Para que me perdones.
-Me abrazaste en pleno programa. ¿Tienes idea de lo que provocaste?
Young Bae se había sentido desesperado. Hace unas semanas atrás había tratado mal a Seungri y lo había ignorado, no le había dado su tiempo y no se dio cuenta hasta que Seungri le dijo que no quería verlo más. Que era un idiota y que se arrepentiría. Y claro que se arrepintió. Seungri se tiñó el cabello y se puso más guapo que nunca, y ahora él le ignoraba, no le hablaba, no lo miraba, nada. Taeyang estaba desesperado porque Seungri volviera a él, ya no sabía qué hacer para que el menor le mirara de nuevo. Estaba comenzando a volverse loco, y en su intento desesperado había abrazado a Seungri en pleno programa musical de manera sorpresiva para el menor y luego había publicado una foto en su IG publicando a los cuatro vientos que era su amor.
-Sí –él le miró fijamente- que dejaras de ignorarme. ¿Me extrañas?
Él simplemente rodó los ojos.
-Porque yo te he extrañado demasiado –confesó el moreno tímidamente.
-Nos vemos todos los días, vivimos bajo el mismo techo.
-Es porque te amo. Más que al mundo entero. No sé qué me hiciste, pero desde que estoy contigo no puedo mantenerme ni tranquilo ni cuerdo. Podría hacer cualquier cosa. Como seguirte por todo Seúl hasta una heladería sólo porque saliste a tomar helado con un amigo tuyo. Y podría golpearlo si te toca y podría hacerte un escándalo en la calle. Y puedo ir ahora mismo a la casa de tu madre a decirle delante de tu familia entera con primos y tíos incluidos si quieres lo mucho que te amo.
-Bae… -Seungri lo miró unos momentos.
-Hazte cargo, me has hecho volver loco.
-Arrodíllate.
-¿Qué? –Young Bae había pensado que con todo mi discurso romántico y la foto y el abrazo y la confesión sería más que suficiente, al parecer no.
-Las cosas no son tan fáciles, sabes.
Yo me puse de pie y entonces me arrodillé en el piso. Agaché mi cabeza y la apoyé en el suelo con mis manos.
-Perdóname, Seung Hyun.
-¿Por qué debería perdonarte?
-Porque… porque ya no sé qué más hacer para que me perdones. Te compré regalos, te dije que dejaría que me penetraras, te di mi tarjeta de crédito que sobregiraste en compras. Te dejé mi auto. Les dije a todas las bailarinas de YG que no volvieran a mirarme. Te seguí por todo Seúl muerto de celos. Te hice un escándalo en la calle. Te supliqué perdón en la calle. Te abracé en un programa musical. Subí una foto y te reconocí como el amor de mi vida. Dije que vería a tu madre. Dije que le diría a tu familia entera y amigos. Y joder, si quieres el planeta entero, te lo doy, es tuyo. Pero perdóname, estoy desesperado y ya no sé qué más hacer. Sé que me porté mal, y no lo volveré a hacer.
-¡HYUUUUUUUUUUUUUUNGS! –Seungri se puso de pie mientras caminaba por la sala. Inmediatamente salieron corriendo Seung Hyun y Ji con Alex en sus brazos.
-¿Qué pasó? ¿No golpeaste a Bae, cierto?
-No Hyung, quiero que se vayan –Ambos se quedaron mirando.
-Pero esta es mi villa. –Seung Hyun puso una cara de bingu excepcional. Estaban celebrando en casa de Seung Hyun el exitoso comeback y ahora Seungri quería echarlo.
-Sí, sí, como sea. Váyanse ahora. –Ji abrió sus ojos y me miró.
-Ah –Seung Hyun tomó un abrigo suyo y se lo puso a Ji. –Ven, Ji. Vamos a casa de Big Bang.
-Está bien. –Ji arropó al bebé.
-Maknae –Seung llamó a Ri- Donde sea que se te ocurra, cambia las sábanas luego.
-Sí, sí, cómo digas.
Young Bae se puso de todos los colores. Seungri se giró al mayor. Bae se puso de pie, no sabía descifrar exactamente la mirada de Seungri. Él le miraba de manera seria, pero algo extraña. Sabía que algo debía hacer, lo presentía.
-Bae, ¿de verdad quieres mi perdón? –El menor se cruzó de brazos.
-Claro que sí, Ri… -Bae se acercó a él y le abrazó unos momentos. –Te amo más que a nada en la vida, sólo quiero que me perdones y dejes de hacerme indiferencia.
-Bien –Bae soltó al menor y le miró unos minutos. –Tienes que ganarte el perdón.
-Me arrodillé… te pedí disculpas como querías… y publiqué que eras el amor de mi vida, ¿qué más debo hacer? Ya te dije que fui un idiota y estoy arrepentido…
-Lo sé, pero debes convencerme. –Seungri medio sonrió y luego golpeó el pecho de Young Bae unos momentos. –Vamos a hacer algo…
-¿Q-qué? –Bae se sentía nervioso.
-Vas a darme todo lo que tengas –Bae le miró asombrado, ¡casi lo deja en la quiebra sobregirando su tarjeta y ahora lo quería todo! –No hablo de lo material.
-O-oh… -Bae le miró. El menor sonrió.
-Debes satisfacerme –Bae frunció el ceño. –Hasta que no sea capaz de pedir más.
Young Bae se sintió nervioso. No por lo que debía hacer, sino ¡porque Seungri era insaciable! ¡Siempre pedía más! ¡Una y otra vez! ¡Una y otra vez! Aunque lo hubiera hecho ya 3 veces, era capaz de seguir, ¡ese niño nada lo saciaba! ¡Lo que le pedía era imposible!
-Maldición, no seré perdonado nunca –Bae se sentó nuevamente e hizo un puchero. Quizás si ponía cara de perrito triste Seungri le perdonara.
-Pues, ya que –Seungri elevó sus hombros. –Puedes buscarte otro novio entonces.
-¿Qué? ¡No! –Bae se puso de pie. Bueno… debía hacer el intento… Seungri era la persona más pervertida que había conocido en su vida, no tenía límite. Pero ahora lo encontraría, debía encontrar su límite. –Bien. Te tomaré hasta que sepas ni siquiera tu nombre. Y ni siquiera pedirás una segunda vez.
-Uh, suenas muy convencido, eh. Quiero verlo. Young Bae inhaló, quería a su panda de vuelta, y lo tendría. Se acercó y en menos de cinco minutos había tenido a Seungri atrapado contra la pared.
Young Bae apretó la cintura de Seungri contra su cuerpo mientras lo aprisionaba contra la pared. Seungri pasó sus piernas con su cintura afirmándose con fuerza a ellas, obteniendo más fricción entre sus cuerpos. El moreno apretó sus manos en la pared, poniendo resistencia, sin dar escape al menor. Atacó sus labios con necesidad. Necesitaba sentirlos, necesitaba sentir los cálidos labios de Seungri después de tanto. El menor no lo dudó e inmediatamente recibió el beso mientras rodeaba el cuello del moreno, apretando sus cabellos para tenerle más cerca todavía. Young Bae metió su lengua y buscó la del menor, la apretó y la enredó a la suya mientras cerraban sus bocas en un beso acalorado y húmedo. Las manos expertas del moreno pasaron debajo de su camiseta y apretaron su piel. Seungri gimió y enredó sus dedos en el cabello del mayor, separó su boca en busca de aire, pero el moreno no le dio tregua e inmediatamente asaltó su cuello. Mordió parte de él y luego lo succionó con fuerza mientras apretaba sus pezones. Seungri tiró de los cabellos del mayor.
Young Bae quitó rápidamente la camiseta que traía el rubio y la lanzó lejos de su campo de visión. Concentró su vista en el pecho desnudo del menor y luego mordió con fiereza uno de sus pezones causando un jadeo agudo de parte de Seungri. El menor estaba perdiendo su poca cordura que le quedaba, no podía mantener el control y el moreno estaba dando todo de él con agresiva pasión que no le daba ni siquiera tiempo a respirar con normalidad. Young Bae lamió lascivamente su pezón y se refregó con movimientos lentos contra su cuerpo. El moreno tenía una habilidad especial para mover con total soltura su cuerpo, y en este momento movía sus caderas a un ritmo lento y delicioso contra la entrepierna de Seungri que exigía con locura más ayuda.
-Ah… Bae…
El moreno siguió dejando marcas y besos alrededor de todo el pecho de Seungri, chupó todo cuánto pudo y lamió toda la extensión de piel que estuviera cerca, saboreando por completo todo del menor. Apretó con fuerza su cintura, impidiéndole el movimiento. Subió por su cuello dejando un rastro de saliva y apretó sus piernas mientras comenzaba a moverse con más agilidad contra su cuerpo, como si estuviera embistiéndole. Seungri cerró sus ojos y elevó su rostro mientras maldecía por lo bajo. Young Bae mordió el lóbulo del menor y chupo de este mientras apretaba su entrepierna dura.
-Ah…
-Voy a hacerte ver estrellas, mi amor –Bae soltó su lóbulo y entonces soltó las piernas del menor también. Seungri como pudo se mantuvo en pie. El moreno sonrió y entonces bajó sus manos al cinturón del menor, lo quitó y luego bajó el cierre. Bae dejó un rastro de besos por todo el torso del menor y bajó completamente sus pantalones junto con el bóxer. Seungri le miró unos segundos y mordió su labio inferior, el moreno sonrió y tomó su erección en su mano, masajeándole lentamente.
-Ah… maldición –Seungri echó su cabeza hacia atrás. El moreno sonrió y entonces apretó la punta de su erección con la lengua lentamente. El menor gimió agudo y entonces Bae metió toda la extensión a su boca.
Seungri apretó los cabello del moreno, pero este inmediatamente los quitó y los apretó contra la pared, impidiéndole hacer cualquier cosa con ellos. Seungri mordió fuertemente su labio inferior, Bae tenía una boca jodidamente genial, eso no te tenía duda. El moreno abrió lo que más pudo sus labios y dejó que la extensión fuera hasta el fondo una y otra vez con una rapidez que estaba volviendo loco al menor. Succionó con fuerza su entrepierna y pasó sus dientes lentamente por toda ella. Mordió la punta y luego volvió a succionar, como si quisiera dejar un chupón, cosa que era imposible.
-Mierda… ah… -Seungri sentía que se vendría si seguía así. Pero para su mala suerte, el moreno le soltó.
Seungri pudo desvanecerse ahí mismo, pero el moreno le abrazó por la cintura con fuerza y unió rápidamente sus labios a los del menor. Seungri tardó en responder, pero pronto dejó que Bae se adueñara de su lengua de forma dominante. Seungri debía admitir que los movimientos de Bae cuando bailaba era sensacionales, pero esos movimientos contra su cuerpo eran de puta madre. Las VIPs generalmente siempre tenían casi desmayos cuando lo veían sin camiseta o moviendo sus caderas ágilmente, pues el menor tenía la dicha de tocarlo y sentirlo, y sí, era un Dios en todo lo que hacía. En todo. Separaron sus labios por falta de aire. Bae dejó su frente descansar junto a la del menor, Seungri levantó la camiseta del moreno lentamente y se la quitó por la cabeza. Bae sonrió y dejó un casto beso en sus labios de manera tan tierna que dejó al menor embobado en él.
-Te amo –abrazó su cintura y volvió a besar sus labios. Seungri acarició todo el torso del mayor y luego abrazó su espalda, masajeando todo cuanto pudiera. Las manos de Bae apretaron el trasero de Seungri y los estrujaron mientras apretaba sus caderas a su cuerpo. –Te amo tanto.
-Ah… -Seungri gimió cerca de la boca del mayor y levantó sus piernas mientras tiraba por ahí su pantalón con su bóxer, poco le importó donde fuera a quedar. –Convénceme.
Young Bae sonrió y entonces ejerció fuerza sobre la cintura del menor mientras este se enrollaba en su cuerpo. Caminó hasta la primera habitación del pasillo y entró sin preocuparse ni siquiera de cuál sería. Tiró del menor a la cama y le miró de pies a cabeza. Seungri arqueó una ceja mientras le miraba quitarse lentamente los pantalones y la ropa interior.
-¿Te gusta lo que ves?
-Me encanta –el moreno terminó por quitarse todo y entonces evaluó lentamente al menor. –Tengo algo para ti.
-Dámelo todo.
-Necesito que te gires –Seungri mordió su labio inferior e hizo lo que el mayor le pidió.
Elevó su trasero lo más que pudo sólo para llamar la atención del moreno que al verlo así no lo pensó ni siquiera dos segundos y subió a la cama. Young Bae refregó su miembro duro contra la entrada del menor. Seungri gimió agudo al sentirlo y dejó su cabeza caer sobre las sábanas.
-Vamos… no juegues… -Seungri hacía todo lo posible por mantener la compostura y no dejar que Bae le superara. Debía hacerse el difícil, mínimo.
-Ya que lo pides… -El moreno tomó el trasero del menor y separó cuánto más pudo sus glúteos, Seungri apretó sus dientes cuando sintió la punta de la erección peligrosamente en su entrada.
Young Bae entró sin ningún tipo de aviso o preparación, se dejó entrar con rapidez y de una sola estocada, dura y hasta el fondo.
-¡Ah! –Seungri apretó las sábanas en sus manos y gimió alto y agudo entre el placer de que la erección del moreno tocara su próstata y el dolor repentino. -¡Oh, Dios!
El moreno no dio pase para una posible recuperación luego de la intromisión y simplemente comenzó a embestirle de manera rápida y sin cuidado. Tomó con fuerza las caderas del menor y elevó su trasero, comenzó a embestirle de manera rápida y dura, tocando su próstata todas las veces. Los movimientos del moreno eran sueltos y rápidos, tanto así que estaban dejando sin oportunidad a Seungri, que comenzaba a ejercer fuerza para no dejarse ir tan fácilmente. Young Bae sonrió y entró de manera fuerte hasta el fondo, quedándose ahí unos segundos.
-A-ah… oh, puta madre –Seungri gimió alto y comenzó a respirar agitadamente. Bae sacó su erección y volvió a meterla de la misma manera. -¡Puta madre! ¡Ah!
-¿Q-qué pasa, Riri? –el moreno volvió a repetir la acción, y Seungri volvió a gritar. -¿Te está gustando?
-Ah… -Seungri intentó recomponerse y se apoyó sobre sus brazos mientras levantaba un poco su rostro. -¿E-eso es… todo lo que tienes?
El moreno sonrió y salió de su interior. Le dio un pequeño empujoncito al menor para que quedara de espaldas. Abrió sus piernas y se agachó sobre su cuerpo para besarle mientras se frotaba de manera salvaje contra su cuerpo. Seungri no podía seguir el beso, no podía seguir el ritmo rápido. Se le hacía sumamente difícil respirar y continuar el beso cuando sentía que se correría en cualquier instante si el moreno seguía moviéndose de manera frenética sobre él.
-V-vamos, Bae… -Seungri tiró de los cabello del moreno y respiró levantando sus caderas, Young Bae gimió y comenzó a moverse terriblemente lento para desgracia de Seungri que pensaba que se volvería loco. –Sé que… ah… tienes más que esto…
-No me tientes, Seung Hyun –Bae mordió el cuello de Seungri sin dejar de moverse.
-Da-dame más…
Young Bae sonrió y miró al menor, este le miró con su mirada más pervertida que pudo haber tenido y entonces abrió sus piernas incitándole. El moreno no se hizo de rogar y tomó ambas piernas del menor y las levantó dejando que las acomodara por encima de sus hombros. Seungri elevó sus caderas para darle mejor acceso y entonces Bae volvió a entrar de manera salvaje y dura una vez más. Seungri acarició su erección, pero el moreno no le dejó y llevó sus manos por encima de su cabeza, dejándole totalmente expuesto. El menor comenzaba a sentir sudor y mucho calor, sentía su vista nublarse, las embestidas eran certeras y rápidas. Y mucho más salvajes que antes. La cama lograba hacer un ruido de crujir y su trasero sonaba al contacto con las caderas del Young Bae. Necesitaba correrse.
-Ah… mierda, mierda, mierda… -Seungri cerró fuertemente sus ojos. Su entrada se contraía por sí sola. El moreno sonrió y comenzó a elevar la cantidad de embestidas que daba. Seungri estaba que perdía la cordura en cualquier momento.
-¿Eso es… ah… todo lo que aguantas? –Seungri abrió sus ojos, veía borroso.
-M-más… -Seungri le miró y Bae le dio más duro todavía. El menor dudaba de poder caminar luego, pero ahora lo único que deseaba era irse con todo.
-Gime para mí, mi amor –Young Bae sudaba, intentaba con todas sus fuerzas no correrse todavía, aunque se le estaba haciendo difícil, sobre todo porque comenzaba a votar líquido pre seminal.
-Ah… Bae… -Seungri volvió a cerrar los ojos. El moreno se refregó en círculos en su entrada unos momentos que casi volvieron loco a Seungri y luego retomó sus embestidas.
-Q-quiero oírte… más fuerte… ah.
-Oh… joder… -Seungri sentía su erección doler, necesitaba votar todo, explotar. -¡Ah, Young Bae! Ah… maldición… Oh, ¡La puta madre, Young Bae! Por favor, tócame… me vuelvo loco…
Bae soltó las manos del menor y tomó con fuerza su erección. Seungri cerró los ojos con fuerza y elevó sus caderas al sentir la mano de Bae moverse con rapidez sobre su erección, casi tan rápido como sus embestidas. Seungri arañó los hombros del moreno en un intento de mantenerse a la altura, pero ya era casi imposible. Estaba viendo estrellitas a su alrededor. Bae sintió su líquido pre seminal haciendo presencia cuando Seungri comenzó a contraer su entrada con más continuidad.
-Ah… Bae… Bae… -Seungri se dejó caer en la cama, derrotado completamente. Lo sentía cerca. –Young Bae… ah…
-C-córrete, Ri… uhm…
Young Bae ya ni siquiera controlaba su propio cuerpo, en algún momento dejó que se moviera por sí solo. Apretó con fuerza la punta de la erección del menor y entonces salió disparada su esencia en su mano.
-¡A-AHH! –Seungri echó su cabeza hacia atrás y arqueó su espalda creando un perfecto arco al momento de contraer su entrada. Young Bae se corrió casi al instante dejando salir todo dentro del menor.
Seungri mantenía sus ojos cerrados intentando respirar normalmente, pero le estaba costando trabajo hacerlo. El moreno se quedó en esa posición unos segundos más, sentía que si salía inmediatamente terminaría cayendo encima del menor como saco.
Luego de unos minutos en que sólo sus respiraciones se escuchaban, Bae salió cuidadosamente del menor. Seungri se quejó un poco, ahora que estaba más relajado sentía que su trasero dolía como la primera vez que había tenido sexo con Young Bae. O peor quizás. Intentó no moverse ni siquiera un poco para no demostrar que le dolía horriblemente, seguro no caminaría, al menos no normalmente. El moreno se recostó a su lado y se dejó caer para seguir relajando su respiración. Young Bae miró al menor, él permanecía con los ojos cerrados a su lado sin decir nada. ¿No sería que seguiría sin perdonarlo aún después de todo, no? Se acercó lentamente y se puso de lado.
-Te amo, Seung Hyun –Ri volteó su rostro y le miró unos segundos, luego sonrió.
-Ven aquí, mi sol –Young Bae sonrió y abrazó la cintura del menor. Seungri no tardó en responder y acarició el cabello de Bae. –Te amo, Bae.
-Nunca volveré a ser tan idiota –el moreno le miró, Seungri alzó una ceja.
-Claro que no lo volverás a ser. A la siguiente te juro que te castro.
-Me portaré bien –Seungri era intimidante cuando quería.
-Tan lindo –Seungri acarició su cabeza. –I love you, Taeyang oppa.
Young Bae se rió unos minutos y luego besó al menor. Seungri abrazó su cuello y dejó de lado unos momentos el dolor de su trasero para acariciar con más ganas a su novio. Bae sabía que lo había saciado o al menos había quedado conforme, sino estaría pidiendo por una segunda ronda, y realmente no tenía muchas energías. Tener de novio a Seungri era exigente, más de lo que había pensado, pero así lo amaba. Y demasiado.