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Tú, yo y nuestra familia. por G-tzii

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Notas del fanfic:

Bien, primero, aclarar que en el Epílogo de "TÚ, YO Y HA NA" Quedamos con Ji con 34 y Seung con 35, todos unos ajhussis! JAAJAJ pero eso no impide que sigan siendo tan pervertidos y locos

 

Esto en celebración a todas aquellas personas que le dieron tanto, taanto amor al fic, que siguen a pesar de los años. El fic, gracias a todos ustedes pasó las 100 mil leídas, me siento muy agradecida como escritora y quise agradesércelos de esta manera. Espero que les guste porque va con mucho, mucho cariño y amor para todos ustedes.

Notas del capitulo:

Este primer capítulo va con MUCHO AMOR PARA TODOS USTEDES, ESPERO QUE CORAZÓN QUE LES GUSTE MUCHO. 

 

MUCHAS GRACIAS POR TODO EL APOYO Y AMOR. <3

Tú, yo y nuestra familia.

 

Prólogo.

 

Ser padre de familia nunca ha sido fácil.

 

 

 

-¡Ven aquí!

 

Ji Yong seguía corriendo por toda la casa. Para estar en sus 34 años se veía bastante bien y ágil. Claro que todos los días se hacía su tratamiento de juventud poniéndose un millón de cremas en la cara. Aunque Seung Hyun le dijera todos los días que se veía precioso, él de todas maneras se cuidaba demasiado para ser bello. Y así lo afirmaban las VIPs y todo el mundo cuando salía en entrevistas y presentaciones. Bueno,  a decir verdad todos los integrantes se veían muy bien aún con los años ya encima. Ahora realmente eran ajhussis, pero según Ji, él seguía siendo un joven y hermoso, y eso no estaba en discusión.

 

-¡No quiero ir a la escuela! –El menor corría por toda la casa. Llevaba la camiseta fuera del pantalón y los zapatos sin amarrar, no había problema más grande que ese.

 

-¡Entonces si él no va, yo tampoco! –Ji miró vio a la menor saliendo de su habitación y cruzándose de brazos mientras se sentaba en el sofá, resignada.

 

-¡Todos irán a la escuela, ya dije! –Ji Yong comenzaba a enojarse. -¡Seung Hyun!

 

El mayor miraba detenidamente al menor. Este seguía diciéndole que no se cambiaría la ropa. La paciencia del mayor se estaba agotando, si bien a sus 25 no tenía paciencia, ahora que tenía 33 menos paciencia tenía.

 

-Iré así hoy –el menor sentenció. –O sino, entonces no voy.

 

-¿Crees que te mandas solo? –Seung endureció su voz, el menor se alejó un poco. -¿Quién es el que manda aquí?

 

-Papá Ji –Seung Hyun se golpeó mentalmente.

 

-Ya no hay respeto –el menor le sacó la lengua. –Mira, enano, te guste o no, tu papá soy yo, y yo mando tanto o más que tu papá Ji. Así que quítate ahora mismo ese tutú rosa y ese pañuelo de la cabeza. Ahora.

 

-Pero… pero… -Seung Hyun se acercó a él para quitarle esa maldita falda de ballet, pero el menor se subió a la cama y se alejó. -¡Papá Ji sale como quiere de casa y dice que es moda! ¡Yo también llevo moda!

 

-Vas a clases de matemáticas –Seung Hyun se llevó una mano a su cabeza.

 

-¡Con mayor razón, papá!

 

-Mira, primero que nada, tienes 7 años, no tienes ni idea sobre moda –Seung Hyun se sentó en la cama. –Segundo, como eres menor, debes hacer todo lo que yo diga.

 

-Te odio.

 

-Sí, sí –Seung tomó al menor y lo sentó en su regazo mientras comenzaba a quitar el pañuelo.

 

-No te voy a querer nunca más –el mayor rodó los ojos. Definitivamente esta era la versión enana de Ji Yong, era la copia idéntica.

 

-Si tú no me quieres más, entonces yo tampoco –Seung le sacó la lengua. El menor hizo un puchero.

 

-No puedes no quererme… -el menor hizo ademán de llorar. –Los papás deben amarnos de todas formas.

 

-Para eso debes quitarte el tutú.

 

-No quiero –se cruzó de brazos.

 

-Te doy 2 wons.

 

-3.

 

-2 y medio, y me estoy arriesgando.

 

-Hecho –el menor se paró en el suelo y se quitó el tutú. Seung Hyun sonrió entonces. Sí, era idéntico a Ji Yong.

 

-Anda, Tae Hee, ve a buscar a tu hermana mayor. Dile que nos vamos.

 

El menor salió corriendo de la habitación. Seung Hyun se puso de pie mientras recogía las cosas. Terminaría con el cabello blanco de aquí a los cincuenta con estos niños.

 

-¡Seung Hyun!  

 

-¿Qué sucede? –Seung caminó hasta el menor que se veía fastidiado.

 

-¡Míralos, no quieren hacerme caso!

 

-¿Qué haces ahí? –Su Ah miró al hombre frente a ella y se encogió de hombros.

 

-Seung Jo dice que no va a la escuela, así que si él no va yo tampoco. Somos gemelos, debemos hacer lo mismo.

 

-Ah, ¿sí? Mira tú que genial –Seung Hyun se acercó a ella y se puso de cuclillas. –Ustedes creen que se mandan solos, ¿cierto?

 

-Papá…

 

-Que sea la última vez que escucho que no le haces caso a tu papá –Su Ah miró a Ji Yong unos momentos y luego agachó el rostro. –Ahora ve a tu habitación y trae tus cosas, nos vamos.

 

-Sí… -Ella se puso de pie y salió casi corriendo.

 

Seung Hyun se puso de pie y miró a Ji. Este hizo un puchero, el mayor sonrió y caminó hasta él y le abrazó mientras pasaba una mano por su cabello.

 

-¡Ya estoy cansado!

 

-Ya sé, amor, ya sé –Ji Yong se cruza de brazos.

 

-¡Nunca me escuchan, nunca! ¡Y encima estoy todo el maldito día metido con ellos aquí corriendo de allá para acá y además intento escribir canciones y producirlas durante la noche para que el CEO no me regañe! ¡Tengo ojeras horribles y ya estoy viejo! ¡Odio esto!

 

-No tienes ojeras, Ji. Y tampoco estás viejo, te ves precioso, amor.

 

-¡Lo dices porque tienes que decirlo! –Ji Yong patea el piso. Se le nota fastidiado. –Además, ¡tú andas grabando tu película y me dejas aquí solo con todos ellos! ¡Ni siquiera he salido a comprar ropa!

 

-Lo siento –Seung Hyun besó la frente de Ji y acarició sus mejillas con ambas manos. –Ya acabará.

 

-¡Dices que acabará, pero luego vendrá otra y otra y otra! ¡Y cuando no haya, tendremos presentaciones como grupo y todas esas cosas! ¡Odio esto, lo odio!

 

-¿Odias la vida que llevamos? –Seung Hyun preguntó serio.

 

-No es eso, es que-

 

-¿Te arrepientes de tenerlos? ¿Es eso? –Ji miró unos segundos a Seung, se nota preocupación en su mirada. –O… ¿te arrepientes de casarte?

 

-No, Seung Hyun –Ji lentamente pasó su mano por la nuca del mayor y acarició su cabello mientras enredaba sus dedos en él. –Amo nuestra vida y todo lo que tenemos. Sólo que a veces me supera todo…

 

-No quiero que te supere –Seung rozó su nariz con la del menor. Ji Yong no sabía realmente cómo explicarse, no quería hacerlo sentir mal. –Si esto te sobrepasa dímelo, y prometo quedarme mis días libres con ellos para que tú vayas a comprar ropa. No tengo problema en eso, Ji.

 

-Tonto –Ji sonrió. No había alguien más hermoso que él. –No quiero ropa.

 

 Ji Yong sonrió y rodeó el cuello del mayor, no había nada más tranquilizador que el perfume de Seung cuando se sentía tan estresado. El mayor tomó el rostro de Ji entre sus manos y le besó lentamente, sin la necesidad de profundizar, sólo de transmitirle tranquilidad mediante la caricia. Ji no duda en responder. Seung Hyun rodea la cintura del menor, pero una vez más la tranquilidad es rota por un estruendo que los sobresalta. Se separaron rápidamente.

 

En cuestión de minutos ambos salieron corriendo a las habitaciones en busca de sus hijos. Ji Yong ve a Seung Jo en su habitación, todo en orden. Seung Hyun pasa directamente a la habitación de Ha Na, ella estaba muy relajada en su peinador y a su lado Su Ah la mira con ojos brillantes queriendo tomar todas las cosas que su hermana usa.

 

Ji Yong cerró los ojos rezando porque no fuera lo que intuía. El único que falta es Tae Hee, justamente el más desordenado y alocado de todos.

 

Caminó lentamente hasta el final del pasillo y rogó a todos los dioses porque esa habitación esté en perfectas condiciones y sólo sea su mente jugando una mala pasada. Abrió lentamente la puerta y no, no es su mente jugando una mala pasada, REALMENTE SÍ ES LO QUE TEMÍA.

 

Tae Hee, el menor de todos, le miraba con sus ojos muy abiertos y con un juguete en sus manos. Atrás de él estaba todo horrible. Todos y cada uno de los Bearbricks de Seung Hyun se hallaban tirados por todas partes de la habitación y algunos estantes de vidrio estaban rotos. Más allá de la preocupación por los juguetes de Seung, Ji se inclinó y revisó al menor por todas partes asegurándose que no tuviera cortadas o moretones, pero estaba bien. No sabía si estaría bien para cuando Seung viera todo eso, pero por lo menos no sucedió algo grave que era lo primordial.

 

-Sabes que no puedes entrar aquí, ¿por qué entraste? –Tae Hee agachó la cabeza.

 

-Yo quería este –muestra el Bearbrick de su mano.

 

-¡Ji, Ha Na y Su Ah están en la habitación! –Ji siente los pasos del mayor y se pone nervioso. ¿Y qué le decía? El menor inmediatamente escuchó a su papá, se tiró al suelo y cierra los ojos. Ji Yong le miró unos momentos y luego volteó a Seung Hyun que abre la puerta y se queda mudo.

 

-Seung…

 

Seung Hyun no dice nada. Ni siquiera hace alusión de que esté respirando. Su colección de toda la vida está arruinada.  Seung Hyun caminó lentamente por toda la habitación mirando cada una de sus figuras en el piso. Pasó su mano por su cara y luego por su cabello. Miró al pequeño, tirado en el piso con los ojos cerrados y… ¿qué rayos se había puesto ahora? Se había quitado el tutú rosa, pero en cambio, se había puesto un buzo deportivo de muchos colores y hasta anteojos. Era idéntico a Ji Yong, era igualito. Sólo que Ji no hacía estos desastres. Miró a Ji unos momentos.

 

-¿Está bien? –Estaba intentando controlarse realmente. Y saber que había vidrios rotos que podrían haberlo lastimado era más importante.

 

-Sí –Ji Yong asintió. El menor ni siquiera se inmutaba.

 

-Párate –Seung Hyun miró al pequeño. –Si no te pones de pie juro que será peor.

 

El menor inmediatamente se puso de pie y miró a Seung Hyun. Seung quiso realmente por primera vez darle una cachetadas, y encima el muy descarado se hacía el muerto. Debía controlar su ira, controlar su ira.

 

-¿Qué hacías aquí?

 

-Yo… -el menor se quitó las gafas y se las pasó a Ji. ¿Qué se había creído? ¿Un modelo? Seung Hyun cada vez tenía más enojo con el menor. –Quería este.

 

-¿Y quién te dijo a ti que podías tenerlo?

 

-Yo lo quería. Y lo que quiero, lo tengo.

 

-¡Tae Hee! –Ji Yong le reprendió.

 

-¡Pero si eso dices tú, papá! –El niño miró a Ji. –Siempre te escucho decir, “lo que quiero, lo tengo”.

 

-Sí, pero yo soy grande ya, tú eres un mocoso de nueve.

 

-Yo lo quería.

 

-Ya no hay respeto –Seung Hyun se apoyó en la pared. -¡Mis hijos no me tienen respeto! ¡Ni siquiera un “lo siento, papá”! No, nada.

 

-Tae Hee, discúlpate con tu papá.

 

-Lo siento –dijo el menor.

 

-Como si un lo siento fuera a arreglarlo. –Seung Hyun se giró mirando sus estantes vacíos. El menor aprovechó de echar a correr por su vida.

 

-Yo te ayudaré a arreglarlo, amor –Ji Yong se acercó y le abrazó por la espalda mientras besaba su mejilla. Ahora el desanimado era Seung Hyun

 

Sintieron un ruido proveniente de la sala. Seung Hyun cerró los ojos y suspiró. Ji apretó los labios. ¿Qué era ahora, Dios? ¿Qué?

 

-HYUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUNG –Ji Yong miró hacia la puerta. Seung Hyun se volteó.

 

-Es el Maknae –Ji asintió y salió de la habitación rápidamente. Vio a Ha Na salir corriendo a toda velocidad de su habitación y llegar a la sala como loca para lanzarse a los brazos de Seungri.

 

-¡Tío Seungri! –Seungri se agachó y la abrazó también.

 

-¿Cómo está la más bella del universo? –Ha Na se sonrojó y sonrió. Ella siempre estaría loca por el panda, de eso ni hablar.

 

-Tienes una cara no muy animada, bro –Young Bae entró relajadamente.

 

-¡Supieras tú! –Ji Yong sonrió saludándoles. Vio a Daesung entrar sonriendo emocionadamente. Minutos después los otros tres menores hicieron ingreso en la sala.

 

-Saluden a los tíos –Los niños saludaron animadamente y luego se sentaron a conversar. -¿A qué les debo el honor de la visita? Pensé que los vería en YG más tarde.

 

-Pues… vinimos como hadas madrinas –Daesung sonrió mientras tomaba en sus brazos a Seung Jo.

 

-¡Hey, bro! –Young Bae le dio los cinco a Tae Hee. -¡Andas a la moda, eh!

 

-¿Hadas madrinas? –Seungri sonrió.

 

-Pensamos que estarían colapsados –Young Bae sonrió mientras jugaba con los pequeños.

 

-Oye, Hyung, ¿y TOP Hyung?

 

-Pues… hubo un accidente… -Los tres miraron alarmados a Ji Yong. –Tae Hee rompió la colección de Seung Hyun recién.

 

-Oh, oh… -Daesung apretó los labios. –Voy a verlo, Hyung. –Ji Yong asintió.

 

-Las cosas no están bien, eh –Young Bae miró a Ji unos momentos, este simplemente negó con la cabeza.

 

-Papá, Ha Na no quiere prestarme su cosa de los labios.

 

-¡Que no! –La mayor gritó. -¡Son mías!

 

-¡Pero yo quiero!

 

Ji miró a los otros dos y alzó sus hombros.

 

-Hyung –Seungri miró serio a Ji y se puso de pie. –Hace cuánto que no… -Seungri hizo un circulo con una mano y con la otra pasó su dedo una y otra vez por ahí.

 

-¡Idiota! ¡Están los niños! –Ji le dio un golpe.

 

-¡Sólo responde!

 

-¡No te diré!

 

-Debe ser mucho –Seungri miró a Bae y se volvió a sentar. –No están taaaaan viejos como para no tener. Deberían ser activos.

 

-Seungri, cállate.

 

-Digo, Hyung. Que su mal humor se debe a eso.

 

-¿Por qué todo lo llevas a eso?

 

-Ji tiene razón, Ri –Bae habló. –Todo influyo, no sólo “eso”.

 

-Pues, para eso vinimos –Seungri sonrió. Ji Yong le miró curioso.

 

-¡Ya Hyung, deja de llorar! –Daesung venía afirmando de los hombros a Seung Hyun quien sí parecía llorar.

 

-¿De verdad lloras, Hyung? –Seungri se puso de pie.

 

-No, sólo se me mojaron los ojos –dijo éste secándose. Ji hizo un puchero y acarició su mejilla.

 

-Ya no llores, Hyung. Peores cosas han pasado.

 

-¡Insensible! –Seung Hyun le dio un golpe.

 

-Bueno, a lo que vinimos… -Young Bae habló.

 

-Ah, sí –Seungri sonrió mientras miraba a los mayores. -¡Hemos venido a sacarlos de aquí!

 

-¿De qué hablas? –Ji Yong miró al Maknae unos momentos.

 

-Que como sus mejores amigos consideramos que necesitan vacaciones –Daesung habló.

 

-Pero se supone que haríamos un comeback del recuerdo –Ji Yong frunció el ceño.

 

-Sí, pero a YG no le sirven canciones sobre la vida de un papá estresado por sus hijos y Bearbricks rotos, Hyung. -¡Así que iremos todos de vacaciones!

 

-¿Ustedes también necesitan vacaciones? –Seung Hyun dejó de llorar y los miró.

 

-No, pero alguien debe cuidar de los niños –Daesung sonrió. –No son vacaciones si están todo el día con ellos. Para eso vamos juntos. Como familia que somos. Además, no salimos todos juntos desde que Seungri y yo volvimos del servicio.

 

-Dae tiene razón –Young Bae sonrió. –La idea es que se relajen, y nosotros podemos cuidar de ellos también. Me gustaría que fueran sólo los dos, pero probablemente luego de unos días ellos llorarían por extrañarlos, así que vamos y nosotros nos hacemos cargo, pero dejen de andar con caras de cincuenta mil metros.

 

-Y aprovechen de tener todo el sex-

 

-¡Seungri! –Todos gritaron al mismo tiempo.

 

-¿Qué? –El menor elevó las manos. –Anda, Hyung, no es mentira. A metros de la casa se notaba la tensión sexual.

 

-Tío… -Tae Hee tiró de su camiseta. -¿Qué es tensión sexual?

 

-¡Maknae, perviertes a mis hijos! –Seungri se echó a reír.

 

-Tío Seungri te dará clases en las vacaciones.

 

-¡No les darás clases!

 

-¡Sólo hagan sus maletas! –Los mayores se miraron unos momentos.

 

No parecía mala idea. Hace mucho que viajaban juntos. Y si querían hacer un comeback del recuerdo después de todo ese tiempo y ahora que estaban algo más viejes, o ajhussis por así decirlo, debían crear más memorias. Y aprovecharían de relajarse, y pasar momentos juntos, porque entre tanto no era posible, como decía Seungri.

 

 

 

Notas finales:

¿Qué les pareció? ¿Les parece buena idea? Nótese que el hijo menor de la OTP es un desmadre XDDD y bueno, qué les puedo decir? Sinceramente espero que les haya gustado y se vienen una locas y hermosas vacaciones. Gracias una vez más por leer y por todo el amor. Esperaré gustosa sus comentarios. Me puse algo nerviosa de hecho JAJAAJAJ 

CON AMOR <3


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