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Morir para vivir eternamente. por estheyaoista

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Notas del fanfic:

Bueno, es algo triste porque hoy me he encotrado algo decaida...así que perdón si no es de su agrado o esperaban algo lindo y romántico, aunque intenté darle un final feliz, espero les guste.

Tal vez fue mi culpa, quizás no debí ser como era. Al menos debí demostrar interés en lo que estaba sucediendo entre nosotros. Fue todo mi culpa, desde un principio, desde el primer momento en que todo se vino abajo, fue mi error, ahora son los restos de ese error los que me asfixian, me envuelven y llevan lejos de su amor. Si tan solo hubiera comprendido en ese momento que era lo que estaba haciendo mal, si tan solo me hubiera dado cuenta de ese pequeño detalle que dejé escapar así nada más, ahora no estuviera aquí, sentado en medio de tanta gente, viendo hacia todos los lados pero sin querer mirar hacia el frente, donde tú te encuentras.

Creo que debí ser más comprensible, no, debí serlo y debería hacerlo. No debo dejarme llevar por esto, el sentimiento de culpa me envuelve, pero debo ser fuerte. Ja, como si eso fuera fácil, mi cabeza solo sabe mezclar la culpa con la auto compasión ¿Hasta cuándo debo seguir soportando este dolor que me invade y carcome desde adentro? Solo quiero verle una vez más, decirle que todo ha pasado y que puede confiar nuevamente en aquellas palabras que hace quince años le dije.

Ahora que lo veo, quince años son mucho tiempo como para que una persona recuerde lo que se dijo en ese momento, más sin embargo él lo atesoraba como toda una joya preciosa, algo invaluable e irremplazable que solo sería relevado el momento en que las nuevas palabras llegaran a sus oídos. Un “Te quiero” que ha sabido afrontar tormentas y tempestades, un “Me gustas” que ha sido su único acompañante en momentos de dolor por todos esos años, y una falsa promesa de felicidad eterna que lo ha llevado a su perdición. Ahora siento el peso de la culpa en mis hombros, ahora siento las palabras apilándose en mi garganta dispuesta a salir pero ¿A quién irían dirigidas si no tengo a nadie para decirlas?

Morirán, morirán en mi garganta como él lo ha hecho en mi vida. No saldrán ni conocerán el amor verdadero, porque este se ha marchado. Veo a tanta gente llorando, mis compañeros de trabajo intentando tranquilizar a Yokozawa, que, aunque estuviera saliendo (Y a la vez negándolo) con Kirishima-san, llora tu partida como todo fiel amigo.

Más sin embargo en mi rostro no hay lágrimas, ni expresión demacrada ni ojeras. Solo el mismo rostro que dejaste atrás, la misma frialdad que prometí tener desde el momento en que dije esas palabras que fueron tu detonante y tu tumba. Takano Masamune, me has matado a mí también, mis acciones no son las de un vivo, mis palabras simplemente suenan muertas y mis sentimientos se fueron contigo ¿Cómo quieren que llore si no tengo nada? Si lo he dejado todo en tu ataúd, en tu cuerpo, en tu alma que se lleva el viento. Me he quedado vació, soy un recipiente lleno de nada, que puede hacer silbar al viento en una tempestad. Soy nada.

La gente sale, entra y vuelve a salir, siento que ya no encajo en el lugar, tu familia se ha reunido para verte. Desde hace mucho tiempo que no lo han hecho y se da a notar enseguida, tu padre, a quien recién vengo a conocer, toma de la mano a una mujer simpática, a su lado, una joven y un hombre que le llama papá. Tu madre está hermosa, veo de dónde has salido de apuesto, tiene a su esposo a su lado y la consuela.

Para todos es como la mejor escena del mundo, ver a tu padre y a tu madre juntos es algo que desgarra los corazones incluso de los más fríos, pero para mí sigue siendo una acción de hipocresía, llena de decadencia y hostilidad que en sus ojos se reflejan. Las palabras que no se dicen las envían con una mirada que puedo leer. “Todo es tu culpa” “Debiste de ser más precavido con él” y tantas cosas que me envenenan más el alma.

Escucho a mis compañeros de trabajo acercarse a mí y tomar asiento en frente de la caja que mantiene tu cuerpo encerrado, posan su mano encima de mi hombro, saben lo difícil que es para mí, pero no saben que en verdad no lo es, pues como ya dije anteriormente, ya no siento nada.

-Ritsu.

Es la primera vez que escucho a Kisa decir mi nombre correctamente, quizás y sea por la seriedad del asunto, no le tomo importancia y sigo tranquilo en mi puesto, con la mirada fija en la caja, como alguien que planea algo, pero sin embargo, ni un pensamiento cruza por mi mente.

Imagino, solo imagino las circunstancias que debes de estar pasando, viendo todo desde lo alto y sin embargo no poder hacer nada, no poder tranquilizar a todos. Tal vez me ves con desprecio por no llorarte, pero deberías de enterarte que mi alma está sin nada, sin un ápice de sentimiento o deseos, incluso las ganas de vivir se han marchitado en mi corazón.

Cuando se llevan la caja, soy el único que queda en la sala, no puedo ni moverme, solo imagino que tú estás a mi lado y que nos hemos quedado juntos, que hemos de vivir el resto de nuestras vidas tomados de la mano. Mi mano se extiende a la nada y se posa en la silla contraria, siento el peso del viento. Claro, ahí estas, inventando formas para tocarme, para estar a mi lado. Es por eso que no me preocupo, porque sé, que te idearás de algún modo para estar junto a mí. Pero lo que tú no sabes es que yo estoy planeando estar a tu lado.

Tomo mi saco y salgo, con fuerzas renovadas, al fin una idea surca mi cabeza, envía hondas de pensamientos a mi cuerpo y este responde aceptándolas a todas y cada una de ellas. 

Camino con el abrigo en mi mano, la nieve me invade gran parte de mis hombros y sigo caminando, no tomo el tren, sigo de largo. Aunque sé que mis pies me lo reclamarán luego, eso no me importa, después de todo pronto dejarán de sentirse cansados.

Cuando llego al edificio en el que vivíamos los dos, entro al ascensor, los recuerdos de tantos besos robados que probamos en él hacen que desfallezca un poco, pero mis deseos de verte nuevamente me levantan. Llego a tu puerta, la abro con la llave que una vez tú me entregaste y entro.

El lugar es tranquilo, tus cosas están en su sitio y huele a ti. Me adentro a la sala y encuentro todo desarreglado, claro, las varias personas que invadieron el lugar lo dejaron así. Debía de sacarte y llevarte al hospital para ver si estabas con vida, aunque fue una reacción demasiado tardía.

Me siento en el mueble en donde seguro debiste de recostarte en tu último momento, recordando cada palabra que te dije. “Te odio” “¿Enamorarme de ti? Por favor, eso es estúpido” “Solo fue un momento”  tantas mentiras, nunca pensé decir tantas mentiras en una sola noche.

Me levanté del mueble y fui a tu recamara, en ella todo estaba igual a como lo recordaba, tan impecable y todo arreglado, entro a tu baño y veo lo que buscaba. Encima del lavadero hay un pequeño frasco de pastillas a la mitad, fuiste muy perspicaz mi querido Takano Masamune, tomaste la mitad sabiendo que vendría por la otra, y si no lo hacía, quizás y hubiera sido en vano tu sufrimiento lento.

Me aseguré de cerrar bien la puerta del departamento y me encerré en el baño, con una camisa tuya envuelta en mis manos, tomé todas las pastillas que sobraban y con el mismo vaso que tu ocupaste, me las pasé, sintiendo un sabor amargo pasar por mi garganta. Me senté en el suelo y esperé apretando tu camisa en mi rostro. Que tonto había sido.

Poco a poco un sueño me empezó a invadir, tus ojos avellanas me miraban, tu sonrisa resplandecía en la oscuridad y tus mejillas brillaban llenas de lágrimas. Era lo que había esperado, esto a manera de una disculpa por todo lo que había pasado.

-Sabía que vendrías, te estaba esperando.

-¿Por qué? ¿Por qué si sabias que iba a venir hiciste esto?

-Porque aquí, nadie nos molestará, viviremos todo lo que queramos, no existirán celos ni nadie que se nos interponga. Es nuestro mundo, nuestro pequeño pedazo de paraíso solo para nosotros dos ¿Lo ves?

El lugar era hermoso, había dejado de lado el baño de Takano-san para poder entrar a un jardín lleno de flora, del cual brotaba una hermosa cascada y el cielo presentaba tonalidades rosadas y naranja, las flores de Sakura volaban por todos lados como aquella vez en la que nos entregamos en la biblioteca.

Era nuestro paraíso, sin duda Takano Masamune era muy perspicaz con respecto a todo. Tome su mano y sonreí, percibí como mis sentimientos volvían a mi cuerpo, un calor en mi pecho, una punzada en el estómago y tibieza en mis mejillas, eran mis lágrimas. Al fin podía llorar.

El me aferró a su pecho y me recostó en el pasto, donde con sus manos me recorrió las mejillas intentando secarlas. Yo me aferré a su pecho, a su espalda y a su camisa con aroma indiscutible a “Takano Masamune”

A lo lejos pude escuchar unos gritos, unos golpes y quizás una puerta cayendo, ya nada me importaba, después de todo, lo que encontraría en el baño iba a ser un cuerpo vacío, porque su alma se haya felizmente viviendo al lado de su amor verdadero.

-Morir para vivir eternamente, no es nada mala la idea. Masamune.

-Claro que no lo es. Aquí, tendré el tiempo necesario para escuchar esa confesión.

-Y la escucharás, al menos en un tiempo corto. Por el momento, déjame disculparme por mis palabras anteriores.

-Calla, con el simple hecho de que me hayas seguido me basta para saber que estás arrepentido, Ritsu.

Sí, sin duda tendríamos todo el tiempo del mundo en ese lugar para podernos decir lo que sentimos, siempre pensando primero en mí y luego en él. Que astuto eres Takano Masamune, me has llevado voluntariamente a una cárcel de la que no podré ni querré salir nunca.

Takano Masamune, eres demasiado perspicaz, por eso te amo. Eternamente te amo.

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Fin.

 

 

Notas finales:

Bien, espero sus lindo comentarios, mi segundo One-shot de esta pareja, espero ahora empezar a hacer una historia completa. No vemos pronto :)

No se olviden comentar sobre que les pareció.


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