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La ameba pervertida por Iratxe

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Notas del fanfic:

Bueno, esta es una de esas paranoias que se me ocurrieron un buen día en el que pensaba que Aki siendo tan callado como es debe...ocultar algo oscuro en el ámbito sexual.

 

¡Y aquí lo tenéis!

 

Espero que os guste

 

(El título es el chiste recurrente en el fandom de Sadie de que como aki no habla es una ameba)

Notas del capitulo:

En principio será capítulo único pero...si me da por ahí, si os gusta y queréis más perversiones de Aki me pensaré continuar un poco

 

PORNO SIN ARGUMENTO, BIEEEN

 

El sexo. Esa vasta llanura; aterradora para quien no la ha pisado jamás, apasionando para los exploradores experimentados. ¿Que cuál soy yo? Supongo que un poco de ambos. Me llamo Kei, tengo diecinueve años y...temo que sigo virgen. Lo cual no quiere decir que no sepa lo que es el sexo. Si bien mis padres eran muy tradicionales y jamás me hablaron del tema, vivimos en una burbuja globalizada, e internet puede informarte de todo cuanto quieras prácticamente al instante. Había visto cientos de vídeos, desde educativos a pornográficos. Había explorado mi cuerpo como nadie con ellos; sabía exactamente cómo y dónde me gustaba qué, y podía inducirme el orgasmo en cuestión de un par de minutos si quería. También había leído un montón de artículos y me había informado más que cualquiera, incluso estuve metido en el mundo del “fanfiction” durante un tiempo, rodeado de relatos eróticos de todo tipo.



Quería probarlo todo, tenía una lista enorme de fantasías que guardaba con recelo en una carpeta cifrada de mi ordenador personal. Era el tipo de persona que siempre escuchaba con atención cuando la conversación se tornaba sexual. Incluso mis amigos que sí que mantenían relaciones me pedían consejo porque “Kei, tú sabes mucho.” La mitad de ellos ni siquiera sabría ubicar el clítoris, qué patéticos. Aunque supongo que si supieran la triste realidad serían ellos los que se reirían de mí.



No es que sea un chico especialmente feo o que no sepa relacionarme con el sexo opuesto; es que no me gusta el sexo opuesto. ¡Y encontrar pareja gay en Japón es jodidamente difícil! Todo lo que encuentras son tíos feos que quieren follar como conejos haciendo la cucharita durante dos minutos y adiós. Y yo no quiero eso. Tampoco estoy buscando un novio pegajoso y adorable con el que hacer el amor religiosamente una vez por semana, siempre antes de dormir.



¿Y qué es lo que quiero entonces? ¿Qué me interesa? Bueno, me siento muy atraído por la idea del BDSM y todo lo que implica. Bondage...dominación...sumisión...y masoquismo. Aunque la verdad es que no me he planteado un “rol definido” para mí, me gustaría probar ambos... Pero claro, no todo el mundo puede ser amo y necesitas experiencia. Así que para una primera prueba...nada me gustaría más que alguien que “supiera guiarme”. Esta fue una de las razones por las que me registré en un foro de esta temática, en el que la gente compartía sus experiencias, técnicas y sugerencias hacia otros usuarios sin ningún tipo de vergüenza o prejuicio. Incluso había un tema en el que hacían “reviews” de juguetes sexuales que compraban, hablando sobre si habían quedado o no satisfechos con su uso. También había una gran sección de comentarios con perfiles de gente que buscaba nuevas parejas sexuales cerca de su localidad que estuvieran “dentro de este mundo”. Bajé por aquella página, pasando por un montón de dominantes que parecían demasiado violentos y duros para mi gusto, no le encontraba el atractivo al daño físico gratuito, yo quería a alguien metódico, a alguien que tuviera “un plan para mí”. Y entonces...lo encontré.

“Aki” el cual se autodenominaba “Un amo que jamás pierde la calma, que mantiene el control de la situación incluso con el sumiso más rebelde” No adjuntaba ninguna foto de él, pero tenía 25 años, así que me decidí a mandarle un mensaje; le dije que era un chico versátil y que quería hablar un poco con él antes de quedar. Pensé que me mandaría a la mierda, pero pareció muy comprensivo, me dijo que él también era reticente a quedar con gente desconocida sin antes charlas sobre las preferencias de cada uno. Le pregunté sobre el asunto de la violencia directa, sobre los golpes, y me dijo que no era lo suyo, que a él le gustaba imponer su dominancia mediante actos más “sutiles” sobre los que no me quiso dar detalles porque, según él “la expectación, que no sepas lo que voy a hacerte en cada momento, es lo realmente excitante del juego para ti.”



Por alguna razón cada vez que hablábamos me excitaba. La forma en la que escribía...parecía una persona realmente inteligente y experimentada. Me dijo que había estudiado ciencias económicas en la universidad y que había conseguido su primer trabajo como contable en una gran empresa. Qué aburrido, normal que lleve “una doble vida”. Le pedí una foto de él pero no quiso dármela, aunque tampoco me pidió una mía, “eso le daba igual”. Estuvimos hablando durante varios días y finalmente me dejó “tan enganchado a él” que me decidí a pedirle quedar.



**



Kei: Oye Aki...me gustaría verte en persona...



Aki: ¿Tienes libre el sábado?



Kei: Sí...esto... ¿dónde te gustaría quedar?



Aki: Podemos ir a mi casa si quieres. ¿Te recojo en la estación de Namba?



Kei: ¿Vives en el barrio rojo?



Aki: Solo di que sí.



Kei: ¿A las 17:00?



Aki: Perfecto. ¿Qué ropa llevarás?



Kei: Ah...¿Quieres algo especial? Yo no tengo ropa...de sumiso.



Aki: No pequeño, es para reconocerte.



Kei: Ah, perdón...llevaré..camisa con...chaleco y corbata gris...



Aki: ¿Siempre vas tan elegante a estas citas?



Kei: La verdad es que es la primera vez que quedo con alguien para esto.



Aki: ¿Es tu primera experiencia BDSM?



Kei: Sí...



Aki: No me habías dicho eso.



Kei: Lo siento...es que todo el mundo aquí tiene mucha experiencia.



Aki: Permíteme darte un consejo, pequeño. En este juego...jamás mientas a tu amo.



Kei: …



Kei: Soy virgen.



Y entonces, frente a su pantalla...Aki esbozó una sonrisa de medio lado.



Aki: Te enseñaré.



**



Estaba realmente nervioso, no sabía qué esperarme. Llegué con diez minutos de antelación a la salida de la estación, observando con miedo a todos los hosts que pasaban, alejándome un paso de todos los que se decidían a hacerme nanpa haciendo siempre la misma pregunta: “¿Eres...Aki?” Y obteniendo respuestas como “puedo ser quien tú quieras, cariño...”



Finalmente, en el preciso momento en el que el reloj marcó las 17:00, una voz profunda llamó mi nombre. Inmediatamente lo miré, e hice mi pregunta. Pero esta vez obtuve la respuesta que quería; un leve asentimiento.



Era un chico alto, delgado...el pelo negro le cubría parte de la cara pero... ¡No era feo! Daban ganas de besarlo tal cual estaba... No sabía cómo saludarlo. ¿Darle la mano...un beso en la mejilla...un abrazo? No, no parece de los que dan abrazos, igual se molesta...



–¿Vamos?–se impacientó ante mi falta de respuesta



–Claro...–empecé a caminar a su lado, en silencio



–Tanto hablar por chat y ahora no tenemos nada que decirnos...–me reí nervioso, pero él no acompañó mi risa



Así visto...daba algo de miedo.



–¿Vamos a...ir a tu casa ahora entonces?–



–...–



Y entonces me vi con la espalda en la pared y mis muñecas por encima de mi cabeza. Aki estaba a muy poca distancia de mí, y me mordí el labio inferior, en parte asustado en parte expectante. Pero se apartó.



–¿Ah?–me quedé como un perrito abandonado–Aki...–



–Es aquí.–me señaló su edificio



–Ah...genial...–subió por las escaleras delante de mí, y un extraño sentimiento me invadió entonces, como si mi madre estuviera regañándome por meterme ahí o algo así



“No deberías ir a casa de un extraño.” “Es peligroso.” “No tienes que quedar con gente que conoces en internet.” Ese tipo de cosas...pero pasé. Y si me iba a quitar los órganos... pues le pediría no morir virgen.



–Acomódate.–desapareció de mi vista, nada raro de buenas a primeras en la entrada, parecía una casa normal, avancé y me encontré con el salón, normal también...



Supuse que podría sentarme en el sofá, tomaríamos algo y luego ya iríamos a la cama... Aki volvió con un par de copas, y me ofreció una para sentarse a mi lado, sin tocarme.



–Gracias...–eché un buen trago, lo necesitaba realmente–Esto...–no sabía qué hacer



Un crujido extraño sonó en la casa, supuse que de la madera o algo así...



–En tu casa hay muchos rui–no pude terminar la frase porque tenía sus labios sobre los míos



Bien Kei, respira hondo y haz lo que haga él. Dios, parece que me va a comer...voy a...no sé a qué sabe esto... No es que no tenga experiencia besando solo es que...todas las personas con las que me he besado se...dedicaban a abrir y cerrar la boca un rato así que yo...hacía lo mismo, Aki me ha pillado desprevenido. Se quedó sobre mí en el sofá, todos los mechones de su cabello apuntaban hacia mí, y él estaba realmente..guapo...



–Aki...–



–¿Mm?–



–Nada...–levanté la cabeza para volver a besarle, cerrando los ojos, no quería pensar en lo que estaba haciendo porque sería peor, pero esta vez se alejó un poco de mí y no pudimos terminar el beso



Estaba claro que no le había convencido... Encendió el televisor y se quedó en silencio. Ojalá hubiera sabido que solo estaba “tanteándome” para saber si era lo suficientemente sumiso como para aceptar que ahora no iba a tomarme. En lugar de eso yo estaba pensando “No le he gustado maldita sea no sirvo para esto, a la hora de la verdad no tengo ni idea de cómo complacer a alguien.” Así que me fui de casa de Aki virgen al de una hora de silencio. Me di una ducha fría para despejarme y al salir me senté frente al ordenador como de costumbre.



“Tienes un nuevo mensaje.”



Aki: Ha sido divertido.



¿Divertido? ¿De verdad? Pero si a penas hemos hablado, lo dice para quedar bien conmigo y en cuanto le conteste con un gracias no volverá a hablarme. Pero eso no pasó...seguimos hablando como siempre por chat, aunque no me atreví a preguntarle por qué no lo habíamos hecho, no quería recibir el “no me gustas de esa forma, después de verte me lo pensé mejor”.



Aki: Quiero volver a verte.



Eso sí que no me lo esperaba, ¿después de cómo había sido quería más? ¿Igual se había cortado un poco? ¡Qué digo, se supone que el amo es él, si se corta por eso menuda mierda de negocio! Accedí a volver a quedar con él y esta vez caminamos durante un rato y tomamos un café juntos, pero no me besó. Definitivamente no le había gustado.



Sin embargo...este proceso se repitió por...unos dos meses...quedábamos, hablábamos, y muy rara vez, cuando yo ya pensaba que “había perdido toda posibilidad con él” me besaba. Ahora sé que solo me “mantenía enganchado, dándome lo mínimo, solo lo suficiente para gustarme”. Y joder, lo consiguió. Llegó un punto en el que me olvidé de por qué nos habíamos conocido, de que quería tener sexo. Por primera vez en mi vida sentía que alguien me gustaba, que me gustaba mucho.



Aki: ¿Quedamos hoy en mi casa?



Un mensaje de texto, hacía mucho que habíamos intercambiado números. Pasamos el día viendo películas pero calculé mal el tiempo y se nos hizo demasiado tarde como para que cogiera el último tren, así que Aki me ofreció quedarme en la habitación de invitados y yo llamé a mis padres para decirles que dormiría en casa de un amigo.



–¿Seguro que no te importa que me quede?–



–Está bien. ¿Te preparo el baño?–



–Ah...–no esperaba eso–Claro.–



No era algo tan raro, cuando iba a casa de algún amigo sus padres siempre me ofrecían darme un baño primero antes de que lo hicieran ellos para que el agua estuviera sin estrenar, Aki intentaba ser amable.



–¡Kei, está listo!–me había quedado pensando en mis cosas y no me había dado cuenta del tiempo que había pasado



–¡Voy! Muchas gracias Aki...–entré al cuarto de baño y había algo de vapor en el ambiente; genial, me encanta el agua caliente



Aki estaba de rodillas junto a la bañera comprobando la temperatura del agua, qué atento...



–Está bien.–sacó la mano



Y no se movió.



–Esto...–



–Métete en la bañera.–



–¿Perdón...?–



–Voy a bañarte.–



¿Estoy enfermo porque una pequeña descarga llegó hasta mi entrepierna al oírle decir eso? Me quité la camiseta mirando hacia algún punto de la pared para no desconcentrarme, pero dudé un poco más con los pantalones.



–Quítatelos.–me ordenó, y como buen “sumiso principiante” obedecí, y bajé mi ropa interior al mismo tiempo



Entré en la bañera rápidamente para sentirme seguro bajo el agua. Y Aki me miraba...mucho. Resultaba inquietante porque no hacía nada, solo observarme. Me quedé en completo silencio y la escena era perturbadora.



–Sal.–



–¿Ah? ¿Por qué?–no quería quedarme expuesto ahora



–Voy a lavarte.–



–¿Perdón...?–me quedé un poco sorprendido ante esta petición después del comportamiento que había tenido conmigo durante estos días



Kei, has conocido a Aki en una web BDSM, amor y dulzura no va a querer precisamente. Me decidí a salir de la bañera; cubriéndome la entrepierna avergonzado, y me quedé de pie frente a la pared en la que se encontraba la alcachofa de la ducha. Con lo prácticos que son los baños occidentales como el de casa; todo en el mismo sitio, sin tener que salir a lavarte fuera...



Mientras discutía las diferencias entre el mundo occidental y el oriental en mi mente, Aki ya pasaba la esponja por mi pecho; despacio, con algo de fuerza pero sin llegar a hacerme daño, enjabonándome poco a poco. Los primeros segundos fueron una tortura, no podía mirar lo que hacía ni apartar las manos de mi entrepierna, hasta que me las apartó el mismo para enjabonar mis brazos. Poco a poco...me empezó a gustar el contacto; aunque sentía la mirada de Aki fija en mí y eso me mantenía tenso.



–Mm...–Aki no reaccionaba, pero mi entrepierna sí; estaba empezando a ponerme duro de solo imaginar en qué podría acabar esta escena, y aunque él no lo dijera, sé que se fijó, porque sus manos, junto con la espuma, bajaron hacia esa zona, envolviendo mi miembro con la esponja, moviéndose de arriba abajo con más presión de la necesaria para simplemente limpiar la zona, como yo mismo había hecho en algunas de las mejores pajas de mi vida



Expulsé el aire de mis pulmones despacio, casi gimiendo al notar como me endurecía del todo, y las manos de Aki se alejaron; hacia mis nalgas.



–Siéntate.–habló, y miré al suelo en busca del típico taburete en el que habitualmente uno se lavaba la cabeza o se sentaba para limpiar sus pies, pero no me encontré con eso



Lo que había en el suelo era algún tipo de banco bajo alargado, con un lugar para apoyar los pies delante de él. No me pareció tan raro y me fui a sentar normalmente, pero Aki estiró con fuerza de mi muñeca haciéndome perder el equilibrio por unos instantes, y me dejó en el suelo de rodillas, haciéndome apoyarlas en aquel “reposa pies” cuya función comprendía ahora. Era bastante...cómodo.



–Apóyate ahí.–aquí me indicó y apoyé mis brazos en el banco, como quien espera que le den un masaje, quedando prácticamente a cuatro patas, en una posición ligeramente inclinada debido a la diferencia de altura entre el banco y el reposa pies–Buen chico.–pero ninguna caricia acompañó a esas palabras, así que giré mi cabeza justo a tiempo para ver a Aki hincarse detrás de mí–No te gires.–



–Perdón.–me quedé mirando de nuevo hacia la pared del baño, notando las atenciones de la esponja en mis muslos, subiendo hacia mis nalgas; enfocándose en mi entrada, bajando hacia mis testículos y subiendo de nuevo



Quería tocarme, pero si lo intentaba podía llevarme un castigo de mi “amo”, así que me agarré fuertemente al banco, balanceando mis caderas para aguantarme las ganas de agarrar mi miembro; y mover la mano de arriba abajo, rápido...



–Aah...–un momento... ¡lo estaba haciendo Aki!



Ni siquiera me había percatado de cuándo había vuelto a rodear mi erección con la esponja.



–Ah...–mordí mi brazo para acallar mis gemidos y terminé por correrme en las baldosas del baño, agarrándome bien para no acabar deslizándome hasta el suelo



Las manos de Aki se detuvieron, y me dio la vuelta violentamente, haciendo que mi espalda chocara contra el banco y que yo quedara sentado en el suelo, mirándolo sin saber qué hacer.



–No tienes permitido correrte sin mi consentimiento, bajo ningún concepto.–me miraba directamente a los ojos, y mi miembro amenazó con despertar de nuevo–Tómate esta advertencia como un regalo.–y dicho esto encendió la ducha, haciendo que el agua helada cayera sobre mí para aclararme



Cerré los ojos, sintiendo mi entrepierna volver rápidamente a la normalidad debido al riego sanguíneo que comenzaba a ser necesario en otras zonas.



–Levántate.–le obedecí y cerró el grifo cuando estuve completamente aclarado, luego trajo toallas para mí y me secó personalmente, lo cual se me hizo de lo más tierno ya que tenía mucho cuidado conmigo



Pensé que todo habría terminado así que me relajé y simplemente me dejé hacer. Oh, cuan inocente era. Una vez seco Aki quiso “dejarme presentable” o algo así, y se dedicó a esparcir algún tipo de aceite aromático por mis hombros, bajando hacia mis brazos y masajeando mi espalda más tarde. Él ya me había hablado de esto antes; de la importancia de los aromas a la hora de tener sexo, del poder del olfato cuando se priva de la vista al sumiso, y de lo que le gustaba que sus acompañantes desprendieran una fragancia dulce...y apetitosa. Mi vergüenza ya se había ido y no me molestó que Aki apretara mis nalgas entre sus manos, masajeándolas también, lo cual me hizo morder mi labio inferior, imaginando cómo me penetraría, cómo jugaría conmigo, qué clase de preliminares habría una vez en la cama...



–Kei.–su voz en mi oído



–¿Sí...?–



–No grites.–no entendí a qué se refería hasta que sentí sus dedos haciendo presión en mi entrada



Me tapé la boca con las manos para intentar cumplir su orden, pero en cuanto consiguió introducir ambos dígitos gracias a la lubricación del aceite no pude evitar emitir un quejido, e inconscientemente intenté alejar mis caderas del dolor, pero Aki no me lo permitió, rodeando mi cintura con su brazo, pegándome a él para que no pudiera moverme.



Esto ya no iba tan bien. No es que no hubiera “jugado ahí” nunca, mantener un dedo en mi interior y moverlo rítmicamente resultaba un buen complemento -aunque no necesario- para masturbarme, pero nunca algo de lo que haría “el acto principal”, ya que no conseguiría correrme solo con eso, no era lo mismo. Además, siempre que trataba de introducir otro dedo, a pesar de que lo conseguía me resultaba muy incómodo sin importar el placer que estuviera dándome con la otra mano. Pero Aki fue insistente para arreglar eso, y sin importarle si me quejaba o no de dolor, y asegurándose de mantenerme bien agarrado, empezó a mover sus dedos dentro de mí, curvándolos en busca de mi próstata...y la encontró.



–¡Aah!–lo miré preocupado por no haber acatado su orden de silencio, pero estaba sonriendo de medio lado



–Qué simple eres.–y dicho esto empezó a dirigir sus movimientos hacia el mismo punto, haciéndome buscar un apoyo, pero lo único que pude hacer fue reposar mi espalda en su pecho mientras él seguía



Volvía a tener una erección de bandera entre mis piernas, apoyé mi cabeza en su hombro haciendo que mis gemidos se escaparan hacia su cuello. Quería morderlo, quería lamer su mandíbula, besar el lunar de su barbilla...pero supuse que no me estaba permitido, al igual que...correrme. ¡Si seguía así iba a hacerlo de nuevo, y ni siquiera me estaba masturbando!



–¿Pu...puedo correrme...amo?–ni siquiera me había pedido que lo llamara así, pero pareció gustarle



–Me has tentado a decirte que sí.–un movimiento especialmente profundo de sus dedos



Estaba a punto...



–Pero no.–apartó su mano y de no ser porque me estaba sujetando aún me hubiera caído



–¿Aah...?–



–Sígueme.–salió del baño y tuve que seguirlo desnudo, pero llegados a este punto eso era lo que menos me importaba



Entramos a su habitación, cerrada con llave, y en cuanto crucé la puerta entendí por qué lo estaba. La cama era enorme y estaba cubierta por mantas y sábanas de complemente negras, había leído que era algo recurrente en este mundo, ya que sobre ellas la presencia de fluidos resultaba más llamativa. También había dos enormes armarios cuyo contenido me dio miedo preguntar, pero Aki disipó mis dudas al abrir uno de ellos: En una de las dos partes colgaban todo tipo de trajes -en su mayoría negros-, algunos brillaban y otros eran completamente opacos. Cuero, polipiel, vinilo... La otra parte del mueble estaba compuesta por varias baldas en las que se alineaban todo tipo de objetos sexuales.



–¿Te gusta?–Aki me indicó con su mano que me acercara y pude observar mejor el contenido



–En la balda de arriba hay cosas de bondage; esposas, cuerdas, gagballs...en esta vibradores estándar, estimuladores de próstata y cualquier otro objeto introductorio. En la tercera están los lubricantes, condones de sabores, aceites y ropa interior comestible. En las cajas del suelo objetos muy grandes o que requieren montaje como columpios sexuales o máquinas de penetración motorizadas, además del paragüero que uso para las fustas, látigos y cualquier otra vara de castigo.–



–Esto debe...valer mucho dinero.–fue el único comentario que se me ocurrió hacer



–Sí. Y he montado uno de mis juguetes favoritos para ti. Espero que estés a la altura.–



–¿Ah?–



Fue entonces cuando me di cuenta de la cadena que colgaba de una polea en el techo de la habitación. Era un...gancho. No parecía nada especial, ni siquiera estaba muy afilado, la punta era más bien redonda...



–Mm...creo que este te irá bien.–Aki tanteó la estantería de los vibradores y escogió uno bastante grande, pero no escandaloso como algunos de los que había allí



–¿Qué...quieres que haga?–no tenía claro que pudiera metérmelo cómodamente



–Sígueme.–caminamos hasta aquel gancho y Aki insertó el vibrador en la punta redonda–Perfecto.–



Vale...me hacía una idea de cómo iba esto. Pero estaba muy alto como para que pudiera subirme.



–Bien.–Aki hizo bajar el gancho usando la polea, haciéndolo quedar lo suficientemente bajo como para que pudiera colocarme–Acércate.–



–No estoy seguro de esto A-¡Aaahh!–ni siquiera me había escuchado y ya había deslizado el objeto en mi interior–Joder...–esto ya era otro nivel, sentía mi entrada arder



–Voy a subirte, agárrate a la cadena.–



–No, espera...–



–No.–tiró de la cadena para levantarme y tuve que agarrarme a ella para no caer hacia atrás



–¡Aaah!–estaba bien agarrado para poder mantener mis caderas levantadas y no tener tanto contacto con el vibrador, pero no aguantaría mucho–Joder...–tampoco encontraba una postura cómoda para mi entrepierna, que se rozaba todo el rato con la parte superior del garfio–Esto es incómodo...–



–Déjate caer.–



–No...–



–¿No?–tomó mis caderas y las bajó él mismo, haciendo que tan solo la base del vibrador quedara fuera de mí–Perfecto.–



–Mnh...–llegó un punto en el que no me quedó otra opción que relajar mis piernas y dejarlas colgando, respiraba lentamente intentando pensar en otra cosa–¿Dejará de doler...?–metí mis dedos en los huecos de la cadena, intentando distraerme



–Te gustará.–y entonces Aki...encendió el vibrador



Fue una sensación muy extraña los primeros segundos; se me escapó un gemido y Aki subió la velocidad. No sabía cómo sentirme, contraje mi entrada sin querer y aquello solo incrementó la sensación.



–Aah... Joder...–mi acompañante se sentó en la cama frente a mí, observándome



–¿Te gusta, pequeño?–



–Sí...pero...sigo un poco incómodo...–observé mi entrepierna completamente dura de nuevo rozándose contra el gancho



–Muévete.–



–Mm...–decidí cambiar el balance de mi peso y coloqué una sola mano en la cadena y la otra en mi entrepierna para mantenerla “a salvo” de las irritaciones, pero de esta forma a penas podía levantar mis caderas–No puedo...–



–Sí que puedes. No me hagas ir a mí.–



–...No amo.–hice de tripas corazón y me agarré a la cadena con ambas manos para levantar mi peso, a lo tonto estaba haciendo ejercicio–Aah...–



–Mantente ahí.–



Me sostuve con dificultad.



–Suéltate.–le obedecí y volví a agarrarme justo al terminar de caer



–¡Aah!–



Dios...me...había gustado.



–Ahora repite.–



Continué con aquel proceso de subir y bajar, ahora entendía cuál era la gracia de este “juguete”, pero una vez más, cuando estaba a punto de correrme, la voz de Aki se hizo presente:



–Para.–me quedé estático, sosteniéndome a pulso, a una sola bajada de terminar



Aki se levantó y bajó la cadena, dejándome de pie en el suelo...y ya sin ningún contacto. Mi entrepierna ya estaba roja e hinchada...y aunque no la veía, sabía que había otra zona que también lo estaba.



–Túmbate en la cama.–le obedecí y empecé a ponerme nervioso



No debería, ¿no? “Lo peor” ya ha pasado. Estoy dilatado y todo irá bien...supongo... Aki se desabrochó los pantalones y me observó unos segundos. No pareció gustarle la pinta que tenía así que torció el gesto y buscó algo en el armario. Volvió con una venda y me la puso sobre los ojos; me angustiaba la idea de no ver lo que hacía...pero llevaba así todo el día. Sentí cómo aprisionaba mis manos, una a cada lado de la cama, pero no me resistí. ¿No debería tener miedo llegados a este punto? No veía nada, estaba atado en la cama de un desconocido y podría ocurrir cualquier cosa.



Noté algo áspero recorrer mi pecho, no pude reconocerlo....y de repente mi piel empezó a arder.



–¡Ah!–me había golpeado con algo, supuse que alguno de sus látigos



–Eres un escandaloso.–sentí cómo se subía a la cama, y el calor que su entrepierna desprendía a pesar de lo frío de la tela del pantalón–Abre la boca.–lo hice esperando tener su miembro entre mis labios en pocos segundos, pero lo que hizo fue amordazarme



–Mn...–empujé la bola de la mordaza con mi lengua, pero solo conseguí darle vueltas, y llevarme otro latigazo–¡Mnh!–



El proceso continuó hasta que mi pecho acabó completamente rojo y seguro que sangrando un poco, pero no podía verlo. Yo respiraba como podía; atado, ciego, y sin poder hablar, me sentía indefenso y excitado en la misma medida. Fue entonces cuando sentí los dedos de Aki deslizándose por mis muslos, acariciándolos, y me estremecí ante el contacto. Se colocó entre mis piernas y tomó mis caderas con sus manos, agarrándolas firmemente para penetrarme de un solo golpe.



–¡¡Mnh!!–de no ser por aquella gagball en mi boca mi grito se hubiera escuchado en toda la prefectura



Me dolía, pero no quería que parara; después de todo el día había acabado acostumbrándome a esa mezcla de dolor y expectación que la actitud serena de Aki me provocaba. Siempre calmado, sin darte una sola pista sobre lo que va a ocurrir...metódico... ¡Joder, era exactamente lo que quería!



–Ah...–y por primera vez, lo escuché gemir–Mm...–se movía a un ritmo constante, agarrándome bien para que no me deslizara hacia atrás en la cama y pudiera llegar tan profundo como quisiera–Joder.–blasfemó, acercó su boca a mi cuello y empezó a morderme, fuerte, haciendo que estirara de mis ataduras cuanto podía



Quería soltarme, quería tocarlo... Arqueé la espalda ante una penetración especialmente profunda y ladeé mi cabeza, manteniendo mis brazos en tensión, respirando de forma entrecortada; era el tipo de situación que no podrías mantener por mucho tiempo ya que necesitabas oxígeno para tus músculos y descanso para tu cerebro pero...dios santo, quería que siguiera.



Empecé a imaginar cómo sería la escena; yo atado y amordazado y Aki encima de mí, penetrándome, con la sangre de mi pecho pasando al suyo, su expresión de placer, las pequeñas gotas de sudor que ya empezaba a notar...



–¡Mn!–me corrí “sin permiso” en pocos minutos, y dejé que Aki siguiera penetrándome como a un peso muerto hasta que él terminó



También fue una sensación extraña, como si de repente dispararan en tu interior, solo que en vez de balas un líquido caliente y pegajoso.



...si lo pienso así da mucho asco.



Aki salió de mi interior nada más terminar, me desató las manos y retiró la mordaza, haciendo que la saliva acumulada goteara por las comisuras de mis labios, la cual retiró con su lengua para luego darme un último beso. Yo mismo retiré la venda de mis ojos para poder verlo por fin; su expresión había cambiado tan solo un poco, tenía el pelo revuelto y parecía cansado. Aún así tomó mis manos y comprobó los moratones de mi muñeca con cuidado, y también las heridas de mi pecho y las marcas que me había hecho en el cuello. De alguna forma esto me hizo feliz; no era el tipo de chico que te dejaba hecho un asco y luego pasaba de ti, se estaba preocupando...



–¿Estás bien?–chasqueó los dedos frente a mi cara–Te has quedado perdido.–



–Ah...sí...lo siento...–pensé en qué decir–Ha estado...genial...–



–¿Querrás repetir?–



–¡Sí!–no lo dudé ni un instante



Este podría ser el comienzo de...no una bonita amistad sino...de una buena vida sexual. Y os aseguro que iba a disfrutar de todo lo que Aki pudiera ofrecerme.  

 

Notas finales:

Y hasta aquí, llevo mucho tiempo trabajando en este one-shot en comparación a los que saco normalmente la verdad, pero creo que estoy contenta con el resultado.

 

Espero que vosotros también.

 

¡Nos vemos en otro fic!

 

Os recuerdo que tengo 3 fics en funcionamiento y en dos hay Akikei por si queréis pasar a mirar :3


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