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Te extraño (Yunjae) por alexriden02

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Notas del fanfic:

 

Mi primer One-Shot. 

Notas del capitulo:

Es un One-Shot Yunjae, no os digo más tan solo léanlo por favor.

 

 

Aun no puedo creer que este día llegara tan pronto. La promesa de ir juntos, la promesa de estar siempre juntos como DBSK ahora se ha roto. Tener que dejar todo esto, tener que servir a un país que me ha dado tanto y a la vez me ha robado lo que más amo. Mis lagrimas son sinceras ¿Puedes verlas desde donde estas?

 

 Ahora me alejo  del escenario, puedo  ver las luces apagarse una por una.  Ellas están llorando, sus lágrimas son tan sinceras. Al verlas llorar me odie a mí mismo, otra vez soy tan egoísta. Lo siento. Sé que ustedes me dieron tanto, pero ahora debo dejarlas… por favor esperen.

 

-   Jaejoong – es  la voz de mi manager Jang que me habla y volteo a verlo. Los años han sido amables con este hombre porque ante mis ojos no ha envejecido, es como sí se hubiera detenido en el tiempo –  Es tiempo de ir a la fiesta.

 

¿Ir a la fiesta? Tan solo asiento resignado y me preparo para salir. Me pongo  mis gafas oscuras, he llorado demasiado y he  dañando el maquillaje. Aunque este triste quiero que me sigan viendo hermoso, que me recuerden y no olviden al Jaejoong de ahora.

 

 

-   Ha sido un gran éxito – me saluda el staff con orgullo.

-   Fue gracias a ustedes – respondo  mientras agarro entre mis manos mi celular para llamadas internacionales – Gracias por su trabajo – hago una reverencia mientras me dirijo a la salida. ¿Son sus voces? Las puedo escuchar. Mis amadas fanáticas. ¿Han soportado el frio?

-   Han esperado por ti – dice mi manager con una sonrisa amable. Pero yo no puedo evitar hacer una mueca al escuchar “han esperado por ti”  –  No te preocupes ellas te seguirán esperando.

 

Solo puedo resignarme a esta despedida  ¿Qué más puedo hacer? Salgo por el umbral de la puerta, es de noche, el frio corta mi respiración, lo sé… no me abrigue bien, pero allí están ellas. Alzan las manos saludándome, gritan mi nombre y dicen la frase “Te esperaremos”  “Por favor regresa con salud”. Al oírlas quiero llorar, pero no me lo permito. Debo ser fuerte y seguir mostrándoles mi parte carismática. Sonrió como nunca lo he hecho y las saludo alzando mis manos. Tengo ganas de correr hacia ellas y agradecerles personalmente su amor. Pero mis custodios me lo impiden.

 

Al entrar al todo terreno negro con los vidrios polarizados, aun puedo verlas. Por favor no lloren. Este es mi acto más egoísta. Si así logro recuperarlo, si de esta manera logro llamar su atención, sé que ustedes entenderán. Cojo entre mis manos mi celular. Buscó entre mis contactos y veo su número. Veo  su nombre.  Aun recuerdo lo que tuve que darle a Heechul a cambio de este número. Mi Yunho, siempre fuiste mi Yunho.  Mientras mi manager está ocupado en la salida del todo terreno, sin dañar a ninguna fan, escribo dos simples palabras que he pensado en todos estos años.

 

‘Te extraño’

 

Sin pensarlo dos veces presiono ENVIAR en la pantalla de mi celular. Recuesto mi cuerpo cansado en el suave cuero del asiento de este todo terreno. Por favor, responde Yunho,  suplico entrelazando mis dedos. Nunca he rezado, pero hoy lo hare. Por favor Yunho, no olvides la promesa que hicimos.

 

Me veo en el espejo y pienso que después de bañarme ha sido una  de las primeras cosas que hago. ¿Debería tomarme una foto? No.  Aun no me he bañado. Entro por la puerta  al lugar que mi familia reservo junto a mis amigos. Ellos han esperado por mí.

 

-   Esta será una fiesta muy tranquila – me habla mi custodio favorito – Podre volver temprano con mi familia – ríe  divertido y lo acompaño en las risotadas. Aun recuerdo que quien me sacaba de los líos que yo mismo armaba era Cho y por mis estupideces en el pasado nunca volvía temprano a su casa. Esta noche seguramente su esposa me agradecerá que se lo devuelva.

-   Hijo – me llaman mis dos madres. Lucen tan bien juntas. Han dejado sus disputas por este día. Mi fiesta de despedida. Hago una reverencia y me dirijo a la enorme mesa que han preparado. Veo mucha comida con muchos colores, sabores, todo huele  delicioso.

 

 

Rodeo la mesa para saludar a mis amigos, busco a Yoochun y a Junsu, pero nos los veo. Sin embargo me topo con las manos impacientes  de alguien que me sonríe quitándose las gafas oscuras.

 

 

 

-   Luces tan bello – GeunSuk miente tan bien que siempre término creyendo en sus mentiras.

-   Hoy no – respondo cariñosamente abrazándolo. Nunca hubiera imaginado que nuestra amistad sobrepasara los límites.

-   Siempre, nunca olvides mis palabras – sonríe acariciando mis manos. Garraspé la garganta así él suelta mis manos. Mi madre siempre me ha dicho que me case, que tengo demasiados amigos hombres, que soy muy cariñoso con ellos y hoy no quiero que vuelva a darme ese sermón.

 

Veo a mi hermana que esta con mi sobrino en brazos, me acerco a saludarla y ella quiere que me tome una foto con mi sobrino para que vea lo guapo que es su tío. Ella siempre ha sido mi hermana favorita, ella es la única que sabe los motivos por lo que hago el servicio militar con tanta predeterminación. Ahora que mi carrera está en la cima, ahora que estoy brillando en lo más alto tengo que dejarlo. No me arrepiento si con este sacrificio vuelvo a tenerlo a mi lado aunque sea una última vez.

 

Siento que alguien me abraza y al parpadear  veo un cabello azul. No entiendo porque Junsu usa ese color, todo es culpa de Yoochun eso es lo único que sé. Por más que diga que es para su álbum, yo sé que el culpable de ese tinte azul es Yoochun. Pero debo admitir que le queda tan bien.

 

-   Llegas tarde – le digo en tono de broma, pero quiero llorar. Extrañare abrazarlo.

-   Yoochun es el culpable – responde  con esa sonrisa infantil que no se le borraba de sus labios. Aun a pesar de los años, es imposible que Junsu pierda esa sonrisa angelical. A veces tengo envidia.

-   Hasta donde yo recuerdo ustedes dos no viven juntos – respondo y notó sus mejillas levemente coloradas.

-   Él insistió en pasarme a buscar, pero le dije que no – responde él con un puchero. Alce una ceja esperando explicaciones –   Los rumores que circulan con su coprotagonista…

-   ¿Por eso te negaste? – pregunte divertido, adoraba confundirlo y tenerlo acorralado.

-   No – responde bajando sus hombros. Había  ganado, ahora él me tendría que contar todo – No es bueno que nos vena juntos,  él tiene que seguir aumentando esos rumores… sabes que siempre lo ha hecho y no cambiara.

-   Hay dos cosas que Yoochun nunca cambiara– afirmó poniendo mi mano sobre su hombro para reconfortarlo – Su pasión por su trabajo y su amor por nosotros – Junsu alzo la vista y casi pude ver un brillo en ellos – Aunque creo que su amor se distribuye desigual entre nosotros dos, porque tu ganas más su amor que yo.

-   No es cierto – se sonroja  y supe que no debía seguir o terminarían descubriendo mis bromas frente a mis amigos y familiares.

 

Cuando Yoochun llego saludo a todos, y de una manera tan atractiva a Junsu que no muchos vieron porque yo era el centro de atención. Yoochun se quedo conmigo por un buen rato. Todo en verdad parecía una fiesta, mis hermanas perseguían a mis sobrinos por las sillas ya que mis pequeños se escabullían con facilidad. Todos sonreían y me deseaban éxitos, que me cuidara y regresara con  salud.

 

Con Yoochun a mi lado no puedo ver mi celular, aunque en toda la noche no recibí  ningún mensaje. ¿Le habrá llegado mi mensaje? La diferencia horaria no es tan grande. ¿Por qué  no llama? En los viejos tiempo recuerdo que  le enviaba  un mensaje y él rápidamente me llamaba preguntándome como estaba o que hacía. Ahora todo es tan diferente. El camino que elegimos una vez como cinco, como DBSK se dividió. Ahora yo estoy aquí rezando porque él responda mi mensaje. Dios no quiero irme sin antes verle, verle una vez más. ¿Por qué siento que son las plegarias de un condenado a muerte?

 

Después tomarme varias fotos con mis amigos, sigo esperado la llamada de Yunho.  A mi lado GeunSuk sonríe divertido recordando cómo fue nuestra primera salida en un grupo de amigos en común. Ese día también le envié un mensaje a Yunho  con esas dos palabras, pero él tampoco llamo.  Ahora él  está en Japón. Lee Soo Man es viejo zorro astuto y se ha llevado a varios artistas a un nuevo SMTOWN. Con tanto trabajo lo más seguro es que Yunho  se olvido de la promesa que hicimos antes de que todo terminara.  No. Yunho es un hombre que mantiene sus promesas, Yunho es un hombre que es fiel a su palabra. Al menos eso pensé. Suspiro cansado. Fui muy tonto al pensar que al leer mi mensaje llamaría por lo menos. Realmente estoy triste.

 

‘Esto termino’ esas fueron sus palabras. Nunca en mi vida suplique, pero ese día se lo implore de rodillas, le pedí que nos fuéramos juntos. Y él aun viendo mis lágrimas volvió a decir ‘Esto termino. Vete si quieres’

 

¿Por qué sigo recordando ese día? Un amigo me pide una foto, le lanzo una sonrisa y me dirijo a la mesa para beber un poco.

 

Voy por la tercera copa de este vino que Yoochun trajo de su viaje a Japón. El sabor es tan dulce, pero al tragar se hace amargo. No quiero llorar, no quiero que me vean llorar otra vez. Yunho, mi Yunho… te lo pido una vez más… mírame a los ojos, incluso si no quieres hazlo solo  una vez más. Sostén mis manos mientras digo ‘Lo siento’. Lo siento por no haber hecho más por ti, por nosotros. ¿Cómo podemos terminar esto así? Regresa a mí. Por favor. Quiero decirte que voy a esforzarme aun más, no hare que te arrepientas.

 

 

-   No bebas más de la cuenta – me advirtió mi manager robándome la quinta copa de vino de las manos.

-   ¿Qué hora es en Japón? – pregunte alzando una copa con zumo de frutas de mi sobrino.

-   Es hora de irnos – me saluda mi hermana mayor con mis sobrinas despidiéndose de mí y llevándose una foto mía como recuerdo.

 

Aun sentía la cara pegajosa por la crema del pastel. Esta noche debería comer algo, pero mi apetito está cerrado.

 

-   Voy a lavarme la cara otra vez – digo caminando hacia el cuarto de baño. Era tiempo de volver a casa. Me mire en el espejo e intento sonreír, pero veía esas deformaciones que mi rostro hacia al sonreír. Me estaba poniendo viejo. De repente mi celular vibra en mi bolsillo delantero. Rápidamente lo sacó de mi bolsillo. Mis manos tiemblan al leer el nombre en la pantalla. Estoy desilusionado.

 

GeunSuk entra a buscarme y le señalo que es una llamada de Heechul. Él asiente y se retira sin antes sonreírme de esa forma tan encantadora. Debía admitirlo, era perseverante.

 

-   ¡Feliz navidad!

-   ¿Eh? ¿Estás de broma? – pregunte mientras me veo en el espejo. Estoy realmente pálido, el alcohol no me sienta bien como en los viejos tiempos.

-   Debo ser el Santa Claus más sexy de la tierra.

-   Si no tienes nada coherente que decir, mejor cuelga y…

-   Y-U-N-H-O

 

Escuche ese nombre y casi caigo  de espalda sino es por mis buenos reflejos que logro sostenerme  del lavabo.

 

-   ¿Ya te moriste? – me pregunta con ese tono burlón que me hizo cabrear.

-   Las bromas que haces no son divertidas – respondo molesto.

-   Estoy en el aeroparque de la familia de Siwon, su jet privado nos ha traído a tiempo.

-   ¿Nos ha traído? – mi corazón se acelera con la tenue esperanza de que él estuviera con Heechul.

-   Lo golpee en la cabeza y lo metí en un saco para traerlo hasta ti

-   ¡Queee!

-   Estoy bromeando. Él está bien. Si vieras que ha venido por su propia voluntad.

 

¿Su propia voluntad? Él vino porque quería. Eso significa que no olvido su promesa. Me veo en el espejo y veo las lágrimas descender de mis ojos. Estoy llorando y estoy sonriendo como un niño. Mi Yunho está en Corea. Lo veré, lo vero otra vez. ¿Puede existir en el mundo otro hombre más feliz que yo?

 

-   Estamos camino a tu casa. Inventa la mejor excusa de tu vida para llegar solo – dice Heechul y cuelga.

 

¿Está loco? Me veo en el espejo, sigo llorando. ¿Qué hago? Yunho está aquí. Esa sonrisa de felicidad no desaparece de mi rostro. Todo lo que estoy dejando atrás, todo lo que estoy perdiendo vale la pena si al menos vuelvo a verle.

 

-   Yunho – susurro como una plegaria. Su nombre es tan hermoso. Mi Yunho.

-   Esas son lágrimas de felicidad.

 

Volteo y veo a mi padre sonriendo. El hombre que me había dado la existencia. Cuanto nos parecíamos. En este tiempo él y mi hermana favorita son los únicos que pueden distinguir si mis lágrimas son de felicidad o tristeza.

 

-   Es bueno llorar cuando lo necesitas –  dice  él saliendo del cuarto de baño.

 

Me lavo la cara, necesito maquillaje, después de tantos años él no puede verme así. 

 

Salgo de manera sigilosa del cuarto de baño y busco a mi hermana favorita quien está con su único hijo en brazos. La llamo por teléfono exigiéndole que venga al pasillo con su estuche de maquillaje. Ella, minutos después llega con una sonrisa. Aun recuerdo que ella era la hermana que cuando niños siempre quería maquillarme. Hoy cumpliría su sueño.

 

 

-   Así que él está aquí – dice  más como una afirmación que como una pregunta. Yo asiento  con una sonrisa mientras ella termina de delinear mis ojos – Debería  golpearlos a ambos por babos.

-   Podrás hacerlo después – sonrió divertido. No hay duda que ella es una gran fanática de Yunho. Lo guarda en secreto.

-   Él es alguien muy honorable al cumplir su promesa – dice ella y los ojos se le iluminan al hablar de mi Yunho – Siempre tuve la esperanza de que ustedes volvieran. Aunque a nuestra madre no le agrade la idea, yo siempre supe que entre ustedes dos nada había terminado. Que el amor que siempre se tuvieron está intacto – ella  acaricia mi rostro. Me reconforta que haga eso  – Si no aprovechas esta oportunidad, me divorciare y buscare por todas las formas casarme con Yunho  como tenía planeado desde el primer día que lo vi.

 

No puedo evitar reírme a carcajadas cubriendo mi boca con el reverso de mi mano. Aun recuerdo el día que  lleve a Yunho a  mi casa  como un amigo, ella fue la primera en verlo como el hombre que era. Pero para su tristeza ese hombre era mío, solo mío.

 

-   Diremos que me llevaras a casa porque me siento algo cansada – ella ya había fraguado un plana antes de que le pidiese ayuda – Tu iras a verlo y yo me tomare un taxi por ahí.

-   Pero…

-   Oppa debe estar loco, mañana tiene una entrevista con una revista Japonesa y debe posar para las fotos. Así que mejor… nos apresuramos.

 

Intento cuestionar, pero allí esta ella con esa sonrisa de ‘todo va estar bien’

 

Soy malo mintiendo a mis padres, pero ella ha hecho una actuación tan convincente que me hace pensar que debería ser actriz. Es joven y muy guapa, creo que aun siendo madre podría serlo.

 

-   ¿Estás segura que este era tu plan? – pregunte viendo que ella no bajo a tomar un taxi, todo lo contrario ella insistió en acompañarme con mi sobrino en brazos y ahora estamos en mi auto entrando a mi casa.

-   Muy segura – sonríe confiada mientras besa la mejilla de mi sobrino –   él está aquí y los reporteros aun nos siguen. Debemos entrar juntos, prometo no ser una fan desquiciada. Tu casa es enorme y puedo estar en alguna habitación alejada.

 

Ella pone esa cara tan tierna que realmente me conmueve. Pero ella tiene razón, nos siguen por todas partes los fotógrafos de diferentes revistas. Es una hazaña que Heechul  entrase sin ser visto con Yunho. De solo imaginarlo  en mi casa, mi corazón salta de alegría. Ha pasado mucho tiempo. Mis manos tiemblan, no puedo abrir la puerta. Mi hermana me acaricia el hombro para tranquilizarme, no creo que esta vez funcione.

 

-   Todo estará bien – dice ella y abre la puerta.

 

Por primera vez en mi vida ingreso a mi casa con la mirada pegada al suelo de mármol. Las piernas me tiemblan ante cada nuevo paso. Coloco un mechón rebelde en su lugar y me digo a mi mismo ‘Empecemos

 

¨*¨*¨*

 

“Yoochun no es muy realista, es imposible que el CEO no deje asistir a los cinco al servicio militar. ¿A quién explotaría si nos fuéramos todos?”

“Jaejoong no hables así del SooMan-shi”

“Yunnie, no lo defiendas.”

“No lo defiendo.”

“Igual no hare el servicio Militar.”

“¿Cómo que no lo harás?”

“No.”

“¿Por qué?”

“Estaré encerrado por casi dos años en un lugar repleto de hombres. ¿No estás celoso?”  Nunca fui alguien muy celoso. Esa era la verdad.

“Deja de jugar. Dime la verdad.”

“Esa es mi verdad, ducharme con muchos hombres desnudos en un mismo lugar debería ponerte muy celoso.”

“No cambies de tema.”

“Ja, ja No lo hago. Pero no quiero que me corten el pelo.” Su risa era muy contagiosa y divertida.

“¿Debes estar de broma?”

“No. No quiero que toquen un solo pelo.”

 

 

¿Por qué  a mi mente vienen esos recuerdos? Pareciera como si mi propia mente estuviera burlándose de mí. El todo orgulloso Jaejoong  estaba a punto de entrar al servicio militar. Debí creerle a DongHae cuando lo mencionó en esa charla.

 

A mitad del camino de mi vida me encontraba más perdido que turista en la selva Amazonas. Todavía podía huir.

 

“ ¿Es una promesa?

“Te lo prometo”

“ ¿Juras nunca romper nuestra promesa?”

“Nunca romperé nuestra promesa”

 

A veces soy muy iluso, debería dejar de hacer promesas que no sabré si cumpliré.  En ese tiempo era tan joven e inexperto. Jaejoong lo sabía y siempre supo como manipularme  a sus caprichos.

 

“Si esta es la última vez que nos veremos. Te suplico  que mantengas tu palabra sobre la promesa que hicimos  años atrás”

 

Sí solo ese día hubiera perdido la memoria, fingir que no sabía de que hablaba, pero tan solo dije “Tal vez lo olvide”. Jaejoong es muy astuto y se encargo de recordármelo para que nunca lo olvidara. La última vez que dormimos juntos me repetía una y otra vez esa tonta promesa. Tanto que ahora llego el momento y no puedo sacarla de mi cabeza.  Estos años de no verlo, de no verles a los tres he estado bien. Todo gracias a Changmin. ¿Por qué ahora que estaba tan bien tengo que recordarlo todo? Sólo sé que no se puede huir del pasado. Yo no he podido.

 

 

 

-   Ha llegado – me quedo boquiabierto al escuchar las palabras de Heechul.

 

Mierda. Si hubiera sabido que estaría tan nervioso no hubiera accedido nunca a venir a esta casa. Al ver el lugar quede realmente asombrado. Su despacho es exageradamente grande para una sola persona. Hay una mesa de madera oscura donde descansan varias cajas. ¿Qué contendrán esas cajas? Hay una mesita pequeña transparente que hace juego con el sofá. Todo está en blanco, las paredes, un momento. No, las paredes están decoradas con su imagen, sus álbumes, veo una foto de ellos tres bastante grande. Pareciera que  su despacho me estuviera diciendo que me vaya, que yo ya no tenía nada que ver en su vida como Jaejoong ya no tenía que ver en la mía. Mi vida era TVXQ, mi mundo se redujo a una sola persona… Changmin.

 

-   Esta será una visita de amigos – me dice Heechul guiñándome el ojo como si yo fuera un niño. Changmin a veces dice que a pesar de mi cuerpo adulto tengo la inocencia de un niño, pero no hace falta que me traten como uno – Tengo que salir de aquí o él se pondrá muy celoso al vernos juntos – da un paso hasta que tengo su rostro a pocos centímetros del mío. Me sonríe al notar mi nerviosismo al tener nuestros labios a tan solo un movimiento de juntarlos.

 

Escucho que la puerta se abre y empujo a Heechul lejos de mí. Odiaba cuando hacia esas cosas, porque algunas veces había logrado besarme. Alzó la vista para ver quien estaba en el despacho y lo veo. Después de cinco años lo veo ahí parado. Ladea la cabeza y me mira con mucha atención.

 

-   Déjanos solos – le dice a Heechul cuando se da cuenta de que lo estoy observando – Hola Yunho.

 

Al escuchar su voz por alguna inexplicable razón me ruborizo. Trago saliva y volteo a ver hacia Heechul que sale por la puerta. No debo verme vulnerable, debo ser frio. Me pregunto si mi rostro refleja esta personalidad. Jaejoong no abre la boca. Aguarda pacientemente a que yo le devuelva el saludo o eso creo.  Cuando finalmente reúno valor para mirarlo, él esta observándome con ambas manos sobre su pecho, moja sus labios en repetidas ocasiones. ¿Por qué siento que quiere correr a abrazarme?

 

-   No debo estará aquí – balbuceo obviando saludarlo, no soy descortés, pero verlo me hace actuar con desprecio.

-   Pe… pero lo estas – me contesta en voz baja – Estas aquí.

 

Esos ojos brillantes me observan atentamente.

 

-   Estoy tan feliz al verte otra vez.

 

Madre mía,  sus ojos brillan tanto que parece cegarme con su resplandor. Necesito un momento para poder articular palabra alguna.

 

-   Solo hagámoslo  – me limito a responder.

-   Cumpliste tu promesa…

 

No llores, por favor no llores. No lo hagas.  Este tipo sabe cómo romper mi armadura de indiferencia.  Realmente lo detesto.

 

“No quiero que rapen mi pelo, para mí sería muy traumático verme sin pelo…  ¡me negare  a hacer el servicio militar!”

“ ¿Y si fuera yo quien te cortara el pelo?”

“¡Tu lo harías! ¡Eso sería menos traumático!”

“¿Debo sentirme alagado?”

“Mucho, porque solo dejare que tu cortes mi pelo, pero… ¿No lo olvidaras?”

“¿Por qué lo olvidaría?”

“Aun falta mucho para ese día y  podrías olvidarlo o… tal vez estemos  distanciados”

“Las distancias se pueden acortar. No hay nada que no haría por ti”

“Promételo Yunho.  No importa en qué parte del mundo estés o con quien te encuentres, el día anterior a mi ingreso al servicio militar vendrás a mí.”

“Está bien, lo hare. No importa donde este o que esté haciendo, vendré a ti ese día”

“ ¿Es una promesa?

“Te lo prometo”

“ ¿Juras nunca romper nuestra promesa?”

“Nunca romperé nuestra promesa”

“Un día antes de que ingrese al servicio militar regresaras  a mí para hacer nuestra ceremonia del pelo.”

 

Dios. Odio cuando llora. Estiro las manos, pero me detengo aturdido. ¿Qué  estoy haciendo?

 

-   Necesito volver pronto a Japón. Terminemos con esto ahora – hablo  manteniéndome serio y estructurado, pero por dentro estoy temblando.

 

Él me mira y se seca las lágrimas. Ladea la cabeza y sonríe. Es tan atractivo cuando sonríe. Mierda. ¿Qué estoy pensando?

 

 

-   Han pasado cinco años – dice él con voz pausada y serena –  No quiero que hablemos del día de nuestra separación. Ya no vale la pena buscar culpables o víctimas – mi rostro debe mostrarse indignado porque  Jaejoong retrocedió asustado. A veces puedo ser muy amable, pero por comentarios de esta índole me convierto en una fiera – Por favor, te lo suplico… este día tan solo no hablemos de eso.

 

¿Vas a llorar otra vez? Sabes cómo manipularme. Te odio. Está bien no hablaremos de ese día, pero te hare saber cuánto me dolió, como me sentí  traicionado y solo.

 

-    No tengo intención de recordar momentos que no fueron importantes – respondo y Jaejoong me mira con pánico. Mi rostro realmente no debe ser muy amigable y mis palabras hirieron su orgullo –  No he estado llorando por cinco años, mi vida siguió desde el mismo momento en que ustedes se fueron – alzo una ceja mostrando mi orgullo – Desde el día que te fuiste realmente estoy bien. No te creas tan importante.

 

Su rostro pálido me dice que he dado con mi rencor en el centro de su orgullo como una flecha da en su objeto. Lo  he logrado. Pero… no me siento feliz. Realmente no me siento bien desde el día que él se fue.

 

-   Bien – dice tragando saliva – Debo ducharme. Siéntete en tu casa – me señala  las cajas sobre la mesa – Volveré pronto.

 

Estoy realmente furioso. Actúa como si nada. Odio esa  actitud de él. A veces yo también quisiera ser así, actuar como si nada hubiera pasado. Ser un poco más egoísta, pero no puedo. Changmin siempre me ha dicho que soy muy amable, que él impediría que se aprovechen de mi amabilidad, pero ahora él no está para protegerme.

 

Curioso reviso el contenido de las cajas. Hay una máquina de afeitar en una y en la otra una tijera de estilista profesional. No puedo manejar esa máquina de afeitar, puedo cortarle la oreja. Mejor opto por la tijera. Abro la tercera caja y veo una copia de mi álbum WHIT. ¿Qué significa esto?

 

-   Me gustaron gran parte de las canciones.

 

Volteo a verle. Esta con una toalla cubriéndole la parte baja y el torso desnudo. Una toalla de mano, más pequeña , cuelga de su cuello. ¿Esta burlándose de mí? Al darme cuenta que no dejo de verlo, giro la cabeza buscando ver otra cosa. Mierda. Mi corazón late como nunca ha latido por nadie.

 

-   Hace frio – lo miro y él esboza una sonrisa alegre, pero parece ligeramente decepcionado.

-   Cuando decías  “hace frio” siempre me abrazabas – me habla con una expresión de tristeza. Se calla y me fulmina con la mirada –  ¿Puedes abrazarme?

 

Lo miro y él me sostiene la mirada. ¿Qué lo abrace? ¿Está de broma? Su mirada impasible hace que mi corazón se dispare y vuelvo a alejar mis ojos de él.

 

 

-   ¿Has elegido que usaras? – me pregunta y al verlo su cuerpo tiembla. Aun esta mojado. Por su cabello resbalan unas finas gotas de agua que mojan su torso.

-   ¿Por qué has salido sin secarte adecuadamente? – las palabras han salido de mi boca sin poder detenerlas y puedo ver una sonrisa  divertida en sus labios. Ahora pensara que me preocupo.

-   Al no escuchar nada, temí que te fueras.

-   Volé miles de kilómetros. Estoy aquí. ¿Por qué me iría?– dije algo molesto por su desconfianza, pero  tenía razón. Estaba a cinco pasos de huir.

-   Te extraño – dice caminando hasta mi. Me quedo estático, no puedo moverme. Es como si él hubiera lanzado un hechizo  sobre mi impidiéndome  moverme. Cuando llega le veo los ojos, sus labios húmedos, su torso… ¿Qué estoy mirando? No puedo excitarme con solo verle el torso desnudo – Yunho, por favor abrazarme – su boca esta a centímetros de la mía. Puedo respirar su aliento, sentir sus calor rosar mis labios. ¡No!

-   Sécate el pelo – respondo obteniendo el control de mi cuerpo para no caer en su hechizo. Cojo la toalla de mano y empiezo a secarle el pelo. Primero las puntas y voy subiendo.

-   He llorado mucho este día – me dice y  me rodea con sus brazos. Me estruja contra su cuerpo. Parpadeo rápidamente, al ritmo de los latidos de mi corazón – Por favor, abrázame.

 

Su voz es tan cálida, no puedo negarme cuando yo también lo deseo.          Si él supiera que también he llorado por su ausencia, que es la luz de mí vivir y que sin él… en mis noches más oscuras mi cama es piedra dura, no soy nada sin su amor. Dios. Lo estoy abrazando. Estoy estrechándolo contra mi cuerpo, mis manos están  sobre su espalada, su denuda y suave espalda.

 

-   Hazlo ahora – me dice entre sollozos.  Le miro confundido – ¿Usaras la maquina o solo tijeras?

-   Tijeras – respondo soltando su cuerpo lentamente. Mi corazón palpita y hasta temo que salga de mi cuerpo.

-   Vamos a mi habitación – dice cogiéndome la mano derecha y en la otra lleva las tijeras.

 

Me arrastra por todo un pasillo. No. No quiero estar en su habitación. Al llegar a la puerta me niego a entrar. ¿A cuántos habrá metido en esa misma habitación?

 

-   Nunca he usado mi casa para tener relaciones sexuales con nadie – me dice él. Es como si leyera mi mente. ¿Tan fácil de leer soy?

 

Él empuja la puerta y me arrastra hasta su interior. Es igual al despacho, piso blanco, paredes blancas y una enorme cama entre dos mesitas pequeñas.

 

-   Mientras estés cortando mi pelo  no me veré en el espejo – se soltó de mi mano y se sentó en una silla mirando  la pared – Confió  en ti.

-   Después de esto me iré. Debo estar en Japón.

-   Lo sé. Yo también debo irme – dice suspirando al final.

 

Primero cubro sus hombros con esa toalla de mano.

 

-   No lo hagas, quiero sentir a mi pelo caer sobre mis hombros.

-   Está bien – respondo quitando la toalla. A veces es muy extraño.

 

Empiezo con la parte trasera.

 

-   Nunca he cortado el pelo a alguien más o a mí mismo. Esta es la primera vez.

-   Debo ser muy afortunado – responde alegre con una carcajada.

 

Maldición. Las palabras han escapado de mi boca sin pensarlo. No digo más y mi limito a cortarle el pelo. Corto los mechones traseros. Caen y caen como lluvia. Ahora voy por el frente y no puedo creer verlo llorar en silencio.

 

-   No te detengas – dice entre sollozos.

 

No tengo el valor para seguir. Siento como si estuviera mutilándolo en vida. Pero él entre lágrimas me pide que siga. Corto los últimos mechones de su frente. Cuando el último mechón  cae al suelo de mármol, Jaejoong sale despedido hacia una esquina de su cama y cubre su  rostro. Nunca lo escuche llorara así. Su llanto es de agonía y tristeza. Por alguna razón yo también quiero llorar, no puedo verlo sufrir. Camino hasta él.

 

-   ¡No te acerques! – me grita cubriéndose más con ambas manos mientras llora sin consuelo.

 

No puedo hallar las palabras para consolarlo, soy malo.

 

-   ¡Me veo horrible! – solloza sin detenerse o verme, sus manos temblorosas cubren su rostro.

 

Respiro un poco para evitar llorar.

-   No te ves horrible – digo con una suave expresión en mi mirada mientras intento apartar sus manos.

-   Si – hace fuerza, pero soy más inteligente. Beso su temblorosa  mano. Ante mi acto inesperado, Jaejoong descubre su rostro. Tiene los ojos rojos.

-   Lo siento – digo finalmente y acuno  entre mis manos su rostro. No puedo negar que he querido hacer esto después de cinco años, pero verle llorar sin consuelo no ha sido divertido. Uno nuestros labios. Quiero verle feliz. Tal vez en este presente no podamos estar juntos, pero tal vez en el futuro todo cambie.

-   Tu… tu… esto – separa sus labios de los míos. Esta  desorbitado ante mi accionar.

-   Jaejoong, eres tan hermosos – digo y vuelvo a unir nuestros labios. Esta vez Jaejoong no tiembla, sino que me corresponde. Su labio se une al mío con más presión cuando rodea mi cuello con sus brazos.

 

De alguna forma estoy tendido en la cama de Jaejoong  con él, besándonos de forma apasionada. Su lengua juega con la mía, nuestras salivas se mezclan y son tan dulces. Su denudo torso choca contra mi pecho. Odio llevar puesto ropa.

 

-   Espera – me dice y se levanta. Se niega a verse en el espejo, pero coge una cepillo de cerdas suaves – ¿Puedes limpiarme? – me entrega el cepillo que cabe en toda mi mano.

 

No respondo nada. Tan solo lo hago. Estoy más excitado que antes. Tengo celos de un mugroso cepillo.  Cuando he limpiado todo rastro de pelo sobre su piel, Jaejoong no me da tiempo a pensar. Me empuja contra la cama y se sube encima de mí. Su hábil boca llega a la mía y nuestros labios se funden en una pasión que nunca he experimentado con nadie.

 

-   Siempre serás el hombre que amo – murmura tocando mi entrepierna. Maldición. Estoy duro.

 

Jaejoong libera a mi miembro duro como una roca. Puedo ver una sonrisa lasciva en sus labios.

 

-   A ti también te he extrañado – dice y baja su cabeza para besar la cabeza de mi pene.

-   Ah – gimo con voz ronca, pero antes de que Jaejoong me engullera lo detengo.

-   ¿Qué pasa? – me pregunta y puedo ver temor en sus ojos.

-   Hoy quiero hacerte el amor – digo viéndolo a los ojos y buscando sus labios. Lo beso mientras invierto los roles y me desvisto. Ahora ambos estamos desnudos. Jaejoong te he echado de menos.  Realmente hoy quiero hacer el amor con él.

 

 

 

 

“No quiero dejarte Yunnie. Por favor no olvides que te amo”

Cuando despierto veo a Changmin yendo de un lado a otro en busca de comida. Entre él y KyuHyun arrasan con toda la comida.

 

-   Te quedaste hasta la ceremonia. Fue una suerte que ninguna fan te reconociera.

 

Heechul me entrega una lata de energizante. Lo bebo y veo como Changmin sigue buscando comida en la nevera.

 

-   Si. Pero valió la pena – digo divertido al recordar mis horas junto a Jaejoong.

-   ¿Aun después que SooMan-shi se enfadara contigo valió la pena?

-   No soy un niño. Y él lo sabe, pero no quiere que un día termine yéndome con Jaejoong.

-   ¿Algún día lo harás?

-   Por ahora quiero cantar hasta los 41 años – respondo.

-   Hyung quiere sobrepasar a Michel Jackson – dice Changmin oyendo nuestra conversación. Él me ha perdonado por ir a ver a Jaejoong, pero sé que no en un cien por ciento – Aunque dijiste que te casarías a los 27 y no te veo casado – ríe burlonamente.

-   ¿A caso no estamos casados? – pregunto y Changmin frunce el ceño.

 

Son muy pocas las oportunidades que logro molestarlo, así que he obtenido una victoria.

 

-   Eres un marido infiel – me responde y se va con unas bolsas de comida chatarra hacia el sofá.

 

Tan solo me rio ante su comentario. Es el ingenio de Changmin.

-   Entonces valió la pena – dice Heechul  viéndome como si quisiera leer mi mente.

-   No te diré más – respondo mirándome en el espejo. ¿Alguna vez he estado así de feliz? Si. Cuando estábamos juntos.

-   ¡Vale! Por ahora no preguntaré, da un gran show – me dice saliendo al pasillo.

-   En diez salimos – dice la productora – ¿Dónde está Changmin? – pregunta ella y Changmin alza la mano tragando las frituras – ¡En diez al escenario!

 

La estilista arregla unos echones rebeldes y los coloca detrás de mi oreja.

 

-   Éxitos – me dice la muchacha y asiento agradeciendo el gesto.

 

Si que valió la pena cumplir mi promesa,  me digo a mi mismo.

 

“Lo prometes Jaejoong”

“Lo prometo”

“Juras jamás olvidarlo”

“Juro jamás olvidar nuestra promesa Yunho.”

 

Este día daré mi mejor esfuerzo. En este escenario que una vez compartimos, a partir de ahora estas serán  mi última presentación. En este presente no podemos estar juntos, pero tan solo debemos ser pacientes. Pronto volveremos a estar los cinco juntos. Jaejoong no olvides nuestra promesa.

Fin.

Notas finales:

Gracias por leer!!!

Este one-shot ha sido un trabajo en conjunto con Alex. Tan solo escribir un aparte, pero como verán Alex le ha puesto parte de su trabajo al ayudarme a seguir escribiendo. Un 40% lo he escrito yo y el 60% lo ha escrito Alex. No es fácil escribir, pero me fue imposible no seguir esta serie que One-Shot que Alex inicio con el título “Te extraño”. No escribo bien, tan solo fue algo que me nació escribir…  así que Alex me ha ayudado. Gracias Alex!! 

Porque lo han pedido y aquí está.  También os dejo el link de la imagen que me inspiro a este One-shot.

https://www.facebook.com/Alexriden.fanfic.Rescatame/photos/a.688679611204567.1073741828.685011421571386/869973839741809/?type=1&theater

No quiero sonar como dice Alex, un tanto autoritaria, pero si quieren comentar no me ofenderé. Besitos. Lally~^^


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