“Dame” por Yuki_1

El manto de estrellas vestía el vasto cielo. La ciudad estaba despierta y cubierta de luces de neón de brillantes y vivos colores. El murmullo de las personas se extendía por sobre el ruido de los motores de los automóviles. La multitud se agolpaba en las calles de la ciudad, empresarios volviendo exhaustos a sus hogares, y entre esta multitud se hallaba un muchacho de hermosa cabellera rosa, caminaba despacio, tranquilo, acostumbrado al alboroto de la ciudad, ignorando los codazos y los insultos que recibía siguió su paso hasta llegar a la esquina, donde torció el camino. Ahora sólo le faltaba llegar a su destino, el hogar que compartía con su amante. El recuerdo de aquel hombre lo hizo apresurar el paso al tiempo que se sonrojaba notablemente.

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Al abrir la puerta se encontró con el lugar completamente a oscuras, el silencio se jactaba de reinar el lugar desde hacia horas. De repente lo golpeo el recuerdo de que su amado Yuki debía de estar encerrado en el estudio terminando su última novela. Cruzó el comedor en puntitas de pies para asomarse al oscuro pasillo, comprobando así sus pensamientos al ver la puerta del estudio cerrada. Se acercó silenciosamente a la puerta y apoyo su cuerpo contra ella, deseando con todas sus fuerzas que Yuki saliera pronto. Cerro los ojos.

Dame tus huellas, para usarlas de zapatos

Dame tus dudas, para hacerme una pulsera

Le había parecido escuchar a su koi hablar, pero no le dió importancia, lo tomó como algo que su imaginación creo por su gran anhelo. En su mente visualizó el perfil del rubio recortado por la luz de la computadora. Turbado, sacudió la cabeza y se fue sin prender luz alguna a la cocina. Últimamente él y Yuki no tenían muchos encuentros, casi ni siquiera dormían juntos... ¿y si era por qué ya no lo quería? “Basta Shuichi, estas paranoico, esta ocupado, nada más”. Abrió la heladera para revisar su contenido.

Un siseo, ahora si juraba que había escuchado algo. Pálido y con el corazón en la boca encendió la luz, pero la nueva luminosidad hirió sus ojos, y antes de que pudieran acostumbrarse la oscuridad volvió a apoderarse del lugar. Diviso el interruptor y se dispuso volver a encender la luz, pero unos fuertes brazos envolvieron su cintura. Su corazón paro en seco, hasta que comprendió de quien eran esas manos que acariciaban su vientre con ternura, y de quien era ese aliento sobre cuello.

-         Yuki! Me asustaste! – decía mientras le sonreía a la nada.

Miénteme un poco, para mantenerme atento

Hazme una hamaca, con el menguante de la luna

El rubio atrajo suavemente el cuerpo del menor y lo pego a su cuerpo. Comenzó a embriagarse del aroma que el sedoso cabello del pelirrosa despedía. Al sentir como el escritor besaba su cabello se le escapo una risita de felicidad.

Dame tu risa, para los tiempos en vela

Quítate el peso, de los besos que te sobren
Es tan difícil respirar,
 el aire en que no estas... es tan difícil.

-         ¿Por qué me estas diciendo estas cosas Yuki? – interrogo curioso

El mayor pasó de las hebras rosas de su amante al cuello de este, dedicándole pequeños besos que viajaban por toda la superficie suave del cuello del joven. Se acerco a su oído y susurro...

Dame tus sueños, para hacerte una diadema

Dame el pasado, para no quitarte el tiempo,
que lo que te esta sobrando,
a mi me salva la vida.

Los gentiles besos se fueron transformando en salvajes succiones dejando visibles marcas rojas.

-         Mmm... Yuki... – si lo que Yuki quería era que lo escuchara, no lo iba a lograr haciendo lo que hacia, con cada caricia se perdía más en el remolino de placer que crecía dentro de él.

-         ¿Yuki? Ah... ¿qué pasa?... no puedo escucharte si me tocas así... Nnn – gemía mientras el rubio lamía la piel enrojecida.

Se volteo para encarar al rubio, sus ojos amatistas chocaron con la salvaje mirada ámbar cargada de deseo. Con la yema de los dedos recorrió las finas facciones del rubio escritor, para terminar su recorrido en los tersos labios de inmaculada piel blanca.

Dame el misterio de tus ojos cuando duermes

Dame el aire cuando exhalas, para ver si te respiro.

Shuichi se abalanzo sobre el mayor y unió sus labios a los de este. Sus lenguas comenzaron una batalla para ganar terreno, el menor siendo derrotado cedió a que su amante recorriera cada rincón de su boca. Sin darse cuenta fue suavemente levantado en brazos y llevado al cuarto, luego reparo en que se hallaba acostado sobre la cama y que su Yuki seguía besándolo. La falta de aire los obligo a separarse. Dejo que el aire llenara sus pulmones al tiempo que sentía la juguetona lengua del rubio en su cuello.

-         Mmmm... Yu..ki... no…. ah… tendrías que… estar terminando tu... novela? – pregunto preocupado, aunque instantáneamente se arrepintió de su pregunta, ya que el escritor solía enojarse he irse cuando hacia esto. Afligido miró al rubio, que pareció no inmutarse ante su pregunta.

Las manos de Eiri se colaron por debajo de la remera del cantante comenzando a acariciar la suave piel del joven. Rápidamente se deshizo de la prenda que le molestaba y comenzó a explorar aquel cuerpo ya conocido. Dibujo un camino de húmedos besos que iban desde la sensible piel del cuello hasta el borde de los fastidiosos pantalones.

-         Umm... Yuki

El escritor volteó bruscamente el cuerpo del cantante, sorprendiendo a este último, que se sentó en la cama para reprocharle su falta de delicadeza con él, pero antes de decir nada el rubio ya había reanudado sus besos, recorriendo la columna con su lengua, para después subir hasta el oído de su amante y tras lamer su lóbulo, le susurro...

Dile a tu oído, que me escuche cuando miro

Salva mis manos, con le roce de tu espalda

Mientras su lengua recorría la espalda del menor, sus manos se dedicaban a torturar los ya erectos pezones arrancando sonoros gemidos de la boca de su ángel. Gemidos que hacían eco contra las paredes del cuarto creando una hermosa melodía con la cual se deleitaban los oídos del mayor.

Lentamente Shuichi reunió las fuerzas para quedar frente al rubio para quitarle la camisa, cada porción de piel que quedaba al descubierto era devorada por los ansiosos labios del cantante, mientras que Yuki sumergía su rostro en el mar de rizos rosas de su baka.

Dame el remedio, para no curarme nunca

Es que es tan fácil respirar,
el aire cuando estas,
siempre es tan fácil.

Comenzó lentamente a acariciar su espalda, al instante que Shuichi dejaba volar la camisa que caía descuidadamente al piso. Se topo con el borde de los pantalones que cayeron al piso antes de que el pelirrosa pudiera darse cuenta. Se quito también su pantalón, quedando ambos sólo con su ropa íntima.

El escritor empujó con su cuerpo al menor sobre la cama, quedando este encima para dirigirse a su boca. Su mano inició leves caricias en la erección del menor logrando arrancar suaves gemidos de placer.

-         Yuki! ah... ah

De repente la ropa interior le pareció muy molesta y de un tirón la sacó y la lanzó a su suerte. Observó al pelirrosa que estaba muy sonrojado y con los ojos cristalizados de placer, le encantaba ver esa expresión.

Se fue a su boca y lo besó con necesidad, para luego morder ligeramente su labio inferior. Su rostro fue bajando por el cuerpo el menor hasta llegar a la excitación de este. Sopló la punta para luego introducirla en su boca, lo cual arrancó un fuerte jadeo por parte del cantante que se aferró fuertemente a las sabanas. Su lengua recorrió toda la base para ir subiendo y hacer círculos en la punta, dejó su miembro para dirigirse a la parte interior de los muslos y lamerla ligeramente mientras dejaba escapar suaves suspiros sobre la piel sensible.

-         Por favor Yuki! ah... basta... mmmm.... ah – rogaba. Un frío le recorría la espalda con cada suspiro.

El primer digito invadió el cuerpo del menor arrancando un gemido de disgusto como respuesta. Creo un camino con su lengua, que iba desde los muslos hasta la erección del menor que clamaba por atención, reanudó las lamidas lentas que poco a poco se fueron volviendo más salvajes. Un segundo y tercer digito ingresaron en el joven, gimiendo desesperadamente al sentir como estos se movían dentro. El pelirrosa comenzó a mecer sus caderas al compás de la boca del escritor.

-         Yuki... ah... me corro.... ah

La semilla de Shuichi llenó la cavidad del rubio, sintiendo este su sabor dulce. Retiró los tres dígitos y se dirigió a la boca del cantante, lo besó con deseo y le dió a probar su propio sabor. Aún entre ávidos besos ayudó al mayor a quitarse la única prenda que lo cubría, quedando así ambos completamente desnudos.

Ver a su Yuki tan excitado lo hizo activarse. Lo beso con desesperación para después con el rostro completamente rojo y las lágrimas asomando de sus ojos pedirle que entrara en él. Como respuesta el escritor se acomodó entre las extremidades del pelirrosa. Con la punta de su miembro acaricio levemente la entrada para luego introducirse lentamente. Las lágrimas comenzaron a brotar de los ojos del pelirrosa.

El menor se movió luego de unos segundos dándole así la señal para comenzar con sus embestidas, primero lentas, para después adoptar un ritmo acelerado. Eiri dirigió una mano hacia la ya húmeda excitación de Shuichi. Ambos se unieron en una danza frenética que los llevó a la cima. Tras gritar el nombre del rubio el cantante se derramó en la mano de este, mientras que Eiri gimió y se vino dentro de su koi. Salió lentamente de él para no lastimarlo. Se besaron con ternura y se recostaron. Shuichi acomodó su cabecita sobre el pecho del escritor, haciéndose un ovillo a su lado.

Quítame un beso póntelo donde prefieras

Dame un pretexto para reestrenar mi vida
Dame lo que quieras darme
Quítame lo que tu quieras

El pelirrosa se incorporó y miró con extrañeza a su amante, se acercó rápidamente a él y le robó un beso y ante la mirada atónita de Eiri poso dos dedos sobre sus propios labios, los beso y los dirigió a su corazón. Una sonrisa, eso era lo que en aquel momento iluminaba el hermoso rostro de Yuki Eiri. Shuichi volvió a acostarse pero esta vez frente al rostro del rubio, para poder deleitarse con cada una de sus facciones. Poco a poco fue llegando el sueño al de los ojos amatistas.

Dame tu llanto para llorarlo contigo

Dame el misterio de tus ojos cuando duermes

La mirada amatista desapareció tras los suaves párpados. Abrió sus labios y de ellos escapó un suspiro...

-         Yo también – afirmó sonriente antes de caer rendido al mundo de los sueños.

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Si alguna persona llego hasta acá debe de estar muy aburrida T.T esta muy horrible! Tendría que haber escrito lime primero... pero nooooooooo tenía que ser lemon Y.Y. Y para peor Tat chan me dijo que no se entendía. Este es mi primer y último lemon T.T.

Después de escribir esto comprendí que escribir lemon es un arte, y admiro mucho a las personas que pueden escribirlo n_n.

Desgraciadamente tengo la mala costumbre de que la primera vez que hago algo me tiene que salir perfecto, aunque últimamente estoy aceptando más el que no sea así XD... ¿por qué la vida es tan complicada?

Supongo que con varios bidones de soda voy a poder superar esto (me funciona como alcohol XDD)... en fin, les deseo feliz cumpleaños, navidad, año nuevo, reyes, etc.... como hacia mucho tiempo que no me aparecía por acá XDD... saben que? Creo que prefiero volver a publicar Long Wait a volver a escribir uno de estos ^^. Y para peor estoy enferma u.ú (estúpido organismo que no se enferma nunca y se viene a enfermar en verano ò.ó).

El separado feo de entre los parrafos de la canción no es mi culpa.... pero no se como arreglarlo XDDD.

Antes de despedirme les dejo mi mail ^^, digo, por si las porsis.... dopopa31@hotmail.com

Bueno, ahora si me voy despidiendo n_n sean buen@s y pórtense bien n.n.

Nos vemos!!!! B-sos!!!

Yuki_1 (Yo XD)