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Detrás de Aquello. por Matsumoto Yuki

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Notas del fanfic:

Bueno, si leíste el primer capítulo de la otra... Cosa, que estoy escribiendo, te estarás preguntando ¿Quién carajos se cree subiendo otro capítulo de otra 'cosa'?

Pues me creo yo. 

Trataré de subir un capítulo por semana, de cualquiera de las dos 'cosas' xD Así que ustedes... 

Sólo lean (?)

Notas del capitulo:

¡Espero os guste!

Aunque creo, ira un poquito lenta la historia.

Una silueta se podía divisar cerca de las costas de Sindria. Lo que parecía, una alfombra voladora con un pasajero, se acercaba.

La primera persona en percatarse de ello, fue la joven maga del reino, Yamuraiha.

— ¡Alteza, alguien o algo forzó la entrada a la barrera! —Informó la maga a su Rey de forma inmediata. Había tenido suerte de que todos, el Rey y sus ocho generales, estuvieran juntos en uno de los grandes jardines del palacio.

— ¿Qué? ¿Quién entró? ¿Cuántos? —Preguntó sorprendido Sinbad, desde hace tiempo que nadie había podido penetrar su 'fortaleza'.

—No lo sé... Acabo de perder la presencia de él o los intrusos... —Contestó Yamuraiha, desviando la mirada apenada —Sólo puedo asegurar que sigue dentro.

—Bien... —Sinbad tomó lugar en medio de los presentes y alzó la voz —Todos atentos, puede ser algún atentado contra Sindria o algo pe-...

En esos momentos, se pudo divisar cómo caía un rayo a pocos metros detrás de Sinbad, seguido de una explosión.

Todos se alarmaron, no sólo porque la explosión había sido de gran magnitud, sino por el bienestar de su rey y la localización del atacante. Nadie había visto desde dónde se había lanzado el ataque.

— ¡Sinbad! —Gritó su visir, yendo a socorrerlo, pero el aludido lo calmó.

—Sólo me he golpeado un poco en la cabeza, tranquilo —Dijo el Rey, levantándose, pues de la impresión e impacto, había caído al suelo. 

Los ocho generales dieron un suspiro de alivio. Luego se volvió a la tensión.

—¿De dónde vino el ataque? —Preguntó Ja'far, observando a los alrededores, para ver al causante de todo eso, pero no vio nada.

No había nadie, ni en tierra ni en el cielo que hubiese podido lanzar tal ataque. Lo cual quería decir que estaban indefensos. Sabían su posición, pero ellos no la de su atacante.

—Pero... Qué extraño... Apenas noté al intruso y ya pasó esto... —Comentó la maga, desconcertada.

En ese momento, a Sinbad pareció iluminársele el mundo.

— ¡Claro! —Hablaba consigo —Cómo no me di cuenta... Sólo una persona es capaz de hacer esto... Y es-...

Unas carcajadas burlonas comenzaron a escucharse, y todo se aclaró para los presentes.

—Judal... —Susurró Ja'far, poniéndose en guardia.

—El magi de Kou... —Susurraron los demás generales, imitando al visir.

Entonces la risa del magi oscuro cesó, y bufó.

— ¿Saben? No es divertido cuando lo descubren tan rápido. —La voz provenía de uno de los pilares que se encontraban al costado más cercano, en el palacio.

Del pilar de en medio de la corrida frontal, salió Judal.

Su caminar era tranquilo. Movía sus caderas con naturalidad, al igual que su larga y oscura trenza, que se menguaba al ritmo de sus pasos.

No había rastros de temor en sí como persona. Iba demasiado confiado, cosa que irritaba a la gran mayoría.

— ¿Qué haces aquí? —Preguntó Sinbad. Debía de anticiparse a lo violento y, aunque no resultara, tratar de hablar civilizadamente.

— ¿Qué tiene? ¿No puedo venir a molestar un poco? —Respondió altaneramente el joven, rodando los ojos, los cuales se posaron en la maga del Reino —Oh~ Entonces aquella barrera era de ella... —Soltó más para sí mismo que para algún otro.

La aludida sintió un escalofrío.

— ¿Cómo es que pudo traspasarla y llegar tan rápido...? —Susurró Yamuraiha, pero no lo suficientemente bajo como para que el magi no pudiera escucharla.

—Soy mejor y sé más cosas de magia que tú, bruja. —Respondió a secas la pregunta retórica de la maga, dejándola en blanco.

Luego la fémina reaccionó y se molestó.

— ¿Cómo que bruja? ¡Soy una maga, que no se te olvide! Y escúchame bien, que no por que seas magi eres lo mejor del mundo, niño creído, poco modesto, ignorante, irrespetuoso... —Yamuraiha había comenzado a soltar insultos o impropios infinitos a Judal, quien simplemente la ignoraba.

— ¿Y bien? —Preguntó Sinbad, ignorando también el ataque verbal de su subordinada.

—Y bien, ¿Qué? —Respondió Judal cruzándose de brazos.

— ¿A qué debemos la visita del magi de Kou? —Preguntó, haciéndolo sonar obvio.

No hubo respuesta alguna del magi oscuro.

Y los reclamos de Yamuraiha seguían de fondo.

— ¿Magi-...?

— ¡Deja de llamarme así! —Gritó de repente Judal y todo quedó en silencio. Todos se alistaron por si el magi oscuro comenzaba a atacar de repente —Estoy de vacaciones ¿Okey?

Silencio.

Todos, o la mayoría de los presentes estaban sorprendidos.

— ¿Vacaciones...? —Repitió Sinbad, sin entender aún qué tenía que ver eso con el que estuviera allí en esos momentos. Pero tampoco le dieron tiempo de entenderlo, pues una voz atrajo sus pensamientos.

—Oiga, su Alteza, ¿Por qué nosotros no tenemos vacaciones? —Preguntó Pisti, ingenua.

—Sí... ¿Por qué no? —Le siguió Spartos.

Y entonces una discusión en grupo comenzó, excluyendo a la supuesta 'amenaza'.

— ¡Queremos vacaciones! —Dijo pausadamente Pisti, con mucho ánimo.

— ¡Sí, sí, vacaciones~! —Soltó Sharrkan.

—Alteeeza, denos vacaciones~~ —Pidieron Pisti, Sharrkan, Spartos y Yamuraiha. Esta última, tentada por un tiempo para si misma.

—A ver, cálmense chicos —Alzó la voz Drakon. —No necesitamos vacaciones, nuestro deber legítimo es servirle a Sinbad-sama.

—Sí, sí, Drakon. Pero también queremos tiempo para nosotros, ¡Para beber, irnos de viaje o algo! —Contestó Sharrkan.

— ¡Exacto! —Afirmaron Pisti y Yamuraiha.

— ¿Qué acaso lo olvidan? —El Rey habló. — ¡Ni el mal ni las anormalidades tienen descanso! ¿Cómo ustedes lo van a tener, dejando indefensos a nuestros ciudadanos?

—Buen punto... —Susurró Spartos, cayendo en la boba excusa de su rey.

—Pero, Sinbad-sama, eso sería un buen punto si usted solo no pudiera contra las amenazas —Atacó Pisti.

Todas las miradas se posaron en Sinbad, habían encontrado un buen punto.

—Ah, bueno, yo... —Musitó Sinbad, viéndose acorralado entre la espada y la pared. La mayoría de sus subordinados lo penetraban con la mirada, cuestionándose el tema de las vacaciones.

Entonces, el magi oscuro aclaró su garganta, llamando nuevamente la atención, haciendo un ademán que decía 'Aún estoy aquí ¿Saben?' 

Y Sinbad encontró una manera de salir de aquella discusión, o al menos esquivarla de momento.

—Bueno, bueno, no le mostremos nuestra peor cara a uno de los representantes del Imperio Kou, y atendámoslo —Habló Sinbad, dando un par de aplausos.

— ¿Así nada más? —Preguntó Ja'far, quien aún esperaba algo referente a las 'vacaciones'.

—Así nada más. —Respondió su rey, sin contentar a su visir.

Los ochos generales bufaron, exceptuando claro, a Drakon y Masrur. Posteriormente, y a regaña dientes, comenzaron a discutir entre ellos cómo enfrentarse a aquel reto, nunca antes pensado.

Lo más importante era quién atendería al magi primero. Y como nadie se ofreció, hicieron una fácil prueba de suerte.

— ¡Piedra, papel o tijeras! —Gritaron los ocho generales a la vez, junto a su rey.

Sorprendentemente, los primeros en librarse de la carga, fueron Drakon, Hinahoho, Masrur y Sinbad.

— ¡Bien! —Soltó Sinbad mientras sonreía triunfante, pero luego sintió cómo unas cuantas miradas furiosas lo atravesaban, siendo una de ellas carmesí.

Así que de manera casi inmediata el Rey se recompuso, y aclarando su garganta, decidió seguir con la prueba.

—Ya, quedan Ja'far, Yamuraiha, Sharrkan, Pisti y Spartos, ¡Dénlo todo! —Animó Sinbad, y se volvió a escuchar el "¡Piedra, papel o tijeras!"

Salieron rocas versus papeles. Tres versus Dos.

— ¡Nooo~! —Gritó Sharrkan, imaginándose qué tan tortuoso sería entretener al magi oscuro.

—Vamos, no seas exagerado —Soltó Ja'far, posando su mano derecha en el hombro izquierdo del moreno, en señal de apoyo.

—Eso lo dices porque no perdiste —Respondió Sharrkan, lloriqueando.

—Ya, basta de melodramas ¡Piedra, papel o tijeras! —Elevó la voz Yamuraiha, quien se enfrentó a Pisti y a Sharrkan — ¿Eh...?

El resultado no fue el estimado.

La pequeña rubia junto al moreno quedaron en shock. Para luego estallar en risas. Risas de alivio y burla.

— ¡Buajajaja! ¡Eso te pasa por apresurar las cosas, bruja! —Se burló Sharrkan, riendo con sus manos posadas en su estómago.

La joven maga aún no reaccionaba. Había perdido. Ella, quien confiaba plenamente en las tijeras... ¡Una simple roca le había ganado! ¡Y encima, el bufón ese estaba burlándose de ella!

Furiosa, comenzó a juntar agua con su bastón, tratando de hacer un ataque sorpresa al burlón espadachín. Pero antes de que pudiera llevar a cabo su venganza improvisada, Sinbad la detuvo.

—Bien Yamuraiha, acepta tu derrota —Ordenó a su subordinada —Dejaremos a Judal a tu cargo... Así que... ¡Suerte! —Levantó su pulgar en señal de aprobación, y luego se fue como alma que lleva el diablo.

Sus siete compañeros posteriormente siguieron el ejemplo de su rey y se fueron, pues nadie quería problemas.

Vaya compañeros... —Pensó la maga, suspirando. Entonces se dio media vuelta y encaró al magi oscuro. Debía enfrentar a su suerte.

—Bien bruja, entretenme —Demandó Judal con una sonrisa de medio lado en su rostro. Más para Yamuraiha, fue lo más espeluznante que pudo ver jamás.

Tenían la impresión de que ese día sería largo. MUY jodidamente largo.

Notas finales:

¿Cómo será el entretenimiento entregado a Judal? ¿Qué tal difícil será para Yam-san atenderlo? Descubran eso y más en el próximo capítulo Asaddsaasdsadasda.

Pero enserio, ¿Gustó? ¿No gustó? ¿Comentarios?

¡Espero vuestras opiniones!

Está la próxima :B


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