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CRÓNICA DE UN HERMOSO DESASTRE (Kaisoo One Short) por Historias de A_M

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Notas del fanfic:

Hola :) bueno esta historia es corta, sin embargo, si ustedes quieren saber un poco mas sobre el relato.. del que pasara con el Kaisoo lovers, puedo agregar unos capitulos. Asi que dejen sus  opiniones, para saber que les parece , y si quieren mas :) xd

Eso. Ahora disfruten :)

Esta es nuestra segunda semana yendo al orfanato donde se encuentran jóvenes en riesgo social. Y ya estoy hecho todo un desastre. Ser trabajador social es todo un dilema, especialmente cuando la universidad nos lleva a hacer trabajos voluntarios a sectores que son vulnerables. El problema, en si no es ese, ya que amo lo que hago, sin embargo con Suho al comienzo pensamos que la situación de los jóvenes sería un poco más fácil. Al tener veintidós años y ser casi de la misma edad que los chicos, iba a hacer más cómodo integrarse e implementar un sistema de ayuda que consistía en recreación, juegos, charlas de prevención etc.

Pero no fue así. Nuestro primer día consistió en que los jóvenes del orfanato nos amenazaron con navajas y pistolas, luego nos robaron y por ultimo nos apuñalaron. La herida fue superficial, aunque la de Suho fue un poco más profunda de lo normal. Quisimos desistir de esto, nuestros padres se quejaron porque obviamente ningún padre quiere que su hijo vaya a hacer la práctica y vuelva herido. No obstante mi compañero y yo somos muy persistentes y los convencimos que estas situaciones eran hechas para nosotros y que solo nos alentaran, para que nuestro proyecto surja y resulte.

Cuando los chicos nos vieron el segundo día, sus caras se transformaron de una forma muy negativa. A pesar de ello, yo trabaje con los adolescentes de quince a dieciséis años, los cuales me miraban con desprecio, pero ninguno se mofo. Al principio hacían las actividades de reojo, otros solo se aislaban y me miraban con desprecio… los más jóvenes se levantaban y me seguían  como el pequeño Park que de pequeño no tiene nada.

-¿Por qué estás aquí entre tanta basura? Pregunta de repente

-¿Disculpa? cuestiono un poco retraído.

-Puedo oler la ropa cara de tu amigo a tres millas, podría perfectamente decir que en su billetera no hay billetes, solo cheques y tarjetas de crédito, sé que sientes miedo de nosotros y nos miras de reojo para arrancar en cualquier momento… la pregunta es ¿Por qué sigues aquí?

-No, te equivocas yo no los miro—

-¡No seas estúpido!, si yo fuera tú, ya estaría en casa llorando

-¿Por qué llorando? Pregunto con inocencia

-La mayoría de los “niños” que están aquí han matado y violado a personas que tienen la edad de tus padres… algunos de estos jóvenes mal vestidos y con cicatrices en la cara, mañana asaltaran a una pobre anciana en una esquina, o le cortaran la cara a una joven por que no quiso entregar su celular… somos monstruos ninguno tendría compasión cuando te encuentres desconcentrado y te pierdas por estos pasillos.

Quería replicar y decirle que yo no tengo miedo, pero con una sonrisa digna de un villano se fue de mi lado.

El orfanato era de piedra, con un estilo casi medieval, a las afuera habían figuras de estatuas, que en su mayoría eran ángeles que daban miedo. Al comienzo había una entrada de pasto y al medio una pileta seca, el recinto era inmenso y tenía tres piso… parecía un castillo frio y desolado. Las ventanas tenían protección con rejas de acero y el vidrio era negro. Los pasillos estaban cubiertos por alfombras de color café oscuro. Al ser tan imponente en cada rincón del orfanato hacia frio, inclusive en verano. Lo más llamativo es que adentro era todo oscuro color cemento y enrejado, los baños tenían reja, las puertas de los dormitorios todos. Las salas de clases eras grises y con mesas de metal, las pizarras eran de tiza como en las películas antiguas.

Suho  y yo comíamos en el casino, de profesores, los cuales llegaban con sus caras pálidas y demacradas, algunos inclusive tenían la mirada perdida y otros eran totalmente indiferentes a la ambiente… era perturbador.

-¿Cómo te ha ido hoy? Pregunta Suho mirando su bandeja de comida perpleja. La comida era un pudin de color café, con cosas que no parecían comestibles.

-Bien, creo que los chicos… me soportan.

-¿Lo crees de verdad?

-No. Respondo con una media sonrisa.

Suho trata de tomar el pudin con la cuchara, luego lo devuelve al plato, inseguro, pero este quedo pegado en la cuchara. Deja el utensilio a un lado y me mira ampliando sus ojos.

-Tres niños me han llamado puto lame pollas, dos han querido escupirme y otro me mira como si fuera la cosa más abominable de la vida, sin contarte que cuando doy las charlas sobre preservativos todos se ríen y hacen sonidos extraños… es simplemente perfecto.

-No seas duro con ellos, solo llevamos dos semanas. Digo apartando la comida como Suho.

-Siento que estamos en el mismo infierno.

-No es están malo. Digo suspirando.

-¿No? –Cuestiona mirándome impresionado- ¿Y que estas esperando KyungSoo? que nos apuñalen otra vez, para que ahí recién sea verdaderamente malo

-Solo hay que esperar que se acostumbren y listo.

-Ellos nos ven como una amenaza

-Nosotros también. Menciono con una sonrisa irónica

Suho me iba a tirar una fruta en la cabeza cuando vemos a la directora Lee acercarse, ella debería tener unos cincuenta años, sin embargo las arrugas y su cara demacrada dicen lo contrario.

-¿Cómo están mis queridos estudiantes universitarios?  Pregunta sentándose alado de mío en la banca.

-Bien. Respondemos Suho y yo sínicamente.

-Me alegra mucho oír eso- dice casi irónicamente- porque hoy requiero de uno de ustedes que quiera ayudarme con una gran lavo—

-¡KyungSoo tiene el día disponible! Escupe el estúpido de mi amigo.

La inspectora Lee se gira y me ve con una sonrisa, y yo solo puedo ampliar mis ojos de una manera poco normal.

-Sabía que usted me podría ayudar, desde que lo vi supe que usted joven me sería de gran ayuda.

-Pero yo—

-¡Es perfecto! Me corta sin antes decirle que yo no podría, porque ni muerto la ayudaría con sus labores… que estoy seguro que implican a estos niños salidos de un manicomio.

-Él está encantado de ayudar- dice Suho pegándome una patada en las canillas, haciéndome doblar de dolor- a Soo le encanta estar aquí le fascina… este es definitivamente su ambiente.

-Eso es lo que quería escuchar. Coincide la inspectora Lee sonriendo de una manera casi maniaca.

Al ver que no podría salir de esta, y que mis canillas no paraban de doler decidí darme por vencido.

-¿En que la puedo ayudar inspectora Lee? Pregunto serio.

Ella se pone derecha y nos mira  a ambos lista para contar una historia que doy mi pulmón a que será escalofriante.

-Ustedes saben que en este orfanato se recibe a todo niño o joven con problemas sociales- dice mirándonos, nosotros asentimos inseguros-  bueno, la mayoría de estos jóvenes no tienen padres, o ellos decidieron olvidarse de sus hijos, esto pasa tanto con los niños de ocho años hasta los que han cumplido la mayoría de edad- menciona suspirando- sin embargo los menores son más fáciles de manejar, con un juego o una historia ellos piensan que sus padres volverán, pero con los mayores no es así. Ellos saben lo que los espera… o sea nadie. A pesar de ello, la vida es así, por tanto todos los jóvenes de Dieciocho años deben irse del orfanato buscar un trabajo y pueden volver por las noches, eso es hasta los veinte cinco años, después ellos no pueden pisar el orfanato nunca más.

-Eso es muy trágico… pero no entiendo ¿en que podría ser yo útil?

-No, KyungSoo- me corrige la inspectora Lee con ternura- no es en qué  sino con quien.

Al ver que me puesto pálido como la servilleta que sujeta Suho, decide retomar la historia.

-Aquí hay muchos casos que son dignos de historias policiales o de películas terroríficas, especialmente un caso que ha llamado la atención de todo el orfanato tanto de los alumnos como de profesores y especialistas- susurra poniendo las manos en su pecho-  esta fue la de un chico que fue traído con su hermano, ambos robaban y ayudan al tráfico de drogas, sus padres eran unos maleantes, por tanto  fueron sacados de sus casa y traídos aquí. Ellos eran muy pequeños, pero la maldad estaba en sus ojos… aquí causaron muchos problemas, tantos que tuvieron que amarrarlos y llevarlos al sótano de castigos.

-¿Tienen un sótano? Pregunto asombrado Suho.

-Si

-¿y cómo es?

-Ese no es el punto Suho- digo regañándolo, y a la vez asombrado por el sótano de castigos- prosiga por favor.  

-Ellos eran muy unidos, creo que todo lo planeaban juntos porque eran ambos su única familia… hasta que un día cuando el menor cumplió trece años se escuchó un vidrio romperse, todos corrimos hacia la habitación que pertenecía a ellos… pensábamos que de nuevo habían empezado con sus travesuras… pero lo que vimos nos sorprendió a todos. El menor de ellos estaba inclinado en la ventana con las manos en el aire un cuchillo  y llenas de sangre  junto con una sonrisa escalofriante en su cara. Cuando nos acercamos a la ventana miramos hacia abajo y vimos como su hermano mayor estaba en el suelo con su cuerpo desgarrado, los huesos salidos y la cabeza fuera de lugar. Agarramos al ese entonces adolecentes y tratamos de pedir que nos explicara, que nos dijera algo… pero solo nos miró y grito de una felicidad hasta que nos susurró “Eh matado y descuartizado al último bastardo de mi familia… ahora sé lo que es la felicidad”

-Eso es—

-Solo espera- me dice la inspectora Lee- Todavía falta un poco de la historia. Después de ello fue llevado a múltiples psiquiatras,  todos llegaban a la conclusión que era un limítrofe que necesitaba estar bajo vigilancia y este era el lugar perfecto. Así fue como al llegar aquí todos le temían hasta yo le temía… era obvio él no era normal… el vivió aislado y medicado, sin tener ningún contacto social. Hasta que cumplió los dieciocho años y un abogado ese mismo día llego al orfanato. Este venía con un papel que decía que el ,ya casi hombre, era rico- al ver que a Suho ya mí se nos sale la boca de la impresión ella sonríe- si creo que los padres habían robado tanto en su vida, que lo hicieron rico, claro no porque quisieran… solo que los asesinaron antes. Nuestro querido hombre no sabía que hacer el de a ver pasado un bicho raro y loco ahora era rico. Hizo sus maletas no se despidió de nadie, porque no concia a nadie y salió de aquí tal un pajarito enjaulado por años, que de repente le abren la puerta para que salga y vuele.

-¿Eso es bueno? ¿No? Pregunta mi compañero embobado por la historia.

-No, lo sé-  responde pensativa la inspectora- Al año el hombre llego de nuevo al orfanato con problemas graves de drogadicción, enfermedades estomacales, depresión y deudas. Junto con largos antecedentes de violencias, asesinatos carreas y peleas clandestinas… no supo manejar la libertad… porque él nunca estuvo libre. Así que el salía por el día y volvía a su antigua habitación en la noches. Seguía siendo un hombre rico, pero nadie sabía qué hacía con el dinero, hasta el día de hoy nadie lo sabe.

Sentía que mis piernas temblaban, no sabía la razón, pero presentía que se venía algo fuerte.

-¿Todavía… él está aquí? Pregunta Suho

-Sí, él está aquí- responde la inspectora asintiendo-  claro que ahora tiene veinte un años, sigue con los problemas de alcohol y drogas, junto con la violencia los ataques de ira y de pánico que no se han ido. Aquí nadie se cruza con él… porque sigue siendo una persona peligrosa… ya que, bueno su estado le impide sentir y no sabe lo que está haciendo, hasta cuando se ve con  un cuchillo en manos apuñalando a las personas.

-¿Y porque lo dejan entrar aquí?- pregunto casi en un susurro- Hay niños y profesores…

-Porque los psiquiatras dicen que este es el único lugar donde se podrá calmar y sosegar, eso y las constantes amenazas de que quemara el lugar si no se le permite entrar.

-Es horrible ¿y ha matado a alguien más a parte de su hermano?

-Si- responde seriamente la mujer-  a los diecinueve años  a su tía, no supo lo que hacía hasta que se vio apuñalándola sin piedad y bueno a otros hombres que no se sabe el paradero.

-Deberían sacarlo de aquí. Comenta Suho cruzándose de brazos como un niño pequeño.

-Sí, pero él es un accionista del orfanato, después de volverse rico se encargó de comprar casi todo el lugar… no podemos sacar al propietario. Dice ella con una mueca de disgusto.

-¿Todavía no se para que me—

-Bueno, KyungSoo el problema está – dice mirándome directamente a los ojos seria- en que este joven se ha tratado de suicidar más de tres veces en lo que va del año, según especialistas está pasando por un fuerte crisis después de dejar un poco las drogas, por tanto se le ha recomendado que pase el día y la noche en un lugar seguro… y bueno hace casi un mes que se está quedando aquí, dejando su pieza en los suburbios, para estar más cómodo. Sin embargo el no sale de su habitación tal como lo hacía cuando tenía trece años, no quiere comer ni tampoco hablar, se lleva todo el día a los pies de la cama hasta la noche cuando comienza a gritar y a llorar.

-Debe estar sufriendo. Logro decir

-¿Sufriendo? Soo por favor es un ¡maldito loco!

-Cállate Suho ¡todos estamos locos! En alguna medida

-Bueno, bueno, bueno chicos no discutan- dice ella con una sonrisa- lo que quiero y lo que busco es tu ayuda Do KyungSoo.

Sorprendido, asiento

-¿Qué desea que haga?

-Quiero que ayudes a ese chico a que salga de su habitación, y que coma algo… quiero que le enseñes a vivir.

-¿¡QUE!? Grito casi escupiendo en la cara de la mujer.

-Sí, no quiero que te preocupes por tu seguridad, ante cualquier circunstancia, saldrás inmediatamente de esta misión te lo prometo.

No lo puedo creer esta mujer quiere que no me preocupe por mi seguridad ¿entonces espero que venga y me mate tranquilamente? Obviamente que saldré rápidamente de la “misión” si me matará en el preciso momento… debería a ver estudiado periodismo

-No te preocupes, él está muy deprimido, no tiene ánimo de nada así que no te hará daño.

-Yo no sé si podri—

-¿Por favor? eres mi única esperanza… ese chico morirá ahí, yo iría, pero me odia, odia a todos en este lugar inclusive a los doctores… y a ti él no te conoce solo intentarlo… hazlo por tu carrera por tu practica…

Solo por mi práctica, lo intentare dos veces solo dos veces sino me largo de esta maldito lugar…

-Lo are, solo con una condición.

-¡Oh!, por favor dime lo que quieras cualquier cosa la are

-Que si fallo- digo mirándola con una pequeña sonrisa- quiero que lo intente Suho

-¡QUE! Grita el nombrado como un imbécil.

-Está bien, trato hecho.

……………………………………………………….

 

 

 

 

Kai, así se llamaba el chico… o más bien su seudónimo que ha tenido durante estos años. Hoy llegue más temprano para iniciar la charla de grupo… la cual solo asistieron dos niños… eso es un avance creo. Después de ello tuve el resto de la mañana para planificar de alguna forma el cómo encontrarme con el chico problemático.

La habitación de Kai se encontraba en el tercer piso en un pasillo lleno de sombras y oscuridad, como en todo el orfanato, el suelo estaba sucio y la alfombra era casi negra, su habitación era la última del lugar. Mi piel se encuentra helada, estoy temblando… mi corazón se agita de una manera poco normal, debería devolverme, todavía estoy a tiempo, tengo una vida por delante, exámenes que aprobar,  trabajos que entregar, deudas de la universidad …mi vida es un asco.

Un sollozo me saca de mi ensoñación, proviene de la habitación de Kai. Estoy a punto de darme vuelta cuando mi mano está levantada  dando suaves golpecitos en la puerta ¡Imbécil!

-No quiero ver a nadie. Ordena una voz, que provoca que todos los bellos de mis brazos se ericen

Pero, no me detengo vuelvo a golpear la puerta con mayor insistencia, al sentir que los sollozos aumentan

-¡Váyanse mierda! ¡No los quiero cerca, hijos de perra!

Su voz es pura angustia y dolor y eso me desespera de una manera nueva para mí, no me doy cuenta cuando agarro la manilla y empujo la puerta sin miedo, necesito entrar porque algo me…

Ya es tarde. Lo primero que veo es un cuarto oscuro, pero visible, él está a los pies de la cama agachado y con un cuchillo en manos, sus muñecas… están completamente ensangrentadas  su cara es atisbo de puro dolor, sin embargo, es el rostro más hermoso que  he visto en mi vida. Sus ojos, su boca, la línea de la mandíbula, sus rasgos… es un Dios un dios atormentado.

Algo en mi pecho comienza a moverse, no quiero apartar los ojos de él, aunque siento la suya en mi recorrer cada parte de mi cuerpo. Increíblemente no me molesta, muy al contrario estoy a punto de seguir soñando despierto, cuando fijo mi mirada en el cuchillo y como este se sigue clavando en venas. Me desespero.

-¿¡Qué haces pedazo de animal!?

Corro y me agacho hasta llegar al frente de él, le quito el cuchillo con delicadeza, y lo tiro al suelo, luego lo sostengo con cuidado y lo llevo directo al lavamanos que se encontraba en su habitación. No se dé donde obtuve tanto valor para hacer esto, pero ver esa escena había provocado que se abriera un enorme agujero en mi pecho… algo que me molestaba, ya comienzo a odiar a Kai.

Abro la llave y pongo sus muñecas debajo del agua, el hace ademan de quitarlas por el frio del agua, no obstante, yo se las agarro bruscamente y las vuelvo a sumergir sin ningún cuidado.

-No querías cortarte, ten el pack completo. Digo casi mofándome, hasta que me di cuenta de lo que estoy haciendo… estoy lavando las muñecas de un asesino, lo estoy encarando en su cuarto, y el solo me mira… ¿petrificado?

Cuando ya está casi limpio, le digo que me espere y que vendré con vendas. Corro hasta llegar al primer piso y le piso a la enfermera que me entregue vendas de las más gruesas. Ella no pregunta solo asiente. Cuando voy subiendo las escaleras, me entra la incertidumbre si habrá cerrado la puerta para que yo no entre de nuevo, o si habrá arrancado, o si se estará preparando para perseguirme y matarme.

Al llegar, al fin vi que estaba sentado en su desordenada cama mirando hacia la nada, con las muñecas a los costados. Me agacho frente a él y le agarro una de las muñecas dañadas. Las heridas no alcanzaron a ser profundas, pero se nota toda la piel dañada, y con grotescas marcas. Así que rápidamente se las envuelvo. Su piel es morena y es maravillosamente cálida. Se siente también su mano entre la mía que casi me pierdo en la sensación, hasta que lo escucho murmurar;

-Si no estuviera tan débil, ya te hubiera dado una paliza que te dejaría inconsciente por el resto de tu vida.       

Tomo su otra mano y hago lo mismo que con la anterior, la envuelvo tranquilamente. Me siento un poco más relajado, aunque no se el motivo de ello.

-Cuando recuperes tus fuerzas podrás hacerlo. Digo con una mueca

Al terminar, me levanto y me sesiono que ambas vendas estén bien puestas. Luego lo miro a los ojos, y un silencio incomodo atormenta a ambos. Solo nos miramos por un largo tiempo, sentí como su mirada me comía vivo, pero no me molestaba, otra vez.

-¿Qué haces aquí? Pregunta con voz ronca.

-Emmm… yo venía a invitarte. Logro decir nervioso, apoyándome en la pared.

El solo me mira indicándome que continúe

-Soy nuevo, hago charlas y cosas motivacionales para que lo niños y jóvenes aprendan y se entretengan… y quería… que vinieras. Finalizo con una sonrisa

El no responde, solo me mira como si fuera el bicho más raro y feo del mundo

-No iré, vete con tu mierda no aparezcas por aquí nunca más. Responde, molesto levantándose de la cama y yendo hacia la ventana.

-Te trataste de matar. Digo de la nada.

-Sí y es un asco que no funcionara.

-Es una bendición que no pasara. Le corrijo

Kai se da vuelta y me mira, su cara es un atisbo de asombro y miedo. Quiero tocarlo. Ese pensamiento me dejo frio. ¿Por qué quería tocarlo? ¿Estoy bien? ¿No me estaré volviendo uno de esos protagonistas calentones que salen los fanfics que lee Suho?

-Lo volveré hacer. Afirma Kai con malicia.

-No, si estoy yo para detenerte.

Sus ojos se ampliaron por un leve segundo, pero algo lo detuvo, la maldad volvió a sus ojos cubriéndolos con un velo negro cegador.

-¡Soy un puto asesino, en cualquier momento agarro ese cuchillo y te lo atravieso en tu corazón de mierda!

-Lo sé. Respondo sereno

-¿Qué te pasa? ¿Quieres que te mate? ¿Tan poco valoras tu vida?

-¿Y tú? Tan poco valoras la tuya.

-Lárgate de aquí, verte me produce nauseas.

La verdad es que una buena parte de mi ser, me dice que  corra, y que no vuelva hasta uno o dos años después. Pero no puedo hacerlo. Se lo prometi a la inspectora Lee, además que si dejo a este delincuente, lo más probable es que se vuelva cortar hasta matarse. Eso no lo permitiré.

-No puedo – respondo, sentándome en su  cama desordenada- Tengo que quedarme y sesionarme que no harás algo estúpido.

-¿Degollarte es hacer algo estúpido?

-Di lo que quieras, no me molesta. Además que si me quisieras matar, yo tendría que correr como en las películas, y no tengo fuerzas ni ganas, la comida de este lugar es un asco creo que llevo dos días sin comer así que soy una perfecta victima… débil y sin energía.

Kai me mira desde la ventana. Las sombras cubren su rostro de una manera asombrosa. El chico era perfecto ahora lo podía ver en todo su esplendor, era alto con una figura digna de bailarín. Creo que si lo hubiese visto en la calle, no dudaría en darme vuelta y babear por el en su cara.

-¿Y qué piensas hacer? – Pregunta el moreno con ironía- ¿Quedarte aquí?

-Es una buena idea, aunque tu cama está un poco desordena-  confieso rodando los ojos- pero no me vendría mal descansar de este lugar un rato.

Descaradamente me acuesto en la cama de Kai. Lo primero que noto es que su almohada huele a él. Es un aroma afrodisiaco, tengo que retenerme para no meter toda mi cara en esa almohada blanca… es un perfume masculino y cegador me pregunto ¿cómo olería su cuello… igual a esta cabecera? O ¿diferente?  ¡En que mierda estoy pensando!  ¡Él es un sicópata asesino desquiciado! y yo estoy hipotetizando  como olerá su cuello.

El maldito de Kai vuelve a mirar hacia la ventana ignorándome por completo. Creo que el loco aquí soy yo. Unos minutos han pasado y mis ojos me pesan, me siento muy cansado, la cama es muy cómoda  inclusive más de lo que pensé. Caigo en un sueño profundo, sueño con hombres atormentados, cuchillos y sangre… mi sangre.

 

 

Despierto y me voy dando cuenta que sigo en la habitación de Kai. Me inclino un poco, pero no lo veo, no está en la ventana, ni tampoco en el suelo. Me levanto asustado, hasta que noto una bandeja llena de comida en la mesita de noche. Múltiples pasteles jugos, y frutas la adornaban.

-Es para ti.

Escucho, levanto la mirada y lo veo apoyado en la puerta indiferente, con una polera blanca que se apegaba a su torso y unos pantalones ajustados que lo hacían gritar Sexo. Trago fuerte, pongo la bandeja en mis piernas y comienzo a comer como un muerto de hambre. La triste realidad era que el lugar serbia comida del asco. Sin embargo el saber que me tenía que encontrar con el moreno me había tenido los nervios a flor de piel, hundiendo mi estómago y  cerrando mi garganta.

-¿P-or que? Logro decir con la boca llena de comida.

Kai me mira por un largo momento, sin decir nada, se toca su cuello frustrado, y me mira al fin con un gesto de derrota.

-No lo se

-¿Has comido algo? Pregunto ignorando su respuesta.

-No. Responde mirando hacia la ventana.

-Debes comer algo, tú estás mucho más débil que yo, ven siéntate aquí. Me levanto depositando cuidadosamente bandeja en la mesita de noche, llego hasta donde está el en la ventana con cara de funeral, lo agarro del codo. Pero él se suelta con un movimiento brusco.

-Kai, por favor, cortarse las venas no se cura con un poco de agua… tienes que comer o sino yo no podré irme de aquí sabiendo que en dos horas te desmayaras quedando inconsciente- al ver que no se movía, y que volvía a fijar su vista a la ventana, tuve que aplicar a la amenaza- ¡Yo te salve! ¡Estúpido egoísta! lo mínimo que puedes hacer es devolverme el favor comiendo, oh te juro que agarre el cuchillo y te lo clavare en los huevos, ya que te gusta tanto.

El moreno me ve, sus ojos son dos sombras oscuras, mis bellos de la nuca se erizan. Ese es el momento perfecto lo agarro del codo con más osadía y lo llevo hasta la cama. Él no tiene tiempo de protestar, se sienta al medio y yo alado de la almohada al inicio. Pongo la bandeja entre nosotros. Agarro una manzana y la comienzo a pelar. Siento su mirada en mí quemando como un hierro caliente, pero la ignoro. Saco un pedazo y se la sostengo

-Come

-No

-¿Porque?

-Me da asco. Responde el con una mueca.

-No son tan malas Kai son saludables. Inquiero cruzándome de brazos como un niño molesto.

-He comido, tomado  y aspirado cosas que me tienen con el estómago intoxicado, creo que si como eso muero.

-¿No es lo que querías? – Digo abriendo los ojos como un crio- ¿Morirás como blanca nieves comiéndote una manzana? No sabias que te creías todo un princeso.

-No, no me apetece morir así, tan fácilmente sin sufrir, sin sentir dolor. Susurra mirando hacia la nada

Tomo la manzana nuevamente y cansado de su mirada bacía, levanto el pedazo de manzana y sin previo aviso se la meto en la boca. El impactado la abre y yo aprovecho de metérsela.

Sonrió descaradamente, al ver que esta rojo de ¿rabia? ¿Frustración? No lo sé pero es encantador… hasta que me doy cuenta que mis dedos siguen cerca de su boca… grave error.

Una sonrisa traviesa y picara se asoma en sus labios. Lentamente lleva uno de mis dedos hacia su boca  y los comienza a chupar eróticamente. Mis ojos se abren como platos, intento quitarlos de su sensual boca, sin embargo en los agarra con fuerza. ¡Cómo se atreve! ¡Eso es vulgar!  ¡Y tan excitante!

-Vas a arrepentirte de alimentar a un asesino Do KyungSoo.

¿El sa-be mí no-mbre?

Es tarde para preguntar, porque en un solo movimiento me empuja contra la cama, sus manos a cada lado de mi cara, sus piernas entrelazas con las mías de una forma tan íntima, que arde. ¿Qué diría Suho si me ve en esta situación con el peligroso Kai? ¿Me diría loco? ¿O que solo estoy un poco muy caliente? Lo último se respondió cuando el delicioso asesino restriega su hombría contra la mía, sus movimientos son salvajes, pero a la vez delicados

-¡Ahh! Gimo cuando noto su entrepierna dura contra la mía.

-No querías alimentar a un suicida… entonces hazlo de tu propia boca.

Y así fue como toco mis labios con sus dedos y en un solo gesto introdujo su lengua en toda mi cavidad… sabia a cielo. Mi cuerpo reaccionó inmediatamente respondí el beso saboreando su lengua con la mía, aunque su lengua quería explorar cada centímetro de mi boca, penetraba y violaba cada milímetro, abrí la boca hasta sentir que mi quijada no cedía, quería tenerlo todo de ese hombre. Hasta que bajo por mi cuello dando salvaje lametones y succionando. Un gemido vulgar salió de lo más profundo de mí ser.

-¿Te gusta no? Eres todo un puto hambriento de placer ¿no?

Creo que me llamo puto, pero mis sentidos no respondían, menos cuando sus manos se encontraban debajo de mi polera tocándome descontroladamente. Yo también lo necesita, así que dirigí mis manos debajo de esa maravillosa polera blanca. Su piel estaba caliente y sedosa, de su boca emano un suave gemido cuando llegue hasta sus pezones acariciándolos. De una patada lo gire y me puse arriba de él le quite la parte de arriba desesperadamente, como si yo estuviera bajo el océano ahogándome y el fuera una bolsa de oxígeno. Su cuerpo me recordaba al chocolate que se come en invierno… y yo quería saborearlo. Le di un mojado beso, con un sucio lametón en el centro del pecho

 

-Er-es her-moso. Digo entrecortado de placer. Kai solo gime en respuesta, cuando llego hasta sus pezones y los comienzo a acariciar con mi lengua, hasta morderle uno de ellos.

-¡Ahh KyungSoo!

-Eres delicioso… quiero más.

Y sin pensarlo, bajo sus pantalones apresuradamente, quería ver su miembro duro para mí. Besando cada parte de su hermoso cuerpo llego hasta su miembro imponente, suplicándome que sea mío.

-¿Lo quieres? Pregunta un juguetón y sudado Kai

-Si –afirmo repleto de placer como nunca antes en mi miserable vida- lo quiero.

Kai sonríe, lleno de malicia, hasta el punto helar mis huesos. Eso solo provoca que mi deseo aumente.

-Entonces ruega por él. Dice acariciándose su miembro, bombeándolo de abajo hacia arriba de una forma grotesca.

¡Es un hijo de perra! Estoy seguro que mañana me lamentare por eso… y a lo mejor el resto de mi vida.

-Si- respondo casi en un susurro- la quiero ahora.

-¿Ahora? Pregunta juguetón aumentando su ritmo

-S-i

-¿Dónde la…mm… quieres KyungSoo?

- En mi bo-ca. Logro responder.

-¿Cómo… la quieres? Pregunta gimiendo.

-Enter-a toda ¡la quiero toda imbécil!

-La tendrás entera KyungSoo- dice incorporándose- pero no en tu boca.

Siento como mi cabeza choca contra el colchón y como sus manos ágilmente quitan mis pantalones y el bóxer hasta dejar mi miembro duro al descubierto. Me levanta ambas piernas bruscamente hasta ponerlas en su cintura. Su miembro esta mi entrada palpitante… el capullo está jugando.

-¡Métela!

-No. Responde rozándome su miembro en mi entrada brotándola bruscamente y sin compasión

-Estas muy caliente, mi trabajador social, podría decir que no te importa que te la meta sin lubricarte

-Esto es tu cul-pa Kai.

-¿Qué quieres KyungSoo? ¡Ruégamelo!

-¡Que me la metas, quiero tenerla en mi Kai quiero que me penetres hasta atravesarme… quiero sentir tu semen en mi interior.

Dicho eso Kai besa me apasionadamente hasta hacerme sangrar el labio. Mete su boca entre mi entrepierna y comienza a lubricarme con su lengua.

-¡Ohh! Kai así… sig-ue

Su lengua lo perforaba. Danzaba en su interior de una manera poco delicada, no obstante llena de agonía y desenfreno.  Cuando noto que ya estaba listo me agarro una de mis piernas y las acerco más  a su cuerpo uniendo nuestros puntos calientes.

-Ahora podrás contarle a todos tus compañeros de universidad que has follado con un asesino.

Su miembro entra, duro y palpitante, moviéndose, sin esperar nada a cambio. El dolor llena todo mi cuerpo, él lo nota y deja suaves besos en mi rostro. Algo totalmente contradictorio a como es el. En cada empuje oigo como la cama choca contra la pared a punto de hacerse tira.

-¿Te gusta?  mi curioso salvador Pregunta entre el desenfreno.

-Si… mucho Kai sigue, no pares.

-No lo ha-re, qui-ero partirte en dos… para que mañana no te puedas levantar y no puedas venir a este maldito lugar.

Dando una estocada brutal, hace que grite de placer, como un verdadero desquiciado, luego empieza a jugar con mi miembro tocándolo y sobándolo, dándole suaves besos, después de cada sacudida.

Me corrí en su pecho y él se corrió dentro de mí. Callo alado mío agotado y con pequeños espasmos.

-Estas muy equivocado- logro decir al darme vuelta y quedar frente a el- al pensar que con partirme en dos no vendré mañana… Lo are vendré mañana vendré el día después de mañana y el día después de ese día, y el día después de esos días… vendré siempre.

Kai abre sus ojos sorprendido, sus ojos nublándose y húmedos, sintiéndose por primera vez querido y deseado por alguien.

-¿Por qué? -Soy un asesino KyungSoo mate a mi propio hermano ¿no tienes miedo que haga lo mismo contigo? Pregunta cuando una lagrima cae por su mejilla. La cual se la beso delicadamente.

-No  te tengo miedo, y tampoco sé porque deseo estar contigo… - digo apoyando mi cabeza en su pecho y depositando un suave beso en la boca- pero tengo toda una vida, para descubrirlo contigo.

Notas finales:

¿Desean mas mis Kaisoo lovers? ;) 


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