Daniel estaba en su caravana leyendo. Bueno, eso no era exacto del todo. Estaba leyendo, mientras el y Emma se atiborraban a chocolate. Ella tumbada en la cama rodeada de revistas de moda y el sentado en un cómodo sillón con su libro. Eso si que era felicidad.
Un golpe en la puerta hizo que ambos levantasen la cabeza, en parte curiosos en parte enfadados.
- Adelante.- Dijo Dan sin dejar que el fastidio se trasmitiese a su voz. La educación y los modales eran importantes.
Una cabeza pelirroja asomo, seguida por una cara aburrida y el resto del enorme cuerpo de Rupert. ¿Como podía ser tan grande?
Tenia que reconocer que, en parte, le tenía envidia. Ser bajito era una mierda.
-Eh, tíos.- Saludo el pelirrojo dejándose caer de cualquier manera sobre una silla.- ¿Qué hacéis?
Emma miro a Dan, que miro a Emma y ambos miraron el libro y las revistas. Pero Rup era así, vivía en su propio mundo, ajeno a todo lo demás.
- Llevamos toda la tarde haciendo "eso".- contestó la chica con una sonrisa.- Nos estamos tomando un descanso. Emma odiaba que Rup fuese dos años mayor que ella, sobre todo porque el pelirrojo no perdía ocasión para recordárselo y fastidiarla a lo grande.
Dan tuvo que esconderse detrás del libro disimuladamente al ver la cara de Rupert ante esa respuesta. Era un poema.
Rupert no dijo nada, solo los miró. Despacio, de esa forma tan especial en que lo hacia. Recorriéndolos lentamente, arropándolos con esa mirada azul, como si supiese secretos que al resto les quedan años para conocer.
-Ajam, ya.- Fue su lacónica respuesta. Adornada por una sonrisa que parecía decir “como si fuese a creérmelo”.
- ¡Rupert Grint, eres un imbécil!.- Grito Emma tirándole una de las revistas.- No te soporto.
- Es una pena.- Susurro él en ESE tono que ponía de punta el pelo de la nuca de Dan.- Ron y Hermione terminaran por besarse y si no me soportas, será muuuuuuuuuy desagradable. Ya me ocupare yo.
- Cabrón.- Respondió ella súbitamente colorada.
Rupert se rió con esa risa que le salía del estomago. Esa risa profunda y rica en tonalidades, como su voz. Una risa que Dan sentía en el latir de sus venas.
¿Como hacia para que se sintiese así? A el lo que le gustaban eran las chicas, bueno si tenia que ser sincero, las chicas y Rup. Pero antes moriría que reconocerlo.
- Pues que sepas.- Siguió diciendo Emma mientras se levantaba de la cama.- Que preferiría mil veces que Hermione besase a Harry antes que a Ron.- La voz y la sonrisa satisfecha helaron la sangre en las venas de Dan. Las cosas se estaban saliendo de quicio.
La risa paró de pronto y Rupert también se levantó.
- Yo no escribo el guión.- Dijo él acercándose un poco.- Pero tu te lo pierdes, doy unos besos geniales.
Dan se levantó de un salto ante el tono de la voz del pelirrojo, el asunto empezaba a ponerse feo.
- Ei, chicos, parad. Vamos, no discutáis por tonterías.
- No son tonterías, Daniel.- Susurró Emma enfadada.- Este pelirrojo imbécil se cree que todos nos morimos por sus huesos.
"yo me muero" pensó, pero sabiamente se abstuvo de decirlo.
- Además, para que lo sepas, yo también beso genial.- Apostilló la chica.
-¿Si?- Sonrió él.- Demuéstralo.
"MIERDA" pensó Dan. Si había algo que no soportaba Emma era un desafío y mas si venia de Rup. Ahora si que se había liado. Si en ese preciso momento le concedieran un deseo pediría estar en cualquier otra parte del mundo. Y al pensarlo se dio cuenta de que no solo era la rabia de que Emma besase a Rup, también odiaba la idea de que Rup besase a Emma.
“Ya hay que ser gilipollas” pensó abatido “Mira que ir a colarme por mis dos compañeros de reparto. Merezco la muerte”
Emma miro a Rupert con odio profundo y entonces hizo algo que nadie se esperaba. Cogió a Dan del cuello, se puso de puntillas y lo besó.
Al principio se quedo quieto, sin reaccionar. Después movió las manos hasta la cintura de ella, en parte para ayudarla a no caer.
Sus labios eran suaves y sabían un poco a fresa. Era delicada, a la vez insegura y atrevida. Cuando noto como la pequeña lengua se introducía en su boca, las neuronas del moreno dejaron de funcionar. Fue un beso increíble y cuando ella se separo lentamente, dándole un ultimo mordisco en el labio inferior las piernas de Dan temblaron.
-¡Ja!- Dijo Emma en dirección a Rup.- Supera eso.
El problema era que Rupert tampoco soportaba un desafió y menos aun si venia de Emma. Así que antes de que Dan pudiese decir "Alohomora", Rupert sujetaba su cuello con sus enormes manos y se aplicaba en darle un GRAN beso. Era exigente, anguloso, fuerte. Allí donde Emma era generosa, suave y delicada. Notaba el cuerpo de su amigo aprisionándolo contra la mesa, mientras sus lenguas se juntaban. Todo era demasiado extraño. Y a la vez, demasiado alucinante.
Cuando Rupert se separo. Dan se sujeto a la mesa para no caer. El pelirrojo sonreía complacido, mirando a Emma con superioridad.
-¿Y bien?- Preguntó Emma mirándolo con expectación.
- Eso Dan, colega, emite veredicto.
Daniel los miraba a ambos con los ojos como platos y sin saber como ponerse, ni donde esconderse. Aunque hubiese querido no podía decidirse, ambos besaban genial, cada uno en su estilo.
- Estáis locos.- Susurró al fin.
- Bueno, ya.- Dijo Emma.- Pero ahora dinos quien lo hace mejor.
- Eso, dilo.- Lo apremió el pelirrojo con una enorme sonrisa picara.- O tendremos que seguir besándote hasta que te decidas.
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