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Let me try por NamuHee

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Notas del capitulo:

No sé, siento que va muy rápido, pero así me gusta escribir ;n; bueno, aquí está un minimini-fic, ya está terminado, así que las actualizaciones serán más constantes que las del otro fic (?) No es muy profundo o algo así, pero... es más acaramelado, o eso creo yo (???) Bien, como sea, espero le den una oportunidad. 

Let me try


Lee Sungjong. La definición de la perfección. El chico lindo, siempre rodeado de personas y quien parecía emanar un brillo propio. Kim Sunggyu se sintió completamente desgraciado la primera vez que le vio cruzar la puerta del salón con esa sonrisa tan pulcra y linda, llegó a sentir envidia de la belleza que portaba el más joven, pero no podía hacer nada, simplemente el chico era una verdadera maravilla.


—Estás mirando fijamente de nuevo —escuchó una voz a su costado que le hizo despertar de su pequeño predicamento interior. Desvió la mirada del azabache para observar a quien le había hecho tal comentario encontrándose con un castaño portando una sonrisa burlona. Suspiró negando suavemente. De nuevo se reprendió.


El chico de piel perfecta apenas llevaba unas dos semanas desde que llegó a la clase de música y había acaparado toda la atención, incluyendo la suya, pero todo era por diferentes razones, algunos de admiración, otros con curiosidad y algunos como el caso suyo, únicamente envidia por no tener lo que el otro poseía.


—¿Qué encuentras tan extraordinario que no dejas de mirarle? Harás que me ponga celoso —escuchó nuevamente del chico a su lado, bajó la mirada reteniendo la risa.


Miró de reojo al castaño cuya mirada estaba en su persona, éste chico era Nam Woohyun, su enamorado por más de un año. Prácticamente estuvieron juntos desde que el castaño entró al instituto y compartió la clase optativa de música con Sunggyu.


La energía con la cual Woohyun llegó fue lo que principalmente atrajo al mayor, y lentamente fueron acercándose, tomando un poco más de las horas de clase para refinar su talento, compartiendo tiempo juntos en los recesos, todo fue a desembocar en lo que llevaban hasta ahora. Sunggyu no podía sentirse más enamorado del muchacho por lo atento que éste llegaba a ser.


—No es nada, sólo me intriga —contestó por fin a la pregunta del castaño con una pequeña sonrisa hacia el muchacho, quien le correspondió. Y con eso, dio como finalizada la conversación pues el castaño pasó a prestarle atención a las anotaciones que tenía en su libreta. El mayor suspiró, se estaba volviendo monótono.


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—¿Qué encuentras tan extraordinario que no dejas de mirarle? —murmuró el mayor para sí observando al castaño que había mencionado esas palabras algún tiempo atrás. Podría decir que dirigía aquella pregunta al muchacho, pues ésta parecía estar embelesado por el azabache de piel de muñeca. Sunggyu se encontraba en su asiento, sosteniendo su rostro entre sus manos observando a las dos figuras frente al piano con el que contaba el salón.


Debió haber previsto algo así con anterioridad, debió. Suspiró. Ahora aquellos dos eran el centro de atención, inclusive el profesor había desecho el dueto que Sunggyu tenía con Woohyun para el festival, para así juntarle con el niño bonito.


Ésta encrucijada no le estaba gustando, odiaba esa pequeña presión que se insertaba en su pecho, era un sentimiento que definitivamente no quería indagar. Quizá era tiempo de distraerse haciendo otra cosa, explotando otro talento, pero exactamente cuál.


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No se le habría ocurrido ni en un millón de años, pero ahí estaba, en la clase de artes. Podía repartir muy bien su tiempo en esta clase y la clase de música.


Al entrar, un ambiente diferente le rodeó, era tan distinto al salón de música, era más… colorido, con ese olor a óleo tan fuerte. Las miradas de los alumnos se posaron en su persona haciéndole sentir cohibido. Al no encontrar con la mirada al profesor decidió quedarse en el umbral, paralizado, sin saber si entrar o huir, siendo la segunda opción bastante tentativa.


—Oh, ¿eres Kim Sunggyu? Pasa, pasa —una dama de cabellera rubia apareció de entre los alumnos, sobresaltándolo. Todas sus ropas indicaban que era la profesora. —Soy la Srta. Park Minmi, la profesora —le sonrió de una manera bastante amable halándolo suavemente para que entrara a la habitación. —Muy bien jóvenes, él es Kim Sunggyu, de Tercero, estará con nosotros de ahora en adelante —la rubia le presentó y el grupo le miró curioso.


Sunggyu notó que eran relativamente pocas personas, en su mayoría mujeres y alguno que otro chico, no los reconocía pero estaba seguro haberles visto a todos antes. Hizo una leve reverencia, sintiendo que los nervios no se aplacaban, y sus rodillas querían traicionarle.


—Kim Sunggyu, eres bastante famoso en el instituto —mencionó una chica de cabello corto y el mencionado llevó su mirada a ella con curiosidad. —Todos parecen encantados con tus presentaciones —continuó. —En lo personal, a mí me gusta mucho tu voz —sonrió dulcemente provocando un sonrojo en Sunggyu, quien no estaba acostumbrado a tener ese tipo de elogios.


—G-Gracias —dijo por lo bajo. Mientras pasaba a tomar asiento al único lugar con el caballete vacío.


—Choah, tu coqueteo se hace cada vez más insoportable —dijo en voz alta un joven que estaba detrás de Sunggyu en tono burlón, haciendo que la muchacha se volteara indignada con el rostro sonrosado, y el resto del grupo riera ante el comentario.  


—No es ningún coqueteo, ya cállate Sungyeol —la muchacha se giró para darle la espalda tanto a Sunggyu como al chico, quien rio suavemente detrás de su lienzo. Sunggyu observó la parte trasera del caballete, hasta que el chico se asomó, tomándolo por sorpresa.


—Soy Lee Sungyeol, no te dejes llevar por Choah, es así con todos los nuevos —el muchacho le sonrió ampliamente, y la mencionada se escuchó a lo lejos quejarse de nuevo, el mayor no pudo evitar reír levemente.


Parecía ser una clase con un grupo interesante.


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—¿Hubo algún momento en el que te sentiste todo un Picasso? —dijo el menor a su lado mientras apreciaba su obra cruzado de brazos. Sunggyu observaba lo que había hecho con el ceño fruncido y una mano sobre su barbilla, tratando de analizarlo. —Porque no lo eres.


—Yah! —golpeó levemente en el brazo al muchacho por el comentario. —Sé que no soy el mejor, pero me estoy esforzando —torció los labios sin dejar de mirar el lienzo.


—No parece para nada un esfuerzo —el castaño ladeó la cabeza tratando de encontrar alguna forma a la pintura. El azabache le miró con el ceño fruncido. Sabía que no era ningún artista, que nunca llegaría al nivel que algunos de la clase tenían, pero de verdad se estaba esforzando. Se dejó caer en su banquillo soltando un suspiro.


—Tal vez debería quedarme con la música —murmuró desganado rascando lentamente su cuello, tratando de explicar los errores que había cometido.


—Sí, eso deberías hacer —dijo Sungyeol, sin dejar de mirar la pintura con una expresión indescifrable.


—Gracias por tu apoyo moral —dijo rodando los ojos. El mayor no lo culpaba, Sungyeol simplemente parecía haber nacido con el talento, podía juzgarle todo lo que quisiera.


—Ignora al señor Lee, estoy segura que puedes mejorar —apareció la profesora Park, empujando levemente al mencionado sonriendo ampliamente a Sunggyu. —Igual, si la pintura no es lo tuyo, tal vez la escultura lo sea, la próxima semana empezaremos con ello —el azabache sonrió débilmente.


—Tal vez lo intente, aunque no estaré toda la semana, en la clase de música hay algunas cosas para preparar —las dos semanas que había pasado en esa clase, la había disfrutado verdaderamente, ignorando el hecho de que Sungyeol parecía vivir atosigándolo por su poco talento, todo fue estupendamente, y después de las clases Woohyun le estaba esperando fuera del salón, aunque algunas veces se comportaba cortante e indiferente, el azabache no llegó a sentir ninguna clase de preocupación pues ignoraba los detalles por tener su cabeza en lo que había aprendido durante la clase, aquella distracción le funcionó de maravilla.


—Oh claro, el festival ya está cerca —dijo la Srta. Park —Será una pena no tenerte aquí, te integraste bastante bien —con una última sonrisa se alejó para salir por la puerta.


—¿Y tú te vas a presentar? —preguntó el muchacho alto mirando desinteresado, aparentemente, a  Sunggyu, quien parpadeó como despertando de sus propios pensamientos.


—Sí, bueno, eso creo —al notar el signo de duda en todo el rostro de Sungyeol, continuó. —Tenía un dueto preparado pero fue cambiado semanas atrás, y ahora no sé si me presente o simplemente ayude con los arreglos —bajó la mirada jugueteando con sus manos con una pequeña sonrisilla. Sungyeol suspiró.


—Bueno, todavía falta tiempo así que podrían darte algún acto —Sunggyu alzó la mirada cruzándose con las orbes intensas del castaño. Asintió ensimismado.


No supo por cuánto tiempo estuvo intercambiando miradas con el otro hasta que un golpe y carraspera en la puerta les hizo despertar de su ensoñación.


El azabache llevó la mirada hacia la puerta encontrándose con su enamorado mirándoles con una ceja alzada. Sunggyu se apresuró a recoger todas sus cosas para así encaminarse a la puerta, dando una última mirada al castaño le sonrió recibiendo un “nos vemos después” antes de salir acompañado por Woohyun.


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—¿Quién es él? No lo había visto antes —dijo Woohyun una vez salieron del instituto. Sunggyu le miró notando la faceta seria que mostraba el otro, parecía enojado, se preguntó su debía contestar o no. Frunció los labios.


—Es Sungyeol, creo que comparte una clase con Howon —pensó que mencionando al amigo de Woohyun podría aplacar un poco esa seria mirada que portaba.


Lo único que recibió fue un “Hm” y silencio por el resto del camino a casa. Woohyun le dejó con un pequeño beso en la mejilla, ni siquiera una última mirada, nada.


En los últimos días ésta conducta se repetía y la verdad no estaba seguro de qué era lo que lo provocaba. Distante, así podría definirlo, pero porqué. Le aturdía y lastimaba, aquel comportamiento al cual no estaba acostumbrado por parte de la persona que tanto adoraba.


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Sinceramente debía de estar ciego si no notaba toda aquella tensión que rodeaba a esas dos personas. Sonrisas discretas, pequeños roces, nada pasaba desapercibido por Sunggyu, quien fue puesto a cargo de llevar el mando de los actos que se llevarían a cabo en el festival, no podía estar menos satisfecho.


Observaba desde su pequeño sitio, organizaba desde ahí, daba indicaciones de las notas que deberían ser puestas, cómo deberían ser los arreglos, todo estaría mucho mejor si él fuese parte del “espectáculo”.


Suspiró dejando caer su bolígrafo sobre la madera. Se sentía incómodo, fuera de su elemento, por qué, en la clase de arte estaba fuera de su elemento, pero todos le acogían tan dulcemente que se sentía tan bien, y aquí, no tenía mucho qué decir. Volvió a suspirar una vez escuchó la campana que daba por finalizado el día. Sonrió, mientras se levantaba de su lugar tomando sus cosas para retirarse.


—¿Sunggyu? Puedes adelantarte si quieres —escuchó decir a Woohyun. Únicamente asintió tomando su mochila para salir del lugar sin querer mirar al azabache que le hacía compañía al castaño.


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Caminaba lentamente por el pasillo, no quería irse sin haber visto al menos una vez al azabache, toda esa semana había sido un desgaste, su habilidad parecía haberse apagado y ahora merodeaba con la esperanza de toparse con el mayor cuando saliera de su clase de música.


Se encontró frente a la puerta del aula preguntándose si entrar o no, llegó a escuchar curiosos ruidos así que terminó optando por la opción de mejor dejarlo todo así, frunció la nariz con disgusto y se alejó para seguir su lento paso por el pasillo cuando divisó una silueta bastante familiar en el pasillo. Alzó una ceja. 


—Hyung —dijo llamando la atención de la persona que se giró bruscamente pues se creía sola. Se mordió el labio inferior tratando de evitar que la risa saliera al ver el rostro asustado de Sunggyu. Se acercó al azabache con una pequeña sonrisa. —¿Obtuviste un acto? —el rostro del mayor pareció ensombrecerse. —¿No? Qué pena.


Soy parte del staff —el castaño rio. —Oye, eso es un papel importante, sin mí las presentaciones no serán como se planearon —Sunggyu comenzó a caminar con el castaño a su lado.


El azabache llegó a mencionar algo más sin ser realmente escuchado por el castaño pues éste se preguntaba quién se encontraría en el salón de música haciendo obscenidades. 


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