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Gracia 3:00 am la mansión de los Antares se llenaba de el llanto de un pequeño que minutos atrás llegaba a este mundo, todos y cada uno de los presentes se encontraban felices de que al fin el señor Kardia Antares tuviera un heredero, afirmando que aquel pequeño niño seria igual que su padre.
Felcidades Kardia ¡ - le abrazo con una falsa sonrisa en su rostro.
Julián le has visto es perfecto.
Es idéntico a ti – hablo entre dientes odiando al menor.
Era claro que el nacimiento del hijo de Kardia arruinaría por completo sus planes, ya que siendo el su mano derecha y al no contar con ningún familiar el seria quien tomara posesión de todo cuanto poseía Kardia y siendo el un hombre enfermo del corazón solo tenia que esperar a que su corazón fallara.
Julián Solo un hombre inteligente y ambicioso, un hombre rico gracias a Kardia Antares quien le hizo su mano derecha y mejor amigo, confiándole cada uno de sus negocios dándole riqueza y poder, Julián era padre de unos gemelos SAGA Y KANON unos pequeños a los cuales Kardia amaba como si fuesen sus propios hijos, dándoles todo cuanto los pequeños deseasen ya que debido a sus problemas cardiacos era imposible que el tuviera un hijo propio.
Saga, Kanon – hablo con una enorme sonrisa en sus labios aquellos pequeños de tan solo 3 años de edad era toda la alegría que hasta ese momento Kardia conocía, tanto les amaba que en ocasiones aquellos pequeños le llamaban “papa Kardia” – vengan aquí – hablo sentado detrás de su enorme escritorio de cristal, al escucharle los pequeños corrieron y kardia con una sonrisa cargo y sentó a los pequeños en sus piernas.
Saga, Kanon – dijo y giro su silla haciendo que estos observaran a través del enorme cristal – pueden verlo todo cuanto ven algún día será suyo y ustedes tendrán que manejar todo cuanto poseo – ambos niños le observaban con ojos atentos y curiosos tratando de entender sus palabras.
No crees que es muy pronto para que digas eso kardia – hablo desde el marco de la puerta Julián, haciendo girar a Kardia con los pequeños aun en sus piernas.
Jajajajaajaj nunca es pronto para conceder los deseos de tu amigo no crees Julián estoy seguro que este par hará un excelente trabajo con todo esto – sonrió acariciando las pequeñas cabezas de ambos chiquillos.
Los meses pasaban, marcando segundo a segundo el cruel y triste destino que le esperaba largas noches sin dormir debido a las altas fiebres nocturnas, noches en las cual deseaba morir y no luchar mas…. pero un día sin esperarlo una noticia que nunca espero escuchar cambió su vida una noticia la cual marcaria su destino destino y daría los mejores 3 años de su vida.
FLASH BACK
Tengo algo que decirte Kardia – hablo una mujer de cabellos rubios y hermosa piel blanca – yo por algún estúpido motivo espero un hijo tuyo – al escucharla Kardia abrió sus ojos ante semejante noticia – pero haz de saber que no es mi deseo conservarlo.
Espera que has dicho …
Lo que has escuchado no deseo conservar a este pequeño bastardo que crece dentro de mi, estar contigo a sido el error mas grande que he cometido y la prueba de ellos es la atrocidad que crece dentro de mi – grito cargada de ira en cada una de sus palabras intentando golpear su vientre ya que Kardia lo evito a toda costa.
No no puedes hacer eso te lo prohíbo Artemisa…- grito enfurecido al escuchar las palabras que aquella mujer dijera.
Jajajajajaa tu no puedes prohibirme nada, no eres mas que un pobre diablo un pobre y patético moribundo – grito tratando de soltar el agarre de Kardia
Kardia estaba fuera de si respirando profundo tratando de calmar la ira que le invadía escuchar las palabras de una pobre mujer que solo pensaba en si misma.
Escucha Artemisa te daré lo que mas desees y cuanto me pidas – dijo arrodillándose ante ella –pero no te deshagas de el – se acerco tocando su vientre.
Artemisa esbozo una sonrisa pues ahora tenia a Kardia en sus manos y todo cuanto poseía, los meses pasaban rápido y todo capricho le era concedido, todo cuanto deseaba y ordenara.
Aaaaa aaaa – maldito engendro debí deshacerme de ti cuando pude – gritaba debido a los dolores que el parto le provocaban.
Por favor señora Artemisa debe tranquilizarse y ayudar a su bebe.
Aaaaa aaaaa Señorita Artemisa yo no pienso ayudar a nadie será mejor que haga su trabajo y saque a este engendro de mi …..
Los minutos pasaban y Kardia no podía esconder su nerviosismo al saber que su hijo estaba por llegar a este mundo.
Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa – grito cuando al fin Milo nació.
Felicidades señorita Artemis es un hermoso varón – dijo la enfermera asistente al tiempo que mostraba a Milo.
Quita a esa abominación de mi vista, hermoso es la cosa mas fea que haya visto largo de aquí – grito enfurecida al ver a Milo secando con el dorso de su mano el sudor de su frente
La enfermera abrazo a Milo y salió del cuarto donde fuera un padre emocionado recibía a su pequeño en brazos.
Por Athena eres hermoso Milo, mi pequeño Milo – dijo depositando un beso en su pequeña frente.
La noche transcurría lenta y Artemisa bajo la luz de luna a una horas de dar a luz abandono el hospital dejando de tras a Milo y a Kardia tomando todo lo que le había sido dado.
Aquella fue la ultima vez que Kardia supo de Artemisa odiándola por desaparecer y al mismo tiempo amándola por darle el mas hermoso de todos los regalos Milo.
END FLASHBACK
Kardia era realmente feliz ese pequeño niño de cabellos rizados los cuales a pesar de ser rubios como los de su madre eran igual de hermosos que los suyos, sus ojos hermosos azules y llenos de brillo eran perfectos al igual que su blanca y suave piel, sin duda un perfecto y único ser.
Todos le amaban y ofrecían regalos al pequeño por un momento Kardia olvido todo pues ahora su atención era para su pequeño hijo.
Dos años habían trascurrido ya desde que el pequeño Milo naciera 2 años en los cuales el corazón de Kardia había mejorado notoriamente, lo cual arruinaba los planes de Julian quien veía cada vez mas lejos el poseer todo cuanto Kardia poseía observando a sus hijos como los futuros ayudantes del pequeño Milo, sus ayudantes y hasta cierto punto su sirviente personal y no como dueños y señores de toda una gran fortuna.
Su cabeza daba mil vueltas pensando en como deshacerse de todo el pequeño niño sabia perfectamente que si este desaparecía sus planes retomarían su curso y mas aun con su tercer hijo por nacer.
Aquella noche llovía estruendosamente, las constantes y gruesas gotas no daban tregua y a pesar de ello el pequeño Milo dormía plácidamente, sin saber que aquella noche su vida cambiaria.
Julián caminaba de un lado nervioso pues su tercer hijo estaba por nacer, los gemelos se encontraban llorando pues habían visto la enorme mancha de sangre sobre el piso que minutos atrás su madre dejara tras caer.
El reloj marcaba la 1:00 am y la lluvia no cesaba los rayos eran cada vez mas fuertes y constantes, poniendo aun mas nervioso a Julian.
Haaaa haaaa haaa….- pudo escuchar el llanto de su tercer hijo- entro corriendo donde se encontraba y lo abrazo con fuerzas al ser entregado en sus brazos – Camus mi pequeño Camus- final mente había nacido después de largas horas de labor. – Camus gruesas lagrimas rodaron por sus mejillas al verle pues detrás de el se encontraba el cuerpo inerte de quien le trajese a este mundo, de aquel quien le diera la felicidad de 3 pequeños.
Varios minutos lloro al pie de aquella cama con Camus en brazos, sus pequeños gemelos lloraban parados bajo el marco de la puerta, a Julian le partía el corazón verles así, desprotegidos sin su madre y con un futuro incierto al saber que dependerían de Milo, siempre debajo de el y sus ordenes.
Saga ven aquí- llamo al mayor de los gemelos- también tu Kanon, el es su pequeño hermano Camus – dijo al tiempo que acercaba al pequeño a ellos colocando al recién nacido en brazos del mayor, se puso en pie y salió de aquella habitación dejando a los pequeños al pie de la cama donde yacía su madre, camino hacia la puerta y antes de partir observo a sus pequeños niños con gruesas lagrimas en sus ojos al pie del cuerpo inerte de su madre, su corazón se rompió al ver tal escena no tenia que pesarlo mas tenia que deshacerse de de Kardia y el pequeño que le quitaría lo que a sus hijos les correspondía por derecho, tomo suroverlor y salió de su hogar bajo la lluvia torrencial dirigiéndose al hogar de Kardia, para Julian no seria difícil entrar ya que siendo él el “mejor amigo y mano derecha de Kardia” podía entrar y salir sin que nadie le cuestionara.
- señor Julian buenas noches- saludo el guarida de la entrada principal el cual fue recibido por un disparo en la cabeza.
Julian entro a la casa disparando todo aquel quien le saludase guardias y sirvientes, entre los truenos de la noche eran inaudibles los disparos que Julian certeros daba a quien se cruzara en su camino, en su mente solo podía ver a su 3 pequeños hijos, cubierto en sangre subió donde el pequeño Milo dormía, apuntando su arma directo al pecho del pequeño…
-Este será tu fin maldito engendro, nunca debiste nacer – grito al tiempo que apretaba el gatilllo.
Acaso estas loco ¡ - grito Kardia enfurecido sujetando su brazo desviando el tiro haciendo que este se impactara en la ventana rompiendo el cristal
-No permitiré que es bastardo sea quien de ordenes a mis hijos en el futuro.
Aaaa aaaaaa aaaa – el sonido del disparo había logrado despertar al pequeño
-Estas loco Julián apártate de mi hijo- dijo al tiempo que tomaba al pequeño en brazos
Dame a ese bastardo Kardia – grito enfurecido
Julián estaba cegado de ira y dolor en su mente solo podía ver la imagen de sus 3 pequeños llorar –no permitiré que este bastardo tenga todo y mis hijos rueguen a sus pies.
Estas loco nunca debí darte tanto poder, no permitiré que te acerques a mi hijo.
Jajajajajaaj – rio sádicamente- tu y ese engendro no serian nada sin mi…si te hubiera matado hace 5 años ese bastardo no estaría aquí, debí matarte como lo hice con Degel…
Los ojos de Kardia se abrieron de la impresión al escuchar sus palabras.
Dame a ese bastado si no quieres morir.. – grito apuntando el arma hacia ellos.
Nunca permitiré que dañes a mi hijo – abrazo con fuerza a Milo quien lloraba sin parar, en un rápido movimiento Kardia logro arrojar a Julian una cajita de madera la cual guardaba dentro un hermoso escorpión de oro con dos diamantes como ojos, golpeando de lleno en la cara de este.
-Eres un maldito grito – pues aquel escorpión había logrado golpearle un ojo abriendo su ceja haciéndola sangrar.
Aprovechando Kardia cubrió a Milo con una manta de su Cuna y salto por la ventana, recibiendo al salir un disparo en la espalda justo a la altura del corazón.
Aaaaaaaaaaaaaa – un grito de dolor
Te dije que me entregaras al bastardo- disparo nuevamente sin éxito alguno.
Mal herido se puso en pie con dificultad abrazando fuertemente a su hijo tratando de esconderse en el jardín principal, Julian buscaba desesperado tenia que matarlos a ambos, la respiración de Kardia cada vez era mas débil, su visión se nublaba no podía mas- perdóname Milo – gruesas lagrimas rodaban por sus mejillas, estaba por caer cuando sintió la pequeña mano de su hijo tocar la suya sus pequeños ojos le miraban con amor y en sus labios una pequeña risa se dibujaba, Kardia le observo, maldiciéndose mentalmente por haber confiado en un loco, se puso en pie – TE AMO hijo – dijo y beso su frente, mal herido camino lejos de Julian logrando salir de su casa sin ser visto por el que alguna vez considero su mejor amigo..
Minuto a minuto paso a paso la vida de Kardia se extinguía, manteniéndose en pie solo por el gran amor que sentía por su hijo – perdóname Milo- gruesas lagrimas caían una a una mezcladas con el agua de la lluvia sudor y sangre, caminaba agonizante sin fuerza alguna manteniéndose solo por el inmenso amor a su hijo, su visión cada vez era mas nublada, estaba por desfallecer, no sabía cuanto mas podía resistir camino un poco mas y entonces a lo lejos pudo ver a un hombre, quien caminaba bajo la lluvia empapado y con ropas muy humildes Kardia camino hacia aquel hombre quien al igual que el llevaba consigo a un pequeño en brazos y de la mano aun pequeño no mayor de 5 años.
-es… espera - gritos apenas audibles – por favor espera, detente – caminaba lo mas rápido que las piernas le daban – por favor detente - grito nuevamente cayendo de rodillas.
Aquel ultimo grito hizo voltear a aquel hombre que al ver sangre en suelo mezclarse con la lluvia corrió de inmediato.
-Por Athena ¡ no se mueva llamare a una ambulancia
-por favor cuida de él no permitas que nadie lo dañe – gruesas lagrimas caían a una, – por favor cuídalo, ¡TE AMO MILO! – dijo en un ultimo aliento al tiempo que entregaba a Milo en brazos de aquel hombre…
Al tenerlo en sus brazos Sisyphus quien era aquel humilde hombre observo con un nudo en la garganta al pequeño de cabellos rizados quien mojado y cubierto en la sangre de su padre lloraba sin control, pasaron varios minutos en los cuales permaneció inclinado observando a aquel hombre sin vida, las sirenas de patrullas se escuchaban cerca y sabia que el permanecer ahí solo ocasionaría problemas así que sin pensar en mas aquel joven se puso en pie – cuidaré de el lo prometo – dijo al ponerse en pie dejando a Kardia detras…