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DESTINOS por Cloud_N_Angel

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Notas del fanfic:

No hay mucho que decir, solo espero que les guste mucho. Esta historia se la dedico a mi unnie hermosa, muy especial para mi, y una grandiosa escritora, KyuSung4ever. 

 

Gracias por leer.

Notas del capitulo:

Espero que les guste esta historia, paciencia por favor, soy una tortuga al escrbir ;;; 

Disfrutenla

 

"¿Qué son los destinos?"

 

Los destinos son espíritus en forma de "animales" que te acompañarán y cuidarán de ti el resto de tu vida; fueron creados para mantener un balance entre el mundo espiritual y terrenal. Cuando nace una persona, al mismo tiempo nace su "destino". Éste se le designará según la familia en que nazca y lo que la vida le tenga preparado.

Ellos no necesitan comer, sin embargo, dormir es realmente importante para ellos, al igual que para su "dueño", debido a que están muy cargados de energía espiritual, aunque esto dependerá de la raza que sea.

La personalidad de cada destino varía dependiendo de su dueño y de la personalidad de éste. Los destinos protegerán a sus dueños por sobre todas las cosas, esa es su principal misión, aunque cabe resaltar que los destinos no protegen a sus dueños de accidentes o agresores terrenales, pues ellos son del mundo espiritual.

Las personas están unidas espiritualmente con sus destinos, ya que son creados de la misma alma, por lo tanto, su vínculo es irrompible. Podrían desaparecer en casos extremos, sólo si la persona llega a odiarlos, o si se suicidarse, si eso sucediese, la persona queda condenada a vivir infeliz el resto de su vida.

¿Hasta ahorita es sencillo no? Los destinos son muy importantes en este mundo para que todo marche bien.

Una persona nunca está sola porque ¿qué sería de las personas sin sus destinos? Pues los destinos también ayudan a sus dueños en la toma de decisiones y ellos tratan de evitar que las personas vayan por el mal camino. En fin, continuemos...

El mundo está dominado principalmente por dos grandes familias: Los Felinos y los Caninos, ya que son las familias más grandes que existen sobre la Tierra.

El destino que le fue otorgado a cada persona nacerá con características únicas, cada destino es único e irrepetible. Ellos complementan lo que a la personalidad de su dueño le hace falta; ambos tendrán actitudes similares, etc.

Los destinos aman a su dueño más que a otra cosa, jamás harían algo en contra de ellos. Hasta ahora, la principal característica de esta relación es que al momento de nacer una persona, nace solamente con un destino, sólo uno.

 

----

 

Kim Jong Woon es un chico de 18 años de edad, posee una tersa piel ligeramente canela, cabello negro profundamente obscuro como la noche, un tanto lacio cortado en capas con un largo hasta el inicio del cuello, despeinado por distintos motivos y movimientos, con fleco por debajo de las cejas; manos pequeñas en comparación del resto, labios bien delineados y carnosos con unos hermosos y misteriosos ojos igualmente bien delineados similares a los de un felino, al igual que su complexión. Tenía una hermosa voz grave y levemente ronca, que sin dudada lo hacía cantar increíble.

 

YESUNG

 

Mi nombre es Kim Jong Woon, pero pocos me conocen como Yesung, ese fue el sobrenombre que me dió Nana. Trato de comportarme como el resto de las personas que transitan diariamente por las calles o como los alumnos que van de lunes a viernes al instituto, pero la gente no lo ve así, me ven como si fuera un fenómeno y a cada momento me llaman "raro", pero bueno, no le encuentro nada de malo a eso, incluso me agrada... saber que soy distinto me hace sentir bien, o al menos eso trato de pensar.

Aunque no los culpo, una de las principales características de los destinos es que las personas nacen sólo con uno, y pues, yo nací con dos. ¿Sorprendente? Ni yo lo entiendo.

Tengo dos destinos en forma de tigre, una hembra color blanco y ojos azul zafiro llamada Melo, y un macho color negro con ojos amarillos o rojos (según su humor) llamado Kkoming. Ambos son gemelos, y han cuidado de mi desde siempre.

Vivo en un pequeño pueblo llamado Cheonan, estoy con Nana, de 35 años de edad, una mujer que ha cuidado de mi como mi madre. Sí, soy huérfano, vivo con ella desde los 8 años, al parecer mis padres murieron cuando Nana me encontró, pero de ahí en fuera ella nunca ha querido contarme nada más, y yo no he sentido curiosidad. Extraño, tal vez.

El otoño es mi estación favorita del año, es misteriosa pero tranquila, muy fría pero aun así conserva un poco del calor del verano. He vivido en este pueblo toda mi vida –desde que tengo memoria–, aunque por mi situación no soy muy social que digamos, las personas no me permiten acercarme a ellas por miedo a que les suceda una maldición como a mí, porque todo el mundo sabe que soy huérfano, y el hecho de que tenga dos destinos piensan que es una maldición, o algo así. Y por lo tanto, no tengo la más mínima intención de relacionarme con personas así, mis destinos son los únicos que cuidaron de mi desde el inicio. 

A parte, mi salud no es muy buena, por lo que no podía salir mucho de casa, y tengo que tomar medicina constantemente, aunque con el paso del tiempo he mejorado bastante y puedo llevar una vida común, con varios cuidados. Acabo de terminar la preparatoria, y llevo 3 meses de vacaciones, de las cuales sólo me queda un día. El tiempo realmente vuela.

 

–¡¿Oye Wonnie, ya terminaste tus maletas?! –gritaba Nana desde la sala.

–¡Sí! –respomdí desde mi cuarto ya que se encontraba en el segundo piso, estaba alistando mis cosas para irme de la casa.— Extrañaré mi habitación. —dije nostálgico, tomé mis maletas y bajé las escaleras, las dejé junto a la puerta de entrada y llegué a donde estaba Nana.

–Tienes todo listo, ¿no se te olvida nada? —me decía nerviosa mientras me repetía todo lo que debía de llevar.

–Si Nana, estoy seguro que no olvido nada. —sonreí mientras ella suspiraba.

–¿Estás convencido de esto? Será un cambio muy difícil para ti. —me decía preocupada.

–Lo tengo que hacer... en Cheonan no hay muchas opciones y quiero seguir estudiando, además, iré a una de las mejores Universidades que existe en Corea del Sur, en Seoúl.  Y lo mejor es que nadie me conoce. —dije sarcástico.

–Lo sé, y quiero lo mejor para ti, por eso no me negué a que te fueras, pero no puedo evitar sentirme preocupada, aunque... admito que te hará muy bien empezar de cero. Serás muy feliz. —respiró profundo, esbozando una débil sonrisa. Puede ver como abundantes lágrimas abandonaban sus ojos sin poder retenerlas más; me dolía mucho verla de esa manera.

–Pero no estoy triste, así que no quiero que te sientas culpable o algo por el estilo. Nada de eso. –se secó las lágrimas y me dedica una enorme sonrisa.

–Me esforzaré para que todo salga bien y en cuanto pueda vendré a visitarte. Gracias por todo Nana, de verdad, no sé qué hubiera hecho sin ti. —la abracé lo más fuerte que pude envolviéndonos en un abrazo cálido lleno de sentimientos y despedidas, porque sería el último durante un tiempo.

–Gracias a ti por iluminar mi vida y llenarla de felicidad, eres de lo mejor que me ha pasado, mi niño. —musitó acariciando mi rostro.

-Pero no hay tiempo de sentimentalismos, esto ya lo habíamos hablado y nos dijimos todo lo que teníamos que decirnos y nos despedimos una semana entera así que hay que darnos prisa o de lo contrario perderás el autobús. —ríe mientras toma alguna de mis maletas.

–Ya es hora de que despiertes a Melo y a Kkoming, y ve por Hikaru de una vez ¿sí? ¡Date prisa! –grito mientras comenzó a subir mis maletas a la camioneta.

Subí las escaleras hasta un cuarto que estaba al fondo del pasillo, entré cuidadosamente viendo como dormían profundamente mis pequeños tigres, o así me gusta llamarles, ¡porque están enormes! No los puedo comparar con Hikaru, que es una pequeña gatita persa color gris y ojos entre gris y azul cielo cristalino, igual de linda que Nana, siempre cuido de mis tigres enseñándoles buenos modales. Ahh, debo apresurarme o Nana me golpeará de regalo.

 

–Melo, Kkoming, ¡despierten! ¡Es hora de irnos! —musité mientras los mecía ligeramente para que despertaran lentamente.

–¿Ya es hora de tu viaje? —me preguntó Hikaru somnolienta.

–Así es, Nana nos espera a los cuatro en la camioneta.

–Entiendo, entonces ¡MELO Y KKOMING DESPIERTEN COMO UN DEMONIO O LOS CASTIGARÉ COMO REGALO DE DESPEDIDA! —gritó "la pequeña gatita inofensiva" haciendo que ambos tigres, y yo, brincáramos del susto.

–Buena manera de despertarlos ehh. —reí mientras la cargaba en mis brazos.

–¡Hola Yesung! —decía Melo como niña pequeña totalmente despierta mientras se estiraba.

–Hola pequeña dormilona, es hora de irnos.

–¡Como digas! Apúrate Kkoming o llegaremos tarde. –respondió Melo mientras le daba un ligero golpe en la cabeza al pobre de Kkoming para despertarlo; cabe mencionar que Melo es muy, como decirlo, "tierna".

–¡Eish! Ya estoy listo. —agregó Kkoming estirando todo su cuerpo para terminar de disipar el sueño.

–Muy bien, ahora si hay que salir ya. —dije suavemente mientras mis dos felinos se convertían en tamaño pequeño, como cuando eran bebés. Los destinos pueden hacerse pequeños para mayor comodidad de su dueño, porque si tus destinos crecen de una manera muy grande, dependiendo de la familia, como los tigres, te es muy útil esa característica que poseen. Algo así me explicó Nana.

Salí de la habitación con Hikaru en brazos y mis dos felinos tras de mí.

 

–¡Yesunnie! Yo también quiero que me cargues como a Hikaru~eomma. –replicaba Melo restregándose en mi pierna.

–Lo haría si pudiera, pero estas un poco pesada para mí, linda. —reí divertido.

–Quien te manda a crecer tanto Melo. —agregó Hikaru mientras reía al ver los pucheros que hacían ambos tigres.

–Puedo hacerme más pequeña si quieres Yesunnie. —musitó Melo un poco molesta.

–Pero así de grandes los amo. —respondí mirando a ambos felinos, los cuales se me acercaron y comenzaron a ronronear y restregarse en mis piernas. Ellos podían ser sumamente tiernos cuando se lo proponían; salimos de la casa y subimos a la camioneta, Nana nos regañó a todos por tardar tanto pero al final se tranquilizó.

 

— — —

 

Íbamos de camino a la terminal, no quería que Nana me llevará a mi nueva casa, sería más difícil la despedida y Nana tiene trabajo que atender; veía las calles de Cheonan por última vez, realmente no las iba a extrañar, me traían muy malos recuerdos, "amargos" en su mayoría. Lo único que me provocaban era el temor de dejar lo que conocí por 18 años; ahora la nueva ciudad a la que iba sería diferente, espero.

Y cuando menos lo esperé ya habíamos llegado a la estación. Nana estacionó la camioneta en el aparcamiento de la central, bajamos de la camioneta y yo tomé todas mis maletas, nos adentramos a la terminal donde partiría mi autobús, nos sentamos en la sala de espera mientras se llegaba la hora de mi partida, yo platicaba con Nana y mis felinos jugaban con Hikaru corriendo de un lado a otro.

–La casa tiene teléfono así que estaremos en contacto. –hablaba Nana.

–De acuerdo. –sonreí y asentí.

–Aunque de cualquier modo deberás comprar un celular, supongo que los universitarios lo utilizan mucho ¿no?

–Si, en cuanto me acople a las clases buscaré un empleo y lo conseguiré.

–Suerte en tu nueva escuela, tienes un gran talento y el mundo debe conocerlo. —hablaba emocionada codeando mi brazo.

–Gracias, si no hubiera sido por el vídeo que mandaste, no me hubieran aceptado. —reí soltando un suspiro. Es verdad, amo la música, y deseaba entrar a una academia para desarrollar el talento que poseo según Nana.  Así que ella una vez me grabó mientras cantaba, mandándolo a la academia. Y fue entonces que ellos me mandaron una carta de aceptación.

–Cuídate muchísimo, las personas serán muy distintas a comparación de Cheonan. En Seúl te trataran muy diferente; no salgas tan noche, es peligroso. Come saludable, abrígate muy bien. –me indicaba Nana como periquito.

–Haz muy buenos amigos, aunque sean pocos pero que sean verdaderos, que puedas confiar en ellos y ellos en ti... diviértete mucho, estudia al máximo y siempre da lo mejor de ti, no dejes que te hagan sentir mal. –continuaba muy concentrada viendo hacia el frente, a todo lo que me decía yo asentía pero: "¿Cómo puede memorizar todas esas indicaciones" reí internamente.

 

–No compres demasiada ropa, asea tu casa, cuida mucho de Melo y Kkoming, y sobre todo contrólalos, ya sabes como son. —seguía diciéndome Nana.

–Uhm, lo de la ropa trataré de hacerlo, lo prometo, y de mis pequeños, claro que los cuidaré no te preocupes. —sonreí pensando que había terminado, y no fue así...

–Sal de vez en cuando, te hará bien distraerte de los estudios, toma muchas fotos, háblame por teléfono cada vez que puedas ¿está bien? ¿te quedó claro? —afirmé a todo lo que me dijo y ella sonrió.

–Duerme tus horas adecuadas, cuando tengas días libres puedes dormir muchas horas pero debes comer seguido y salir a caminar también, eh; sal a pasear con tus tigres y juega con ellos, y sobre todo... —hizo una pausa y me miro seriamente.

–¿Hay más? —pregunté sarcástico, 
levemente mareado de tantas instrucciones que me había dado.

–Sí, y escúchame bien, ya estás en Universidad y es tiempo de que pase. —expresaba Nana mirando hacia las ventanas que dividían la sala de espera y los andenes de los autobuses.

–Ya es la época de que encuentres al amor de tu vida, no le entregues tu corazón a cualquiera, eres muy especial y apuesto que mucho se darán cuenta, deberás tener mucho cuidado. —asentí no muy convencido, aunque sonaba bonito.

–Para eso, les encargo mucho a Yesung ¿está bien? Melo y Kkoming, cuiden que éste despistado no se enamore de cualquier idiota que no valga la pena. –decía Nana acariciando las cabezas de ambos felinos quienes estaban sentados frente a ella afirmando a sus indicaciones.

–No te preocupes, así lo haremos. —respondió Melo alegre, sonreí ante tal escena.

–Bien, bien, trataré de encontrar a la persona indicada. –agregué cargando a Kkoming en mis piernas abrazándolo de la cintura.

–Eso es, recuerda que sí eres seguro de ti mismo, sobrarán las personas que vayan detrás de ti; Y por último y más importante, se tú mismo y nunca cambies, tu forma de ser te atraerá sorpresas que ni te imaginas.

–Mientras no sean cosas malas lo espero con ansias. —respondí y los cinco ahí presentes reímos.

 

Pasajeros, favor de abordar el autobús rumbo a Seúl, Gracias. –anunció la vocera de la terminal.

 

–Ya es hora. —ambos nos abrazamos –el abrazo más largo que hemos tenido–, ella me apretó ligeramente aunque ya no lloraba, pero podía sentir su tristeza a flor de piel.

–Te quiero mucho Nana~eomma. —le dije al oído, sentí como me apretó más que antes y yo sólo correspondí.

–Y yo a ti mi pequeño Yesung, 10 años se fueron muy rápido. —ambos nos soltamos, me despedí de Hikaru mientras Nana se despedía de mis tigres y ellos también se despidieron de ella y de Hikaru. Nos despedimos por enésima vez desde lejos y al final nos adentramos a los andenes y nos dirigimos a nuestro autobús correspondiente.

Metí mis maletas donde me indicaron y mostrando mi boleto abordé el ómnibus mandando por delante a mis juguetones felinos, fuimos a nuestros respectivos lugares y cerramos la puerta corrediza de vidrio con marco de madera "bastante elegante" diría yo.

Me acomodé en mi asiento observando todo el lugar, había una televisión de pantalla plana de pequeño tamaño frente a mí, bajo ésta se encontraba un asiento bien acojinado y amplio donde se acostaron mis tigres, que, manteniendo su forma compacta, cupieron excelente, ahora solo esperaba que el automóvil comenzara a correr.

 

–Ella estará bien, tranquilo, recuerda que Hikaru está con ella. –habló Melo sacándome de mis pensamientos.

–Y nosotros regresaremos cuando tengas vacaciones, todo estará bien. —agregó Kkoming.

–Gracias chicos, pero aún así no puedo evitar sentirme culpable porque ella se sienta mal.

–Esto iba a pasar tarde o temprano, tú no podías seguir más en ese lugar. —respondió la peliblanca.

–Lo sé, por eso haré lo posible por nunca volver a Cheonan, mi pasado no es del todo grato.

–Aunque recuerda que ese pasado amargo es el que te hizo como eres ahora. —replicó Melo.

–Una encantadora y especial persona. —completo Kkoming.— Mejor dueño no nos pudo tocar. —ah, sentí una enorme felicidad al escucharlos hablar de esa forma. Kkoming bajo del asiento donde estaba junto a Melo y yo lo cargué acostándolo en mis piernas abrazándolo como a un peluche.

Los tres mirábamos hacia la ventana viendo como nos alejábamos de aquel pueblo que hizo de mi vida un infierno; sentía como se desvanecía un peso enorme de mis hombros, y a la vez, el no saber que me esperaría de ahora en adelante hacia que me doliera el estómago de los nervios pero, ya pasaría.

 

— — —

 

Llevábamos 1 hora de viaje, creo. Me levanté de mi asiento para cerrar las cortinas de la puerta y ventanas, apagué las luces de la cabina y encendí una tenue lámpara, saqué una pequeña manta y después me acomodé en mi asiento cargando nuevamente a Kkoming sobre mis piernas y me cubrí con ella, mientras que Melo se estiraba completamente abarcando todo el lugar. Así transcurrieron los minutos en los cuales caí dormido profundamente, hasta que sentí el sueño desvanecerse y abrí lentamente mis ojos terminando de despertar.

–Buenas noches joven. —habló una voz aguda. Me giré para ver de quién se trataba, era una mujer, trabajadora del autobús obviamente.

–¿Buenas noches? —respondí dudoso, no sabía ni qué hora era, o donde estaba.

–Parece que tuvo una siesta reparadora, esas nos hacen perder la noción del tiempo. –musitó la señorita regalándome una sonrisa y yo asentí.

–Son las 7 de la noche, por si gusta saber, aquí en Seoúl ya obscureció. En un momento podrá bajar del autobús. —me explicaba con ternura, se podría decir, mientras terminaba de despejarme.

–¿Ya llegamos? —pregunté para confirmar.

–Así es, es sólo que está lloviendo muy fuerte y no podemos adentrarnos a la terminal, pero en unos momentos lo solucionaremos. Por cierto, ese felino que está abrazando, ¿es su destino? —preguntó curiosa.

–Sí, es un tigre. —respondí aferrándome más a Kkoming un poco nervioso, quien seguía dormido; la señorita se sorprendió al escucharme, no sabiendo el por qué.

–Jamás había visto un destino en forma de tigre, ¡es hermoso!, y su acompañante también tiene destino en forma de tigre, que lindo. —seguía hablando la trabajadora, emocionada.

–N-No, he viajado solo. —respondí esbozando una sonrisa nerviosa.

–Ah, entonces ¿de quién es el otro tigre? Si me permite saber... —cuestionó ansiosa la mujer.

–Es mía, es hembra, ehh, los dos son míos. —contesté rápidamente. La gente me miraba como bicho raro cuando se enteraban de que tenía dos destinos, así que estoy traumado.

–¡Es sorprendente! Nunca había conocido a alguien con dos destinos, de hecho no sabía que existieran. ¡Es realmente una locura! —decía la señorita sonriéndome bastante alegre, eso realmente me sorprendió, nunca pensé que esa sería su reacción, lo cual me hizo sentirme más relajado causándome una sonrisa, la primera estando en Seoúl.

–Gracias, yo ehm, ¿entonces nunca ha visto a personas con dos destinos? —pregunté estando un poco más en confianza.

–La verdad no, y eso que llevo muchos años de servicio. Aunque, se dice que uno de los hijos de uno de los más importantes chaebol de Seoúl posee dos destinos al igual que tú, pero sólo es un rumor. —respondió recargándose en el marco de la puerta corrediza.

–Ya veo... —suspiré recordando que Nana ya me había comentado que quizás nadie más que yo había nacido con dos destinos. Era lo más probable, pero admito que me gustaría conocer a alguien como yo.

–Uhm, mi destino es una gatita british color café claro, es muy linda, está durmiendo, ya sabes cómo son los gatos. —dijo la mujer y ambos reímos, yo más que nadie sabía que duermen demasiado, y más los míos, y por desgracia, yo con ellos.

–Jung Ha ya llegamos a la terminal. —gritó otra muchacha a la joven que estaba hablando conmigo.

–Parece que debo irme, lo bueno es que ya llegaste a Seoúl. —me sonrió la mujer moviendo las manos.

–Sí, es mi primera vez aquí. —respondí.

–¿De verdad? Es hermosa, incluso hay buenas personas, me refiero a que no debes asustarte. —ambis reímos por aquel comentario.— Antes de irme me gustaría saber, ¿puedo acariciar a uno de tus destinos? —preguntó dudosa y ligeramente avergonzada.

–Claro, ahm, el que llevo cargando está dormido, pero mi hembra ya está despierta. —respondí señalando a Melo, quien llevaba rato consciente; me miró dudosa y yo le sonreí asintiendo, entonces la mujer se acercó a acariciarla y Melo contenta se dejó tocar. A aquella chica le brillan los ojos de la emoción, creo.

–Gracias, realmente es muy linda, bueno, espero encontrarnos alguna vez, mi nombre es Hwa Jung Ha, un placer haberte conocido. —musitó Jung Ha sonriente.

–Soy Yesung, el placer fue mío. —sonreí e hice una leve reverencia.

–Wosh, un nombre especial. Bueno, debo retirarme, por cierto, ¡bienvenido a Seoúl! —agregó la señorita y se retiró de la cabina.

–Parece que estás satisfecho, le caíste bien a esa mujer. —añadió Melo.

–Se ve que es una buena persona. —respondí riendo levemente.

 

–Pasajeros, hemos llegado a la terminal, pueden bajar y tomar sus pertenencias, gracias por viajar con nosotros. –habló la vocera de la terminal y todos comenzaron a bajar, desperté a Kkoming dejándolo en el piso una vez despejado.

Ya con mis pertenencias en la mano, partimos a la salida de aquel lugar. Realmente era una terminal enorme, no se compara con Cheonan, incluso puedes perderte en ella si no estuviera un enorme letrero indicando la salida hecha de vidrio con luces.

Pasaban mares de personas en todas direcciones con distintos tipos de destinos, de todos los tamaños y apariencias, concentrados en lo que hacían, otros platicando con diversas expresiones en su rostro. De verdad que todo se veía y se sentía muy extraño para mí.

 

Viste que llovió horrible, incluso se inundó el centro. —decía una chica de corta estatura.

–Si lo vi, los taxis estaban totalmente ocupados, mi hermana no pudo salir de su edifico de tan fuerte que estaba la tormenta. —respondió su amiga del mismo tamaño vestidas de una manera, como decirlo, expuesta.

 

–Oye viste el dorama ayer, estuvo genial. —pasaban otras chicas con diversas maletas.

 

–Necesito que lleves los contratos mañana y hagas una reservación.

 

–Ya te dije que está en mi recámara, o mejor pregúntale a tu padre. –pasaba una señora con dos niños de la mano. Y así, un mar de personas.

 

— — —

 

Hablaban muchas voces a la vez, y sin poder evitarlo ya estaba asustado, no sabía por dónde ir o a quien preguntarle, y mi voz no estaba dispuesta a salir, todo se estaba tornando complicado, y más con la lluvia allá fuera, eso era lo que más me tenía tenso.

–Lo mejor será tomar un taxi Yesung, con este clima no podemos caminar. —dijo Melo.

–Y debes descansar para mañana. —musitó Kkoming.

–Pero el problema es que no hay. —respondí apesadumbrado.

 

— — —

 

Esperamos varios minutos en lo que aparecía un taxi, y cuando por fin llegó lo abordamos, el conductor se limitó a preguntarle la dirección. Le enseñé el papel donde Nana la había anotado y comenzamos a andar.

Mientras conducía el señor, veía a mis destinos asombrado, sin embargo, no me insulto ni nada por el estilo, lo cual me hizo sentirme cómodo. Iba viendo las calles de lo que ahora era "Seoúl" realmente se veían hermosas.

Las personas caminaban de un lado a otro con sus sombrillas, solos o acompañados, con sus destinos por un lado, era un ambiente totalmente diferente, quizás después de todo me costará bastante trabajo acoplarme. La lluvia ya había cesado y cuando menos lo esperé el señor me dijo que ya habíamos llegado.

 

–Es realmente hermosa, Nana tiene buen gusto. –habló Melo mirando la casa.

–Parece ser una buena colonia, y se ve perfecta para nosotros tres. —musitó Kkoming.

–Entonces entremos, no quiero que empiece a llover. —sentí un leve escalofrío recorrer mi espalda y comencé a abrir la reja. Melo y Kkoming entraron por delante; cerré la reja y caminé hasta la puerta principal.

Era una reja que estaba alrededor de lo que ahora era mi casa, situada en un esquina, con un amplio jardín lleno de hermosas flores de varias especies y colores con dulces aromas; incluso se encontraba una fuente en medio del jardín del lado derecho, que estaba encendida, me acerque antes a verla, tenía luces alrededor haciendo que el agua se viera de colores mientras que en la cantera tenia grabados increíbles.

De la reja hasta la entrada había un camino hecho de piedras con luces a los costados incrustadas en el piso, la casa constaba de dos plantas con un enorme balcón, donde supongo, está la habitación principal, la puerta estaba hecha de madera realmente bella con grabado y toques de vidrio; donde la chapa y cerradura hacían juego completamente, y sin tardar más me adentre.

 

Cerré la puerta tras de mí y, simplemente era una vista encantadora, había un corto pasillo adornado con bellos cuadros con luces y plantas que decoraban discretamente, que conducía a la sala de estar que constaba de un mueble donde yacía un televisor pantalla plana de amplio tamaño, con hermosos adornos en cada piso del mueble y el resto eran libros de colección que sin duda leería.

Había una espectacular alfombra que abarcaba toda la sala, muebles de un color negro totalmente elegante, un sillón largo de cuatro lugares pegado a la pared y arriba de este un enorme cuadro que dejaba ver un hermoso cielo estrellado, mejor representación no había visto

El otro sillón era de dos lugares el cual estaba pegado a la ventana que daba al jardín de la entrada, la cual tenía una bellas cortinas, una gruesa y una delgada al parecer de la mejor tela, también estaba una mesa en el centro que hacia juego perfectamente con el resto de la sala, la cual también a cada lado de los sillones tenía una mesa pequeña de vidrio con soportes de metal color negro le daba un toque encantador con lámparas de luz blanca y bases negras muy elegantes; y en una de ellas se encontraba el teléfono de la casa.

Seguía caminando por el pasillo y a mano derecha estaba el comedor, contaba con cuatro lugares, era ligeramente rectangular de color negro y mesa de vidrio con soporte metálico y bello tapiz en los asientos, con cuadros adornando las paredes y muebles con velas y libros, sin duda otra bella habitación, también se encontraba una barra donde arriba estaban las copas colgando, de todas formas y tamaños; arriba de éstas estaban numerosos tipos de licor, muy hermoso.

Del otro lado de la barra estaba la cocina, que para abreviar era simplemente encantadora, como en los programas de cocina, la cual también tenía una puerta que daba al pasillo, continúe caminando sobre este, viendo que las paredes tenían más cuadros bellos que las adornaban y una que otra mesa de vidrio con lámparas iluminado el pasillo.

Al fondo se encontraba el baño, otra puerta te llevaba a lo que era el patio de atrás, "porque había vidrios que dejaba ver el jardín trasero" sumándole otro cuarto el cual tenía la puerta cerrada, quizás mañana veré de que trata.

A la izquierda estaban las escaleras al segundo piso, las subí de manera rápida cargando mis maletas y cuando termine de subir me encontré con un pequeño pasillo con barandal perteneciente a las escaleras, en fin, me di cuenta que habían dos habitaciones, Nana me dijo que la principal era la puerta que estaba al fondo del pasillo, llegue hasta ella y la abrí.

 

–Sin duda mucho mejor que la que tenía en Cheonan. —había una enorme cama en el centro y frente a ella estaba un mueble de madera color claro con una televisión pantalla plana en el centro y bajo ella varios aparatos electrónicos, al fondo estaba un amplio baño, que ya mañana exploraría, a los costados de la cama habían burós con hermosas lámparas que hacían juego con todos los muebles, donde en uno de ellos también había un teléfono. Al lado de donde se encontraba la televisión estaba un pequeño escritorio con una lámpara, bastante practico y elegante, y tras él había un sillón medianamente largo pegado a la pared quedando junto a la ventana de la habitación en dirección hacia la calle, con una mesa al lado de éste, hecha de vidrio con soporte color negro.

Y por si fuera poco, había unas puertas corredizas adornadas y disimuladas con unas fastuosas cortinas negras de distintas texturas, las cuales recorrías y paraban en un balcón donde se encontraba una mesa de vidrio con dos copas de vino y éste en el centro y dos sillas de metal con grabados sencillos pero atractivos. 

El barandal estaba hecho de metal color negro y el espacio intermedio entre éste y el piso estaba cubierto de vidrio, cabe mencionar que sin duda contaba con una hermosa vista de la calle y del jardín principal.

–Bueno, creo que ya has visto demasiado, debes dormir. –me llamó Melo.

–Tienes razón, mañana será un día pesado. —respondí adentrándome a mi habitación cerrando las puertas y recorriendo las cortinas, me puse mi pijama y apagué las luces, dejando las lámparas prendidas.

–Bueno, si quieren pueden volver a su tamaño mientras duermen. –agregué con una sonrisa al verlos, pues ambos me miraban muy contentos volviendo a su forma normal, ENORMES, enormes gatos. 

–¡Buenas noches Yesung! —dijo Kkoming.

–¡Buenas noches Yesunnie! —agregó Melo.

–Buenas noches chicos, duerman bien. –respondí terminando de acomodarme; me recosté de lado, y apenas toque la almohada, todo se tornó obscuro.

 

 

Notas finales:

Cualquier duda las ire aclarando en cada capitulo, sino pues pregunten cualquier cosa que no entiendan y comenten que les parece, muchas gracias por leer, y espero que sigan la continuacion.

¡Hasta ponto!


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