Un chico de cabellos negros se carga una mochila en su hombro derecho sale de la habitación que comportarte con su hermano gemelo quien nuevamente no ha llegado dormir se dirige a la cocina donde busca vagamente en la alacena algo para desayunar al fondo su oído capta como alguien camina torpemente por el pasillo se asoma para verificar que su abuela se acomoda su bata para dormir trata de de dibujar una sonrisa pero le es imposible el cansancio esta impreso en sus bellas facciones corre a socorrerla debido a que se mantiene temblando recargada en la pared.
—Deberías volver a la cama abuela.—Le comenta dulcemente sujetándola del brazo para llevarla a su habitación donde la acomoda en su cama. —No deberías forzarte, trata de descansar pasaste toda la noche cuidando del abuelo.
—Estoy bien cariño quería prepararte algo para que desayunaras pero creo que vas tarde al colegio ya suficiente tienes con haber perdido el año pasado.—Contesta la mujer de cabellos blancos dejando escapar un suspiro.—¿vas a visitar a tu abuelo después de clases?
El hombre asiente con la cabeza para acariciar una frente que contiene algunas arrugas sus ojos se mantuvieron fijos en aquellos párpados que se fueron cerrando lentamente se mantuvo quieto hasta verificar que la mujer dormía tranquilamente, un suspiro escapo de sus labios anhelaba tener el suficiente dinero para sacar adelante a su familia a veces se odiaba a si mismo por su debilidad al no lograr vencer los obstáculos recargo su frente en aquella que descansaba tranquilamente mordió su labio inferior irritado le había prometido ser un buen nieto y no volver a esos lugares donde tuvo ese terrible “accidente” pero no sabía como conseguir el dinero que tanta falta les hacia.
—Hey vago es tarde si no te das prisa nuevamente no te dejaran entrar a clases. —Una voz familiar capto la atención del joven levanto la cabeza saludando al recién llegado.—El abuelo esta mejor, pase por el Hospital al salir de mi turno ¿Con qué dinero pagaste?
—Natasha me envió algo y yo hice un trabajito extra así que no te preocupes.—Los dos chicos se miraron a los ojos, sus rostros eran idénticos el recién llegado levanto la ceja con duda.—Nada malo lo prometo mira estoy completo.
Los hermanos Bang se dirigieron a la cocina el mayor coloco una bolsa en la mesa donde saco varios paquetes de comida, YongGuk tomó uno de ellos para guardarlo en su mochila se despidió de su hermano gemelo que parecía quedarse dormido en cualquier momento cuando se encontraba bajo el umbral de la puerta se giro para dirigirse al mayor.
—El dueño de la tienda de discos me presto el dinero que faltaba este fin de semana que viene voy a pasarlo ayudando a arreglar su tejado.—Habló formando una sonrisa en sus labios que en segundos desapareció.—Prometí no meterme en problemas y lo voy a cumplir.
Los padres de los hermanos Bang habían muerto en un accidente de auto por lo cual los gemelos y la hermana pasaron a ser cuidados por sus abuelos paternos con quienes crecieron su situación económica no era la mejor pero siempre fueron una familia bastante unida que trataban de salir adelante, YongGuk estudiaba el último año de Instituto anhelaba conseguir una beca en una buena Universidad y un empleo de medio tiempo que ofrecen las enormes empresas para estudiantes prometedores correo hacia su destino al llegar tomo asiento en una banca frente a la parada del metro esperando a su eterno complice saco de su mochila un libro se coloco los audífonos para escuchar la última canción de su cantante favorito desde niño entendió que su sueño de ser compositor era solo una ilusión que no se podía dar el lujo de tener, no cuando en su hogar faltaba el dinero para comer se sumergió en la música en la historia escrita en esas hojas de papel blanco.
HimChan desayunaba tranquilamente en el comedor de su casa observaba con furia un par de maletas dejadas a mitad de la estancia trató de ingresar otro bocado a su estómago pero la molestia inundo su cuerpo aborrecía al hombre que tal vez horas antes había arribado a esa casa levantó la frente cuando una mujer de cabellos rubios asomaba su rostro por la zona trataba de sonreír pero le era imposible, el chico de cabellos negros se puso de pie de un solo golpe para tomar entre sus manos la hermosa cara de esa extraña verifico cada una de sus facciones sin encontrar lo que tanto temía ver en tan perfecta piel.
—Ha llegado de buen humor no tienes de que preocuparte.—La rubia se defendió dandole un beso al muchacho quien no dejo de fruncir el ceño.—Debes darte prisa o llegaras tarde al colegio, debes prometer que te portaras bien.
—No quiero provocarte problemas así que pasaré el fin de semana en casa de DaeHyun.—La mujer trató de interrumpir pero el estudiante negó con la cabeza.—Mamá voy a estar bien y no te preocupes por mi.
La mujer quiso disculparse pero HimChan se lo impido ella no tenía la culpa de ser demasiado débil para salir adelante después cuando de que se encontró sola, la guardo en sus brazos, anhelaba con llevársela lejos de todos donde el dueño de esas maletas no pudiera tocarla, no más gritos, no más lagrimas pero era un mocoso incapaz de oponerse a una persona irracional como lo era su padrastro apretó los labios fuertemente desde niño supo que él era la causa de las peleas, él no era sangre de ese hombre quien se "apiado" de una jovencita abandonada y embarazada que fue dejada renegada por su Familia por ensuciar su apellido.
—Me voy o Guk me dejara atrás. —Agregó el chico separándose de la mujer para darle un beso en la frente.—Todo va estar bien mamá, sé que no te va a poner un dedo encima por que no voy a estar para molestarlo.
El estudiante tomo su mochila cargándola a su hombro para salir de ese elegante departamento la zona en la que vivía era una clase media alta corrió por la calle con los audífonos puestos en los oídos quería ser mayor para ser libre, ser lo suficiente hombre para defender a su madre, adoraba que el aire golpeará su mejillas al llegar al punto de reunión encontró a su mejor amigo desparramado en una banca le dio una pequeña patada causando que este diera un saltó de sorpresa sus manos se tocaron para saludarse.
—Vamos a clases o perderás tu récord de asistencia perfecto.—Comentó el más joven indicando con la cabeza el camino.—¿Alcanzaste a juntar el dinero para pagar el Hospital de tu abuelo?
—Buenos días a ti también.—Contesto poniéndose de pie para colocarse a lado del chico dientes de conejo.—Sí, tuve que usar los ahorros que tenia para mi guitarra ademas de que le prometí a Maslo atender su barra del club este fin de semana.
El menor negó con la cabeza admiraba a su compañero por la fuerza de voluntad que poseía los dos estudiantes subieron al metro para dirigirse al colegio que asistían.
YoungJae se miraba fijamente al espejo admiraba cada rasgo de sus mejillas dejando escapar un suspiro de sus labios nuevamente sus ojeras sobresalían bajo sus bellos ojos paso toda la noche estudiando para un examen que tal vez no existía tenía semanas sin poder dormir cuando trataba de conciliar el sueño la voz de su madre se colaba por sus oídos, odiaba las palabras que le dirigía, la forma que lo presionaba dio un pequeño golpe en el lavabo a veces se sentía como un preso pagando la cadena de un crimen que nunca cometio.
—YoungJae date prisa no seas perezoso.—La voz militarizada de una mujer lo despertó negó con la cabeza para salir del cuarto de baño.— He estado hablando con tu padre va trabajar horas extras para que tengamos para pagar unas clases de piano tal vez este instrumento sea tu fuerte.
—Mamá no soy bueno para algún instrumento musical ademas de que no es justo para papá ya suficiente tiene con las consulturias extras que da.—Le contesta molesto dirigiéndose a la salida, la falta de aire le hace falta en esa casa, lo ahoga a tal grado de provocarle mareos.— Ademas si me distraigo de los estudios puedo perder mi perfecto récord de calificaciones recuerda que voy a ir a competir a la Olimpiada nacional de matématicas ademas tengo que ganar el concurso de ciencia que me inscribiste y enviar el ensayo del premio de novatos de literatura.
La mujer tuerce los labios molesta así que se da media vuelta para volver a la cocina donde parece nuevamente discutir con un hombre, Jae se mueve nervioso su mirada se turna entre la puerta o la habitación donde provienen las voces discutiendo aprieta su mano furiosamente detesta sentirse entre la espada y la pared se odia a si mismo por ser tan débil para no hacer respetar sus decisiones, al escuchar como un objeto se estrella en el piso su decisión es tomada.
—Tengo un amigo que sabe tocar el piano puedo decirle que me enseñe.—Suelta bajo el umbral de la puerta que lleva a la sala donde su madre peleaba dirige su vista al hombre que yace cansado en un sillón.—No tienes que tomar horas extras, descansa por favor.
—Espero que sea un chico de buena familia y no te mezcles con vándalos recuerda al vecino.—La señora dijo en tono ofendido.—Escuche que hace unos días se metieron a robar a la joyería de la esquina y todo apunta que fue él.—Su tono era venenoso.— Qué clase de ejemplo de da a su hijo tal vez ese niño sea un delincuente como su padre.
Jae no contradijo a su progenitora era consiente que era una guerra perdida no se le puede hablar a una mujer de tolerancia cuando esta llena de perjuicios egoístas, el estudiante se acerco a su padre para despedirse si continuaba siguiendo las órdenes de su sofocante madre era por el que todos los días se partía el lomo en un trabajo que lo agotaba salió por la puerta corriendo en el pasillo logrando alcanzar el elevador quería huir lejos de ese ser opresor que lo trataba como si un soldado se tratará.
DaeHyun abría el regalo que estaba encima de su cama una enorme sonrisa se expandió por todo su rostro saltó de alegría al ver que dentro había un teléfono celular de última generación saltó de alegría para correr a la habitación de su padre aunque tropezó un par de veces con la ropa, basura que se encontraba en el camino alcanzo a llegar a su objetivo abrió la puerta descubriendo a su "héroe" con una chica distinta a la noche anterior su sonrisa desapareció su vida era una montaña de emociones por segundos adoraba a su padre por ser el ser más cool del mundo pero después recordaba que era un hombre que no tenía la mínima idea de lo que significaba ser responsable.
—Es el que te gustaba ¿Verdad? —Le cuestionó a lo que el menor asintió levemente.— Anda vete a la escuela, en la tarde vamos a comprarte el saco.
—No te preocupes ya soy cliente regular en la dirección por no llevar el uniforme completo ademas creo que mi saco anda en algún lado de la casa.—Contesto rascando la cabeza.— Me encanto el regalo, HimChan se va quedar así que de perdis dile a tu "amiga" que recoja la cocina.
El hombre soltó una carcajada para volver a dejarse caer en el cama, Dae cerró la puerta para emprender la huida, a veces, solo a veces deseaba saber que se sentía tomar un desayuno tradicional, probar comida caliente no ser el niño abandonado el cual no tiene una madre que de recitarle poemas en los festivales de la escuela, deseaba odiar a su padre por ser un “chavo-ruco” un hombre que evade sus obligaciones como adulto que vive su vida como mejor le plazca, Dae grita para que la persona que va en el elevador lo detuviera, al estar adentro observo a su compañero.
—Gracias Mr Cerebro.—Agradeció a JaeJae quien volteo los ojos por el sobrenombre.—Mira mi regalo, no es genial mi celular.— Le mostró al castaño quien asintió sin emoción.—No quiero ir al colegio ¿Vámonos de pinta?
—Llevas 10 años haciendo la misma propuesta y creo ya conoces la respuesta.—Le aclaro sacando algo de su mochila.—Mi madre me sirvió de demasiado.
DaeHyun tomo aquel pedazo de emparedado que su vecino llevaba envuelto en una servilleta de papel no se odia decir que eran amigos debido a que la señora Yoo nunca dejo que su hijo se mezclara con los chicos del edificio ademas que en el Colegio Dae se juntaba con los chicos más rebeldes su punto en común era su camino en las mañanas hacia la escuela y a veces el de regreso, era por así decirlos compañeros de viaje.
JongUp rodaba los ojos fastidiado, sus padres no se ponían de acuerdo sobre su propuesta recién expedida el estudiante jugaba con las costuras de su mochila mientras sus padres hacían una lista de ventajas y desventajas de dejar que su único hijo vaya al colegio solo o uno de ellos lo acompañe, ademas de ser su primer día de clases, en una zona nueva, la Famila Moon acababa de mudarse debido al trabajo de uno de ellos.
—Por favor, papá no soy un niño.— Suplicó el joven de cabellos fiusaha desteñidos mirando a un castaño para después girarse al pelinegro que estaba a su izquierda.— Papá dile que prometió darme más espacio, los quiero a ambos pero a veces siento que me ahogan con sus cuidados.
DongHae giro su rostro para mirar a su esposo a veces deseaba no ser tan protector con su único hijo, le era imposible no buscar ser un buen padre la adopción fue toda una batalla legal desde el momento que decidieron ser padres la sociedad, amigos y conocidos se opusieron no era bien visto que una pareja gay criara a un niño que fue abandonado por su madre en un bote de basura, mordio su labio inferior miro fijamente los ojos del estudiante, era un buen chico.
—Esta bien puedes ir solo a la escuela pero cuando salgas pasas por la pastelería para que me cuentes como te fue.— Contesto DongHae mientras su marido masajeaba sus hombros.—Date prisa o llegaras tarde en tu primer día.
De un salto Jong se puso de pie dejo que sus padres besaran sus mejillas para salir corriendo por la puerta principal de ese departamento que se encontraba lleno de cajas de cartón símbolo que se acababan de mudar, Up era sumamente feliz con su familia siempre vivio agradecido que esos dos seres se apiadaran de él, lo protegieran como si fuera su hijo real pero debía admitir que el proceso de aceptar que sus padres fueran gays en una sociedad mentalmente cerrada fue complicado recordó la primera vez que le cuestiono a su padre DongHae la razón por la cual él no tenia mamá y porque si dos papas, las palabras del hombre fueron sencillas que jamas entendió porque muchos niños no lo comprendía no se avergonzaba de su Familia pero a veces, solo a veces evadía hablar sobre ellos ya que cuando sus amigos se enteraban de que era hijo de homosexuales dejaban de hablarle o sus madres les prohibían convivir con él, el Colegio nunca fue un lugar feliz.
JunHong se deslizaba por la puerta de su habitación para salir desapercibido ya que los gritos de su padre lo estaban cansando al verse frente al pasillo pretendió huir pero una voz pronunciando su nombre lo detuvo se giro para encontrarse con sus padres que habían terminado su discusión para mirarlo al notar como caminaban hacia él dio un paso hacia atrás, no soportaba ser visto como un objeto en exhibición.
—¿A dónde vas? —Cuestiono fríamente el hombre estirando su mano para quitarle la mochila al pelinegro pero este se negó.— No creo que estés en condiciones en ir al Colegio, el medico dijo …
—Estoy bien ha pasado más de seis meses que salí de ese lugar.— Interrumpió el menor fastidiado miró su mano derecha que temblaba la escondió detrás de su espalda odiaba que lo miraran de esa forma. —Prometieron confiar en mi, hay demasiados problemas para que se preocupen por mi.
Su mirada era desafiante, el señor Choi levanto la mano decidido a estamparla en la mejilla del menor pero su esposa lo detuvo le negó con la cabeza, en ese instante a Jun lo invadió una terrible sensación de remordimiento apreto los labios para bajar la mirada y disculparse por su actitud, su madre buscaba equilibrar los terribles temperamentos que poseían su hijo menor y su marido, la situación de la Familia Choi no era la mejor lamentablemente la cabeza de Familia había tenido serios problemas con un negocio que lo llevo a perder la mitad de su fortuna tuvieron que mudarse a una zona más económica algo a lo cual no estaban acostumbrados.
— Que tengas un buen día en el colegio.— Agrego la mujer observando por el rabillo de su ojo como su esposo se regresaba a la habitación que compartían.— Por favor regresa temprano a casa.
—Si mamá no tienes porque preocuparte. —Contesto Jun besando la mejilla de la mujer para abrazarla durante ese tiempo ella había sido su mayor apoyo estaba seguro que su padre lo odiaba por no ser como su hermano mayor.— Descansa aún te vez demasiado pálida prometo que regresare temprano para ayudarte con la mudanza.
La mujer asintió para dejar escapar a su pequeño hijo, Jun corrió por los pasillos de aquel edificio que estaba compuesto por múltiples departamentos comprendía la frustración de su padre, él creció rodeado de lujos, en mansiones enormes el apellido de su Familia era respetado en la zona que provenían pero ahora ya no eran nada bajo por las escaleras debido a que odiaba ir en lugares cerrados con personas, aborrecía el contacto humano, era una de sus más terribles fobias, saco su patineta al verse frente a la acera adoraba la soledad, de los momento íntimos que tenia con su alma siempre fue malo para conseguir amigos o mantener amistades, en el colegio anterior las veces que se vio rodeado por gente fuer porque siempre llevaba demasiado dinero en los bolsillos que lo compartía con el resto, ese maldito hábito fue el causante de atraer a malas amistades que lo aconsejaron equivocadamente sumergiéndolo en el peor de los infiernos aunque estaba libre todavía a veces tenia miedo de caer en lar redes de sus demonios.