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Pesadilla y Fantasia por -Raiden-

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Notas del fanfic:

Los personajes de One Piece le pertenecen a Oda~sensei...

La ambientacion es de P.T derechos reservados de 7780's Studios...

La historia es mia... (Pueden interpretarlo como quieran...)

 

"Un Lannister... Siempre paga sus deudas..."

 

 

Pesadilla

 

 

“Papá era un fastidio…

 

Cada día comía lo mismo, se vestía igual, se sentaba delante del mismo tipo de juegos…

 

Sí… él era ese tipo de persona…

 

¡Pero un buen día va y nos mata a todos!

 

Ni siquiera fue original en la forma de hacerlo…

 

No me estoy quejando… Igual me moría de aburrimiento…

 

Pero… ¿Sabes algo?

 

Voy a regresar… y llevaré mis juguetes nuevos conmigo…”

 

 

 

Estaba releyendo esa hoja arrugada que estaba en el fondo de su cajón escondida bajo una tapa falsa.

 

La había guardado ahí desde que se mudo con su novio al nuevo departamento que decidieron comprar cuando terminaron sus respectivas carreras: Ingeniería electrónica y Medicina. Sería su primer año viviendo juntos, después de varios meses donde sabían que compartir piso era el próximo paso.

 

Seguía cada línea, cada palabra, cada letra con sus dorados ojos ambarinos que estaban escritas en ese papel hace ya tanto tiempo. No recordaba la fecha exacta, pero recordaba con nítido detalle cómo se había suscitado todo… todo.

 

Volvió a leer esas palabras con recelo para dejar que su mente vagara por un momento en la masacre de la cual había venido, resucitado como un dios karmico que encontró la salvación en un psicópata tan loco como él, pero lo bastante inteligente para guardar las apariencias como aprendió a lo largo de los años.

 

Un ligero temblor empezó apoderarse de sus manos, su respiración le continuó para agitarse como si estuviera haciendo un extenuante ejercicio cardiovascular.

 

El sudor frio que acompaño a toda esa nauseabunda escena pintada en su mente como una visión del mismo infierno le hizo fruncir el ceño. El jamás admitiría que era miedo, siempre lo negó. Esa era su naturaleza…

 

Volteó la hoja esperando que no empezara la paranoia que le tomaba por el cuello para dejarlo sin respiración. Siempre había que esperar para no dejar que le tomara desprevenido… Tenía que inhalar y exhalar.

 

 

“Cuidado. El espacio tras la puerta… es otra senda.

 

El único yo soy yo…

 

¿Estás seguro de que el único tú eres tú?”

 

 

 

Ahí estaba la advertencia…

 

No recordaba que fuera así, siempre supo quién era él, que siempre caminaba hacia adelante sin mirar atrás, y nunca recordó verse a sí mismo o toparse con su propia sombra cuando miraba sus pies.

 

No… No lo recordaba…

 

-2…0…4…8…6…3… - empezó a recitar una serie de números.

 

-2…0…4…8…6…3… - su mente se puso en blanco y repetía los mismos números como una mantra.

 

-2…0…4…

 

-¿Eustass-ya? – su novio había llegado a casa y estaba llamándolo ahora que cerraba la puerta principal.

 

Salió de su estupor para arrugar la hoja una vez más y esconderla bajo la madera del cajón.

 

-Ya voy Trafalgar. – respondió cerrando cajón para darle la bienvenida a casa.

 

La hoja se quedaría ahí… pero los recuerdos… no.

 

 

~+~

 

 

-¿Tú hiciste la cena? - pregunto con esa sonrisa ladeada sin mirar la cara de molestia que tendría seguramente su pelirrojo por eso que dijo.

 

Un gruño fue la respuesta a su moreno ahora que se llenaba la boca con el bocado de carne.

 

Sus deliciosas cenas consistían en carne, más específicamente un estafado de carne casi sin verduras, con mucho arroz, alguna que otra vez asada a la parrilla con salsa BBQ, aunque eso lo hacia los fines de semana cuando estaba de buen humor para molestar a los vecinos y celebrar con sus amigos.

 

-Mañana es tu cumpleaños, Eustass-ya. - dijo como si nada para partir el trozo de carne de res con cuidado, era mucho para él y Kid siempre le servía porciones grandes.

 

Kid Intento disimular el temblor que recorrió su cuerpo cuando dijo esa frase…

 

Su cumpleaños era un día que quería borrar de su vida, aunque eso implicara desaparecer de la faz de la tierra.

 

Era el primer cumpleaños de Kid que celebraban juntos, el de Law ya lo habían festejado hacia unos meses y ahora llegaba el suyo.

 

Desde que cumplió 10 años dejo de celebrar su cumpleaños, ese día que tendría que ser uno de los más felices solo le provocaba ira, un sentimiento que siempre desde crio le llenaba en lo más hondo de su ser, y ahogaba con alcohol en cuanto tuvo la oportunidad de hacerlo. Y siempre en solitario… siempre.

 

El recuerdo de su pasado le acompañaba desde ese día, como si fuera una maldición, y solo ese día.

 

Caía en algo que no sabía cómo explicarlo, y no había salida hasta que las 24 horas que duraba su tortura terminara por verterlo minuto a minuto, segundo a segundo en una nube toxica, en una espesa niebla donde estaba solo… caminando… sin rumbo alguno.

 

Solo… como si estuviera poseído…

 

-¿Eustass-ya? – le llamo al ver como se había congelado en su sitio, con la cuchara llena de comida sin moverla del plato. Estaba en otro lugar menos ahí con el…

 

-No tienes que hacer nada Trafalgar… Voy a trabajar hasta tarde mañana. – contesto casi automáticamente para volver a comer como si nada.

 

¿Qué cojones había pasado?

 

-¿En serio? Todos planean hacer una fiesta solo para ti. – le confirmo el moreno para dejar la cena a un lado y mirar detenidamente a su novio.

 

Su instinto le decía que algo no estaba bien, Kid no se comportaba de esa manera a menos que fuera algo realmente importante o en su defecto algo que le no agradara en lo absoluto y solo podía ser por eso que dijo: su cumpleaños.

 

-Ya te dije que tengo un jodido trabajo mañana… - le gruño Kid para dejar la cuchara que ahora estaba doblada de la fuerza que puso sobre ella.

 

El tema le ponía de muy mala leche…

 

Pero su novio era muy persistente cuando se interesaba por algo que tuviera que ver con su pelirrojo, y su actitud en vez de alejarlo como una persona normal solo hizo que sonriera para averiguar qué era lo que le pasaba, a cualquier costo.

 

-Killer-ya dice que siempre te desapareces a mitad de la fiesta. ¿Se puede saber a dónde vas? – Law no sabía que hay temas que no debes presionar, porque las respuestas no siempre son satisfactorias y a veces salen del modo incorrecto.

 

Eso que pregunto solo hizo enojar más a Kid.

 

-Déjalo ya, capullo… - su mirada reflejaba sus palabras.

 

Los extraños brillos cabreados de sus orbes dorados que se oscurecían dejaban ver un anillo rojizo alrededor de ellos, como si la furia de algo siniestro que habitara en su interior, quisiera manifestarse a través de su mirada, traspasar su cuerpo para materializarse y sentarse frente a ellos y mostrar que tan molesto le ponía eso.

 

El moreno se crispo al ver esa mirada.

 

Jamás la había visto… era una mirada perturbadora, una mirada asesina y no era una mirada humana.

 

-Kid… - susurro su nombre asustado intentando escapar de su mirada que le paralizaba en su lugar.

 

Algo en el interior de Eustass Kid despertaba sin ser consciente de ello. Algo malvado que siempre estaba encerrado en lo más profundo de su mente, era similar a una aguja oxidada que estaba clavada en su cerebro que solo dolía cuando la tocaban, pero debajo de esta ya había infectado todo.

 

Un hueco que se carcomía a sí mismo, una putrefacción que hervía como gusanos comiéndose su cerebro poco a poco…

 

-¡Kid! ¡Basta! - ahora le grito Law asustado levantándose de su lugar para ver como el pelirrojo parpadeaba varias veces.

 

-Yo… Lo siento Trafalgar… - dijo Kid para empezar a respirar con dificultad y salir casi corriendo de la cocina.

 

Un aterrado Trafalgar Law le miraba de reojo cuando salió hecho una furia por la puerta.

 

Los recuerdos del pasado estaban saliendo de su mente…

 

 

~+~

 

 

Tenía que alejar sus pensamientos de esa furia, de ese pasado que le estaba acechado como un monstruo debajo de la cama, una cosa que no sabes lo que es pero que esta viéndote desde las sombras, esperando pacientemente a que te descuides para tomarte por el pie cuando bajes del colchón.

 

Abrió la llave del grifo para dejar que el agua corriera por el desagüe…

 

Levo una mano a su frente y se percato de que estaba sudando.

 

-Joder… - susurro para limpiarse la mano sobre el pantalón.

 

Estaba empezando mucho antes de otras veces, era la primera vez que le pasaba.

 

-Tranquilo Kid… Puedes hacerlo… Es solo otro día más… - se decía a sí mismo frente al espejo como un recordatorio a su descerebrada cabeza para cerrar los ojos.

 

Su cerebro trataba de controlar a su cuerpo. El sudor frio siempre era el primer indicio, el temblor a sus manos era lo que seguía… y era todo lo que lograba recordar después de esos dos primeros síntomas.

 

-¿Eustass-ya?...

 

Kid no contesto…

 

-Abre la puerta por favor…

 

Seguía sin contestar…

 

-Kid…

 

Se escucho el sonido del pestillo para abrir la puerta…

 

Estaba encerrado en el baño cuando salió de la cocina. Necesitaba despejarse con el agua del grifo, eso siempre le calmaba.

 

Law vio como estaba parado en el lumbral de la puerta con la mirada ensombrecida, agachada viendo el suelo donde ahora los dos estaban de pie.

 

El moreno estaba a punto de decir algo cuando su novio le abrazo por la cintura para ocultar su rostro en el hueco de su cuello. No necesitaban decir nada.

 

Lentamente el pelinegro correspondió el abrazo pasando sus manos por su amplia espalda para terminar en su cuello dejando su rostro al igual que su novio en su níveo cuello.

 

Ese abrazo lo decía todo y nada al mismo tiempo…

 

Un lastimoso… “Lo siento… fui un gilipollas…”

Un gesto que hablaba por ellos cuando no sabía que decir, cuando las cosas se complicaban por gilipolleces que no entendían o no decían por orgullo estúpido y sin sentido.

 

El cálido aliento estremecía ligeramente al moreno que más abrazaba a su novio sin importarle el incidente anterior, un aspecto que en vez de alejarle, más le atraía como si fuera un poderoso imán para dejar que todo fluyera como si nada hubiera pasado.

 

-Trafalgar… - murmuro sobre su cuello para besarlo castamente.

 

Law levanto la vista y los labios de Kid atraparon los suyos en un beso desesperado. Necesitaba sentirlo, necesitaba disculparse del modo correcto y con creces por su estúpida actitud.

 

Les tomo menos de un minuto caminar con dificultad hasta su cuarto para terminar en la cama desvistiéndose con violencia y perdonarse de la mejor manera que sabían: sexo salvaje y reconciliatorio.

 

Los recuerdos no lo dejarían tan fácilmente… nunca te puedes librar de ellos…

 

 

~+~

 

 

Parte de esa noche fundieron sus cuerpos más de una vez… para descansar y afrontar el día siguiente…

 

Pero algo hizo despertar a Kid en medio de la noche…

 

Ruidos que venían de la cocina… Sabía que venían de ahí.

 

Unos extraños gruñidos y sollozos muy ligeros, como si se taparan la boca para evitar que le escucharan a quien que sea que se había colado en su hogar y el de su novio.

 

Abrió los ojos para adaptarse a la oscuridad que reinaba en la habitación…

 

La pequeña lámpara de la mesita noche estaba apaga, el reloj digital con los números brillando con fuerza marcaban las 23:59

 

-Coño… - gruño molesto para sobar sus parpados.

 

El insomnio no era lo suyo… sino de su novio…

 

Law estaba recostado en su pecho desnudo, durmiendo plácidamente como pocas veces después de hacerle el amor de esa forma tan ruda como el solo sabía hacerlo.

 

Los ruidos de la cocina volvieron a llamar su atención…

 

Se volvían más fuertes así como distorsionados, una mezcla de sonidos asquerosos y extraños que le crisparon un poco.

 

No quería despertar a su moreno, le dejaría dormir hasta el amanecer, ambos tenían trabajo temprano por la mañana. Pero revisaría que era ese ruido, ver quien tuvo la poca inteligencia de colarse dentro del departamento y sacarlo o en el mejor de los casos desquitarse con eso ahora que faltaba un minuto para empezar su tortura…

 

Con suma sutileza deslizo el cuerpo del moreno sobre su almohada para que la abrazara como antes había estado abrazando su pecho.

 

Se detuvo un momento para contemplar a su moreno acurrucarse con su almohada, suspirando entre sueños y llamarlo con ligeros jadeos muy enternecedores.

 

-Eres tan hermoso Trafalgar… - le susurro antes de besar su cabello oscuro.

 

Se levanto con cuidado de la cama sin hacer ruido y saco la pequeña lámpara de la mesa de noche, esa que usaban cuando había cortes de la energía por las tormentas eléctricas, y la encendió con el pequeño botón.

 

El famoso “click” dio origen a la luz blanca de la lámpara.

 

Ahora con esa pobre iluminación donde se asomaba parcialmente el cuarto… Se acerco al pequeño sofá donde su moreno a veces leía cuando le ganaba el insomnio y habían dejado parte de su ropa cuando se desvistieron para hacer el amor.

 

Tomo el primer pantalón para cubrir su desnudez.

 

Pero el verdadero objetivo del pelirrojo era sacar lo que había detrás del sofá… un enorme bate de beisbol con la punta metálica…

 

Golpearía al hijo de puta hasta que se cansara…

 

Con paso lento con la lámpara en una mano y el bate en la otra salió de la habitación sin hacer ruido.

 

El pequeño pasillo que llevaba a la cocina atravesaba el baño y la pequeña estancia donde estaba el sofá individual de cada uno. La mesita para café con una taza vacía, era la suya.

 

No recordaba haberse hecho un café…

 

Se quedo por un momento viendo el pasillo como se alargaba enormemente.

 

¿Ya había empezado todo?

 

Cerró los ojos y sacudiendo la cabeza alumbro el corredor para exhalar con fuerza.

 

-Joder… Cálmate Kid… - susurro para sí mismo y seguir su lento caminar hacia la cocina.

 

El sonido de sus pies descalzos hacia contacto con el suelo, era un sonido húmedo, la temperatura de su cuerpo siempre había sido alta y en esos días donde los últimos restos del invierno seguían, el clima frio siempre se colaba por la parte baja de la puerta.

 

Aquellos ruidos que le habían despertado parecían definirse conforme cada paso que daba.

 

Escuchaba como los extraños sollozos y gruñidos se definían en una voz… Una voz masculina.

 

Parecía estar narrando algo… pero tenía que acercarse más.

 

El frío sudor que nacía en su sien, resbalaba por su pálida piel dejando un rastro de esta hasta perderse por completo en su fuerte cuello.

 

Empezaba la primera fase…

 

Su respiración se empezó agitar y tomo con más fuerza el bate en su mano.

 

La lámpara titubeaba un poco por el temblor que parecía apoderarse de él.

 

Tenía que calmarse, ir más lento para que el gilipollas que se había colado en su casa no se aprovechara de su precario estado…

 

Cuando llego a la puerta de la cocina la empujo con lentitud y vio la fuente de la voz.

 

Encendió la luz tenue para ver el lugar vacio…

 

Era la radio…

 

La radio que siempre ponía Trafalgar en la mañana cuando se hacia su café antes de ir a trabajar.

 

Estaba encendida en una estación aleatoria de noticias donde el locutor narraba algo…

 

 

Este brutal asesinato tuvo lugar mientras la familia estada reunida en casa un domingo por la tarde…

El día del crimen, el padre fue al maletero de su auto, saco su rifle y mató a su esposa mientras esta recogía la cocina después del almuerzo…

Cuando su hijo de diez años asomó, atraído por la conmoción, su padre lo mató también…

Su hija de seis años se escondió en el baño de inmediato, pero al parecer él la sacó de allí mintiéndole que era solo un juego…

La niña fue hallada con un tiro a quemarropa en el pecho…

La madre, que recibió un tiro en el abdomen, estaba embarazada…

Los policías que llegaron a la escena luego de que los vecinos llamaran, encontraron al padre en su auto escuchando la radio…

En días previos a los asesinatos, los vecinos dicen que escucharon al padre repetir una secuencia de números en voz alta, como un extraño conjuro…

Hubo otra familia asesinada a tiros en el mismo estado el mes anterior, y en diciembre del año pasado un hombre usó un rifle y un cuchillo de carnicero para asesinar a toda su familia…

En cada caso el perpetrador fue el padre…

La policía del estado dice que esta cadena de homicidios domésticos no parecen estar relacionados…

Aunque podrían ser parte de una tendencia debía a circunstancias sociales de la familia promedio, tales como el desempleo, el cuidado de los niños y otros…

 

 

Ya había caminado hasta la barra de la cocina que era pequeña de madera, donde estaba la radio y la cafetera con la taza de su moreno.

 

Había escuchado con atención cada palabra que venía del aparato electrónico.

 

Por alguna extraña razón, que aun no comprendía del todo se había calmado, como si eso era que necesitaba escuchar.

 

Una serie de eventos macabros y oscuros sobre como el padre mataba a su familia…

 

Apago la lámpara para dejarla junto a la cafetera.

 

El bate también ya estaba sobre la superficie barnizada dejándolo suspirar aliviado poniendo ambas palmas en la orilla.

 

-Menudos capullos… - dijo con una sonrisa en su rostro.

 

Por alguna extraña razón eso le daba gracia… un humor negro que compartía con su moreno.

 

Después de esa noticia ya sonaba la música instrumental que siempre escuchaba Law. La composición de piano acompañado de las cuerdas…

 

La sonata para piano n° 14 en Do sostenido menor mejor conocida como “Claro de Luna”  de Ludwing Van Beethoven…

 

-¿Eustass-ya? ¿Qué haces levantado tan temprano? – la voz su moreno aun adormilada se adentraba en la cocina solo con la camisa de su pelirrojo.

 

-¿De qué hablas Trafalgar? Aun es de madrugada. – refuto para caminar hasta él y acariciar su oscura cabellera mientras veía como se frotaba un ojo de forma tierna.

 

Parecía un minino…

 

-Son las 6:30 de la mañana… - anuncio Law para señalar el reloj de la pared de la cocina.

 

¿Había pasado casi siete horas ahí?

 

¿Pasó toda la madrugada escuchando la radio?

 

No se había percatado de la luz del día asomándose por el alba, pasando los rayos dorados por la ventana.

 

Kid no daba crédito a todo eso y empalideció un poco cuando vio las manecillas del reloj señalando la hora…

 

En efecto eran las 6:30…

 

-¿Estás bien Kid? – para este punto, Law estaba ya preocupado por la actitud tan extraña de su pareja.

 

-¿Eh?... – volvió a mirar el color acero liquido de sus ojos para sonreír. – Si, no pasa nada Law. – besó su frente para abrazarlo.

 

-…- Law se quedo callado correspondiendo el abrazo para escuchar el bostezo de cansancio en su cuello. – Deberías dormir un poco más antes de ir al Taller. – comento serio llevando a Kid de nuevo al dormitorio.

 

El pelirrojo le dio la razón dejándose guiar para tirarse en la cama y descansar al menos un par de horas.

 

Cayo dormido casi al instante en el momento que su cabeza toco la suave almohada. Y sus facciones rudas se relajaron para dar paso a unas más suaves casi tiernas.

 

El moreno sonrió al ver esto pero después su semblante cambio a uno más preocupante.

 

-¿Qué es lo que tienes Eustass-ya? – se pregunto desde la puerta sin realmente cuestionándoselo a su pareja.

 

Quería ayudarlo… Era médico después de todo y ayudaba a las personas…

 

Y Kid tenía más prioridad pero desconocía que le pasaba…

 

Sabía que si le preguntaba negaría todo y se escudaría en que… “Nada pasa…”  

 

No lo presionaría demás recordando la mirada que le dedico el día anterior…

 

Pero no se daría por vencido…

 

Aunque la mente de su pelirrojo era un puto cubo de Rubik, siempre lograba que todos los colores quedaran en la cara correcta.  

 

No pierdo más tiempo y se alisto para ir a la clínica donde trabajaba… Ese día saldría temprano para el cumpleaños de Kid… y ya tenía una gran sorpresa para él.

 

Sabía que le gustaría…

 

-Te amo Kid… - le dio un casto beso en su mejilla antes de salir sin despertarlo y dejarle una nota sobre la mesa de noche.

 

Nos vemos a las 5:00pm en el restaurante de siempre…

P.D: No llegues tarde…

P.D 2: Te amo…

T. Law…

 

 

~+~

 

 

El sonido de la alarma del despertador le saco del país de los sueños…

 

-Calla de una puta vez… - arrastraba las palabras apenas despertándose.

 

Con un fuerte manotazo que soporto el reloj con los numero digitales la alarma ceso. Se giro para ver la hora y levantarse de una vez para ir a trabajar.

 

8:33…

 

Había dormido escasas dos horas para que la cabeza le empezara a doler por no recuperar las fuerzas que había perdido ese día.

 

-Mierda… - murmuro para sobarse el hombro derecho el cual estaba algo entumecido por dormir en ese lado llegando a sentir un extraño hormigueo en el brazo hasta los dedos.

 

Entraba al trabajo a las 9:15… estaba al límite en tiempo.

 

Se levanto con una mueca para ver la nota junto al reloj y sonreír ligeramente.

 

Le gustaban ese tipo de detalles que eran muy escasos pero con todo el cariño que profesaba el moreno hacia a él y viceversa.

 

Aun con el cansancio en su cuerpo tomo la toalla que ahora reposaba en el sillón, la cual había dejado Law para que tomara una merecida ducha, y se renovara para el trabajo.

 

Cuando salió del cuarto… escucho algo en la cocina.

 

-¿Trafalgar? - le llamo por instinto.

 

No era posible que estuviera ahí… pero tenía que cerciorarse de que no era él, y no le asustara cuando decidiera entrar a la cocina hecho una fiera con esas ansias asesinas de siempre.

 

No recibió respuesta concreta a su pregunta pero escuchaba voces ahí.

 

No eran imaginaciones suyas… no podían ser alucinaciones suyas… ¿o sí?

 

Volvió a entrar donde estuvo hace apenas dos horas, ahí donde paso toda la noche escuchando la música que…

 

Era de nuevo la radio… estaba encendida y en la misma estación de esa madrugada.

 

-¿Pero qué coño? - sentía que estaba experimentado un déjà vu.

 

La voz del locutor era la misma…

 

Las noticias sobre los asesinatos eran las mismas…

 

Se acerco con lentitud al macabro aparato que parecía esta poseído repitiendo la misma noticia una y otra vez sin pasar a la música.

 

Los cadáveres encontrados… el padre homicida… el arma de fuego…

 

Lo tomo en sus manos para cambiar de estación, intentando buscar una explicación para eso que escuchaba sin cesar.

 

¿Cómo es que se había encendido?

 

¿Law lo dejo así? No era posible… era muy cuidadoso con esos detalles y más sabiendo que Kid dormía.

 

Cuando movía la pequeña perilla del sintonizador para cambiar la maldita estación, intentando callar la voz de ese locutor solo conseguía distorsionarla con estática sin lograrlo del todo.

 

Estaba en todas las estaciones…

 

En todas las frecuencias…

 

Empezaba a enfadarse…

 

Tomo con una mano ese radio de color rojo para estrellarlo contra el suelo.

 

Si no podía cambiar de estación… Lo silenciaria para siempre. Ya le compraría otro a Law cuando saliera del trabajo.

 

Pero la radio aún sobrevivía a pesar de estar desparramado en el suelo como si fuera una mancha de masa sanguinolenta.

 

Escucha hasta el final… que apenas estamos comenzando…

 

La voz del locutor le hablaba a Kid…

 

-¿Qué mierda… - no podía creer lo que escuchaba.

 

El aparto electrónico seguía con su escaso funcionamiento dejando que su furia se volviera un miedo aterrador.

 

No se puede confiar en el agua del grifo…

 

Eso era lo que siempre hacia cuando se descontrolaba, o la furia cegadora lo invadía.

 

-El agua del grifo… - repitió el pelirrojo para pasar saliva con fuerza.

 

¿Qué estaba pasando ahí?

 

2… 0… 4… 8… 6… 3…

 

Esa secuencia de números la conocía… Sabía que la había escuchado en algún lugar… De la boca de alguien…

 

-No… es… posible… - camino tambaleándose hasta la encimera donde antes reposaba la radio.

 

Mira detrás de ti…

 

Para este punto… Kid estaba sudando y casi hiperventilando.

 

Le estaba diciendo que mirara detrás de él…

 

Dije que mires detrás de ti…

 

Volvía a ordenarle lo mismo ahora con voz más tenebrosa…

 

En ese momento… solo tenía dos opciones.

 

Voltearse y mirar lo que seguramente estaba detrás de él observándole…

 

O terminar de aplastar los circuitos del radio para que dejara de joderle ese día…

 

Opto por su segunda opción.

 

-¡¡Calla de una puta vez!! - aplasto con su pie lo que quedaba de todo ese reguero de piezas metálicas y plásticas.

 

Si sufrió algún corte o lesión no lo supo en ese momento. El golpe de adrenalina que viajaba por su sistema no le permitió sentir dolor alguno.

 

Solo su agitada respiración junto con el sudor de su frente era lo que le preocupaba.

 

Ese día… no era su día… Tenía que… ir a un lugar seguro antes de que toda la paranoia le consumiera.

 

Se volteo para salir de ahí pero…

 

-Te tengo…

 

Una sombra… una sombra con aspecto humano le había tomado por el cuello.

 

Era enorme… Más alto que el. Le recordaba a alguien pero no estaba seguro. Le alzaba como si no pesara nada y Kid no era precisamente ligero, le levantaba como si fuera un juguete…

 

-¡¡Ughh!! – Kid no podía respirar y veía una sonrisa en el rostro de aquella cosa.

 

Empezó a sentir más presión junto con los bruscos movimientos de su propio cuerpo al intentar zafarse de ese mortal agarre, pero el otro era ridículamente fuerte.

 

Con una sola de sus manos lo estaba sometiendo y es más ni siquiera podía tocar el suelo bajo sus descalzos pies.

 

Su vista se empezaba a nublar…

 

El sudor bañaba su cara y parte de cuello…

 

El color rojizo de su rostro empezaba a tornarse de un color más fuerte junto con las venas de sus brazos que más se marcaban…

 

Lo último que pudo sentir fue como caía precipitosamente al suelo para desvanecerse poco a poco…

 

Escucho como le desabrochaban el pantalón… y le sacaban la prenda a tirones…

 

Después… Todo se volvió oscuro…

 

 

~+~

 

 

Empezó a despertarse de nuevo…

 

Le dolía la cabeza horrores, su cuello también y aun podía sentir los dedos sobre su garganta.

 

Tosió con fuerza para sobarse su lastimada laringe, incorporarse del sucio suelo y ver donde carajos estaba.

 

La falta de ropa, fue lo primero.

 

Estaba justo como había venido al mundo… totalmente desnudo…

 

-Me tienes que estar jodiendo… - pensaba que era un mal chiste, una parodia de una realidad alterna.

 

Veía su vello rojizo justo debajo de la línea del pubis ocultando parte de ese miembro ahora flácido pero grande a pesar de su tamaño en estado relajado.

 

La arrogancia de su virilidad le hizo olvidar por un momento donde estaba, y que es lo que le había pasado en realidad.

 

Estaba orgulloso de su marcada musculara, su cuerpo atlético… pero un extraño frio le hizo volver a la realidad.

 

Estar al clima ambiental no era una buena y mucho menos sin ropa.

 

Estornudo para transmitirse algo de calor a su pálido cuerpo frotando su erizada piel. Estaba helando ahí, como si fuera una recamara frigorífica.

 

Por primera vez alzo su vista para ver donde estaba…

 

Las paredes estaban oscurecidas por la escasa luz que estaba sobre la puerta de madera alumbrada… parecía ser un cuarto solo con las paredes grisáceas al igual que el suelo… estaba solo con capa de cemento.

 

Como si estuviera abandonado en ese lugar como una basura cualquiera…

 

-Maldita gente enferma… - susurro viendo el vapor de sus propias palabras.

 

Esa cosa le secuestro, le llevo a un lugar olvidado de Dios… y le dejaba ahí desnudo… En verdad que la gente estaba enferma.

 

El no era una persona muy cuerda ni libre de pecado… pero era un loco tranquilo… No afectaba a nadie o eso creía él…

 

Su mirada más oscurecida por la poca luz, le llevo a una de esas tantas paredes para ver algo sobre ellas…

 

 ////

 

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 ////

 

-¿Qué es esto? - dijo en voz alta para acercarse más y ver esas misteriosas líneas.

 

Cuatro líneas con una quinta cruzando esas…

 

Pasó su mano por ellas, marcándolas con un dedo y vio que estaban sobre toda la pared gris…

 

-No puede ser… - ahora estaba algo crispado.

 

Era una numeración… un conteo de algo… Agrupados de cinco en cinco contando seguramente horas, días o meses.

 

¿Quién había estado ahí? ¿Cuánto tiempo había pasado para marcar todas esas líneas?

 

Asustado por su propia reacción, chasqueo la lengua molesto parpadeando varias veces…

 

Sea lo que sea que estuvo ahí… fue por largo tiempo

 

Y no lo había pasado muy bien.

 

Temblando con fuerza cuando la temperatura del lugar descendió, siguió con la mirada toda la superficie marcada con esas líneas, bufando por su desnudez, pensando en cómo mataría a ese hijo de puta y…

 

Vio una mesa en un rincón del cuarto.

 

¿Qué hacia una mesa ahí?

 

Nada de eso parecía tener sentido…

 

Estaba muy oscuro para ver… si tan solo tuviera esa linterna para alumbrar un poco…

 

Y como si su deseo se hubiera cumplido, su linterna se deslizaba hasta sus desnudos pies pálidos.

 

-Al menos eso tengo… - no le preocupaba el hecho de que saliera así de la nada.

 

Su mente estaba procesando todo eso con lentitud.

 

Otra vez el “click” prendió la luz blanca con un pequeño fallo. Un golpe basto para que dejara de parpadear.

 

Al fin tenía algo de luz…

 

Alumbro el pequeño rincón donde estaba esa mesa de madera.

 

Las patas de la mesa estaban corroídas, podridas como si la humedad se fuera encargado de hacer eso, las esquinas en igual estado y sobre de esta había algo…

 

-¡¿Pero qué cojones?! - no sabía estaba pasando ahí.

 

Lo que estaba sobre la mesa era una bolsa de papel…

 

Pero lo que realmente no entendía era lo que debía contener en su interior.

 

El color marrón de esta se difuminaba con el rojo intenso que estaba en el fondo…

 

Había algo dentro de la bolsa… algo que seguramente estuvo vivo…

 

Las manchas sanguinolentas que estaban alrededor, dejando escurrir su contenido, solo aseguraba sus pensamientos.

 

Trago saliva… no tenía miedo, pero no quería saber que había dentro.

 

No quería saber…

 

Se quedo mirando la bolsa por unos segundos…

 

 

Estaba caminando…

 

 

La bolsa le había hablado.

 

Se quedo quieto… Kid no se movió ni hizo ningún sonido cuando esa cosa inanimada le hablo.

 

 

No hacía nada más que caminar…

 

 

Podía ver como se movía con cada palabra que decía.

 

 

Y luego… Me vi a mi mismo… caminando enfrente de mi…

 

 

Era como si lo que estuviera dentro de esa cosa… fuera su voz pero totalmente distorsionada   

 

 

Pero no era realmente yo…

 

¡Cuidado!

 

El espacio tras la puerta es… otra senda…

 

El único yo soy yo… ¿Estás seguro que el único tú eres tú?

 

 

Y así como había hablado tan repentinamente… guardo silencio.

 

Kid… solo retrocedió sobre sus pasos.

 

Eso no era normal…

 

¿Qué mierda estaba pasando?

 

Esas últimas palabras las conocía… ya las había escuchado.

 

-Mejor me largo de aquí… - ya no le importaba estar desnudo.

 

Solo quería salir de una maldita vez…

 

Abrió la única puerta del cuarto, no estaba encerrado ahí.

 

En ese momento en que salió de ahí… se arrepintió de inmediato. Eso era peor que estar en ese cuarto.

 

Estaba en su casa… más específicamente en el pasillo, como si saliera de su la habitación donde dormía con Law para llegar a la cocina pasando por el baño, y la pequeña estancia donde estaban los sofás.

 

Trato de volver por la puerta… de volver a ese cuarto donde estaba esa cosa pero ya estaba cerrada.

 

Aun tenía la lámpara…

 

-Está bien… ¿Quieres jugar hijo de puta? - empezó a hablar Kid a la nada de ese pasillo. - Juguemos…

 

No tenía la más mínima idea de lo que estaba pasando pero, no se dejaría intimidar por nada ni nadie.

 

Su furia dominaría su miedo… ese miedo que no reconocería nunca.

 

Camino con cuidado… así como la noche anterior, sus pies desnudos tocaban el frio suelo para hacerle temblar más.

 

Exhalo con fuerza…

 

Nada pasaría, nada pasaría, nada…

 

La puerta del baño, por donde estaba pasando, empezó a rechinar… como si alguien quisiera salir de ahí.

 

Sus ojos dorados miraba fijamente la puerta sin moverse… esperaba a que esa cosa saliera y le atacara pero luego de unos instantes se detuvo.

 

-Mierda… - susurro para alzar la mano.

 

Si esa cosa no salía… la sacaría de ahí.

 

Estaba por tocar el pomo de la puerta cuando esta se agito violentamente pero sin abrirse, solo como un fuerte golpeteo de alguien desesperado por salir.

 

Detuvo su mano…

 

Quizás era mejor dejarla ahí.

 

Parecía estar encerrada de algún modo.

 

Volvió a retomar el paso ahí para seguir su camino…

 

Al final del pasillo estaba la cocina. La puerta estaba abierta, eso era raro pero no sospecho nada… A veces Law la dejaba abierta para poder llamarle cuando el desayuno estaba listo.

 

Paso junto a la estancia y todo estaba como esa noche.

 

Su taza de café ahí sobre la mesita…

 

No recordaba haberse hecho un café… Déjà vu

 

Eso mismo había pensado cuando la vio.

 

Ya estaba por llegar a la cocina cuando la puerta empezó a cerrarse sola, lentamente rechinando… y hacerlo por completo de un solo movimiento.

 

Al parecer… no quería que saliera de ahí.

 

-Deja de tocarme los cojones… ¡Y sal de una puta vez! - quería terminar con eso ahora.

 

Si pensaba matarle del miedo no lo lograría.

 

Pero si era lo suficientemente inteligente no le cabrearía más de lo que ya estaba, sujetando la linterna con demasiada fuerza, tronando el plástico oscuro bajo sus dedos…

 

-Kid… - susurraron en su oído y volteó con rapidez levanto el puño para golpear a ese bastardo.

 

-Tu… - no pudo terminar la frase.

 

-Vamos a divertirnos… - una sonrisa que Kid conocía se forma en la boca de esa cosa.

 

 

~+~

 

 

Podía sentir el dolor, la sangre escurrir, las heridas hacerse más grandes, el movimiento de su propio cuerpo y sobre todo… el miedo.

 

-No te muevas… - susurro en su oído muy bajo, como si alguien más pudiera escucharles.

 

Pero eso era imposible… estaban solos.

 

Cerró sus ambarinos ojos con fuerza… Le estaba lastimando… y mucho.

 

Estaba seguro que lo partiría en dos…

 

-¿No te gusta? - Kid podía asegurar que estaba sonriendo, que el bastardo estaba sonriendo. - Puedo hacerlo más fuerte…

 

-¡¡Aagghh!! - no puedo evitar gritar.

 

Había aplicado más fuerza… mucha más.

 

Si antes le había dolido cuando estaba profanándolo lentamente… ahora solo esperaba que lo matara de una puta vez.

 

Sus manos atadas con una gruesa cuerda al cabecero de la cama para que no le atacara, sus tobillos también atados pero a las patas de la cama totalmente abiertas y luego…

 

-¡¡Aagghh!! - otra embestida más.

 

Este era el juego que esa cosa quería jugar… violarlo.

 

Para desmayarlo solo tuvo que golpearlo en la cabeza… con el mismo bate de beisbol con el que antes pensaba defenderse.

 

El olor a sangre empezaba a percibirse.

 

Un olor metálico, casi alcalino… Sintió ganas de vomitar…

 

Sentía asco de su cuerpo…

 

-¿Quiero que me mires? -  volvió a susurrarle muy bajo… su aliento chocaba contra su pálida piel.

 

Se estremeció por ese horrible calor, ese rancio aliento que dejaba humecida su piel.

 

Pero Kid no quería mirarlo, es más deseaba desaparecer en ese momento, que la oscuridad del cuarto donde estaban siguiera así de espesa para no ver su cara… para que su miedo no tuviera una representación física y quedara como pesadilla.

 

-Te dije… ¡QUE ME MIRARAS! - su extraña calma se había desvanecido.

 

No solo le grito iracundo, también le soltó una bofetada para que abriera los ojos, para que le mirara, para que viera como es que lo tenía…

 

Pero era ilógico… ¿Cómo coño le vería en la oscuridad?

 

Una nueva embestida dentro de su cuerpo por fin surtió el efecto que tanto deseaba su agresor.

 

Por primera vez… desde que había comenzado esa tortura… sus ojos se humedecieron con unas lastimeras lágrimas de odio y frustración.

 

Odio a la persona que le hacía eso…

 

Frustración por no poder hacer nada…

 

Sentía que tenía seis años de nuevo… cuando su padre…

 

-Así está mejor. - esa voz… esta voz era diferente.

 

Ya la conocía, de tiempo atrás, cuando era un pequeño.

 

No quería reconocer que la persona que le estaba haciendo eso era…

 

-¿Me extrañaste? - pregunto para besar su mejilla de forma delicada.

 

-Padre… - susurro cuando la oscuridad se esclarecía, cuando ya no era una niebla densa.

 

Quería morir… no, quería matarlo… si… eso era lo que sentía. Odio o más no poder.

 

¿Cómo se atrevía? Su propio padre… su sangre, su creador… era asqueroso, repugnante y la peor cosa que alguien en su sano juicio le haría a su propio…

 

-Espera… ¿No estás pensando en mí? - por alguna extraña razón… no estaba molesto, más bien parecía divertido.

 

Salió de su interior con cuidado, y suspiro con mucho alivio.

 

Esa sensación que no solo era asquerosamente dolorosa, hizo que la sangre empezara a salir de su cuerpo lentamente… escurriendo hasta la mojada cama de sus propias secreciones.

 

Ladeo la cabeza dejando que al fin sus lágrimas salieran… Dejo que se deslizaran hasta la sabana, que se perdieran entre las fibras desgatadas, así como su cuerpo en esa cama.

 

Kid se dio cuenta de algo… De la vileza del mundo en que vivió… De lo lamentable que era pasar todo eso en la penuria de la soledad…

 

Aun en medio de todo eso… estaba solo.

 

Era como si no existiera…

 

No hay nada tan cruel como los recuerdos…

 

La figura de su padre, se distorsionaba frente a él.

 

Dejaba de ser esa persona a la que tanto temía, a una más conocida…

 

Esa sombra espesa… esa forma tan delgada… No… no podía ser…

 

-¿Piensas en mi… Eustass~ya? - ahora era su amado moreno.

 

Trafalgar Law…

 

No podía buscar consuelo en la locura…

 

Transformar su mayor placer… en su más grande temor… ponía en entredicho su mera identidad…

 

Era su inferno… la peor pesadilla de todas…

 

El miedo lo dominaba por completo.

 

-No… Tu no… Trafalgar… - y al percatarse de la necedad de su mente, de esa cosa, quería salir corriendo.

 

Correr asustado como un niño pequeño…

 

Empezó a gritar aterrado, moviendo su cuerpo con fuertes espasmos, lastimando sus muñecas con la cuerda que las ataba hasta sangrar, pero no podía zafarse…

 

-¿Quieres oír algo gracioso? - su voz era igual a la de su moreno. - Siempre he visto esto como algo malvado, predeterminado… pero no por un poder divino, Eustass~ya… - ya se subía sobre su cuerpo para posicionarse en su lastimada entrada. - Sino por la propia naturaleza humana. – entro de una estocada haciéndolo gritar de dolor.

 

Y esa cosa… no… su moreno… reía con todo aquello…

 

 

Notas finales:

...


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