ASCENSOR DESCOMPUESTO
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-Masamune… te amo…
Ya hacía más de dos semanas que Onodera Ritsu le había dicho esas esperadas palaras al editor en jefe de esmeralda, este casi se desmaya de la impresión pero esa noche no había dejado dormir al novato y este tampoco había querido dormir solo por querer complacer a su amante y ¿Por qué no? Disfrutar de su amante el también. Desde ese momento había sido una pareja oficial en la intimidad de sus departamentos. Ritsu se dirigía solo a trabajar porque había ido a solucionar unos asuntos a la imprenta antes de ir a la oficina, cuando entro al edificio se dirigió asía el ascensor donde estaba de pie el editor en jefe de jupon.
-buen día, Kirishima-san-dijo con cortesía el castaño.
-buen día, Onodera-kun-dijo respondiendo el saludo.
Esperaron hasta que el ascensor llego, ambos entraron en el pero al estar en el interior, las luces empezaron a fallar y el cubículo se empezó a tambalear haciendo que ambos editores perdieran el equilibrio y cayeran uno arriba del otro, sucesivamente por el constante movimiento.
-Masamune-escucho como lo llaman antes de entrar al edificio donde trabajaba.
-Takafumi, buen día, cuanto tiempo-dijo dándose cuenta que era verdad lo que decía, hacía meses que no se encontraban así.
-buen día, es verdad, hacía tiempo que no platicamos y ¿Cómo te ha ido con Onodera?-dijo sinceramente interesado.
-de maravilla, al fin me dijo que me ama… ¿y a ti como te ha ido?-dijo interesado por la vida de su mejor amigo.
-¡oni-chan!-se escuchó una linda voz a sus espaldas.
Tanto Yokozawa y Takano se volvieron a ver asía una esquina ya que no habían avanzado desde que empezaron a hablar, y vieron a una hermosa niña avanzar hacia ellos con una enorme sonrisa.
-¡Hiyo! ¿Qué estás haciendo aquí?-pregunto curioso, ya que supuestamente la niña tenía que estar en clases.
-suspendieron las clases, porque una reunión que iban a tener todos los profesores y no nos iban a poder dar clases-dijo dándole una hoja que decía:
“estimado padre de familia.
Disculpe la molestia pero por medio de este mensaje se le informa que su hijo (a) no podrá tener clases por una reunión de profesores.
Sin más por el momento me despido.”
Yokozawa con un tic y molestia que iba creciendo conforme iba leyendo el pequeño recado, casi rompe la hoja al terminar, ¿eso era todo?
-¿no pudieron avisar con tiempo de anticipación?-dijo regresándole la pequeña hoja a la niña, que se encontraba sonriendo-mmm… ¿Qué aremos Hiyo? Tus abuelos se encuentran de viaje y no puedes estar todo el día sola en el departamento…-dijo acariciando los castaños cabellos de la niña.
-mi amiga Yuki no se encuentra en casa ya que fue a visitar a su tía que dio a luz a su primito-le recordó, ya que el día anterior se lo había dicho en la cena.
-es verdad…-tanto Yokozawa como Hiyo desde ese momento habían ignorado la presencia de Takano.
-que malos modales tienes Takafumi-dijo haciéndose notar a su amigo que trataba de pensar que podía hacer con la pequeña-¿por qué? No me presentas a tan bella señorita-dijo al ponerse a la altura de la niña que lo miraba sonrojada-hola preciosa me llamo Takano Masamune, soy amigo de este oso gruñón-dijo acariciando su cabello.
-ho… hola mi nombre es Kirishima Hiyori-dijo dándole un bella sonrisa aun con el sonrojo en sus mejillas.
“¿Kirishima?”
-¿Cómo que oso gruñón? Idiota-dijo molesto Yokozawa.
-es la verdad, yo no tengo la culpa que seas conocido en toda Marakawa como el oso gruñón-dijo despreocupadamente mientras abría la puerta para que Yokozawa y Hiyo pasaran, como aún era temprano aún no había mucho personal en el edificio así que estaba todo en completo silencio o eso era lo que creían los dos adultos.
Se escuchan ruidos de metal que se golpeaban unos contra otros y gritos y gemidos ahogados por las paredes del ascensor, solo que para oídos de cualquier persona esos gritos sonarían como asustados y adoloridos, o así los escuchaba la pequeña Hiyo que escuchaba la voz de su padre, pero a oídos de Yokozawa y Takano sonaban un poco… un poco… demasiado sospechosos y más con las palabras que escucharon a continuación…
-¡Kiri… Kirishima… san… ah~ duele… ah~!-decía Onodera al estar boca bajo con una de las rodillas del editor en jefe en un costado.
-¡Ono… Onodera… levanta la cadera…!-dijo Kirishima tratando de levantarse se dio cuenta que la única forma de levantarse era si Onodera levantaba la cadera para que sus rodillas no aplastara la espalda del castaño y así tener un poco de equilibrio en ese pequeño cubículo-que… estrecho…-dijo refiriéndose al cubículo pero los dos adultos del exterior no lo sabían, haciendo que sus celos crearan ideas erróneas en sus cabezas.
De un momento a otro los ruidos cesaron y las luces se definieron y al fin la puertas del ascensor se abrían con un brusco movimiento haciendo que los dos editores del interior que al fin se habían puesto de pie cayeran una vez más Kirishima boca arriba y Onodera encima de él, en una posición nada decorosa puesto que los labios de ambos estaba unidos de forma ruda y dolorosa mientras los dos adultos de afuera lo veían de otra manera.
-¿qué mierda… es esto?-Takano y Yokozawa hablaron al unísono, ambos sonaron realmente terroríficos, haciendo que los editores se separaran y salieran rápidamente del cubículo.
Onodera estaba asustado y adolorido, todo su cuerpo se había golpeado principalmente en sus cadera y cabeza, y Kirishima por primera vez en todo el tiempo que tenía con su tierno osito, tenía miedo, jamás lo había visto tan molesto… ¿o era celoso…? No lo sabía pero el aura intimidante oscura que se estaba creando alrededor del oso gruñón por fin lo intimidaba a tal manera de retroceder unos pasos, Onodera no se quedó atrás e incluso utilizo a Kirishima como escudo al ver a su pareja tan enojado o más que el oso gruñón, que sin darse cuenta llevo ambas manos a la cadera del editor en jefe de manga shonen, la pequeña que había sido olvidada, veía con diversión la escena ante sus ojos miel, sabia de la relación que mantenían Yokozawa y su padre y al darse cuenta solo se alegró por los tres, ya que era quería tanto a su oni-chan que ya lo veía como su madre, su padre en contadas ocasiones le había presentado a una que otra cita y las mujeres solo se habían comportado de dos formas con ella, una había sido que la habían ignorándola como si con eso creían que podrían deshacerse de ella o con grosería, alentaría y prepotencia pero al final su padre se había dado cuanta que las había botado a todas, al final Kirishima Zen se había rendido hasta que un día Yokozawa apareció, tratándola con ternura y cariño, logrando que lo quisiera cada vez más, cuando se dio cuenta que su padre veía con amor a su oni-chan identificando que ambos tenían una relación y se amaban con locura, y la escena que veía solo la divertida al ver el cariño que le profesaba Yokosawa a su padre al estar tan celoso, ya no soporto más y soltó unas suaves y dulces risas que inundaron todo el lugar, los cuatro adultos se voltearon sorprendidos por esa linda risa encontrándose con la pequeña que se sujetaba el estómago y varias lagrimillas en sus ojos causadas por lo mismo.
-¡¿Hiyo!?-dijeron al unísono Kirishima y Yokozawa con gran sorpresa y confusión.
-se ven tan graciosos…-decía entre risas incontrolables.
-¿Quién es ella?-pregunto Onodera asustado por lo que presencio la niña.
-es mi hija, Hiyo ¿Qué estás haciendo aquí? Deberías estar en la escuela-dijo confundido.
-si le prestaras más atención a tu hija y no te estuvieras besuqueando por ahí con editores de manga shojo, te darías cuenta que tu hija no tiene clases-dijo de forma sepulcral el oso.
-¿eso es verdad Hiyo?-pregunto viendo a su hija que ya estaba mucho más tranquila.
-sí, papi-dijo alegre la niña que ahora figaba la vista asía Onodera-disculpa tienes sangre en la cabeza-dijo preocupada.
Onodera se llevó la mano asía donde empezaba a sentir un líquido caliente por la sien de la derecha y se dio cuenta que efectivamente tenían sangre, ya entendía por qué sentía que le quería exportar la cabeza del dolor.
-debió de ser de la primera caída, Onodera-dijo Kirishima el cual se volvió para verlo.
“caída”
Eso extraño a Yokozawa y Takano, este último se acercó a su pareja lastimada y reviso su cabeza dándose cuenta que la herida no era grave, solo había desprendido un poco la piel pero no era profundo pero por el continuo movimiento salió más sangre de lo común.
-será mejor tratarla para que no se infecte-dijo Yokozawa.
-es verdad pero… ¿nos podrían explicar que demonios paso?-cuando pregunto eso alguien ajeno a ellos se respondió.
-¿espero que ninguno de ustedes haya utilizado el ascensor?-dijo un joven de uniforme marrón que entraba por la puerta principal-ya que está más que descompuesto ese pedazo de hojalata-dijo viendo con descaro a Onodera, este se incomodó y se situó discretamente atrás de Takano que vio al joven con molestia sin contenerla.
-gracias por el “aviso”, pero como ve tanto este joven y yo, casi morimos hay dentro, a él incluso tiene sangre en su cabeza-cuando dijo lo último vio al rostro angelical de Onodera percatándose de que era verdad.
-oh precioso, lamento no haber llegado antes para evitar que sufrieras una herida-dijo tratando de acercarse.
Ritsu se percató de una mirada lasciva, se sonrojo y se escondió levemente atrás del jefe de esmeralda.
-Masamone podrías ayudarme a curar mi herida-dijo llamando la atención de su pareja jalando levemente del brazo ya que Takano estaba matando con la mirada al recién llegado.
-claro ven-dijo llevándoselo por las escaleras seguido por los Kirashima y Yokosawa que los dos adultos al igual que Takano mataban con la mirada al joven que trataba de concentrarse en reparar el elevador.
Llevaron a Onodera a esmeralda, Yokosawa le ayudo a Takano a curar la herida del novato, mientras la niña se maravillaba por el departamento de las doncellas, mientras Kirishima tenía una bolsa de hielos en la espalda y otra en la cabeza mientras curaba un pequeña herida en la mano izquierda, claramente no habían salido bien librados de ese ascensor descompuesto. Isaka solo se burló de los desafortunados que habían subido al pedazo de hojalata que lo tenían que reemplazar.
-papi ¿puedo quedarme aquí mientras terminas tu trabajo?-dijo la niña que estaba feliz leyendo los diferentes mangas que se encontraban ahí.
-bueno pregúntale a Takano donde él es donde manda, yo tengo que irme a Shonen pronto-trato de levantarse pero aún le dolía la espalda-¡auch! Mi espalda-decía mientras se volvía a sentar.
-trata de no moviente demasiado viejo, voy a tratar de conseguir una silla de ruedas para que te traslades-dijo con malicia su pareja.
-cuando no este Hiyo presente te voy a darte un merecido castigo por esas palabras y por desconfiar de mi amor-dijo con una sonrisa.
-no digas eso frente a la niña…-ambos voltearon a ver a la niña que estaba viéndolos con una sonrisa.
-también puedo ir a al departamento de manga Yaoi-dijo de forma entusiasta dando a entender a los únicos cuatro adultos en todo el piso que esa niña ya sabía exactamente de que relación tenían las dos parejas.
-¡NO!-dijeron al unísono los cuatro adultos queriendo salvar un poco de la inocencia que aún le quedaba a la pequeña Hiyo. Mientras esta se burlaba internamente y asiendo nota mental de que tal vez deba de cambiar sus “tesoros” a otro lugar menos peligroso que abajo de la cama.
Cuando subas a un pedazo de hojalata que sea con tu pareja por si es…
Ascensor descompuesto…
Así no te sentirás celoso de los ruidos del interior… a menos de que seas solter@...
*** FIN ***