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Para Hiroki, mi pequeño amor platónico por Himiko Hirisashi

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Notas del fanfic:

Para variar un poco n.n Nakamura sensei tiene la autoría de sus personajes y yo tengo la autoría de mi imaginación para distorcionar lo que ella hace xD

Notas del capitulo:

Hola de nuevo!! aunque si es la primera vez que me leen entonces solo Hola! xD  para las que ya me conocen por ser minimum fangirl sabrán que estoy escribiendo otro terrón de azúcar por estos rumbos, para las que no pues… estoy escribiendo terrón de azúcar (btw así debería llamarse el lemmon) xD ok ya me dejo del juego y así agradecerles por pasarse por acá!

 

Notas importantes!!! No se salten al fic como lo hago yo en otros fandoms xD quiero que sepan algunas variaciones medio importantes y tristes creo (?) primero disculparme porque yo soy una traumada con las fechas y el 12 de mayo que fue el cumpleaños de nuestro amado Hiroki y no escribí nada D: pero tengo una pinche explicación que seguro no quieren saber por pasar a leer el fic (leo sus mentes!) xD sucede que el 14 de mayo fue mi privado de Derecho y gané pero antes no pude escribir algo decente para el pequeño y hermosito fandom Hirohiko así que iba a publicar un drabble poco tiempo después

 

Slap in the face por parte del Karma!!! Sí, como lo leyeron, mi compu murió y mi hermoso fic con temática egipcia se fue al drenaje con mi pinche compu que había muerto, revivió, metí mis archivos y la desgraciada volvió a morir ¬¬  en otra palabras: karma a la orden del día u.u

 

En fin, mejor para ustedes porque no será drabble y tendrá lemmon xD y emm necesito decir que para la línea del tiempo que llevo con mis demás fics (si, llevo linea del tiempo o.o) los acontecimientos después de Proposal (un fic mìo que no es necesario leer) y el cumple de Hiroki me tiraba muchos spoilers de la segunda temporada que algún día haré O.o así que me decanté por no hacer un fic referente al cumpleaños de Hiroki aunque lo haga con esa intención y será un pinche fic normal con lemmon y romanticismo y perfección y eso n.n

 

Yeps algún día se me quitará lo perica, sin más ¡Feliz Cumpleaños al Tsundere uke más hermoso del planeta entero! Con cariño, un poco de amor de su primer enamorado :3 a leer!!

 

PD primero escribí esto y luego el fic (?)

 

Hiroki cerró su enorme maleta por enésima vez mientras volvía a chequear todo lo que había en la lista de cosas para su viaje de una semana; hacía tanto que no viajaba ni siquiera dentro de Japón que francamente ya había olvidado qué cosas debía llevar para no sobrepasar peso de la maleta ni ir contra las indicaciones de los vuelos.

 

Suspiró cansado al ver las maletas completamente listas; definitivamente el viaje era distinto al que había hecho a Sitka para visitar a su familia hacía medio año ya que en aquella ocasión mucha de su ropa y pertenencias estaban ya en Sitka y solo había arreglado su maleta.  Ahora el viaje era a Egipto y no era solo su maleta la que debía verificar con doble cheque que se encontrara en perfectas condiciones si no también la del hermoso ojivioleta de quien podía jurar era tan hermoso como despistado, así que sin más llegó al otro lado de la cama matrimonial para comenzar a abrir la maleta azul que reposaba sobre el colchón cuando leves toques de la puerta de la habitación lo hicieron voltear a ver.

 

—Creo que con una revisada a mi maleta es suficiente señor Usami— sonrió divertido Akihiko mientras Hiroki tapaba su enorme sonrojo detrás de la tapa de la enorme maleta.

 

—Umm siempre… es bueno revisar dos veces— mencionó en un tono de voz levemente opacado por la maleta que cubría su cara y el obvio susurro con el cual había hablado, “Bakakihiko, ¿por qué tenía que ser su apellido de todas maneras?” bufó ruborizado mientras hacía el amago de verificar todo aunque en realidad no hacía mas que ocultarse tras aquella excusa

 

—Si estás verificando que metí el lubricante; sí si lo metí—  “tres, dos, uno…”

 

—¡Bakahiko!— cerró de inmediato la maleta mientras ganaba su molestia a su cara totalmente enrojecida; sin embargo al quitar la tapadera y ponerse de pie vio la alta figura de su pareja cruzada de brazos y con una sonrisa pícara en el semblante.

 

—Era broma, sé que quieres que todo esté listo, y ya lo revisé yo y tú así que no te estreses de más ¿de acuerdo?— Hiroki suspiró mientras era tomado por sorpresa por sus mejillas con ambas manos del escritor quien le deposito un suave beso en los labios, leve y apenas rozándolo, separándose poco a poco del moreno quien por inercia hizo un paso atrás aunque quedó extrañado de la simpleza de aquel roce de labios tan casto e impropio de Akihiko que siempre le gustaba ser demasiado expresivo con sus emociones desde que se habían comprometido.  De inmediato el peligris sin darle importancia al alejamiento del moreno volteó hacia su maleta y comenzó a verla por dentro cuidadosamente

 

—¿Aki…hiko?— el profesor posó sus orbes cafés en Akihiko sintiendo sin querer un leve vacío que el otro se resignara solo a dejarlo con un simple roce de labios, su expresión se tornó levemente preocupada hasta que la sonrisa de Akihiko se amplió y lo volteó a ver.

 

—Lo encontré ¿crees que aún nos de tiempo de usarlo?— sonrió señalando el frasco de lubricante en sus manos y la mirada de leve tristeza de Hiroki se torno a una mirada afilada y resignada.

 

—No— sentenció haciendo los ojos hacia arriba y cambiándolo luego por una sonrisa leve —guarda eso tenemos que irnos— intentó hacer su típica expresión de molestia que a Akihiko le causó gracia y sin más guardó el frasco dándose cuenta de la hora y de su castaño yéndose de la habitación con su propia maleta

 

—Hump, tal vez en el baño del avión…

 

—¡Ni lo pienses!— oyó el grito de Hiroki y solo atinó a sonreír, si no quería en el baño podía resolverse en el propio asiento de primera fila del avión…

 

El viaje de catorce horas a Egipto se había vuelto uno de los lugares más sofocantes para los pasajeros por el hecho de ser vuelo directo y aunque estuvieran en la parte más costosa del dichoso avión aquello no aminoraba la desesperación que Hiroki tenía por llegar al lugar.  Guardó su mapa por tercera vez y volteó a ver a Akihiko quien se encontraba profundamente dormido desde la primera hora en que, para evitar la náusea le dio unos calmantes que lo terminaron por dormir completamente siendo envuelto por Hiroki con uno de los abrigos que hacía tiempo habían llevado las aeromozas.

 

Era viernes por la noche y desde la ventana que se encontraba a su lado izquierdo,  Hiroki podía contemplar el hermoso cielo negro  bajo las luces de las ciudades por las que pasaban que al igual que las estrellas podían notarse efímeras y casi inexistentes pero en enormes cantidades.  Ahora que lo pensaba detenidamente ni cuando fue a Sitka había podido contemplar el paisaje del viaje por haber estado preocupado en como saldría la farsa de hacer pasar a Akihiko como su prometido para que éste pudiera obtener la visa japonesa y quedarse viviendo en Japón.

 

Inevitablemente sonrió.  Recordar que su vida entera tratando de olvidarse de su amor platónico, se fue al carajo en una semana en que de pronto recibió la petición de Akihiko para defraudar al Estado japonés e inventar esa farsa de matrimonio que desembocó en una irónica sorpresa al darse cuenta que Akihiko también estuvo enamorado desde los diez de él.  Despegó su vista de la pequeña ventana y la dirigió de inmediato a su mano izquierda contemplando el anillo en oro blanco; ahora no podía pedirle nada más a la vida; excepto…. “¡qué aterrice el avión!”  volteó a ver su reloj, a penas cuatro horas de las 14  y un leve mohín de disgusto se dibujo en sus finos labios “faltan diez…” pensó y sin querer volteó a ver al peligris durmiendo apaciblemente, haciendo que automáticamente relajara su expresión; después de todo, había sido idea de él viajar a Egipto.

 

Sinceramente cuando Akihiko hacía do semanas le preguntó qué país quisiera visitar, nunca imaginó que de verdad fueran a ir; pero las razones las consideraba más que suficientes.  Después de que la prensa supiera del matrimonio del famoso escritor Hiroki había sido varias veces visitado por la prensa en la universidad Mitsuhashi, unos con  el propósito de preguntarle sobre el nuevo puesto de rector de la Universidad de Tokio y otros usando aquello como excusa para hablar de aquel acontecimiento que sería dentro de un mes; en enero. 

 

Hubiese querido irse por un poco más de tiempo pero a pesar de ser inicios de diciembre, los alumnos seguían en clases y el papeleo para tomar su nuevo puesto seguía pendiente; sin embargo la temporada alta de vacaciones y el estrés de Hiroki que incluso oprimía su mamá sobre él con los arreglos para la boda, hacían del viaje aparentemente el lugar perfecto para dejar de pensar en nimiendades.

 

—¡Tch!— cerró sus achocolatados ojos al sentir un leve punzón cerca del apéndice el cual hacía un mes había comenzado a tener.  Suspiró cansado colocando su mano en aquel lugar que tantas molestias le causaba de vez en cuando, recordó que el médico le había hecho un chequeo general descartando cualquier problema de apéndice y asegurándole que eran pequeños espasmos por volver a tener una vida sexual activa después de mucho tiempo.  Un par de pastillas para el dolor y se supone que se quitaría pero a veces le costaba creerlo porque dolía horrores a pesar de que las hubiera tomado; sin embargo en esa ocasión solamente era una leve molestia por lo que recostó su asiento para poder dormir al igual que Akihiko esperando que aquella sensación pasase.

 

—Pasajeros, se les informa que el vuelo 2489 con destino a Egipto está por aterrizar, por favor colóquense sus cinturones de seguridad.—

 

Hiroki abrió los ojos inmediatamente a penas esas palabras surcaron claramente sus oídos y con una enorme sonrisa subió su asiento y se abrochó el cinturón tratando de despabilarse en el camino.

 

—Usami-san puedo preguntarte qué estas haciendo—  Akihiko lo miró dudoso mientras despegaba sus ojos del computador que tenía y miraba cómo inmediatamente Hiroki se levantaba de la nada y se colocaba rápidamente el cinturón.

 

—No me… llames así— respondió tímidamente Hiroki avergonzado cada que Akihiko lo llamaba con su nuevo apellido y aunque adoraba como sonaba, no podía aguantar los sonrojos que inconscientemente mostraba a Akihiko, ese calor en las mejillas lo hacía sonrojarse más y aunque sonara ilógico Hiroki estaba muy seguro que sus propios sonrojos le daban tanta vergüenza que se intensificaban  —Por cierto, ¿qué no oíste? — trató de desviar la conversación— Dijeron que nos abrochemos los cinturones para el aterrizaje— mencionó notando cómo la cara de duda de Akihiko se convertía en una risa tierna

 

—U-sa-mi-san, nadie a dicho nada aún— con tono burlón el peligris lo vio divertido mientras era Hiroki quien ponía la cara de duda.

 

—Cla-ro que sí, lo acaban de decir— frunció levemente su ceño al notar el tono intencionado de su prometido —ponte el cinturón— y mágicamente la sonrisa de Akihiko se convirtió en una pequeña risa que lo hizo inflar las mejillas enojado  —¡Bakahiko!...—

 

—Shhh amor, todos están durmiendo—  el aludido inmediatamente volteó a ver a las personas que se encontraban alrededor suyo corroborando que el avión se encontraba en total silencio, o al menos esa área; aquello solo significaba una cosa.  Volteó a ver su reloj corroborando que eran las tres de la mañana de la hora en Japón y haciendo cálculos faltaban cuatro o cinco horas para aterrizar, la maldita bocina había sido un sueño.  Y como si Akihiko le leyera la mente le volvió a hablar sacándolo de sus cavilaciones.

 

—Tal parece que escuchas cosas dormido, hmp sería mejor si hablaras dormido— resolvió guardando los documentos abiertos y apagando la laptop

 

—¡hey! ¿y por qué?—

—Así podría saber qué piensas de mí— cambió su tono de voz a un susurró suave mientras cerraba la computadora y la colocaba en el compartimiento del asiento delantero.  Sus ojos violetas se posaron sobre los achocolatados que le vieron por un segundo y desviaron la vista hacia otro lugar.  Hiroki conocía esa mirada.

 

—Pero si ya sabes lo que pienso de ti— se excusó susurrando aquello y cuando su mirada la volvió a fijar al escritor éste ya se encontraba demasiado cerca desabrochando el cinturón que minutos antes se había colocado y volviendo a bajar el respaldo de aquel asiento para recostarlo levemente, Hiroki hizo un pequeño intento por detenerlo pero el peso de Akihiko caía inevitablemente sobre su cuerpo

 

—Entonces dímelo— le susurró al oído mientras levemente mordía su lóbulo izquierdo y empezaba a repartir besos ligeramente por el cuello del moreno.

 

—Eres…—cerró sus ojos por inercia al sentir que Akihiko mordía levemente su manzana de Adán impidiéndole hablar —pervertido— susurró y como respuesta obtuvo un beso en donde antes había mordido.

 

—¿Algo más?— Akihiko empezó a desabotonar los botones de la camisa ligera de Hiroki logrando meter una de sus frías manos para comenzar a acariciar la piel ajena bajo aquella tela fina.

 

—Aquí no— cerró sus ojos fuertemente mientras esperaba que Akihiko se detuviese aunque sabia que aquello era absolutamente imposible

 

—Jeh, entonces aquí esta mejor— inmediatamente sacó su mano de la camisa blanca para, con rapidez, desabrochar el cinturón del pantalón y meter su mano provocando que Hiroki inmediatamente tapara su boca con el dorso de su muñeca.  Un ceño fruncido obtuvo Akihiko como respuesta a su atrevimiento y simplemente respondió con una sonrisa pícara que hizo a Hiroki preocuparse.

 

Un pequeño escalofrío que no pudo ocultar erizó su piel al sentir que Akihiko rozaba descaradamente sobre la tela de su ropa interior, dirigió sus manos en un intento de detenerlo pero el ojivioleta lo separó uniendo sus labios a los del moreno.  El peso de Akihiko sobre él no le daba mucha opción a moverse, los labios del mayor intentando devorarlo le hacía dejarse llevar y el poco raciocinio que le quedaba le decía que en aquella posición nadie podría ver, por lo que resignado tragó en seco y se dejó llevar por aquel beso y aquellas manos expertas que habían pasado de la tela a tocar su piel caliente.

 

Un ligero frío se posó sobre su piel haciendo que Hiroki se tensara inmediatamente al sentir que Akihiko sacaba toda la extensión de su miembro a la quizá posible vista de cualquiera.  Pero aún así la mano ahora cálida del peligris no dejaba de recorrer de forma parsimoniosa y lenta toda la longitud del ya despierto pene de Hiroki.

 

—Aki…A…— tensó de nueva cuenta sus músculos al sentir cómo Akihiko dejaba su boca y la dirigía hacia la pequeña abertura en su camisa para tomar con los dientes uno de sus pezones y comenzar a masajearlo con la lengua sin dejar que el ritmo que llevaba su mano disminuyera.  Su lengua pasaba despacio por aquel botón palo rosa mientras su vista se dirigía de apoco hacia Hiroki quien la mantenía fuertemente cerrada.  Apretó con los dientes aquel sensible lugar y, ante aquel tacto, Hiroki no pudo evitar jadear, lo que endulzó los oídos de su pareja.  El movimiento de la  mano del escritor comenzó a ser más rápido y por inercia Hiroki se acopló a ese movimiento con su cintura, volviendo a tapar su boca con el dorso de su mano mientras sentía la lengua de Akihiko pasar hacia su otro pezón y comenzar a succionar con ahínco como si quisiese alimentarse de él. Tragó en seco y su respiración comenzó a ser más errática que logró acompasar el movimiento de la boca de Akihiko quien había cerrado los ojos desde hacía poco.

 

—¡Mmgh!— y sus ojos se abrieron de pronto al escuchar su propia voz, presa de la mano de Akihiko que había acariciado uno de sus testículos sin haber podido darle opción a callar aquel gemido que sin duda se había escuchado fuerte.  Akihiko frunció el ceño, alguien venía.

 

Las frazadas habían quedado tiradas en el suelo y lo primero y único que le dio tiempo a Akihiko de hacer fue recogerlas y tirárselas a Hiroki mientras se quitaba de encima del moreno y volteaba hacia los tacones que se habían detenido frente a él

 

—Buenas noches, ¿le puedo ayudar en algo?— mencionó amablemente la aeromoza al haber escuchado ruido a altas horas de la madrugada.

 

—Sí, verá, mi esposo tiene fiebre y necesito una bolsa con hielo, pero descuide no es grave, ya le di medicamento.  La chica inmediatamente volteó a ver a Hiroki quien se había cubierto lo mejor posible con todas las frazadas que le habían dado y solamente mostraba sus ojos vidriosos.

 

—De acuerdo caballero, en seguida lo traeré—  Akihiko volteó a ver a Hiroki con una sonrisa triunfadora y Hiroki le devolvió un ceño fruncido y un leve temblor, víctima de los nervios de ser descubierto y de un pequeño asunto que aún tenía pendiente con cierto escritor y que aún se encontraba oculto bajo tantas cobijas.

 

—Esperamos o quieres que atienda a Hiro-chan—  un rubor inmenso se instaló en las mejillas de Hiroki abriendo sus ojos sobremanera y tapándose la cara completa de la vergüenza de oír hablar a Akihiko de aquella forma, definitivamente era algo a lo que no se acostumbraría jamás.

 

—Aquí tiene— a penas escuchó aquella voz, le pareció estúpidamente infantil parecer un niño bajo las cobijas y sacó su rostro para disimular cansancio pero en cambió lo que notó fue la preocupación de la mujer frente a ambos.  —¿se encuentra bien?, creo que le subió la fiebre…—  respondió con preocupación la aeromoza mientras Akihiko contenía la risa

 

—Amor, ¿te trae también el termómetro?, ¿aguantas la “fiebre” hasta que ella regrese?— Después de enfatizar aquella palabra Hiroki no podía más que morirse de vergüenza pensando que la chica sabía a lo que el imprudente de su prometido se refería.

 

—N-no, a-así está bien— terminó de modular su voz intentando parecer calmado lo cual no convenció a la chica hasta que la mirada seria de Akihiko y su tono amable diciéndole un “puede retirarse” la hizo dejar de ver al moreno para hacer una típica reverencia y volver a su puesto detrás de las cortinas de la puerta trasera del avión.

 

—¿está bien si con el hielo te bajo la temperatura?— Hiroki estuvo a punto de reclamar cuando los dedos de Akihiko en su boca le dieron a entender que la aeromoza aún podría escucharlos por lo que a regañadientes calló y cerró sus ojos mientras respiraba profundo al sentir cómo Usami quitaba las sábanas que lo cubrían y con sus finos dedos agarraba un cubo de hielo para recorrer con cuidado todo el miembro del castaño que no podía más que intentar controlar su respiración agitada. —eres perfecto…— susurró el peligris mientras contemplaba el aumento del tamaño con solo el rose de aquel cubito helado y resbaloso que pasaba por la piel ajena, lo pasó suavemente por el glande haciendo círculos despacio, dejando caer una gota fría justo en el centro haciendo que Hiroki sostuviera su mano de sorpresa y la retirara.  La vista no podía ser más perfecta, unos ojitos achocolatados aguosos y las mejillas sonrojadas de Hiroki acompañado de la forma en que mordía su propio labio y lo miraba suplicante.

 

—Ya no… necesito—

 

—De acuerdo— sonrió besando suavemente los labios del profesor que poco a poco fue dejando de mordérselos, dejó el hielo a un lado y con sus manos frías de nuevo paso una por el pecho aun desnudo y la otra volviendo a masturbar a Hiroki estirando lo más que podía aquella piel sensible que después de ser jalada de aquella manera termino bañando su mano de aquel liquido blanco y caliente haciendo soltar un gran suspiro a Hiroki —¿Mejor?—

 

—Umm— asintió levemente Hiroki mientras dejaba salir las últimas exhalaciones agitadas por lo ocurrido, y a penas fijó su vista en Akihiko vio como esta lamía su mano viéndolo pícaramente.

 

—Sabes bien— respondió a la pregunta silente que Hiroki hacía con su vista perpleja y sin pensarlo dos veces el aludido, tomo una de las servilletas que le habían dado junto al vaso de hielo pero Akihiko frunció el ceño arrebatándole la mano del intento vano de Hiroki por limpiarlo; inmediatamente Akihiko pasó de su ceño fruncido a una mirada lujuriosa que Hiroki notó inmediatamente.

 

—¿Aki…— no pudo decir otra palabra más al sentir como era suavemente tomado de la barbilla y acercado a aquella mano ahora blanca por su culpa.  

 

—¿Quieres limpiarlo?— su sonrisa se amplió al ver el rubor de Hiroki quien captó la indirecta haciéndole un leve puchero de fingida molestia.

 

—Pervertido— susurró mientras cerraba sus ojitos chocolate y comenzaba a lamer la mano del escritor para limpiarlo de su propia semilla dejando que aquellos ojos violáceos no perdieran detalle de la forma cómo lo hacía.

 

—No soy el único.—respondió sonriendo mientras quitaba su mano para reemplazarla por sus labios y besar de nueva cuenta a Hiroki que gustoso le respondía el beso; sin embargo fue abruptamente separado mientas Akihiko se levantaba del asiento.

 

—¿A dónde vas?— preguntó Hiroki delatando su inocencia que hizo sonreír al escritor.

 

—A deshacer lo que tú provocaste— mencionó bajando su mirada y Hiroki entendió a lo que éste se refería.  —pero si lo hago aquí contigo yo no podría contener mi voz— le guiñó un ojo y Hiroki hizo un mohín de enojo no fingido.

 

—Hey eso no es justo— se cruzó de brazos mientras Akihiko sin siquiera hacer el intento de ocultar la erección dentro de su ropa le volteó a ver.

 

—Te lo compenso en el hotel ¿de acuerdo?— le sonrió de nueva cuenta y volteó para dirigirse al baño mientras Hiroki acomodaba sus ropas y se refundía entre las cobijas como antes lo había hecho, “estúpido bakahiko” al final siempre se salía con la suya…

 

Arribaron en el aeropuerto internacional de Egipto en el Cairo, sintiendo el calor sofocante al apenas salir por la puerta del avión, pero al entrar en el enorme aeropuerto el aire acondicionado niveló el ambiente de aquel caluroso lugar.  Recogieron sus maletas y pasaron los controles de migración en donde corroboraron que sus papeles se encontraban en orden y les permitieron bajar las enormes gradas eléctricas al centro de aquel hermoso lugar

 

—Hmp— resopló Akihiko viendo el lugar concurrido lleno de turistas y grandes almacenes que se situaban dentro del aeropuerto

 

—¿Ocurre algo?— preguntó Hiroki desdoblando el itinerario que habían planeado con tan solo una semana de antelación.

 

—¿Dónde está el desierto?—

 

—¿Eh?—

 

—Se supone que estamos en Egipto, debería haber arena, camellos y gente árabe… no el mismo Taco Bell que hay en Shibuya— hizo un puchero señalando con su pulgar a su derecha donde podía verse el restaurante atiborrado de gente.

 

—Eh… lamento decepcionarte pero no estamos en un libro para que todo sea así— Hiroki entornó los ojos tratando de no reírse del peligris que miraba molesto aquel lugar.  —pero descuida eso lo veremos pronto— resopló sin prestarle atención y comenzó a caminar volviendo a visualizar el itinerario mientras Akihiko le seguía detrás con las maletas de ambos dejando a un lado su molestia y cambiándola por una expresión más relajada al ver la leve sonrisa de Hiroki, quien caminaba hacia la salida.  Esa suave sonrisa que ocultaba siempre de pequeño y de adolescente pero que ahora mostraba con más soltura y con exclusividad solo para él.  Llegaron a la estación de taxis para ir hacia Giza, una de sus primeras paradas y donde se encontraba el hotel que reservaron.  Justamente un taxi se paró frente a ellos y Akihiko sonrió aún más al ver por lo menos algo propio del país; un taxista con ropa árabe.

 

—Koll en nas beyetweldo ħorrīn we metsawyīn?— Sonrió el taxista y tanto Akihiko como Hiroki lo vieron con cara de duda. — Etwahablohom b1;ab0;le w damīr—

 

—Yes, thank you—

 

—¡Bakahiko!—

 

—Es un taxi, seguro preguntó si nos lleva—

 

—¡Ni siquiera sabes si preguntó!—

 

—Hizo la entonación—

 

—Y cómo sabes que no es parte de su idioma ¿eh?— mientras entablaban la pequeña discusión el taxista comenzó a subir las cosas al taxi por lo cual Akihiko sonrió y le abrió la puerta a Hiroki para que entrara.

 

—Ves entendió— respondió sonriente mientras Hiroki lo miraba con el ceño fruncido y sin palabras para contestarle.

 

—Bien, nos habló en su idioma, es decir que no sabe inglés siquiera, ¿cómo planeas que nos lleve?—  Bufó cruzando sus brazos pero Akihiko en cambio le guiñó un ojo.

 

-Giza, Guardian Guest House—  el chofer asintió y el taxi se comenzó a dirigir hacia aquel lugar mientras Akihiko le daba una mirada divertida a quien de regreso le hacía un puchero de desaprobación mezclado con una tenue sonrisa que por capricho no quería dejar salir.

 

— bab1;de b rōħ axaweyya—  frenó el auto y a través de la ventana pudo verse frente a ellos el enorme hotel, siendo inmediatamente recibidos por la servidumbre del lugar.

 

—Ajá, God bless you too— respondió Akihiko sin entender ni una sola palabra de lo que había dicho el conductor y viendo el contador del taxi hizo la conversión con la app de su teléfono de libras egipcias a dólares, sacó el dinero de su billetera el cual aceptó el taxista devolviéndole el cambio.

 

—¡We lāzem yeb1;amlo!— reverenció el taxista y Hiroki inmediatamente le tapó la boca a su prometido

 

—Dijazilan Choukran laka— pronunció Hiroki lo mejor que pudo viendo cómo el taxista sonreía ampliamente al entender algo en su lengua

 

— La choukr aala wadjib — el taxista agachó de nueva cuenta la cabeza y se fue de aquel lugar mientras Hiroki resoplaba satisfactoriamente, al menos sabía decir “muchas gracias”.

 

—You learn our language very fast sir— respondió amablemente el propietario del hotel mientras reverenciaba a ambos hombres — Usami sama welcome to this hotel—

 

—A usted le pagué por que nos hable en japonés, así que hágalo— Akihiko lo miró con una mueca de lado alzando una ceja mientras el hombre frente a él le devolvía una sonrisa.

 

—Como guste Usami Akihiko, bienvenidos a mi Hotel, Guardian Guest House; soy Almahamed — hizo una leve reverencia a ambos hombres que habían contactado con el anteriormente para reservar la suite principal — Y si me permite decirlo en japonés también; Usami Hiroki, aprende rápido el idioma, ¿no es así?—  volvió a repetir aquellas palabras y Hiroki se ruborizó de inmediato pensando que la pronunciación había sido un total fiasco pues solo contaba con un pequeño libro que consiguió antes del viaje para preguntar cosas básicas como agradecer.

 

—No me dio tiempo a que le diera yo permiso— respondió tajante el ojivioleta al ver de reojo el sonrojo de su prometido.

 

—Akihiko, es solo un decir— le volteó a ver mientras comenzaban a caminar hacia el interior de aquel lujoso lugar.  —Gracias… aunque creo que no supe pronunciarlo adecuadamente— respondió al propietario.

 

—Al contrario, es de las mejores pronunciaciones que he escuchado de extranjeros; como se espera de un Usami— respondió simplemente tomando por sorpresa al profesor.

 

—Disculpe— preguntó Hiroki pero antes que el anfitrión de aquel lugar pudiera contestar Akihiko se acercó a Hiroki.

 

—Mi abuela es una de las mayores donadoras de fondos para la conservación arqueológica de la Esfinge—

 

—Y nosotros no podríamos estar más honrados que parte de la familia Usami haya escogido nuestro hotel para hospedarse en este viaje— sonrió el aludido dejando de caminar y dándose la vuelta para reverenciarlos, cayendo en cuenta ambos que se encontraban a la mitad de la recepción del enorme hotel con detallado egipcio en decoraciones parecidas a jeroglíficos.

 

—Hermoso— Hiroki contemplaba el enorme candelabro que se alzaba sobre ellos junto con las paredes de mármol del espacioso lugar y la enorme vista de la pared de más de dos metros convertida en ventanal que daba hacia las tres Pirámides de Giza como paisaje a aquella esplendida recepción.

 

—Si en verdad lo es— respondió Almahamed viendo fijamente al castaño sin percatarse de una mirada homicida que le contemplaba —¿le gusta?— desvió su vista hacia Akihiko y fingió cortesía con la pregunta realizada.

 

—Me encanta, allí está lo que tu querías también, Akihiko—

 

—Yo solo te quiero a ti— susurró colocando un beso en su mejilla lo que ocasionó que Hiroki dejara de contemplar la vista para mirar entre sorprendido y avergonzado a su pareja por tan poca discreción en un lugar tan concurrido como aquel y principalmente enfrente del propietario del lugar que personalmente había ido a atenderlos.

 

—Me acaban de avisar que sus maletas están en la suite, si me acompañan…— reverenció el anfitrión interrumpiendo, por lo que Hiroki se iba a inclinar para disculparse cuando Akihiko lo detuvo en seco antes que pudiera hacer la reverencia.

 

—Llévenos entonces— y en cuanto el aludido se volteó, Akihiko susurró al oído de su prometido —Un Usami no se disculpa— sentenció firme.

 

—¿Desde cuando te importa eso?—

 

—Desde que tu llevas el apellido supongo; además se lo debo a mi abuela por rechazar la herencia que me dejó mi abuelo— le sonrió mientras el elevador frente a ellos se abría para ir al nivel más alto de aquel lugar y entrar a la suite que se encontraba en la última planta.

 

—En media hora les subirán el almuerzo para que puedan descansar a gusto hoy y mañana comenzar con el itinerario que nos enviaron por correo que incluye visitar la Meseta de Gizá: Keops, Kefren, la Esfinge; la pirámide escalonada Saqqara y Menfis, y como agradecimiento por escoger el hotel, 30 minutos en Camello, guiados por Mr. Haisam.

 

—Perfecto, puede retirarse—

 

—Gracias Usami-sama— reverenció el hombre cerrando la puerta y dejándolos solos.

 

—Siempre supe que pesaba el apellido, pero no me imaginé que hasta acá—

 

—Solo acá, en Japón e Inglaterra— sonrió amargamente mientras copiaba lo que hacía su pareja que era sacar la ropa que estaba dentro de las maletas.

 

—Yo creo que en todo el Mundo, después de todo Usami Akihiko  ha vendido millones de libros y esa parte del apellido no pesa en absoluto ¿verdad?— Akihiko le volteó a ver dibujándole una media sonrisa de lado a la respuesta de Hiroki, que desde los diez le hacía ver el lado bueno de tener una familia adinerada y nefasta a su parecer.

 

—¿Entonces, por qué me rechazaste el beso en el lobby?— preguntó sabiendo que el tsunderismo del profesor de literatura y ahora nuevo rector, era la razón principal de ser tan recatado.

 

—¡Eh! Etto, era… prudencia; estábamos en público — se excusó sintiendo los pasos del profesor dirigirse hacia él, intentó ignorarlo para seguir metiendo la ropa en uno de los gabinetes del cuarto pero antes de volver a la maleta fue tomado rápidamente del mentón por el peligris

 

—¿Y ahora que no lo estamos puedo besarte?—

 

—Jeh— bufó resignado dirigiendo sus ojos chocolate hacia los violáceos que lo miraban fijamente —tú sabes la respuesta— a penas terminó de pronunciar aquello la boca de Akihiko se junto a la suya para iniciar un beso casto que poco a poco se prolongaba más haciendo del silencioso cuarto uno donde podían escucharse claramente el jugueteo de sus lenguas encontrarse y los pequeños suspiros que emitían cada que se separaban por milímetros solo para tomar un poco de aire y seguir con aquella adicción que por mucho superaba los cigarros de Usami que había dejado el hábito por encontrarse con una mejor adicción, Hiroki.

 

—Room service — escucharon tras unos leves toquidos en la puerta.

 

—Maldito apellido, dijeron media hora y ni quince minutos han pasado—

 

—Tal vez Almahamed quiere ser amable con nosotros—

 

—Tal vez le gustes a Almahamed—

 

—¡No exageres!— lo reprendió separándose levemente de Akihiko mientras se bajaba la camisa que hacía poco había sido subida por el peligris quien suspiraba pesadamente.

 

—Te miraba diferente—

 

—Gaikokujin desu ka— (¿porque soy extranjero?) le señaló lo obvio y abrió la puerta para recibir a la chica vestida de egipcia con la azafata, pasando hacia el balcón donde se encontraba una pérgola dando vista hacia las pirámides y bajo ella una mesa circular para dos personas perfectamente decorada en donde la mucama sirvió la comida del lugar.

 

—Gracias y para la próxima dígale a ese tal Ahmjad…—

 

—Ex-excuse me, I don´t speak Japanese—

 

—It doesn´t matter, everything is fine, thanks— respondió rápido Hiroki mientras la acompañaba caballerosamente a la salida y le hacía una mirada matadora a Usami.

 

—Se llama Almahamed y ya déjalo, además... yo solo te quiero a ti— se aclaró la garganta tratando de sonar lo menos apenado posible pero sus mejillas sonrosadas que traspasaban la piel morena y esa mirada desviada no le ayudaban en lo absoluto.

 

—¿Me lo demuestras ahora antes del almuerzo?— insinuó el peligris sugerente a lo que Hiroki iba a responder afirmativamente cuando volvió a escuchar leves toques de la puerta.

 

—¿Sí?—

 

—Etto, sorry I forgot to let you know that mister Almahamed has prepared a dinner for you, here is the invitation— respondió temblorosa la chica al ver que Usami fruncía el ceño.

 

—Hmp, we´ll think about it— tomó la carta y cerró la puerta en la nariz de la mucama.

 

—Si confías en mí, vamos a ir—

 

—Hmp, de acuerdo— suspiró resignado viéndose entre la espada o la pared —además así le demuestro a Alhmad

 

—Almahamed—

 

—a Almahamed que tú eres mío—

 

—Jeje, eres un caso, vamos a comer— sonrió Hiroki de brazos cruzados dirigiéndose a la terraza mientras Akihiko lo tomaba por la cintura y se dirigían a almorzar.

 

Después de la comida a penas les dio tiempo para desempacar y una ducha antes que volviesen a escuchar el leve toquido de la puerta.

 

—Amor, atiende tú, no he terminado de secar mi pelo—

 

—Sí— abrió la puerta y la sonrisa de Almahamed le hizo fruncir levemente el ceño  —son las cuatro, dijo cena—

 

—Lo sé Usami-sama pero esperaba que conocieran las instalaciones del lugar, para sentirse más cómodos y hacerles una propuesta de otros lugares a visitar—

 

—Me parece excelente, es mejor que solo guiarnos por el itinerario que Asahina nos hizo favor de hacer— respondió Hiroki quien había salido del baño para terminar de escuchar las últimas palabras del joven dueño del lugar.

 

—Perfecto, qué dice usted Usami-sama—

 

—Si mi esposo quiere, eso haremos— le miró retadoramente lo cual fue obviado por el anfitrión.  Salieron del lugar empezando a recorrer todos los pisos que el inmenso hotel poseía, viendo el living por donde habían entrado, dos jardines a los costados con una fuente en medio y al aire libre, pasaron por el área de restaurante, las cuatro piscinas a disposición, el área de jacuzzi que el anfitrión señaló como innecesaria ya que la suite que tenían contaba con su propio jacuzzi; todo aquello hizo del recorrido un par de horas que no planeaban gastar después del largo viaje en avión.

 

—Y éste es el gimnasio— señaló Almahamed las instalaciones

 

—¿Un gimnasio?— se preguntó Hiroki en voz alta

 

—Sí amor, para cuando los huéspedes vengan sudorosos del desierto y quieran venir a sudar más— respondió sarcásticamente el peligris recibiendo inmediatamente un codazo en el brazo

 

-Y por último les parece si vamos al comedor, una pareja que rentó una de las suits se va hoy y será su cena de despedida en conjunto con la suya de bienvenida— Akihiko dejó de enojarse con aquel sujeto al escuchar aquellas palabras, al menos no serían los únicos. A penas llegaron al comedor vieron la mesa para aproximadamente diez personas, de las cuales solo faltaban ellos tres.

 

—Lamentamos la espera, estábamos dando un recorrido— se disculpo Almahamed y prosiguió a presentarlos—

 

—Ellos son Akihiko y Hiroki Usami, quienes se quedaran en nuestro hotel por una semana— ambos hombres se inclinaron y junto a ellos los demás se levantaron de la mesa para saludar.  —El es Karim, el subgerente en administración; Abdullah quien será su guía turístico; Kamal guía turístico principal del hotel para la ciudad del Cairo y para completar el personal, Mohammed encargado de la seguridad tanto del hotel como de los huéspedes que habitan aquí.  Ahora si me permiten presentarlos…

 

 

—No hay necesidad gracias.  Soy Masamune Takano mucho gusto— comenzó presentándose el huésped de la suit del ala Oeste que partiría al día siguiente.  —Y este es mi pareja Onodera Ritsu—

 

—Akihiko-san—

 

—Onodera que gusto verte aquí— inclinó la cabeza ante el muchacho de ojos verdes que lo miraba feliz.

 

—¿se conocen?— sí, el fue mi editor antes de Aikawa.

 

—Un placer verlo de nuevo sensei— sonrió y los cuatro se sentaron en la gran mesa rectangular viéndose de frente y comenzando a hablar sobre el viaje mientras la cena era servida.

 

—…Sí, yo también creí que Isaka no daba vacaciones, pero me las debía por el último libro que publiqué y que desgraciadamente beneficio a ese idiota—

 

—Kamijou-san— susurró Ritsu hacia Hiroki mientras ambos semes se burlaban de su actual jefe.

 

—Hace mucho que no me llamaban por mi apellido— respondió como si nada mientras le prestaba atención al castaño que inmediatamente se ruborizaba.

 

—Ehh gomen! Lo siento en verdad!  ¡Eso significa que ya se casó!— se alarmó el chico mientras Hiroki le hacía ademán de bajar silencio aunque nadie hubiese escuchado.

 

—No aún no, será dentro de un mes aproximadamente—

 

—Ah, qué bien es que no me quería perder su boda que será transmitida por televisión— comentaba aliviado Ritsu mientras Hiroki tragaba en seco recordando aquella leve presión de la prensa por ver la primera pareja homosexual de famosos japoneses casarse.

 

—Gracias, creo— le sonrió nervioso mientras volvía su vista al plato pero las palabras del ojiverde lo hicieron subir la vista.

 

—No al contrario, gracias a usted.  Yo… es por ustedes que decidimos con Takano casarnos.— respondió quedito Ritsu llamando la atención de Hiroki.

 

—¿En verdad?—

 

—Sí, desde la publicación del libro de sensei hasta el anuncio de la boda y que no hayan tenido miedo a la prensa o a qué digan los demás, me convencieron de aceptar la propuesta de Masamune— respondió sonriendo a lo cual Hiroki visualizó la mano izquierda del castaño corroborando el anillo de compromiso.

 

—Eso me alegra, felicitaciones—

 

—Gracias, igual a usted Usami-san; la historia de ambos que sensei relató en su primer libro y también en el  hasta ahora último libro es realmente hermosa—

 

—¿Hermosa?, me parece más una tragicomedia con un final romántico— aceptó el moreno recordando lo irónico de su vida con el peliplata —de verdad estar veinte años sin saber que sentíamos lo mismo por el otro fue realmente difícil— se río levemente

 

 

—Yo pasé casi quince años, así que creo entender lo que se siente y por eso no puedo estar más feliz que ver el final feliz de los libros de sensei en la vida real… ha cambiado mucho su forma de escribir—

 

—Yo también me di cuenta de ello, gracias por tu cumplido— sonrió ampliamente Hiroki por primera vez en la velada.  Siempre creyó que los libros de Akihiko podían cambiar el corazón de muchas personas y no solo el suyo, pero ser parte de la vida del peligris y que le agradezcan por ser ejemplo de lo que es capaz el amar a alguien tanto como para esperarlo, jamás creyó que fuera posible pero frente a él tenía una futura pareja de esposos que en parte había decido casarse por uno de los libros de Akihiko que relataba su vida con él.  En verdad valía la pena arriesgare incluso al qué dirán, si ello conllevaba que no solo su vida y la de Akihiko fueran felices sino también hubiese un poquito de felicidad en la vida de quienes leyeran a su prometido.

 

Ah sí, toma—

 

—¿Qué es?— preguntó recibiendo un papel doblado en varias mitades.

 

—Perdona lo usado, es el itinerario que seguimos con Takano para nuestra estadía aquí, aunque fue por poco más tiempo que la semana que tienen ustedes espero puedan visitar la mayoría de lugares— Hiroki asintió inmediatamente dándole una ojeada a aquella hoja y agradeciendo el detalle.  Seguramente con aquel papel, el hecho por Asahina y el que le daría su guía turístico el viaje sería perfecto.

Notas finales:

Y hasta acá me quedo!

Sí, soy una inútil para hacer drabbles y one-shots porque ahora terminan en long fics u.u 

 

Hechos fácticos!!!! (o algo así)

 

  1. el aeropuerto existe
  2. El hotel también existe y está a cinco minutos de las pirámides!!! n.n es bellísimo búsquenlo, hay un montón de fotos
  3. Hay taco bell en Japón y un anuncio japonés en youtube demasiado random o.o busquen “taco bell japan access rap” y aparece el rap O.o
  4. el idioma que escribí allí es árabe egipcio y ni yo sé qué escribí xD
  5. Lo único árabe que busqué fue Dijazilan Choukran laka (lo que dijo Hiroki que fue “muchas gracias”) y La choukr aala wadjib (que responde el chofer “el deber no se agradece” que es como decir “de nada”)
  6. Ah sí, robe un itinerario de viaje a Egipto en Internet xD a ver qué tal lo acoplo xD
  7. Me pareció un poco interesante mezclar idiomas así que hay un poquito de lo que sé de japonés aquí (ése lo traduzco en los paréntesis, n.n)

 

Espero les haya gustado y si aunque sea les gustaron los datos curiosos les invito a dejar review  J  yo digo que llega al threeshot o veré si se queda en two pero de seguro lo continuo xD

 

Hasta más minimum no tan minimum :3


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