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Ojos verdes por Lonny

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Notas del fanfic:

Ninguno de los personajes me pertenece,  sólo a la todopoderosa Marvel. Esto lo hago sólo por diversión y sin ánimo de lucro.

Notas del capitulo:

Espero que les guste

 

 

Se quedó mirando la pantalla del móvil fijamente y sintió ganas de estamparlo contra el suelo. ¿De qué iba? Llevaba cerca de una semana sin responderle los mensajes y, menos, las llamadas. ¡Y eso que era él a quién le habían puesto los cuernos! Miró por última vez el móvil y lo guardó con rencor en el bolsillo interno de su mochila, emitiendo un gruñido casi animal antes de taparse los ojos con las manos. No lo entendía; simplemente todo aquello escapaba de su comprensión. ¿Qué había pasado? ¿Por qué un día le juraba que lo amaba y al siguiente lo engañaba de esa manera? ¿Qué se había perdido?

Bufó cansado, sentándose mejor en el incómodo banco de madera situado cerca de la puerta de entrada de su facultad. Había sido un verano horrible, un verano para olvidar y ni de lejos lo había planeado así. Se suponía que durante ese mes de agosto deberían haber hecho una especie de tour por Estados Unidos en coche, rollo ‘road movie’, pero sólo para ellos. Pararse en pueblos recónditos, ir de pensión en pensión, descubrir pequeñas y grandes maravillas. Debía ser algo memorable, hermoso, fascinante. Un bonito sueño. Y, al igual que los sueños, su plan había sido irreal, fantasioso. En ese instante amargo, lleno de recuerdos que nunca fueron, sintió una mano posarse en su hombro y acariciarle levemente la punta de sus cabellos azabaches. Aquél roce le dio escalofríos. Como siempre.

- Pensaba que no habías venido- le dijo Clint nada más sentarse a su lado, pero sobre el respaldo. Loki sólo se encogió de hombros.

- Es el primer día de clase. Es lo lógico- el moreno no dijo nada más. Continuaba con la mirada perdida, pero en seguida metió la mano dentro de su mochila para sacar el móvil y mirar la pantalla. Ningún mensaje.

- ¿Aún no te ha respondido?- el joven negó con la cabeza sin quitarle la mirada de encima a la pantalla.

- Parece como si hubiera sido yo el pillado ‘in fraganti’ y no él- rió levemente- Siempre fue un poco melodramático- Clint rió por ello también. Siempre había pensado que el novio de Loki era demasiado exagerado en todo lo que hacía; pero si a él le gustaba así, era cosa suya. El castaño alargó su mano y le cogió el móvil.

- Creo que ya va siendo hora que te despegues de ese aparato- y se lo guardó en el bolsillo de su chaqueta sin tan siquiera mirarlo. Loki no hizo nada para arrebatárselo.

- En serio, ¿he hecho algo mal?- dijo el moreno aun dándole vueltas a la cabeza al asunto- Tuvimos una relación completa de casi cuatro años. ¿Y ahora se da cuenta que es heterosexual?- Clint amagó una sonrisa ante esa frase- ¿Y encima se lía con esa tipa?- la incredulidad en la expresión de Loki había empezado a formar parte de él durante esos días. Y es que no acababa de entender cómo alguien podía cambiar tanto en tan poco tiempo. Para nada habían servido esos años juntos. O eso parecía. Se levantó furioso y miró a su amigo- ¿Cómo pudo hacer semejante cosa? ¡Y en mis narices!- toda la rabia que había ido guardando durante días, semanas, parecía explotar en ese momento. Clint lo miraba expectante, dejando que se explayara. Si su amigo seguía guardándose todo aquello, lo más seguro era que acabara por enfermarse. Entonces se hizo el silencio. Loki no cambiaba su pose, con sus ojos grandes y verdes clavados en el suelo y los dientes rechinando.

- Si quieres mi opinión, creo que se ha ido del país- Loki lo miró de repente con el ceño fruncido- Acuérdate de las veces que habló de la posibilidad de irse de Erasmus el último curso- el castaño de encogió de hombros- Bien podría ser una explicación- el moreno sopesó sus palabras, sonriendo malvadamente, mientras volvía a sentarse en el banco.

- Quizás- dijo al fin- Pero siempre hablamos que lo haríamos juntos- de nuevo, Clint notó ese deje de tristeza y abandono que impregnaba el aura de su amigo- ¿Lo sabes del cierto eso? Me refiero a si estás seguro- el castaño tragó saliva y se agarró ambas manos.

- Bueno…- la indecisión de su amigo hacían ver a Loki que sabía más de lo que decía. Se giró hacia él y lo miró fijamente- La verdad es que sí. Se ha ido a Inglaterra- el moreno sonrió de lado sarcásticamente.

- ¡Qué gran cambio! ¡Se habrá roto la cabeza escogiendo el sitio!- dijo con burla. Y es que ir a Inglaterra no suponía ningún reto para Loki- ¿Y cómo lo sabes?- Clint se levantó del banco, estirando las piernas- ¿Quién te lo ha dicho, Clint?- tanta indecisión le ponía de mal humor.

- No quieras saberlo- dijo su amigo. El moreno abrió los ojos de par en par.

- ¿Has hablado con esa zorra?- le gritó. El castaño se acercó a él y le pidió que se calmara. Los alumnos que estaban rodeándolos se quedaron mirándolos.

- Sí- le dijo por lo bajo- Ha sido una casualidad. Ella entraba y yo salía. Nada más- bufó ante la expresión dolida de su amigo- Verás, no me habría visto obligado a hablar con ella si no te hubiera visto tan apegado a este maldito teléfono- dijo señalando su bolsillo. Loki suspiró cansado y apoyó una mano en el hombro ajeno, en señal de gracias. Le dio un par de golpes y volvió al banco para coger su mochila e irse- ¡Oye! ¿No tenías una entrevista de prácticas hoy?- el moreno le miró por encima de su hombro.

- Sí. Me llamaron ayer para que me pasara esta tarde por Industrias Stark- Clint se sacó el móvil del bolsillo y se lo tiró.

- ¿Entonces conocerás al grandullón?- Loki se encogió de hombros.

- No tengo ni idea- se giró para empezar a caminar- Y, la verdad, ya me da igual-

Y, lo cierto, es que le daba igual. Por increíble que fuera trabajar para o con Tony Stark, en esos momentos no le llenaba. Vale que era una oportunidad fantástica, vale que trabajaría con uno, no, con el mejor científico de su era, una especie de rey Midas en las tecnologías, alguien que se renovaba y superaba a sí mismo, alguien a quien nadie podía hacerle sombra. Pero su apatía era tal que no lograba saborear como se merecía aquél caramelo que el destino le tendía.

Cogió un par de autobuses hasta que llegó a vislumbrar la gran torre Stark, una construcción de proporciones casi bíblicas con un diseño que llamaba la atención. Caminó tranquilamente sin despegar la vista del edificio a medida que se hacía más y más grande hasta hacerlo sentir una hormiga. Cualquiera de esas letras que decoraba la fachada era más grande que él y bien podrían aplastarle fácilmente. Ese pensamiento provocó en él un escalofrío y unas ganas enormes de entrar.
Subió tranquilamente las escaleras, posando sus pies con firmeza por miedo a caerse. No sería la primera vez que lo hiciera, y sino sólo debía recordar la vez que entró en el Museo Natural de Nueva York y tropezó nada más entrar. Vale, era aun un niño, pero eso había sido vergonzoso. Nada más traspasar las puertas de vidrio fue directo a lo que creía que era la recepción del lugar. Una joven de pelo extremadamente estirado y pintalabios rojo le sonrió ladeando su cabeza, recordándole extrañamente a la risa histriónica del Joker. Aquello le dio algo de grima. Le informó de su cita y de dónde se suponía que debía ir. La joven siguió sonriendo, meneando la cabeza de un lado a otro sin que ninguno de sus pelos se moviera. Era casi mágico, incluso hipnótico. ¿Qué se había echado en el pelo para dar esa sensación de brillantez? Loki le devolvió la sonrisa casi sin querer. Sentía que se lo debía, más por empatía que por otra cosa.

Cogió una tarjeta blanca con un extraño dibujo en el dorso, que se suponía que era de seguridad, y se retiró del mostrador sin dejar de mirarla. Buscó con la mirada los ascensores y caminó hacia allí, mientras se sorprendía de la cantidad de gente que salía y entraba del hall. Miró su reloj y lo comprendió: era más de mediodía. Fue entonces cuando se cruzó con un hombre corpulento, de ceño fruncido, que lo miró malhumorado. Era algo cómico, ya que Loki le sacaba cerca de una cabeza.

- El pase- dijo de repente, tocándose la tarjeta que le colgaba del bolsillo de su chaqueta- debes colgártelo- Loki alzó su ceja, miró la tarjeta y se la colgó de la camisa que llevaba. Fue entonces cuando el hombre asintió conforme, dibujando una leve sonrisa de satisfacción, y se fue hacia la puerta de salida pareciéndole un gallo dentro de un corral lleno de gallinas.

Ya dentro del ascensor, Loki pulsó el botón del piso 31 y se quedó mirando el cubículo. Sonaba la típica música de ascensor que, más que tranquilizarse provocó que los nervios se apoderaban de él, dándose cuenta, al fin, de dónde estaba. ¿Qué no le importaba? Había hablado de más, otra vez. Respiró hondo un par de veces y apretó sus manos con fuerza. Aquella tensión no iba a ayudarle a dar una buena impresión. Y las buenas impresiones lo eran todo en ese tipo de sitios. De golpe, las puertas se abrieron, dejando entrar un extraño ambiente que lo envolvió en seguida. Abrumado y algo mareado, dio dos pasos al frente y miró a ambos lados, buscando algún atisbo de vida, pero sólo podía escuchar música de fondo y a gente hablando a lo lejos. Siguió los murmullos andando casi como un robot hasta encontrarse una pequeña sala de descanso, donde varios hombres charlaban animadamente, mientras tomaban café. Al darse cuenta de una presencia ajena, todos se voltearon.

- Hola- dijo un joven rubio con una amplia sonrisa- ¿Querías algo?- Loki carraspeó y adquirió esa actitud segura que siempre lo acompañaba. Dio un paso hacia delante.

- Buenas tardes- dijo todo lo tranquilo que pudo- Había acordado una entrevista esta misma tarde con el señor Stark. Es sobre las prácticas que la empresa ofrece para los alumnos de la Universidad de Nueva York- el rubio sonrió tímidamente, alzando una ceja.

- ¿Una entrevista con el señor Stark? Supongo que sería con la señorita Potts, pero ella no se encuentra en la empresa- Loki frunció el ceño y se mordió el labio. Eso era desalentador- Aún así, Stark está aquí- dijo, mientras se reincorporaba de su asiento y empezaba a caminar- Sígueme- Loki miró a los demás, aun sentados, que se miraban entre sí sonriendo. Aquello no le gustó en absoluto.


Dio dos zancadas hasta alcanzar el rubio quién, desde su perspectiva, le mostraba una espalda ancha y un culo prieto que lo azoró. ‘No’, se dijo mentalmente, ‘céntrate en lo importante y déjate de tonterías’. Cerró los ojos y respiró profundamente.

- Por cierto, me llamo Steve- dijo de golpe parándose y dándole la mano, mostrándole una sonrisa que encandilaría a cualquiera. Loki notó cierto sonrojo y se maldijo por ello.

- Loki. Encantado- pudo notar en el joven rubio cierta extrañeza al oír su nombre, pero no le importó. Ese tipo era un manjar.

Fue entonces cuando toda esa aura se rompió. La música aumentó, sonando ‘Shoot to Thrill’ de AC/DC por toda la planta, cosa que le sorprendió. ¿Quién podría trabajar con un volumen tan alto?

- ¡Banner!- gritó alguien en la lejanía. Pasaron unos instantes- ¡Bruce! ¿Dónde coño te has metido? ¡Te necesito!- los gritos cada vez eran más fuertes y se empezaban a oír pasos pesados, aunque no sabía de quién. Miró a su izquierda, viendo cómo la expresión de la cara de Steve cambiaba. Parecía hastiado. Fue entonces cuando apareció al que Clint había nombrado como ‘el grandullón’. Vestía una sencilla camiseta de Black Sabbath y unos pantalones deportivos. Nada especial, casi de estar por casa. ¿No se suponía que debía vestir traje o algo así?- ¿Dónde está Banner? Lo necesito, es importante- dijo Tony Stark mirando a Steve.

- Bruce no está. ¡Le diste vacaciones!- dijo el rubio exasperado. Loki tenía la impresión de que aquella conversación la habían tenido más de una vez.

- No creo que le diera vacaciones, no ahora- dijo Tony cruzándose de brazos. Steve suspiró.
Se las dio la empresa después de quedarse dormido durante un experimento- Stark alzó una ceja- ¡Casi muere! Estaba agotado física e intelectualmente- el moreno rodó los ojos.

- Entonces fue Pepper quién se las dio, no yo- de repente, como si de pronto se hubiera dado cuenta de su presencia, miró a Loki- Oye, ¿tienes buen pulso?- el joven alzó las cejas- Dime, ¿tienes buen pulso?- él asintió casi por inercia y, en seguida, se vio arrastrado por ese hombre al que acababa de conocer hacia un lugar indeterminado, mientras Steve le hablaba.

- Este chico es Loki y viene por lo de las prácticas. Quería hablar contigo- dijo, pero no creía que Tony le estuviera escuchando. Nada más llegar al sitio cerró la puerta.

Fue entonces cuando Loki se vio en aquella sala que parecía sacada del futuro siglo XXII. ‘Así que aquí es de donde sale toda la tecnología Stark…’, pensó emocionado. Y era para emocionarse. No podía imaginar cuántos de sus compañeros habrían vendido un riñón, o dos, para estar en su lugar.

- Coge estos dos recipientes y viértelos conjuntamente en esa vasija- Loki se lo quedó mirando extrañado- Venga, vamos chaval- lo apremió el otro. El joven se deshizo de la mochila y se acercó a la mesa sin dejar de mirar lo que había encima. Alargó la mano y las cogió con mucho cuidado, apretando levemente el vidrio. De golpe sintió la respiración de Stark en su nuca, cosa que le erizó- Ten en cuenta que, si fallas, morimos- aquello dibujó una leve sonrisa en el rostro de Loki, quién empezó a verter ambos líquidos con sorprendente tacto y puntería. Cuando acabó, dejó los recipientes en su sitio y se quedó mirando la vasija con curiosidad. Una palmada lo sacó de su mundo y miró al millonario, que estaba apoyado en la mesa con una sonrisa confiada- Muy bien, chico. Pasas al siguiente nivel. Felicidades- dijo de golpe, extrañando al joven- ¿Te has puesto nervioso? ¿Te intimido?- Loki amplió su sonrisa.

- Lo siento, señor Stark, pero sé perfectamente qué clase de elementos son los que me ha hecho mezclar- por extraño que pareciera, le gustaba la forma en la que el millonario lo miraba- ¿Una nueva aleación?- la sonrisa del moreno se amplió.

- A decir verdad, si- ladeó su cabeza y fue a bajar la música un poco- Es para un proyecto nuevo- pero no dijo nada más. Loki miró alrededor y se quedó fascinado por lo que veía. Creía que era el taller más increíble que hubiera visto jamás. Había pocas mesas, pero estaban llenas de papeles, archivos y libros amontonados. Un coche descapotable con pintura llameante captaba casi toda la atención del lugar, pero lo verdaderamente importante es lo que había desperdigado por ahí. Parecía algo inconexo; materiales, herramientas y planos olvidados, pero imaginaba que todo tenía un por qué. Al levantar la mirada se topó con la del mayor- ¿Te gusta lo que ves?- aquello lo desencajó.

- La verdad es que sí- y se quedó mirando fijamente a los ojos del moreno un rato. Aquél juego, por así llamarlo, que había empezado ese hombre le divertía. No podía imaginar que aquello le fuera a agradar tanto.

- De acuerdo- dijo Tony al fin- De las entrevistas se encarga Pepper y no está. No sé por qué, así que tendrás que volver… ¿qué te parece mañana a la misma hora?- se volteó para verle, mientras cambiaba archivos de un lado a otro para despejar la mesa y descubrir, así, un teclado holográfico. Empezó a teclear totalmente concentrado y Loki sintió que sobraba en ese lugar. Dio un último vistazo al taller, a sabiendas que no volvería a pisarlo nunca más, y recogió su mochila.

- Conforme… Por cierto tengo 23 años. No soy un chaval- agarró la puerta y se fue dando un leve portazo. Tony, sin tan siquiera dejar de mirar la pantalla de su ordenador, sonrió ampliamente.

** ** ** **
Llegó a su casa ya de noche. Aunque había salido relativamente temprano de Industrias Stark había aprovechado para darse una vuelta por Central Park para despejarse las ideas. Había vuelto a mirar el móvil, aunque mucho menos que antes, cosa que le alegraba. Si de verdad estaba en Inglaterra, no tenía caso estar tan pendiente. Había puesto un océano entre ellos. Estaba todo claro como la misma agua que los separaba. Buscó su agenda de contactos y borró su número, primer paso para el olvido. Verle desaparecer fue un alivio, pero más lo fueron la desaparición de todas y cada una de las fotos que se habían hecho durante esos años, que eran muchas. Verle de nuevo, sonriente a su lado, besándolo o jugando con su oreja le hicieron estremecer. ¿Había fingido todo ese tiempo? ¿Alguna vez lo había querido de verdad? Quería pensar que sí. Nada más traspasar la puerta, su madre acudió a él con una sonrisa de oreja a oreja. Quería saber, siempre quería saber.

- ¿Cómo ha ido?- preguntó Frigga limpiándose las manos con un trapo.

- Bien, supongo- dijo el joven apoyado en la escalera- Pero tengo que volver mañana- la mujer frunció levemente el ceño.

- ¿Entonces no es seguro si te han cogido?-

- No es un puesto de trabajo, madre- le dijo algo hastiado. Estaba demasiado cansado y sólo quería irse a dormir y que un nuevo día apareciera.

- ¿Puedes avisar a tu hermano y a Jane de que bajen? La cena está lista- Loki abrió mucho los ojos y negó levemente con la cabeza.

- No, yo paso. Y más después de…- dijo queriendo subir rápidamente la escalera, pero su madre lo impidió.

- Sólo tienes que acercarte a la puerta, poner la oreja y si oyes jadeos o gemidos, llama. No es tan difícil- al moreno casi se le cayó la boca al escucharla hablar así. Por años que pasaran, Loki jamás se acostumbraría a la actitud desenfadada y libre de su madre. Es más, estaba seguro que Frigga había sido una especie de hippie en su juventud, cosa que le hacía plantearse qué había visto su madre en su padre, un hombre recto, de grandes principios morales y tan opuesto a ella. Era un misterio que no quería averiguar.

Subió las escaleras al fin con algo de pesadez y se acercó a la puerta de Thor con sospecha. La imagen de él y Jane medio desnudos en la cama se le repetía una y otra vez cuando los veía juntos. Era inevitable. Llamó un par de veces con fuerza, picando bien con los nudillos, y les avisó de la cena. Empezaba a darse la vuelta cuando la puerta se abrió sorpresivamente de prisa, saliendo un Thor gritando que tenía mucha hambre. A su espalda, Jane se ponía un mechón de cabello detrás de la oreja sin dejar de mirarlo con una sonrisa. Cuando se dio cuenta de su presencia, la joven amplió su sonrisa.

- ¿Cómo estás, Loki?- le dijo acariciando su cabello. El moreno se encogió de hombros.

- Se ha ido a Inglaterra- dijo mirándola con pesar. La castaña lo abrazó por los hombros y lo atrajo hacia él.

- Que le den- exclamó con convicción- Ese tipo era un farsante, así que mejor lejos- Loki le sonrió tímidamente.

- Sí, supongo que sí- se deshizo del abrazo, mientras oía cómo la joven le echaba en cara que se hubiera cortado el pelo. Aquello le hizo sonreír levemente. Lo cierto era que había sido una rebeldía tras el engaño de su novio, quién según decía, adoraba su pelo largo. Tiró la mochila encima de la cama y bajó las escaleras. La verdad es que él también estaba hambriento.


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