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¡Yo estoy aquí también! por Dark_Gaara

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Notas del fanfic:

¡Hola! Recién termino de escribir este fic, lo escribí muuy rápidamente y apurada, asíque por favor si tiene errores díganmelo! >

 Espero que lo disfruten~!

Notas del capitulo:

One-shot n.n Espero que les guste nwn Amo a esta pareja *w*

-¡Qué lindo nada Haruka-senpai!

- Sí, Haru-chan es genial.- respondió sin toda su energía usual.

Se acomodó las antiparras y se lanzó con enfado disimulado a la pileta. Rei-chan sonrió y se zambulló también.

 Nagisa estaba llegando a su límite. Admiraba a Haru-chan, era genial y lo sabía, pero no soportaba que Rei pensara lo mismo. ¿Por qué tenía que estar todo el tiempo hablando de lo bello que nadaba Haru? Era cierto que tenía una magia especial, que todos percibían, pero a veces le gustaría que Rei hablara de lo bien que él nadaba. O de él, nada más. O de algo que no sea Haru.

 Se mordió el labio inferior con fuerza. Rei idiota. Él siempre estaba a su lado, sonriéndole, haciéndolo reír, mostrándole cosas nuevas. ¿Por qué no podía verlo?  Estaba cansado. Le dolía sonreírle todo el tiempo sin que el peliazul lo notara del todo. Hablaban , sí, compartían tiempo juntos, pero el rubio pretendía algo más, no le bastaba con su simple compañía.

 Cuando se dio cuenta de que el lío en su cabeza no le permitía nadar como quería, salió de la piscina. Nadie lo miró demasiado creyendo que simplemente iba a decirle algo a Gou-chan, pero el rubio se fue sin decir palabra derecho a los vestidores. Antes de que cualquier a pudiera decir algo ya se había cambiado y se estaba yendo, sin saludar efusivamente como solía hacerlo.

 El día siguiente llegó sin mucho ánimo al instituto. En el pasillo se cruzó a Haru y a Makoto, a los que saludó con  una ligera sonrisa sin detenerse. Ambos se miraron sorprendidos de la falta de energía del rubio, pero siendo hora de entrar a los salones no pudieron hablar con él. Dentro estaba Rei. Nagisa desvió su mirada inquisitiva y lo saludó por lo bajo, sentándose rápidamente en su lugar. Algunos estudiantes se acercaron a preguntarle qué le pasaba, ya que el de ojos magenta solía ser quien saludaba a todos alegremente a primera hora de la mañana. Se excusó diciendo que estaba cansado, pero sentía la mirada de Rei clavada en él, sabía que no se estaba tragando el cuento.

-¿Seguro que estás bien, Nagisa-kun?- le preguntó visiblemente preocupado.

- Estoy bien. –dijo secamente, aunque contento al ver que al menos Rei se preocupaba por él.

 En el almuerzo todos lo miraban sin disimulo. Sabían lo difícil que era hacer que Nagisa hablara cuando tenía un problema, lo habían comprobado cuando escapó de su casa y tuvieron que usar todas sus artimañas para que les dijera qué le pasaba. Pero era obvio que el pequeño no andaba del todo bien. Por su parte, Nagisa comía en silencio desentendiéndose del asunto.

-Vamos Nagisa, ¿qué te anda molestando? Sabes que podemos ayudarte en lo que sea. –dijo tranquilamente Makoto, tratando de hacer que el rubio hable.

-No me molesta nada.- dijo Nagisa sin dejar de mirar su plato.

- No estás siendo como siempre. Algo debe molestarte.- comentó Haru clavándole sus ojos azules.

-Haru-sempai tiene razón, no estás---

Otra vez Haru teniendo razón. ¿Rei se preocupaba por él, o le preocupaba ver que Haru estaba preocupado? Era un pensamiento muy retorcido, lo sabía, pero no podía evitarlo. Le dolía creer que era así. Rei no era el motivo de que siempre estuviera feliz, porque siempre había sido así de enérgico, incluso de pequeño. Pero admitía que era lindo tener a alguien siempre a su lado, que lo seguía a casi cualquier lado, y que no lo miraba como si fuera un idiota o una molestia del todo. Le agradaba ver cómo Rei se alejaba de las teorías cuando estaba con él. Y por ello, ahora que se había cansado de la forma en que lo veía sentía que las energías lo abandonaban, y no tenía ganas de sonreír.

 Se levantó pesadamente mientras los tres lo seguían con la mirada, esperando que dijera algo. Nagisa tomó sus cosas y se fue, excusándose por lo bajo.

 Cuando sonó el timbre que daba por terminado el día de clases salió rápidamente. No quería encontrarse con nadie, mucho menos con Rei. Corrió a la estación sin mirar para atrás y no se detuvo hasta llegar. 

 Rei también se apuró a salir. Y se decepcionó mucho cuando descubrió que el rubio no lo había esperado como siempre, sino que se había ido sin él. Suspiró y comenzó a correr a la estación. Como buen atleta que era no tardó mucho en llegar. Comenzó a mirar por todos lados, maldiciendo la estatura de Nagisa que dificultaba su búsqueda. Por fin lo vio, parado en el gentío y con la mirada perdida.

-¡Nagisa-kun!- llamó desde lejos, acercándose.

 Nagisa se tensó al reconocer la voz, pero no se movió del lugar.

-Tomemos el tren juntos, como siempre.- dijo sonriendo y jadeando el más alto.

El rubio lo miró un tanto sorprendido, pero asintió levemente.

Sentados uno junto el otro, ninguno hablaba. Rei sabía que abordar el tema directamente no le serviría de nada, porque el rubio lo evadiría de una u otra manera. Decidió tomar un camino distinto. Quizás si hablara de algo que le gustara a Nagisa, éste bajaría la guardia.

-El entrenamiento de ayer fue pesado, ¿verdad? Gou-chan nos hace entrenar muy duro…

- Sí.- fue su única respuesta. Pero Rei no se daría por vencido tan fácilmente.

- Pero vale la pena, ya que así podremos nadar con Makoto-sempai y Haru-sempai…

- Realmente admiras mucho a Haru-chan, ¿no, Rei-chan?- dijo lentamente y sin alzar la mirada, pronunciando cada sílaba lentamente.

 Rei lo miró sorprendido. Suspiró y sonrió.

-Sí, admiro mucho a Haru-chan. Igual que tú, ¿verdad, Nagisa-kun?

El rubio lo miró sorprendido, pero luego desvió la mirada con notable molestia.

-Sí, pero…

- Pero también te admiro mucho a ti, Nagisa-kun.

 El mencionado alzó la vista muy sorprendido. Rei le sonrió dulcemente, creyendo que había solucionado las cosas. Lo que no recordaba es que el rubio no era tan fácil de tratar como parecía. Lo miró fijamente, clavándole sus ojos magenta sin reparo, y sin sonreír. Frunció el ceño, enojado.

-No me gustan este tipo de bromas, Rei-chan.-le dijo sombríamente.

Rei se sorprendió, mirándolo sin entender.

-¿De qué hablas?

En ese momento el tren frenó. Nagisa se levantó rápidamente y se dirigió a la puerta, aprovechando su tamaño para colarse entre la gente y abandonar rápidamente el tren. Comenzó a caminar muy molesto. No podía creer lo que Rei acababa de decirle, porque sabía que en el fondo debía ser una broma, pensando que así sonreiría o algo así.

-¡Nagisa-kun!- oyó que lo llamaban de lejos, aunque no frenó.

Un brazo tomó el suyo haciéndolo frenar y darse vuelta. Rei lo miraba con sorpresa y tristeza, mientras trataba de recuperar el aire. Nagisa le sostuvo la mirada con su rostro enfadado.

-Basta, Rei-chan. Sé que debo parecerte molesto e infantil. –desvío la mirada y su enojo se tornó en una expresión más bien triste.

- Pero es cierto que te admiro, Nagisa-kun. –dijo Rei sin dejar de mirarlo y sin soltar su brazo, para que el rubio no escapara- Es justamente eso lo que admiro de ti. Siempre estás sonriendo aunque estés mal, tratando de que todos estemos felices. E intentas que permanezcamos unidos sin importar qué. También admiro que siempre estés pensando en los demás, en que nos llevemos todos bien, incluso con los de Samezuka. Me gusta que nada te detenga. No encuentro ninguna teoría que pueda explicar cómo eres o qué vas a hacer, y si bien a veces me aterra un poco lo que puedas llegar a proponer, me encanta que seas tan incalculable.

 Nagisa alzó la vista, quedando los dos frente a frente.

-Es por eso-dijo Rei lentamente, sin dejar de sonreír- que quiero acompañarte a cualquier lado que quieras ir, y hacer cualquier cosa que propongas. Para ver si puedo entenderte un poco más. Y si no, al menos podré disfrutarte. Quiero estar siempre contigo para ver si puedo parecerme un poco más a ti. Admiro el nado de Haru-chan, pero de ti admiro todo, Nagisa-kun.

 Nagisa lo miró fijamente, tratando de determinar si creerle o no. Pero Rei seguía sonriendo apaciblemente, aunque el temblequeo de su brazo mostraba que en realidad estaba nervioso. Y cómo no estarlo, después de todo lo que había dicho sin pensar.

 El rubio sonrió ampliamente, como solía hacerlo. Su corazón latía aceleradamente, pero ya no de preocupación, sino de felicidad. Tomó el otro brazo de Rei y se paró en puntas de pie, hasta que sus labios llegaron a los labios del peliazul, y posó un pequeño beso sobre ellos. Luego volvió a sonreír.

-Gracias, Rei-chan~ -dijo alegremente, ante la mirada feliz de su compañero.

Y así como ni Haru ni Makoto comprendieron porqué Nagisa había estado tan sombrío el día anterior, tampoco terminaron de comprender por qué estaba más radiante que siempre al día siguiente. Aunque al ver que tomaba la mano de Rei creyeron comprender un poco más.

Notas finales:

Y aquí termina, espero que no haya quedado muy abrupto xD Siéntanse libres de comentar para bien o para mal nwn

 

Nos leemos~!


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