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Todo era un engaño... por aiakafuri

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Notas del fanfic:

Mi tercer fic.

 

Esperó les guste.  

 

Como actualizo desde.mi cel, les recuerdo que cada capitulo deberan actualizarll 10minutos después de que lo agregue.  para que puedan leerlo completo.

Recuerden que suelo tener mala ortografía u.u asi que me disculpo de antemano.

Disfrutenlo y esperó sus comentarios y criticas.

 

El manga y los personajes no me pertenecen.

Notas del capitulo:

Espero les guste. 

La historia  surgio de un sueño raro que tuve xD

Decidi escribirlo en MidoTaka pprqué me parecio más adecuado. En un principio seria un AoSaku pero en fin

 

Disfrutenlo

—Takao....Takao...Takao— gritaba ese hombre mientras sujetaba fuertemente mi brazo.

 

— ¡Suélteme! Me está lastimando— forcejeaba por aflojar su agarré.

 

—Midorima-sensei esta lastimándolo. Suelte a  Kirishima-san. — intervino el Asami-sensei.

 

Midorima-sensei soltó mi brazo. Todo el mundo en la jefatura de enfermeras estaba en silencio viendo aquel hombre.

 

El hombre que jamás quise volver a ver.


El hombre que jugó con mis sentimientos y me engaño.

Midorima Shintarō, el as de Shūtoku y el padre de mi hijo.

 

 

————————————

 

Mi nombre es Takao Kazunari… Bueno ese era mi antiguo nombre.

 

Todo inició hace 5 años, acababa de ingresar a la preparatoria Shūtoku.  Me inscribí el primer día al club de básquet, pero no era el primero. Allí estaba él, el tirador número uno de la Generación de los Milagros, Shintarō Midorima. Él era sorprendente, lo admiraba desde que nos enfrentamos en la secundaria. Sus tiros eran hermosos y jamás fallaba.  

 

Conforme pasaban los días descubrí que era un Tsundere, amaba los horóscopos y los ítems lucky. Jamás salía sin ellos, y seguía sus predicciones.

 

En un abrir y cerrar de ojos, me había enamorado de él. Gracias a mi vista de halcón descubrí que él me miraba cuando se supone que yo no veía. Seguía mis movimientos y el contorno de mis caderas que sólo hacía para él.

 

Antes de que comenzara el primer torneo  de básquet me declaré, y para mi sorpresa el me aceptó y comenzamos nuestro lindo noviazgo.

 

Pasaban las semanas y él sólo hacia lo que oha-san decía.  Estaba frustrado y  comencé mis insinuaciones sexuales, aun así no cedía.

 

Cuando vi la Winter Cup se llevaba acabó en una semana. Un par de días antes nos reunimos en su casa a ver vídeos de los equipos a quienes enfrentaríamos. Teníamos una hora viendo vídeos, cuando se acercó y me besó.

 

Me deje llevar por el calor del momento. El besó se profundizó pronto sus manos recorrían cada parte de mí cuerpo. Me entregue a él. Quería ser suyo, pertenecerle y que él me perteneciera.

 

 — Te amo, Shin-chan— dije cuando él se corrió dentro de mí.

Desde ese momento en que él no me respondió debí saberlo, pero no, estaba tan enamorado que me cegué  y no vi la realidad.

 

 

 

Él comenzó a cambiar unos días después, supuse que era por los nervios ya que había iniciado la Winter Cup.  Lamentablemente nosotros perdimos y no llegamos a la final. 

 Llegando a la final a fuerza de sudor y lágrimas, Seirin contra Rakuzan.

 

La final fue emocionante teniendo como campeón a Seirin ese año.  Bajamos a felicitarlos, después de eso no vi  a Shin-chan por estar platicado con Alex, sensei de Kagami. Cuando lo encontré me colgué a su brazo.

 

 —Bakao no hagas eso—. Sonreí, siempre me decía eso, pero su tono de voz me alarmó un poco así que lo solté.

 

Paso un mes desde la Winter Cup y nos veamos pocas veces fuera de la escuela y entrenamientos. En la primera semana él había dejado de asistir en los entrenamientos, le pregunte y dijo que no podía explicarme por el momento.  En la segunda fue lo mismo, ya no nos íbamos juntos porqué tenía cosas que hacer. Y en la tercer semana me desmaye, fui llevado al hospital ya que el sensei no encontraba que tenía, Miyaji-sempai me acompañó.

 

Me hicieron estudios de urgencia, hasta un ultrasonido lo cual nos asustó.  Una hora después estaban los resultados, tenía casi dos meses de embarazo.

 

Miyaji-sempai se desmayó de la impresión, y yo... Bueno era una fuere noticia, si... pero era un bebé. Un bebé de mi Shin-chan. Lágrimas comenzaban a deslizarse por mis mejillas. Le pedí a Miyaji-sempai que lo mantuviera en secreto hasta que se lo dijera a Shin-chan. No le dije a mi familia tampoco.

 

La cuarta semana llegó. Acorrale a Shin-chan y le dije que teníamos que hablar, que era importante. Dijo que no podía, tenía que hacer algo. Así me la pase toda la semana hasta que el viernes lo acorrale a salida.

 

—Mañana a las 12 en el parque que está cerca de mi casa. No llegues tarde, no me importa si tienes cosas que hacer. Tienes que ir. — dije firmemente.  Él asistió y dijo que si llegaría.

 

—Al fin. Mañana le diré— dije mientras acariciaba mi vientre. Y mandaba un mensaje a Miyaji-sempai avisándole que al fin iba decirle.

 

—————————

El sábado amaneció, estaba nervioso.  Cerca de las 10:00 am recibí un mensaje de Miyaji-sempai diciendo que si lo podía acompañar al centro comercial a comprar un regalo para su novia. Acepte y a las 10:10 ya estaba con él.

 

Recorrimos prácticamente todas las joyerías de centro comercial. Miyaji-sempai escogió un lindo brazalete. —Hey  ¿A qué hora quedaste de verte con Midorima?— preguntó.

 

— A las 12— dije mirando mi celular. Faltaba media hora.

 

—Bien. Aún tenemos tiempo de un helado— dijo sonriendo.

 

— ¡Helado!— exclamé con los ojos brillosos.

 

—Si...vamos— dijo riendo. No dirigimos hacia la heladería. La cual era muy famosa por lo grande que era y sus deliciosos sabores.  Dimos la vuelta para quedar frente a ella  y automática mente me detuve, provocando que   Miyaji-sempai chocara contra mí espalda.

 

— ¿Por qué te detienes?— preguntó. Takao no respondió y  fijo su vista a lo que  estaba viendo el pelinegro.

 

Shin-chan estaba sentado con el antiguo capitán de Teiko, Akashi Seijūrō.  La mano de Shin-chan chocó contra el servilletero tirándolo, se inclinó a recogerlo al mismo tiempo que  Akashi provocando que se besaran y ambos se sonrojaran. Shin-chan no se  limpió  o le gritó como siempre lo hacía conmigo, y tampoco hizo ademán por soltarse cuando Akashi le sujeto la mano.

 

 

Salí  corriendo no me detuve a pesar de los gritos de Miyaji-sempai.

Era un mar de lágrimas." Que estúpido fui, todo este tiempo ha estado con él. Nunca me amo " esos eran mis pensamientos mientras corría mi casa. En la entrada de su cosa chocó  con la persona que me ayudaría a superar el engaño y las mentiras de Midorima Shintarō.

Notas finales:

Espero les haya gustado.

En unos dias actualizo, tengo que terminar "El besó que nos unió" y  luego publicare este.

 

 

Espero sus comentarios.

Gracias por leer. Besos :*


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