadosamente y cogiendo un pañuelo de su pantalón lo humedece en la fuente y le limpia cuidadosamente para luego vestirle y ayudarle a incorporarse.

- ¿Cómo te encuentras? ¿Estas muy dolorido?

- Me duele algo, pero supongo que es normal – sonríe besándole la punta de la nariz y acariciando su mejilla-. No te preocupes, has sido muy dulce y cuidadoso conmigo. Al final he disfrutado mucho.

Se sienta más cómodamente y señala con la mano la bandeja de comida sobre el banco.

- ¿Y si comemos algo? Ahora si que debemos recuperar fuerzas – dice sonriendo.

- Una idea excelente, amor.

Milo se levanta y le pone la bandeja al lado sentándose frente a él. Comen sin dejar de mirarse, dándose mutuamente la comida, besándose entre bocado y bocado. Cuando terminan se encaminan de nuevo a la fiesta.

Lo primero que hacen es buscar a Ikki, al cual encuentran muy acaramelado con Yhoga.

- Hermano – le llama Shun- Milo y yo tenemos que decirte algo importante.

- ¿Y de que se trata? ¿No podéis esperar a mañana?

- No Ikki, no podemos esperar. He pedido a tu hermano que sea mi pareja y ha aceptado.

- ¿Es eso cierto Shun? ¿Has aceptado vivir con este escorpión?

- Así es Ikki – contesta poniéndose en guardia- Amo a Milo y no voy a separarme de su lado.

- ¡Pero eso es genial! – exclama abrazando a los dos fuertemente- Y pensar que no querías venir. Ha resultado ser la mejor fiesta de carnaval de toda nuestra vida. ¿Dónde viviréis? ¿Vendrás con nosotros a casa Milo?

- Vamos a ser muchos en casa hermano. Me quedare aquí.

- ¿Aquí? ¿Y tus estudios?

- Puedo terminarlos en la universidad de la ciudad. Solo es necesario un par de llamadas y mi expediente será trasladado aquí. Yhoga y tú podéis mandarme los libros junto con mi ropa y demás cosas por correo.

- De acuerdo, pero te echare de menos hermanito. Aunque afortunadamente – dice agarrando a Yhoga- ya tengo a quien cuidar en tu lugar.

Los cuatro rompen en alegres risas para abrazarse mutuamente y dar la noticia a los demás de la nueva pareja que se ha formado esa noche. Una pareja que nada ni nadie podrá romper en el futuro.

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