—Está bien— Sawamura Eijun susurro dejando a todos pasmados.
— ¿Qué dices Sawamura? —Kuramochi se acercó al chico de ahora segundo año— No puedes decirlo en serio—
—Lo hago— murmuro el chico, sonrió con pesar y se fue del campo frente a la atónita mirada de sus compañeros.
—Eijun—Haruichi vio con miedo la espalda de su amigo, un mal presentimiento lo acosaba desde que todo empezó hacía unas semanas y hoy finalmente había sucedido el desastre.
**
—Tienes que concentrarte Sawamura— el cátcher gruño molesto, el chico hiperactivo sólo asintió un poco nervioso, no sabía que le sucedía últimamente, cuando estaba cerca de Kazuya se ponía nervioso, primero pensó que estaba enfermo, pero solo se ponía así cerca del idiota.
—Lo siento— murmuró, y el entrenamiento siguió sin más contratiempos.
Pero se repitió los días siguientes y Miyuki Kazuya no tenía la paciencia de un santo.
—Si no te lo tomaras en serio será mejor que lo dejes—masculló para luego dejar al pitcher solo en el bullpen.
— ¿Eh? — el chico simplemente pudo abrir los ojos con sorpresa. Lo había dejado allí solo.
—Deberías dejarlo— se giró para ver como Furuya lanzaba contra la red. ¿Dejarlo?
— ¡Nunca!, no seas idiota— le grito antes de salir del lugar.
Al otro día fue de nuevo hacía el cátcher, pero este solo lo miro con seriedad y con un “Hoy trabajare con Furuya” lo dejó de nuevo sólo.
¡Bien! No lo necesitaba. Se dirigió a la red, paso la tarde lanzando contra ella y desahogando sus frustraciones. Era mejor Pitcher que Furuya. ¿Cierto? Torció la boca ante sus pensamientos. ¡Claro que lo era!
— ¡Increíble!— escucho como los nuevos hablaban, cuando se fijó en de que hablaban, notó que era sobre los lanzamientos de Furuya. Se escuchó el característico zumbido de los lanzamientos del chico más alto.
Bueno, el lanzaba mucho más rápido, no tenía mucho control, pero lo compensaba con su fuerza. Y Sawamura… él… bueno, él lanzaba extraño. O eso decían. Era algo bueno ¿no? Frunció el ceño mientras miraba la bola en su mano. Últimamente tenía muchas dudas sobre sí mismo, él no era así, era solo que… se estremeció con el sonido del golpe de la pelota con el guante del cátcher.
—Sawamura— el aludido se giró y vio a Chris, inmediatamente sonrió con emoción, Chris-senpai siempre lo había apoyado incluso frente a Furuya.
—Hola— saludo con una sonrisa amplia, pero ésta se perdió cuando vio el semblante del chico. ¿Qué? — ¿pasa algo?
—Miyuki está molesto contigo— dijo el joven acercándose— tienes que recuperarte, él es tu cátcher, sabe lo que es mejor para ti— Eijun mordió su lengua para no decir que realmente era el cátcher de Furuya.
—Lo sé, pero él está presionando mucho— respondió en un puchero, Chris lo miro con seriedad y suspiro.
—Él sabe lo que hace, ¿bien? —Eijun asintió de mala gana— es un excelente cátcher, aprovéchalo.
—Está bien— bufó, por mucho que le mordiera admitirlo era cierto, el chico era muy bueno en su trabajo.
—Bien— el de ex-miembro de Seidou sonrió tranquilo— te deseo mucha suerte Sawamura— dicho esto se fue.
Siguió lanzando mientras pasaba la práctica, cuando finalmente llego la noche recogió las bolas del suelo y las puso en la canasta, que los de primero las llevaran a su lugar. Busco a Miyuki hasta finalmente verlo al lado del pitcher con el que había practicado todo el día.
— ¿Puedo hablar contigo? —El de lentes lo miro con seriedad y asintió, se alejaron del pelinegro— lo siento— se disculpó, como espero, algo se revolvió en su estómago y sus manos empezaron a temblar, ¿Qué le pasaba?
—Está bien— respondió el cátcher en un suspiro— pero tienes que concentrarte, ¿bien?
— ¡Sí! — respondió sonriendo, a pesar de que tuvo que forzar su actitud un poco, se alegró de que el chico no lo notara o lo dejaría de nuevo.
El entrenamiento volvió a la normalidad, cuando empezaba a desconcentrarse Miyuki lo miraba un poco enojado así que se forzaba en ocultar su situación. Pero no era fácil, especialmente dado que el cátcher estaba tan irascible.
—Deberías dejarlo— lo escuchaba mascullar cuando empezaba a dispersarse, y aunque lo negara era un poco doloroso. No había necesidad de decir eso.
—De nuevo— le dijo al de lentes el cual acepto acuclillándose de nuevo. Sawamura tomo posición e hizo el ejercicio para lanzar pero… el sol iluminaba al cátcher dándole un aire misterioso y hermoso ¿Eh? Por supuesto el lanzamiento no fue donde era, pero sólo lo noto cuando algo golpeo con fuerza su rostro. Cayó sentado al suelo y vio que era la bola, levanto la mirada al ver al Miyuki acercarse molesto.
—Te dije que lo tomaras en serio— gruño el chico sosteniéndolo del cuello de la camisa— no me hagas perder mi tiempo—lo soltó con brusquedad.
—Lo siento— murmuro un poco sorprendido, no pensó enojar tanto al chico.
—Deberías dejarlo— repitió entre dientes lo suficientemente bajo para que casi no lo oyera, pero lo hizo. Se levantó de golpe y empujo al tonto hasta que cayó al suelo.
— ¿Qué dijiste? —Gruño molesto— repítelo.
—Deberías dejarlo— dijo enojado intentando levantarse— sólo lanzas bien en ocasiones, no necesito un pitcher tan inconsistente.
—Eso no lo decides tú— refuto tumbado de nuevo al chico.
—Pero no sacara un pitcher al que el cátcher no le tiene confianza— respondió poniéndose finalmente de pie— acéptalo.
— ¡Cállate! — grito.
— ¿Por qué?, ¿Por qué lo que digo es cierto? — Se acercó al menor— deja de hacernos perder el tiempo y entrena solo o déjalo.
— ¡No lo hare porque tú lo digas!—
— No sirves de nada— mascullo el mayor— sólo déjanos en paz, nunca superaras a Furuya.
—Chicos cálmense— Haruichi intento intervenir pero estos no notaban nada a su alrededor, ya alguien había ido por el entrenador, pero empezaba a preocuparse porque no llegara al tiempo.
— ¡Claro que lo superare!— grito de vuelta el más bajo.
— ¿Cuándo?, no has avanzado nada— azuzo el de lentes— él está mejorando, pero tú estás estancado—
—Pero mejorare— dijo en voz baja el chico, cuando las palabras realmente le calaron.
—Hey Miyuki, clámate, estas siendo demasiado duro— dijo Kuramochi preocupado.
—No lo harás— dijo ignorando al campo corto— ¡solo déjalo y lárgate!
— ¿Qué pasa aquí? — se escuchó la voz del entrenador. Todos suspiraron con un alivio que no duró mucho.
—Está bien—
**
— ¿Eijun? — Haruichi llamo al chico, pero este no lo miró solo siguió de largo a su lado y se fue sin decir nada.
Habían pasado dos semanas desde el altercado y las cosas no mejoraban, Miyuki se había concentrado por completo en Furuya y Sawamura no había vuelto a los entrenamientos, el entrenador Kataoka estaba bastante molesto, pero no solo con el pitcher, Miyuki se había ganado su buen regaño, que en cierto modo todos pensaron que lo merecía después de sus palabras.
Pero el cátcher no estaba tan bien como lo hacía creer, en las noches se quedaba hasta tarde en posición de cuclillas como si hubiera alguien frente a él lanzando. Probablemente una especia de castigo autoimpuesto. En ocasiones había una mueca de amargura en sus rostro que asustaba a todos y no sabían que hacer; a pesar de la pelea era como si se hicieran falta.
—Miyuki— Kuramochi llamo al cátcher, este se giró y lo miró con seriedad, a pesar de que el campo corto quisiera molestarlo, había algo en los ojos del de lentes que se lo impedía, quizá esa oscuridad que había en sus ojos, ese desespero y principalmente la culpa. Y aunque lo tenía bien merecido, era algo inquietante.
— ¿Qué ocurre? — respondió el aludido.
—Ve a disculparte con Sawamura— dijo sin pensar, todos se quedaron el silencio, incluso el entrenador que se había mantenido fuera del asunto.
— ¿Qué? — por supuesto el gesto de sorpresa no se hizo esperar.
— Como oíste— contesto molesto— ve a disculparte.
— Si hazlo— dijo alguien más y de repente todos le exigían que lo hiciera. El cátcher abrió los ojos sorprendido antes de fruncir el ceño.
— Está bien— gruño yéndose hacia los dormitorios donde ahora Sawamura pasaba la mayor parte del día.
Miyuki busco al pitcher por los dormitorios, aunque realmente no lo buscaba, solo pensaba como se suponía que se disculpara. Se estrelló contra alguien, alargo las manos para que la persona más pequeña no callera al suelo.
—Lo siento— dijo preocupado y mira que pequeño era Seidou, allí frente a él estaba Sawamura Eijun con un sobre en sus manos.
—No hay problema— respondió el otro sin mirarlo para luego alejarse.
— ¿Eh?, espera— dijo alcanzándolo— tengo que hablar contigo.
—Ya lo deje, déjame tu en paz— respondió el chico, cuando entro a su habitación intento cerrar la puerta pero Miyuki se metió en la habitación y cerró la puerta tras él.
— Hablaremos— sentenció, Sawamura finalmente lo miró, pero sus ojos estaban tan vacíos que Miyuki solo pudo estremecerse.
— Ya tengo los papeles para trasladarme, ¿no es suficiente? — ¿era eso lo del sobre?
El cátcher apretó los dientes y sin darse cuenta cayó de rodillas y apoyo sus brazos en el suelo.
—Lo siento Eijun, lo siento tanto— no notó cuando las lágrimas cayeron por su rostro.
Su deber como cátcher era guiar a su lanzador, había empujado a Sawamura para que se superara, pero había hecho más presión de la que el chico podía soportar, el cómo su cátcher debía saberlo. Pero había estado tan molesto. ¿En qué pensaba tanto? ¿Qué era tan importante para que lo ignorara? ¿Era Chris? ¿Una chica? Dejo que sus pensamientos lo inundaran y había terminado desahogándose en el chico. No podía soportarlo, por favor vuelve, Eijun.
— ¿Miyuki? — Levanto la cabeza al escuchar la voz del chico, este lo miraba con sorpresa — ¿Qué haces?
— Lo siento— repitió apretando los puños— No quiero que dejes de jugar, ni de hacerlo aquí. Por favor, vuelve.
— Pero, tu dijiste…— la voz del menor se rompió, Miyuki se levantó y tomo el rostro del más bajo en sus manos.
— Yo soy un idiota Eijun— respondió secando las lágrimas del chico— ¿No lo has dicho tú mismo?
—Si— por fin el brillo pareció empezar a volver— Pero Furuya es mej…— puso su dedo sobre los labios del chico.
—Furuya es un pitcher muy diferente a ti, es una comparación de mal gusto— dijo el cátcher— los dos son buenos lanzadores en su estilo, nunca lo dudes; ni siquiera porque yo lo diga.
— ¿Eso crees? — el dolor en la voz del chico hizo que Miyuki quisiera golpearse.
—Por supuesto— repitió, sintió un peso caerse cuando vio a Sawamura sonreír por primera vez desde el altercado— ¿Volverás?
— ¡Sí! — dijo con ánimo renovado, no pudo evitar sonreír de vuelta.
— pero, ¿Qué te tenía tan distraído? — Miyuki enarco una ceja cuando el menor frunció el ceño en un gesto inocentemente tierno.
—No te enojes— dijo el chico, Miyuki asintió interesado— Es solo que de un tiempo para acá, cuando estoy cerca de ti me siento extraño— dijo en un puchero. El cátcher no puedo evitar tirar la cabeza hacia atrás y reírse— No te dije que te rieras— mascullo el pitcher.
— ¿Era eso? — pregunto con cierta ternura, Sawamura asintió aun frunciendo el ceño.
— ¿Sabes que es? —
— Tengo una idea— respondió sonriendo, el más bajo abrió los ojos con sorpresa.
— ¿Qué me ocurre? —pregunto ansioso.
—Cierra los ojos—a pesar de la confusión el otro lo hico. Miyuki sonrió con ligereza y se inclinó.
— ¿Qué pasa? —
—Parece que te gusto— contesto sobre los labios del menor que abrió los ojos con sorpresa.
— ¿Me gustas? —no contesto presiono los labios con suavidad sobre los del otro, sintiendo la suavidad de estos, Eijun pareció perplejo pero no se apartó. Miyuki cerró los ojos y empezó a acariciar los labios del chico, sintió como este suspiro ante el contacto. Abrió la boca y su lengua entro con suavidad en la contraría. Acaricio el contorno de sus labios y busco la lengua del pitcher que recibió la suya con timidez. Finalmente Eijun respondió poniendo sus brazos en sus hombros y abriendo su boca a la lenta exploración del cátcher que se tomó su tiempo sintiendo la boca del menor. El calor humedo. Se sentía tan bien.
—Parece que si te gusto— dijo cuándo se apartó con la respiración agitada, la mirada de Sawamura estaba un poco desenfocada y su respiración igual de trabajosa— Tú también me gustas—
— ¿En serio? — el sonrojo se intensifico.
—Si— acepto sonriendo.
—Me alegra que todo se solucionara, pero largo de mi habitación— Kuramochi tenía los brazos cruzados y un sonrojo adornaba su rostro.
—Puedes ir con Kominato-senpai— dijo Miyuki pasando su brazo por los hombros del pitcher— o veras algo que te hará poner más rojo— como espero, el primer bateador corrió inmediatamente. Igual el Kominato mayor le sería buena compañía.
— ¿Qué quisiste decir? — pregunto con inocencia el menor.
—Ya lo entenderás—
Y vaya que lo entendió.