yuuri....yo tambien tengo miedo. por Celi Di Angelo

Esta historia no es un cuento….
si estas leyendo esto por que crees que podrías estar en la misma situación, mi consejo es este: cierra el libro inmediatamente, esta historia aun es difícil de contar aun para los que pudimos salir… aquel infierno del que logramos escapar, no me creas, no es necesario que lo hagas.
Si eres una persona normal, que esta leyendo esto por que cree que es ficción, fantástico. Sigue leyendo. Te envidio por ser capaz de creer que nada de esto sucedió.
Todo sucedió tan rápido…
todos adorábamos la gratitud de nuestra madre y la bondad de nuestro padre, éramos una familia feliz, era viernes y nuestro padre regresaba siempre de su trabajo, no era raro tener que esperar hasta ese día para verlo, el se esforzaba demasiado en el hospital mas cercano en Greenglenna, california.
Una vez cerrada la puerta extendía los brazos, siempre entraba con los brazos abiertos justo para que nuestra madre corriera a su encuentro llenándola de los cálidos besos que siempre nos hacían sonrojar.
Después volteaba hacia la sala de estar, lugar donde nosotros solíamos escondernos en cuanto el llegaba.
-acaso no merezco por lo menos un beso y un abrazo de bienvenida?
entonces reíamos y corríamos a su encuentro mis 3 hermanos y yo.
Cenábamos y después como toda familia normal corríamos a acostarnos, Conrart y Gwendal eran los primeros en dormir, siendo los mas grandes no necesitaban los cuentos que nuestra madre, pero yuuri y yo éramos diferentes, gritábamos y llorábamos por mas horas de diversión que se desperdiciaban cuando uno dormía, hasta que nuestro padre nos miraba con esa serenidad…suspiraba dándonos un beso en la frente y nos tranquilizaba con unas lindas palabras antes
“Buenas noches mis niños…También esta noche, antes de adormentarme pensare en ustedes, a cuanto sos bellos y a cuanto les amo, será una noche especial…Porque estaremos juntos en nuestros sueños, llenos de amor y ternura.
Era lo único con lo que wólfram cerraba los ojos… las palabras de nuestro padre, eran únicas y nosotros nos sentíamos maravillados, esas palabras eran nuestro secreto…eran palabras que el solamente nos dedicaba a nosotros dos.
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hasta que llego ese día…
éramos felices, gozábamos de todo aquello que pudiésemos  pedir hasta esa mañana  helada del 2 de marzo del 1990, la brisa helada recorría cada rincón de la casa donde  vivíamos, los globos  adornaban la casa entera, nuestra madre le pidió a nuestros hermanos que cuidaran de nosotros mientras ella tomaba un baño perfumado y se arreglaba, peinaba sus cabellos rubios y los recogía de una forma tan natural pero tan radiante, era el cumpleaños de nuestro padre inclusive habíamos invitado a algunos vecino y los deliciosos manjares que mi madre había preparado estaban sobre la mesa, todos charlaban campantemente…8:00pm y nuestro padre no regresaba, de vez en cuando escuchaba a los invitados decirle a chery que se calmara, que pronto volvería, las horas siguieron pasando…hasta que en el recodo del camino solo pudimos ver una patrulla aparcando en nuestra cochera…nuestra madre grito…lloro desconsolada…habíamos sido felices…. Al menos hasta ese día, el viernes que mi padre no volvió a casa, el día que perdió la vida.