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Una leccion de vida por Aphrodita

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“A veces soy solo una espectadora mas, mi lugar lo conozco y lo respeto. Nunca te pedí nada a cambio, quizás algún que otro comentario, pero te he dado algo, me has quitado algo, solo pido a cambio... Un poco de vos. Trato de darte algo sin pedir mucho a cambio, no te conozco, no me conoces, no nos debemos nada... Solo te pido, solo exijo aunque sea tu compañía...”


Una lección de vida



Aphrodita




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Fic dedicado únicamente y especialmente a Reuroni_Ro (Romina) De Argentina ¡¡¡Cómo yo!!! XD Espero que te guste mi cielo n_n:


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One Shoot / Lemon:



Muu lo supo, a pesar de sus 15 años era un muchacho muy inteligente que se daba cuenta de las cosas quizás mucho antes que los chicos de su edad... Se podría decir que su mente era bastante rápida y madura, por eso supo que jamas su Maestro se fijaría en él... ¡Dioses! Era un niño, un adolescente confundido y enamorado ¿Enamorado? Lo más correcto seria decir: Impresionado, pues admiraba a su Maestro como quien puede admirar a un Maestro... O sea, lo era todo para él... Un sensei no es solo un profesor, un instructor, lo es todo... Desde un mentor a un ejemplo a seguir... Desde un padre a una imagen de hombre. Cuando uno cuando tiene un sensei aspira a ser como él, aspira a llegarle a los talones como mínimo... Uno como discípulo se esfuerza, se capacita, intenta ir mas allá de lo que realmente se puede... Todo por el orgullo, todo por escuchar las felicitaciones de nuestro querido Sensei. Por eso lo del pequeño Aries era admiración mas que amor... Pero no hay mucha diferencia tampoco, es solo un paso... No es difícil enamorarse de aquel a quien admiramos y respetamos.
El pelimorado supo que lo suyo era un imposible, no solo por el hecho de ser hombres... los dos... Sino más bien por la diferencia de edad, por sus mundos tan distintos producto de esa misma diferencia... ¡Por Athena! ¿Qué cosas en común pueden tener un niño y un hombre que ya vivió parte de su vida? Lo que aun le perturbaba mas al menor de los arianos era su escasa experiencia sexual por no decir nula.
Lo cierto era que en el Santuario, las relaciones entre hombres era algo común, mas estando en Grecia con costumbres tan griegas n_n. Debido a la escasez de mujeres no era extraño que más de un Santo haya y tenga sus primeras experiencias con sus compañeros de armas, por supuesto que era un secreto, pero a pesar de que nadie lo gritaba a los cuatro vientos había que ser demasiado ciego para no ver los movimientos nocturnos de aquellos jóvenes.
Sentado en las escalinatas del Templo, el pelimorado lanzo un suspiro de resignación... Para colmo, como si fuera poco, desde que había comenzado a notar lo que su Maestro le inspiraba, no lograba concentrarse en las clases, y tan mal que le hacia sentir un llamado de atención por parte de Shion. Muu intentaba, hacia todo el esfuerzo para ocultar sus inclinaciones y sentimientos, pero claro, el mayor de los arianos no era tonto.
Muu levanto su vista y tuvo que proteger sus ojos de aquellos rayos de sol molestos, una figura frente a él evito tan molesta luz.

--¿Hoy no entrenas?... –Pregunto Aries curioso.
--Lo mismo te pregunto... –Dijo Shura sentándose a su lado.

A pesar de la poca diferencia de edad, el pelimorado siempre se sintió muy niño, como si sus palabras o los diálogos que podía mantener con Capricornio aburriesen a este, sin embargo para el español no era así, con el lemuriano podía entablarse una conversación amena, quizás en algunas cosas se notaban los escasos tres años de diferencia, pero eran pocas las veces y casi siempre referidas a las sexuales, por ese motivo prácticamente nunca hablaban de sexo.

--Hoy me dio día libre... –Respondió Shura luego de un rato –Tenia cosas que hacer y bueno, disfruto de mi tiempo...
--Por lo que veo has ido al pueblo... –Pronuncio Aries con desgano.
--Así es... ¿Y tu Maestro? ¿Te libero también?...
--Hoy a la mañana me dijo que iría al Templo de Libra y que no vendría hasta tarde... –Respondió el pelimorado con despreocupación, sin embargo noto una media sonrisa en su compañero --¿Qué ocurre?...
--Así que esta con Douko ¿No?... –Dijo Capricornio sonriente, arqueando sus cejas.
--¿Y eso que tiene?... –Pregunto el lemuriano un poco molesto al ver que su amigo supo algo que él no.
--Desde hace tiempo que están juntos... –Respondió el español, era algo que medio Santuario lo sabia.

Muu se guardo la sorpresa que le dio no solo por saber que su Maestro andaba con otro Maestro, sino que le gustaban los hombres. Se guardo la sorpresa por orgullo, para no quedar como un idiota frente a Shura.

--¿Y se aman?... –Pregunto Aries con dolor, en realidad era eso lo único que le importaba en ese momento.
--¡Que se yo!... –Dijo Capricornio con un gesto despreocupado de hombros –No lo se... Igual fieles no son entre ellos... Yo lo he escuchado a Douko en el Templo de Capricornio, con mi Maestro...
--¡¿Douko engaña a mi Maestro?!... –Exclamo el niño inocentemente, aquello no le gusto para nada.
--Tranquilo... –Freno el español riéndose –No tiene nada que ver una cosa con la otra... O sea, se que estarás pensando que Libra es un bastardo, pero si en tal caso hay amor no deberían preocuparse por esas cosas, es tan solo sexo...

El pelimorado abrió sus ojos lo mas grande que pudo cuando escucho esas palabras, por eso Shura comenzó a reír... Era en esos momentos cuando los escasos tres años de diferencia en sus edades mas se notaba.

--De todos modos... Es injusto para mi Maestro si Douko lo engaña...
--No es tan así Muu... –Dijo Capricornio con un tono de voz que molesto al lemuriano, por tratarlo como un infante y un inocente –No te preocupes por eso tampoco... Si quieres para que te quedes tranquilo te cuento un pequeño secreto... –Al ver que Muu rápidamente asintió reiteradas veces y curioso, acotó: --Tu Maestro un par de veces visitó el Templo de Capricornio... –Finalizo guiñándole un ojo.
--¿Por tu Maestro?... –Pregunto Aries sintiéndose astuto al poder interpretar las palabras dichas por su amigo, al parecer no era tan mojigato e inocente, sin embargo...
--Yo no diría precisamente por mi Maestro... –Respondió el español poniéndose de pie para irse –Diría mas bien por su discípulo... –Una sonrisa se instalo en su cara –Nos vemos Muu... Y no te preocupes tanto por tu Maestro que él sabe manejar esas cosas...

Esas ultimas palabras peor hicieron sentir al pelimorado, quedo como un perfecto mojigato, una suerte de “quinceañera virgen”. ¡Por Aphrodita! De todo lo que se había enterado en una tarde, o mejor dicho en diez minutos: Su Maestro estaba con un hombre, que era un compañero de armas, se acostaba con otro, que no era nada menos que un joven... ¡Dioses! Era demasiado para su inexperta mente... El lemuriano se llevo las manos a la cabeza e intento ver el lado positivo de las cosas... Eso quería decir que tal vez, solo tal vez tenia posibilidades con su maestro... Pero entonces, si aun había esperanzas ¿Por qué Muu se sintió tan triste?. No había muchas posibilidades en verdad, quizás por eso se sintió triste, ya que Shura tenia 18 años y cierta experiencia sexual... Shura era todo un hombre, se podía ver su masculinidad en su caminar y en su hablar... En cambio el menor de los arianos era un niño aun y eso se notaba hasta en sus facciones, sus ojos reflejaban la pureza y la inocencia de su edad.
Muu se puso rápidamente de pie y con la decisión en su mirada hizo lo que cualquier chico de su edad puede hacer: Ir a hablar del tema con su mejor amigo. Caminó a través de las Casas como alma que lleva el diablo y no paro hasta llegar al sexto Templo del Santuario. Acostumbrado a los arrebatos que esporádicamente le daba a su amigo ariano, el próximo dueño del Sexto Templo se hizo a un lado para dejar pasar a ese tornado morado, Shaka supo que lo único que conseguía ponerlo así a su amigo era el Patriarca Shion.
Virgo escucho con su santa paciencia a Aries, desde sus pensamientos hasta sus monólogos, intervino recién cuando el lemuriano hizo una pausa para tomar aire, ya se estaba poniendo azul y rojo.

--Muu... Estas demente si piensas ir y tirarte a tu Maestro...
--Gracias Shaka... Eres todo un amigo cuando te lo propones... –Se ofendió Muu cruzándose de brazos y levantando su quijada en señal de enojo.
--Se centrado Muu... –Pidió el rubio negando lentamente con su cabeza –No puedes ir y lanzarte a los brazos de Shion... Si te rechaza ¿Qué sucederá después? ¿Has pensado en eso?...
--¿Tu te refieres a la relación de Maestro y discípulo?...
El hindú asintió con su cabeza y pudo ver a través de la mirada de su amigo como este pensaba en sus palabras.
--No es ético... Por mas que a tu Maestro le gusten los jóvenes como nosotros... No lo haría, pues creo que como persona adulta se ubicaría en su lugar... –Argumento el pequeño Buda triunfante.
--¿Sabes por donde me paso la ética Shaka?... –Aries no completo la frase pues era muy educado y correcto.
--Tu... Pero tu Maestro quizás no... Sabes como son en este lugar... Nuestros Maestros, los Maestros en general se guían por muchos códigos y principios... –Le dolió a Shaka tener que ser el quien le abra los ojos a su amigo.
El pelimorado comprendió las palabras de Virgo ¡Dioses! No supo para que demonios hablaba con él si siempre que se iba terminaba haciendo lo contrario.


’’’’’’


Muu tuvo entrenamiento y por Dionisio que le costo concentrarse. En plena clase acordarse de las palabras de Shura no ayudaron mucho a su pobre mente confundida. Shion también noto que su alumno estaba un tanto ido, despistado... Como para no estarlo, si debido al calor el mayor de los arianos se había quitado la camiseta... Tenerlo ahí, semidesnudo, transpirado y con esas ideas alocadas en su cabeza, el menor de los arianos tuvo que hacer un esfuerzo sobre humano para poder controlar su cuerpo adolescente y puramente hormonal.

--¡Muu! ¡Presta mas atención!... –Exigió el peliverde con su habitual autoridad y entereza.

El pelimorado soltó un suspiro de molestia, no le molesto la reprimenda sino no poder conseguir un mínimo de concentración. Shion noto ese suspiro de hartazgo y acercándose a él con una mirada asesina le dijo en la cara:

--1000 mas de esas...

El Patriarca era duro y exigente, sin dudas... Muu no tuvo mas opciones y al finalizar las mil flexiones con el pesado chizi (N/A: Pesas) Dejo de lado la parte de precalentamiento para seguir con una mas teórica... Siempre era igual, comenzaba con ejercicios básicos, continuaba con técnicas propias de Aries, finalizando con la parte mas teóricas de todas que casi siempre era referido a la reparación de armaduras.
Ese sin lugar a dudas no fue precisamente su día. Digamos que su Maestro también lo noto por eso al terminar las clases y luego de la cena intento dialogar con su pupilo para saber que demonios le pasaba últimamente... Aunque Shion sospecho acertadamente que le ocurría a su discípulo.
Sentado en una silla, mientras el menor de los arianos lavaba los trastos sucios, el Patriarca intento averiguar:

--Muu... Has estado muy desconcentrado últimamente...
--Lo se... –Dijo el pelimorado con un atisbo de enojo en sus palabras, en sus actos se pudo notar la molestia que aquello le causaba, pues lavo los platos como si fueran enemigos.
--¿Qué te ocurre pequeño?... –Pregunto el peliverde con un poco mas de tacto al notar esa incomodidad en su niño.
Dioses... Para colmo “Pequeño” ¿Tenia alguna necesidad de decirle pequeño?.
--No me ocurre nada... Maestro... –Respondió Muu remarcando la ultima palabra.
Asombrado por la postura del menor, el hombre arqueo sus cejas, de tenerlas, y guardo unos segundos de silencio.
--Acaso... ¿Estas enamorado de alguna chica?... –Inquirió Shion con perspicacia.
Un plato se le escapo de sus manos estrellándose estrepitosamente en la bacha, de pura suerte no lo rompió, pero el ruido alerto a su Maestro: Había dado justo en la tecla
--¿Quién es? Si se puede saber...
--No es precisamente una chica... –Se animo a confesar Muu, al fin y al cabo su Maestro nada podía reprocharle y de hacerlo... La que le esperaba.
--Oh... Esta bien... –Comprendió el Patriarca –Es natural en el Santuario...
--Maestro... –Interrumpió el menor de los arianos harto de toda la historia.
--¿Qué?...
--Nada... –Al final el pelimorado se arrepintió pues ¿Quién era él para reclamarle cosas de su vida sexual y privada? No era nadie, no podía reprocharle nada.
--Sabes que creo Muu... –Hablo el hombre mayor muy paciente –Que no es eso lo que te tiene desconcentrado en las clases... Algo te ocurre y opino que tengo el derecho de saber...
--¿Saber que?... –Pregunto Muu con sumo enojo.
--Eso... Por que estas tan enojado conmigo... –Si su pequeño discípulo quiso hablar de manera clara, él fue aun mas claro que el agua.
--No lo se... No se porque estoy tan enojado... –Reconoció con tristeza el pequeño Aries dejando de lado los platos para voltear.
El peliverde comprendió que sus sospechas eran ciertas.
--Dime... ¿He dicho o echo algo el ultimo tiempo que te perturbo de sobremanera?
--Usted va muy seguido al Templo de Libra... –Soltó el pelimorado de una con tono de reproche sin medir palabras, de forma encubierta hablo de aquello que le perturbaba.
Shion asintió levemente, comprendiendo finalmente todo ese embrollo.
--Exactamente ¿Qué es lo que te enoja?... –Pregunto el Patriarca con tranquilidad poniéndose de pie para enfrentar a su pupilo, debía hablar del tema con él --¿Qué me acueste con un hombre? O ¿Qué me acueste con alguien?...
Hubo algo distinto en el tono empleado en las ultimas palabras, el pelimorado lo noto... Pero no pudo interpretarlas correctamente.
--Yo... Yo... No se... Supongo que lo admiro y al enterarme de eso yo... –Quiso argumentar Muu sin éxito.
--¿Te decepcione?...
--No... Nunca... –Negó el menor de los arianos rotundamente –Jamas me decepcionaría de usted Maestro... Creo que en realidad son celos... –Bajó su vista sintiendo profunda vergüenza por su confesión.
--¿Celos?... No deberías sentirlos... Tu lugar no te lo quitara nunca nadie... –Shion caminó hasta su pequeño discípulo y tomo uno de sus mechones entre sus dedos.
--No Maestro... Usted no entiende... –Contradijo el pelimorado enrojeciendo súbitamente, su maestro había mal interpretado sus palabras y necesito aclararle que esos celos, eran otro tipo de celos.
De manera inocente, Muu tuvo pensado confesar su secreto amor, pero cuando quiso abrir su boca para decírselo una lengua invadió furtivamente aquella húmeda y caliente cavidad.
--Oh... Mi pequeño pupilo... –Susurro Shion con la voz ronca aferrando la cintura de su niño.
--Ma-Maestro... –Balbuceo Aries entre asustado por el arrebato y emocionado por la situación, quiso acotar algo pero nuevamente esa boca sello sus labios.
--Aunque este mal... Y no deba hacer esto... –Pronuncio el hombre en el oído de aquel joven mordiendo sensualmente su oreja –Te daré unas clases especiales... –Comenzó a bajar por el cuello del pelimorado con húmedos besos.
--Maestro yo... –El pelimorado se sintió confundido pero el hombre evitó sus palabras con otro beso, y aferrando su trasero lo arrastro por todo el Templo.
Confundido, turbado, emocionado, no supo como llegó pero su espalda dio contra un colchón, estaban en el cuarto de su Maestro.
--Ahora te voy a quitar la ropita... –Pronuncio Shion con todo el morbo en su voz y en su mirada –Oh Que belleza... Eres todo un hombre... –Exclamo cuando lo tuvo desnudo, con la mano temblorosa por la excitación recorrió aquella tersa piel.
--Ahaa... –Fue lo único que surgió de la boca del pelimorado, se mordió los labios para evitar gemir cuando la poderosa mano de su sensei aferro su enhiesto pedazo.
--¿Te gusta verdad? ¿Te gusta?... –Pregunto el patriarca insistentemente –Oh si mi niño... Te haré mío... Que delicia... Eres toda una criatura...

El menor de los arianos abrió sus ojos cuando aquellas calurosas manos dejaron de acariciar su cuerpo recostado en la cama, se encontró con la escena de su sensei como siempre lo quiso tener: Desnudo. Sin embargo algo en el se quebró ¿Realmente quiso eso?

--Tómalo con la mano... –Pidió el peliverde acostándose a su lado y guiando la mano de Muu a su entrepierna –Aferralo bien... Sacúdelo...
El pequeño Aries obedeció el pedido de su Maestro, mas por el echo de que era su Maestro que por propia decisión.
--Oh... Se siente bien... –El peliverde prácticamente hablo solo –A mi me gusta ¿A ti te gusta?...
El pelimorado asintió por complacer a su hombre, pero en realidad no lo supo con certeza.
--Ah Maestro... Eso es... –Intento decir Muu cuando su Maestro aferró con violencia su miembro pero no pudo.
--Lindo... –Completo Shion la frase sacudiendo aun mas su pedazo –Vamos Muu... No seas tan vergonzoso... Distiéndete, relájate y disfruta...

Cuando el Patriarca termino de decir aquello aferro la pequeña mano de su discípulo para acelerar su propia masturbación y con gemidos llego al orgasmo que, debido a la posición, se desparramo sobre las piernas de la criatura.
Con lujuria, el peliverde bajó hasta las temblorosas piernas del pequeño y saboreo su propio néctar:

--Delicioso... ¿No quieres probarlo?... –Acomodándose quedo en un perfecto 69.

Como Muu aun seguía indeciso, Shion acomodo sus piernas entre la cabeza pelimorada del niño y guió su pedazo hasta su boca, mientras que hacia lo suyo con el miembro del menor de los arianos.

--Maestro... Dioses... Maestro... –Pronuncio el pelimorado reiteradas veces a causa del placer que la boca de su sensei le estaba dando.
--¡Uhuhu! Muu... Meteme un dedo... Meteme uno por favor... –Suplico el Patriarca con lascivia, con cierta duda Muu obedeció.
--Despacio... Métemelo despacio... Ahaa... Así... Bien adentro... –Dijo el peliverde cuando sintió ese dedo en su intimidad, engullo con enfermo deleite el considerable miembro de su pupilo en agradecimiento por ese dedo.
--¿Le gusta Maestro?... –Pregunto el pequeño Aries con inocencia, realmente le preocupo saber si ese incomodo dedo le gustaba aunque sea un poco.
En respuesta Shion gimió estrepitosamente y sobó el miembro de su discípulo con tanta pasión que le causó dolor.
--Muévelo... Muévelo despacito... Sácalo y metelo... –Exigió el Patriarca abriéndose mas de piernas.

Sumiso el pelimorado obedeció y esa entrega enloqueció aun mas a su Maestro, quien sin asco saboreo el agujero virgen del niño, para dilatarlo y prepararlo mejor. A pesar de que esa lengua en su trasero le provocaba unas ganas tremendas de moverse, Muu no pudo disfrutarlo del todo, se encontraba aun muy confundido, todo había sido muy rápido.
El peliverde también notó esto, mas que nada porque el pedazo de su pupilo a pesar de estar duro no daba indicios de largar su semen. Sin embargo Shion no se privo de nada, y una vez lo suficientemente humedecido el agujero del pequeño introdujo un dedo con cierta dificultad.

--¡Ah!... –Un grito de dolor por parte del menor de los arianos.
--Tranquilo... Duele al principio para ya pasa... Te haré gozar... –Aseguro el patriarca moviendo ese dedo con insistencia y devoción –Que estrecho eres... Todo un encanto... Metete mi pedazo en tu boca... Así mi niño...

Muu obedeció y con un poco de asco se llevo ese miembro a la boca, la primera vez y por los gemidos del mayor creyó que no lo estaba haciendo tan mal, era tan extraña esa textura suave y caliente, parecía que un caramelo salado se derretía eternamente en su boca.

--Ma-Maestro eso duele... –Se quejo el pelimorado cuando su sensei movió con pasión ese dedo, además era incomodo no placentero.

Ignorando las palabras de su pupilo intento introducir un segundo dedo con mas dificultad que antes y mas gritos por parte del niño, sin embargo su boca se vio invadida por el pedazo de su Maestro y ese liquido espeso y caliente llamado semen que nubló sus sentidos provocándole arcadas.
Luego de un buen rato Muu se acostumbro a sentir esos dedos metidos allí adentro y moviéndose rápidamente. Era extraño, muy extraño.
A pesar de haber acabado, el miembro del hombre se encontraba tan duro como en un principio, sumamente excitado y con la paciencia agotada, Shion volteo a su discípulo para acostarlo boca arriba, apoyando su pesado y trabajado cuerpo sobre el niño, acomodo su miembro en su entrada.

--Tranquilo... Seré cuidadoso... –Aclaro el Patriarca empujando un poco y enterrando apenas la punta del pedazo, el menor de los arianos ahogo un grito y se aferro a la espalda ancha de quien le estaba quitando su virginidad.

El pelimorado cerro sus ojos e intentó cerrar sus piernas que dulcemente el peliverde le separo para facilitar la penetración y lo tomo por los tobillos para elevarlos sobre sus hombros.
Ahora si Shion empujo un poco mas enterrando la mitad de su pedazo, Muu clavo sus dedos en la espalda de su sensei mientras este le distraía con suaves besos en todo su cuello estirado y en su boca confundiendo los sabores de ambos, de esa manera pudo tocar fondo. Con todo su miembro metido en aquella cavidad caliente y cerrada, tuvo que detener sus movimientos para no acabar tan rápido. Esos anillos de carne amenazaban con llevarlo al limite del orgasmo, sin embargo no lo soporto mas y empezó a embestir a la vez que con extremo morbo dijo:

--¡Eres virgen!... ¡Eres virgen!... ¡Dioses!... ¡Que culo divino!... ¡Que culo virgen y divino me estoy “comiendo”!... –El Patriarca siguió metiendo y sacando con insistencia y cuando noto que no soportaría mucho mas, volteo nuevamente a su niño para dejarlo de espaldas con su pedazo enterrado hasta el fondo, de esa manera podía masturbarlo.
--¡Maestro duele!... –Se quejo el pequeño Aries y era cierto, sin embargo su miembro comenzaba a dar espasmos avisando que pronto largaría su néctar.
El pelimorado se acomodo mejor sentándose sobre ese duro y palpitante pedazo.
--Eso es... Eso es mi niño... –Pronuncio el peliverde en el oído de su pupilo, Muu debido a la posición no pudo ver el rostro de su Maestro surcado por el placer –Quiero que tu también acabes... Quiero que lo goces... –El hombre masturbo con pasión el pene de su joven amante que comenzó a palpitar en su mano y a endurecerse cada vez mas –Eso es Muu... Acaba... Vamos... –Lo alentó sin dejar de mover sus caderas enterrando su pedazo en cada estocada.
--¡Aahaaa!... ¡Ma-Maestro! ¡Aahhha!... –Cuando por fin su semen salió ensuciando la mano grande de su hombre, el menor de los arianos dejo que su cansado cuerpo se recostase sobre el pecho de Shion mientras este le daba las ultimas estocadas.

Muu sintió como ese miembro se endureció aun mas en su intimidad, luego un gemido estrepitoso y varonil por parte del patriarca y ese liquido caliente y espeso en su intimidad.
Shion se dejo caer de espaldas a la cama con su pequeño aun incrustado por su miembro, dormitaron un buen rato hasta que el patriarca intento levantarse.

--Maestro... –Muu quiso decir muchas cosas pero no surgieron de su boca.
--Se que esto estuvo muy mal pequeño... –Reconoció el mayor de los arianos y sentado en la cama acaricio la mejilla de su pupilo –Se que no es ético y que no esta permitido... Prometo que no volverá a suceder, no pude evitarlo esta vez... No pude Muu... Eres una criatura muy hermosa y cuando note tus inclinaciones, tus miradas sobre mi, esta idea vino a mi cabeza... Atormentándome día y noche... Hasta hoy que lleve a cabo esta locura... Lo siento...
--Yo no me arrepiento Maestro... –Susurro el pelimorado sintiendo nuevamente vergüenza por estar desnudo frente a otra persona, era la primera vez que estaba desnudo frente a alguien. –No se mortifique... –Pidió Muu creyendo que su pena era por lo prohibido.

Shion le dedico una dulce sonrisa y poniéndose de pie para vestirse se alejo rumbo al baño... Luego, desapareció, volviendo recién a la noche para cenar... Del tema no se hablo, era como si el Patriarca lo hubiese olvidado.


’’’’’’


Esa noche Muu no pudo dormir, aunque lo intento no pudo pues había algo que lo atormentaba, si su Maestro atravesó esa barrera a pesar de los prejuicios y los valores quizás podía dejar de lado la culpa y entregarse de corazón a su pequeño pupilo. Pobre Muu... Que inocente, no pudo ver en sus palabras y en sus actos que en ningún momento su Maestro sintió culpa por lo que hizo... De echo hizo lo que hizo por placer, porque ya no soporto mas ver su delicado y formado cuerpo de adolescente y no tenerlo. Eso lo comprendió el pelimorado recién al otro día, no había pasado casi nada de ese confuso episodio que se le sumo uno mas.
Necesito hablarlo con su mejor amigo, necesito contarle con lujos de detalle que por fin se le había dado con su Maestro, necesito contarle sus miedos y sus dudas... Aprovecho la tarde libre que Shion le había dado para correr rumbo a Virgo y encontrarse con el rubio, supo que no era buen momento cuando pisó el Templo pues unos gemidos llegaron a sus oídos... Muu se hubiese ido de la sexta Casa para no interrumpir de no ser por escuchar una voz extremadamente familiar... Y si, lo era... En ese momento comprendió, mientras sus pies lo llevaban al cuarto del pequeño Buda para presenciar la escena de su Maestro enterrando con extrema dedicación su pedazo, que todo fue por placer.
Con una extraña sensación en su pecho que no era enojo, el pequeño Aries se alejo rumbo a su Templo... Desde ese día su tonto corazón aprendió a diferenciar el sexo del amor, solo cabia esperar no volver a equivocarse con las personas y elegir correctamente a los amigos y amantes.
Shion era un ser libre y si su corazón estaba atado, le pertenecía por entero a Libra... Shaka solo fue una víctima mas del Patriarca, como lo fueron los otros guardianes, solo que por temor a su amistad, Virgo no quiso hablar, intentando evitar que su mejor amigo sufriera ese desengaño
A veces no es muy bueno que un amor sea correspondido.




¿¿¿ FIN ¿¿¿




¡Ódienme! ¡Lo termine re feo! ¡Juas!... Perdón *_* No lo vuelvo a hacer.
Comentarios por favor.
Espero Romina que te haya gustado, no se si esta pareja es de tu agrado, espero que si n_n.
Aviso desde ahora que tardare bastante en aparecer, estoy n plena mudanza y debo trabajar como enano, así que paciencia.


Rosas!... http://miarroba.com/foros/ver.php?id=856757


7 de diciembre del 2005 20:37 Hs.


Exclamaciondeathena@hotmail.com



“A veces todo esto cansa, luchar o seguir adelante... Ser parcial, ser humilde, algo te desborda, te saca de quicio y explotas... Y ahí todos te señalan pero se olvidan de los minutos que vos ofreciste, se olvidan de los pocos minutos de diversión o entretenimiento... Se olvidan de las sonrisas y de las lagrimas, de las emociones: de enojarse o de alegrarse... Se olvidan de eso y te señalan con un dedo... Eso es injusto, porque a veces te cansa y mandas todo a la mierda y recién ahí te juzgan sin reconocer un solo segundo que ofreciste de corazón...”

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