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Como Cambian las cosas por Erisbeth

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Notas del capitulo:

Bueno esta capitulo cuenta una tipica mañana en la pareja de Seguchi y Ritsu. con un emotivo recuerdo.

Espero que les agrade.


Saludos

 

- Mamá, Papá – llamaba un pequeño niño castaño a sus padres mientras corría sobre el verde pasto de aquel hermoso parque en el centro de tokyo.


- Ritsu... - llamó su padre abriendo los brazos para recibirlo. El niño corrio hasta el y al llegar su padre lo abraza y lo levanta del suelo.


- Papá... jajajaja- reia el niño mientras su padre le daba vueltas en el aire.


- Cariño, lo vas a mariar – decia la joven madre de Ritsu


- Esta bien amor. - Bajo al niño quien al tocar el suelo con su pies cayo mareado al pasto


- jajajajaja – rieron los tres al ver como habia caido el pequeño.


- Vamos a casa... - demando el pequeño niño....


 


Aquellos días parecian tan lejanos para Ritsu, solo recordar a sus padres le hacia sentir bien y feliz. Cada noche despues de su trabajo y la escuela dormia con la esperanza de verlos en sus sueños y revivir todo lo que paso con ellos antes de su tragico final.


 


- Papá... mamá – decia entre sueños el castaño


- Ritsu.. despierta – le llamo aquel compañero de vida – amor despierta – dijo con cariño apenas susurrandole al oido.


 


No era que quisiera despertarlo, Seguchi adoraba la imagen del castaño cuando dormia y tenia aquellos hermosos sueños con sus padres ya que el castaño sonreia de una forma diferente, una sonrisa llena de ternura, pero el día comenzaba y al castaño no le gustaba nada llegar tarde a su trabajo y si era posible llegar hasta dos horas antes, mejor, por lo que le rubio tenia que despertarlo forzosamente.


 


- Ritsu...- susurro de nuevo moviendo un poco a su pequeño castaño.


- etto... - abrio lentamente los ojos, sus orbes verdes parecian iluminar la habitación.


- ...- no dijo nada y beso la frete del pequeño ojiverde el cual al sentir el contacto no pudo evitar sonrojarse – Buenos días Ritsu – dijo en tono cariñoso - ¿dormiste bien? - pregunto conociendo la respuesta de ante mano


- Tohma, volvi a verlos. Mi padre me abrazo – conto el menor abrazando a su pareja el cual correspondio al abrazo. - Los extraño mucho a pesar de verlos casi todas las noches. Ellos estarian felices de vernos juntos. -


- Lo se...- respondio el empresario acariciando los suaves cabellos del menor. - Es hora de levantarnos Ritsu son las 5 de la mañana y tienes que llegar temprano. Tienes una junta con Usami-sensei ¿no?


- ....- se quedo pensando por escasos segundos para reaccionar y levantase a toda velocidad – lo olvide no es posible como pude olvidarlo..- decia mientras entraba en el baño solo con una toalla en su mano.


 


El empresario se divertia viendo como su pequeño desesperado empezaba a hacer su rutina diaria. Aunse sorprendia de estar en ese departamento viviendo junto a su amado castaño. Aun parecia ayer cuando se conocieron.


 


-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.- Flash Back.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-


 


Era una tarde de invierno, la nieve no permitia salir de la escuela. Los profesores y otros adultos decidieron llamar a las familias de los que se quedarian en la escuela y que tendrian que ir a recoger cuando la tormenta haya pasado y los caminos fueran accesibles.


 


Tohma no tuvo otro remedio que esperar paciente a que las cosas se calmaran. Hacia unos minutos habia estado hablando con Ryuichi para planificar su presentación en aquel bar donde los habian contratado.


Tohma era mannager, representante y tecladista de la banda Nittle Grasper la cual comenzaba a tener un pequeño ascenso gracias a la hermosa voz de Ryuichi Sakuma además de las letras con las cuales era facil identificarse.


 


No tuvo más remedio que meterse en la biblioteca para poder leer un poco. Aprovecharia el tiempo para estudiar, pues en pocos meses tendria que presentar examenes de suficiencia academica y terminar la preparatoria de 3 años en uno solo. Entro en el enorme recinto. Estaba completamente vacio salvo por dos personas que tenian apiladas en ambos lados dos columnas de libros de 4 libros cada una. Seguchi suspiro, le alegraba no tener que estar con personas que fueran a causar revuelo.


 


Comenzo a buscar los libros que necesitaba pero se sorprendio al ver que estos no se encontraban y no habia más copias de ese libros. Molesto volteo a la mesa donde estaban aquellos jovenes estudiando. Era un joven castaño, parecia estar muy estresado copiando algunos apuntes de un libros. El otro era de cabello negro piel blanca. Sostenia un libro de literatura el cual leia rapidamente, sentado en una pose despreocupada. Tohma sintio un enorme fastidio al tener que ir a preguntarles si ocupaban los libros que el estaba buscando, resignado se dirigio hasta ellos.


 


- Buenas tardes – saludo, ambos jovenes lo voltearon a ver. El rubio se quedo impresionado con la mirada inocente que le dedicaba el ojiverde, su expresion reflejaba pureza y nobleza, no pudo evitar sentirse nervioso ante la mirada que le dedicaba el ojiverde. En ese momento el azabahe se perdio de su rango visual.


- Hola...- saludo el pequeño castaño sonrosandose ante la atenta mirada del rubio - ¿p-puedo ayudar en algo? - pregunto mientras bajaba la mirada apenado.


- si.... yo..


- Nada... - respondio el zabache abrazando de forma protectora dominante al pequeño castaño. - Si necesitas algo dile a la encargada de la biblioteca. - El rubio se preguntaba que era lo que estaba pasando y porque el azabache actuaba de esa manera.


- Saga-senpai... - regaño el menor tratando de liberarse del agarre


- Solo quiero ese libro – señalo uno de los libros al azar de la pila de libros que estaban de lado del castaño.


- Saga-senpai ya suelteme – ordeno el menor ya cansado de la sobreproteccion que le daba el azabache – Tome...- dijo sacando el libro y entregandoselo al rubio – yo ya no lo ocupo. - acto seguido cerro su libro y se fue.


- No te acerques a el... - amenazo el azabache al rubio para despues salir persiguiendo al ojiverde.


 


El rubio solo suspiro, abrio las cortinas. La nevada iba incrementando cada vez más lo que dificultaria su salida de aquella escuela. Su celular sono de repente, era el dueño del bar donde se presentarían.


 


- Buenas tardes – saludo el rubio sin muchos animos


- Seguchi san, gusto en poder contactarlo. El motivo de mi llamada es para cancelar la presentación de su banda en el bar. La nieve no permite siquiera abrir las puertas y dudo que alguien asista.


- Entiendo, era de esperarse. En todo caso podriamos presentarnos en otra fecha, cuando la nieve no sea un problema.


- Me parece bien – respondio la voz al otro lado de telefono – Despues hablaremos para fijar una fecha.


- Claro... - respondio antes de colgar.


 


El rubio se sento en una de las mesas de la biblioteca para poder leer el libro que el pequeño castaño le habia dado. No era un libro que le fuera realmente necesario, pero en ese momento su mente solo tenia la imagen del ojiverde dandole vueltas en la cabeza. ¿Quien era? ¿Por qué jamas lo habia visto? ¿Por qué no dejaba de pensarlo? Eran preguntas que se planteaba y sin darse cuenta la tarde murio dando inicio a la noche. La tormenta habia parado y habian removido toda la nieve que se acumulo frente a la escuela permitiendoles salir. Inconcientemente busco al pelicastaño sin exito alguno. Derrotado solo fue a su departamento.


-.-.-.-.-.--.-.-..-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-fin del flash back-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.--.-.-.-..-.-.-.-.-.-.-.-


 


Aquella seria la primera vez que veria al castaño, pero no la última. Recordaba un rubio mientras acomodaba la ropa de su pareja sobre la cama para que este se vistiera. Dejando eso para ir a la cocina y poner el cafe a preparar en a cafetera y dos rebanadas de pan en la tostadora.


 


Escucho como su pareja salia corriendo del baño para vestirse y salir con la camisa mal abrochada y la corbata chueca. Seguchi se acerco al ojiverde para arreglar su apariencia un poco. Le dio un suave beso en la mejilla y continuo su trabajo en la cocina.


 


Ritsu se preguntaba que habra echo para tener un esposo tan atento como Seguchi. Siempre procurando lo mejor para el menor, protegiendolo sin pasar el limite, apoyandolo en los momentos dificiles y respetando su forma de ser. Las cosas entre ellos habia sido muy extrañas comenzando con la forma en la que el rubio comenzo a cortejarlo.


 


“Las cosas no pueden ser mejores” penso el ojiverde sentandose en la mesa junto a su pareja para degustar su desayuno. “Ojala esto nunca cambie.”

Notas finales:

Espero que les agrade este primer capitulo.

cualquier duda, sugerencia, critica son bienvenidas.

 


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