Capítulo 1: Mi decisión
Cuando estábamos pequeños siempre quería estar a tu lado junto a ti sin importar nada en esos momentos pensé que tal vez era porque así podíamos jugar, reír, pero veo que no era tan inocente como pensaba, lo hacía porque así yo podía ser dueño de tu sonrisa, aunque suene egoísta yo quería ser el que te hiciera sonreír.
A mis 8 años empecé a notar que celaba a Nii-san más de lo normal.
---------------- Flashback----------------
Después del colegio no encontré a Nii-san en la entrada de la escuela me pareció extraño que no estuviera allí, siempre le decía que tenía que esperarme en la puerta para poder ir nos a casa juntos, así que me preocupe, fue a buscarlo a su aula de clase pero no estaba igual paso lo mismo en la azotea, las cachas de beisbol y nada no lo podía encontrar, sentía un impotencia al no saber que pudo haber pasado con mi Nii-san, después de un rato recordé que Nii-san. Le encantaba ir al parque que estaba a dos cuadras de la casa y me dirigí hasta allá corriendo con todas mis fuerzas, cuando llegue lo vi estaba jugando con un niño y una niña al ver eso, sentí una gran pulsada en mi corazón, mis ojos veía como Nii-san podía ser feliz con alguien más que yo y eso no lo podía permitir; Nii-san al sonreír, al hablar con alguien más que yo era una traición para mí. Grite con todas mis fuerzas el nombre de Nii-san y el solo alzo la mirada y me sonrió de la forma de hace que lata mi corazón, después se acercó y me presento a los niños con quien jugaba. El niño más alto, de cabello verde, piel canela y ojos marrones y su nombre era Kaoru, y la niña era muy parecida a este, por lo que asumí que eran hermanos.
Tome el brazo de Nii-san y me lo lleve de allí, el camino hacia la casa estuvo en silencio y creo que era mejor así porque si el hablara yo explotaría de rabia y sería capaz de herir a Nii-san y eso nunca me lo permitiría, al llegar a casa todavía seguía enojado tan que no note que Nii-san trataba de zafarse de mi agarre, estaba tan colérico que no medí mi fuerza y deje una marca roja en su delicado brazo, al calmarme voltie a ver a Nii-san y él tenía sus hermosos ojos azules intensos llenos de lágrimas; al verlo así mi corazón empezó a latir, lo abrace tan fuerte que parecía que íbamos a fundir para convertirnos en uno.
Yukio:-Lo siento Nii-san es que me asuste al no verte en la puerta de la escuela. Mentí si estaba enojado pero esa no era la razón, cada vez más acercaba el cuerpo de Nii-san, a mí me encanta su temperatura y su olor me enloquece. Vuelvo y le repito –Lo siento Nii-san, me acerco a su oído y le susurro –No volverá a suceder, Nii-san al escuchar eso me devuelve el abrazo y sonríe.
Rin:-Yo lo siento mucho, me fue sin avisarte. Nii-san termino de hablar y me soltó para dirigirse al sofá para ver televisión. Yo al contrato seguí disfrutando el calor emitido por esa hermosa creatura que es mi Nii-san.
Entre al cuarto que comparto con mi Nii-san, y camine hacia lo cajones de ropa de Nii-san los abrí y saque un pantaloncillo de color azul, y una sonría se dibujó en mi cara –Este es tu favorito Nii-san. Lo olí y me sonroje, busque mi cama y me senté, volví a oler el pantaloncillo de mi Nii-san y empecé a masajearme mi miembro sobre la ropa, me detuve porque recordé que debajo de mi almohada siempre guardo una foto de mi Nii-san, la tome y la bese al verla foto parece que me hubiera excitado mucho más, desabotone mi pantalón, me baje el pantaloncillo con mucha rapidez y empecé a Masturbarme lento me encantaba esa sensación pero necesitaba más, tome el pantaloncillo de mi Nii-san y lo enrollé y lo coloque en mi miembro y empecé vaivén lento y con el paso de los segundo necesitaba más por lo que aumente el ritmo y de mi boca se escapaban un cuantos gemidos. –Nii…san, Te a…mo, Te… de…seo al sentir que venía tome la fotografía y la bese –Te ha…re mio y al terminar la frase me vine. Mi respiración estaba entrecortada y mis mejillas sonrojadas volvía tomar la foto y besarla – Te amo Nii-san.
Ese día hice algo imperdonable al desear a mi Nii-san pero no pude detenerme, mi amor por el crecía y crecía, hasta el punto de amarlo de una forma indebida, el amarlo no como hermano sino como amante, no puedo creer que haya caído en el pecado de la lujuria, ¡No¡ yo cometí un pecado mucho más grande al enamórame de mi Nii-san al desearlo solo para mí, yo que crecí en una iglesia, esto no debería estar pasando me, yo no debo desearlo pero aun así no podía de pensar en él, de que tenerlo solo para mí, que me mire solo a mí, yo sea su razón de existir, de tenerlo entre mis brazos y hacerlo gemir ser el único el que le pueda darle placer, ser yo y solo yo en ver esas mejillas sonrojadas sus ojos azules vidriosos que me enloquecen. Pegue mi rostro hacia la ventana y suspire a pesar de saber que amarlo de esa forma estaba malo no quería rendirme, NO, no podía rendirme. Note que Nii-san llegaba a la casa con una par de bolsas, sonreí como un idiota, sople sobre la ventana y escribí sobre ella. Salí de habitación en busca de mi Ni-san.
(Lo que Yukio escribió sobre la ventana)
Te amo Nii-san…
Desde ese día decidí que Nii-san seria mío y solo mío.
Continuara.