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La amenaza Von Voltaire por Any_Klainer

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Transcurría un día más en Nuevo Makoku, gracias al buen gobierno del nuevo Maou, Shibuya Yuuri, y sus ayudantes más cercanos, el país se encontraba en medio de una estabilidad que no se había visto en décadas; por lo que los habitantes y en especial los soldados de todos los rangos  tenían más tiempo para dedicar a sus familias y sus pasatiempos. Tal es el caso de un militar de alto rango, un príncipe egoísta y mimado de rostro angelical, al que se le podía perdonar casi todo si regalaba un sonrisa y un puchero de disculpa, claro que también poseía un orgullo y una actitud autoritaria sin igual.

Después de su entrenamiento y luego de una buena comida se dio tiempo para dedicarse a su pasatiempo favorito: la pintura. Recorría el castillo pacto de sangre en busca de inspiración, para ver  a quien  más utilizaría como modelo.  Esto lo hacía ya que su prometido Yuuri, se negaba rotundamente a posar para él en su proyecto de desnudo artístico.

-          Su excelencia, buenas tardes-. Saludó Yozak quien también caminaba por los pasillos y se topó con el rubio.

 

-          Ah Yozak, buenas tardes. Es raro verte por aquí y no en una misión secreta o algún trabajo para mi aniue-. Dijo Wolfram, lo que provocó un largo suspiro en el otro.

 

-          Si, las cosas están un poco aburridas últimamente. No es que me queje, la paz que se vive actualmente nos beneficia a todos, pero yo soy más bien.. como decirlo… un hombre de acción-.

 

-          Ya estas con lo mismo otra vez.. “hombre de acción”-. Habló una voz amable justo detrás de Yozak, aunque se notaba el tono de burla y de camaradería a la vez. 

 

-          ¡Capitán!-. Exclamó Yozak, aunque sonrió ante la broma. – Sé que tú te entretienes haciendo de niñero, pero eso a mí no me va-.

 

-          ¡¡Oye!! ¿Cómo que niñero? Yo soy lo bastante grande para cuidarme solo y además me estoy volviendo muy bueno con la espada-. Reclamó Yuuri lo que provocó una breve carcajada en todos.

 

-          Si estás aburrido puedes hacer de modelo para Wolfram, por lo que veo aún no ha encontrado a alguien que lo haga-. Sugirió Conrad pero rápidamente fue descartado por Yozak.

 

-           No, no, no, no.. eso de estar inmóvil durante horas es aún más aburrido que vagabundear por allí, olvídense de mí-.

 

-          Yozak,¿ tú también has modelado para Wolfram?-. Preguntó Yuuri.

-          Sí, pero con ropa, eso de la pintura erótica solo se lo ha propuesto a usted bocchan-. Aclaró el mayor.

 

-          ¡No es pintura erótica!  ¡Es un desnudo artístico! -. Se quejó Wolfram. – Pero ustedes no saben de arte, estoy seguro que aniue si me entendería, él también tiene alma de artista como yo-.

 

-          No estoy seguro  que lo que ustedes hacen pueda ser considerado arte-. Se quejó Conrad.

 

-          ¡¡¿¿Qué??¡¡-. Wolfram empezaba a ponerse de mal humor.

 

-          Nada, nada, no dije nada-. Se disculpó el hermano mayor, sonriendo de manera encantadora.

 

-          ¿Pero que acaso su excelencia no ha hecho ya pinturas de todos los habitantes del castillo?-. Interrumpió Yozak para distraer su atención.

 

-          Si, ya he retratado a todos, incluso varias veces. Creo que ya no hay nadie a quien hacerle una pintura-. Se entristeció un poco el rubio.

 

-          Wolfram ¿solo haces pinturas de personas?-. Preguntó Yuuri, que por alguna razón no quería ver triste al de ojos verdes.

 

-          Si, ¿Por qué querría pintar algo que no sean personas? Solo las personas pueden ver sus propios retratos.

 

-          Esta lógica mazoku es algo extraña-. Murmuró Yuuri. – Wolfram, en la tierra, los pintores famosos hacen cuadros de paisajes o incluso cosas. 

 

-          ¿Por qué?-. La expresión de Wolfram denotaba cierta confusión, pero también intriga.

 

-          Bueno, es difícil de explicar para alguien como yo, que es más deportista que artista.. pero, verás.. a veces, las cosas y los lugares guardan ciertas emociones para alguien. Cuando tú haces algo con todo tu esfuerzo se suele decir “pones el alma en ello”, por lo que si haces una pintura de algo importante para alguien, puedes retratar el alma de esa persona.. el alma que puso en los objetos. ¿Entiendes?-.

 

-          Si-. Afirmo Wolfram y su rostro se iluminó de alegría. Con entusiasmo rodeo el cuello de Yuuri y lo abrazo fuerte. – ¡¡Gracias!!  Me has dado una nueva fuente de inspiración-. Lo soltó cuando sintió que el otro se quedaba sin aire y empezó a correr por el pasillo.

 

-          Wolfram espera, ¿Qué vas a hacer?-. Le preguntó Conrad elevando la voz debido a que el rubio se alejaba de ellos.

 

-          Buscaré algo en la habitación de mi aniue-. Alcanzó a contestar mientras seguía su camino hacia la habitación de Gwendal.

 

-          ¿Qué?, ¡No!-. El castaño corrió tras su hermano menor ante la sorpresa de Yuuri, quien volteó a ver a Yozak; pero este no parecía sorprendido, simplemente tenía una sonrisa divertida en el rostro.

 

-          ¿Qué sucede?-. Preguntó el pelinegro.

 

-          Todavía nada, pero si tenemos suerte, se armará un buen lio que nos quitará el aburrimiento en un piz paz-. Tomo al maou por la muñeca y lo arrastró por el mismo camino que segundos antes recorrieron los hijos de Cecile.

Cuando llegaron a su destino se encontraron con la puerta de la habitación de Gwendal abierta y dentro los hermanos discutían, mientras Wolfram tomaba cosas de un estante lleno de muñecos de dudosa identidad y cosas monas que el hermano mayor solía coleccionar.

Yuuri nunca había estado allí, de hecho había escuchado de las doncellas del castillo, que Gwendal ni siquiera les permitía hacer la limpieza del cuarto, era el mismo quien se encargaba de mantener todo limpio y en orden.

-          ¡Wolfram deja eso! ¿Qué harás si Gwendal  descubre que estuviste manoseando sus cosas? Ya sabes cómo es-.

 

-          No pasa nada, haré una pintura muy bonita con las cosas en las que él ha puesto su alma y se la regalaré en su cumpleaños que está muy próximo. Estará tan contento que ni reclamará el que hayamos tomado sus cosas-.

 

-          “Hayamos tomado”… No me involucres en esto-. Se excluyó el castaño.

 

-          ¡Vamos Conrad! También pondré tu nombre en el regalo-.

 

-          Tampoco me incluyas en eso porfavor-.

 

-          Toma este mapache (en realidad es un gato), este lagarto (un intento de perrito) y esta oruga (un oso según Gwendal)-. Wolfram empezó a llenar los brazos de Conrad aún en contra de las quejas de este.

 

-          Wolfram de verdad vámonos ya, ¿no recuerdas lo que pasó la última vez?-. Un escalofrío recorrió su cuerpo haciéndolo estremecerse.

-          Solo unas cositas más-. El rubio utilizó el primer nivel del estante como escalón para ver las cosas que estaban más arriba en el mueble.

 

-          ¡Baja de allí! ¡Te caerás y romperás algo!-. Le ordenó a su hermano menor.

 

-          Conrad, mira esto-. Alargó su mano para tomar una cajita que estaba en un rincón del nivel más alto, se la enseñó a su hermano que la reconoció enseguida. Era una caja pequeña coloreada a mano con crayolas de diversos colores y un trazo bastante irregular e infantil, además estaba decorada con semillas, papeles, brillantina y multitud de materiales vistosos.

 

-          No puedo creer que aún tenga algo así-. Por un momento esbozó una sonrisa pero rápidamente volvió su gesto de preocupación. – ¡Déjala donde estaba, no vayas a romperla! -. Se acercó hasta Wolfram y aún con sus brazos semi ocupados trato de quitarle la caja a su hermano sin que este hubiera bajado aún del mueble.

 

-          ¡Basta no voy a romperla!-. forcejeó el rubio.

 

-          ¡Si te digo que la dejes la dejas! Obedece Wolfram-. Dijo autoritario el hermano mayor.

 

-          ¡¡¿Qué sucede aquí?!!-. Se escuchó la voz fuerte y amenazante de Gwendal  que estaba justo en la entrada de la habitación observando la escena y a todos los intrusos en su cuarto, donde TODOS absolutamente TODOS tenían prohibida la entrada.

 

No hizo falta que nadie respondiera, un crack resonó cuando un objeto se estrelló contra el piso y se hizo añicos regando su contenido por todo el cuarto.  Para Yuuri todo ocurrió a una velocidad vertiginosa, en menos de un segundo todo había terminado, pero para los hermanos fue un momento que transcurría como en cámara lenta y ellos estaban paralizados sin poder hacer nada, sin poder moverse ni un centímetro.

 

La repentina llegada de Gwendal sorprendió a sus dos hermanos menores, la caja por la que ambos estuvieron forcejando se resbaló de las manos de ambos y cayó al piso haciéndose pedazos. A Gwendal le tomó unos segundos asimilar todo, vio a los rostros de todos, los pedazos de su amado tesoro en el piso y su contenido regado por todas partes. Su cara reflejó su enojo, apretó los puños y clavó su peligrosa mirada sobre sus dos hermanos. Por instinto Yuuri y Yozak se hicieron a un lado dejando el paso libre a Gwendal.

 

-          Conrad, lo siento mucho, debí hacerte caso… te quiero hermano-. Dijo el rubio temblando y dando un paso atrás mientras Gwendal se acercaba.

 

-          ¡No digas eso ahora!.. suena a despedida. Ya somos mayores así que no puede atraparnos a los dos al mismo tiempo.. ¡¡Corre!! -. Ordenó el castaño y ambos salieron disparados hacia adelante, y cuando Gwendal había fijado su objetivo, los hermanos menores cambiaron de lugar y escaparon justo en ese segundo que consiguieron al desorientarlo, cuando estuvieron en el pasillo los dos se separaron y huyeron en dirección contraria. Gwendal dio la media vuelta y sin dudarlo mucho, corrió tras Conrad y se perdieron de vista rápidamente. Yuuri también salió con rapidez y siguió a Wolfram, Yozak hizo lo mismo pero no tuvieron que ir muy lejos, justo al doblar la esquina se encontraron con el chico que estaba aferrado a la cintura de Anishina quien no estaba muy sorprendida.

 

-          ¿Qué has hecho ahora?-. Interrogó la pelirroja quien de pura casualidad se dirigía junto a Greta hacia la terraza para tomar té y galletas.

 

-          Rompí algo importante-. Reconoció Wolfram

 

-          Pues me sorprende que Gwendal no te haya atrapado ya-. Dijo la chica mirando a todos lados, pero ni rastro de su amigo de la infancia.

 

-          Es que Conrad también lo rompió .. lo rompimos los dos-.

 

-          Vaya, así que es eso. Ni hablar, el será el primero en sentir su ira. En fin, ya nos daremos cuenta cuando eso suceda. Vamos Greta, nos esperan para el té-. Se zafó del agarre de Wolfram y estaba dispuesta a seguir su camino sin mayor preocupación  pero el rubio no se apartó mucho de ella y tomo el mismo camino.

 

-          Wolfram ¿qué sucede? ¿De verdad tienes tanto miedo de Gwendal?-. Preguntó Yuuri que caminaba junto a su prometido. Nunca le había visto tener miedo de nada ni de nadie, era un chico orgulloso y valiente a quien admiraba mucho, aunque tampoco le desagradaba esta nueva faceta: temeroso y frágil, parecía un gatito asustado al que deseaba proteger, pero debía reconocer también que Gwendal si daba miedo, aunque al paso del tiempo fue conociéndolo mejor  y eso se fue acabando,  por lo que ahora le resultaba completamente desconcertante que sus hermanos, quienes lo conocían mejor que nadie, le tuvieran ese terror.

 

-          Es difícil de explicar.. no entenderías la clase de sufrimiento a la que estaríamos expuestos si nos llega a atrapar. Mi única esperanza ahora es escapar de él el tiempo suficiente para que se le pase el enojo-. Suspiró abatido – Aunque con aniue no se sabe, puede guardar su enojo mucho tiempo y atacar cuando menos te lo esperas-.

 

Llegaron a la terraza y se sentaron en la mesa donde ya estaban las doncellas del castillo esperándolos con té y bocadillos. También estaba Cecile que los saludó alegremente apenas los vio.

-          Qué alegría que nos acompañen tan guapos chicos a tomar el té.. aahh.. Wolfram, ¿qué te sucede? Tienes un semblante fatal, eso no va para nada con tu hermoso rostro-. Dijo la deslumbrante rubia reparando en su hijo menor.

Wolfram iba a responder pero un movimiento repentino entre los arbustos que estaban cerca captó la atención de todos. Con algunos rasguños y con algo de tierra en su uniforme vieron a Conrad salir de un hueco entre las hojas.

-          ¿Lograste escapar? Vaya que lástima-. Después de soltar esa frase Yozak se dejó caer en una silla y tomo un panecillo que mordió con desgano y desilusión.

 

-          Gracias, es bueno saber que cuento con tu apoyo-. Dijo Conrad sacudiéndose la ropa y tomando asiento justo al lado de su madre.

 

-          Conrad pero ¿qué hacías entre los arbustos?-. Inquirió la dama.

 

-          Supongo que escapando.. quiero decir, practicando tácticas de camuflaje-. Sonrío tan encantadoramente como siempre.

 

-          Vaya, pues que bien que te tomaste un descanso para merendar con nosotros.  Ya no paso tanto tiempo con mis bebes debido a que siempre están ocupados-. Dijo la ex Maou, aunque Yuuri pensó que el término “mis bebes” no se aplicaba a ninguno de sus hijos ya que eran bastante mayores.. incluso dos de ellos superaban el siglo de edad. - Aunque falta mi Gwendal, ¿Estará muy ocupado?-. Comentó

 

-          No se preocupe Cherri-sama, tengo la sospecha que se nos unirá en cualquier momento, después de todo aquí están sus “presas”-. Dijo Anishina con una sonrisa en sus labios. Y no estaba para nada equivocada, en un par de segundos apareció corriendo Gwendal, agitado y furibundo clavo su mirada en sus dos hermanos que pegaron un saltito en sus asientos y se acercaron más a las mujeres que tenían a su lado. Conrad a su madre y Wolfram a Anishina.

 

-          ¿Eh? ¿Qué pasa?-. Se preguntaba la rubia. El ambiente era tenso, Gwendal parecía un lobo en la posición de ataque antes de saltar sobre un par de conejos que se convertirían en su cena. – ¡Aaahh! ¡Están jugando al “corre que te alcanzo”! ¡¡¡Que lindos!!! Hace tanto que no los veía jugar juntos-. Cecile aplaudía feliz y emocionada daba saltitos en su silla. – Pero bueno, dejen eso por ahora, Gwendal toma asiento y merendemos, ya continuaran juagando después-.

 

El hijo mayor obedeció y se sentó, aunque no quitaba la vista de Conrad y Wolfram. No iba a atreverse a hacer nada frente a su madre y le tenía bastante miedo a Anishina para arriesgarse con ella. Seguramente le saldría con algo como: “Dejaré que te llevas a Wolfram si pruebas mi nuevo invento” y de momento no le apetecía arriesgar su vida.

 

Los tres hermanos no probaron bocado, dieron algunos sorbitos a su té pero la adrenalina no les dejaba tener hambre ni antojo de nada. Estaban a la defensiva, con los cinco sentidos en alerta y seguramente planeando estrategias que se adelantarán a las del  adversario.

 

Cecile se levantó cuando terminó, estuvo contestando a Greta todas sus preguntas del “corre que te alcanzo” que jugaban los hermanos cuando eran pequeños. Al parecer contagio su visión a la pequeña y ella no se preocupó más por lo que podía pasarles a Conrad y a Wolfram si Gwendal los atrapaba. 

 

Conrad se levantó al mismo tiempo que su madre, ella reacciono un tanto sorprendida.

 

-          Madre, creo que no pasamos mucho tiempo juntos. Deberíamos hablar ahora que tenemos tiempo. Cuéntame de tus viajes-.  Le dijo el castaño ofreciéndole el brazo como todo un caballero. La mujer se agarró de su brazo y caminaron juntos mientras ella hablaba de manera alegre con Greta tomada de su otra mano.

 

-          Vaya que listo, parece que se te escapó Gwendal-. Se burló Anishina.

 

-          Aún me queda uno para vengarme-. Sus penetrantes ojos se posaron sobre Wolfram que se sujetó del brazo de Anishina. – Pero este rato me ha servido para pensar. Voy a atrapar primero a Conrad, lo haré sufrir y el seguramente aceptará el castigo de los dos para sí mismo, tú te libraras mientras contemplas como tu adorado hermano siente la fuerza de mi enojo. ¿Qué te parece eso Wolfram? Sabes que entre más tiempo pase, pensaré en más cosas que hacerle, en más formas de humillarlo-. Se levantó de su silla y se colocó tras el rubio, acercó sus labios a su oído pero aun así los demás fueron capaces de escuchar lo que decía. – Sin embargo hoy me siento generoso, soy un hermano benevolente y solo a ti te haré esta oferta: Ven conmigo ahora y acepta el castigo que tengo para ti, solo el tuyo, el castigo de Conrad quedará perdonado y él no se verá afectado-. Su voz sonaba fría, calculadora.

 

-          N.. no.. quiero-. Wolfram temblaba de arriba abajo, sus ojos empezaron a humedecerse y sentía un nudo en la garganta.

 

-          Ya veo, así que solo sigues siendo un niño mimado y egoísta-. Gwendal se incorporó. – Considérate a salvo, Conrad es mi objetivo y será el quien reciba el castigo de ambos-. Se dio la media vuelta y se fue dejando a Wolfram abatido y lleno de confusión y culpa.

 

-          ¿Wolfram…?-. Yuuri acercó su mano al rostro de su prometido para quitarle el cabello de los ojos y poder ver su rostro completo. Pero este no lo permitió, se levantó de repente y salió corriendo, Yuuri lo siguió inmediatamente.

 

-          Estarás contento, disfrutarás “el castigo” de Conrad por más tiempo del acostumbrado-. Le dijo la pelirroja a Yozak que era la única persona que aún permanecía con ella en la mesa.

 

-          Pues, no me quejo. Después de todo ha pasado mucho tiempo y creo que esta vez será mucho más divertido-.

 

En la habitación que compartía con Yuuri, Wolfram lloraba desconsoladamente tumbado en la cama con la cara completamente contra las almohadas.

-          ¿Wolfram..?-. El pelinegro se acercó despacio, se sentó en la cama y le acarició la espalda para reconfortarlo.

 

-          ¡¡Soy el peor hermano del mundo!! Debí aceptar el castigo como un hombre. Pero tengo miedo-. El rubio dejo ver su cara, sus hermosos ojos color esmeralda estaban llenos de lágrimas, lágrimas que el maou no soportaba ver.

 

-          ¡¡No digas eso!! Gwendal es el hermano malvado por hacerlos sufrir así, él debe de cuidar de ustedes como hermano mayor y solo te hace llorar. Ahora mismo voy a ordenarle que se detenga-.

 

-          No, eso… él no es malo, no es un mal hermano, solo está enojado-. Wolfram se sentó sobre la cama y se acercó a Yuuri. – Yo hubiera aceptado el castigo si tú no estuvieras aquí. No quería que me vieras humillado de esa manera por eso no pude aceptarlo. – Agachó su mirada.

 

-          Yo jamás dejaría de pensar lo mejor de ti, creo que eres la persona más valiente que he conocido en mi vida-. Yuuri sonrió buscando que el otro también lo hiciera y funcionó. – Mañana hablaremos con Gwendal, y trataré de que se tranquilice. Ya verás que todo estará bien-.

 

-          ¿Por qué no vamos ahora?-. Preguntó ingenuamente Wolfram.

 

-          Etto… Estoy cansado-. Yuuri se metió bajo las cobijas e hizo el ademán de dormirse.

 

-          ¿Tú también tienes miedo verdad?-. Lo interrogó de forma suspicaz.

 

-          El miedo es muy normal, es un instinto de supervivencia-. Le dijo Yuuri algo nervioso.

 

-          ¿Qué se puede esperar de un enclenque?-. Se rio Wolfram.

 

-          ¡No me digas así! Además tú eras el que estaba llorando hace un momento-.

 

-          ¡¡Soy sensible, no debilucho como tú!!-.

 

Siguieron peleando por largo rato que ni se dieron cuenta cuando anocheció. Fue Greta en su pijama quien les dijo que era hora de dormir y así lo hicieron, ambos coincidieron en que debían guardar energía para el pesado día que les esperaba mañana.

 

 

 

La mañana llegó y Wolfram se sentía más cansado que cuando se acostó. Había tenido muchas pesadillas y no había dormido bien imaginando el castigo que por su culpa iba a recibir Conrad, tarde o temprano Gwendal lo atraparía y sería el fin. Por eso había decidido hablar con su aniue, le pediría el castigo de los dos a cambio de que fuera en privado, para que Yuuri no pudiera verlo.

Los tres se vistieron y salieron de la alcoba con rumbo al comedor donde desayunarían antes de hablar con el comandante de los ejércitos de Shin Makoku. Iban un poco adormilados cuando un alboroto los despertó por completo. Todos corrían hacia las ventanas para ver lo que sucedía en el jardín frontal.

-          ¡¡Lo atrapó!! Finalmente lo atrapó-. Gritó una de las doncellas.

 

-          Qué mal, pensé que le tomaría más tiempo-. Günther estaba en un lugar privilegiado en la ventana más grande y más cercana a la situación de afuera, por lo que los tres se acercaron hasta él y contemplaron que era verdad, Gwendal había atrapado a Conrad y ahora mismo lo tenía contra el suelo, estaba sentado sobre su espalda y ejerciendo una llave en su brazo que le impedía moverse sin sentir dolor.

 

-          ¡Di que me quieres!-. Gritaba Gwendal.

 

-          ¡Nunca!-. Replicaba un orgulloso Conrad.

 

-          ¡¡Di que soy el mejor hermano, el más guapo, el más inteligente y que me quieres!!-.

 

-          ¡Noooooo!!-. Conrad cerraba los ojos cuando Gwendal aplicaba más presión sobre su brazo.

 

-          ¡¡Dilo!!-. Casi podía sentir el brazo de Conrad romperse bajo su agarre y estuvo a punto de soltarlo si no conseguía nada.

 

-          Está bien, está bien. Eres el mejor hermano, el más guapo, el más inteligente y te quiero… y te querré siempre…-. Agregó esto último en voz más baja. Esto le sirvió para que su hermano mayor lo soltará pero aún no lo dejo levantarse, era claro que ahora seguía “el castigo”.

 

-          No ha mejorado para nada su marca-. Günther vio su reloj cuando todos empezaban a retirarse a sus obligaciones mientras cuchicheaban entre sí. Al parecer el espectáculo había terminado.

 

-          ¿Su marca?-. Preguntaron Greta y Yuuri al mismo tiempo.

 

-          Si, el tiempo máximo que Conrad ha logrado escapar de su hermano han sido 24 horas. Siempre consigue atraparlo-.

 

-          Espera, ¿Esto ya ha sucedido antes?-.

 

-          Hace ya un par de años que no lo hacían enojar verdad Wolfram-. Respondió el consejero real.

 

-          Si, hace dos años que no sucedía, pero antes era mucho más frecuente… creí que era porque ya habíamos madurado. Aunque ahora que lo pienso esta vez fue solo un accidente-.

 

-          Eso quiere decir que alguna vez ¿lo han hecho enojar a propósito?-. Yuuri estaba cada vez más confundido.

 

-          Si, bueno, Conrad la mayoría de las veces. Yo solo lo ayudaba a hacerle alguna broma o cosas así-. Contesto el rubio, pero Yuuri era incapaz de imaginar a Conrad haciéndole bromas pesadas a su hermano mayor.

 

-          Bueno, hablaremos de eso después, ahora es tiempo de ir con los demás a desayunar y ver qué tal le va a Conrad con su castigo-. Los apuró Günther.

 

-          ¿Será un castigo muy malo?-. Greta estaba asustada y sus ojitos medio llorosos por lo que Yuuri la abrazó.

 

-          Bueno, eso depende de con que perspectiva lo tomes-. Intentó tranquilizarla el de cabello largo pero no lo logró del todo.

 

Llegaron al comedor y todos estaban allí con excepción de los hermanos de Wolfram, se sentaron y empezaron a comer, tanto Yuuri como su hija estaban extrañados de la calma con la que todos actuaban mientras que, con seguridad, Conrad estaría sufriendo en algún lugar del castillo.

-          Lamentamos la demora, tuvimos que subir a ponernos presentables para el desayuno-. Se escuchó la voz de Gwendal, quien tenía una sonrisa de oreja a oreja, algo completamente extraño en él. Yuuri pensó que se veía bien así, su aura era bastante menos amenazante y hasta podría decir que simpática y agradable y pronto descubrió la razón de su buen humor matutino. Detrás de Gwendal caminaba Conrad o alguien muy parecido a Conrad vestido con su habitual uniforme pero con orejas de oso de peluche, colita esponjosa y unas botitas y garras también bastante monas.

 

-          Jajajajajajajaja-.  Las risas no se hicieron esperar, a Yuuri le dolía el estómago de tanto reír y Greta pensó que Conrad  lucia bastante lindo.

 

-          Le queda bien capitán, es bastante de su estilo-. Se burló Yozak. El castaño solo suspiró y se sentó al lado de su amigo, quien  alargó su brazo para tocar las suaves orejas de peluche. – Cuando los muchachos del escuadrón te vean se van a… alegrar…. Mucho-. Hablaba entrecortadamente ya que no podía reprimir la risa.

 

-          Eso será mañana, hoy Conrad será mi “asistente”-. Aclaró Gwendal orgulloso al revelar sus futuros planes.

 

Después de la impresión inicial todo volvió a la normalidad. Todos seguían su rutina habitual excepto Yozak, que ahora acompañaba a Yuuri todo el tiempo, tal cual solía hacerlo Conrad. Y Wolfram que aún estaba demasiado triste y preocupado por su hermano para concentrarse en otra cosa.

Continuara... 

Notas finales:

Muchas gracias por leer, no olviden dejar sus comentarios, estos los tomo en cuenta para seguir la historia en base a lo que les va gustando.. Abrazos y besos a tod@s!!! 


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