Que será esto que siento, este sentimiento que hace que quiera estar cerca de él, no lo sé pero… no quiero que este sentimiento se vaya – se decía ciel a sí mismo en la mente, mientras veía a su mayordomo
Sucede algo bocchan? – dijo Sebastian al notar que ciel lo estaba observando
No, nada – dijo ciel volviendo a ver sus papeles
Desde hacía un tiempo atrás a ciel le encantaba la presencia de sebastian al tal grado de no querer apartarse de él. A pesar de que ciel no quería darse cuenta que estaba enamorado de sebastian, no hacia una gran lucha para sacar ese sentimiento de dentro de él.
Era de noche y ciel tenía que irse a dormir. Sebastian llego a cambiar a su amo, por alguna razón este no tenía sus guantes, pero a ciel no le importo. Cuando sebastian estaba cambiando a ciel, el menor hizo un movimiento por un ruido que había escuchado provocando que las manos de sebastian tocaran su piel, lo que hizo que ciel se enrojeciera.
Que crees que estás haciendo – dijo ciel – a un sirviente no se le está permitido tocar a su amo a no ser que este lo pida
Lo siento, no fui mi intención hacerlo bocchan – dijo sebastian para acabar de vestir a su amo
La verdad era que a ciel no le disgusto sentir el rose de las manos de sebastian sobre su piel, pero no quería que sebastian se diera cuenta de que se había puesto rojo
Luego de que sebastian se fuera ciel se quedó dormido y tuvo un sueño no muy apropiado para un niño y mucho menos para el jefe de la familia Phantomhive
Sebastian entro a mi habitación y se acercó a mí, yo me sorprendí un poco por el hecho de que sebastian estuviera en mi cuarto sin que lo llamara, pero lo que más me sorprendió fue que cuando estaba justo a la par mía me beso y recostó en la cama.
Sebastian empezó a tocarme, por alguna razón no tenía sus guantes, lo que hacía que el tacto de las frías manos de sebastian hiciera pasar hielo por mi espina dorsal.
¿Que estas… – sebastian no me dejo terminar, me silencio con otro beso
Sebastian se acercó a mi oído y en un susurro me dijo “lo amo, bocchan” eso me sorprendió aún más y empezó a quitarme la ropa. Lo que más me sorprendió fue que no puse resistencia alguna…
Ciel se despertó sin abrir los ojos, cuando sintió algo tibio sobre sus labios, así que abrió los ojos y vio a sebastian, pero antes de que este pudiera decir algo sebastian lo volvió a besar.
Ciel empujo a sebastian – que crees que estás haciendo maldito – dijo ciel con tono enojado, aunque por dentro disfruto de ese par de besos – te haces llamar mayordomo haciéndole eso a tu amo
Lo siento bocchan, pero me he estado aguantado por mucho tiempo, y al saber lo que estaba soñando no pude más. Por favor perdóneme – dijo sebastian metiendo sus manos en la camisa de su amo lo que hizo que el cuerpo de ciel se estremeciera
Sebastian siguió tocando a ciel y empezó a quitarle el piyama. Sebastian se acercó al oído de ciel y susurro un “lo am” pero ciel no lo dejo terminar
No me toques maldito – grito ciel, dándole una cachetada a su mayordomo, pero se arrepintió al ver la expresión de dolor en el rostro de sebastian. Era obvio que no era por dolor, un demonio no lloraría por el golpe de un niño, era por otra razón, pero ¿cuál sería?
Lamento haber hecho eso… si no quiere que esto vuelva a pasar me gustaría que me diera la orden de no volver a hacerlo o mejor porque no cancela el contrato seria de beneficio para usted – dijo sebastian levantándose y empezando a caminar hacia la puerta – estare esperando su respuesta
Ciel sabía que si no hacía algo en ese instante sebastian terminaría con el contrato, aunque él no se lo pidiera, así que se levantó, se puso frente a sebastian, lo halo de la corbata y le dio un beso. Ciel hizo eso inconsciente mente, su cuerpo reacciono solo ante la situación
Le pido de favor que no haga eso a no ser que quiere que lo viole – dijo sebastian levantando a ciel y recostándolo en la cama – si hago esto es su culpa
Sebastian le arranco la ropa a ciel de un tirón, y empezó a tocarle TODO el cuerpo.
No… no juegues conmigo – dijo ciel separando a sebastian – no quiero que me toques solo para satisfacerte… no quiero – dijo ciel empezando a llorar