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Una tarrina de helado. por NatLB

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Notas del fanfic:

Disclaimer: El universo de Harry Potter pertenece obviamente a J.K. Rowling y a los otros que adquirieron sus derechos.
No escribo con fines de lucro ni nada de eso, solo para calmar mi imaginación (?) y mente nada inocente (?).

Vuelvo a la vida(?)

Notas del capitulo:

Aquí… volviendo a la vida ante un inminente trato(?) el cual no tiene que ver con ningún título para un fic…
Y no más tratos o desafíos por dos años xD (hablo en referencia a tema de un fic)

¿Algo más? Creo que no… SIN BETEO. Así que pido disculpa ante los problemas que se puedan presentar. Tratare de vetearlo y luego actualizarlo…

Una tarrina de helado.

 

James se estaba paseando por la cocina frente a Lily quien le observaba sentada y masajeándose las sienes. Es que Potter le estaba ocasionando un dolor de cabeza tan grande como en la época de colegio, cuando no se llevaban para nada bien.  James se mordía el labio y se golpeaba el mentón con sus dedos de manera nerviosa.

–Te lo digo, algo raro le pasa a Sirius –decía el próximo a auror.

–Aun no entiendo de que hablas, cariño. ¿Por qué no te sientes y me explicas, esta vez, bien lo que ocurrió? –pidió la pelirroja y es que no aguantaba otra vuelta mas de su reciente esposo. Se casaron hace dos meses.

James gruño, como lo haría Sirius, y se dejo caer en la silla al lado de Lily.

–¿Qué es lo que no entiendes? –preguntó un poco molesto en que su mujer no le entendiera, si estaba más claro que el agua.

–Partiendo llegaste aquí quejándote de Sirius y hablando cosas incoherentes. Creo que nadie entendería, cariño.

–Bien… –suspiró para pasarse la mano por el cabello y observar a Lily.

Pero antes de añadir más, sintieron como alguien tocaba insistentemente el timbre de su casa. Pasados unos segundos escucharon una voz y supieron que se trataba de Remus.

–¿Habrá pasado algo? –preguntó preocupada Lily y es que su amigo no se aparecía tan de repente a menos que fuera por algo muy importante o que estuviera mal. No sabía cuál era peor de ambas.

James se encogió de hombros dando a entender que no sabía. Se levanto y se dirigió a la puerta. Lily vio entrar a Remus a la cocina, se le notaba preocupado.

–Lo siento en verdad, no quería molestar –empezó a hablar atropelladamente–. Pero me di cuenta que no tenía y en verdad. Se los pagare, en cuanto pueda. Lamento interrumpirlos, ya me voy –diciendo esto último se marcho.

Lily y James vieron a Remus dirigirse al refrigerador para sacar una tarrina de helado y marcharse. Las últimas veces que ocurrió algo así significaba que algo paso.

–Te lo dije –dijo James–. Remus se entero de lo que le ocurre a Sirius. Debemos ir ahora mismo.

–¡James! –gritó Lily deteniéndolo y jalándolo de la camisa para que volviera a sentarse–. No me apareceré allá sin saber que ocurre –le dirigió una mirada que no admitía replicas.

James observo a su esposa y suspiro. Empezó a relatarle la extraña forma de actuar de su hermano últimamente, como se desaparecía y el que estaba pendiente de algunas cosas que antes en verdad le importaban bien poco. Además que en la mañana le vio actuar extraño, por lo que no dudo en seguirlo.

Sirius había entrado a una tienda que servía como lugar para conversar con un café o té, le vio en la barra esperando a alguien por la forma en que observaba la puerta. En un descuido James entro y se sentó en la esquina del local para que su amigo no le viera. En un principio pensó que Sirius podía estar en problemas, le debía dinero a alguien o planeaba una estupidez, pero con el pasar de los minutos se dio cuenta que muchas personas allí eran parejas o servía como encuentro para quienes planearon una cita.

¡Su amigo estaba enamorado y no le había mencionado nada!

Después de quejarse bastante tiempo y llorar en los brazos de Lily, de manera muy dramática, quejándose del poco interés que presentaba Sirius con su amistad pese a todos estos años. Le menciono que pasadas las dos horas no había llegado nadie, absolutamente nadie.

–Entonces Sirius estaría sufriendo un mal de amor –dijo Lily cuando, al fin, término de escuchar el relato de James.

–¡Esta despechado! –exclamo James como si el indignado y molesta fuera él.

–No veo el problema, cariño –dijo Lily y añadió la ver la cara de molestia de James–. Digo, todos pasamos por esto alguna vez en la vida y creo que es bueno para Sirius, esto servirá para que empiece a madurar y así deje de estar revolcándose con cuanta mujer se le pasa por delante.

–Lily… –empezó a decir James en un susurro–. Sirius… no solo se acuesta con mujeres…

–¡¿QUE?! –ahora fue el momento de gritar para Lily–. ¡Se acuesta con ellos! –más que pregunta fue una afirmación–. Tenias que haberme dicho antes –le reprocho–. Deje a mi adorado Remus –James alzo una ceja, claramente molesto ante la forma que tenía Lily de expresarse de Remus–. Viviendo bajo el mismo techo que Sirius, por dios James. Toma las llaves del auto, iremos ahora.

–Lily, viven a seis calles –dijo James pero ante la mirada de su esposa, inmediatamente empezó a buscar las famosas llaves.

RxS

En la casa que compartían Remus y Sirius, o más bien el piso del edificio. Remus se encontraba frente a la televisión con la tarrina de helado, el cual era de vainilla.

–Maldición… maldición… maldición… –mascullaba Remus mientras cada vez mas enojado enterraba la cuchara en el helado para extraer un poco.

Molesto se levanto. Dejo el helado y la cucharilla a un lado para dirigirse a la cocina y buscar sirope de chocolate. Si iba a comer tanto helado al menos que valiera la pena. Observo también una lata de crema. Lo dudo un momento pero termino por llevarla de igual forma.

Ya de vuelta en el living se acomodo y le hecho ambas cosas al helado. Ahora si valía la pena sufrir un desamor.

RxS

Sirius estaba caminando de regreso a su casa, no tenia ánimos de llegar, pero prefería escuchar como su amigo le consolaba a tener que seguir caminando como un idiota por las calles.

Cuando paso fuera de un cibercafé, no lo dudo y pago para ocupar uno de los computadores. Si las cosas estaban lo suficientemente mal, sin olvidar lo enojado o más bien furioso que se encontraba, entonces bien que podría reclamarle a aquella persona.

Entro a la página de citas por internet, a ese nivel de bajo había caído, e ingreso con su usuario y contraseña. Una vez actualizada la pagina reviso entre la columna de la izquierda los mensajes que compartía con algunas personas. No tardo nada en encontrar a LJML1060 que era con quien más conversaba y con quien supuestamente esta mañana se iba a reunir, finalmente.
Empezó a escribir un enorme párrafo en donde se quejaba, le reprochaba e insultaba de diversas maneras. No supo cómo pero había llegado al límite de 8000 caracteres. Observo la hora en la esquina inferior derecha y se dio cuenta que había pasado 10 minutos.

Observo el párrafo y le pareció apropiado, apretó la tecla enviar cuando se presenta un corte general de luz en el local.

–Lo siento –dijo quien atendía la caja–. En cinco minutos estará listo.

La persona que estaba sirviendo los cafés aviso que él iba y salió por la puerta de atrás. Pasados cinco minutos la luz volvió y la gente siguió haciendo lo suyo, exceptuando quienes estaban allí solo para tomarse un café.

Iba a revisar si su mensaje se envió, pero le resto importancia. Luego de escribir el mensaje se sentía mucho mejor. Camino hasta la caja y pago por el tiempo usado, aprovecho y comprar un trozo de pie de limón.

Con el trozo en la mano emprendió camino a su piso compartido. Esperaba que Remus estuviera para así al fin decir porque últimamente estaba actuando de manera tan extraña. Pensaba que al fin había encontrado a su media naranja, pero al parecer no fue así o la vida le estaba jugando una mala pasada.

RxS

Remus sintió la puerta y como arrojaban las llaves sobre la mesita que es encontraba en el pasillo. Sirius había llegado a la casa y el estaba allí, sentado con menos de la mitad del tarro de helado y sumamente enojado.

–¿Qué te ocurrió? –preguntó Sirius en cuanto vio a su amigo.

–Nada –respondió de manera cortante.

–No me vengas con eso. El que ha tenido un día de perros he sido yo. Ahora dime que te paso.

–Fui un imbécil, nada más.

–¿Alguien te hizo algo? –preguntó ya imaginándose la manera en que le haría pagar a ese infeliz haberle hecho algo a su Remus Lupin.

–Sabes que me puedo defender, no porque me vea así de débil quiere decir que lo sea –Remus se molesto, estaba cansado de que lo vieran como un débil cuando él no era así. Tenía bastante fuerza gracias a su padre, pero por la genética de su madre era más bien bastante delgado. Pese a que por años hizo ejercicios sus músculos no se marcaban contrario a sus dos amigos, solo gano estatura.

–Se que no eres débil, pero no apoyas la violencia.

–Cierto, olvidaba con quien conversaba. El gran Sirius Black, quien a la primera quiere quemar o disparar –dijo mordaz.

–¿Hasta cuando me recordaras eso?

–Hasta que entiendas que fue estúpido.

–Ya dije que lo sentía, solo que estaba en la ciudad y era una buena forma de conocer gente.

–No es una buena manera meterse a una pandilla y andar destruyendo locales para cobrar el dinero. Es estúpido y podrías haber terminado en muchos problemas –aun recordaba como vio la cara de Sirius en el periódico aquella mañana hace casi 5 años. No alcanzo a avisar a James o Lily, ya que inmediatamente partió a sacar a Sirius de ese lugar.

Casi pierde la vida… tres veces, pero finalmente Sirius había decidido largarse de allí. Aun no entiende los motivos de aquellos, pero daba igual, ya estaban bien.

Sirius se sentó al lado de Remus. Claramente recordaba aquellos tiempos, en donde su apellido no era importante y donde conoció o se dio cuenta que en verdad era bisexual. Muchos encuentros le hicieron abrir los ojos y hubiera seguido allí, hasta que el líder o “hermano mayor” como todos le decían presento interés en Remus y no solo en lo relacionado a los negocios. No podría perdonarse que Remus pasara por lo que él.

–¿Y me vas a decir que te ocurrió? –preguntó Remus para acabar con ese incomodo silencio.

–Mal de amores –respondió robándole la cuchara con helado.

–¿Tu en un mal de amores? –preguntó genuinamente sorprendido–. ¿El gran Sirius Black? –ahora lo estaba molestando.

–No jodas.

–No… si claramente no lo hago –escupió de manera molesta.

–¿Remus?

–No eres el único con una vida sexual mala. Caí tan, pero tan bajo que hace tres años ingrese a una página de citas. He salido con varias personas pero no pasan más allá de un encuentro de una noche. No los veo como alguien con quien compartir mi vida…

–Y claramente debe ganarse mi permiso –le interrumpió Sirius.

–No estamos en aquella época, Black –aclaro Remus.

–¿Cómo que no? No dejare que un maldito imbécil salga contigo.

–Entonces deberías decirle al maldito imbécil de EGSBAP69, que me dejo plantado –dijo cruzándose de brazos y apoyándose en el sofá.

Sirius dejo caer la cuchara.

–¿Quién?

Remus rodo lo ojos molesto, no quería hablar más del tema pero conocía a su amigo.

–EGSBAP69… –observo a una pálido Sirius–. ¿Le conoces?

Sirius se paso la mano por el rostro y respirado profundamente unas cuatro veces.

–¿Tu eres LJML1060? –Remus asintió confundido–. Maldición… maldición… ¡MALDICIÓN!

–¿Sirius? –preguntó Remus, pero luego cayó en cuenta. ¿Cómo Sirius conocería su nombre y que justo hoy ambos estuvieran quejándose del tema, además de salir en la mañana? ¡¡Sirius era EGSBAP69!!

–Dios… que vergüenza –dijo Remus mientras el sonrojo se hacía presente por su rostro.

–¿Te das cuenta de esto?

–Claramente… –dijo Remus. Ahora las cosas se pondría incomodas, intentarían superarlo, pero esto sería mucho mayor y con el pasar de los meses uno de los dos dejaría la casa. Se mudaría y cuando se encontraran en el nacimiento de Harry se enterarían que el otro llevaba casado varios años y tenía una familia.

–Me parecía extraño que el resultado de compatibilidad diera 100 % –escucho decir a Sirius–. O sea, pensé que no era posible ya que de por si se ven muy pocos casos con un total de “son almas gemelas”, y creí que solo era una treta de la pagina para que siguiera pagando mi subscripción, pero… Diablos… Moony eres tú. Eres mi alma gemela.

–No lo creo…

Sirius le miro seriamente.

–¿No? Se te olvidan todas esas conversaciones que hemos tenido.

Remus se sonrojo más.

–Lo recuerdo… y recuerdo la manera en que decías que no querías que se jodieran a tu amigo y le rompieran el culo –dijo lo último ya enojado.

Sirius recordó esa conversación. Era lo que el acababa de pensar de Remus y su época muy rebelde, pero aquella vez quería presentar una imagen más rebelde y menos sentimental, por eso lo dijo así…

–Es mentira –levanto las manos para protegerse.

–¿Mentira? Entonces quería que me rompieran el culo –tenía que callarse la puta boca.

–No… quiero decir… claramente no quería que alguien estuviera contigo. Además que querrían romperte el culo y ambos sabemos que tu estas arriba… no abajo…

–Sirius –escuchó la voz de Remus.

–Bueno, dependiendo de la posición. Arriba si estamos en cuatro y abajo si yo estoy arriba… –intentaba disculparse y arreglar la situación.

–¡Sirius! –le interrumpió, nuevamente, Remus–. ¿Te das cuenta lo que acabas de decir?

–¿Quiénes golpearme e irte de la casa? –preguntó preocupado.

–Uno, no te golpearía; dos, no me iría de la casa; tres, acabas de decir que tu y yo podemos tener algo, ni si quiera lo pensaste lo asumiste.

–¿Entonces no podemos tener algo? –preguntó.

Remus le miro confundido. Ambos no estaban en el mismo canal de conversación.

–¿Por qué piensas eso?

–Bueno… decía… que… ya tú sabes… 100 %

–No puedes asumir aquello o que esto funcionara por un número.

–Remus nos conocemos… hasta yo se que tenemos algo.

–¿Disculpa?

–No creas que no me he dado cuenta que todas sus parejas tienen alguna similitud conmigo y lo mismo pasa en mi caso, siempre busco a castañas o castaños.

Remus le miro un momento. ¿En verdad podría tener algo con Sirius? Ambos reconocían que la amistad que tenían no era solo eso y que en algunos momentos celaban al otro cuando veían que la relación parecía ser demasiado seria. Era verdad que buscaba a parejas con algo de Sirius, pero… ¿salir con él? Podrían intentarlo y todo podría terminar mal… aunque… tal vez no… tal vez… si podría ser… podría… y aquella vez… bueno casi paso hace… ¿Cuánto?... siete años… no… estaba en el colegio y ese día bebieron de mas… no espera… era por ese… de otro curso… si…

Remus no podía seguir pensado con Sirius besándole y empezando a desabrocharle la camisa. Y es que Sirius sabía y conocía a Remus, por lo que se estaría rompiendo la cabeza pensando en los pros y contras, por lo que una manera de que olvidara aquello era con buen sexo y así dejarle en claro que bien podrían intentarlo.

RxS

James y Lily venían con un discurso para apoyar a Sirius y saber que ocurría con Remus. Hasta tenían pensado en plantearle una pseudo-relación entre ambos, para así ver si eran compatibles, superar las cosas, apoyarse o lo que sea… porque sabían que solo el otro ayudaría a su amigo.

Pero en ningún momento pensaron que todos sus planes se irían por el caño, al ver que ambos se habían adelantado y estaban desnudos en el sofá del living.

Lily no lo dudo y saco su celular para fotografiar el momento. No siempre había una manera de callar la boca de Black y esta foto serviría como chantaje.

Sirius se veía adorable recostado en el pecho de Remus y este por primera vez se veía tan relajado. Sin contar con que tenia afirmada la chaqueta de Sirius y la suya sobre el cuerpo de ambos, pero más al de Black.

Le encantaría enviar la foto a una amiga que conoció por internet y es que… no todos sabían que Lily participaba en un rol por facebook respecto de los personajes de una película que adoraba.

James por si parte solo observo, negó y luego asintió. Sabía que ese par terminaría junto, tarde o temprano, quisieran o no. Esos dos solo podían ayudarse, reñirse, pelearse, golpearse, morderse, protegerse entre ambos. Aunque terminaran con otra persona, siempre estaría la sombra del otro presente y la relación con ese extraño se terminaría y aquellos dos volverían a estar juntos. Quizás sus vidas hubieron acabados siendo solo amigos, pero la tensión sexual… se la encargaba a quienes compartieran con ellos esos años.

 

FIN...

Notas finales:

Gracias a quienes se dan el tiempo de leer y que quieran comentar, se agradece ;)


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