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ONESHOT Loveless ~Te quiero como eres~ por Ri-chan

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Notas del fanfic:

Wola!!! Gente!!! estaba con insomnio a las dos de la mañana y de la nada salio este pequeño Oneshot espero que lo disfruten asi como yo disfrute escribiendolo, sin mas que decir los dejo leer.

Notas del capitulo:

Como dije anteriormente lo escribi durante las dos de la mañana dudo que tenga continuacion pero sin mas les dejo este pequeño Oneshot. los personajes peteneces a sus respectivos autores.

Hace tiempo que empecé a salir formalmente con Soubi, no sabía realmente como había pasado, solo sucedió de un día para otro Soubi me confeso sus sentimientos a los cuales correspondí al día siguiente ya que no era fácil para mi decirlo además que enserio necesitaba un poco de tiempo. A partir de ese día deje la casa de mi madre por ende el maltrato ceso pero hubo otro que no y ni siquiera Soubi estaba enterado de este.

—Ritsuka debes darte un baño ahora —dijo Soubi tajante—

—Soubi... hace demasiado frío.

Época de invierno por lo cual de la regadera podría jurar que no salía nada más que nieve en lugar de agua.

—Si no quieres que yo mismo te bañe deberás estar dentro del baño en los próximos diez segundos, diez... nueve…

No hablara enserio ¿oh si? Ya tengo trece años el conteo regresivo no funcionara a estas alturas conmigo. Tome el cobertor de mi cama y me tape hasta la cabeza como si eso en realidad me salvara de la penetrante mirada de Soubi.

—Ocho... siete... seis...

—Vamos Soubi ¿No crees que ya estoy grande para eso?

—CINCO... CUATRO... TRES...

—Está bien tranquilo ya voy.

Diablos Soubi podía ser bastante pesado cuando se lo proponía. Salí de la cama con la mirada de Soubi siguiéndome desde el umbral de la puerta tome mi toalla y me metí al cuarto de baño abriendo casi al instante la llave del agua, me despoje de todas mis prendas e inmediatamente entre al agua casi hirviendo provocando ligeras irritaciones en mi piel. Termine de lavarme El vapor logro relajarme ahora de verdad no quería salir del baño.

—Ritsuka, tú te vas a los extremos de todo lo que te digo.

Demonios que pesado era, ahora que finalmente lograba disfrutar del baño.

—Cálmate Soubi, ya salgo.

Inmediatamente cerré el grifo del agua quedando solo con el fresco vapor esparcido por toda la habitación, tome mi toalla y comenzó a secarme poniendo más empeño en mis orejas y cola de minino, estas de verdad podían llegar a ser molestas. Ya terminado el secado me dispuse a ponerme mi ropa... DONDE DEMONIOS ESTABA MI ROPA. No podía creer que enserio la había olvidado, lo más molesto era que seguramente tendría que pedirle ayuda a Soubi. Sin más remedio envolví todo mi cuerpo en la toalla como si fuera yo una chica y entre abrí la puerta dejando escapar algo de vapor.

—Oye Soubi, se me ha olvidado mi ropa ¿puedes traérmela?

El apartamento de Soubi era algo pequeño era casi imposible que no me escuchara.

—Claro enseguida te la llevo.

Dicho esto cerré de nuevo la puerta del baño para esperar pacientemente mi ropa. Pocos segundos después escuche las fuertes pisadas de Soubi fuera del cuarto de baño, entre abrí la puerta nuevamente asomando solo mi brazo izquierdo para poder tomar la ropa.

—Espero que haya elegido bien.

—Seguro que lo hiciste bien.

El rubio frente a mí me dedico una media sonrisa para acto seguido ver que la ropa que me iba a entregar no se cayera.

—Ritsuka ¿Qué es eso? —dijo haciendo ademan con sus ojos a mi muñeca izquierda la cual estaba...

—G-Gracias por la ropa Soubi —dije muy nervioso para después cerrar la puerta estrepitosamente en la cara del mayor—

—Ritsuka abre la puerta —dijo con un tono de voz que podría helarle la sangre a cualquiera al tiempo que golpeaba la puerta—

—Soubi no puedo necesito vestirme.

Dije mientras ponía el seguro de la puerta, agradecí enormemente que las llaves las hubiera olvidado Soubi en el lavamanos solo con ellas se podía abrir la puerta por fuera si alguien ponía el seguro.

—No te hagas el gracioso Ritsuka, sal de una buena vez para poder ver tu brazo.

Que miedo, esa actitud suya de verdad me está asustando, me recuerda a...

— ¡Aoyagi Ritsuka! ¡Abre la puerta ahora!

— ¡No!

Sé que lo empeorare, pero el pánico me carcome vivo, sus gritos no me gustan para nada. Al menos yo tengo las llaves tendrá que esperar hasta que yo salga por mi voluntad. Recargue mi cuerpo en la pared lo único que quedaba era esperar a que Soubi se fuera a dormir. Pasaron unos minutos, pocos en realidad y la manija de la puerta comenzó a girar.

—No... Él no puede... yo tengo...

No. No. No. No. No. No. No. ¿Cómo es que abrió la puerta? Se supone que yo tenía la única copia de la llave ¿Cómo es que?...

—Creo que es hora de decirte que tengo varias copias de las llaves de la casa.
Maldito Soubi.

—Déjame ver tu brazo —dijo acercándose a mí con la mano extendida como si de verdad yo le fuera a mostrar mi brazo—

Lleve ambos brazos a mi pecho en un desesperado intento de ocultarlos, Soubi avanzó hacia mí con una mirada tan gélida que de verdad sentía que me congelaba del miedo, tomo mi brazo izquierdo bruscamente a lo que respondí con una mueca de dolor. Soubi observo detenidamente todo mi brazo, cuando encontró lo que buscaba volteo a verme yo aparte la mirada instintivamente hasta llegar al suelo. Esto era lo último que faltaba.

—Yo...

Soubi me callo. El me había callado. Tomo firmemente mi muñeca y me arrastro fuera del baño hasta la cama en la que me arrojo con total brusquedad.

—No te muevas.

Soubi salió de la habitación. Tenía que esconderme, su mirada no me gustaba para nada era casi la misma mirada de ella, a la que tanto temía. Sujetando fuertemente la toalla alrededor de mi cuerpo me incorpore sobre la cama y me dispuse a regresar al baño el único refugio que me quedaba. Pase alado de la puerta sin hacer el menor ruido cuando Soubi volvió a entrar en la habitación con una caja de un color gris pálido en sus manos. Por favor no me mires de esa manera.

—Regresa a la cama.

Negué fuertemente con la cabeza, de verdad estaba asustado. Nuevamente tomo uno de mis brazos, me arrojo a la cama, coloco la caja en la cómoda del lado derecho, todo esto con brusquedad. Me dispuse a sentarme pero Soubi tomo mis brazos y volvió a recostarme esta vez poniéndose el encima mío. Era muy fuerte. Intimidante. Movió sus piernas las cuales estaban a mis costados y ahora se encontraban encima de mis brazos eliminando cualquier posibilidad de poder escapar. Tengo miedo. Ayuda.

Comenzó a mover mis piernas desesperado. El tan solo me observaba con esa mirada aterradora. Alzo ligeramente su pierna izquierda liberando de esta manera mi brazo pero inmediatamente tomando con fuerza para verlo de nuevo. Mis ojos se cristalizaron al ver la expresión de Soubi. Estaba enfadado, seguro que lo estaba. Estaba perdido. Una lágrima osadamente salió de mis ojos cayendo lentamente por mi mejilla. Soubi alzo su mano para dirigirla hacia mi rostro, cerré fuertemente los ojos con la respiración acelerada lleno de pánico.

Soubi... por favor... no lo hagas... no me golpees Soubi... te lo ruego...

Nada. Soubi limpio mi lagrima y también las que amenazaban con salir. Sentir el cálido roce de sus dedos con mi gélida piel hizo que me estremeciera. Abrí los ojos esperando encontrarme con un subí enfurecido mas no vi nada de eso. Era un Soubi tranquilo e inexpresivo ¿Que había pasado? Dejo de mirarme y aun sujetando mí brazo comenzó a sacar cosas de la pequeña caja gris. Un frasco, unas pinzas y algodón. ¿Que pretendía con eso? Destapo el frasco tomo el algodón con las pinzas metálicas y lo sumergió en el frasco para después pasarlo por toda la parte posterior de mi brazo. Esto arde. Arde mucho, mas no se detuvo. Siguió pasando el húmedo algodón por mi ante brazo para después dejar las pinzas y algodón sobre la mesa para a continuación abrir un pequeño bote con un contenido blanco, toman un poco en sus dedos y untarlo donde segundos antes había estado el algodón, terminado esto saco una pequeña venda de la caja y vendó mi brazo hasta el codo. Repitió el mismo procedimiento con el otro brazo al notar que se encontraba en el mismo estado. Seguía sin mirarme a los ojos y lo entendía, yo tampoco podría verlo a los ojos después de que el viera esta parte de mi cuerpo. Tenía la cola entre las patas literalmente y mis orejas se agacharon hasta casi perderse en mi oscuro cabello. Quería llorar. Soubi se levantó de encima de mí y se sentó al borde de la cama, yo solo pude mirar del lado contrario.

No quería verlo.

Qué vergüenza. Ahora sabía lo patético que era y con los brazos ahora vendados y pegados a mi pecho como niño pequeño que le teme a la oscuridad me veía más patético todavía.
Flexione mis rodillas para poder sentarme aun sin ver el rostro de Soubi. Los brazos me ardían aun, mi cabello aun húmedo caía sobre mi rostro ocultándome de la penetrante mirada del mayor alado mío. Quería disculparme. Tenía que hacerlo. Tome firmemente entre ambas manos la tolla que cubría mi cuerpo haciendo que mis nudillos se tornaran blancos.

—Soubi...yo...—vamos díselo, al menos con él se sinceró— lo siento...

Apenas acabe de decir esto y los brazos del mayor ya me estrujaban en un cálido abrazo, abrazo que yo sentía que me protegería de absolutamente de todo, abrazo que hacia desaparecer mis miedos.

—No lo hagas, no te disculpes.

—... Pero...

—Has lo que en realidad debes hacer.

Soubi me atrajo hacia el hasta sentarme en su regazo y recargar mi cabeza contra su pecho. Mis manos seguían pegadas a mi pecho y cerradas en un apretado puño. Sin más que hacer. Llore. Hace algo de tiempo que no lo hacía y mucho menos en presencia de alguien. Las lágrimas salían y salían de mis ojos y yo sin poder controlarlas, lleve mis manos a mi rostro ocultándolo por completo. Así nos quedamos unos minutos, yo sollozando sin poder controlarme y Soubi solo abrazándome y en ocasiones se mecía levemente acariciando mi cabeza, y mis orejas.

—Gra...cias.

¿Qué más podía decirle? Ha hecho demasiado por mí en tan poco tiempo que era mejor empezar a agradecérselo, la calidez que me ha brindado, el haberme aceptado en su hogar, y el tenerme aquí, así, ahora. Soubi me separo un poco de, el tomo mi rostro entre sus grandes manos haciendo que lo viera a los ojos, esos hermosos ojos azules de los que me había enamorado.

—Escucha, sé que pensabas que te juzgaría por esto pero no lo haré, sé que has sufrido mucho durante mucho tiempo a la corta edad que tienes, y tal vez no me creas pero yo te entiendo. Pero fuera de todo eso y lo que acabo de ver no quiero que te avergüences eso ha quedado atrás, se pocas cosas sobre ti pero no me importa no saber tu pasado si puedo formar parte de tu futuro, entiende esto Ritsuka, yo te quiero tal y como eres, me gusta cada centímetro de tu cuerpo lo haya visto o no, ahora estás conmigo y no tienes por qué esconderte cuentas con todo mi apoyo, quiero que confíes en mí y que con el paso del tiempo tú mismo me cuentes el porqué de todas esas cicatrices y moretones, poco a poco me gustaría que me dejes quererte, y que tú me quieras a mí.

Esas palabras, tan lindas, tan sinceras, sería tan feliz si pudiera escuchar su voz por siempre, sé que tengo problemas para confiar en las personas pero él no es cualquier persona, quiero confiar en Soubi, el saber que él me quiere de esa manera me hace sentir especial algo que no he sentido desde hace mucho tiempo. Si él está a mi lado puedo superarlo todo, el me da todo lo que necesito para seguir en este mundo, me da amor y cariño y no lo cambiaría por nada.

—Soubi... yo... t-te quiero...

Lo dije al fin. Los ojos azules de Soubi brillaron como nunca lo han hecho aparto sus brazos de mi rostro para de esta manera fusionarnos en un cálido abrazo al cual yo correspondí. No sabía que pasaría con nosotros ni cómo afrontar nuestros propios problemas o los de nuestra relación ya que sabía de sobremanera que no sería bien recibida por la sociedad. Solo estaba seguro de dos cosas: Él me quiere, yo lo quiero. No hay nada más que me importe solo con esto sé que él es feliz y yo también.

Notas finales:

Espero que les haya gustado este pequeño Oneshot, a mi la verdad me fascino hace demasiado tiempo que no escribia algo asi, gracias por leer hasta este punto.


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