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La maldición de la gota de agua por Keiran

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Notas del fanfic:

Bien, pido mil disculpas por haberme desaparecido de la faz de la tierra, tengo una muy buena excusa nuevamente XD. 

Ya volvi a mi trabajo, despues de unas minilargas vacasiones, y tengo un nuevo puesto... así que me absorve seis horas más al dia, y por consecuente me pagan más, hasta ahorita creo que subire la mitad del fanfic, lamento no poder cumplir mi promesa... pero almenos es la mitad :3 pronto subire lo demás. Ya que esto lo estoy haciendo antes de largarme a trabajar y dejar a mi hijo con su niñera XDDD Ok? Bueno. Espero y me entiendan... aun así hago el esfuerzo por escribir y actualizar. 

Notas del capitulo:

Primer cap a la lista y así hasta el numero siete... es la primer mitad delñ fanfic ¿recuerdan vagamente que prometí que lo subiría de un solo golpe? Bueno, creo que será mitad y mitad despues de todo... y no es esfuerzo... solo lo hago por que me encanta. 

A leer!!

Siéndoles sincero, no necesitaba ser un genio o un estúpido para saber que Jack era diferente a todas las personas que había llegado a conocer en mis cortos años de vida, y tampoco se tenía que ser tonto o alguien muy despistado para no darse cuenta, en sí, lo note los primeros meses que comenzamos a ser amigos, muy buenos amigos… Jack es un chico de cabellos color negro realmente intenso, de tez pálida y alto de ojos café rojizo casi negros. Con una obsesión de sacar la lengua al burlarse de mí, o de taparse la boca cuando algo le parece gracioso y quiere reírse a carcajadas. Cuando lo conocí era alguien muy serio y poco sociable, lo curioso es que dice que odia el sol, y si, es tan pálido que creo que tiene miedo a broncear su piel, tal vez sea alguna especie de fobia o es un metro sexual.

El siempre viene por las noches, a veces todos los días, de vez en cuando solo los fines de semana o a veces entre esta. A veces viene con Alexander, un amigo con el que siempre se anda junto según el viajando a distintas ciudades de escocia. Le he dicho si puedo llegar a ir a visitarle un día de estos a su hogar, pero siempre termina diciéndome que no, que él no está en su casa durante el día, y que en la noche prefiere venir a visitarme a mi… eso siempre me ha dejado confundido ¿Qué es lo que hace para vivir siempre fuera? A veces me pregunto si realmente tendrá una casa cerca de aquí o en la ciudad… o al menos un trabajo con el cual mantenerse.

Soy un chico de diecisiete años que perdió a su madre hace años… a los diez, para entrar en detalles. Mi tutor es un primo mío, su nombre es Gabriel por si querían saber si vivía solo siendo menor de edad, o si tal vez estaba viviendo en una casa hogar. Y no, vivo en la casa en la que vivía con mi madre antes de que falleciera… tenía cáncer de mama, no fue detectado a tiempo, y para cuando comenzaron a darle tratamiento y quimioterapias ya fue demasiado tarde. No tengo un padre, jamás lo conocí, y mi madre me dijo muy pocas cosas acerca de él, al final él no fue necesario en mi desarrollo. Mi primo Gabriel viene cada semana para supervisar la casa, los recibos, la despensa, es alguien muy responsable, está a punto de cumplir los treinta años de edad y viene en camino su primer hijo… una niña.

Siempre le he preguntado a Jack su edad, y por alguna tonta razón siempre me dice un numero diferente, veinte, veinticinco, veintinueve, cincuenta, setenta… jamás me dice su edad real, parece de la edad de mi primo o un poco más joven, le calculo los veinticinco, aun así siempre le pregunto su edad cuando puedo a ver si realmente me dice la verdad un día de estos y se confunde… por el contrario de su amigo, él tiene veintisiete años de edad, Alexander siempre es más franco y sobre todo centrado.

Esta noche se me había antojado hacerme una sopa instantánea de camarones, bueno, tenía flojera de prepararme algo decente de cenar, pero la mayoría de las veces siempre me iba por lo fácil. Un refresco y unas papas, o unos cacahuates  eran mi desayuno favorito, ante todo lo saludable digo yo… mi casa la mayoría de las veces estaba ordenada, si no es que siempre, pero el día anterior se me había ocurrido dormir en la sala de mi casa, había estado lloviendo mucho y el agua entraba por la ventana, el vidrio estaba roto gracias a Alexander, quien no había entrado con cuidado igual que Jack… le diría a mi primo para que comprara el vidrio e inventaría una excusa por la cual se había llegado a quebrar. Los chicos no habían venido en tres días enteros… a veces me preguntaba el por qué a veces se tardaban en venir de visita… pero bueno, no iba a jugar a las mil preguntas siempre que llegaban después de no haber venido en un largo tiempo.

Tan solo escuchar cómo se abría la puerta de la entrada y escuchar una voz profunda y otra un poco aterciopelada me hizo darme cuenta de que los chicos ya habían llegado a casa esta noche, y hasta eso temprano… eran las siete y media, acababa de esconderse el sol. Tome despreocupado mi tazón con la sopa y un tenedor y fije mi vista en la entrada a la sala, enseguida entre la oscuridad del pasillo vi dos cuerpos acercándose… y al verlos sonreí con la comida en la boca.

—     Hola Kyle… ¿pero qué desorden tienes aquí? — Alexander levantaba sus pies evitando pisar las cobijas regadas del suelo y los cojines, incluso un bóxer y una camiseta, los cuales había lanzado después de haberme duchado y cambiado también en la sala— ¿estás viviendo en tu sala o qué? — levanto los bóxer del suelo con cuidado, viéndolos como si fueran una clase de espécimen raro de algún laboratorio— Que asco…— dijo en un susurro

—     Nadie te ha dicho que los recojas Alex…— le sonreí al terminar de tragar mi comida, voltee a ver a Jack y él estaba viendo todo el desorden en la sala, de repente una sonrisa se dibujó en su rostro y volteo a verme

—     ¿Le tienes miedo a la oscuridad? —me pregunto aun con una sonrisa en sus labios

—     No, es solo que como ha llovido no he podido dormir en mi habitación, aleje mi cama de la ventana por el agua que entra— deje la sopa en la mesita y me acerque a Alexander para arrebatarle mi ropa interior de las manos— Y todo gracias a ti… al menos dame el dinero para reponer el vidrio— le recrimine— Saben perfectamente que la puerta está abierta, y si no es así hay un timbre al lado… no tienen por qué intentar entrar a la casa por la ventana de mi habitación, casi me veían desnudo—

—     Hubiera sido todo un espectáculo— Jack comenzó diciendo para simplemente dejarse caer al lado mío en el sofá, yo me sonroje un poco ante su comentario, no lo soportaría, moriría de vergüenza si Jack me viera desnudo algún día— ¿Por qué comes estas cosas? ¿No tienes gas de nuevo para cocinar o que pasa? Normalmente comes algo sano…  ¿Se te ha acabado la despensa? —

—     No, es solo que me da flojera…— confesé, Jack solo torció la boca un poco al yo acercarle el tenedor con fideos— Anda come…—

—     No, no me agrada ese tipo de comida— me respondió alejándose un poco en el sofá— aparte…—

—     Ya cenamos— le imite con enojo, siempre que venían a mi hogar ya habían comido fuera, el solo soltó una risa

—     Yo no hablo así de nasal—

—     Aunque no hables así… siempre respondes lo mismo— le dije terminándome la sopa, me levante y fui directamente a la cocina

—     ¿Cómo vas con los estudios? ¿Qué tal te fue en el examen este miércoles? — Alexander me pregunto entrando a la cocina conmigo, bote el tenedor desechable a la basura y acomode el tazón en el fregadero

—     No me han dado los resultados… sé que salí bien, solo me graduare de la preparatoria, no me siento nervioso— dije sonriéndole y fui a la alacena para sacar una bolsa de papas fritas naturales y me dirigí al refrigerador para sacar un regreso individual

—     ¿Vas a comer más chatarra? — Jack estaba en el marco de la puerta viéndonos, él me había dicho cuando estábamos solos que no le gustaba que lo excluyera cuando platicábamos Alexander y yo

—     ¿Qué tiene de malo? — abrí la bolsa enorme de papas y me eche un puño a la boca— no quiero cocinar nada… estoy cansado, estudie toda la semana pasada y casi no dormí—hice un puchero al ver que Jack fruncía su ceño en molestia, al verlo solo evito mirarme

—     No vinimos toda la semana pasada para no interrumpir tus estudios… pero eso sí, te dije que te alimentaras bien— se dirigió hacia mí y trato de quitarme la bolsa de papas, yo me aleje hasta topar con el pecho de Alexander— Kyle… dámelas—

—     No eres mi madre…— le dije enojado echándome otro puño de papas a la boca, Jack se tensó con mi respuesta— Comeré lo que yo quiera solo por hoy…—pase por atrás de Alexander y me dirigí a la puerta de la cocina

—     De por si estas flaco, ahora comiendo cosas que te hacen daño terminaras leucémico… Campa mocha—yo me detuve con el apodo ¿Campa mocha? ¿Qué eso no es un insecto que se hace pasar por la rama de un árbol? Una muy delgada rama de un árbol, Jack estúpido

—     Imbécil…— le dije aventándole una papa antes de salir, solo vi como aun con la sonrisa en sus labios me saco la lengua, y Alexander me tomo por los hombros empujándome ligeramente para ir más rápido a los sofás de la sala

Encendí la televisión y como al comienzo Jack se sentó a mi lado recargando su mano en uno de mis muslos, siempre se recargaba en el respaldo cruzando ambas piernas para pasar el rato con nosotros, siempre que miraba a Jack de perfil siendo iluminado con la luz de la pantalla, me daba una punzada en el estómago, estaba agradecido por haberlo encontrado ese día en la noche cuando me había perdido en la ciudad… amablemente me acompaño de regreso a casa, lo deje dormir en la que era la habitación de mi madre y se quedó dos días enteros sin siquiera salir… después de que se fue y creí que no volvería a verle, regreso tres días después pero esta vez con Alexander, e igual se hizo mi amigo.

Jack era alguien sobreprotector conmigo, a veces me ayudaba con los deberes de mi casa y en la noche de vez en cuando salíamos a caminar, al cine, o a alguna feria cercana de temporada… Alexander no podía faltar, él era a veces alguien agrio… y no faltaba el día que Jack y yo le hiciéramos bromas, una vez explotamos ambos unas bombas de chicle de fresa en su cabello, se lo tuvo que recortar un poco… pero Jack fue el que recibió los golpes que me merecía. Alexander también me quería demasiado… y yo a él.

Llevaba más de un año y medio de conocerlos, y ahora que ya me había acostumbrado a su presencia, y que llegara un día que ya no volvieran a entrar por la puerta de mi casa, me aterraba, ellos eran mis amigos, mis compañeros… los extrañaría demasiado. Tanto que sería capaz de ir en busca de ellos… sin tener alguna pista. No me importaba recorrer el mundo entero en su búsqueda…

Soy alguien muy sumiso y suave, aunque algo voluble algunas veces, y la verdad soy muy crédulo, y soy tierno… me encantan los peluches enormes, ya sean dragones, búhos, osos, ballenas, me encantan los peluches, los chocolates rellenos de rompope, y alguna que otra película romántica, y hay veces que soy muy sentimental… Jack por eso no quería ver películas tristes conmigo, dice que si me ve llorar le dan ganas de llorar a él también, que le contagio el sentimiento y que por eso lo evita. Yo siempre lo niego y trato de hacer que vuelva a ver una película conmigo y de todas maneras jamás accede. Una vez trate de chantajearlo llorando y termino por encerrarse en el baño…

Me levante de improvisto al refrigerador y tome los chocolates de rompope en mis manos, al llegar al sofá y abrirlos, Jack me los quito con una rapidez tremenda… que ni siquiera sentí que me los quitara de las manos, los vi en sus manos y Alexander solo rio con la cara que puse, una muy, muy enojada…

—     ¡Dámelos Jack! — trate de quitárselos de las manos pero mi escuálido cuerpo no podía con la fuerza de sus brazos

—     No, mejor ve por unas zanahorias y comételas a mordiscos…— me dijo riendo— A ver si al menos engordas más pero sanamente…—

—     Mi fisionomía es así Jack… ¡Dame mis chocolates! — le grite, tratando de doblar su codo

—     Te he dicho que no… así flaco siempre serás alguien feo, mejor engorda para que las chicas se fijen en ti y tengas una novia antes de salir de la preparatoria— me contesto mientras se levantaba y hacia más vanas mis posibilidades de arrebatarle mis chocolates

—     No quiero que las chicas se fijen en mí, todas son cabezas huecas debido al maquillaje y las pasarelas de moda— me subí al sofá para alcanzar la bolsita, pero termino por alejarse de mí— ¡Y no soy feo imbécil! ¡Ya quisieras mis malditos ojos! —

—     No, no me van esos ojos, ni en mí, ni en gustos… son los ojos más feos que he visto en toda mi vida— me quede quieto al escuchar eso, y recordé a mi madre, yo tenía los ojos de ella…

Mi madre adoraba mis ojos, aunque prácticamente tuviéramos los mismos, decía que los míos eran más bellos, incluso siendo un hombre… el comentario de Jack me había herido, y en esos momentos quise creer que mi madre no me había mentido en todo este tiempo. ¿Y por qué me importaba lo que dijera Jack de mi físico? Se lo que sospechan, y sí, me había enamorado de Jack desde hacía tiempo, desde el tercer mes de haberlo conocido… mis ojos eran un color miel sumamente claro, casi amarillentos… deje de tratar de quitarle a Jack la bolsa con chocolates y me baje del sofá, los chicos se quedaron serios ante mi repentino cambio de humor…

—     ¿Qué sucede? — Jack me pregunto bajando el brazo en el que sostenía en alto los chocolates

—     No es nada…— trate de sonreírle, pero mi entrecejo se frunció en tristeza

—     Vamos, Jack solo lo dijo para molestarte— Alexander le quito los chocolates y me los dio a mí— no te pongas así… fue una broma—

—     Es que… mi mama siempre decía que mis ojos eran los más bonitos que había visto—me senté en el sofá, mire como Jack hizo una mueca, torció su boca y al instante se sentó a mi lado— Descuida… está bien, simples recuerdos—

—     Pero era cierto que eran los más bonitos—me dijo Alexander alzando mi rostro del mentón— Aunque Jack diga lo contrario yo sigo apoyando a tu madre…—

—     ¡Ya basta hipócrita! — Jack le dijo enojado— Solo quieres hacerme quedar peor de lo que ya lo he hecho…—

—     Tu solo te lo buscaste— Alexander se rio y fue a sentarse de nuevo en su lugar

—     Hay chicos… descuiden, está bien, simplemente lo recordé— levante mis manos pidiendo una tregua entre ellos y me levante de mi asiento— ¿No quieren algo de tomar? — les pregunte

—     Agua…— fue lo que dijo Alexander al ver que me acercaba de nuevo a la cocina con los chocolates en mano

—     ¿Agua? ¿Es en serio? Ya van tres horas que están aquí y no han comido nada… ¿están a dieta o qué? — pregunte riendo, Jack me iba siguiendo hasta la cocina

—     De hecho es una dieta muy estricta— Jack sonrió con su respuesta— Demasiado diría yo…—

—     Pásenmela para hacerla…—

—     No, ya estás muy delgado—Jack se sentó en uno de los bancos de la isla de la cocina y comenzó a ver todo lo que hacía, siempre me ponía nervioso que me estuviera viendo así, cada movimiento, a veces sentía que veía cada gesto de mi rostro al reír

—     Era sarcasmo tonto…— le dije y abrí el refrigerador, tome la pequeña jarra de vidrio que tenía con agua helada, la puse a un lado de  Jack y fui por los vasos— ¿Van a irse esta noche? ¿O se quedaran a dormir? — le pregunte sirviendo el agua

—     ¿Tan pronto quieres que nos vayamos? — me pregunto con una sonrisa, yo solo parpadee

—     No, pregunto para preparar la habitación…— deje la jarra en la barra— Ya sabes a lo que me refiero Jack…— le reproche— siempre quieres hacerme bolas… —el solo me saco la lengua y yo le hice lo mismo

—     No lo sé, a ver que dice Alexander… tal vez quiera que nos vayamos esta noche y regresemos mañana—

—     ¿en verdad regresaran? — pregunte con un deje de esperanza— no vinieron casi toda la semana…—

—     Siempre que venimos hacemos que te desveles hasta las cinco de la mañana, si no es que no duermes— me dijo tomando uno de los vasos de agua y comenzando a beber

—     Pero es que…— lo mire, espere hasta que se acabara el agua del su vaso, después de que termino, comenzó a mirar su vaso con mucha curiosidad— Vale la pena… me gusta mucho estar contigo— dije sin pensar, y enseguida sin moverse dirigió sus ojos a mí, su mirada me escudriño por completo, había dicho algo que se podía interpretar de muchísimas maneras, aún estaba a tiempo de torcer mi comentario a voluntad— Y-Y también con Alex… me gusta mucho su compañía, hacen que no me sienta solo la mayoría del tiempo, aunque sea por la noche…—tartamudee pero solo así hice que Jack reaccionara de diferente manera y me dejara de mirar como si quisiera ver más dentro de mi

—     A mí también me agrada estar contigo, por algo he estado frecuentando el visitarte— me dijo y una sonrisa se dibujó en su rostro— ¿Cuándo me presentaras a tu primo? — esa pregunta me tomo por sorpresa, arrimo su baso y supuse que quería que le sirviera más agua

—     Jack, mi primo viene por las mañanas todos los sábados… y posiblemente mañana no venga— comencé diciendo rellenando su vaso— Gabriel está a punto de recibir a su primogénita, es muy probable que venga ahora cada dos semanas—

—     ¡¿Traerá la bebe de visita?! — Pregunto Alexander desde la habitación contigua ¿en verdad estaba escuchando todo? ¡Dios! — ¡A mí me encantan los bebes! —

—     Yo también adoro a los bebes—dijo Jack apoyándolo

—     Cuando tú lo dices suenas como un pedófilo…— le dije a Jack torciendo la boca, enseguida escuchamos como Alexander comenzaba a carcajearse en la sala y vi como Jack comenzaba a reír tapando su boca con su mano— estoy hablando en serio…— y con eso rieron con más fuerza

—     ¿Yo un pedófilo? — Jack seguía riéndose con calma, en verdad sentí un enorme nudo en mi estómago, ya lo amaba tanto, y con esto sabia enteramente que no había vuelta atrás, si tan solo con verlo reír me sentía satisfecho— Vamos Kyle, me ofendes… todo menos pedófilo, en verdad adoro a los bebes, tal vez y algún día tenga los míos— trato de calmar su risa, pero le era difícil

—     Ni en tus sueños Jack, a ti jamás te veré con un bebe en brazos…— Alexander paro de reír, aun así sus bromas y comentarios pesados no podían faltar

—     ¿Cómo te verías tú con un bebe en brazos? — pregunte al aire, haciendo que Jack dejara de reír ante la seria mirada que le estaba dando— Sería épico…— conteste sonriendo

—     Igualmente…— me dijo sonriendo— pero sería adorable ver a pequeños mini Kyle en esta casa… sería su padrino—

—     Claro que no…— dije algo irritado, en verdad la idea de casarme con una mujer y tener hijos estaba anclada a la fantasía, me gustaban los hombres, me gustaba Jack, y para ser sincero viéndolo a él como padrino de mis hijos no me agradaba en lo más mínimo, he sacrificado a mi descendencia desde antes de nacer… perdóname madre.

—     ¿Por qué no? — me pregunto el sentido— sería alguien bueno… les daría domingo todas las semanas—

—     No pienso casarme, ni tener hijos— confesé serio, Jack se quedó estático ante mi respuesta

—     ¿Te gustan los hombres, entonces? — me pregunto, ¿A dónde estaba llegando esta platica? ¿a confesarme por completo? Estaba seguro de que en cualquier momento si no era yo, alguien más comenzaría a dar indirectas de que estaba declarándome homo, así que simplemente respondí cortante

—     Soy asexual…— mentí, y muy mal, puesto que Jack dejo escapar una pequeña risilla al verme levantar mi trasero del banco e ir a guardar la jarra en el refrigerador incomodo

—     De todas maneras… siento mucho haber dicho que tus ojos eran feos— de repente pare mis movimientos, el refrigerador estaba abierto por completo y tome la puerta lentamente

—     ¿te estas disculpando? — pregunte

—     Es tan obvio Kyle… siento haberte lastimado, o hacerte recordar—

—     Descuida… pero está bien, no pasa nada— sonreí con ansias, me sentía de nuevo alegre

—     ¿aceptas mis disculpas o no? — me pregunto

—     Claro que si…— me acerque a él y le di un pequeño abrazo, apenas si ocultando mi rostro entre su cuello, ¿Jack siempre había sido así de frio?

—     Gracias…— sin esperarlo el me abrazo con más fuerza, completando el abrazo, hasta se levantó del banquillo para pegar su cuerpo al mío— Eres un buen amigo Kyle… el mejor—

—     T-Tu también— respondí con nerviosismo, pero en parte me desilusionaba un poco que Jack me viera solo como un amigo al igual que Alexander, tal vez algún día se diera cuenta de mis verdaderos sentimientos hacía el, pero por ahora tenerlo cerca como amigo me era suficiente— eres un buen amigo…—

—     Bien…— me aparto poco a poco de él, y nos miramos a los ojos, después cerré mis ojos al escucharlo gritar frente a mí— ¡Alexander, nos quedaremos a dormir! —

—     ¡Si está bien! — el otro le respondió igual

—     ¡Me vas a dejar sordo idiota! — le pegue en el hombro mientras me iba alejando de el por el vaso de Alexander

—     Ya, ya… ve dale su agua al rubio— me dijo, se quedó en la cocina, mientras yo iba con Alexander y le daba su vaso con agua en las manos, enseguida comenzó a beberlo

Escuchaba el sonar de vasos y ollas en mi cocina, ¿Qué estaría haciendo Jack en estos momentos? Demonios, ojalá y no fuera a romper algo después, la vajilla me la había comprado Gabriel hacia unos meses apenas, enseguida Alexander hablo…

—     Jamás se te ocurra hacer enojar a ese imbécil—

—     ¿Por qué? — le pregunte confundido

—     A ti jamás te ha tocado verlo enojado— sonrió— es un maldito demonio…—

—     Me gustaría ver eso— me puse de espaldas a Alex para tomar su vaso, me lo tendió y lo tome

—     No, créeme que no te gustaría… Muchas gracias—

—     De nada… ¿quieres más? —

—     No hace falta… está bien así—escuche el rechinar de la puerta de mi cocina, pero al voltear algo helado choco contra todo mi cuerpo, erizando los vellos de mis brazos, cuello, hasta la espalda… me habían vaciado encima la jarra de agua helada del refrigerador, Jack comenzó a reír mientras el agua caía por entre mis ropas y yo comenzaba a temblar

—     E-Eres un malnacido…— le dije abrazándome a mí mismo—ahora tendré que ducharme de nuevo—

—     Jack te has pasado…— Alexander hablo, secándome la cara con su chaqueta

—     Me la cobre, el me hizo lo mismo hace como medio año—

—     Pero el agua no era helada joder…—le reproche comenzando a caminar a las escaleras—me enfermare, lo presiento—

—     Por dios… sí que eres quejica— me dijo avanzando a mi lado— Vamos a tu habitación…—

—     A-Atrévete a tocarme y te morderé los brazos— le dije enojado, no dejaba de rechinar los dientes del frio

—     Ya, ya… no te tocare niña rabiosa—

—     ¡No me digas así estúpido! — le grite enojado subiendo las escaleras

Entramos a mi habitación y el enseguida comenzó a buscar en mi closet una pijama que me quedara cómoda, si tocaba mi ropa simplemente se iba a humedecer, por eso estaba ayudándome… me quede viendo cómo veía mis ropas y de repente se dibujaban en su rostro pequeñas sonrisas al ver algunos personajes de Disney en ellas, bueno, eran regalos de mi primo, y me gustaban esas películas… era obvio que algunas veces llegue a usar esas ropas. Jack era alguien realmente dulce cuando se lo proponía, alguien caballeroso y muy simpático… lo que Alexander me había dicho en la sala me había picado en curiosidad, ¿Cómo sería Jack estando enojado? En realidad dije que quisiera haber visto eso, pero no me gustaría ver a Jack descontrolado… para ser sincero ahora deseaba siempre verlo alegre, sonriendo, siendo bromista o al menos algo molesto, pero no enojado. Amaba al Jack tranquilo, al que de vez en cuando dejaba que me recostara en sus piernas para ver las caricaturas o el noticiero y quedarme plenamente dormido sin ninguna preocupación y relajado. Deseaba en mi interior que ese Jack siempre se quedara a mi lado… siempre, siempre.

Por largo rato no dije nada al estarlo viendo… note como el comenzó a mirarme también, fue hacia mí que estaba parado a un lado de la cama y me tomo por los hombros, viéndome igual de serio que el… eleve un poco mi vista para apreciarlo y pestañee, entrando de nuevo a la dura realidad de no poder ser más que amigos. ¿Por qué Jack no quería contestar mis preguntas? ¿Por qué no quería resolver mis dudas?

—     ¿Qué sucede? Parece que estás pensando mucho… — me dijo frente a frente, yo solo agache la mirada a su pecho

—     Jack…— dije quedamente, después voltee a verlo a los ojos— ¿Qué edad tienes realmente? ¿Por qué no te agrada el sol? Siempre tienes que venir de noche… Quisiera que fueras a verme a mi graduación, y no sentirme solo cuando pase al frente— no podía evitar el mirar su boca en pequeños lapsos de tiempo, unos gruesos labios rosa pálido— A veces quisiera salir contigo… y no tener que esperar a la noche para que vengas de cualquier lugar… siempre me pregunto lo mismo ¿Por qué no puedes estar todo el tiempo a mi lado? — termine la pregunta y seguí viendo sus ojos, que se cerraron lentamente después de que termine de hablar

—     Escucha Kyle… yo… no puedo simplemente salir porque si… yo—al estar diciendo eso se detuvo abruptamente, como si se estuviera pensando en darme una respuesta, pero no lo hizo, por más que espere la respuesta jamás llego, al contrario de eso Alexander nos interrumpió

—     Anda Kyle cámbiate rápido… quiero ir a la feria que acaban de anunciar en televisión, estamos a tiempo, cierran a media noche, apenas son las diez— Alexander parecía estar emocionado, su sonrisa era grande, Jack me soltó lentamente y yo solo suspire asintiendo

—     Ya voy…— sonreí— Anda Jack, sal para que pueda cambiarme…— empuje a Jack por las espalda y lo saque rápidamente, al cerrar la puerta simplemente suspire, por un maldito momento, pensé en robarle un beso por estar tan cerca mío… podía oler a Jack, olía a la brisa que pasa a través de un jardín lleno de flores, pude diferenciarlo, y guardaría como un recuerdo ese delicioso aroma.

Me cambie con rapidez dejando de lado el pijama que Jack había elegido para mí y enseguida me puse un simple pantalón de mezclilla, un par de tenis negros y una camiseta negra igual, me seque el cabello y me lo peine… Salí de mi habitación, pero al ir bajando las escaleras me detuve al escuchar la plática que Jack y Alexander estaban teniendo, parecía que iban a discutir en cualquier momento…

—     ¿Por qué no? — Jack estaba preguntándole a Alexander

—     Te he enseñado desde un comienzo que no es bueno involucrar a las personas en nuestros problemas, el consejo dijo claramente que no debíamos de involucrarnos con personas de raza normal— Alexander hablaba muy seriamente, no lo había escuchado jamás así— entiéndelo Jack, no podemos estar siempre al lado de Kyle… él lo notara tarde o temprano al pasar el tiempo— ¿a mi lado? ¿Qué acaso tenían planeado dejar de venir a verme?

—     Que se vaya al demonio el maldito consejo, sabes que jamás me ha agradado ese tal Link y sus malditas ordenes por eso jamás he ido a la penumbra— Jack le contesto— Hay humanos que valen la pena, Kyle es uno de ellos…—

—     Si, y por qué vale la pena, hay que alejarnos de él un día de estos Jack, suficiente es con que sospeche el por qué no venimos en el día, ni por qué no comemos aquí la cena… puede que lo pongamos en peligro, y no hablo solo de otros, también nosotros podemos ser un peligro para el, sé que odias lo que eres… pero fue de la única manera de la que te pude salvar de morir, así que olvídate de decirle… no cometas una tontería—escuche como Alexander daba unos pasos, al escucharle venir hacia las escaleras corrí lo más rápido que pude a mi habitación, e hice como que todavía estaba arreglándome, a los pocos segundos él entro seguido por Jack

—     ¿Ya estás listo? — me pregunto Jack desde el marco de la puerta, viéndome en el espejo

—     Si, ya, espero que esta vez sí se suban conmigo a las tacitas… are que vomiten su comida— sonreí fingidamente para que no vieran que en verdad el pánico recorría por mis venas al haber escuchado que un día, simplemente no volvería a verlos jamás

—     Claro que lo aremos— Alexander me sonrió, pero Jack a duras penas lo hizo, eso hizo que me preocupara aún más

Llegamos a la feria y las luces nos embelesaron, hasta este momento era la mejor que había llegado a la ciudad desde hace meses, los chicos se subieron conmigo a cada juego que les pedía, después de que subimos a las tacitas Alexander tuvo que ir al baño a tratar de vomitar en un lugar que fuera el adecuado, el humor de Jack había mejorado, pero hacía rato que me estaba viendo de una manera extraña, un tanto penetrante… así que me digne a hablarle.

—     Jack… ¿algún día podré viajar con ustedes? —

—     ¿Por qué lo preguntas? —

—     No estoy seguro si querer entrar a la universidad, no sé si mi primo pueda pagar ese gasto con su hijo en camino… así que, o me digno a trabajar para pagar mis estudios o simplemente me quedo con la preparatoria y encuentro un trabajo estable para ganar dinero extra— lo mire y el me escuchaba atento— Hay veces que quiero irme con ustedes y dejar todo aquí…—

—     No deberías— me dijo serio— Tu familia, amigos… son algo muy importante que no te deberías de dar el lujo de perder… es mejor que te quedes aquí—

—     Pero… tengo miedo de que un día simplemente dejes de venir a verme— le confesé entre aterrado y enojado, el solo me miro sorprendido— Son mis únicos amigos…—

—     Kyle…—dijo mi nombre y mi pecho ardió

—     ¿Te irás algún día de estos? Ni siquiera sé si tienes un hogar al cual pueda ir después, en verdad el que ustedes dos se vayan de mi vida me tiene muy asustado, no quiero que se vayan—

—     Tranquilízate…— fue y me abrazo— Jamás me iré, jamás te dejaremos solo…—

—     ¿En verdad? ¿No estas mintiéndome? — le pregunte con la voz temblando al salir de mi garganta

—     Es verdad, y lo juro… jamás te dejare solo—

—     Muchas gracias— lo abrace con mucha fuerza, mis sentimientos eran una conexión que hacían que no pudiera dejarlo ir tan fácilmente

Unos segundos después Alexander salió con un aire más fresco de lo normal, ambos reímos al ver que su chaqueta se había manchado de lo que sea que haya vomitado en el baño, en verdad su estómago no resistía en lo más mínimo unas cuantas vueltas… después de un rato y de que yo me comiera una banderilla y un refresco volvimos por la segunda ronda de juegos antes de que cerraran la feria por completo, regresamos a casa hechos polvo, quería caer tirado en la misma entrada del recibidor… era casi ya la una de la mañana, sentí que me cargaron como a una princesa y me sonroje al ver que Jack comenzaba a llevarme escaleras arriba hacia mi habitación.

—     Suéltame…— le pedí quedamente—puedo subir solo— y es que en verdad la vergüenza había asaltado mi rostro, Jack rio ante mi cara de tomate que había puesto, tan roja como las manzanas que había tratado de sacar del balde de agua en la feria

—     Sé que te duelen las piernas… así que, te llevare a la cama para que descanses peque—ese diminutivo me hizo sonrojar todavía más

Jack encendió el aire acondicionado, note enseguida el cambio de temperatura en mi habitación y cerro las cortinas de una manera casi perfecta, no estaba lloviendo, así que no había peligro de que nos mojáramos después… me recosté entre las almohadas con un cansancio que parecía infinito y suspire pesadamente, iba a cerrar los ojos cuando sentí un peso frente a mí en la cama, escuche como Jack estaba quitándose los zapatos y se recostaba recargado en su brazo izquierdo, estábamos frente a frente de nuevo y el no dejaba de verme…

—     ¿quieres dormir en mi habitación? — le pregunte con pereza

—     Corrección, quiero dormir contigo en tu habitación— sonrió con lo último mientras en la oscuridad veía su sonrisa, di gracias a que mi sonrojo no podía notarse en las sombras, si no estuviera muerto de la vergüenza

Mirándonos entre las sombras fui cerrando los ojos lentamente hasta quedar dormido por completo ante la mirada de Jack.

Jack era alguien dulce con un carácter fuerte, alguien bromista, sarcástico, pero sobre todo amable y alegre conmigo… si, definitivamente así es Jack. Mi amor imposible. 


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