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Misión imposible. por mistdowner

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Notas del capitulo:

Espero les guste esta nueva historia que acabo de idearme :'D No tengo planeado hacerla muy larga, pero depende de como sea acogida esta

Aunque tranquilamente las horas pasaban serenas, todo el ambiente en el colegio parecía más una tortura que una clase normal. Las chicas se miraban unas a otras, buscando diversión. Una cara graciosa, un punta pie… Las compañeras no pensaban detenerse a prestar atención a la aburrida clase de matemática. ¡Al diablo! Luego verían como arreglárselas con las notas.

-Esperen un ratito chicos, voy a ver una cosa a la dirección y ya vuelvo.- esa oración fue como un rayo de esperanza para todos los aburridos jóvenes, que entusiasmados por estar solo unos segundos sin profesora a cargo, esperaron pacientes a que ésta se marchara por la puerta. Y así sucedió. Ni bien la adulta mujer se fue, las charlas comenzaron.

-¡HEY!- gritó de repente Victoria, aturdiendo a su compañera Sandra, que tenía por apodo algo  bastante común para gente de tan pequeña estatura.- ¡CHIBI! ¿Qué haces?- preguntó de repente a la castaña que veía concentrada su celular.

-Nada, chillona.

-¡Ay, que mala! ¿Ves que sos? Yo demostrándote mi amor y tú rechazándome. Ahora me voy con la Gime.- y así como lo había dicho la alta chica de pelo rizado y negro, se fue a sentar en su lugar, dado que había ido a dar una vuelta para ir a molestar con los de siempre. Tomó asiento, y miró a la tranquila chica que dibujaba sobre una hoja sin mucho interés. Se acercó sigilosa, y una vez estuvo cerca de su oído, grito como lo había hecho con su otra compañera.- ¡GIME! ¿¡QUE HACES!?

-¡A-AHHHH!- El grito que soltó la pequeña y frágil pelinegra hizo que la mayoría del curso parar a mirar a la chica, que solo se sonrojó y bajo la miraba, maldiciendo a Victoria.

-Jajajaja, la re flasheas*, Gimena!!!!

-¡CHIBIII! Vení y llévate a la Vickyyyy!!!- Chilló Gimena, consiguiendo que no solo la aludida levantara la mirada del celular, sino que también las demás chicas que estaban en el mesón comenzaran a reír por la escena.

-¿¡Y yo por qué!?- gritó desde unos metros la castaña, riendo por lo bajo.

-¡Porque es tu esposa!- gritó por último, consiguiendo que Vicky, como era el apodo de la pelinegra de rulos, riera sonoramente. Eso era divertirse.

-Ash, ok…- sin más que decir o poner de excusa, Chibi comenzó a caminar de regreso a su banco.

-¡Ven a mí, querida! Quiero tocarte las gomas*

-Y yo quiero manosearte el pelo.

-¡Que se esponja mi afro!-respondió con queja la aburrida chica, esperando ansiosa que la castaña fuera a hacerle compañía. Ese día había estado ausente una de sus amigas, Fátima, y realmente no tenía con quien pasar el rato. Miró de nuevo  a las restantes chicas, y las notó alegres como siempre, haciendo los mismos chistes.

-Vicky, tengo un perro que se llama Achu.- Habló Mily, mirándola ansiosa de saber su respuesta, para rematar con el chiste mal hecho.

-Salud

-JAJAJAJAJAJA

-¡Pero si te jodí la broma!

-¡Por eso! AJAJAJAJAJA

Pronto Chibi yacía a su lado, de nuevo pendiente en lo que fuera que tenía en el celular. Diablos. Así no era divertido. Vicky la vio con algo de recelo, y de un momento a otro le arrebató al celular, tan rápido, que la dueña no tuvo ni tiempo de reaccionar.

-¡Vicky!- Chilló la castaña, pero ya era tarde. La pelinegra de rulos observada atónita una imagen singular, bastante subida de tono.

-¿Quiénes son?

-Jack Frost e Hipo…

-¿Cogiendo?

-Seh. ¿Me devuelves?

-¡No! Son lindos.- Con algo de interés la chica comenzó a pasar las fotos que se encontraban alojadas en el móvil, encontrándose con aun más imágenes de la singular pareja homosexual. Tenía que admitirlo, nunca había pensado que alguien juntaría a dos personajes de películas tan distintas en tan linda pareja.-Awww… Ojalá existieran. Me cogería al tal Jack. ¿Es ese que hace nieve?

-Ni siquiera viste la película, no? Digamos que sí, hace nieve, pero no solo eso. Es el guardián de la alegría y la diversión, es muy fuerte y…

-Papito, te rompo todo…

-Seh…Es hermoso.

-¿Y el castaño ese?

-¿Hipo?

-Ese. ¿Por qué a veces sale de mayor y otras de pequeño?

-Es que hay dos películas de él. Una donde tiene 15 y otra donde tiene 20

-Ah…Cuando tiene quince Jack se la mete, y cuando crece a 20, él se la mete a Jack.- explico con simpleza la pelinegra, sonriendo ante su desvergonzada opinión y deducción.

-Algo así.

-¿De qué hablan? – se entrometió Mily, blandiendo sus hermosas pestañas acompañadas de orbes adorables y acercándose al lugar curiosa de ver al par tan relajado y concentrado en un objeto, siendo que ambas eran un verdadero par de locas la mayoría del tiempo.

-JackxHipo.

-Ah…Eso que me contaste que te gusta. Son lindos, no?

-Re lindos.- Agregó de nuevo Vicky, viendo juntos a los chicos, besándose con lujuria.

-Ya quisiera un novio así.

-Yo quisiera unirlos en pareja.- comentó Chibi, riendo por su absurda idea. Vicky desvió la mirada del celular y asintió dándole la razón a la castaña. La otra pelinegra de apodo Mily también asintió. Mas, la pequeña y frágil chica que hasta ese momento se había dedicado a ignorarlas, negó.

-Yo me quedaría con Hipo, mínimo de amante.-agregó esta última, riendo por su broma.

-Jajajajaja, para eso se queda con Astrid, la rubia interesada.

-¿Interesada?

-Sí, no se nota? Cuando Hipo era un fracasado debilucho, que no podía hacer nada, ni bola* le daba. Pero cuando comenzó a hacerse famoso…¡Ahí le surgieron los sentimientos!  Primero molestia, porque ella ya no era la mejor. Luego de a poquito cariño. Y lo beso. Y ya en la segunda se ven tan juntos que… No. No. No. No me gustan.- explicó Chibi, negando por sus propias palabras, y abriendo los ojos al notar que la profesora esperaba a que todos se callaran desde el marco de la puerta. ¡Carajo! Había que correr. Trepando como mono los asientos, todas llegaron a sus posiciones, e hicieron como si nada hubiera pasado. La mujer mayor entró con cara de pocos amigos. Dictó unos problemas más y se retiró de nuevo, justo a tiempo para el timbre de salida. Las chicas que antes habían conformado la charla se quedaron sentadas, mientras todo el grupo se marchaba rumbo a sus casas, solo para comer y volver al establecimiento. Ese día entraban en un horario más adelantado que las otras veces, y habían pactado quedarse en el curso a comer las comidas que habían preparado previamente en sus hogares. Y ahí estaban las cuatro, sentadas en medio del silencio, comenzando a desempacar los alimentos para comer.

-Es muy temprano para almorzar.- Dejó ver Gimena, que ya con todo preparada sobre la mesa, lo dejó de lado.

-Es verdad- apoyó Mily, estirándose para desperezarse.

-¿Qué hacemos?- Preguntó entonces la Castaña, sonriendo por ver el ánimo de sus compañeras.

-Oigan, y si hacemos un ritual?- Propuso la pelinegra, alegre mientras sostenía en su mano su gran celular táctil, y buscaba en internet algún hechizo o cosa “divertida” para hacer.

-¿Vo ta loca? – Se quejó la pelinegra de  chica de hermosos ojos, negando con miedo fingido. – Después me van a tirar de las patas a la 1 de la noche.

-A esa hora no estas trabajando en la ruta? –bromeó Chibi, alejándose un poco para evitar ser golpeada.

-Ah, si, pero vos viste, algún día tengo que dormir.

-Jajajajaja.-se reía Gimena, escondiendo su gran sonrisa detrás de sus manos.

-Dale chiicaaas, solo será un momento, y no vamos a invocar a nadie malo. Miren, aquí dice que es la diosa de las chicas, y que cumple los desesos de fervientes corazones de las vírgenes.- con insistencia digna de un niño encaprichado, Victoria saltó en el lugar rogando por atención.

-Jodimos entonces.- Bromeó la castaña, provocando la risa general.- ¿De dónde sacamos una virgen?

-¡No seas pues! Jajajajaja, vamos, intentemos. Solo hay que poner un deseo en una hoja, sentarse en ronda y decir estas cosas raras que dicen acá. No va a pasar nada.

-Mmm…No sé, y si pasa algo?

-Máximo se nos cumple el deseo.

-Pidamos plata.- Comentó Gimena.

-Chicos.- Rogó Mily.

-Chicas.- Bromeó Victoria

-Ya fue, vamos a conocer a Jack Frost.- Las castaña dio su opinión, y al principio todas la miraron como un bicho raro. Sin embargo nadie se quejó. Sabían que era solo un tonto ritual que alguien se había inventado para asustar. Sin quejas en contra, la pequeña seguidora de la pareja JackxHipo corrió a arrancar una hoja cualquiera de su carpeta, y escribir con la mejor letra su deseo:

                     “Deseo tener la oportunidad de poder juntar a Jack e Hipo como pareja. <3”

Tal vez sonara tonto e infantil, pero estaba bien. En algo había que matar el tiempo que estarían solas en ese gran colegio, y ya que solo era un juego, no importaba que el deseo fuese algo tan imposible. Cuando estuvo listo el deseo, todas se sentaron  una diminuta ronda con el papel en el medio.

-Uh…Y mira si se asusta el Jack cuando nos vea…- Dijo Mily

-Y lo violamos igual. –Respondió Victoria, tecleando algunas cosas en su teléfono de manera rápida.- Ya está. ¿Quién lee? Acá dice que quién recite la cosa esta tiene que hacerlo de corazón y bien claro.

-La chibi.-todas comentaron el apodo sin duda, y la aludida no hizo más que blanquear los ojos.

-Bue, trae…A ver esta cosa…¡Tómense de las manos!- La orden fue cumplida con rapidez por las chicas, que impacientes esperaban por que la locutora empezara con el hechizo.

-Oh gran diosa olvidada, de sueño rotos y amores perdidos, aquí estamos reunidas hoy para solicitarte un deseo, que sale de nuestros puros corazones.- Una risa proveniente de Victoria hizo que Chibi apretara dolorosamente la mano de esta, provocando que de nuevo el silencio volviera.- Deseamos ver realizado el sueño escrito en ese papel, como una pura realidad que cambie nuestras vidas. ¡Diosa tan misericordiosa! Cumple nuestros ruegos como la madre generosa que eres, y transporta nuestras emociones bajo tu manto protector. ¡Oh nuestra diosa, escúchanos!

Por un momento el silencio fue absoluto. Nadie de las presentes movía siquiera un músculo, por miedo a dejar pasar algún detalle importante. Todas admiraban el papel buscando algo sobre natural, pero nada sucedía. Los minutos fueron pasando, hasta que por fin se soltaron de las manos y las risas surgieron como agua de río. ¡Vaya pérdida de tiempo!

-Y yo que quería tocar a ese papasito de Jack…- lamentó la pelinegra de rulos, siendo seguida por un asentimiento de la adorable chica de anteojos, Gimena.

-Ya fue, vamos a comer.- la muchacha de pelo negro y lindos ojos propuso eso ya parándose para ir a comer, sin embargo pronto se detuvo.

-¡Esperen!- gritó de repente Chibi, asustando a las otras tres chicas.- El papelito se movió.

-Andaaaaa, Chibi, me mataste del susto.- Se quejó Mily, mirando de reojo el trozo de papel.

-Pero yo juro que lo vi moverse.

-Uh…¡FANTASMAS! jAJAJAJAJA- se burló Gimena, para luego observar como Vicky tomaba el papel y corría en su dirección. De nuevo las cuatro observaban el papel riendo, para esta vez leer lo que hay en el interior. Claro, solo Vicky movía sus ojos leyendo las letras.- Concedido.- leyó con simpleza, poniendo una cara olímpicamente extraña.- Chibi, para qué escribís esto?

-Yo no escribí eso, y menos con azul con brillos, vos sabes que no uso.

-¿Entonces?-Las cuatro se miraron sin creerlo, para empezar a echarse la culpa, cuando un gran brillo las invadió, y les hizo gritar como nunca en su vida.  De pronto les pareció que su cuerpo desaparecía, inundándolas de miedo y desesperación. Quisieron gritar, pero ya no podían hacer sonar su estridente voz en ningún lado, puesto que parecía que incluso el mundo se había quedado sin sonido para siempre. Las cuatro cerraron los ojos con miedo genuino en sus ojos, esperando los peor. El papel salió volando de la mano de la pelinegra, y se consumió en el aire con un misterioso fuego azul. Fue entonces cuando el grupo fue absorbido por una llama parecida, quemando sus cuerpos, pero realmente no dañándolos. Pasaron solo unos segundos de esa terrible experiencia, y ahora las chicas sentían frío. ¿Estaban muertas? Todas se preguntaban lo mismo. Aun no abrían los ojos dela impresión. La primera en dar el gran paso fue Chibi, quien comenzaba a sentir cierta sensación mojada en su espalda y rostro. Se animó entonces a enfrentarse con la realidad, y grande fue su sorpresa cuando notó que ciertamente, no estaban…En ella. ¿Nevaba? ¿Hacía frío?  ¿¡Y el colegio!? Esos pensamientos la hicieron levantarse de la nieve con algo de dificultad, para luego observar a su alrededor. Habían tres chicas de apariencias cambiadas a su lado, aun temblando del miedo.

-Chicas…-susurró temblando, pero esta vez de la emoción.- ¡SE CUMPLIÓ!

 

Notas finales:

Espero que me digan que les pareció

Gomas= pechos.
Flasheas= tonteas, decir cosas sin sentido alguno
Bola= atención.


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