Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

EL RAMO DE VIOLETAS por nurikosan

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Shion acaba de levantarse como cada día. Hace sus abluciones matutinas y se dispone a desayunar cuando aparece uno de sus servidores con un hermoso ramo de violetas.
- Mi señor, un mensajero ha traído esto para usted.
- ¿Para mí? – extiende la mano para cogerlo y examinarlo en busca de una tarjeta o algo que indique de quien procede.- No trae tarjeta… ¿Ese mensajero ha dicho quien lo envía? ¿Te has fijado si era del Santuario o venía de la ciudad?
- Mi señor, venía de la ciudad y no ha dicho nada respecto a quien puede haberlo mandado.
- Esta bien, ponlo en agua y llévalo a mi estudio. Son unas flores muy lindas y alegraran mi vista de vez en cuando entre tanto papeleo como tengo pendiente.
El servidor obedece con una ligera inclinación antes de salir del salón dejando a un pensativo Shion.
- ¿Tendré un admirador secreto? – piensa para si mientras termina de desayunar- y en caso de ser así, ¿quién puede ser? No creo que sea nadie de aquí, lo hubiera sentido, por lo tanto tiene que ser de fuera, pero yo no salgo de aquí, salvo un par de veces al año… es imposible que alguien ajeno al Santuario sepa de mi existencia…
Encogiéndose de hombros se dirige a su despacho para ocuparse de un sinfín de trámites burocráticos que tiene pendientes de resolver. Al sentarse en su escritorio echa un vistazo a las flores que están en un bello jarrón junto a la ventana abierta y sin más dilación empieza a trabajar.
El día pasa como otro más en la tranquila y placida existencia de Shion. Al anochecer hace una frugal cena y se mete en su cama con un suspiro mezcla de alivio y tristeza. Alivio por acabar el día y poder descansar al fin, y tristeza por que su cama esta fría y vacía sin su amado Dokho.
Al día siguiente se repite la entrega de flores. Otro lindo ramo de violetas que sustituyen al del día anterior en el jarrón. Y el mismo ritual se repite todos los días uno tras otro.
Una tarde recibe la visita de su aprendiz Mu.
- Mu que alegría verte. Eres el primero que viene a verme en semanas. Empezaba a sentirme como un verdadero ermitaño.
- Shion deberías salir más de esta mansión. Sabes que serás bien recibido por todos los demás.
- Lo se, amigo mío, pero desde que él se fue apenas si tengo ganas de relacionarme con los demás. Temo que si bajo con vosotros os amargue el día. Vuestra felicidad me pondría celoso, especialmente la de Camus y Milo, por ejemplo. Aunque se pasan el día discutiendo estoy seguro de que todas las noches hacen las paces de forma espectacular.
- ¿Tanto le hechas de menos?
- Si Mu, cada día, cada minuto, cada segundo que mi mente no esta ocupada en algo vuela hacia él. Y lo peor son las noches. Añoro su calor, su fuerza, sus manos sobre mi piel…
- ¿Por qué no le llamas? Y no me digas que no sabes donde se encuentra por que no acepto esa excusa. Solo tienes que poner en marcha el sistema de búsqueda del Santuario y lo encontrarán inmediatamente.
- No quiero hacer eso Mu. El se fue voluntariamente y ha de volver de la misma forma, no porque yo se lo pida. Quería tiempo para aclarar sus sentimientos y se lo di, pero imaginaba que me escribiría unas líneas o que llamaría para decirme que esta bien… pero en todos estos meses no ha hecho ni una ni otra cosa.
- Ojala pudiera hacer algo para aliviar tu sufrimiento…
- Pero no puedes Mu. Y ahora cambiando de tema, dime que te ha traído por aquí arriba. Espero que todo marche bien en el Santuario.
- Todo va muy bien. Como bien has dicho antes Camus y Milo siempre andan discutiendo. Afrodita cultiva sus rosas sin atreverse a confesar su amor a Shura. Aldebaran ha decidido ponerse a régimen, cree que así le será más fácil encontrar a alguien que le quiera un poco. Shaka esta preparando la fiesta de bienvenida para Ikki. Nunca le había visto tan ilusionado por algo. Realmente esta enamorado del chico de fuego. Death y Aioria por fin se han decidido a vivir juntos en casa del primero. En cuanto a Aioros ha vuelto a marcharse de viaje. Esta vez, si no recuerdo mal quería visitar el Machu Pichu en Perú. Y en cuanto a mí, sigo aguantando a Saga y su doble personalidad. De momento lo llevamos bien, cuando Arles aparece me las apaño para controlarle a través del sexo, y creeme Shion, es algo agotador, sin contar con que acabo todo lleno de moratones, arañazos y mordiscos. Pero en contrapartida Saga es muy dulce y atento conmigo, tanto que logra hacer que me olvide de todo lo pasado con ese bruto.
- Por lo que me cuentas no os aburrís. Y si Arles se pasa en algún momento contigo quiero que me lo digas, me ocupare personalmente de él.
- No te preocupes, todo esta bien. Saga jamás dejara que me haga daño de verdad. En cierto modo es como un juego para los dos.
- Espero por su bien que sea así.
- Si en realidad he venido es porque necesito tu firma para estos papeles. Son el ingreso de Kiki en la universidad. Ya es hora que empiece a relacionarse con muchachos de su edad y aprenda más cosas aparte de pelear. Tú eres, por decirlo de alguna manera, el director de esta institución y debes avalar sus calificaciones y su nivel de estudio para que pueda ser admitido.
- Será un placer Mu. Ven sigueme a mi despacho. Allí tengo el sello para avalar la firma.
Cuando entran al estudio Mu se fija en el ramo de violetas en la mesa.
- ¿Desde cuando tienes flores? Creí que no te gustaban.
- Y así es. Pero durante algún tiempo alguien me manda todos los días a primera hora de la mañana un pequeño ramo de violetas. Y la verdad es que son hermosas, así que las tengo aquí, para aliviar mi vista de tanto papeleo absurdo pero necesario.
- ¿Y no tienes idea de quien puede ser?
- No, supongo que tengo algún admirador secreto que se conforma con algo tan simple como mandarme flores. Espero poder descubrir quien es para darle las gracias por ellas.
- Dicen que cuando se cierra una puerta se abre una ventana.
- Eso no tiene sentido en este caso. Sabes que nadie puede sustituir a Dokho en mi corazón. Es del todo imposible.
- No deberías aferrarte tanto a su recuerdo. Pero eso es algo que solo tú puedes decidir. Gracias por la firma. Debo volver a mi casa para darle estos papeles a Kiki antes de que se vaya.
- Dale recuerdos de mi parte y gracias por tu charla. Espero que vuelvas más a menudo por aquí.
Con una ligera inclinación de cabeza y una despedida con la mano Mu emprende el camino de vuelta a su casa pesando en la soledad de su maestro y en que podría hacer para aliviarla.
Shion contempla en silencio a su aprendiz hasta que desaparece de su vista para volver al interior de su solitaria y fría mansión. Observa por unos momentos las flores y dando un suspiro se prepara para su cena y meterse a la cama como todos los días.
Han pasado varios días desde la visita de Mu a Shion. Para el maestro todo sigue igual: recibe las flores, atiende sus interminables papeleos, cubre sus necesidades básicas y se duerme llorando por su amor. Pero para Mu es diferente. Ha puesto en funcionamiento por su cuenta la maquinaria de la Fundación para encontrar a Dokho y para su sorpresa ha aparecido en la ciudad.
Decide ir a visitarle para hablar con él. Esta alojado en un pequeño apartamento. Una habitación, cocina, un diminuto aseo y un pequeño salón.
- Hola Dokho, ¿puedo pasar? – pregunta cuando este le abre la puerta.
- ¡Mu! ¿Qué haces aquí? ¿Cómo me has encontrado?
- Fue fácil, solo tuve que poner a buscar la red de investigación de la Fundación. No tienes mucha imaginación para los nombres falsos.
- Supongo que no. Adelante pasa, no te quedes en la escalera. No tengo mucho que ofrecerte, solo algún refresco y una bolsa de patatas fritas.
- No te preocupes por eso, un vaso de agua fresca estará perfecto.
Cuando Dokho se sienta enfrente de él y ha dado unos sorbos al vaso que deja sobre la mesa aborda directamente el motivo de su visita.
- ¿Por qué no le has llamado o escrito diciendo que has vuelto? Shion te echa mucho de menos.
- En cierto modo lo he hecho, solo que no le dije que era yo.
Le mira extrañado por sus palabras durante unos momentos hasta que comprende lo que quiere decir.
- ¡Las flores! ¡Eres tú el que le manda las violetas todos los días! ¿Pero por qué no decirle que eres tú?
- Por que no tengo nada que ofrecerle. No puedo presentarme ante él con las manos vacías.
- Dokho eso no es cierto. Las tienes llenas de amor. Además, según me ha dicho él, te fuiste para aclarar tus sentimientos, no para hacer fortuna.
- Eso es lo que le dije, pero mis sentimientos estaban perfectamente claros al igual que ahora. Mu él es el Patriarca, vive en una gran mansión, tiene un gran poder así como una gran fortuna personal, en cambio yo solo tengo mi amor por él.
- Eso es suficiente para él. Si le vieras, ya solo es una sombra de lo que fue. Ha adelgazado un montón, no sale de su mansión, apenas recibe a nadie, solo vive para su trabajo como administrador del Santuario… te necesita a su lado, tú eras su razón para vivir… ya no tiene alegría ni ilusión por nada… solo por ese pequeño ramo que recibe diariamente…
- Es mi forma de decirle silenciosamente que le amo.
- Pero él no necesita eso. El necesita que se lo digas, que le abraces, que le hagas el amor hasta agotarlo, que estés a su lado… ¿es qué no entiendes que nada tiene sentido para él si no estas a su lado?
- Mu, no puedo presentarme así… no puedo hacerlo…
- Ya basta de decir tonterías Dokho – le grita poniéndose en pie y volcando el vaso al golpear con las rodillas la mesita- Tú estúpido orgullo os esta matando a los dos. Y no voy a consentirlo. No pienso quedarme con los brazos cruzados mientras veo como dos personas que se aman ciegamente mueren lentamente por algo tan simple como la tozudez.
Sin decir una sola palabra sale del apartamento dando un portazo y dejando a un boquiabierto Dokho temiendo lo que el lemuriano pueda hacer para llevar a cabo su propósito de unirlos.
Al cabo de una semana Shion recibe con el ramo de violetas una invitación a cenar en un restaurante de lujo de la ciudad.
- Vaya, parece que mi admirador secreto ha decidido darse a conocer. Me pregunto si debo ir o no…
- Yo que tú no lo dudaría un solo instante…
- ¡Mu! No te he oído entrar…
- Claro, por algo soy tu mejor alumno. Déjame ver la invitación… Hmmmm, tiene buena pinta. Es uno de los mejores restaurantes de la ciudad. Yo que tú me pondría mis mejores galas y asistiría a esa cena, quien sabe, a lo mejor te llevar una grata sorpresa con tu admirador secreto.
- No digas tonterías Mu. Por muy hermoso que sea nunca podrá superar a mi tigre…
- Bueno, eso lo podrás decir una vez que le hayas conocido no antes. Vamos Mu, hace meses que no sales de aquí, te sentará bien salir una noche. Solo se trata de una cena. Prométeme que asistirás.
- Esta bien, tú ganas. Sabes que no puedo negarte nada cuando te pones así. Asistiré a esa cena aunque estoy seguro de que me aburriré mortalmente.
- Ya veremos, ya veremos… - murmura para si mismo con una traviesa sonrisa- Bueno, maestro he de irme, me temo que Arles esta a punto de aparecer y debo entretenerle como más me gusta… mañana vendré a ver que tal ha ido la cena.
- Ten cuidado con ese bruto.
El resto del día lo pasa mirando las flores y dando vueltas a la invitación. Cuando llega la hora de salir decide armarse de valor y asistir. Se pone su mejor traje que le esta algo grande por todo lo que ha adelgazado pero rápidamente su ayuda de cámara lo arregla dejándolo impecable. Coge su coche y da orden de que le lleven al restaurante.
Cuando llega entrega la invitación al camarero y le conduce a un reservado muy cuco que de momento esta vacío. Se sienta a esperar y cuando lleva un rato sin que aparezca nadie, sus ojos se abren de par en par. Dokho acaba de entrar y es conducido a una mesa cercana a su reservado. Al principio se esconde tras los cristales ahumados para que no le vea, pero a su vez, poder ver si se reúne con alguien. El tiempo pasa y su corazón late desaforadamente temiendo que otro hombre aparezca y se siente a su lado, pero nada de eso ocurre.
Armándose de valor se pone en pie y se acerca a la mesa donde su amor esta sentado tomándose una sopa de pescado.
- Hola, Dokho. Me alegro de verte después de tanto tiempo.
Dokho levanta el rostro y casi se atraganta al reconocerle. Se pone en pie rápidamente y le invita a sentarse en la silla de enfrente suyo.
- Gracias, espero no molestarte con mi presencia…
- Tú nunca puedes molestarme, Shion – le mira hipnotizado notando con dolor todos los cambios que Mu le había enumerado en su casa- Estas más delgado…
- Si, demasiado trabajo. Tú también pareces algo más delgado… ¿Cómo te ha ido todo? ¿Te ha tratado bien la vida, Dokho?
- Si, no me puedo quejar… aunque no tan bien como yo hubiera deseado…
- Dokho, ¿y tus sentimientos? ¿Los has aclarado ya? ¿Es por eso que has vuelto? – su mirada esta clavada en él, sus manos temblorosas sobre la mesa esperando una respuesta, su pecho moviéndose agitadamente por su respiración.
- Si, ya los tengo claros – toma aire profundamente para decirle lo que cree es correcto- - Shion, lo nuestro fue un capricho, una aventura que ha durado demasiado. Lo siento pero no estoy enamorado de ti…
- Entiendo – murmura Shion débilmente- Ahora comprendo porque no he tenido noticias tuyas en todo este tiempo. Creo que será mejor que me marche, no quiero molestarte más, probablemente hayas quedado con alguien y no quiero que tengas malos entendidos por mi culpa.
Se pone en pie conteniendo a duras penas las lágrimas y tratando de aparentar normalidad le hace una ligera inclinación de cabeza y sale en silencio del lugar.
- Solo ha sido un juego, nunca he significado nada para él, ¿cómo he podido ser tan ciego? ¿Sus palabras de amor estaban vacías? No puedo creerlo, pero él me lo acaba de confirmar, solo un juego…
Su mente repite una y otra vez las palabras de Dokho mientras anda sin rumbo fijo. Las lágrimas caen sin control por sus mejillas, sus ojos están llenos de dolor, un dolor que nace de lo más profundo de su alma. De repente llega al río, al cruzar el puente se detiene en la mitad de este mirando fijamente el agua negra por la noche.
- ¿De qué me sirve mi vida si esta vacía? No tengo lo único que le da sentido, ya no le importo a nadie… ¿Para que morir lentamente si puedo hacerlo de una vez?
Sin dudarlo un solo instante se arroja al agua y se abandona completamente a ella. Se deja hundir hasta el fondo mientras es arrastrado por la corriente. No hace nada por salir, solo cierra sus ojos y deja que el agua inunde sus pulmones lentamente.
De repente algo tira de él hacia arriba. Lo arrastra hasta la superficie y trabajasomente lo pone a salvo en la orilla. Lo giran boca arriba y comienzan a hacerle la respiración artificial y a presionar su abdomen para que expulse el agua que ha tragado.
- ¿Se puede saber en que pensabas al tirarte al agua de esa forma? ¿Es que quieres morirte ya?
Abre los ojos dolorosamente al reconocer la voz. Es Dokho el que le ha sacado del agua.
- ¿Por qué me has sacado? Déjame morir. No quiero vivir sin tu amor… no puedo soportar la idea de una vida vacía sin ti a mi lado… Por favor déjame volver al río…
Sin decir una sola palabra le pasa un brazo por la espalda y lo levanta para besarlo como nunca antes había hecho.
- Perdóname, Shion. Te amo, te amo más que a mi propia vida, yo solo te dije aquello porque no me siento digno de ti, no tengo nada que ofrecerte salvo mi corazón lleno de amor…
- Dokho, yo no quiero nada más que eso, tu amor es todo lo que necesito… mis riquezas, mi posición como Patriarca no son nada comparadas con tu amor…
- Pero yo… quizás los demás no estén de acuerdo en nuestra unión. Alguien de tu posición se merece algo mucho mejor que un pobre maestro que solo posee su armadura de oro y su amor ilimitado…
- Si eso ocurriera entonces renunciaría a mi cargo. Un nuevo Patriarca sería elegido… solo quiero estar a tu lado, Dokho, solo tú me importas, te amo, te amo con cada una de las fibras de mi ser…
Dokho acaricia su rostro delicadamente y vuelve a besarle con mucho amor y delicadeza.
- De acuerdo. Tú ganas. Volveré contigo al Santuario y me enfrentaré a los demás si es necesario. Nada ni nadie podrá volver a separarme de ti, mi amado Shion.
Le ayuda a levantarse pero apenas da unos pasos cuando cae en sus brazos agotado. Demasiadas emociones para su débil cuerpo. Dokho lo coge en brazos y lo lleva de esa forma a su mansión. Cuando llegan lo desnuda y le introduce en un agradable baño caliente para hacerle entrar en calor. A continuación le mete en la cama con un cálido pijama y se acuesta a su lado abrazándolo y estrechándole contra su cuerpo todo lo que puede. El sueño lo vence pensando en que ocurrirá cuando los demás se enteren de que ha vuelto para quedarse con su amor.
Al día siguiente los sirvientes se encargan de esparcir la noticia sin darles tiempo a ellos para hacerlo. Desde primeras horas de la mañana comienzan a recibir llamadas de felicitación y alegría por parte de todos los caballeros del Santuario, independientemente del rango que estos ocupen.
- ¿Ves como no ocurre nada, mi amor? Todos te han aceptado con los brazos abiertos – le dice Shion sonriendo desde su cama mientras da cuenta de una suculenta comida, la primera desde hace meses.
- Si. Me deje dominar por mis estúpidos miedos y he estado a punto de perder lo que más amo en el mundo – se sienta en el borde de la cama y le quita los cubiertos para darle de comer él mismo- Perdóname por todo el daño que te he causado en estos meses por mi silencio. Te prometo que voy a compensarte por ellos con creces.
- Ya lo estas haciendo, amor. Ya lo estas haciendo.
En ese momento aparece el sirviente con el ramo de violetas en la mano, preguntado que hace con él.
- ¿Violetas? ¿Quién te envía flores, Shion? ¿Acaso tienes un admirador secreto? Te advierto que no voy a compartirte con nadie.
- Eso parece, las recibo desde hace varias semanas: todas las mañanas un pequeño ramo de violetas. He tomado la costumbre de ponerlas en mi despacho, pero si te molesta dejare de hacerlo… La verdad es que la otra noche iba a conocer a mi admirador, solo que apareciste tú antes que él…
- Desde este momento se acabaron las citas a ciegas, ¿entendiste? Dejare que continúes con las flores en tu despacho, siempre y cuando sigan viniendo sin tarjeta y nuestro amigo no se de a conocer… por que si lo hace tendrá que vérselas conmigo. No voy a permitir que un perfecto extraño encaprichado de ti me haga la competencia.
- Mi amor, eso es imposible. Mi corazón es solo tuyo…
- Lo se, pero quizás él no lo sepa.
Al cabo de unas semanas Mu sube a hacer una visita a su maestro y su compañero.
- ¡Mu! ¡Qué alegría verte! Ven tengo un montón de cosas que contarte, y en especial darte las gracias por animarme a ir a esa cena. Gracias a ello ahora Dokho y yo estamos juntos para siempre…
- Me alegro, Shion. Y por lo que veo te esta cuidando muy bien. Prácticamente has recuperando en unas semanas todos los kilos que perdiste en meses. Y tu mirada vuelve a estar llena de luz y alegría. Me alegro de que al fin hallas encontrado la felicidad que tanto te mereces.
- Si, y nunca olvidare que ha sido gracias a ti y esas pequeñas flores.
- ¿Flores? ¿Te refieres a las violetas? ¿Aún sigues recibiéndolas?
- Si, aunque nunca llegué a ver a su remitente. Supongo que aparecio y al verme con él en la mesa se fue. Pero ni un solo día deja de mandarlas, y ¿sabes una cosa? Dokho esta celoso de él – se echa a reír felizmente- Nunca creí verle así, pero deberías ver su rostro cuando las recibo. Esta totalmente celoso y debo reconocer que me encanta verlo así.
- Eso significa que te quiere de verdad. Y hablando de él, me gustaría verle, ¿puedes decirme donde se encuentra?
- Claro, esta en el jardín. Ha insistido en ocuparse personalmente de todos los preparativos para nuestra boda. Así que anda ocupado con la decoración del mismo y con los cocineros para el menú y esas cosas.
- Entonces, si me disculpas iré a verle y a felicitarle personalmente por su boda con mi maestro.
Shion le despide con un abrazo y se dirige a su despacho para acabar cuanto antes con el papeleo mientras Mu se encamina al jardín. Al llegar ve a un frenético Dokho discutiendo con los encargados de colocar la carpa por el lugar donde ubicarla.
- ¿Puedes atenderme unos momentos? – le pregunta en voz alta.
Después de disculparse con los hombres de la carpa se dirige a Mu con una gran sonrisa en su rostro.
- Tenía ganas de hablar contigo, Mu. – le coge del brazo y lo lleva a una zona tranquila del jardín- Fuiste tú quien preparo lo de la cena, ¿verdad?
- Si – contesta riendo de buena gana- Solo tuve que reservar un privado para Shion y una mesita cercana para ti. Enviaros las invitaciones por separado y esperar.
- Debería ahogarte por ello, Mu. Intento suicidarse. Si no le llego a seguir ahora no estaría entre nosotros...
- Pero lo seguiste, porque lo amas con la misma intensidad que él a ti. Sabía que con solo verle tus estúpidos prejuicios y tu orgullo desaparecerían para siempre.
- Si, has sabido jugar tus cartas muy bien, condenado lemuriano.
- Soy su mejor alumno, no deberías extrañarte. Por cierto, ¿no le has dicho que las violetas las mandas tú?
- No, y tú tampoco lo harás. Se siente halagado por ello y además le encanta verme celoso, así que pienso continuar con esto. Espero que no me descubras.
- Puedes estar tranquilo no lo haré. Quiero que nos guardéis un sitio de honor en la ceremonia a Saga y a mí. No quiero perderme nada. Tengo la impresión de que la siguiente será la nuestra.
Dokho le mira con los ojos abiertos de par en par.
- ¿Saga y tú sois pareja? Pero si sois lo más opuesto.
- Cierto, por eso nos complementamos tan bien. No deberías extrañarte- se despide de él dándole una palmada en la espalda- Me marcho, solo subí a ver como estabais. Cuídale Dokho y nos veremos en la boda.
- Puedes estar tranquilo. Desde ahora mi vida esta enteramente consagrada a hacerle feliz.

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).