Por favor, solo…
Quiero una oportunidad para repararlo todo… Volvamos a aquellos días, bajo el sol y la luna. Sentémonos de nuevo en la tostada y suave arena, mientras ambos contemplamos el amanecer u el atardecer. Necesito retroceder para recuperarte y romper todos y cada uno de los muros que cree en nuestra relación; todas las veces que te negué, que te fallé… que no te dije lo mucho que te amaba.
No voy a suplicar por perdón, porque no quiero ser perdonado… Conociéndote bien, terminarías mostrándome una de tus estúpidas y radiantes sonrisa, y me dirías “No pasa nada. Te perdono”… sí…siempre fuiste demasiado bueno. Conmigo y con todos.
No deje de acribillarte con reproches o quejas, pues siempre conseguías sacar todo lo malo que hay en mí… al igual que lo bueno. Todos y cada uno de tus defectos, o imprudencias, te los repetía siempre como un mantra, pero aun con amenazas o hirientes palabras tú seguías a mi lado; chinchándome y riéndote “Es porque tu ceño se frunce aún más cuando te enfadas. Es gracioso y lindo a la vez”.
Nunca comprendí aquellas palabras ni tu forma de pensar... porque somos tan diferentes, que jamás lo entenderé. Aunque estuviésemos juntos, compartiendo noches de pasión y momentos fugaces de amor, nunca supe en que pensabas cada vez que te miraba…
-¿Qué fui para ti…?
¿Era por eso que siempre te reías cuando estabas conmigo? ¿Me veía gracioso para ti? ¿Tan divertido es esto que siento por ti, que te burlas de mí? ¿Tanto te gustaba ver cómo cambiaba mi rostro, que hacías tonterías miles para hacerme cambiar de expresión?
-Dime… ¿Puedes verme ahora? ¿Te parezco gracioso en este mismo momento?
Muchas veces sentí celos, ira o envidia. Siempre conseguías alterarme con facilidad; al igual que el viento, tú agitabas mi corazón y lo hacías moverse de un lado para otro… Solo cuando tú estabas cerca, mi mundo se volvía del revés.
-…Ya es suficiente. Puedo hacerte reír otra vez, y otra, y otra… y otra…
Antes, la soledad era una amiga fiel, igual que mi espada. Podía pasar tranquilo el resto de mi vida, sin añorar la calidez de un hogar, el amor de una madre o el apoyo de un padre. Vivía con la ausencia de hermanos, amigos o mascotas; no necesitaba a nadie con quien ligarme con lazos innecesarios, o pensamientos que me harían más débil. Mientras empuñase mi espada y vagase solo por el mundo, no necesitaba nada más. Mi cuerpo y alma seguían entre las sombras; ciegos y distantes de cualquier emoción o fascinación por la vida…que nunca pensé en ser arrancado de aquella fría y absorbente soledad. Parecía tan irrompible. Así es: parecía.
-Así que, por favor Akagami no Shanks… Dame más de tu tiempo la próxima vez que nos veamos.
Pero tú supiste como cambiar mi mundo, de oscuridad y soledad, en otro totalmente distinto… Un mundo en donde la soledad se convertía en fantasma; venía cuando tú no estabas, y se iba cuando te tenía a mi lado.
No sabes lo mucho que me molesta sentirla ahora tan de cerca… y encima, más poderosa que nunca.
Sin ti a mi lado, el tiempo y la soledad se sienten eternos… Shanks.