¿Cuánto tiempo es “para siempre”?
Y es que aún puedo sentirlo, su calor, su alma, su olor. Fijamente puedo mirarlo a sus ojos perdiéndome en aquel brillo enloquecedor que se clava en el techo. Sus pestañas tupidas, su cabello rubio, su nariz cubierta con aquella prenda de diseños particulares, sus delgados labios que se curvan en una sonrisa, a sabiendas que lo contemplo totalmente extraviado en su esencia.
“Estoy acostado sobre la luna,
Cariño, estaré ahí pronto”
Me siento dentro de un sueño cuando él yace de esta forma a mi lado, y es que, para mí, no existe un sueño como el de estar a su lado, respirando junto a él. Recuesto mi cabeza a su pecho y cierro los ojos escuchando el sonido hueco de su corazón que hace mucho tiempo dejó de palpitar.
Lo puedo sentir moverse y abrí los ojos para encontrarme con su cabeza recostada en su brazo y su mirada en mis ojos. ¿Acaso podría haber un amor más fuerte que el nuestro? Me derrito ante él solo con mirarle sonreírme. Y despacio acerqué mi rostro al suyo, besando donde deberían de sentirse sus labios, mis ojos se llenan de lágrimas así que los cierro para que no se les ocurra resbalar y arruinar el momento.
“Es un lugar tranquilo y estrellado”
No existe un sentimiento que se compare a la inmensidad de nuestro amor, ni siquiera el universo que nos rodea le logra hacer justicia a la grandeza del infinito que nace en nuestros labios. No tengo palabras, porque simplemente no existen palabras para expresarlo.
Te amo, susurro y la calidez parece desaparecer lentamente de mi cuerpo, despacio se aleja y yo empiezo a sollozar quedamente, aun con los ojos cerrados porque no quiero verlo marcharse de nuevo. Porque no soporto su ausencia, me asfixio a vivir en un mundo donde él no se encuentra.
A veces quisiera sentirlo de verdad, sentir su piel y su tacto, quisiera entrelazar mis dedos a los suyos y darle un beso que me haga excitar. Quisiera escuchar su voz varonil y resonante en mi oído y sentir el martilleo de su corazón indomable. Quisiera sentir su respiración y palpar su rostro para asegurarme de que él realmente se encuentra aquí y no es solamente producto de mi imaginación.
“Es tiempo de que seamos envueltos en el espacio,
estamos aquí a un millón de millas de distancia”
Quisiera no tener que cumplir mi castigo en una celda sucia y desolada en la que me encuentro por culpa de mi amor demente y enajenado hacia él. Él se marchó junto a mi corazón y mis ganas de vivir, arrebatándome el amor extenuante y eterno que teníamos, se llevó todo. Sé que no me creerán si les digo que me arrepiento por haberle quitado su vida cuando quiso abandonarme, ya que por culpa de mis actos egoístas, sufro un vacío que no volverá hasta que estemos juntos de nuevo.
Y así será, una noche más, soñaré con su fantasma pacientemente hasta que llegue ese momento… porque aún la muerte no detiene al amor.