Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Última batalla por Fullbuster

[Reviews - 18]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Portada (Click para ver portada)

Naruto se miró la mano con ojos de tristeza y melancolía. ¡Esa mano cubierta de sangre!, ni siquiera sabía ya si era su sangre o la de Sasuke Uchiha. ¿Cuánto habían peleado? ¿Cuánto tiempo llevaban en esta situación sin ceder ninguno de los dos? Miró a Sasuke frente a él, cansado tal y como el mismo Naruto también estaba. Le vio cubierto de sangre, ¡igual que él!, incapaz de diferenciar si era suya o de su rival.

Ambos sabían que no había vuelta atrás. Naruto había llegado tan lejos para poder traer a Sasuke de vuelta y, sin embargo, el moreno seguía negándose una y otra vez a regresar, a escuchar sus palabras, a intentar comprender su terca idea. Ya nada parecía tener sentido para Naruto en esa villa sin Sasuke. Fue su compañero, su mejor amigo y no quería regresar sin él, pero tenía una dura decisión que tomar… no quería hacerle más daño, pero tampoco quería dejarle marchar, su corazón se rompía ante la decisión y sabía que Sasuke prefería morir a regresar. ¡No podía matarle! ¡No a Sasuke Uchiha!

- Sas… - intentó pronunciar Naruto pero Sasuke le cortó.

- Sigues siendo débil, Naruto – le dijo el moreno sonriendo con prepotencia y Naruto se entristeció.

- No quiero hacerte daño, teme – gritó Naruto con furia en sus ojos – dejemos esta locura de una vez.

- ¿No puedes matarme, Naruto? – preguntó el moreno con ironía – es una lástima, porque yo sí puedo hacerlo.

- Vuelve de una maldita vez, cabezón – gritó nuevamente Naruto en un intento desesperado por hacer reaccionar a su amigo.

- No voy a volver, dobe, ya te lo dije. Nadie me entiende.

- Yo te entiendo, déjame ayudarte.

- No necesito tu ayuda, esa villa sólo es un quebradero de cabeza. Todos se aprovechan los unos de los otros como hicieron con mi hermano. Mírate bien, Naruto… no le importaste a nadie en esa villa hasta que no te convertiste en el gran héroe, todos se metían contigo.

A cada palabra del moreno, Naruto sentía que su corazón se contraía más y más, sabía cuánto le había odiado Sasuke desde la academia, desde que hicieron equipo juntos, nunca se tragaron, no se soportaban y ahora el rubio sentía todo el peso de la afilada lengua de Sasuke sobre él, le hería cada vez más, arrancándole el corazón con su desprecio.

- No eres nadie, Naruto – le dijo – no volveré, jamás voy a volver, no hay nada en esa aldea para mí y si no quieres morir en mis manos, da media vuelta y lárgate.

- Lo siento, Sasuke – susurró decaído –. Vas a tener que matarme – fueron sus últimas palabras antes de agachar la cabeza y mirar su mano ensangrentada. ¡Ya no podía pelear más contra él! ¡No tenía valor para herirle de nuevo!

- Trato hecho – contestó Sasuke, abalanzándose de nuevo contra él.

El puño cerrado de Sasuke iba a estamparse directamente contra el rostro del rubio, pero en el último momento y viendo que su rival se negaba a moverse, sus dedos se abrieron. Agarró su cuello y lo empujó hacia atrás hasta que su espalda quedó colgando encima de aquella cascada. Sasuke sólo tenía que soltarle para que el peso de la gravedad hiciera el resto del trabajo. Naruto ni siquiera se movió. Una lágrima rebelde resbaló por su mejilla, pero aunque Sasuke la vio, lo único que le produjo en su interior fue alegría. Sacó una sonrisa y mantuvo a Naruto en esa posición. ¡Se quedaba sin aire! Le estaba estrangulando.

- Suéltame, Sasuke – le retó Naruto –. Sólo tienes que soltarme. Moriré en esta caída, es lo que deseabas, ¿no?

- No te han enseñado muy bien en Konoha – le comentó Sasuke.

- Es posible, pero yo no tuve que dejarme controlar por una ruin serpiente como lo fue tu maestro – le espetó Naruto – tomaste el camino rápido para hacerte fuerte, no eres un auténtico Uchiha, tu hermano lo era.

- ¿Qué dices, imbécil? – preguntó Sasuke apretando más la garganta de Naruto y sacándole un grito de dolor mientras el rubio cerraba los ojos y se agarraba a las muñecas de Sasuke.

- Tu hermano entrenaba día y noche para hacerse fuerte, tú sólo te dejaste morder por un idiota con aires de grandeza para obtener tu fuerza, no mereces llevar el apellido Uchiha – Sasuke apretó aún más el cuello enfadado por las palabras del rubio – suéltame ya, Sasuke, ¡mátame! – le gritó Naruto.

Sasuke iba a soltarle, quería hacerlo… tenía tanta rabia en su interior hacia esas asquerosas palabras de su antiguo compañero… pero por algún motivo, su mano se negaba a dejarle caer. ¿Por qué no podía soltarle? Sólo tenía que abrir sus dedos y dejarle caer, nada más. Cabreado como estaba, lo apartó del precipicio asestándole una patada en el abdomen y lanzándolo al suelo. La reacción de Naruto no se hizo esperar. Tosió con violencia y la sangre brotó desde su garganta, impregnando toda su boca con un sabor óxido y metálico.

- Repite eso si te atreves. bastardo – gritó Sasuke enfurecido.

- ¿Que me mates? – repitió Naruto intentando sonreír desde el suelo pese a seguir sangrando – siempre te he caído mal, Sasuke, no me soportabas y ahora entiendo por qué… fui mejor que tú – le retó de nuevo recibiendo un puñetazo de Sasuke.

- No seas insolente, Naruto, tú no eras nada comparado conmigo, yo era un Uchiha.

- Un Uchiha que se rebajó a que le regalasen el poder porque no era capaz de ganárselo por sí mismo, ¡eres la vergüenza de los Uchiha!

Naruto perdió la cuenta de los puñetazos que recibió, perdió la cuenta de las veces que escupió la sangre de su boca, pero aun así… aunque no podía girar su rostro para mirar a Sasuke, sonrió levemente.

- ¿Por qué sigues sonriendo, maldito estúpido? – se quejó Sasuke, pero cuando fue a darle el siguiente puñetazo, Naruto desapareció con la velocidad de su padre colocándose tras Sasuke y activando su Rasengan. Aquello pilló por sorpresa a Sasuke, quien acabó empotrado contra la pared de enfrente.

- Eres un grandísimo perdedor – le dijo Naruto viendo a Sasuke en el suelo y colocándose encima para inmovilizarle – te crees el gran héroe, el más fuerte de todos pero sólo eres un iluso que piensa que eso que te dieron es poder. ¡Aprende tus propias técnicas, Sasuke! - le gritó.

- Éstas son mis técnicas – dijo Sasuke enfadado, desapareciendo en una nube de humo y golpeando a Naruto para tumbarle en el suelo de nuevo -. ¿Esto es todo lo que tiene el ninja número uno en sorprender a la gente? Jamás bajo mi guardia, Naruto, te tenía siempre ante mis ojos.

- Pues sigue mirándome, porque esto no lo habrás visto jamás.

Naruto gracias al kunai y habilidad de su padre del “Dios trueno” conseguía moverse más rápido aunque su gran duda era cuánto podían ver los ojos de Sasuke. Naruto estaba decidido, aunque él perdiera aquí la vida, en traer de vuelta a Sasuke, iba a hacerlo costase lo que costase, le daba igual si él mismo tenía que morir, Sasuke regresaría y con él finalizaría por fin su última promesa… su promesa a Sakura, su mejor amiga.

Pensar en ella le dolió, le destrozó el corazón y sabía muy bien el motivo, la persona frente a él era Sasuke Uchiha. Sakura sólo tenía ojos para él, todos hablaban de Sasuke y tenía su club de fans mientras Naruto fue únicamente el chico hiperactivo que se metía en problemas y al que todos odiaban.

El último rasengan finalmente consiguió dar de lleno a Sasuke pero ambos sabían que apenas les quedaba chakra. No aguantarían mucho más y es que llevaban todo un día recibiendo y dando golpes. Ambos sangraban, quizá más Naruto por la ira de Sasuke en cada golpe que daba, movido por su intenso odio.

Naruto observó a Sasuke allí tumbado boca arriba, con él sentado encima de su pecho y su puño casi rozando su frente, fue en ese momento cuando Naruto se entristeció y Sasuke entendió lo que ocurría… Naruto no era capaz de acabar su trabajo. ¡Aquella pelea sólo podía tener un ganador! ¡Sería Sasuke! Porque Naruto jamás asestaría el golpe definitivo. Sasuke veía el puño de Naruto casi en sus ojos, temblando como si fuera un flan. ¡No! ¡Él no podía terminar esa pelea!

- Termina de una puta vez, dobe – le gritó Sasuke – es lo que querías, ¿no?

- No – susurró Naruto con el flequillo cubriendo sus hermosos pero llorosos ojos – yo quiero… que vuelvas a Konoha pero… no puedo matarte.

- ¿Por qué no? – preguntó – hazlo, ya me tienes. ¡Mátame de una maldita vez! ¡Acaba con todo esto!

Las lágrimas de Naruto se desbordaron en aquel momento, llorando como nunca lo había hecho. Su corazón se partió, se resquebrajó y se hizo añicos. Era su mejor amigo… era Sasuke Uchiha y no podía matarlo. ¿Cómo iba a llevarlo a la villa? Sasuke entonces lo vio con claridad, vio a través de sus lágrimas y lo entendió.

- No jodas, Naruto. ¿Sientes algo por mí? ¿Estás llorando como una colegiala de academia porque sientes algo por mí? – Sasuke empezó a reír –. Eres idiota.

- Lo soy – le dijo Naruto – vuelve a Konoha, Sasuke… haré lo que sea, vuelve conmigo a Konoha.

Naruto se sentía tan triste, tan avergonzado de estar suplicándole a ese Uchiha, no podía creer que él estuviera sentado encima del pecho del Uchiha suplicándole que volviera a Konoha, diciéndole que haría lo que quisiera por él si volvía y todo… para que al final fuera Sakura quien se quedase con él.

- Gana esta batalla, dobe, y me iré contigo donde quieras.

Naruto se sorprendió de escuchar aquello, ya estaba Sasuke bajo él, ¿qué más podía hacer para que Sasuke diera esto como finalizado? Él había ganado, estaba encima de Sasuke.

- ¿Qué tengo que hacer para ganarte, Sasuke? ¡No voy a matarte!

- Si tanto dices amarme… ya sabes qué hacer, sabes cómo los vencedores han tratado casi siempre a los vencidos.

- ¡Jamás! No voy a hacerlo – le dijo Naruto con terror en sus ojos – no… yo no soy así, Sasuke, yo te quiero, por eso no lo haré.

¿Cuántos pueblos habrían masacrado los ninjas en las guerras? ¿Cuántas violaciones habrían llevado a cabo ante mujeres indefensas, niños y otros ninjas que apresaban como prisioneros? Los vencedores siempre se sobrepasaban con los vencidos, los humillaban pero él no era así, él no podía hacer algo semejante.

- Vamos – dijo Sasuke desabrochándose el cordón a modo de cinturón y apartándose un poco su camisa blanca, dejando al descubierto los hombros y la marca de su cuello – si lo haces, iré contigo, tú me habrás ganado.

- ¡No! – expresó asustado – yo no… no soy como los demás, yo no haré esas atrocidades, Sasuke.

- ¿Por qué?

- ¡Porque tú no quieres que haga esto! – le gritó Naruto, derramando amargas lágrimas – no voy a violarte ni a humillarte, no voy a golpearte más, es una maldita barbaridad lo que estás diciendo.

- Entonces rehúsas a que vuelva, ¿verdad? – preguntó Sasuke con una gran y triunfante sonrisa.

Sasuke sabía tan bien como nadie que Naruto jamás sería capaz de hacer algo tan bajo como una violación o humillarle demasiado, sabía que él ganaba y es que un Uchiha siempre ganaba, aunque tuviera que recluir a trucos tan bajos y poco ortodoxos. Naruto lloró por la impotencia encima de Sasuke, apartando el puño de su cara para apoyarlo en su pecho. Cerró los ojos y se dejó llevar por las lágrimas. Podía sentir cómo caían en el pecho descubierto de Sasuke.

- Entonces no te importa tanto llevarme a Konoha como creí.

- Ya te he vencido, no voy a humillarte y no haré nada que no quieras hacer.

- Eres un perdedor, Naruto – dijo Sasuke haciéndole aún más daño, pero Sasuke siempre sabía dónde dar para destrozar.

- Lo soy – le dijo Naruto – ni siquiera… pude traerte de vuelta.

- Sabes que si tú no puedes acabar esto… yo lo haré. Lamento decirte que no soy tan ético como tú – sonrió, intentando atemorizar a Naruto con sus palabras.

- Hazlo entonces, Sasuke – le dijo Naruto, abriéndose un poco la cremallera – tú lo has dicho, soy un perdedor y sólo había venido aquí para traerte de vuelta… si tu única opción es que te penetre sin tu consentimiento… no quiero la victoria, así que yo te doy mi permiso… si no vas a volver, quiero estar contigo una vez en la vida.

Aquellas palabras sorprendieron a la vez que desesperaron a Sasuke. No era posible que fuera tan idiota como para ofrecerse a tener sexo, que diera su aprobación así sin más y se diera por vencido. Sabía de sobra que él no querría violarle, era caer demasiado bajo y como buen Uchiha, iba a negarse rotundamente a mantener relaciones con él, pero… él había aceptado voluntariamente todo aquello. ¿Se había vuelto idiota de verdad? ¿O estaba tan desesperado por tenerle al menos una vez en la vida que le daba igual rebajarse a ello?

- ¿Tan desesperado estás por tenerme, Naruto, que te rebajas como una sucia fulana ante mí?

- Sí.

Sasuke se sorprendió de aquello y es que no entendía cómo Naruto era capaz de rebajarse tanto sólo para estar con él. Eso no podía ser amor… ¿O lo era? Se estaba entregando por completo a él. Todas las mujeres habían estado siempre rondándole y él odiaba a su club de fans, era molesto pero jamás esperó ver a Naruto entre todas aquellas locas, ahora estaba aquí pidiéndole que le hiciera suyo. Jamás había tenido en cuenta que Naruto pudiera pedirle algo así, pero no desaprovecharía la oportunidad y es que desde hacía demasiado tiempo que le amaba. ¡Había intentado romper todos los lazos con él! ¡Había tratado de imponerle una idea de violación para alejarle sabiendo su ética moral! Y al final… ¿Qué había logrado? ¡Que él aceptase voluntariamente tener relaciones! Aquella era la oportunidad de su vida, porque su orgullo le impedía demostrar que amaba a ese rubio desde hacía demasiado tiempo, ahora no tenía que demostrarlo, podía excusarse en que su ética era menor, en que sólo quería aprovecharse de su cuerpo cuando en realidad… quería mucho más de él. Su amor por Naruto había impedido que le arrojase por aquella cascada, le había impedido matarlo todo este tiempo pese a que había luchado contra sí mismo para intentar acabar la faena.

- Has perdido, Naruto – le dijo Sasuke.

- Lo sé. Lo siento, Sasuke… no pude salvarte. ¿Quieres realmente hacer algo conmigo? – preguntó - ¿O lo de la violación sólo era otro pretexto tuyo para evitarme? – se dio cuenta de su estrategia y Sasuke abrió los ojos al verse pillado. ¡No! Él tampoco podría jamás violarle o humillarle, le quería demasiado para algo tan bajo y sucio – entiendo – dejó Naruto que su flequillo volviera a ocultar su rostro.

Naruto se levantó del pecho de Sasuke y empezó a caminar para volver a Konoha. Sus piernas trastabillaron, golpeándose contra la más mínima imperfección del relieve y sus fuerzas se fueron por completo. Sasuke, que intentaba incorporarse en ese preciso instante, vio con preocupación cómo su amigo caía al suelo y se apresuró a agarrarlo antes de que llegase a golpearse.

- ¡NARUTO! – Gritó Sasuke teniendo a su amigo inconsciente entre sus brazos.

El rubio ya no contestó, estaba demasiado herido, agotado y su chakra casi había desaparecido debido al intenso combate. Ahora mismo, estaba indefenso. Sasuke pudo hacer lo que quisiera con él, sin embargo, con el dorso de su mano apartó el rebelde mechón rubio para poder ver sus ojos hinchados y enrojecidos por las lágrimas. ¡Le quería! Le había pedido algo horrible para que le dejase en paz, había recurrido a un truco sucio y rastrero para que perdiera, pero… su integridad siempre estaba por encima de todo. Había preferido ofrecer su propio cuerpo a hacerle algo a él.

- No tienes remedio, Naruto – susurró Sasuke.

Lo cargó en sus brazos. ¡Pesaba como un muerto! Pero no se quejó. Costaba demasiado dar cada paso con él a cuestas. Todo su cuerpo dolía, tenía heridas provocadas por Naruto y aún sangraba. El esfuerzo de llevar a Naruto sólo hizo que se abrieran más. El suelo se teñía de rojo, pero no se detuvo hasta llegar a un lugar seguro.

Cuando Naruto abrió los ojos, una intensa luz le hizo cerrarlos al instante. Había una fogata frente a él que le alumbraba y proporcionaba calor a la vez. No entendía nada y miró a su alrededor con calma hasta que sus ojos llegaron a otra figura sentada no muy lejos. ¡Sasuke! Naruto estaba allí tumbado cerca de la hoguera con un notable sonrojo al pensar en lo que le había llegado a pedir Sasuke. Al principio creyó que hablaba en serio, luego… la posibilidad de que fuera un truco sucio de los Uchiha para no mostrar su orgullo le hizo darse cuenta de que todo era una vil mentira de Sasuke. Él no pretendía dejarse violar ni lo iba a hacer.

La verdad es que tener sexo con Sasuke le habría encantando a Naruto, pero… sexo consentido por ambos, un momento único entre ambos que quedaría en sus recuerdos para siempre. También tenía en mente que muchos vencedores hacían lo que querían con los perdedores… y Sasuke había perdido ante él, pero Naruto jamás se consideró como los demás. Él siempre había buscado una cosa… amor y Sasuke al parecer… no sentía nada por él, eso le deprimía.

Se miró la mano llena de sangre seca y no quiso imaginarse cómo estaría su cuerpo entero, su rostro, su cabello… cubierto de la sangre seca de Sasuke y es que la pelea había sido demasiado fuerte, había gastado todo su chakra tratando de conseguir que Sasuke volviera y al final… no lo había conseguido.

Se giró de nuevo hacia Sasuke pero no lo encontró donde anteriormente estaba. Al volver su vista al fuego, el rostro de su amigo apareció de golpe frente a él, asustándole levemente. Naruto sólo pudo susurrar su nombre e incorporarse con toda la rapidez que pudo sacar pese a su cansado cuerpo. Se sonrojó al verlo tan cerca y con esa mirada triste que tenía estos días, pensó qué podía decirle como último recurso para tenerle de vuelta en la villa y cuando encontró algo y fue a hablar… sintió los labios de Sasuke sobre los suyos.

El fuerte impulso de Sasuke hizo que la cabeza de Naruto golpease la pared de atrás, pero no se quejó por el golpe, estaba en shock. Sentía la lengua de su amigo intentando colarse en su boca, jugando con su lengua mientras sentía la mano de Sasuke tocar su cabello y rozar con el pulgar su mejilla.

- ¿Qué haces, Sasuke? – preguntó Naruto abrumado por la situación.

- Besarte – le dijo el moreno con arrogancia -. ¿Acaso eres tan idiota que no reconoces un beso?

- Yo… ¿Por qué, Sasuke? – preguntó el rubio agarrando con su mano la muñeca de Sasuke.

- Porque pudiste hacerme lo que quisiste por las normas del vencedor y te negaste, porque sé que me quieres y porque es lo único que puedo darte.

- ¿Por qué me provocaste con lo de la violación? – le preguntó Naruto – sabías que no quería. Sabías que jamás haría algo así.

- Por eso mismo lo hice, tú y tu maldita ética – dijo con una gran sonrisa – sabía que no lo harías y era mi escapatoria para no volver a Konoha.

- Sólo tenías que decírmelo, me hiciste daño, Sasuke. Yo no quiero hacerte daño, no quiero hacer nada que vaya contra tu voluntad.

- Entonces entiéndeme de una vez, Naruto… no quiero volver a Konoha.

- Vale. Lo entiendo – dijo entristecido – sólo déjame decirte… que te amé, Sasuke, que quería haber tenido una mínima oportunidad de estar contigo, quería hacerte feliz y conseguir que olvidases ese infierno que viviste de niño, quería que olvidases muchas cosas y empezases a disfrutar de una vida conmigo.

- No puedo olvidar, Naruto – le dijo Sasuke – no puedo olvidar el daño que la villa hizo a mi clan, el daño que le hicieron a mi hermano. No volveré.

- Entonces… ¿Esto es lo último que sabré de ti, Sasuke? – preguntó Naruto.

- Sí… Naruto. Lo lamento, pero jamás volveré.

Sasuke atrapó los labios de Naruto con fuerza intentando demostrarle con sus actos todo el amor que tenía dentro, demostrarle todo lo que sentía por ese rubio y que jamás le había dado a entender por su frialdad y su orgullo. Amaba a ese chico hiperactivo, le habría gustado volver a Konoha y estar con él, pero no podía perdonar a la villa y no quería que Naruto renunciase a su sueño de ser Hokage. Para ambos… esto sería su despedida.

El moreno metió sus manos bajo la camiseta de Naruto con impaciencia mientras con sus dientes agarraba la cremallera y la desabrochaba. Podían escuchar el ruido de la cascada al fondo, pero les daba igual el lugar donde estuvieran, en sus pensamientos sólo estaban ellos dos y se necesitaban el uno al otro.

- Sasuke – susurró Naruto en su oído, tratando de cubrir la poca piel que tenía al descubierto llena de sangre. Sasuke al mirarle lo entendió enseguida sin necesidad de más palabras.

- Vale. Ven aquí, aún estás débil. Agárrate a mi cuello – le comentó Sasuke subiéndolo a caballito.

- Pero, Sasuke… estás herido y…

- Cállate, idiota – suspiró con un agotamiento extremo.

- Gracias… Sasuke – dejó caer la cabeza Naruto cerca de la nuca del moreno, inhalando el suave aroma de Sasuke ahora mezclado con el asqueroso olor de la sangre.

Se agarró con fuerza a su cuello para no caerse. Sentía que seguía débil tal y como le había dicho su amigo. Estaba cansado pero no quería dormirse ni desmayarse, quería permanecer despierto ahora que por fin… podía estar con Sasuke aunque sólo fuera una vez en su vida. Ese día lo recordaría siempre, ese día sería el más importante para Naruto.

Sasuke lo llevó hasta el lago y el ruido de la cascada se hizo aún más ensordecedor. Se alejaron unos metros de ella y se metieron en el lago tras quitarse las ropas. Naruto tardó un poco, le daba vergüenza que pudiera verle desnudo, sin embargo, cuando intentó entrar, sus piernas fallaron una vez más, siendo Sasuke quien le sujetó con rapidez para que no perdiera el equilibrio. Estaba realmente débil.

Ambos se sumergieron en el agua quitándose toda la sangre y ninguno pudo apartar la mirada del cuerpo herido del otro. Ambos sabían que se habían pasado esta vez, Sasuke había estado dispuesto a intentar matar al chico por el que tantos sentimientos reprimidos tenía sólo por conservar su libertad, mientras Naruto… habría sido capaz de dar gustoso su vida con tal de conseguir que su amigo volviera, por tratar de tenerle de vuelta con él.

Ambos se miraron con cierta tristeza pero el primero en volver a unir sus labios al otro fue Naruto. Deseaba a Sasuke y le daba igual si tenía que gritarlo a toda la aldea o al mundo entero, le deseaba, le excitaba como nadie y le quería. Era antipático y arrogante, pero era un Uchiha, su Uchiha.

Naruto enrolló las piernas a la cintura de Sasuke mientras éste buscaba un lateral contra una piedra, aprisionando al rubio entre la pared y su cuerpo. Naruto gimió sintiendo el miembro erecto de Sasuke rozar con el suyo. Con una mano, el moreno sostuvo el cabello de Naruto, echando su cabeza hacia atrás para morder con suavidad primero y besar luego el cuello con total libertad, pasando su lengua por él para sacar esos ligeros jadeos que le volvían loco.

- Sas…Sasuke – pronunció Naruto al sentir el escalofrío que recorría su cuerpo entero cuando el moreno tocaba su cuello.

Naruto bajó su mano hacia la entrepierna acariciando el miembro de Sasuke mientras ambos se besaban con pasión. Tantos años se habían contenido y ahora toda esa furia, toda su impaciencia por sentirse el uno al otro se había desbordado. Sasuke besó los pezones de Naruto mientras metía sus dedos en su boca exigiéndole que los lubricase, porque hoy Naruto entendió… que por fin iba a ser de Sasuke, su primera vez se la regalaba sólo y exclusivamente a su mejor amigo, sabía que jamás se arrepentiría de aquel momento.

Sus miembros seguían rozándose el uno con el otro y ninguno de los dos podía dejar de gemir, de ahogar sus jadeos en la boca del otro en cuanto podían, ninguno se detuvo ni siquiera a hablar y es que no les hacía falta, sólo querían sentir. Sasuke sentó a Naruto en un rincón de una de las rocas que sobresalía y metió uno de sus dedos humedecidos en la entrada del rubio mientras tomaba con su boca los huevos de Naruto succionándolos y lamiéndolos tanto como quiso.

Escuchó los sonidos de Naruto, cada vez gritaba más fuerte, más alto, más lujurioso y eso le excitaba mucho al moreno. Jamás había escuchado a Naruto de esa forma pero le encantaba, sabía que todos y cada uno de sus gestos, de sus sonidos y de sus caricias eran por y para Sasuke, ese rubio siempre sería de él y nadie podría quitarle este momento jamás, él sería el primero en entrar en Naruto, él lo desvirgaría, porque en cuanto metió el segundo dedo y comprobó su estrechez… supo que ese chico jamás había tenido sexo con nadie… o al menos…  no con otro hombre.

- ¿Te mantuviste virgen para mí, Naruto? – le preguntó provocativo Sasuke.

- No – le dijo Naruto cabreado – jamás sería por ti, sólo eres un mal perdedor.

Sasuke metió el tercer dedo en su interior y Naruto jadeó tan fuerte que a Sasuke se le escapó una sonrisa triunfante.

- Pues tu estrechez y la forma en que gritas… me dicen que te encanta la idea de que yo sea el primero en entrar en ti.

- Sólo eres un creído.

- Entonces pararé si no quieres.

- Ni se te ocurra dejarme ahora así, teme – le gritó Naruto cabreado, sujetando su rostro entre sus manos para que le mirase.

Ambos se fundieron en un apasionado beso uniendo sus lenguas, demandándose la una a la otra mientras Sasuke se colocaba en medio de las piernas de Naruto y le obligaba a envolverle la cintura para entrar en él con lentitud. Naruto se movió un poco incómodo al principio. Incluso a Sasuke le costó un poco entrar. ¡Era complicado! ¡Era la primera vez de ambos! Un intenso dolor fue lo que sintió Naruto y una gran tirantez Sasuke… sin embargo, ese dolor no era nada comparado con lo que ya habían sufrido en la pelea. Este dolor lo deseaban con todas sus almas sabiendo que por fin… eran el uno para el otro.

Naruto podía sentir cómo se abría paso dentro de él mientras Sasuke ahogaba sus gemidos en su boca. El moreno llegó hasta el fondo y empezó a moverse en su interior, saliendo y entrando de Naruto, cada vez un poco más rápido a medida que se adaptaba y observaba cómo el rostro de su amante se relajaba. Llegó un momento, donde el ritmo fue frenético. El cielo empezó a derramar las finas gotas. Ambos agradecieron la lluvia sobre ellos, pero la ignoraron, no pensaban irse de allí, fundiéndose el uno en el otro, fundiendo sus labios y sus cuerpos una y otra vez, rozándose y dándose cada vez más placer hasta que Naruto incapaz de soportar más, eyaculó con un sonoro jadeo que llenó de gozo a Sasuke. Éste, en cambio, seguía moviéndose mientras sostenía a Naruto en su cintura.

La estrechez de Naruto le daba tanto placer a Sasuke, que por primera vez sentía que encajaban perfectamente, empezaba a pensar que quizá jamás le había dicho a Naruto que le quería y seguramente no lo haría, no era una parte de él ser sentimental ni mostrar emociones que no fueran para la batalla, pero en su interior estaba orgulloso de haber sido él el primero en estar con ese chico de impresionantes ojos azules. Sin poder dejar de pensar en que por fin… después de tantos años ese rubio había sido todo suyo, terminó eyaculando en él, intentando meter su miembro lo más hondo que pudo para que ni una gota de su ser saliera del rubio. Esperó unos segundos en aquella posición, tratando de reponer su respiración y besando con suavidad a su amante.

Salió de él con cuidado y aunque Naruto trató de moverse, Sasuke agarró sus piernas dejándole sentado en el saliente. Sonrió triunfante al ver cómo parte de su semen salía de la entrada de Naruto cayendo sobre una esquina de la roca.

- Deja de mirar, pervertido – se cabreó Naruto.

- Es muy hermoso – le dijo Sasuke – estás lleno del esperma de un Uchiha, Naruto. ¿No estás orgulloso?

- No – le dijo Naruto en una vil mentira – eres un descarado. ¿Crees que eres el único con el que podría disfrutar de una sesión de sexo?

- Puede que puedas disfrutar del sexo con otros… pero yo seré siempre especial, porque siempre recordarás que yo fui el primero, Naruto, tú me perteneces – le dijo Sasuke lamiendo el cuello de Naruto.

Naruto trató de bajar de la roca cuando cayó al agua. Por suerte, Sasuke lo agarró evitando que se hundiera como una piedra y lo llevó hasta la orilla.

- Me has ganado… Sasuke – dijo Naruto al final, desmayándose encima de su compañero.

Cuando Naruto despertó, estaba solo, vestido y al lado de la hoguera. Empezó a pensar que todo había estado en su imaginación, pero al tratar de moverse y notar el punzante dolor, le hizo pensar que fue verdad… le había regalado a Sasuke lo más preciado que tenía y el muy idiota se había marchado. Quizá nunca le quiso o eso pensó el rubio mientras una lágrima resbalaba por su mejilla.

Tanto había deseado a Sasuke y ahora, se marchaba como si nada. Se sentía un fracasado, un perdedor, pero al menos… se llevaba el mejor recuerdo de Sasuke, se llevaba su primera vez y eso no tenía precio. Cuando recuperó fuerzas, decidió moverse hacia Konoha y por suerte para él, a mitad del camino se encontró con Kakashi y Sakura que le buscaban desde hacía casi día y medio.

Se había separado en la última batalla y se rezagaron, ellos se habían querido ocupar de los integrantes del equipo de Sasuke, pero Naruto estaba tan concentrado en buscar a su compañero, que se había ido sólo a por él, quizá ése fue su error… encararlo solo y sin compañeros, pero en parte… ese gran secreto sobre su virginidad se lo llevaría a la tumba. Esperaba y soñaba con que Sasuke estuviera donde estuviera, encontrase la felicidad.

Sakura y Kakashi sospechaban que había ocurrido algo malo, más por las heridas que Naruto llevaba y que encima… Sasuke no venía con él, así que no había conseguido traerle de vuelta. Cuando llegaron a Konoha, Naruto ya estaba demasiado desanimado como para hacer nada más. Cabizbajo, se marchó a su casa.

Pasó una larga semana… pero a Naruto no se le veía el pelo, no había querido salir de su casa para nada, sólo pensaba en Sasuke, sólo pensaba en que era un fracasado que no había conseguido ayudar a nadie, que no había conseguido traer de vuelta a Sasuke… que no había conseguido encerrar la oscuridad de su amigo para hacerle feliz, se sentía inútil.

El nombramiento de Naruto a Hokage fue un mes después de todo aquello. Estaba feliz por haber cumplido sus sueños… pero cuando miró a la gente que le felicitaba, no veía a Sasuke, no veía a la persona más importante en su vida. Naruto se marchó a lo alto de la torre del Hokage y se sentó en la barandilla mirando la ciudad con su capa de Hokage. Por mucho que miraba la ciudad… sólo podía pensar en Sasuke, hasta que una voz lo sorprendió.

- ¿Me buscabas? – le preguntó Sasuke y Naruto se giró sorprendido de oírle.

- ¿Teme? ¿Qué haces aquí? – preguntó un sorprendido Naruto.

- Buscarte – le dijo Sasuke – tú ganaste aquella batalla. ¿Recuerdas?

- En realidad… creo que ganaste tú – le recordó Naruto.

- ¿Entonces quieres que me vaya? – le preguntó Sasuke.

- No… quiero que te quedes conmigo.

- A eso he venido, Hokage – dijo con su tono divertido.

- ¿Qué te hizo cambiar de opinión, Sasuke? – preguntó Naruto desde la barandilla.

- Que no veía mi vida sin ti después de lo ocurrido entre nosotros. No puedo seguir engañándome, contigo es con quien quiero estar y si tú quieres ser Hokage… yo te apoyaré, aquí estaré siempre para ti, Naruto. Pero dejemos las batallas aparte, ¿quieres? Aún tengo un par de heridas que duelen como diablos – dijo Sasuke en señal de queja.

- Te quiero, Sasuke – se declaró Naruto.

- Oh, por favor… No me hagas decirlo – se enfurruñó el moreno.

- ¿No vas a decírmelo? ¿En serio? Eres un bastardo – se enfadó Naruto, poniendo un puchero como un niño pequeño.

- No. Sabes que no me van las emociones.

- Teme… - se quejó Naruto, pero no pudo quejarse mucho más cuando Sasuke besó sus labios con pasión.

Sasuke se deshizo de ese beso para agarrar el rostro de Naruto, ladeándolo para así poder susurrarle un “te amo” en su oído, uno que sólo escucharía el rubio, un “te amo” que sólo iría dirigido a él, evitando que posibles cotillas lo escuchasen y provocando que Naruto se sonrojase siendo la persona más feliz del mundo.

 

Fin


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).