El mundo del entretenimiento no siempre es lo mejor, siempre se debe de tratar con actitudes, facetas y personalidades diferentes. Tener una imagen pública no aseguraría que es lo que quería al alcanzar su sueño.
Todo parecía completamente bien, nada había salido mal. O al menos así lo haría notar.
El carismático chico de la línea del 95 se encontraba quejándose en silencio en el camerino de BTS, habían terminado de grabar las escenas del backstage en M Countdown. Su presentación sería dentro de poco y el dolor en su espalda no desaparecía.
Maldecía una y otra vez al CEO Bang, a quien se le ocurrió la tonta idea de una escena donde, de nueva cuenta, el maknae muestra su rechazo hacia él. El chico tenía que acercarse a Jungkook, "insinuando su amor", pero esta vez el maknae tenía que mandarlo lejos con un empujón. Lo que no estaba planeado era que terminaría golpeando fuertemente su espalda contra la pared. Claro que no culpaba al menor, era sólo su descuido no le permitió prever el impacto. Aunque, ciertamente, él también dio leves empujones a Jungkook antes.
*
—Jimin, parece ser que aprecias mucho al maknae —articuló el regordete presidente de Big Hit—, por lo cual tengo una tarea para ti. En vista de que las fans se mantienen observando a Jungkook y Taehyung, sería una buena oportunidad que esos dos comiencen con el fanservice. ¿Has escuchado acerca de los emparejamientos que realizan las fans?
—No entiendo, presidente, ¿qué tiene que ver eso conmigo?
—Tu trabajo aquí es ser el rechazado. —El entrecejo del chico se arrugó—. Tienes que insinuar tu supuesto amor por el maknae, mientras él te rechaza y aprueba a V como su compañero sentimental. Claro, todo esto es a lo que se llama fanservice. Creo que no tengo que decirte cómo hacerlo, ¿cierto? Espero un buen trabajo como siempre de tu parte, ¿entendido?
Jimin no hizo más que asentir y salir de la oficina del CEO, porque ¿qué más podía hacer?
*
Frunció su ceño al recordarlo y apretó los labios. Maldijo mentalmente muchas veces más a aquel presidente. Se sentía tan estúpido al recodar todas las cosas que tuvo que hacer: Decir cuánto deseaba pasar tiempo con Jungkook cada vez que la oportunidad se presentaba, cada que una pregunta comprometedora salía a relucir. Tratar de mantener contacto físico para ser alejado. Perseguirlo cuando una cámara estaba cerca. Creía que no había programa de radio donde no expusiera su supuesto cariño.
—Hyung, ¿estás bien? Creo que utilicé mucha fuerza. ¿No te lastimé? —El menor apareció en la puerta de la habitación. La voz del pelinegro, claramente preocupada, saco de sus pensamientos al mayor. Era una vil mentira eso de que utilizó mucha fuerza, no fue nada para él. Simplemente, Jimin se repetía mentalmente que era su culpa.
—Estoy bien, Jungkook. No te preocupes, no es nada. —Intento sonreír para ocultar su dolor, pero una mueca se presentó en su lugar.
—Lo siento, no fue mi intención. Sabes que nunca te haría daño —Tenía una cara totalmente asustada. Parecía que se sentía culpable—. Estoy casi seguro que te lastimé la espalda. —Caminó en dirección al mayor, se acuclilló para estar a la altura del castaño, ya que éste se encontraba sentado en una silla.
—Ya te he dicho que no fue nada. No tienes que preocuparte —volvió a aclarar algo exasperado.
El pelinegro continuaba observándolo con preocupación eminente. Acercó una mano al costado del mayor.
—Déjame ver si no te lastimé de verdad. —Acercó un poco más su mano. Jimin se alejó rápidamente en cuanto Jungkook estaba a punto de alcanzarlo, haciéndolo soltar un gemido ante el dolor del movimiento brusco—. Jimin, no estás bien, te duele. Déjame ver, por favor.
—No —susurró y tomó la mano contraria con su diestra, deteniéndola—. Te digo que estoy bien. Fue un pequeño golpe. Jungkook, ¿desde cuándo tienes tanta fuerza? —bromeó y forzó una sonrisa, mirando al menor directamente a los ojos.
Jungkook no era tonto, sabía que se había lastimado y ahora tenía que fingir. Él aún estaba preocupado, no sabía cómo ayudar o disculparse con el mayor. Era completamente su culpa que Jimin estuviera soportando el dolor de un golpe.
—Chicos, vamos, estamos a punto de salir -anunció J-hope, asomando su cuerpo por la puerta—. ¿Sucede algo?
—Hyung, Jimin Hyung está...
—¡Bien! —interrumpió el susodicho y una curva falsa se asomó por la comisura de sus labios—. Estoy bien. Ya vamos. —Levantó su peso de la silla aguantando el dolor, fingiendo que nada había pasado y terminando así la charla con el menor. Jungkook lo observó afligido desde abajo y se levantó, colocándose a su lado.
—Está bien, dense prisa. —Se adelantó el mayor de los tres.
Jimin comenzó a caminar en la misma dirección que Hoseok, a paso lento y nada seguro se dirigía al escenario. Jungkook tenía la enorme necesidad de detenerlo y hacer que cancelarán la presentación porque el castaño no estaba en condiciones. Pero eso era claramente imposible. Sintió la frustración en todo su cuerpo. ¿Y si terminaba por resultar peor el dolor? ¿Y si le sucedía algo peor a Jimin? En definitiva odiaba ser el maknae de BTS.
—Oh, ya estás aquí —habló el líder en cuanto divisó a Jimin acercándose—. Pero, ¿dónde está Jungkookie? —preguntó pasando la mirada por detrás de los hombros del castaño.
—Ya estoy aquí —respondió el nombrado, apareciendo en el campo de visión del líder—. ¿Ya nadie falta?
—Eso parece. —Observó a su alrededor. V y J-hope continuaban haciendo movimientos raros, inspirados por la música de la presentación actual; Suga estaba perdido en sus pensamientos a un lado y Jin continuaba viéndose en su espejo de bolsillo en frente de ellos.
Jimin seguía sin dirigirle la mirada, continuaba dándole la espalda.
Estaban a minutos de salir. Esta vez estaban promocionando "War of Hormone" y está sería su última presentación en M Countdown de las promociones de dicha canción.
—Por cierto, RapMon Hyung, ¿qué hay hoy para el 'estilo libre'? —interrogó curioso el maknae.
—Hoy es el día de Jimin. —Una pequeña risa salió—. La venganza hacia V por todas las presentaciones anteriores. V tiene que ser pateado esta vez -informó de lo más normal.
Jimin sonrió satisfecho al recordarlo. Al menos eso va a ser divertido el día de hoy. El menor no se había enterado sobre eso antes.
ㅎㅅㅎ
Pasaban más de las 21:00 horas, y BTS se encontraba de vuelta en su dormitorio. Tres de los siete tomaban una ducha. Los más pequeños ya habían tenido su sesión en el baño y ahora estaban ociando en el dormitorio. Suga era el único que no había entrado al baño, a él no le agradaba asearse acompañado, le gustaba su privacidad. Estaba leyendo un libro, mientras esperaba que la bañera se desocupara.
El dolor en la espalda de Jimin no fue un problema durante la presentación, supo resistirlo. Al regresar a casa se aplicó una pomada, tomó la ducha con V y Jungkook y ahora se sentía mejor.
—Jimin, ¿puedo hablar contigo? —interrumpió V al mayor de su entretenimiento con la TV.
—Claro, Tae, dime. —Se movió a un lado para hacerle espacio en el sofá a V.
—¿Por qué me pateaste de esa forma hoy? —interrogó directamente, después de tomar asiento.
—¿Eh? ¿De qué hablas?
—No te he hecho nada para que me golpearás así —se quejó.
—Pero no te pateé tan fuerte, no te lastimé ni nada por el estilo.
—No hablo de la fuerza, hablo de la forma. —Jimin seguía sin comprender.
—Tae, no entiendo de qué estás hablando.
—¿Tienes algún tipo de odio hacia mí? Esa patada estaba llena de rencor, de exasperación, de molestia. Me di cuenta, Jimin.
—Estás equivocado, yo no te tengo ningún tipo de odio. Eres uno de mis grandes amigos. No tengo nada contra ti... —Desvió su mirada al suelo, aún no comprendía de qué demonios hablaba su amigo.
—No contra mí, pero sí estás resentido con el CEO, ¿cierto?
Los ojos de Jimin se abrieron en sorpresa por aquella suposición.
—¿Qué te hace pensar eso?
—Todo este asunto del fanservice te afecta, te duele, no quieres hacerlo. Lo sé.
—No... no es eso, Tae. No me afecta en absoluto, sólo... es cansado —dijo no muy convencido.
—Deja de negarlo, Jimin. Sé que te duele que emparejen a Kook conmigo.
El castaño levantó la mirada sorprendido y la dirigió al contrario.
—Sé perfectamente lo que tienes en la cabeza cuando ves al maknae. Sé que te gusta, pero lo reprimes y no te dejas aceptarlo. Lloraste el día que se te enmendó el trabajo de 'ser el rechazado'. Te vi... te vi sufrir por no poder ser tú al que emparejaran con él. Y también sé que sufres cada vez que Kook es amable contigo porque te gusta cada vez más y no sabes qué hacer.
El más bajo se sentía al descubierto. No creía que alguien lo fuera a notar nunca. Pero su amigo sabía todo lo que sentía cuando pensaba en Jungkook. No sabía cómo es que se dio cuenta de todo. Era cierto, todo, cada palabra escupida por V era jodidamente cierta y se odiaba por eso. Se odiaba por ser así, se odiaba por ser tan tonto. Odiaba ser humano y querer a Jungkook en secreto. Pero agradeció que su amigo se preocupara y también sintió miedo de lo que pasaría.
—Así que sé cuán duro es esto para ti. Y quiero ser un apoyo. Soy tu amigo y me necesitas. Llora si necesitas llorar, patea cosas si necesitas patear cosas, desahógate si necesitas desahogarte, que yo estaré aquí para tranquilizarte y limpiar tus lágrimas —dijo dulcemente, mientras limpiaba una lágrima caliente del estupefacto rostro de Jimin, sorprendiéndolo al darse cuenta que comenzaba a llorar.
Jimin se lanzó a los brazos de V cuando sintió arder sus ojos, mojando por completo el hombro de su amigo, mientras que éste daba pequeñas palmaditas a su espalda, acariciando su cabello. Lo llenó de mimos hasta que prácticamente quedó seco y carente de más lágrimas que derramar.
—Gracias, Tae —pronunció entre espasmos contra el hombro del nombrado. V sonrió más que satisfecho.
—Ah, sí. Utilicé lo de la patada como una excusa para llegar a esto —declaró después de separarse. Miró a Jimin y sonrió juguetonamente, como sólo él sabía hacerlo. El mayor se sintió engañado, pero igualmente le dirigió una sonrisa juguetona a su buen amigo.
—Me arrepiento de no haberte pateado lo suficiente fuerte, te lo merecías por todos los golpes que me diste durante la presentación. —Torció la boca en un puchero. Su voz nasal hacía que el alto se tomara sus palabras más a broma.
—¡Qué suerte tengo! —se burló el peli-violeta.
—Te odio —bromeó divertido.
—Me amas —reafirmó el chico 4D.
—Gracias —repitió.
—No tienes que agradecer.
Compartieron una última sonrisa y volvieron a la TV, en busca de algo interesante. Jimin manejaba el control remoto, pasando canal tras canal.
—¿Ya sabes qué es lo vas a hacer? ¿Piensas rendirte ante el VKook? ¿O vas a pelear por lo que te pertenece? —Rió por su propio comentario.
—Aún no lo sé... Necesito pensarlo muy bien —El agobio se hizo presente en sus palabras y la angustia se reflejó en sus castaños ojos. Pero terminó por brindarle una tímida sonrisa para no preocuparlo. Su compañero asintió no muy convencido de su respuesta.
Minutos después Jimin encontró un canal de su agrado. V aprovecho la distracción del más bajo y sacó su celular del bolsillo, tipeó rápidamente para volver a guardarlo en su bolsillo, después de haberse asegurado de enviar el mensaje.
Detrás de la pared del umbral de la pequeña sala, el mensaje llegó a su destino. Tomó su móvil entre sus manos y lo encendió.
"¿Has escuchado? Piénsalo un poco y toma una decisión antes de que Jimin salga más herido y termine por enojarme severamente contigo."