Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mère morte. por Akudo

[Reviews - 11]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Los personajes son de drogas locas Fujimaki.

Sólo los uso sin permiso para preñarlos a mi gusto.

Notas del capitulo:

Estaba recordando cuándo carajos había empezado yo este fanfic y el plan era subirlo para el día de las madres del año pasado. Me da miedo cómo pasa el tiempo tan rápido.

Incluso iba a ser Kagami x Kise pero a la final me quedé con Takao.

Vaya que el nombre “la carrera por la vida” no le queda corto a esto. Fue un viaje de lo más agitado y confuso, no sabía muy bien qué debía hacer pero algo en mí simplemente actuó y me llevó a ciegas entre lo desconocido.

Y no era el único, muchos más que como yo no tenían mayor certeza de lo que sucedía igualmente eran movidos por el mismo instinto de ser el primero, porque ganar es vivir y nunca sería más literal que esto. Fui el más rápido, el vencedor, recibido por un curioso huevito que me atrapó en su interior, donde gané el derecho a iniciar el fascinante proceso de mi existencia. Me daba un poco de pesar por los otros, pero quizás más adelante algunos tendrían la misma suerte.

Seguía sin estar seguro de lo que sucedía pero todo indicaba que cualquier detalle se daría de manera totalmente natural, y yo simplemente debía permanecer tranquilo y quietecito en este lugar donde aún era pequeñito. Incluso puede que nadie se haya dado cuenta todavía de que estoy aquí.

**

¡La comida es deliciosa! Podría dar vueltas de pura felicidad, sin embargo hay algunas que entran y no me gustan del todo, me hacen sentir mal.

Estos días han estado llenos de turbulencia, yo apenas necesito comer un poquito así que el resto de los alimentos se va de vuelta en la mayoría de las ocasiones. ¿Es mi culpa? ¡Lo siento!

**

Ha pasado un tiempo pero aquí es demasiado ambiguo como para saber cuánto, sin embargo antes de que lo notara empecé a percibir cosas. Al principio me aterré, pensé que algún intruso había venido a arrancarme de este sitio tan cálido, pero estas vibraciones y alteraciones dejaron de abrumarme cuando supe que me transmitían una voz. Era demasiado débil y difusa como para tener en claro de quién era o qué decía, no obstante me pareció agradable y me daba una calma infinita.

La llamaré mamá.

 

 

 

Calm down, Taiga. Ya verás que no es nada malo.

— Se ha estado sintiendo fatal y esta mañana vomitó hasta que no pudo levantarse del suelo. No puedo estar como si nada.

Himuro no dijo nada más. No podía pedirle al pelirrojo que dejara de caminar en círculos por todas partes y que quitara ese semblante tan ansioso, porque si algo parecido le sucediera a su pareja pondría patas arriba la ciudad con tal de que estuviera bien.

Justo la puerta se abrió y vieron aparecer a Midorima con el ceño totalmente fruncido. El pelinegro casi pudo oír como su hermano tragaba duro, por lo que se puso de pie y fue a su lado colocando una mano en el tenso hombro de Kagami.

— Y- ¿y bien? ¿Qué es lo que tiene?

— ¿Acaso tengo vista de rayos X? Debe ir al hospital a que lo examinen. —¿hospital? Eso fue suficiente para poner en pánico a Kagami— No obstante, si vuelven a llamarme por una tontería así les juro que en la vida los atiendo, así se estén muriendo de verdad. —y con una puntería perfecta lo que estaba en manos de Shintaro fue a parar de lleno en la frente de Kagami, quien se quejó llevándose una mano hacia el golpe mientras con la otra logró atrapar el objeto en el aire.

Una prueba de embarazo con una cruz rosa. El pelirrojo quedó peor que con lo del hospital… quizás terminaría siendo a él a quien tuvieran que ingresar, pensó Tatsuya al verle la cara.

— Y los otros dos también salieron positivos. —agregó el de lentes, rematándolo.

Well… la parte buena es que si eres el que está espantado Kazunari será quien lleve todo perfectamente. Tiene sobrinos, ¿no?

Así era normalmente, ¿cierto? Tatsuya lo vivió en carne propia cuando pensaron que Shuu estaba preñado. Mientras él lindaba entre el colapso y la negación para Nijimura fue como si no pasara nada grave, después de todo prácticamente le cambió los pañales a sus hermanos y se encargó de ellos cuando la estabilidad de su familia se vino a pique con la mala salud de su padre. No le daría mayor trabajo criar a otro niño, uno propio.

Aunque acabó siendo una falsa alarma.

— Pero qué rayos es esto. ¿Esos eran parches anticonceptivos o de fertilidad? ¡Quedé preñado enseguida!

Takao salió de la espalda de Midorima despeinándose con una mano, y no parecía enojado, alegre o impactado, de hecho lucía bastante… ¿normal? Se había cansado de tomar pastillas y era alérgico al látex, por lo que junto a Kagami buscaron otras opciones cómodas para protegerse. Kazunari no quería nada de inyecciones y ni loco dejaría que le introdujeran algún aparato raro así que se inclinaron por los parches, y así resultó.

— Tal vez le dé algunos a Miyaji-san, así podríamos tener niños de la misma edad. ¿No, Shin-chan?

El halcón solo quería molestar a su amigo y lo logró.

— ¡Te prohíbo que hables de cosas estúpidas con él! ¡No me llamen más!

Midorima tomó su maletín y salió, sin ser muy educado al cerrar la puerta. Takao se rió, murmurando un divertido “qué predecible~”.

— ¡Ah~ah! Estoy hambriento, pero no quiero vomitar más. —Kazunari se llevó una mano al estómago, cambiando su gesto divertido a uno de asco que acentuó las ojeras que le colgaban— Un yogurt estaría bien, ¿verdad? Aahh…

A lo mejor era exagerado esperar verlo gritar y saltar contra las paredes. Aún no se sentía del todo recompuesto, o quizás no había digerido la noticia, fue lo que le pasó por la cabeza a Himuro viendo a su cuñado arrastrar los pies a la cocina. Además, había diferentes tipos de shock después de todo. Como por ejemplo Taiga, al que ahora mismo le salía sudor por toda la cara.

— Bueno, bro. Al menos con suerte será un solo bebé. —lo consoló el del lunar con una palmada en la espalda.

Era cierto. Podría no ser solo uno, podían ser gemelos, trillizos… la mente del pelirrojo se bloqueó al intentar imaginar las otras posibilidades. Cristo, ¿y si había preñado de más a Takao?

 

 

 

Siempre tengo muuucho sueño, pero cuando estoy pendiente de mi entorno logro captar todo con más lucidez que antes. La risa de mamá es increíble, estoy atento a cada cosa que dice aunque no entienda casi nada, a veces tiene la manía de hablar demasiado rápido y reírse antes de terminar de contar algo.

Pero no importa lo que diga, soy feliz escuchándolo, a pesar de que todavía no habla para mí. ¿Aún no me has notado?

Hay otra voz que frecuentemente está a mi alrededor y es como si la oyera a través de una pared. Me da un poco de miedo ya que es bastante distinta a la de mamá, muy gruesa y profunda, es como si me fuera a devorar. Sin embargo mamá se relaja cuando lo tiene cerca así que no debe ser malo. Le recuerda constantemente tomarse las vitaminas que necesito, ¡y prepara comidas sabrosas! Me esfuerzo por comer más para que así mamá no tenga que vomitar lo que sobra, y como recompensa nos da helado y dulces. ¡Adoro probarlos! ¡Todos los sabores!

**

He ido registrando otras voces cercanas y las clasifico según el estado de ánimo que provocan en mamá. Hay un montón de tipos; el que menos me gusta es el que nos hace sentir peor, le grita y mandonea a mamá. Mamá se pone muy triste y llora, pero llama a otra voz muy linda que nos pone mejor.

Mamá le dice mamá, pero no puede ser mi mamá también así que la llamaré abuela.

También me fui acostumbrando a la voz tenebrosa. Suele hablarme cuando estoy medio dormido, pero inconscientemente puedo escucharlo aun cuando lo dice tan bajito, como si fuese un secreto entre él y yo. Dice cosas como “crece bien”, “ojalá te muevas pronto”, “tengo miedo pero cuidaré de ti”… y lo que me hizo aceptarlo por completo y quererlo.

— Hola, soy tu papá.

 

 

 

— ¿Estás seguro de que esto está bien? No sé…

— Perfectamente. Ahora no te detengas.

Kazunari llevaba estas últimas semanas agotado y tan estresado que no se aguantaba ni a sí mismo. Acabó por mandar al diablo a su maldito jefe en su propia cara, diciéndole que se ahorrara el trabajo de despedirlo porque renunciaba. Así que por favor, solo quería un poco de satisfacción marital para poder dormir divinamente y olvidarse de todo a la mañana siguiente. Que Kagami no se preocupara porque no lo iba a embazar otra vez.

— Pero podríamos estarle haciendo daño.

Takao inhaló metiéndose los dedos entre el cabello para no salirse de quicio, cuando normalmente era la persona más paciente que cualquiera conocería.

— Créeme que ni lo notará.

Y Kagami no pudo menos que tomarlo mal, poniendo una cara fea. ¿Le estaba diciendo que la tenía chica? Hubo un momento de miradas entre la liviana oscuridad. Esa no había sido la intención del menor, es decir, bien que Taiga estaba dotado pero tampoco es que se la iba a hundir hasta las costillas.

— Mira, el médico dijo que podíamos tener sexo normal, ¿no es así? No te estoy pidiendo azotes ni jueguitos raros, solo que me toques y te muevas contra mí como siempre. No me hagas pedírtelo como un pervertido urgido, ¿bien?

El pelirrojo no cambió mucho su expresión y apenas dejó que los muslos de Takao lo abrazaran, empujándolo contra él para que siguiera penetrándolo. Entendía todo lo que dijo su pareja, pero algo inconsciente lo frenaba y por eso sus músculos estaban tan rígidos. Kazunari le acarició el rostro pidiéndole que se relajara y lo bajó a su altura para poder besarlo con calma, moviendo sus palmas hacia los hombros y espalda de Taiga, presionando con sus yemas todas las partes de su chico bien marcadas por el ejercicio. Se excitaba nada más con tocarlo y gimió lamiéndole el labio.

Hizo fuerza para tumbar tranquilamente a Kagami de espaldas en la cama, montándolo sin que sus cuerpos se separaran y tocó sus fuertes pectorales mientras el más alto se apoyaba en sus codos, viéndolo expectante.

— No te preocupes por nada más que sentirme, cariño. Lo único de ti que debe estar duro es esto. —el pelinegro se apretó sus propias nalgas asfixiando la erección de Taiga que revivió de golpe con eso, y ambos tuvieron que sisear por el placer que empezaba a jugarles a favor.

Takao no quería parecer un pervertido urgido, pero nunca dijo que lo pervertido no lo tuviera.

**

¡¿Pero qué fue lo de anoche?! Me asusté mucho. Todo estaba tan agitado y mis papás gritaban y gemían, hacían ruidos muy raros. Se sentía extraño aquí adentro y me preocupé, por suerte finalmente se calmaron y dejé de rebotar en mi pequeño espacio gelatinoso.

Mis latidos se relajaron a medida en que los de mamá disminuían y cuando su respiración se reguló pude estar en paz nuevamente, además de que la mano de papá tocaba con cariño donde yo estaba. No podía estar cien por ciento seguro de ello, pero de alguna forma supe que lo hacía y gracias a eso dormí plácidamente.

Mencionó algo de una pancita. Parece que me he hecho más grande.

 

 

 

Te dije que no me volvieran a llamar.

— Vamos…

Midorima suspiró por el auricular.

No es nada insólito, sobre todo si el bebé no fue planeado. Si no te ha preguntado si de verdad quieres al niño o insinuado nada de abortar entonces no hay problema.

— Aun así, es casi como si ignorara el embarazo.

Imagina que un día te dijeran que tienes un tumor. Bien puedes echarte a morir por la noticia o no tener ninguna reacción inmediata, eso sería porque es difícil aceptar rápidamente algo que no puedes ver o sentir, y que todavía no te afecta.

— Pero si pasó por los síntomas y ya tiene barriga. —hizo un gruñido bajo. No le terminaba de entrar en la cabeza la actitud de su pareja— No lo puedo entender.

Hay personas que incluso rechazan la idea de estar encinta, sin embargo cuando lo ven nacer y tienen a su hijo en brazos todo cambia para ellos. Si Takao está siendo responsable no tienes que calentarte esa cabeza que de por sí ya está bastante escasa, deja que se tome su tiempo.

— ¡Hijo de…!

Y no soy su obstetra, menos un maldito psicólogo. Déjenme en paz.

Pi, pi, pi.

**

Hay mucha tensión aquí y empiezo a sentirme enfermo. Hoy tuvimos cita para que me vieran a través de un aparato y este señor pendiente de mí dijo que estoy algo pequeño para mi edad. Hubo muchas preguntas y algunas exaltaciones por parte de mamá, pero todo quedó en que tomaríamos vitaminas nuevas y ya se verían los avances la próxima vez. Ahora estábamos de camino a casa, sin embargo mamá seguía nervioso y este silencio me intranquilizaba.

Finalmente oí la voz de papá, pero hubiese preferido no hacerlo. Parecía que no quería decirlo, mas terminó preguntándole a mamá si había estado haciendo o ingiriendo algo que no debía. Fue lo mismo que interrogó el doctor, pero esta vez la rabia que recorrió a mamá me hizo temblar de pavor.

— ¡¿Ahora tú me cuestionas, Kagami?!

— Oye, cálmate ¿quieres? Simplemente deseo que todo vaya bien. Quizás hiciste algo sin querer y no te diste cuenta. Tú mismo dijiste que todavía no lo has sentido moverse y eso no es normal.

— Ah, claro. Debo calmarme ¡porque ahora soy un loco! ¡Sé perfectamente lo que debo hacer y lo que no, así que no vuelvas a hablarme en ese tonito! ¡¿Me oíste?!

¡No, por favor! ¡No griten, no se peleen! Juro que mamá no ha hecho nada malo. Es mi culpa por no estarlo haciendo bien, así que… paren. Esa noche papá no estuvo con nosotros en la cama y ni mamá ni yo logramos dormir.

Perdónenme.

 

 

 

Pasaron días desde la discusión y Taiga se despertaba de mal humor, iba a trabajar de mal humor y regresaba de peor genio. Solo le hablaba a Takao para preguntarle si se había tomado las vitaminas, recibiendo una contestación de mala gana. Ambos sabían que debían parar esto, tanto por su bien como por el del niño que estaba siendo dañado con todo este mal ambiente, sin embargo era difícil pedir perdón cuando los dos estaban seguros de que el otro es quien tenía la culpa.

El pelirrojo se acomodó en ese sillón que le quedaba chico a su porte, donde había estado pasando más desvelos que descansos, y trató de dejar su mente en blanco al menos un par de horas. Estaba consiguiendo dormitar cuando escuchó a Takao gritar su nombre, en ese momento no tuvo tiempo de recordar que estaban peleados y por puro instinto corrió con el único propósito de protegerlo.

Los gritos no pararon mientras llegó a la habitación, abriendo la puerta de golpe y tanteando desesperado para prender la luz. El más bajo estaba sentado contra el cabecero de la cama, y Kagami se aterró al verlo llorar de esa manera con las manos en su vientre. Se lanzó a la cama rodeándole la espalda con un brazo y lo primero que hizo fue destapar las cobijas, moriría si por culpa de su terquedad Kazunari había…

No vio sangre y por un segundo pudo volver a respirar, pero Takao seguía llorando a gritos contra su hombro como si sufriera.

— Hey, ¿qué pasa?, ¿qué tienes? —Taiga sobó su brazo, besando su cabeza una y otra vez hablándole conciliadoramente, aunque no podía evitar trabarse por lo consternado que estaba, pensando en llamar a emergencias cuanto antes— ¿Te duele algo? ¿Sientes algún tirón?

Takao trató de calmar su llanto pero no podía, así que solo atinó a negar fuertemente con la cabeza, aferrándose a Kagami.

— ¿Estás bien? ¿Está bien el bebé? —esta vez asintió y Kagami se sintió quinientos kilos más liviano.

Se quedó allí con él sin soltarlo, esperando a que estuviera listo para poder hablar. Limpió las lágrimas de Kazunari cuando todo se redujo a hipidos y uno que otro sollozo, entonces volvió a preguntar y finalmente el menor pudo responder con palabras.

— Se movió. Él… ella… está ahí. Lo sentí, Taiga.

— D- ¿de verdad? ¿¿Aún está…?? —fue como si cientos de estrellas parpadearan en los ojos del pelirrojo y de inmediato se pegó a la barriga de Takao, recorriendo suavemente su relieve con la mano abierta. Estuvo algunos minutos así cambiando de ángulo y de oreja— No siento nada.

— Se movió. Te juro que me pateó, lo juro, Taiga. De verdad está adentro. No podía dormir así- así que pensé en cantar un poco para relajarme y…

— Tranquilo, te creo. A lo mejor se cohibió con todo el escándalo de recién. —se incorporó, tomando la mejilla del pelinegro.

— Sí… bueno. Creo que hice un poco de ruido.

— Un poco. —se miraron y no pudieron más que reír luego de ese susto. La mano izquierda de Taiga seguía en la barriga del más bajo y se emocionó al notar algo— ¿Eso fue…?

— No… perdón. Fue mi tripa.

Se rieron más fuerte y se abrazaron mientras Kagami prometía calentarle algo rico enseguida.

— Lamento haberme portado como un idiota. —Takao también se disculpó con vergüenza, apretando el abrazo— Te amo. A ambos.

— Nosotros también.

 

 

 

— Wow.

Sí, wow. Kagami le había contado que las cosas mejoraron y ahora es que veía cuánto cuando Takao lo recibió en la entrada, jalándolo para empezar a bailar con él al ritmo que cantaba. Por fin el ojo de halcón sentía todo real, asimilando su estado como una felicidad enorme y eso se le notaba en cada poro. Estaba radiante.

Himuro se rió siguiéndole la corriente hasta que Taiga se les unió.

— No estés celoso. Quita esa cara.

Los ojos del pelirrojo estaban como cuando se ponía ansioso en el instituto antes de un partido importante y no conseguía dormir. Había pasado noches acosando el vientre de Kazunari esperando lograr sentir a su hijo finalmente, pero éste se lo negaba y su pareja ya hasta sentía pena por él, sin embargo no tenía culpa de que esos momentos especiales pasaran cuando Taiga no estaba presente.

Takao le contó al cuñado y éste no pudo evitar sentir una chispa.

— ¿En serio? Si lo hace cuando le cantas entonces…  What time is it dassou mattari shi sugite'n da, Kassai nomi kuraou somebody punky funky love hoo ~ —bajó a la altura media de Takao, tocando su barriga con una mano y con la otra fingía sostener un micrófono mientras cantaba apasionadamente. El menor soltó la carcajada dejándolo ser, pero de inmediato se le atoró un jadeo cuando vino una energética patada— Vaya, de verdad se movió. Es maravilloso, Taiga.

— ¡¿Lo hizo?! —Kagami corrió agachándose también y pegó la oreja, pero por más que insistió no pudo ser parte del milagro.

— Lo siento, bro. Pero ya sabemos que tendrá buen gusto con la música.

El más alto suspiró. Empezaba a creer que su propio hijo o hija disfrutaba haciéndole bullying. Kazunari lo consolaba cuando saltó al pasillo al ver llegar a sus vecinos de enfrente, habían estado un buen tiempo por fuera.

— ¡Kaa~sugaaa~!

El mencionado lo saludó afable, no como su pareja.

— Oye, estás gordo.

— ¡Qué grosero! ¡No estoy gordo, es un bebé! Sé que se te conmueve el alma por volver a verme, Chihiro.

— Solo bromeaba. No soy un tarado como tu novio.

— ¡Oe! —exclamó Taiga.

Mayuzumi los ignoró y terminó de abrir la puerta para por fin entrar a su hogar y echarse. Fueron muchas horas en auto para volver. Por su parte Takao simplemente se lo tomó con gracia. Sabía que Chihiro estaba resentido desde que se mudaron allí y se reconocieron, pero como Kagami no recordaba su nombre sin querer lo llamó Kuroko.

— ¡Tío!

— ¡Hola, muñeca! —muy contento el pelinegro de ojos celestes acarició la cabeza de la pulguita que se le colgó de la pierna y le hizo un gesto a Kagami avisándole que ya luego volvía.

Kasuga lo invitó a pasar, dejando las maletas a un lado.

— Te trae un regalo. —la niña le mostró emocionada una pulsera con piedras que parecían corales y Takao la amó. Ella misma la había escogido para él. No eran familia, pero estaba bastante apegado con la chiquilla. La adoraba y siempre que la miraba le parecía una muñeca real; tenía el cabello muy largo y liso, y era realmente hermosa. Encantado tendría una hija como ella— Pero no trae nada para bebé.

Hizo gestos con las manos, ya que apenas a sus tres años no alcanzaba el ajeno vientre abultado, y Takao la cargó para que le besara la panza. Se iba a morir de ternura.

— Ow, Kasuga. Regálamela.

— Con todo lo que pasé para tenerla, me parece que no. —le dijo el mayor, totalmente divertido con la ocurrencia— Además ya vas a tener el tuyo.

— Es que es tan bonita. Me alegra que se parezca a ti.

Chihiro se limitó a mostrar el dedo medio por encima del sofá donde se había recostado, asegurándose de que Takao pudiera verlo, y ambos ex armadores se echaron a reír. La gracia es que Shione era idéntica a Mayuzumi, solo que su cabello no era totalmente gris sino más bien un rubio platinado muy claro.

— Y oye, hablando de eso…

— Má, pipi~ —la pequeña lo interrumpió balanceando sus pies con urgencia y Takao se la pasó al castaño, acompañándolos al baño para continuar la conversación. Kasuga le sacó el vestido para sostenerla sobre el inodoro y que pudiera hacer pis.

— ¿El parto? ¿No has hablado de eso con tu médico? —Takao negó con la cabeza. Bueno, no había prisa por preocuparse ya que todavía le faltaba, de todas formas le saltó la duda y prefería tener una opinión confiable— Pues cuando mi obstetra habló de eso me aseguró que ambos métodos eran viables, pero la verdad el parto natural me dio terror imaginarlo así que de mi parte te recomiendo la cesárea. Es menos problemático y traumante, aunque tendrás que cuidarte más después.

— Sí… eso mismo pensé. —de por sí le daba pánico solo hablar de ello.

Kasuga tiró de la cadena y bajó a la niña para descalzarla y vestirla más cómoda, mientras el pelinegro le peinaba un moño alto. Al terminar de alistarla dejaron que corriera en busca de su padre y fueron al comedor, conversando un rato más para ponerse al día con todo.

Kazunari regresó a su propio departamento a la hora en punto para el almuerzo, exclamando su hambre y dándoles la noticia de que a su bebé le cayó bien Kasuga, porque se movió contento cuando el castaño lo tocó. Kagami se puso rojo de celos y ya por costumbre le sobó el vientre, mientras anunciaba entre dientes que sus albóndigas estaban terminando de calentarse. En eso sintió un movimiento contra su mano y se le cortó el aliento.

— S- se… ¡se movió! Acabo de sentirlo.

— Sí, estoy bien seguro de ello. —Takao sonrió con una mueca agarrándose el costado, pues esa patada lo tomó por sorpresa.

— ¿Pero cómo? Siempre me está rehuyendo.

— Me arriesgo a asegurar que fue por las albóndigas. De hecho también me saltó el corazón cuando lo dijiste.

Kagami no se lo podía creer y puso sus dos manos alrededor, mientras ambos pelinegros lo veían con una sonrisa.

— Entonces tienes hambre, ¿eh? No sabía que te gustaban tanto mis albóndigas. Hoy habrá porción doble.

— Hey, la idea tampoco es que me hagas explotar- ugh… —y ahí vino otra patada que hizo reír de alegría al pelirrojo.

— Qué buen chico... o chica. Estoy seguro de que también querrás el dulce de leche que metí en la nevera. ¡Waoh!

Esta vez fueron dos golpes seguidos y Takao tuvo que sentarse, vitoreándolo junto con Himuro ya que el pelirrojo no cabía en su dicha, a pesar de que el menor estaba seguro de que luego de esas pataditas ya no tenía los riñones puestos en el mismo lugar.

Notas finales:

Soy feliz de poder haber incluido estas parejas secundarias que adoro. Sé que el Mayuzumi x Kasuga les será bien raro, seguro ni se acuerdan quién carajos es Kasuga lol (es el armador de Seiho, salió en la primera temporada y en un cap de la segunda).

En mi defensa diré que Kasuga siendo tan tranquilo y super normal queda perfecto con Chihiro, o al menos en mi imaginación son el uno para el otro c:

El HimuNiji también me trae loca y habrá un poquitito más de ellos en el otro cap. Esa pareja no tengo que defenderla, se aman oficialmente (? y es de lo más sensual que han visto mis ojos.

Nos vemos en el final.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).