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I need U por venus

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Notas del fanfic:

Espero que les guste, es mi primer fic de BTS, y de momento el YoonMin es la pareja que más me ha gustado. Disfruten :3

                Las cosas se estaban tornando demasiado difíciles, por lo que Yoongi decidió que apartarse del menor era la mejor y única solución en esos momentos. Evidentemente él no quería separarse de Jimin, ya que era la única persona con la que se sentía a gusto, con la que podía ser él mismo, y, sobre todo, la única persona con la que demostrar todo su amor, cariño y ternura. Sin embargo, a pesar de ello, no tenía otro remedio. Estaba claro que alejarse de su amigo y compañero era la mejor opción, por él.

                El día que les esperaba iba a ser muy duro. Tenían que ir a ensayar el baile de la canción ‘’Dope’’ para grabar el MV en esa misma tarde, aparte de someterse a los estilistas para un cambio de imagen. En el coche todos yacían en silencio, incluso Hoseok, que era el más hiperactivo, por así decirlo. El cansancio en cada uno de sus compañeros se notaba a kilómetros de distancia, incluso el propio ambiente se apagaba con sus rostros agotados, sus notorias ojeras y sus movimientos perezosos.

-Yoongi-ah -habló una vocecita detrás de él- ¿Vamos a comer juntos después del ensayo?

-Lo siento, no puedo -respondió seco y frío, intentando no mirar al menor que se encontraba en el asiento detrás suyo- Hay unos pasos que no me salen muy bien y me gustaría aprovechar la hora del almuerzo para perfeccionarlos.

-Bueno, pues podría ayudarte si quieres -dijo, y Yoongi se imaginó su perfecta y adorable sonrisa a la que nunca podía resistirse y a la que en ese instante no se atrevía a mirar para no derretirse a los pies del menor.

-Prefiero estar solo, pero gracias por ofrecerte -carraspeó, mirando fijamente por la ventanilla, intentando controlarse para no echarse en los brazos de Jimin y asentir a todo lo que le dijera.

-Oh, vale hyung -respondió una última vez con un tono de decepción.

                Yoongi odiaba ver a Jimin desanimado y desilusionado, y mucho más odiaba si era por su causa. Como era el caso. Apretó los ojos con fuerza y deseó desesperado que Jimin se diera por vencido y lo dejara en paz, para que alejarse de él no se le hiciera mucho más complicado de lo que ya era. Sólo habían pasado tres días que ignoraba a Jimin y ya echaba de menos sus cálidos abrazos, sus tiernos besos, sus cariñosas caricias, sus deslumbrantes miradas llenas de amor. No eran nada, pero algo eran, y ese algo que no significaba nada suponía un problema para el perfil público que poseían.

                Una vez llegaron a la empresa de Big Hit Entertainment, los siete chicos que conformaban el grupo de los Bangtan Boys bajaron del coche en el que viajaban y entraron en el edificio, completamente agotados y sin ánimos. Sus cuerpos estaban desconectados, pues sus respectivas mentes lo único que querían y pedían eran unas ocho increíbles horas de sueño seguidas, al menos. Ni siquiera el mismo Jungkook, el que más se entusiasmaba a la hora de practicar una y otra vez los numerosos bailes en los que siempre destacaba, tenía fuerzas para ensayar una vez más.

-A ver, chicos -Namjoon, como líder que era, comenzó a dedicar unas pequeñas palabras para levantar el ánimo de los chicos, pues ese era su cometido- Todos estamos muy cansados. Y sí, llevamos casi un mes sin parar y necesitamos y nos merecemos un buen descanso. Pero este es nuestro último esfuerzo, tenemos que emplear toda nuestra energía y toda nuestra actitud para que arrasemos con Dope. Porque somos los Bangtan Boys y nada puede con nosotros. ¡Vamos chicos!

                Algunas carcajadas algo más animadas se escucharon entre los siete chicos. Pero la de Yoongi, evidentemente, no estaba entre ellas. Su rostro decaído y su mirada apagada no se debía al cansancio de un mes completo de conciertos, ensayos y grabaciones, se debía al inmenso dolor que le suponía no poder estar con Jimin como había estado desde que se conocieron.

                Mientras bailaban la nueva canción, desde una esquina de la habitación dirigió su mirada hacia el pelinegro, que se encontraba en primera fila, pues era uno de los bailarines principales junto con Jungkook y Hoseok. Adoraba la manera en la que Jimin bailaba, moviendo su cuerpo con pasión y entusiasmo, empleando toda su habilidad y demostrando todo su amor por el baile. Era un chico bastante apasionado, y eso era algo que a Yoongi lo volvía loco, porque también había descubierto lo apasionado que era en otras cosas.

                Inesperadamente, fue pasado el primer año con los Bangtan Boys cuando su amistad con Jimin sobrepasó los límites. Podría considerarse a Jimin como una persona muy cariñosa, que siempre estaba encima de Jungkook para recordarle que era el menor y que por ello debía molestarlo y darle mimos, o que siempre abrazaba a todos los miembros del grupo y se pegaba a ellos como una sanguijuela. Con Yoongi era exactamente igual.

                Sin embargo, una noche que estaban de gira en Japón y les tocó a ambos en la misma habitación, Jimin se pasó a su cama ‘’porque no quería dormir solo por si le atacaban los monstruos’’. Yoongi sabía que era una estúpida excusa falaz, pero no iba a negarse a las peticiones del menor, por lo que sin problema le dejó dormir en su cama. Transcurridos los primeros minutos, Jimin se recostó sobre el pecho del mayor, y este, instintivamente, pasó sus brazos por la delgada cintura del pelinegro. Yoongi se sintió un poco incómodo al principio, pero pasó a descubrir que le encantaba la calidez que le proporcionaba el cuerpo del menor en esa posición, por lo que lo dejó pasar. Pero de repente, cuando ya casi se estaba quedando dormido, notó como Jimin pasaba la punta de la nariz y sus carnosos labios por la blanca piel de su cuello, haciéndole suaves cosquillas que provocaban que se estremeciera y que el vello de su cuerpo se erizara.

                Nunca había experimentado esa sensación, ya que Yoongi no era de esas personas cariñosas que solían estar en constante contacto físico con otras personas. Pero de nuevo su instinto actuó, sin permiso de su conciencia, y sus brazos estrecharon aún más el cuerpo de Jimin, situándolo sobre el suyo. Las rozaduras y caricias de los labios de Jimin sobre su cuello se convirtieron en besos, primero suaves y tiernos, y luego juguetones y vehementes. Yoongi, confuso, apartó a Jimin lo suficiente como para mirarlo a los ojos perplejo, pidiendo una explicación. La única respuesta fue los labios de Jimin sobre los suyos, moviéndose lentamente, con pasión y amor, con ternura y afecto. El ardor y el frenesí que estaba sintiendo en su interior, consiguieron que sus labios actuasen correspondiendo el beso con desesperación, dándose cuenta en ese mismo instante de que los labios de Jimin eran algo que había deseado desde hacía tiempo atrás.

                Esa fue la primera de las demasiadas veces que su amistad dejó de ser amistad, para convertirse en algo más, que no era nada, pero que algo era, y que, con el paso del tiempo, el tipo de relación, si es que se podía llamar así, ese algo que no significaba nada, se convirtió en un problema. Y para remediar ese problema, Yoongi se estaba distanciado de su querido y pequeño bailarín.

-¡Hey, Suga, despierta tío!

                Yoongi sacudió la cabeza, con el ceño fruncido, confuso y desorientado, y dirigió la mirada hacia Hoseok, que se encontraba frente a él, gritándole y sacudiéndole los hombros. Miró a su alrededor, todos los miembros de su grupo lo estaban mirando, algunos riéndose y haciendo comentarios graciosos.

-Baja de las nubes y vuelve con nosotros, por favor, te necesitamos. ¡No nos dejes Suga, te lo suplico, por favor! -Hoseok dramatizó, arrugando la cara como si estuviera a punto de llorar y fingiendo sollozar, mientras de fondo las risas de los otros se agudizaban.

-Lo siento -murmuró Yoongi con una mueca en sus labios intentando sonreír, cosa que no pudo hacer.

-¿Estás bien? -preguntó el líder palmeándole el hombro, una vez pudo controlar su risa.

-Sí, claro -Yoongi carraspeó, dirigiendo, inconscientemente, la mirada hacia Jimin, quien se encontraba al otro lado de la habitación.

-Pues vamos a volver a ensayar el baile y luego a comer chicos -dijo el Namjoon de fondo.

                Tras unos segundos, el cuerpo de Jimin se giró, y sus ojos se encontraron con los de Yoongi, quien no podía apartar la mirada de ese muchacho que tan loco lo volvía. Los ojos de Jimin transmitían indiferencia, mientras que Yoongi, por su parte, solo podía expresar nostalgia y añoranza. Tenía la sensación de que a partir de ese momento Jimin iba a ser otro con él, ya no sería esa persona cariñosa y juguetona con la que pasar todas las horas de un día, ahora sería una persona a la que admirar y querer desde lejos. Pero mejor si era así, porque así su extraña relación se rompería y no habrían problemas.

                Cuando el ensayo finalizó, cada uno se fue por su lado hasta la hora acordada para ir al lugar dónde el MV se grabaría. Yoongi se quedó en la sala de ensayos. No tenía ganas de comer, ni de estar con nadie. Prácticamente, no tenía ganas ni de vivir. Resultaba exagerado cómo se sentía en esos momentos, pero era lo que pasaba cuando no podía estar con la persona de la que estaba enamorada. Porque a pesar de que nunca ni Jimin ni él hablaron de sentimientos ni de relaciones, Yoongi sabía que estaba loca y perdidamente enamorado de él, sabía que lo amaba y que era él, su persona.

                Jimin era su amigo y compañero públicamente, en la calle, en los programas, en la empresa, delante de los compañeros. Pero de repente, cuando estaban en casa o en el hotel en caso de que estuvieran de gira, se transformaba completamente. En la privacidad Jimin era un hambriento y devorador de cariño, amor y lujuria. Y Yoongi adoraba a esa doble personalidad de Jimin. En poco tiempo, se había convertido en una persona muy especial e importante en su vida, y, sobre todo, necesaria, hasta el punto de agobiarse si en algún momento no lo tenía cerca.

                Un día, el manager del grupo lo cogió de imprevisto y le soltó que debía dejar de comportarse tan cariñosamente con Jimin para no crear más problemas. Entonces Yoongi se dio cuenta de que en los conciertos y en los programas a los que BTS asistía, siempre estaba con Jimin, siempre se lanzaban miradas cómplices y sonrisas juguetonas, siempre se abrazaban y se pegaban demasiado, incluso había ocasiones en las que hacían manitas. Eso suponía un problema para la imagen de los Bangtan Boys, y la advertencia del manager significaba que muchos ya se habían dado cuenta de lo que había entre ellos dos. Sabía que si no hacía nada al respecto y seguía con el juego, se plantearían rumores comprometedores que podrían arruinar la carrera artística de Jimin inclusive.

                Si rompía ese vínculo con Jimin, todo volvería a ser como antes y no tendría que estar preocupándose por las apariencias. Sin embargo, lo que a Yoongi le quitaba el sueño era que Jimin no sabía la situación, y menos sabía que estaba enamorado de él y que lo único que deseaba era estar con él.

-No puedes hacer como si no pasara nada.

                Yoongi, que estaba sentado en el suelo, miró a través del espejo como Jimin se sentaba a su derecha, dejando un par de metros de distancia. Los ojos del menor se clavaron en el reflejo de los de Yoongi, mirándolo con fulgor y pesadumbre a la vez.

-No sé… -Jimin tomó un respiro, intentando contener las múltiples sensaciones que se agrupaban en su corazón- No sé si he hecho o dicho algo malo que te ha ofendido o te ha sentado mal. Es que, no sé, estábamos genial y de repente actúas como si no hubiera pasado nada entre nosotros -dirigió la mirada al techo con los ojos aguados, evitando que las lágrimas que amenazaban con salir que escaparan sin permiso- T-Te echo de menos Suga, te echo mucho de menos y no puedo soportarlo -añadió en un hilo de voz acompañado de un sollozo.

                El mayor arrastró su cuerpo hasta quedar al lado de Jimin, para luego hundir el rostro en la intersección entre su hombro y su cuello y pasar la punta de la nariz por su tostada piel, aspirando su aroma. Sin apartarse, depositó su mano sobre su muslo, deslizándola con caricias delicadas de arriba a abajo. Jimin apoyó su cabeza sobre la de Yoongi, y su mano sobre la suya.

                Yoongi intentaba buscar en su mente las palabras apropiadas para hablar, pero con Jimin a su lado, su cerebro así como todo su ser dejaba de funcionar. Simplemente subió la mano hacia su mejilla, incorporó la cabeza y lo besó. Un beso corto y suave, pero con muchas emociones y sentimientos. Se separó lentamente y miró al menor a los ojos. Algunas lágrimas traicioneras ya se habían escapado, y ahora rodaban por sus redondas mejillas. Jimin estaba triste y Yoongi era el culpable.

-Te amo Jimin, te amo con toda mi alma y no puedo sacarte de mi cabeza ni de mi cuerpo. Te amo, joder te amo -en un arrebato acunó el rostro del pelinegro entre sus manos y lo volvió a besar, esta vez con más intensidad y pasión, profundizando y conectando ambas bocas con sus respectivas juguetonas y necesitadas lenguas.

-Pero eso no responde a lo que yo quiero saber Yoongi-ah -dijo Jimin una vez se hubieron separado, sorbiendo los mocos y limpiándose las lágrimas.

-Solo son… problemas -suspiró el mayor, cerrando los ojos y pegando su frente a la ajena- Pero me dan igual, me da igual todo, tú eres más importante y si se trata de estar contigo, para todo hay solución.

                Sin poder resistirse, antes de que Jimin pudiera decir algo, volvió a estampar sus labios contra los suyos. Había añorado tanto sus labios, se sentía como un perro hambriento que llevaba semanas sin comer. Devoraba los carnosos labios del pelinegro con vehemencia, deseo, necesidad, agresividad, como si su vida dependiera de ellos.

-Suga por favor… -suplicó, respirando agitadamente contra sus labios y acariciando sus cabellos con desesperación.

-Chicos -la voz grave del líder sonó desde la puerta- Siento interrumpir, pero vamos a salir antes porque la grabación se ha adelantado.

-Vale, enseguida vamos RapMon -dijo Suga para luego mirar a Jimin y besarle la nariz- Hablemos después, ahora concéntrate en darlo todo en el MV y ser el más guapo -le sonrió levemente, intentando reconfortarlo.

-Vale, vale, sí -suspiró.

                Yoongi se levantó y le tendió la mano al menor, quien la agarró con fuerza para levantarse. Al contrario que siempre, en vez de soltarle la mano, Yoongi entrelazó los dedos justamente para evitarlo y así mismo salió de la sala de ensayos, sin separarse de Jimin a pesar de algunas miradas que recibían de trabajadores de la empresa o de compañeros de otros grupos. En ese momento no había cámaras ni había público, por lo que no iba a ser problema comportarse naturalmente con Jimin. Él lo amaba y no iba a dejar que nada ni nadie los separara. Pensar que distanciarse era la mejor opción había sido un error, un error que nunca se perdonaría por muy simple que fuera. Ver al pelinegro llorando le había sacudido el alma.

                Cuando llegaron al lugar donde grabarían el nuevo vídeo, tuvo que separarse de Jimin para que las estilistas hicieron su trabajo. La chica que se encargaba de Suga lo sentó en una silla y comenzó a hacerle un montón de cosas en el pelo, cosa que no atendió pues su mirada y su mente estaban fijas en Jimin.

                Reconocía que una pequeña alegría se estaba asomando en su interior. Si Jimin nunca hubiera comenzado la conversación, probablemente nunca se hubieran vuelto a hablar, dejando las cuestiones en el aire. Yoongi había recapacitado, y se había dado cuenta de que su carrera artística va para largo, y que no podía fastidiar su vida privada por posibles rumores. Suspiró aliviado al saber que las cosas entre los dos ya estaban arregladas, o al menos casi, y que todo iba a volver a ser como antes, o al menos eso esperaba.

                Después de un par de horas peinándolo, maquillándolo y vistiéndolo, por fin las estilistas lo dejaron libre para grabar. No le gustaba tener kilos de maquillaje en la cara y el pelo de distinto color cada semana, pero la obsesión de la empresa por la imagen lo requería. Ahora tenía el pelo rubio y no se veía mal, más bien le gustaba, pero no se detuvo mucho en eso porque el nuevo pelo rojo de Jimin lo dejó sin ningún pensamiento en la mente. Se acercó a él lentamente, y con cuidado de que nadie alrededor les viera, depositó un suave y corto beso sobre sus labios.

-Estás muy guapo con ese rojo sexy -Yoongi le sonrió con ternura, aunque por sus ojos se asomó una mirada de lascivia por unos nanosegundos.

-Y tú muy adorable con ese rubio -el menor rió suavemente, acariciando la mejilla contraria- Yoongi-ah…

-El manager -interrumpió repentinamente el mayor, carraspeando- El manager me dijo que nuestro comportamiento excesivamente cariñoso era un problema, que habían salido algunos rumores sobre si somos homosexuales, si tenemos una relación, cosas insignificantes que estaban en internet, pero que si seguíamos así la cosa cobraría más importancia y podría dañar nuestra imagen. Pensé que… -soltó un largo suspiro, cogiendo, las manos del ahora pelirrojo con fuerza- Que si comenzaban a salir rumores sobre una supuesta relación, podría afectar y obstaculizar tu carrera artística, y lo último que quería era que tu sueño de ser cantante y bailarín profesional se viera afectado por esta tontería. No quería ser el culpable de un posible fracaso, ¿me entiendes?

-Pero me lo pudiste haber dicho Yoongi. Si me lo hubieras dicho podríamos haber buscado una solución -Jimin lo miró con reproche, con un leve enfado- Me dejaste de hablar de repente Suga, ni siquiera me mirabas a la cara, pensé que había hecho algo mal con lo nuestro. Me lo tuviste que haber dicho para yo conocer lo que pasaba, simplemente hubiéramos acordado no actuar como unos melosos en público -soltó un gruñido bajo de frustración, pero luego por sus labios se asomó una pequeña sonrisa- Eres un idiota. Idiota, idiota, idiota.

-Lo sé, y lo siento -bajó la mirada, tímido y arrepentido, sonriendo por el comportamiento del menor- Prometo que cada vez que pase algo así te lo diré y no me comportaré tan estúpidamente.

-Más te vale, tonto -Jimin se abrazó al cuello del mayor, acariciando sus hebras rubias- Y por cierto, yo también te amo, aunque no te lo merezcas.

                Yoongi levantó la mirada con sorpresa y emoción hacia el pelirrojo, para luego agarrarlo por las caderas, pegarlo a su cuerpo y besarlo con pasión y amor, demostrándole todos los sentimientos y emociones que sentía por él. Si iban a dejar de comportarse de manera afectuosa en público, mal empezaban.

 

Notas finales:

https://www.youtube.com/watch?v=BVwAVbKYYeM

Tengan muchos orgasmos con el MV y no olviden dejar sus reviwes. Por cierto, si alguna de vosotras queréis que escriba un fic de una pareja en concreto, decidme :3


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