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Felpa por CheekyMint21

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Notas del capitulo:

¡CRIATURITAS! De nuevo yo por aquí haciendo spam en la página con mis intentos de fics enfermos y retorcidos:33 Cómo ya estoy de vacaciones, he dado rienda suelta a mí hiperactiva (Y muy enfermiza) imaginación y pues… esto es lo qué salió:$ Si te pasaste por aquí o te equivocaste de fic o sea lo qué sea que te haya traído hasta ésta locura… ¡DESDE YA MUCHAS GRACIAS! Espero qué disfruten de la historia. El cap está algo aburrido porqué es introductorio pero más adelante habrá más salseo ¬u¬ y cómo siempre tenía qué ser un MXM porqué claro, no podía dejar a éste par de hermosuras tranquilas ni siquiera en vacaciones ^^ Vale, ya dejo de dar tanta lata y os dejo con el fic… Espero qué les guste o ya en serio por la paz dejo el yaoi en paz xD

Capítulo 1.

Date prisa y gira la perilla,

No sabes que me tienes hasta que me pierdes;

Cierra los ojos y cuenta hasta diez,

Hazlo de nuevo, sólo hazlo de nuevo

Misa toma el micrófono y empieza a refregarse contra el mismo, bajando de manera sensual mientras la gente grita enardecida y corea los estribillos de la canción a todo pulmón. Me mira y me guiña un ojo y yo sólo niego con la cabeza, conteniendo una sonrisa. Si no fuera porque es mi hermana melliza, hasta yo le tendría ganas y al ver a los cientos de hombres gritándole obscenidades y grabándola con sus móviles sé que no soy el único. Sacudo la cabeza intentando no hacerme mucho lío por eso y sigo tocando acordes… era nuestra última canción antes de retirarnos al hotel, había que cerrar el show con broche de oro.

Porque todo lo que soy es una rebelión rubia,

No te dañaré pero quizá dañe a alguien más;

Rompiéndote hasta que supliques,

Oh, oh, oh… uno, dos, ¡Tres! ¡Grita!

-¡Hermanito!-me grita, en medio de la canción mirándome con ésa mirada 50% inocente y 50% pícara mientras se acerca, apoyándose sobre mi hombro. Sé lo que quiere incluso antes de qué lo diga…-¿Qué dicen chicos? ¿Hacemos que cante?-dice, dirigiéndose al público y ahora son las mujeres las que gritan histéricas.-Tomaré eso como un sí…-le sonrío y niego con la cabeza mientras pega el micrófono a mis labios.

No me conoces hasta que me veas llorar,

No soy tuyo hasta el día que muramos;

No te das cuenta de lo que intento por ti…

Sólo tú, es sólo tú.

Misa y yo nos miramos, cómplices como desde que éramos tan sólo un par de críos tocando en un remolque en medio del valle, como desde que habíamos huido de casa con tan sólo 14 años por culpa de la puta alcohólica… Misa era mi roca, mi apoyo y la única familia que tenía. Traviesa, juguetona y capaz de tocarme los cojones en sólo diez segundos pero no cambiaría a éste moustrito enano por nada. Cierro los ojos y canto con ella, sintiéndome niño de nuevo como siempre que cantábamos juntos. Sigo tocando mientras siento su pequeña y cálida mano aferrarme el hombro mientras sigue bailando y sin darme cuenta hemos llegado al final de la canción. Abro los ojos y está sonriéndome de forma sincera, como siempre lo hace sólo conmigo.

Se despega de mí y yo suelto un último acorde para finalmente terminar la canción. La gente grita tan fuerte que siento que tengo los tímpanos reventados y… “¿Qué carajos?” pienso, viendo como una mujer enseña las tetas al aire donde tiene escrito su celular y un “llámame” nada sexy. Le guiño el ojo sólo porque disfruto de ver como se les mojan las bragas. Misa como es costumbre, toma un animal de felpa, lo besa dejándole una marca de su brillante lápiz color rojo sangre y lo arroja el público en donde estallar la tercera guerra mundial cuando dos tipos intentan tomar al mismo tiempo el peluche. Misa se ríe.

-¡Gracias, Austin! ¡Los amamos, han sido un público excitante!-y las luces se apagan. Dejo la guitarra en su lugar y salgo del escenario escuchando el repiqueteo de los tacones plataforma de Misa atrás de mí.-¡Mells, espera!-tira de mi brazo y me arrastra al escenario…-La foto de al final, no te olvides.

Pongo los ojos en blanco pero vuelvo a sonreír: Misa siempre hacía un álbum de fotos de cada gira que hacíamos y aunque era molesto sacarme fotos todo el rato, si era con mi hermana lo disfrutaba.

-Vale, qué salga guapo, ¿Eh?-le digo, alzándola del suelo al estilo princesa mientras ella suelta un chillido. El público grita con furia y veo a Matsuda en medio del público empujando para sacar la foto.

-¿Ya, Matsu?-Matsuda asiente cuando está lo suficientemente cerca y se prepara para disparar el flash.-¿Lista hermanito?

-Desde qué nací, nena…-le digo, guiándolo un ojo mientras ella me da un beso en la mejilla y finalmente el flash me ciega por unos segundos junto con los otros cincuenta de los fanáticos.-Bien, se acabó la sesión de fotos.

-¡Gracias, Matsu!-le grita Misa al pobre pelinegro al que casi aplastan, lanzándole un beso que le hace sonrojar.

-Te luciste Misa, creo que dejaste a varios hombres con las braguetas calientes… incluyéndome.-dice una voz ronca y cansada, en medio de una nube de humo. Pongo los ojos en blanco.

-Siempre es un gusto, mi ojeroso sexy.-le dice Misa, dándole un sonoro beso en los labios.

-¡Eh! No te pases ni un pelo con mi hermana, imbécil…-le digo al pelinegro, apartándole las manos que ya estaban dentro del corsé de Misa.-¿Y tú para qué mierda le sigues el juego a éste degenerado?

-Relájate Mells, sabes que ni en mil años saldría con Lawly por más sensualmente guapo qué sea.-dice, dándole un respingo en la nariz al pelinegro que sonríe pícaro.

-No dijiste eso aquella vez en Las Vegas, ¿O ya te olvidaste?-dice, tomando otra calada de su cigarrillo y abrazando a mi hermana por el cuello. Saco una barra de chocolate de mi bolsillo y la muerdo con fuerza.

-Estaba algo caliente por el alcohol, Lawly, pero admito que fue bueno. No sabía que la tenías del tamaño de los palitos de vainilla que te comes…-Misa y Elle se echan a reír y yo gruño.

-¿Al menos querrían dejar de hablar de sus porquerías delante de mí? Si no fuera porque eres mi mánager y mi mejor amigo, Elle, ya te hubiera reventado ésa cara de drogadicto que te cargas…-vuelvo a morder mi chocolate echándole una mirada envenenada.

-Siempre el mismo amargado, ni el dinero te alegra…-me dice Elle, arrojándome la colilla de su cigarro.

-Idiota.-le digo pero me río con él.

-¡Ah! Ya se me olvidaba…-se saca el móvil del bolsillo trasero de sus jeans negros y mira la pantalla frunciendo el ceño.-Tenemos qué regresar al hotel, los esperan para una fiesta y una entrevista.

-¿Y tú te crees que yo estoy de humor para responder preguntas estúpidas? No me jodas, Lawliet…-le digo, pasándome la mano por el pelo sudoroso.

Está a punto de decir algo cuando una voz chillona lo interrumpe a mitad de frase. De inmediato él y Misa fruncen el ceño.

-¡Mello! ¡Mi amor, espera!-grita una rubia platinada exuberante, corriendo con sus botas de tacón de aguja hacia nosotros mientras una radiante sonrisa brilla en su rostro angelical.

Misa refunfuña.

-Compórtense o no respondo.-mascullo entre dientes, dedicándole una mirada en especial a Elle que miraba a mi novia con la nariz arrugada.

-¿Desde cuándo nos portamos bien con las putas, Mells?-dice Misa a mí lado, enarcando una ceja y mirándome encaprichada.

-¡Mello!-Halle me salta encima, enroscando sus delgadas y firmes piernas en torno a mi cintura y sus brazos en torno a mi cuello en un abrazo de koala. Me planta un beso sin más.-¡Estuviste fantástico, cariño! Pero como siempre todas las putas se babeaban por ti…-me dice, frunciendo el ceño.

-¿Incluida tú, Halle?-dice Elle, ignorando mi amenaza. Le aprieto el culo a Halle por no apretarle el cuello a él.

-Elle, tú tan elocuente como siempre…- dice Halle, arrugando la nariz en dirección al pelinegro que le devuelve la mirada. Chispas flotan entre ellos.

-Ya nos íbamos Halle, Mello y yo tenemos qué dar una entrevista y celebrar el concierto…-se mete Misa, mirando a Halle impasible y cruzándose de brazos.

-Pero… yo quería pasar un rato contigo, no hemos tenido tiempo para nosotros en toda la gira mi amor…-se queja Halle, refregándose con mi hombría de forma descarada.

El bufido de Misa me trae de vuelta a la realidad y me olvido de la imagen de Halle amarrada a mi cama mientras la follo bruscamente…

-Ya lo verás dentro de dos días más, Halle, la gira termina el sábado.-le dice Misa más que impaciente, un rasgo que ambos compartíamos.

Suspiro, no tenía caso echarle más leña al fuego. Me desprendo de Halle que me mira ceñuda.

-Misa tiene razón Halle, ya luego tendremos tiempo y me las cobraré con creces…-le digo, relamiéndome los labios mientras ella se sonroja y aprieta los muslos dentro de ésa falda de lápiz roja de cuero.

-Está bien… mi vuelo de regreso a Nueva York sale hoy, ¿Podrías al menos ir a despedirme?-me vuelve a echar los brazos al cuello y la aparto exasperado: Bien sabía que yo no era de andar dándome abrazos.

-No, no puede… ¿Te quieres largar de una puta buena vez o vas a seguir puteándole a mi hermano, zorra?-Misa estalla, sacándome a Halle de encima… para medir uno cincuenta vaya que es picosa.

Halle la mira desafiante y sé que si no me meto, van a agarrarse de las greñas. Otra vez.

-Te llamo más tarde, ¿Vale? En verdad tengo que irme…-le digo. Ella me mira, suspira y haciendo a Misa a un lado vuelve a besarme. Pongo los ojos en blanco y me quedo quieto hasta que termina de regarme su lápiz labial encima.

-Está bien… Te amo, mi rubito.-se me acerca al oído y me da una lamida.-Te esperaré con ansías el sábado.

Se separa y se aleja, contoneándose y regando su perfume de Chanel Nº 5 por todo el pasillo.

-¡Aleluya! Hasta que al fin te limpiaste la goma del zapato, Mello…-me dice Misa, echándose a andar de nuevo hacia la salida.

-No sé de qué se quejan, para empezar fue Elle el que me dijo que andar con una modelo de Victoria´s Secret iba a traer más publicidad a la banda y toda ésa mierda…-abro otra barra de chocolate mientras salimos al frío sereno de fuera.-Joder.-digo, restregando mis manos para mantener el calor.

-Sí, pero eso fue hace ¡Seis meses! Ya puedes dejarla Mello, putas van y vienen.-Misa me abraza, temblequeando de frío.-Lawly, ¿Me das tu chaqueta?

-Folla bien, debo admitir.-me defiendo.

-Sí, y también es odiosa, insoportable, descerebrada y más puta que Linda Lovelace.-me recuerda Elle, pasándole su chaqueta de piel a Misa.

La enorme limusina blanca aparece en una esquina, luego de diez minutos de estar esperando. La sangre me hierve en las venas.

-Hasta que al fin apareces, imbécil…-le digo al maldito chófer que pasa saliva nervioso.

-Discúlpeme Señor Keehl, había algo de tráfico…-se excusa y no hace sino irritarme más.

-¿A las tres de la madrugada? ¿Me crees imbécil o qué?-lo tomo de su chaqueta con olor a licor y me lo acerco al rostro.

-No, señor, yo…

-Estuviste bebiendo como el maldito borracho qué eres…-le digo, soltándolo mientras empieza a sudar y se acomoda su chaqueta.-La próxima vez te pongo de una patada en el culo en la calle, ¿Me entendiste, cabrón?

-Sí, señor. Le juro que no volverá a pasar.-dice, poniendo la limusina en marcha.

-Más te vale por tus pelotas.-pongo los ojos en blanco y subo el vidrio para que no escuche nada.-Si algún día nos matamos, será tu culpa Lawliet… ¿Por qué siempre tienes que contratar chóferes tan imbéciles?

-Porque cuando te pido que me ayudes a escoger uno, me sacas el dedo y sigues comiéndote tu puto chocolate.-responde el pelinegro, sacando una chupete de sus bolsillos.

Gruño y sigo comiendo de mi chocolate, mientras veo que Misa empieza a servirse un vodka. Frunzo el ceño.

-¿Ya empezamos con el alcohol, Misa? Creí que al menos ibas a esperarte a que llegáramos al hotel…-le dirijo una mirada seria mientras ella simplemente se encoje de hombros.

-Mejor temprano que tarde, ¿No hermanito?-me dice, quitándose sus enormes plataformas y arrojándolas a un lado. Soy un suspiro.

-Misa, ya hemos hablado de esto… últimamente estás bebiendo demasiado y sabes bien lo que opino respecto al alcohol.-le dije, soltando un mohín cuando el recuerdo de la puta que se hacía llamar mi madre viene a mi memoria.

-Lo sé… no pasa nada, Mells, sólo es un vodka. Te prometo que en la fiesta no beberé tanto.-me sonríe como una niña y sigue bebiendo.

Sé que me está mintiendo, pero decido dejar de insistir. “No es un problema genético, no lo es” me repito a mí mismo, ignorando lo que el doctor me había dicho tan sólo el fin de semana pasado cuando tuvimos que llevar a Misa a emergencias mientras por la ventana pero cada vez me convenzo de que no es así. Cierro los ojos y dejo que el recuerdo vuelva a revolverse entre mi mente…

-Flashback-

Aprieto el rosario con fuerza entre mis manos, el único buen regalo que la puta alcohólica me había dado cuando cumplí diez años mientras levanto una plegaria porque la desesperación que me consume es demasiada para cargarla yo solo. “Por favor… sé que soy el menos indicado para pedirte algo, pero no lo hago por mí. Salva a Misa, no dejes que nada le pase a ella. Ella no se merece nada de esto” rezo, cerrando los ojos y con un escalofrío bajándome por la columna al pensar en su aspecto: Pálido, demacrado y con un montón de vómito encima.

-Tranquilo Mello, ya vas a ver como se pone bien…-alzo la vista de pronto, encontrándome con Elle que sostiene dos cafés en cada mano.-Ten, esto te ayudará.

-Gracias…-le digo a secas, tomando el vaso de papel y empinándomelo de un solo hasta que el líquido dulce me embarga el paladar. Escupo el café de vuelta.-¡Puaj! ¿Cuánta azúcar le echaste?-le digo, mirándolo fijamente mientras intento que se me pase el asco.

-Lo siento, preparé ambos como me gustan a mí…-me quita el vaso de las manos y se lo empina, acabándolo en segundos.-Refrescante.

-Sí, claro y también te llevará derechito a la tumba de una buena diabetes.-me froto las manos volviendo a mi ruego interno. “Por favor. Por favor. Por favor” repito como un mantra.-Mierda…-digo, cuando estar sentado se me hace insoportable.-¡¿Por qué carajos nadie sale a decirnos nada?!

-Tranquilízate Mello, seguro y le están haciendo análisis para ver que todo está en orden… Mira, ahí viene un doctor.-me dice, señalando encima de mi hombro a un anciano en bata y de rostro cansado.

-¿Familiares de Misa Keehl?-pregunta con voz severa y me estremezco.

-Sí, soy yo… ¿Qué sucede? ¿Misa está bien? ¿Le pasó algo?-empiezo a preguntar, sin poder contener la adrenalina que me sube por las venas.

El doctor alza ambas manos para intentar tranquilizarme.

-Puede estar tranquilo, Joven Keehl, Misa se encuentra fuera de peligro.-el alivio se extiende por todo mi cuerpo y siento como un peso se me va de encima.-Pero… ha sido por muy poco. Unos minutos más y habría sido demasiado tarde.-se me hace un nudo en el estómago.

-¿A qué se refiere? ¿Tan grave era su estado?-pregunta Elle por mí, porque yo siento que de un momento a otro voy a irme de bruces al suelo.

-La señorita Misa traía una nivel demasiado elevado de alcohol en su sangre, tuvimos que darle varias dosis de glucosa para que el nivel de azúcar en su sangre contrarrestara el del alcohol pero su hígado ahora está muy delicado: Otra cantidad de alcohol en ésa medida, y será suficiente para que estalle.-habla el médico sin rodeos y de forma severa.-Joven Keehl, sé que… por su estilo de vida, la señorita Misa está expuesta constantemente al alcohol pero ella debe cuidar más de su salud si no quiere que su cirrosis se agrave todavía más.-me mira directamente con reproche y no puedo hacer sino darme de patadas mentalmente.

“Soy un imbécil, ¿Cómo mierda dejé que anduviera bebiendo sin cuidarla? Mierda…” pienso, apretando las manos en dos puños y sintiendo un nudo en la garganta cuando recuerdo a la puta alcohólica tirada en el suelo y ahogada de borracha mientras Misa y yo vamos sucios a la escuela y nos morimos de hambre.

-¿Puedo verla? ¿Está despierta?-le pregunto, sintiendo una necesidad atroz de comprobar que mi hermana seguía respirando y conmigo.

-No, en éste momento está sedada pero creo que puede pasar a verle unos minutos… pero antes, quisiera saber si hay algún historial de alcoholismo en su familia.-me pregunta y siento como si me hubiese echado un balde de agua fría encima.

Elle me mira apretando los labios y baja la mirada, sabiendo perfectamente lo qué pasaba por mi mente en éste mismo instante. Cierro los ojos y tomo una bocanada de aire, ¿Es qué nunca iba a salir de mi puta vida?

-De hecho… sí. La mujer que nos trajo al mundo a Misa y a mí era una alcohólica.-le digo, sintiendo la amargura en la boca al tener que hablar de ella.

-Entiendo.-toma una carpeta y hace un par de anotaciones mientras aprieta los labios.-En ése caso, supongo que tendrá que tener más cuidado sobre Misa y su ingesta de alcohol.-me dice, mirándome directamente a los ojos.

-¿A qué se refiere?-le pregunto sintiendo el pánico reventarme en las venas, pero sé lo qué está a punto de decir incluso antes de que lo diga.

-Joven Keehl, lo que quiero decir es que el problema de Misa con el alcohol puede ser genético, ya que viene de un lazo directo con su madre y creo que ella tuvo que haber sido expuesta al mismo tipo de ambiente.-dice con cautela, mientras sus palabras se clavan una a una en mi cabeza.

-No, eso no…-empiezo, negando con la cabeza y sintiendo la bilis subirme por la garganta.

-La posibilidad es de un 85% joven Keehl, pero los exámenes lo dirán.-me dice, y su mirada lechosa se relaja un momento.-Lo siento mucho, joven.

Me aferro a Elle que permanece en silencio a mí lado y agradezco que esté conmigo, porque siento como si un torbellino fuese a demolerme en ése instante… Mi hermana… una alcohólica, una copia de la puta alcohólica por pura genética. No puedo hacer más que mirar mi rosario y maldecir al tipo crucificado.

-Fin del Flashback-

-¡Mello! ¡Mueve el culo de una buena vez y baja!-me grita Elle, haciéndome dar un respingo en mi asiento. Me bajo de la limusina que se pierde en la noche.-¿Qué carajo te pasa? Desde hace días estás raro…-me reprocha, mientras entramos al lobby del lujoso hotel cinco estrellas en donde los paparazzis esperan con sus cámaras.

-Nada… ¿Y por qué mierda venimos por la puerta del frente? Sabes cuánto detesto tener que lidiar con éstos cabrones.-le digo, rechinando los dientes y en un segundo ya los tengo encima flasheándome la cara una y otra vez.

-Mello, ¿Es cierto que Halle está embarazada? ¿Van a tener un bebé?

-¡Misa, Misa! ¿Tú y Elle están en una relación?

-¿Es cierto que fuiste internada en el hospital por abuso de alcohol?-dice una voz y me detengo en seco.

-¡¿Qué dijiste, pedazo de imbécil?!-grito, buscando entre el mar de cámaras a quién dijo eso.

-Mello, cálmate y sigamos andando… sólo ignóralos como siempre haces.-me susurra Elle a mí lado, tirándome del brazo para seguir andando.

Me vuelvo a Misa está mirándome fijamente, con una expresión triste y sin más entre al hotel dejando a todos ésos hijos de puta afuera con sus cámaras y sus preguntas imbéciles.

-Vale, el que digan que Misa y yo estamos saliendo es una cosa pero… ¡¿De dónde mierda se han sacado que Halle está embarazada?!-rompe Elle la tensión, echándose a reír con su voz ronca.

-La muy idiota se fue a decirle a US Weekly que se había sentido, y cito, “mareada y muy sensible” durante las últimas semanas. De seguro le abrió las piernas a otro y ahora quiere meterle el bastardito a Mello…-dice Misa, mientras llegamos al penthouse y no puedo contener una risa.

-¿Y qué si de verdad es mío? Creí que querías ser tía…-le digo, revolviéndole el cabello.

-¿Con ésa zorra de cuñada? No me jodas, Mello, además… tú no tendrías hijos ni aunque la existencia de la humanidad dependiese de ello.-me dice sonriendo con melancolía.

-Para eso estás tú, hermanita… tú tendrás a los críos y yo seré el tío guay que les dará regalos en navidad y les enseñará a desobedecerte.-le guiño el ojo y ella me sonríe.

-Quizá…-me dice y la miro, por alguna razón la forma en que dijo eso me erizó los vellos de la nuca.

Las puertas del elevador se abren y la música entra por mis oídos, retumbando en mi cráneo mientras veo los cientos de cuerpos moverse de un lado a otro.

-¡Misa!-grita una pelinegra de piel pálida, acercándose de inmediato a la rubia y dándole un fuerte abrazo.-¡Al fin llegan! ¿Por qué tardaron tanto?

-El idiota de tu novio contrató de nuevo a un chófer igual de idiota que él…-le digo y mira a Elle sonriendo.

-Ja-ja, chistosito Keehl. Como si el que tu noviecita hubiera venido a violarte no nos hubiera quitado tiempo también…-me dice con acidez y se acerca a Naomi a darle… ¿Un beso? Bueno, parece que eso es para Elle el tocarle el culo y casi follársela enfrente de Misa y de mí.

-Mejor vamos a dar la entrevista, éstos dos ya están cogiendo…-le digo a Misa sonriendo, cuando veo como Elle cuela su mano debajo del vestidito de Naomi.

-Vamos…-me dice mi hermana, tomándome de la mano y arrastrándome en medio del montón de gente que ni conocemos.

“Malditos degenerados…” pienso, al sentir pequeños apretones por todo mi cuerpo y el sudor ajeno pegárseme a la ropa. Me pregunto cuántas personas se abrían colado y como caben en un penthouse capaz de albergar nada más a 100 personas… y aquí estaba toda la puta Texas con nosotros. Niego con la cabeza mientras subimos las escaleras, aliviado de alejarme de todo el bullicio de abajo y nos dirigimos a una de las habitaciones.

-Más le vale no hacerme preguntas imbéciles o si no le daré un puñetazo.-le digo a Misa, sabiendo que “entrevista” era igual a decir “idiotez”.

-Ya sabes cómo son, aparte de decirnos que somos una mala influencia nunca preguntan nada nuevo…-me dice, abriendo finalmente la puerta a su dormitorio.

Ahí plantado en medio de la habitación de animal print de Misa, está un sujeto de corta estatura… al menos unos diez centímetros por debajo de mi metro setenta y ocho. Lo único que alcanzo a ver es su melena de color rubio arenoso y alborotada y unos jeans casi tan ajustados como los míos. Eso y que el muy gilipollas está a punto de tocar MI guitarra favorita…

-Se ve pero no se toca…-le digo, reclinándome en el umbral de la puerta y el extraño finalmente se vuelve hacia nosotros. Sus ojos color verde musgo están abiertos de par en par mirándonos a Misa y a mí como todo un idiota a través de sus lentes hipster.-Tampoco puedes babear aquí dentro.-le recuerdo, poniendo los ojos en blanco: Siempre era la misma mierda.

-P-Perdona… pero es qué… ¡No me puedo creer qué finalmente los conozca! ¡Son mi banda favorita!-dice, con sus ojos chispeantes como los de un crío.

-Qué curioso, los otros veinte periodistas también dijeron lo mismo y cuando les pregunté qué canción era su favorita se quedaron en blanco…-le digo, sacando una barra de chocolate de mi bolsillo (otra vez) y dejándome caer con flojera sobre el sofá.-¿Y bien? Creí que venía para una entrevista…

-¡Sí, sí!-dice nervioso, corriendo a mí lado y mirando el sitio a mi lado con ojos anhelantes.-¿Puedo…?-empieza, pero le corto a mitad de frase.

-Ni de coña, puedes sentarte ahí…-señalo un sillón con forma de labios al frente de mí.-¿Misa?-digo, pero veo que ella sigue en el umbral de la puerta con sus ojos azules fijos en el desconocido a mí lado…

“No me jodas…” pienso, frunciéndole el ceño y soltando un suspiro pero ¿Qué otra cosa me esperaba de una chica que se la pasa leyendo idioteces en Tumblr y fue fanática de Crepúsculo? Era mínimo que iba a enamorarse a “primera vista” del maldito hipster que tenía enfrente. Se pasa una mano por su melena rubia dorada igual que la mía y lo sé: Va a por él. Cierro los ojos e intento tranquilizar las ansías de moler a golpes al imbécil reportero qué tengo al frente y que ni siquiera puede pretender una puta grabadora.

-¡Ya quedó!-dice, cuando finalmente logra encender el maldito aparato. Doy una sonora mordida para despabilar a Misa que sigue devorándose al sujeto con la vista.-¿Listos?

-Como desde hace mil horas, pero tú tranquilo, no tengo nada mejor qué hacer que sentarme aquí a responder tus preguntas imbéciles. ¿Con qué vas a empezar? ¿Cómo nos hicimos famosos o cuántas veces me hago la paja al día?-le suelto con veneno y lo veo revolverse incómodo en su asiento mientras anota algo en su libreta… lo sabía.

-Mello, no seas así… mucho gusto en conocerte, me presentaría pero creo que ya debes de saber quién soy.-le dice mi hermana al sujeto en tono meloso, haciéndolo sonrojar.

“Maldición, ¿Por qué siempre tengo que aguantar esto?” vuelvo a arrancar otro trozo de chocolate, resoplando por la nariz y fulminando a Misa con la mirada pero ella se limita a seguir sonriendo, y de eso iba a pasar a rozarle la mano y después de meter su cabeza entre sus piernas.

-Por supuesto, no hay nadie en todo Estados Unidos que no conozca a Mello y Misa Keehl.-sonríe el tipo y yo gruño, tratando de expresar cuán irritado estoy tanto como pueda.-De acuerdo, mi nombre es…

-Nos importa una mierda, ¿Podrías irte directo al grano para largarte de una puta vez? Ya vi como estás viendo a mi hermana, imbécil…-le digo y lo veo palidecer, ¿En serio se creía que le iba a dejar follársela así sin más?

-¡Mello!-chilla Misa, dándome un codazo que esquivo fácilmente. Suspira.-Discúlpalo, es un poquito temperamental…-se excusa Misa con una sonrisa cálida.

Me bufo y ella vuelve a dedicarme una mirada envenenada.

-No, está bien… entiendo que ambos están muy ocupados, mejor me doy prisa.-vuelve a hojear su libreta y se aclara la voz.-De acuerdo, ¿Por qué escogieron el rock? Hay muchas personas qué han incursionado en el género, pero es bastante curioso ver a dos personas tan jóvenes tocando temas tabú como el aborto, la drogadicción o la política en sus canciones…-nos mira a través de sus gafas.

-Bueno, en realidad no es el género sino lo que queremos transmitir con nuestra música. Creo que no tiene nada de malo cantar acerca de algo qué te molesta o te hace sentir incómodo sólo porque la sociedad decide que no tienes qué hacerlo, la música es para expresarse y eso es justamente lo que hacemos con ésta banda.-responde Misa, dejando al hipster boquiabierto y a mí sonriendo.

-Siguiente pregunta…-digo, cuando el tipo empieza a derramar baba de nuevo.

-Mello, las personas te tachan de bravucón e irreverente por no decir que causas polémica a donde quiera qué vas… ¿Te consideras a ti mismo cómo un chico malo?-me pregunta, evitando mirarme directamente.

Sonrío terminándome mi tercera barra de chocolate y arrojo la basura a un lado.

-Ni irreverente, ni polémico ni ninguna de ésas mierdas. Yo simplemente soy quién soy y hago lo qué quiero, cuando quiero. Si alguien tiene problemas con eso, puede joderse porque yo soy así y punto. Y sí, es va dirigido para todas las madres idiotas que no cuidan de sus críos y después andan echándole la culpa a otros de su estupidez.-digo, pasándome las manos detrás de la nuca.

El hombre me mira boquiabierto y luego mira a la grabadora, seguramente pensando en cómo va a censurar todo eso. Y así se me va el resto del día hasta que dan las cinco y media y el sol empieza a asomarse por el horizonte. Los ojos empiezan a pesarme y estoy a punto de quedarme dormido en el sofá.

-Vale… creo que eso es todo, me retiro. Muchas gracias por haber hablado conmigo y tomarse el tiempo para hacerme esta entrevista, en verdad los admiro mucho y creo que…

-Sí, sí… ya casi amanece y tú todavía aquí, ahorrémonos las hipocresías.-le digo, tomándolo del brazo y arrastrándolo hacia la salida.

-¡Mello, espera!-chilla Misa y aprieto el paso porque sé lo que se pretende.-¡Espera!-tira del chico y yo tiro con fuerza, mientras sus mejillas se ponen rojas de vergüenza.

-Misa, suelta al tipo o no respondo…-le digo entre dientes, sintiendo como la sangre me hierve en las venas.

-¡Ya basta, Mihael!-me llama por mi nombre completo y el tipo está temblequeando.-¡Siempre es la misma mierda contigo, ¿Qué acaso no entiende que ya no soy una niña pequeña?! ¡No necesito qué me cuides todo el puto día!

-B-Bueno, c-creo qué yo…

-Dejaría de tratarte como a una cría si dejases de portarte como una… ¡Joder! ¡Tuve qué llevarte al jodido hospital el fin de semana pasado!-le grito, harto de sus berrinches.

Veo como sus ojos empiezan a cristalizarse y sus mejillas a teñirse de rojo, justo como siempre que está a punto de armar una rabieta. Aprieto los puños… ¿Cómo coño venía a pedirme que no la cuidara si estuvo a punto de morirse?

-¡Hey! ¿Qué pasa? ¿Por qué tanto escándalo?-Elle aparece de entre una de las habitaciones, con el pelo revuelto y el torso descubierto y alcanzo a ver a Naomi dentro cubriéndose con las sábanas.

-Nada Elle, Noah y yo ya nos íbamos…-dice Misa, tomando al periodista de la mano y halándolo hacia la salida.

-¡¿Qué mierda?! ¡Misa! ¡Vuelve…!-empiezo, pero Elle me detiene negando la cabeza.-¡¿Pero qué cojones les pasa a todos?! ¡Suéltame, cabrón!-le grito, sacándome su agarre de encima.

-Mello, ¿Es qué acaso nunca puedes controlarte? Seguro y ése hipster de mierda va y hace todo un espectáculo…-Elle se reclina en la pared, frotándose las sienes.

-¿Y eso a mí qué mierda me importa?-le escupo y me clava sus ojos negros, que llamean con ira.

-Claro, a ti no te importa porque no eres tú el que tiene que tapar tus mierdas después… Joder, Mello, ¿Hasta cuándo vas a soltarle la cuerda a Misa? Te recuerdo que tiene casi veinte años, no es una mocosa…

-Estuvo a punto de morirse el sábado pasado por si se te olvidó ¿Y desde cuándo putas eres abogado de Misa?-ya estaba cabreado, si Elle seguía echándome mierdas a la cara iba a golpearle aunque fuéramos a parar directo al hospital.

-Haz lo qué quieras, Mello, al final eso es lo que haces siempre… pero si te tranquiliza, haré que Mogi y Matsuda sigan a Misa de lejos.-dice, entrando de nuevo a la habitación y cerrando de un portazo.

Me quedo parado un segundo, con las sienes palpitándome y la necesidad natural de ir tras mi hermana rondándome por la cabeza… pero tengo que admitir que el drogadicto tiene razón, siendo el más sensato de los tres. Doy un suspiro y me refriego la cara, intentando calmarme: Sólo porque estaba asustado no tenía porque pasarme de hijo de puta con mi hermana además de que ella ya era una mujer. “Y Matsuda y Mogi la cuidarán… Matsuda es un soberano imbécil pero confío en Mogi” doy un suspiro y bajo a la fiesta, lo mejor será relajarme y olvidarme de toda ésta mierda. Bajo las escaleras dejando mi preocupación una a una.

-¡Mello! ¡Levántate ya, cabrón!-la voz de Elle retumba en todos los recovecos de mi cabeza, causándome un dolor atroz y seguido de eso siento algo helado escurriéndome por todo el cuerpo.

-¡Mierda! ¡Puto Elle!-grito, cayéndome de la cama, sofá… no sé ni qué mierda es y con todo el pelo chorreándome de agua.-¡¿Por qué lo hiciste, imbécil?!-le grito desde el suelo y él me mira divertido.-¡Te voy a matar!-hago el intento de ponerme de pie pero voy a parar de sentón al suelo de nuevo.-Joder…

-Sí, primero tendrás que dejar la cruda… Y cúbrete, no soy un puto maricón para andar interesado en verte la salchicha.-me dice, arrojándome un par de ropas a la cara.

Miro a mí alrededor: El lugar está impecable, como si ayer no hubiesen habido 200 personas follando y bebiendo en éste mismo lugar. Veo la cama y hay dos zorras vistiéndose a toda prisa y fulminando a Elle con la mirada, seguro porque les había echado agua helada encima.

-¿Qué hora es?-le digo, frotándome las sienes que están a punto de reventarme.

-Las seis de la tarde, así que mejor mueve el culo y arréglate: Tienes un concierto a las nueve.-me dice, tendiéndome un vaso con dos tylenol.

-¿Para qué la prisa? Siempre empezamos una hora después de lo que ponen en las entradas…-le digo, zampándome el analgésico de un solo e ignorando el sabor amargo.

-Sí, pero conociéndote a ti y a Misa seguro y se tardan más arreglándose. Por cierto, ¿Dónde está? No se ha pasado por aquí en todo el día…-me dice y recobro la lucidez de golpe.

-¿Cómo qué no sabes dónde está Misa? ¿Qué acaso no Mogi la seguía?-le digo, poniéndome de pie e importándome una mierda el que estuviese desnudo.-¡Responde!

-Ya cálmate, Mogi la siguió hasta el centro comercial ésta tarde pero luego… bueno, tu hermana se perdió.-dice, encogiéndose de hombros. La furia que me embarga es instantánea.

-¡¿Para qué mierda tengo a ésos imbéciles guardaespaldas si no hacen su trabajo?! Maldita sea…-me paso las manos por el pelo y veo que las zorras están viéndonos fijamente a Elle y a mí.-¡Lárguense!-les grito y con un estremecimiento, se retiran a toda prisa.-¿Ves por qué soy tan sobreprotector con Misa? ¡La conozco!

-Mira, tranquilo… usaremos su teléfono para rastrearla, además ella sabe qué tiene un concierto, sus fans y la banda le importan más que nada…-me dice y me relajo. Sólo un poco.

-Muy bien y es la última vez que quieres hacer el papel de su abogado, ¿M entendiste? Ésa malcriada me va a oír cuando regrese…-tomo mis pantalones buscando mi móvil.

-Sí, papi, ya puedes darme unos buenos cachetes en el culo a ver si se te pasa…-me dice, poniéndome los ojos en blanco y dirigiéndose a la cocina.-¿Tienes hambre? Ayer pedí pastel de chocolate…

Mi estómago ruge en cuanto menciona la palabra ‹‹chocolate›› y le grito que me dé una rebanada mientras empiezo a textearle a Misa.

Para: Misa! ♥

De: M. Keehl.

Jue. 14 de Noviembre de 2013. 6:11 pm

¡¿Dónde mierda estás?! Más te vale arrastrar tu flacucho culo aquí o iré yo mismo a por ti. Hablo en serio.

Pulso la tecla ‹‹enviar›› y arrojo el móvil a la mesa, mientras la ansiedad empieza a treparme por la garganta y a retorcerme el estómago. Veo el rosario aún colgando de mi cuello y repito “Por favor” una vez más antes de dirigirme a la ducha.

Para: Misa! ♥

De: M. Keehl

Jue. 14 de Noviembre de 2013. 9:02 pm

¡CÓMO TE ENCUENTRE ME VAS A CONOCER MISA! ¡JODER! ¡EL PUTO CONCIERTO ESTÁ A PUNTO DE COMENZAR! ¡¿QUIÉN MIERDA VA A CANTAR?! ¡¿ELLE?! ¡VEN AQUÍ, MALDITA SEA!

En la pantalla aparece el mensaje de ‹‹enviar›› y me guardo el móvil de nuevo en el bolsillo de los pantalones. Está por demás decir que estoy que me estallan las venas de furia.

-¿Y bien? ¿Todavía no te ha respondido?-me pregunta Elle ansioso, mordiéndose el pulgar mientras mira a la multitud enardecida que espera afuera.

-¿Y tú qué crees? Le he dejado mensajes, llamadas perdidas y no coge el jodido teléfono… ¿Qué se supone que hagamos ahora sin cantante principal?-le grito por encima del bullicio de afuera.

Él mira a Gevanni, a Raye y a Takada, los demás integrantes de la banda que también están ansiosos: Nunca en toda su vida Misa ha estado tarde para un concierto. “Mierda, ¿Y si le pasó algo? Quizá debería llamar a la policía o decirle al imbécil de Mogi que siga rastreando su móvil” pienso refregándome las manos sin saber qué más hacer.

-No queda de otra, tendrás que cubrirla tú Mello…-me dice, apoyando una mano en mi hombro. Le miro fijamente.

-Yo no soy cantante, Elle…-le digo, pasando saliva y mirando de vuelta al público que cada vez está más impaciente.

-¡Venga, hombre! Si siempre haces un dueto con Misa, lo haces bien… además, estoy seguro de que ella aparecerá en cualquier…

-¿Cómo están, Dallas? ¡Los veo bastante excitados a todos!-vuelvo mi vista a la velocidad de un rayo al escenario, en donde está Misa de lo más sonriente encarando el público que se vuelve loco.

-…momento.-concluye Elle, soltando un suspiro de alivio.-¡Vale! ¡Es hora, muchachos!

Sacudo la cabeza y me trago la rabia mientras el alivio de ver a mi hermana sana y salva me embarga lentamente. “Desgraciada… pero ya luego me va a oír” pienso, sintiendo como el reflector me ilumina la cara y los gritos cobran más potencia. Misa me clava sus ojos azules y me sonríe con calidez, sin siquiera sospechar la que se le ha liado. Le sonrío de forma burlona y le guiño el ojo… “Ay Misa, ni te creas que te has librado” pienso, tomando mi guitarra Ibanez JEM 555 y esperando las indicaciones de Misa que va vestida de Lolita gótica y el pelo corto y despeinado. Sus labios deletrean “pánico” y empiezo a sonar los acordes que luego son copiados por el resto de la banda.

Tú… me estás dando pánico,

No puedes deshacer quién soy;

Nunca lo seré, odio que respires,

Así que déjame en paz, puede que lo consiga...

“Algo anda mal…” pienso, viendo como Misa no parece estar totalmente entregada a la canción como muchas otras veces pero luego se vuelve a verme y sus ojos brillan de ésa forma especial como siempre que está dándose al público con su música. Le sonrío de vuelta y poco a poco mi coraje va bajando…

Nunca sentirás lo qué yo,

Estoy cambiando la luz del día;

Estás empujando y empujando, yo te estoy tirando abajo

 

Cariño, córtate un poco (pero yo te amo),

No aceptaré tu ayuda (Pero la consideraré);

Estoy demasiado lejos de ti como para qué me alcances,

Así que cariño, córtate un poco.

Frunzo el ceño porque ésta canción era una de la que menos me gustaban, la había compuesto cuando aún estábamos metidos con la puta alcohólica en un cuchitril que hacía de nuestra casa y la única manera de liberarme antes de siquiera considerar escribir mis sentimientos en una canción era cortándome a mí mismo. Todavía tenía las marcas en las muñecas y el abdomen. Sigo tocando pero los recuerdos corren por sí solos mientras veo a Misa cantando y en un momento en que el reflector la ilumina… me quedo parado en seco, dejando de tocar abruptamente porque es la puta alcohólica la que está parada frente a mí con sus aspecto miserable y cadavérico mientras sostiene una botella de whisky vacía en su mano huesuda. Y luego todo se vuelve negro.

-¿Pero qué mierda…?-susurro, escuchando como por una fracción de segundo todo se queda en silencio y luego los gritos vuelven a llenar el auditorio. Me vuelvo a ver a Gevanni y a los demás que también han parado de tocar.-¿Esto es parte del show?-le grito y él se vuelve a verme, negando con la cabeza confundido.

Busco a Elle con la mirada pero él está atrás de las cortinas tan desconcertado como yo. Y tan repentinamente como se fue, la luz vuelve trayendo consigo el temor más grande de mi vida: Misa está doblada sobre el escenario, en medio de arcadas mientras un chorro se sangre le sale de la boca y forma una charca en el escenario. Y ahí está: La puta alcohólica, vomitando sobre el váter mientras le aparto el pelo y le digo qué la quiero mucho mientras ella trata de empujarme a un lado y me grita que no sea un maldito metiche. Sacudo la cabeza, arrojando la guitarra que se hace añicos en el suelo y corro hacia Misa que se precipita al suelo en cámara lenta. Escucho mi propio grito pero no siento que salga de mis labios y en un parpadeo tengo a mi hermana entre mis brazos mientras jadea por aire y le sale sangre de todas partes: La nariz, la boca… y sé de inmediato que todo está mal, todo estaba increíblemente mal desde que la dejé salir sola.

Cierro los ojos sintiendo como las lágrimas se agolpan tras mis párpados y la escena se revive de nuevo: La puta alcohólica tirada en el suelo, con el hígado reventado y chorreando sangre mientras yo le grito qué la quiero y que no me deje. Misa también estaba ahí, abrazando a su osito de felpa en una esquina mientras silenciosas lágrimas bajaban por sus sucias y marchitas mejillas e hipaba en silencio porque creía que si no iba a despertar a la puta alcohólica. ‹‹¿Mami? ¡Mami, despierta! ¡Mello y Misa tienen hambre, mami! ¡Mami! ¡No es hora de dormir mami!›› miro a Misa y siento que me acaricia suavemente la mejilla… No, Misa, todavía no… no me digas adiós…

-¡Llamen a una puta ambulancia!-grito, con las lágrimas resbalándoseme por la cara mientras Misa sigue jadeando por aire y mirándome con sus ojos azules como los míos… cuyo brillo se extingue. No, por favor…-Aguanta nena, te vas a poner bien… te lo prometo, te vas a poner bien, cariño…-le aparto los mechones rubios de la frente.

Ella me mira fijamente y sonríe levemente, mientras niega con la cabeza. No… ¡No!

-No digas qué no… por favor, no digas qué no.-le suplico y lentamente, sus ojos van cerrándose.-No, no… no cierres los ojos, por favor, ¡No cierres los putos ojos! Quédate conmigo, ¡Misa! ¡Tú te quedas conmigo!-empiezo a zarandearla un poco, a lo mejor y simplemente se ha quedado inconsciente.-¡Misa!-le grito de nuevo, pero no hay respuesta.-¡No, por favor!-suplico, cerrando los ojos con fuerza.

-Señor, tiene qué moverse a un lado…-dice una voz femenina y muy firme a mí lado. Alzo la vista y es una paramédica, mirándome severamente a los ojos. Alza la vista y vi la horda de gente histérica a nuestro alrededor.-¡Evacúen a la gente, por favor!-ordena y Elle, espabilándose, toma un walkie-talkie y empieza a dar instrucciones a los de seguridad. Los paramédicos rodean a Misa y ponen una camilla a su lado.-Muy bien muchachos, a la de tres… uno, dos, ¡Tres!-levantan el cuerpo lánguido y pequeño de mi hermana y lo ponen sobre la camilla.-¡Ahora, dense prisa!-vuelve a ordenar y me toma un segundo procesar que están llevándose a mi hermana.

-¡Misa!-grito y empiezo a andar, pero la mujer se interpone en mi camino. La derrito con mi mirada.-¡Soy su familiar, muévase!-trato de hacerla a un lado pero vuelve a impedírmelo.

-Lo siento joven Keehl, pero tendrá que trasladarse por otro medio. Llevaremos a la señorita Keehl al Hospital Children’s ¿De acuerdo? Sólo puedo decirle qué su estado es crítico…-se da media vuelta y se va.

Veo su espalda alejarse y hacerse más pequeña, perdiéndose entre las cortinas y finalmente desapareciendo en el pasillo. Miro hacia a un lado, en medio de la poza de sangre el juguete de felpa que Misa siempre daba al final de cada concierto ahora cubierto de su propia sangre… lo tomo y lo miro: Es un pequeño oso polar de ojos grises, muy triste y sus ojos parecen atravesarme con su dolor. Ya no queda nadie dentro del auditorio, sólo escucho los pasos de Elle acercándose hacia mí con cautela…

-¿Mello…?-me llama, pero yo sigo viendo el pequeño muñeco entre mis manos.

El reflector se apaga y así también lo hace una parte de mí corazón porque lo sé: Misa está muerta. Igual que la puta alcohólica. La única familia que me quedaba… muerta.

-Felpa…-digo en voz baja y salgo del escenario.

Notas finales:

¡OKEY! .-. Bueno no sé, siento qué me quedó aburrido el primer cap DDD: Pero vale, muchísimas gracias por haber leído a los qué se atrevieron y espero recibir algún review aunque sé qué quizá no pero ¡vale! Os quiero un montón, sigan igual de sensuales y violables y nos vemos en otro cap de mis locuras!:D

(P.D: Las canciones qué usé son "Panic" y "Blonde Rebellion" de mi banda favorita The Pretty Reckless:3)


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